Percy estaba sentado junto a su novio, mirando la pantalla de la computadora de Dean. Estaban en una pequeña cafetería y Percy estaba agradecido por el café que tenía en la mano. No había estado durmiendo bien, bueno, durmiendo muy bien, y el café le ayudaba con el dolor de cabeza. Dean le enviaba a Percy una sonrisa tranquilizadora de vez en cuando, y eso ayudaba a aliviar su dolor de cabeza más que el café.
Dean levanto la mirada cuando Sam regresó a su mesa, —Tu café con vainilla doble y leche se está enfriando aquí, francés.
—No molestes —Sam se sentó a su lado.
—¿Conseguiste algo? —preguntó Percy.
Sam negó con la cabeza, —Los hice revisar su archivo de personas perdidas. Ningún desconocido que se parezca a papá. Incluso pregunte si tenía infracciones de tránsito.
—Te lo dije, creo que papá no quiere ser encontrado —Dean frunció el ceño ante la decepción de Sam—. Mira esto —giró la computadora para que Sam pudiera ver, mostrándole un artículo sobre la muerte de un tal Rich—. Es una noticia sacada del Plains Courier, Ankeny, Iowa. A pocos kilómetros de aquí.
Sam leyó la pantalla, —"El cuerpo mutilado fue encontrado cerca del auto de la víctima parado en 9 Mile Road.
—Sigue —dijo Percy.
—"Las autoridades no pudieron dar una descripción realista del asesino. La única testigo, cuyo nombre ha sido ocultado, declaro que el atacante era invisible.
—Podría ser interesante —Dean frunció los labios.
—O podría no ser nada —Sam frunció el ceño—. ¿Una testigo asustada que no vio nada? No significa que sea el Hombre Invisible.
—¿Pero qué tal si sí es? Papá investigaría.
...
Dean aparcó el auto junto a una fraternidad, ignorando las miradas confusas de los hermanos de la fraternidad.
—Una vez más, ¿qué hacemos aquí? —Sam cuestionó mientras salían del auto.
—La víctima vivió aquí —dijo Dean, y se acercaron a unos hermanos de la fraternidad que trabajaban en un automóvil—. Lindo auto. Somos de su fraternidad. De Ohio. Somos nuevos aquí. Transferidos. Buscamos hospedaje —Dean sonrió y Percy puso los ojos en blanco.
...
Entraron en el dormitorio de la fraternidad, y de inmediato vieron a un hermano de la fraternidad que vestía nada más que shorts amarillos pintando su rostro y cuerpo de color púrpura.
—¿Quién son? —el chico de la fraternidad los miró cuando llamaron a su puerta.
—Tus nuevos compañeros —Dean sonrió y se acercó al chico.
El chico le tendió la lata de pintura y el pincel a Dean, —Hazme un favor, pinta mi espalda, ¿no? Hay juego hoy.
Dean señaló a Sam, —Él es el artista. Él hace todo con una brocha —se sentó y tomó una revista—. Dinos —miró la dirección en la revista—, Murph, ¿es cierto?
—¿Qué? —preguntó Murph.
Dean levantó la vista de la revista, —Oímos que uno tus compañeros fue asesinado aquí.
—Sí —Murph asintió con tristeza.
—¿Qué pasó? —preguntó Percy.
—Dicen que fue un loco con cuchillo —Murph frunció el ceño—. Un vago que iba pasando por ahí. Rich era un buen sujeto.
—Rich —dijo Sam—, ¿estaba con alguien?
—No sólo con alguien —dijo Murph—. Lori Sorenson.
—¿Quién es Lori Sorenson? —preguntó Dean, luego se volvió hacia Sam—. Te falto un poco. Abajo en la espalda —Dean sonrió una vez que vio la molestia de su hermano.
—Lori es nueva, ¿saben? Es de aquí. Super sexy. Y escuchen esto: es hija del reverendo.
—No sabes de qué iglesia es, ¿o sí? —Dean sonrió aún más.
