En Blackwater Ridge, Colorado, dos tiendas de campaña estaban montadas junto al fuego. Era de noche y los grillos cantaban.
—Oye, haces trampa —dijo Brad jugando un juego portátil con otro chico en una de las tiendas.
—No, eres malo —dijo Gary sonriendo.
En otra tienda, otro joven llamado Tom Collins comenzó a grabar un video en su teléfono.
—Hola, Haley —dijo Tom—, día seis, aún estamos en Blackwater Ridge.
Sonrió a la cámara, sin notar el destello de algo negro pasando a través de la tienda detrás de él, —Estamos bien y a salvo, no te preocupes, ¿de acuerdo? Te hablo mañana —Tom dejó de grabar y presionó el botón de enviar.
En la otra tienda, Brad frunció el ceño mientras cerraba el juego. Se puso de pie y empezó a abrir la cremallera de la tienda.
—Oye, ¿a dónde vas? —preguntó Gary—. Es mi momento de gloria.
—La naturaleza llama —Brad cerró la cremallera de la tienda detrás de él.
Mientras Brad se preparaba para hacer sus necesidades, una rama se partió cerca de él. Al levantar la mirada, pudo ver el crujir de los árboles. Sacudió la cabeza, bajando la mirada. Su cabeza se levantó de golpe cuando algo gruñó frente a él.
Tom, que leía El héroe de las mil caras, y Gary, que jugaba solo, escucharon a Brad gritar.
—¿Brad? —Garry llamó.
Tom se sentó, —Garry, ¿qué sucede?
Gary abrió la cremallera de su tienda y asomó la cabeza, pero no pudo ver nada. Luego hubo un gruñido frente a su cara, y lo sacaron de la tienda. Gritó.
Tom apagó su linterna con los ojos muy abiertos por el miedo. Fuera de su tienda, las sombras se movían rápidamente y se oían gruñidos. Tom miró a su alrededor como loco, haciendo todo lo posible por seguir el movimiento y el sonido. Después de un momento, todo quedó en silencio.
Algo repentinamente abrió la tienda de Tom y él también gritó.
...
—Está teniendo una pesadilla —susurró Percy mirando al asiento trasero donde Sam estaba durmiendo.
Dean frunció el ceño, mirando a través del espejo y a su hermano.
—¿Cuándo va a terminar esto? —Dean murmuró volviendo a mirar la carretera con el ceño fruncido.
—Creo que ambos sabemos que la respuesta es nunca —Percy frunció el ceño, una imagen clara de Annabeth apareció en su mente.
Dean reconfortantemente puso su mano sobre el muslo de Percy, sabiendo ahora que Percy no quería estar solo con este tipo de pensamientos.
De repente, Sam se despertó con un grito ahogado y Dean lo miró, —¿Estás bien?
Sam miró los rostros preocupados de su hermano y su amigo, luego rápidamente miró hacia abajo, —Sí, bien.
Dean asintió, —¿Otra pesadilla?
Sam se aclaró la garganta y esa fue toda la respuesta que Dean necesitaba.
—¿Quieres conducir un rato? —Dean preguntó y Percy arqueó una ceja.
Sam se rió, —Dean, en toda tu vida jamás me habías pedido eso.
—Creí que querrías —Dean se encogió de hombros—. Olvídalo.
—Está bien, estás preocupado por mí —dijo Sam—. Lo entiendo y gracias, pero estoy perfectamente bien.
—Mm-hmm —Dean y Percy fruncieron el ceño. Ambos sabían que Sam no estaba bien.
—Bueno, ¿dónde estamos? —Sam tomó un mapa del tablero.
—En las afueras de Grand Junction.
—Tal vez… —Sam miró el mapa—. Tal vez no debimos salir de Stanford tan pronto.
—Investigamos ahí una semana. No hallamos nada —Dean tenía una expresión de dolor en su rostro—. Si quieres hallar lo que mató a Jessica…
—Hay que hallar a papá primero —lo interrumpió Sam.
—Que papa desaparezca —dijo Dean— y que esa cosa regrese después de veinte años, no es coincidencia.
—John tendrá respuestas —dijo Percy—. Sabrá qué hacer.
—Es extraño, hermano —Sam miró el mapa con las cejas fruncidas—. Las coordenadas que dejo. Ese Blackwater Ridge.
—¿Qué con ellas? —preguntó Percy.
—No hay nada allí. Sólo bosques —Sam dejó el mapa—. ¿Para qué enviarnos a la mitad de la nada?
...
—Bueno —Sam dijo mirando alrededor de la estación del guardabosques—, Blackwater Ridge está muy lejos —él y Percy miraron un modelo en 3D del Bosque Nacional, prestando mucha atención a la parte etiquetada como "Blackwater Ridge".
—Está rodeado de cañones, terreno difícil, densos bosques, minas de plata y oro abandonadas por todas partes —Sam señaló a diferentes partes de la cresta, mostrándole a Percy, quién asintió con la cabeza.
—¿Ya vieron el tamaño de ese maldito oso? —dijo Dean y los otros dos miraron. Estaba de pie junto a una foto enmarcada de un hombre con un oso enorme.