...
El reverendo Sorenson estaba parado al frente de la iglesia, —Nuestros corazones están con la familia del joven que pereció. Y mis oraciones personales de agradecimiento también porque creo que murió tratando de proteger a mi hija —Lori pareció avergonzada y su padre continuó—. Y mientras el tiempo sana nuestras heridas, debemos reflexionar sobre esta tragedia. Para todos como iglesia —los chicos entraron a la iglesia y la puerta se cerró de golpe detrás de ellos. La congregación guardó silencio y les devolvió la mirada—, como comunidad y como familia. La pérdida de un joven es particularmente trágica. Una vida truncada es el más triste de los fallecimientos —los chicos se sentaron. Lori miró a Sam y él le sonrió débilmente—. Así que, por favor, oremos. Por la paz, por una guía y por el poder para proteger a nuestros hijos —todos inclinaron la cabeza en oración, excepto Dean. Percy le dio un codazo y Dean rápidamente inclinó la cabeza.
...
Una vez que termino la misa, los chicos vieron a Lori abrazando a otra chica, Taylor. Una vez que la otra chica se alejó, se acercaron a ella y Sam preguntó, —¿Tú eres Lori?
—Sí —Lori asintió.
—Hola, mi nombre es Sam —dijo Sam—. Él es mi hermano Dean. Y él es el… él es Percy —frunció el ceño de repente, no queriendo enfadar potencialmente a la hija de un reverendo diciendo que eran novios. Ignoró las cejas fruncidas tanto de Dean como de Percy.
—Hola —dijo Dean torpemente, y Percy le dio a Lori un pequeño saludo.
—Fuimos transferidos aquí a la universidad —dijo Sam.
—Sí, los vi adentro —asintió Lori.
—No queremos molestarte. Solo que supimos lo que paso y… —Sam se calló.
—Queríamos decirte que lo sentimos —terminó Percy por él.
—Creo que sé lo que estás pasando —Sam frunció el ceño—. Yo… yo vi morir a… alguien. Es algo que no se olvida.
Lori asintió levemente y su padre se acercó a ellos. Ella dijo, —Papá, ellos son Sam y Dean. Son nuevos estudiantes.
Dean estrechó la mano del reverendo, —Es un placer conocerlo, señor. Su sermón fue algo muy inspirado.
—Muchísimas gracias —dijo el reverendo—. Es bueno ver jóvenes abiertos al mensaje del Señor.
Dean se rió entre dientes, —Señor, somos nuevos aquí en la ciudad —comenzó a alejar al reverendo de Sam, Percy y Lori—. Y buscamos un, hum, grupo religioso.
—Y dime, Lori. ¿Qué ha dicho la policía? —Sam preguntó mientras comenzaban a caminar con Lori.
—No tienen nada para continuar —Lori frunció el ceño—. Creo que me culpan por eso.
—¿Por qué? —preguntó Percy.
Lori suspiró, —Por mi historia. Estaba tan asustada que creo que vi cosas —dejaron de caminar.
—No significa que no sean reales —dijo Percy, y todos compartieron una mirada.
...
—¿Entonces le crees? —preguntó Dean. Se dirigían hacia la biblioteca, preparándose para investigar un poco el caso.
Sam asintió con la cabeza, —Si, le creo.
Dean puso los ojos en blanco, —También creo que es linda.
—No, no es eso, hay algo en sus ojos —Sam negó con la cabeza—. Y escucha esto: oyó rasguños en el toldo. Y vio el cadáver suspendido de cabeza sobre el auto.
—¿El cuerpo suspendido? Eso suena a…
—Sí —dijo Percy—, la leyenda del Garfio.
—Es una de las leyendas urbanas más famosas que hay —Dean frunció el ceño—. ¿Ustedes no creen que se trata del Garfio?
—Toda leyenda urbana tiene un origen —Percy asintió—. Un lugar donde todo inicia.
—Sí, pero ¿qué hay del fantasma que rasca, y la rueda pinchada y el asesino invisible? —Dean demandó.
—Bueno, tal vez tu Garfio no sea un hombre —Sam se encogió de hombros—. ¿Qué tal si es un espíritu?
...
Los chicos estaban sentados en una mesa en la biblioteca, Percy presionando sus nodillos contra su frente.
Dean se volvió hacia él, preocupado, —¿Estás bien?
—Sí —suspiró Percy—. Hubo un gran derrame de petróleo anoche. Me está matando la cabeza.
Sam frunció el ceño, —¿Un derrame de petróleo está haciendo que te duela la cabeza?
Dean asintió, —Está conectado con el mar. Puede sentir lo que este siente.
La bibliotecaria se acercó antes de que Sam pudiera hacer más preguntas, colocando algunas cajas grandes frente a ellos.
—Aquí tienen —dijo—. Registros de arrestos que vienen desde 1851.
Dean sopló un poco del polvo de una de las cajas y luego tosió, —Gracias —vio a la bibliotecaria alejarse y luego se volvió hacia Sam—. ¿Así fue como pasaste cuatro años de tu vida?
Sam se rió entre dientes, —Bienvenido a la educación superior.
...
Horas más tarde, todavía estaban buscando. En ese momento, las palabras habían comenzado a nadar tan salvajemente en las páginas que Dean simplemente le quitó los libros.
—Oye, escucha esto —Sam le entregó el libro que estaba mirando a Dean—. 1862. Un pastor llamado Jacob Karns fue arrestado por homicidio. Estaba tan enojado con la zona roja del pueblo que una noche asesinó a 13 prostitutas. Y aquí dice "varias de las muertas estaban en sus camas empapadas de sangre. Otras suspendidas de cabeza de ramas de árboles como una advertencia contra los pecados de la carne".
—Sam, ¿el arma homicida? —Dean miró otra página—. Parece que el pastor perdió una mano en un accidente y la remplazo con un garfio de plata.
—Y mira dónde pasó —Sam señaló la página.
Incluso Percy podía leer las palabras —9 Mile Road.
Sam asintió, —El mismo lugar donde murió Rich.
Dean sonrió, —Buen trabajo, Dr. Venkman. Vamos a verlo.
...
Lori estaba sentada en un automóvil junto a su padre, dirigiéndose hacia una casa de hermandad, a la que se estaba mudando, —Sé que es la primera vez que vives solo desde que mamá murió.
El reverendo Sorenson negó con la cabeza, —No es eso. Me preocupas tú.
—Hay 22 chicas ahí, es bastante seguro.
El reverendo Sorenson frunció el ceño, —Eso es lo que me preocupa. ¿Crees que no sé lo que sucede ahí?
—Papá, ¿tenemos que discutirlo otra vez? —Lori suspiró—. Tengo 18 años. Puedo vivir mi vida.
—Lo sé y eso sígnica beber e ir a fiestas.
—Ya soy adulta —siseó Lori—. Se cuidarme bien. Buenas noches —salió del auto cuando se detuvo en la casa de hermandad.
—Lori. Lori, ven… ¡Lori! —la vio cerrar la puerta de golpe y marcharse.
...
Lori subió los escalones de la casa de hermandad. Se detuvo en la entrada de uno de los dormitorios, notando un largo rasguño en la puerta. Al ver que la chica que estaba adentro solo estaba trabajando en su computadora, decidió ignorarlo. Lori entró en su habitación y estaba a punto de encender la luz cuando vio que Taylor, su amiga y compañera, estaba durmiendo.
—Taylor, ¿estás despierta? —preguntó Lori. Taylor no se movió, así que Lori la dejó sola y se dirigió al baño para prepararse para la cama.
...
Dean condujo hasta 9 Mile Road. Los chicos salieron del auto, abrieron el maletero y sacaron una escopeta.
—Aquí tienes —Dean se volvió hacia Sam. No se molestó en sacar una para Percy, sabiendo que incluso si quisiera una, no podría apuntarla.