Sam se mueve al lado de Dean, Percy lo sigue y agrega, —Y una docena o más de grizzlies en el área. No será un paseo, eso es seguro.
De repente, una voz detrás de ellos hizo que se sobresaltaran, —¿Están planeando ir a Blackwater Ridge por casualidad?
—Eh, no, señor —dijo Percy sonriendo— somos estudiantes de estudios ambientalistas de la universidad, solo hacemos un trabajo.
Sam se rió torpemente y Dean levantó un puño, —Recicle, amigo.
—Mentira —dijo el guardabosques. Ninguno de los chicos se movió, y él continuó—: Son amigos de esa chica Haley, ¿verdad?
—Sí —dijo Dean—. Sí, así es, guardián… Wilkinson.
—Pues les diré lo que ya le dije a ella —el guardián Wilkinson arqueó una ceja—. Su hermano lleno un permiso diciendo que no volvería a Blackwater hasta el día 24, así que no es una persona perdida ¿sí?
Dean agito la cabeza.
—Díganle no se preocupe. De seguro su hermano está bien.
—Lo haremos —dijo Dean—. Esa Hayley es muy impulsiva, ¿eh?
—Es más que impulsiva.
—Algo que ayudaría mucho es que pudiera ver una copia de ese permiso —dijo Percy sonriendo feliz de nuevo—. Para que ella vea la fecha de regreso.
El guardián miró a Percy y Percy solo sonrió más.
...
Los chicos salieron de la estación del guardián, Percy sosteniendo el papel y sonriendo.
—¿Qué? ¿Estás buscando hacer un trío o algo así? —Sam le preguntó a Percy.
—¿De qué hablas? —Percy arqueó una ceja.
—Las coordenadas apuntan a Blackwater Ridge, ¿qué esperamos? —Sam cuestionó—. Vamos a buscar a papá. ¿Para qué tienes que hablar con esa chica?
—No lo sé, ¿tal vez deberíamos saber que encontraremos antes que lo encontremos? —Dean arqueó una ceja defendiendo a Percy.
Después de un silencio embarazoso, Sam preguntó, —¿Qué?
—¿Desde cuándo eres el que dispara primero y pregunta luego? —Dean preguntó frunciendo el ceño.
—Desde ahora —dijo Sam subiéndose al asiento del pasajero.
Dean subió al frente y Percy parpadeó, suspirando profundamente. Subió a la parte de atrás.
...
Percy se paró torpemente detrás de Sam y Dean. Estaban frente a la casa de Hayley Collins, y Percy solo esperaba que ella no cuestionara su edad. Estaba cansado de decir que era mayor de lo que parecía.
Hayley abrió la puerta y Dean sonrió. —Tú debes ser Hayley Collins. Soy Dean, él es Sam y él es Percy. Somos guardianes de Parques Nacionales. El guardián Wilkinson nos envió. Queremos hacerte unas preguntas sobre tu hermano Tommy.
Hayley vaciló, —Muestren su credencial.
Dean sacó una credencial falsa, sosteniéndola para que Haley la viera.
Haley la miró fijamente por un momento, luego abrió la puerta de la mosquitera, —Pasen.
—Gracias —sonrió Dean.
Hayley miró el Impala mientras Dean entraba, —¿Eso es suyo?
—Sí —Dean miró hacia atrás sonriendo. Percy sabía que era una de las posesiones más preciadas de Dean.
Sam y Percy volvieron a mirarlo, luego volvieron a mirar a Hayley, quien dijo, —Lindo auto.
Condujo a los chicos a la cocina. Ben Collins, el hermano menor de Haley, estaba sentado en la mesa de la cocina con una computadora portátil.
Dean miró a su hermano y a su novio, y articuló "lindo auto" con una sonrisa. Ambos chicos rodaron los ojos.
...
—Si Tommy no planea volver en un tiempo, ¿cómo sabes que algo está mal? —preguntó Percy con la cabeza inclinada.
Haley regresó a la cocina, colocó un tazón sobre la mesa y dijo, —Cada día se reporta por celular. Envía fotos y videos estúpidos, pero no ha enviado nada desde hace tres días.
—Tal vez no tiene señal el teléfono —Sam se encogió de hombros.
—Tiene uno satelital también.
—¿No estará tan divertido que olvido hacerlo? —Dean preguntó.
—Él no haría eso —Ben dijo rápidamente. Dean lo miró y Ben miró hacia otro lado.
Haley puso más comida en la mesa, —Nuestros padres murieron. Somos mis dos hermanos y yo. Y siempre estamos en contacto.
—¿Podría ver las fotos que envió? —preguntó Sam cabeceando.
—Sí —Hayley dijo tomando una computadora portátil y mostrando las fotos.
—Ese es Tommy —dijo Hayley y apareció una foto de su hermano. Hizo clic dos veces y se mostró un fotograma fijo, abriendo el último video.
—Hola, Haley —dijo Tom sonriendo—, día seis, aún estamos en Blackwater Ridge. Estamos bien y a salvo, no te preocupes, ¿de acuerdo? Te hablo mañana.
Sam y Percy captaron los leves destellos de movimiento en el fondo.
—Buscaremos a tu hermano —dijo Dean—. Saldremos a Blackwater Ridge a primera hora.
—Entonces nos veremos allá —suspiró Haley—. Escuchen, tengo que hacer algo más. Y contrate a un guía. Saldremos en la mañana y hallare a Tommy yo misma.
—Entiendo cómo te sientes —Dean frunció el ceño. Percy lo miró surcando sus cejas.
—Hayley, ¿por favor me envías las imágenes? —Sam preguntó de repente.
Haley parpadeó, —Claro.
...
Los chicos estaban sentados en una mesa de un bar ruidoso.
—Bueno, Blackwater Ridge no tiene mucho transito —dijo Sam—. Solo campistas locales. Pero aun así este mes de abril dos campistas se perdieron ahí. No fueron encontrados —Sam abrió el diario de John.
—¿Y antes de eso? —preguntó Percy.
Sam sacó algunos artículos de periódico y se los mostro a los chicos, —Síp, en el 82 diferentes personas desaparecieron en el mismo años. Las autoridades dicen que fue un ataque grizzli.
Dean leyó el título en voz alta para Percy y Sam sacó su laptop, —Igual en el 59 y otra vez antes de eso en 1936.
Sam abrió el video de Tom y dijo, —Cada veintitrés años, como relojito.
Percy lo miró y dijo, —¿Viste la sombra en el fondo? —Dean parecía confundido.
Sam asintió, —Lo hice. Bien. Ahora, miren. Descargue el video de Tommy en la laptop. Miren.
Sam repasó el video tres cuadros a la vez y Percy hizo una mueca. Dean también.
—Son tres cuadros —Sam frunció el entrecejo—. Es una fracción de segundo. Sea lo que sea se mueve rápido.
Dean golpeó a Sam levemente en el brazo, —Te dije que algo raro pasaba.
—Sí —Sam cerró la laptop—. Y tengo algo más.
Percy ladeó la cabeza con curiosidad y Sam le pasó a Dean otro artículo de periódico, —En el cincuenta y nueve un campista sobrevivió al supuesto ataque grizzli. Era un niño. Apenas logro salir con vida.
Percy y Dean miraron el artículo, —¿Su nombre?
...
—Mire, guardián —dijo el Sr. Shaw guiando a los chicos por su casa—, no sé por qué me pregunta sobre eso. Ya es registro público. Yo era un niño. Mis padres fueron masacrados por…
—¿Un grizzli? —Sam interrumpió—. ¿Fue lo que los atacó?
Shaw dio una calada a su cigarrillo y asintió.
—Las otras personas que se perdieren ese año, ¿fueron ataque de oso también? —Dean preguntó mirando al Sr. Shaw. Después de una pausa, dijo—: ¿Qué me dice de las personas que se perdieron este año? ¿Es lo mismo?
Después de otro momento de silencio, Percy dijo, —Si supiéramos que cosa es, tal vez podríamos pararla.
—En serio, yo dudo eso —se burló Shaw—. En fin, no sé cuál sería la diferencia —se sentó a su mesa—. No van a creerme. Nadie me ha creído.
Percy se sentó frente a Shaw, —Sr. Shaw, ¿qué fue lo que vio?
Shaw vaciló, —Nada. Se movía demasiado rápido. Se escondía bien. Pero sí oí. Un rugido. Como… ningún hombre o animal que haya oído.
—¿Llegó de noche? —preguntó Sam mirando a Shaw asentir—. ¿Entró a su tienda?
—Entró a la cabaña —corrigió Shaw sombríamente—. Yo dormía frente a la chimenea cuando entro. No rompió una ventana ni rompió la puerta. La abrió. ¿Saben de un oso que pueda hacer algo así? Yo no desperté hasta que oí a mis padres gritando.
—¿Los mató? —Percy inclinó la cabeza frunciendo el ceño.
—Los arrastró al bosque —Shaw negó con la cabeza—. Por qué me dejó vivo… me lo pregunto desde que eso paso —después de una pausa, Shaw se llevó una mano al cuello—. Pero sí me dejó esto.
Movió el cuello de su ropa, revelando tres largas cicatrices. Eran marcas de garras. Le recordaron a Dean algunas de las cicatrices que Percy recibió de los monstruos.
—Hay algo maligno en esos bosques —Dean miró las cicatrices—. Era una especie de demonio.
...
Los chicos caminaron por el pasillo del motel, revisando las puertas para asegurarse de que no pasaban por su habitación.
—Los espíritus y los demonios no tienen que abrir puertas —dijo Percy frunciendo el ceño—. Si quieren entrar, atraviesan las paredes.
—Debe de ser otra cosa, algo corpóreo —asintió Sam.
—¿Corpóreo? —Dean resopló—. Disculpe, profesor.
—Cállate —Sam rodo los ojos—. ¿Tú que crees?
—Las garras, la velocidad en que se mueve… puede ser un espectro, tal vez un perro negro —Dean se encogió de hombros—. Pero sea lo que sea hablamos de una criatura y es corpórea. Y podemos matarla.
...