—Si es un espíritu, la escopeta no servirá de nada —Sam arqueó una ceja.
—Síp, rocas de sal —Dean se la entregó a Sam.
—Hum —Sam bajó la mirada hacia el arma—. Para ahuyentar a los espíritus.
—Sí —Dean sacó un rollo de cuerda del maletero y lo cerró después—. No los mata, pero los detiene.
—Eso es bueno —dijo Sam, y comenzaron a caminar hacia los árboles—. ¿Tú y papá idearon eso?
—¿Qué te dije? —Dean sonrió de nuevo—. No tienes que ser universitario para ser un genio —oyeron sonido detrás de los árboles. Sam levantó la escopeta.
—Por ahí —susurró Percy, señalando con la cabeza hacia el sonido—. Por ahí —Sam apuntó con el arma, cargándola. Una figura salió de detrás de los árboles y vieron que era un comisario.
—¡Suelten el arma ahora! ¡Ahora! —ordenó el comisario—. Las manos atrás de la cabeza.
—¡Espere, espere, está bien, está bien! —Dean tartamudeó y Sam bajó el arma.
—Arrodíllense —exigió el comisario—. ¡Háganlo! ¡De rodillas! —los chicos se pusieron de rodillas, Percy cerró los ojos ante el creciente dolor de cabeza—. Ahora, sobre su estómago. ¡Háganlo!
—¡Él tenía el arma! —Dean señalo con la cabeza exageradamente hacia Sam, quien entrecerró los ojos hacia su hermano. Se recostaron.
...
Lori salió del baño en pijama y miró a Taylor cuando se movió dormida. Se metió en la cama sin notar que el Garfio esperaba en el vestidor abierto.
A la mañana siguiente, Lori se dio la vuelta en la cama y abrió los ojos. Inmediatamente vio el charco de sangre en el suelo. Levantando más la mirada, pudo ver que la sangre provenía de la cama de Taylor. Taylor estaba muerta.
—Oh, por Dios —Lori dijo. Gritó, mirando hacia la pared cerca de la cama de Taylor. Escritas con sangre estaban las palabras: "¿No te alegra no haber encendido la luz?" Debajo había una cruz con cuatro más pequeñas rodeándola.
...
Los chicos salieron de la comisaría y Percy hizo una mueca ante la brillante luz del sol.
—¡Salvé sus traseros! —Dean miró a su hermano, agarrando la mano de Percy—. Convencí al comisario de que los multara nada más.
—¿Pero cómo?
—Les dije que eran novatos estúpidos a los que estábamos probando.
—¿Y la escopeta qué? —Percy frunció el ceño.
—Dije que estaban cazando fantasmas y que los fantasmas eran repelidos por rocas de sal —Dean sonrió—. La típica broma estudiantil.
—¿Y él te creyó? —Sam cuestionó.
—Es que sí parecen novatos estúpidos —dijo Dean, y Percy resopló. Momentos después, los comisarios salieron corriendo del edificio y se alejaron a toda velocidad en patrullas. Los chicos compartieron una mirada.
...
Lori estaba envuelta en una manta, sentada en la parte trasera de una ambulancia estacionada frente a la casa de hermandad. Los chicos pasaron en el auto, mirándola.
—Sólo quiero llevarla a casa —dijo el reverendo Sorenson.
—Yo entiendo, reverendo —dijo el comisario—. Pero Lori está relacionada a dos homicidios y no puedo ignorar eso.
—Escúcheme —siseó el reverendo—. Arréstela entonces o deje que me la lleve.
El comisario lo pensó por un segundo, —Debe estar disponible para interrogarla.
—Gracias —dijo el reverendo. Se dirigió hacia Lori—. Hija, nos iremos a casa —Lori se puso de pie y empezó a caminar con su padre. Mientras tanto, Dean estacionó el auto en otra calle. Salieron y caminaron hacia la parte trasera de la casa de hermandad.