Percy se sentó en su cama y la de Dean, mirando a Sam y Dean a través de la ventana. Sabía que estaban discutiendo de nuevo. Estaba empezando a incomodarlo.
Se dejó caer sobre las almohadas con un bufido, sintiéndose repentinamente muy cansado. Percy cerró los ojos y, un momento después, estaba dormido.
Dean entró algún tiempo después, Sam eligió quedarse afuera por un momento. Vio a Percy dormido en la cama y sus ojos se suavizaron. Reconoció el ceño fruncido en su rostro. Percy estaba teniendo una pesadilla. Se quitó los zapatos y luego se subió a su lado en la cama. Percy casi de inmediato se giró hacia Dean y su novio abrió los brazos.
El ceño fruncido de Percy desapareció cuando Dean se durmió, con sus brazos alrededor de él.
Cuando Sam entró, no se sorprendió. Había visto a Dean y Percy dormir juntos muchas veces, pero eso nunca detuvo los rugientes celos. Solía acostarse con Jess así. Un brazo envuelto alrededor de su cintura y el otro siendo usado como almohada. Luego recordó que Percy no era Jess. Que él no era Dean. No podía estar enojado con ellos por lo que no tenía.
Incluso con ese conocimiento, los celos rugirían cada vez que se quedaran dormidos.
...
Percy golpeteo a Contracorriente contra sus shorts mientras subían la colina que conducía al bosque. Había ido a acampar con sus amigos muchas veces y nunca parecía terminar bien con él.
Finalmente, se detuvieron en el sendero, Dean estacionó el auto mientras salían. Percy deslizó su mochila sobre sus hombros, sonriendo alegremente a Haley y Ben mientras le daba a Roy, otro hombre que estaba con ellos, una mirada extraña.
—¿Tienen espacio para tres más? —Dean dijo mientras Sam sacaba una bolsa de lona del asiento trasero.
—¿Qué? ¿Quieren venir con nosotros? —Haley sonrió luciendo un poco confundida.
—¿Quiénes son? —exigió Roy.
Hayley sonrió, —Al parecer son todo lo que Parques Nacionales pudo enviar para el rescate.
Sam pasó junto a todos, impaciente por ponerse en marcha.
—¿Son guardianes? —Roy cuestionó mirando a Percy con una ceja levantada.
—Así es —dijo Dean, atrayendo la atención hacia sí mismo.
—¿Y van a ir con esas botas y jeans? —Haley cuestionó. Percy le sonrió a Dean mientras seguía a Sam. Le había dicho a Dean que usara shorts y zapatillas deportivas.
—Sí, yo no uso shorts —dijo Dean inexpresivo repitiendo exactamente lo que le había dicho a Percy. Siguió a Percy.
—¿Creen que es gracioso? —Roy demandó frunciendo ceñudo—. Son bosques peligrosos. Su hermano podría estar herido.
—Créame que se lo peligroso que puede ser. Solo queremos encontrar a su hermano, es todo.
El grupo caminó por el bosque, Haley y Ben parecían un poco cansados. A la cabeza del grupo estaba Roy y justo detrás de él estaban Percy y Dean.
—Roy, ¿dices que te gusta cazar? —dijo Percy esperando entablar una conversación.
—Sí, me gusta mucho —dijo Roy ceñudo de nuevo.
—Uh-hum —Percy sonrió—. ¿Y qué clase de criaturas cazas?
—Ciervos macho —el ceño de Roy se hizo más profundo—, a veces osos.
Dean se acercó a Roy, —Dime, ¿Bambi o Yogi te han cazado a ti?
Roy agarró a Dean y Percy lo miró con una sonrisa.
—¿Qué haces, Roy? —Dean le sonrió a Roy.
Roy agarró un palo y luego empujó una trampa de osos frente a Dean. Percy se rió disimuladamente y Dean lo fulminó con la mirada.
—Debes ver donde pisas. Guardián —Roy arqueó una ceja y Percy rió con más fuerza.
—Oh, jodete, Percy —dijo Dean.
—Solo si miras —respondió Percy en griego. Dean se puso rojo. Sam, que había memorizado una lista de palabras griegas básicas, inmediatamente soltó una carcajada.
—¡Maldito pervertido! —gritó y todos lo miraron con confusión.
...
Algún tiempo después, cuando todo se había calmado, Dean regresó para hablar con Haley y Percy se quedó al frente con Roy.
—Si no te importa que te pregunte —comenzó Roy mirando a Percy— ¿Dean y tú tienen… algo?
—Síp —Percy sonrió mirando a Roy.
Roy asintió, —¿No eres un poco joven para él?
Percy se encogió de hombros, —Soy bastante joven, pero él también. Es casi seis años mayor que yo. No me habría enamorado de él en circunstancias normales. Pero sí, me enamoré de él. Él se enamoró de mí. Nos amamos a los dos, y nuestra edad realmente no afecta eso.
Roy parecía incómodo, —¿Cómo sabes que no es solo una especie de pedófilo?
Percy se encogió de hombros, —Todos los días no son sexo, Roy. Soy joven, y puedo ser bastante idiota a veces, pero no soy estúpido. Éramos amigos al principio. Él me salvó la vida. Llegué a conocerlo mejor. Nos convertimos en mejores amigos. Después de un tiempo, luego de todo con su padre y… y todas esas cosas, fue entonces cuando le dije que lo amaba. Le dije. Dean no había tenido la menor idea de que le gustaba hasta entonces.
Roy todavía estaba ceñudo, —¿Cómo lo sabes?
Percy frunció el ceño, —Annabeth. Ella fue mi novia. Murió hace dos años este agosto. Había estado enamorada de mí desde que nos conocimos. Durante cuatro años no tenía ni idea. Luego ocurrió el accidente y ella me besó. Me di cuenta de que la amaba. Sin embargo, ahora puedo reconocer lo que significan los detalles. Hice esos detalles durante cuatro largos años. Dean también los hizo.
Roy pareció sorprendido, luego frunció las cejas, —¿Cómo murió esta chica Annabeth?
Percy miró al cielo, —Hay algunas personas malas en este mundo, Roy. Annabeth y yo teníamos la habilidad de encontrarnos con ellos.
Roy asintió mirando a Percy. Sabía que Percy creía todo lo que había dicho. De alguna manera, también sabía que Percy tenía razón.
...
—Aquí es —dijo Roy—. Blackwater Ridge.
—¿Cuáles son las coordenadas? —preguntó Sam pasando junto a Roy.
Roy comprobó su GPS, —Treinta cinco menos uno once.
Percy miró a su alrededor, ceñudo. No podía oír nada y le estaba molestando.
—Echaré un vistazo —dijo Roy.
—No deberías hacerlo solo —Percy se volvió hacia él.
—Qué tierno —dijo Roy—. No se preocupen.
Percy inmediatamente lo siguió y pronto los demás siguieron.
...
—¡Chicos! ¡Por acá! —Percy llamó, cabizbajo, y ante la vista frente a él. Roy se paró a su lado.
—Ay por dios —dijo Haley mirando la vista.
Las tiendas de campaña de Tommy y sus amigos estaban destrozadas y ensangrentadas, y sus suministros estaban esparcidos por el suelo del bosque.
—Parece un grizzli —dijo Roy, pero Percy pudo ver la confusión y la preocupación en sus ojos.
—¿Tommy? —Haley llamó. Se quito su mochila y buscó en el campamento—. ¡Tommy!
Percy vio a Dean caminar hacia Haley, luego miró a Roy, —¿Qué crees que es realmente?
Roy casi objetó, pero Percy lo interrumpió, —Soy un idiota, no un estúpido, ¿recuerdas?
Roy suspiró, mirando alrededor del campamento con preocupación, —Realmente no tengo idea.
Percy asintió ceñudo, —He visto muchas cosas antes. Cosas increíbles. Pero esto… nunca nada como esto.
Los otros regresaron al campamento y Percy miró a su alrededor, la confusión aún empapaba sus ojos.
—¡Auxilio! ¡Auxilio! —alguien gritó a través del silencio, y Roy y Percy inmediatamente se dirigieron hacia la voz—. ¡Ayúdenme! ¡Ayúdenme!
No encontraron a nadie.
—Parecía que venía desde aquí, ¿no? —preguntó Haley mirando a su alrededor como loca.
Escucharon por un momento, luego Sam dijo, —Hay que volver al campamento.
En el campamento, encontraron que faltaban todas sus mochilas. Percy estaba agradecido de no haber dejado su mochila.
—¡Nuestras cosas! —Haley exclamó.
—Adiós a mi GPS y teléfono satelital —Roy frunció el ceño.
—¿Qué está sucediendo? —Haley se pasó los dedos por el pelo.
—Es hábil —dijo Sam—. Eso solo quería dejarnos incomunicados.
—Queras decir "él", un demente fue quien nos robó las cosas —Roy dio una patada a una piedra, frunciendo el ceño.
Percy vio a Sam caminar hacia Dean y solo esperaba que no discutieran de nuevo.
Se sentó, mirando al cielo, con el ceño fruncido grabado en su rostro.
—¿Qué piensas? —Roy se sentó al lado de Percy.
—Estoy pensando que toda esta locura no fue hecha por una persona —susurró Percy. Roy quería discutir la lógica, pero le dio a Percy la oportunidad de continuar—. Las marcas de arrastre simplemente desaparecen de repente. La voz de Tommy y la desaparición repentina. El silencio aquí… las cortadas en la tienda son demasiado salvajes para ser hechas por un hombre y claramente no son falsas —Percy suspiró y dejó caer su cabeza entre sus manos—. Sea lo que sea, no es humano. Y definitivamente no es un grizzli. No se parece a ninguno que haya visto antes.
Roy miró fijamente las tiendas, frunciendo el ceño profundamente. Negó con la cabeza, —Nada más tiene sentido. Tiene que ser un grizzli. O un humano.
Percy miró a Roy, y el hombre se sorprendió por la tristeza en los brillantes ojos verdes, —Muchas cosas más tienen sentido. Muchas.
...
—Bueno, escuchen, es hora de irnos —dijo Sam entrando al campamento seguido por Dean—. Las cosas están… más complicadas.
—¿Qué? —Haley frunció sus cejas y Roy se burló.
—No te preocupes. Sea lo que sea, creo poder manejarlo.
—Eso es lo que me preocupa —dijo Sam—. Si le disparas solo vas a enfadarlo. Tenemos que irnos. Ahora
—Estás diciendo tonterías —dijo Roy, luchando por quitarse de la cabeza la imagen de los ojos tristes de Percy—. Y no estás en posición de dar órdenes.
—Tranquilo —dijo Dean mirando a Roy.
—No debimos dejarlos venir aquí desde el inicio —Sam espetó—. Trato de protegerlos.
Roy inmediatamente entró en el espacio personal de Sam, —¿Protegerme? Yo cazaba en estos bosques desde que tu usabas pañales.
—¿Así? —Sam se burló. Percy los miró a ambos con cautela y escuchó a Sam continuar—. Estoy hablando del perfecto cazador. Es más listo que tú y va a cazarte y a comerte vivo sino sacas tu estúpido trasero de aquí.
Roy se rió, —Sabes que estás loco, ¿no es cierto?
—¿Sí? ¿Has cazado un wen…?
Dean empujó a Sam. Percy miró sus manos, sus ojos muy abiertos. Inmediatamente hizo la conexión. Un wendigo.
—¡Roy! —Haley gritó.
—Tranquilo —dijo Dean exasperado.
—Basta —dijo Haley—. Ya basta. Todo el mundo basta. Escuchen, Tommy podría estar con vida. Y no me iré de aquí sin él.
El silencio llenó el aire durante un largo momento.
—Se hace tarde —dijo Dean torpemente—. Esa cosa es un gran cazador de día y un increíble cazador por la noche. No lo venceremos en la noche. Hay que instalarnos y protegernos.
—¿Cómo? —preguntó Haley.
...
Percy estaba sentado junto a la fogata, con una copia griega de La canción de Aquiles en la mano. A Percy le gustaba mucho leer, siempre que no fuera en español. Annabeth le había enseñado a amar una historia y eso es algo que guardaba con él. Una buena historia era una buena historia y eso era algo que encontraba difícil cambiar.
Haley vio a Dean marcar en el suelo con un palo grande, —Una vez más, eso es…
—Símbolos Anasazi —explicó Dean—. Es para protección. El wendigo no puede cruzarlos.
Roy se rió, apoyando su rifle en su hombro.
—No seas tan escéptico, Roy —murmuró Percy, pasando a la página siguiente.
...
Percy miró hacia arriba y escuchó el chasquido de una ramita. Un momento después, escuchó gritos, que no provenían de su gente, —¡Ayúdenme! ¡Por favor!
Percy sacó a Contracorriente de su bolsillo. Normalmente, esta espada no podría matar a ningún monstruo que no fuera griego. Hera la había bendecido, junto con él, y ahora su espada podía matar cualquier cosa.
—¡Auxilio! —la voz rogó, y Sam movió su linterna alrededor.
—Está tratando de atraernos —dijo Dean mirando a su alrededor—. Todos quietos. No se muevan.
—¿Dentro del círculo mágico? —Roy cuestionó ceñudo.
—¡Auxilio! ¡Ayúdenme!
Oyeron gruñidos y Roy señaló hacia allí, —No es un grizzli.
—Tranquilo —Haley se volvió hacia Ben—. Estarás bien, lo prometo.
Los arbustos crujieron y Percy se concentró en el sonido.
Roy le disparó, —¡Fallé! —corrió hacia el crujido, y Percy lo siguió inmediatamente, gritando "¡Roy, no!"
—¡Esta por aquí! —Roy gritó—. ¡Está en el árbol!
Percy patino hasta detenerse junto a él. Intentó destapar a Contracorriente, pero no tuvo tiempo.
Dean gritando "¡Percy!" fue lo último que escuchó antes de que su cabeza se estrellara contra el suelo.
...
Percy se despertó atado de las muñecas al techo. Roy colgaba a su lado, dándole una ligera patada en la espinilla.
—Chico. ¡Chico, despierta! ¿Estás bien, chico?
Percy gimió, cerrando los ojos con fuerza.
—Oh, gracias a Dios —jadeó Roy—. Pensé que estabas muerto.
—Ay, mi cabeza me está matando, así que podría morir pronto —Percy hizo una mueca, abriendo los ojos. Podía sentir algo pegajoso en un lado de su cara y su visión estaba un poco borrosa—. ¿Qué pasó? ¿Dónde estamos? ¿Por qué no estamos en el campamento?
Roy miró a Percy con preocupación, —¿No sabes por qué no estamos en el campamento?
—No recuerdo nada más que leer mi libro —Percy luchó por enderezarse, deseando que sus pies llegaran al suelo. Parpadeó para disipar la borrosidad—. Así que, por favor, explica que pasó.
—Hum, creo que tu novio podría haber tenido razón sobre todo este asunto del wendigo —dijo Roy, mirando la sangre en el costado de la cabeza de Percy—. Esa cosa empezó a gritar de nuevo, y le disparé. Fallé y corrí tras ello. Me seguiste. Nos estrelló contra el suelo, luego nos arrastró a una vieja mina. Nos ató, y ahora estamos aquí. ¿Cómo te sientes, chico?
—Como si me hubieran golpeado con mil martillos. Créeme, eso no se siente bien.
Roy sonrió ante el humor de Percy.
—Tenemos que encontrar una manera de quitarnos esto —dijo Roy, mirando las cuerdas sobre él.
Percy suspiró temblorosamente, —Podría tener una —levantó las piernas de repente y Roy jadeó con sorpresa. Percy gimió, luchando por mantener los pies por encima de él. Usó la holgura adicional para meter la mano en el bolsillo y sacó a Contracorriente.
Luego la dejó caer.
Percy dejó caer sus piernas con un débil gemido, haciendo una mueca por el dolor en su cabeza.
—¿Tu plan era usar un bolígrafo? —Roy cuestionó, mirando al chico más joven con preocupación.
—Se convierte en una espada —murmuró Percy justo antes de que su visión se oscureciera por segunda vez.
...
La segunda vez que Percy se despertó con un terrible dolor de cabeza fue con Dean. Su novio hizo una mueca mientras cortaba las cuerdas de Percy, asegurándose de atraparlo antes de que cayera. Había visto la sangre goteando por un lado de la cabeza de Percy y sabía que no podía ser bueno.
Dean guio cuidadosamente a Percy hacia la pared con sus cosas, gimiendo mientras se sentaba.
—Estas sangrando —murmuró Percy, mirando un pequeño corte en la frente de Dean.
—Tú también —susurró Dean, tocando la esquina del gran corte que cubría la mitad de la cabeza de Percy.
—¿Está bien? —preguntó Roy, arrodillándose frente a Percy.
Dean levanto la mirada, sorprendido. No esperaba ver la expresión de preocupación en el rostro de Roy.
—Estoy bien —Percy parpadeó, abriendo mucho los ojos para alejar la borrosidad—. He estado peor.
—Estás tan bien como Sammy —dijo Dean, volviéndose para escarbar en el petate robado a su lado.
Haley chilló de repente, y los levantaron la mirada para ver a Tommy mirándola con los ojos muy abiertos y aterrorizados.
—¡Bájenlo! —gritó Haley. Sam cortó las cuerdas y lo condujeron hasta donde estaban sentados los demás.
—Miren esto —dijo Dean, sonriendo mientras sacaba las pistolas de bengalas de su bolso.
—Bengalas —Sam le devolvió la sonrisa. —Esas servirán.
Dean le pasó una de las pistolas de bengalas a Sam, quedándose una para él. Con cautela ayudó a Percy a levantarse, mirando a Roy. Roy, comprendiendo, asintió, ya que había decidido ayudar a Percy si lo necesitaba.
Percy hizo una mueca, su cabeza le dolía más de lo que esperaba.
El grupo comenzó a bajar por un túnel, Haley y Ben llevando a Tom, y Percy agarrándose del hombro de Roy.
Un gruñido resonó en el aire y Dean dijo, —Creo que alguien viene a casa a comer.
—No podemos ganarle —jadeó Haley.
Dean miró a Sam, —¿Piensas lo mismo que yo?
—Sí, creo que sí.
—Ahora escúchenme —Dean se dirigió al resto del grupo—. Sigan con Sam. Él los sacara de aquí.
—¿Qué vas a hacer? —preguntó Haley.
Dean le guiñó un ojo, luego caminó por otro túnel, gritando, —¡Hora de comer maldito monstruo! ¡Sí, así es, ven aquí maldito Percy dice que tengo buen sabor!
Percy se sonrojó y todos los demás lo miraron. Sam se obligó a reír bajo y Haley dejó escapar una risita.
Esperaron a que Dean se alejara a una distancia segura, escuchando sus gritos crecer más.
—¡Ya está, vengan! —exclamó Sam—. ¡Corran!
...
Más adelante en el túnel, escucharon gruñidos. Sam levantó su pistola de bengalas, luego la bajó y miró al grupo.
—Salgan de aquí —dijo Sam mirando a Tom y Percy.
—Sam, no —dijo Percy haciendo una mueca y alejándose de Roy.
—¡Ahora! —Sam dijo, escuchando como los gruñidos se hacían más fuerte—. ¡Háganlo! ¡Ya!
Roy agarró a Percy, envolviendo sus brazos alrededor de él y tirándolo de regreso por el túnel con los Collins.
Percy luchó contra Roy, escuchando el sonido de la pistola de bengalas disparándose. Ya no podía ver a Sam y estaba aterrorizado.
—¡Sam! —Percy exclamó cuando el hombre más alto corrió hacia ellos.
—Rápido. ¡Corran! ¡Corran! ¡Muévanse! —les alcanzó Sam. Corrieron y finalmente llegaron al final del túnel.
—Quédense atrás de mi —dijo Sam, moviéndose frente a los demás. Los sabios ojos de Percy parecían brillar en la oscuridad y Sam sabía que no podía permitir que lo que le sucedió le sucediera a Dean. No podía permitirle perder al amor de su vida.
El wendigo se acercó a ellos, tomándose su tiempo.
Dean apareció detrás del monstruo, —¡Oye! —el wendigo se volvió hacia él y Dean le disparó al estómago. La criatura se incendió.
—Nada mal, ¿eh? —Dean los miró.
Sam sonrió y Percy se arrojó sobre su novio.
...
Percy se sentó en la parte trasera del Impala, sin querer ir al hospital. Le había dado a Roy su número, y recibió una llamada suya.
—Hola Percy —dijo el hombre mayor cuando el semidiós respondió.
—¿Llamando tan pronto, Roy? —Percy se rió entre dientes—. Yo hubiera esperado al menos cinco minutos más después de que nos despedimos.
Percy prácticamente podía escuchar la sonrisa en la voz de Roy, —No, uh, esto no es completamente una llamada para conversar. Hum, los monstruos son reales. Verdaderamente, realmente reales.
—¿En serio? No tenía ni idea.
—No, yo no tenía ni idea. Y ahora que lo sé… no creo que no pueda hacer nada al respecto. Voy… voy a convertirme en un cazador. Y solo quería saber si podría llamarte si es que necesitaba algún consejo sobre algo.
Percy sonrió suavemente, —Puedes. Pero asegúrate de que esto sea lo que quieres, Roy. Realmente nosotros nunca tuvimos una opción con todo este asunto de los monstruos. Tú sí.
—Lo sé —Roy suspiro—. Pero hay otros como yo por ahí. Otras personas que no tienen ni idea de nada. Habrá más personas como Tom, como Haley y Ben, y quiero, necesito estar ahí para ayudarlos.
—Entonces ayúdalos. No empieces nada por un momento. Te diré lo que necesitas, te daré algunos contactos, algo de información. Empieza poco a poco. Es un trabajo peligroso, y correr de cara al peligro sin antes saber a lo que te enfrentas podría muy bien ser tu muerte.
—Sí. Sí. Tiene sentido —dijo Roy—. Percy… ¿puedo hacerte una pregunta?
—Hazla.
—Dijiste que en realidad ustedes no tuvieron elección en este asunto. ¿Qué querías decir con eso?
—Bueno, es diferente para mí y para los hermanos Winchester. Oirás sobre los Winchester sin importar con quién hables, así que seré yo quien deje las cosas claras —dijo Percy—. Cuando Sam y Dean eran más jóvenes, su madre fue asesinada por un demonio. John, su padre, se propuso a encontrar y matar a esa cosa. Crió a sus hijos en este asunto. Sam dejó el asunto de los cazadores hace un par de años, pero fue absorbido de vuelta porque su padre desapareció. Se quedó porque lo mismo que mató a su madre asesino a su novia. Si tienes alguna pregunta sobre algo que hicieron, cualquier cosa que oigas, llámame. Me aseguraré de que tengas la verdad.
—Guau. Eso es… Guau —exhaló Roy—. ¿Qué hay…? ¿Qué hay de ti?
—Bueno, no soy del todo humano, para empezar —Percy sonrió—. Te hablaré de una de las criaturas que se rumorea. La mayoría de los cazadores no saben si existimos o no. Soy un semidiós. Mi padre es el dios griego Poseidón. Los semidioses como yo son cazados por monstruos griegos. Cuando tenía doce años, comencé a entrenar para poder defenderme. Pasaron muchas cosas. Dos guerras, muchas batallas y muchos ataques. Si te encuentras con algún semidiós, probablemente escuches sobre mí por medio de ellos. Es un poco molesto lo inverosímil que son los rumores. Llámame sobre eso también. Lo aclararé.
—¿Los… dioses son reales? ¿Los dioses griegos? —la voz de Roy tembló levemente.
—No solo los dioses griegos. Casi todos. Fui a un campamento romano por un tiempo. Algunos de mis mejores amigos son romanos. El primo de Annabeth, Magnus, es nórdico. Sadie y Carter Kane son egipcios. Básicamente todo en lo que la gente cree es real. Aunque supongo que difícilmente podrían ser considerados dioses. Lo metafísico es bastante poderoso —explicó Percy, mirando hacia el techo del auto.
—¿Lo metafísico?
—Dioses en singular. Eh, bueno, Dios. Tiene muchos nombres. Cada máquina necesita un creador.
—¿Has conocido a Dios?
—Oh, no, no lo creo. Sé que Magnus conoce a Thor, y Thor desafió a Jesús a un duelo, pero eso es lo más cerca que he estado —Percy se rió—. De todos modos, realmente no deberíamos discutir un tema del que no sé mucho. Me duele la cabeza y estoy bastante cansado. Llámame mañana, ¿de acuerdo? Te diré lo que necesitas.
—¿Oh? Está bien. Adiós, Percy —tropezó Roy.
—Buenas noches, Roy —dijo Percy, colgando.
—¿Con quién estabas hablando? —Dean abrió la puerta del conductor, se subió y miró a Percy.
—Con un nuevo cazador que buscaba consejo —sonrió Percy.
—¿Un nuevo cazador? —Dean arqueó una ceja—. ¿Quién?
—Roy.
—¿¡Roy?!