—¿Por qué el Garfio vendría aquí? —preguntó Percy—. Está muy lejos de 9 Mile Road.
—Tal vez no acosa la escena de su crimen —propuso Dean—. Tal vez sea otra cosa, Percy —dos chicas de hermandad salieron por la entrada lateral, sin darse cuenta de los chicos. Los chicos se apretujaron contra el costado de la casa cerca de unos arbustos para que no los vieran—. ¡Son chicas estudiantes! ¿Crees que veamos algunas vistiéndose? No —Dean se volvió para ver a Sam tratando de trepar al balcón. Dean lo ayudó rápidamente, luego le dio un empujón a Percy antes de impulsarlo hacia arriba. Una vez que estuvieron todos allí, entraron por la ventana de Lori. Sam entro primero, luego Percy detrás de él. Cuando Dean entro, cayó encima de Percy—. ¡Uy, perdón!
—Dean, sabes que no importa que estés encima de mí —dijo Percy en griego, sonriendo a través del dolor de cabeza.
—Cállense —siseó Sam.
—¡Cállate tú! —Dean respondió bruscamente.
—¡Cállate tú!
Oyeron los sonidos de alguien subiendo los escalones e inmediatamente se movieron para esconderse en el vestidor de Lori. Sam cerró la puerta en silencio y se sentaron casi a oscuras, los tres esperando cualquier señal de que quienquiera que entrara se iría. Después de unos largos momentos, Sam abrió la puerta en silencio y vio al comisario irse.
Entraron en el dormitorio de Lori y miraron la escritura en la pared.
—"¿No te alegra no haber encendido la luz?" —Sam leyó en voz alta—. Eso está en la leyenda.
—Sí, es clásico del Hombre del garfio —Dean vio a Percy arrugar la nariz, luego notó el olor él mismo. Se dio golpecitos en la nariz—. Y definitivamente es un espíritu.
—Sí, nunca había olido a ozono tan fuerte —concordó Sam. Percy frunció el ceño confundido, sin darse cuenta de que la mayoría de la gente no había olido el fuerte olor del ozono cuando estaban a punto de ser alcanzo por un rayo.
Dean se acercó a la ventana y Percy miró la escritura, —Oye, ven aquí —Dean se acercó a su novio y Percy señaló el símbolo de la cruz debajo de las palabras—. ¿Eso te es familiar?
...
Los chicos estaban de pie junto al auto, mirando una imagen en el teléfono de Percy de la foto. Era de uno de los pocos libros que había leído cuando estaban investigando.
—Es el mismo símbolo —asintió Sam, mirando la imagen—. Parece que es el espíritu de Jacobs Karns.
—Pues vamos a encontrar su tumba, a salir y quemar sus huesos para eliminarlo —Dean asintió, luciendo un poco demasiado emocionado.
Sam leyó en voz alta, —"Después de la ejecución, Jacob Karns fue enterrado en el cementerio Old North en una tumba sin marcar" —los tres parecieron molestos.
—Super —Percy frunció el ceño, su dolor de cabeza empeoraba. Estaba listo para tomar una ducha, comer una buena comida y envolverse en los brazos de Dean para una siesta seria.
—Bueno —suspiró Sam—. Ya sabemos que es Jacob Karns, pero aún no sabemos dónde se manifestara ni por qué.
—Si hay que adivinar el por qué —dijo Dean—. Creo que tu amiga Lori tiene algo que ver con eso.
...
Los chicos se encontraban en una fiesta universitaria. Dean tomó la mano de Percy y lo acercó a Sam.
—Hola —dijo Sam.
—¿Porqué me habías ocultado esto? —bromeó Dean, con un vaso rojo en la mano libre—. ¡La universidad es fabulosa!
—Ésta no fue mi experiencia —Sam se encogió de hombros.
—No me digas —Dean puso los ojos en blanco—. ¿Biblioteca, estudio, tareas? —sacudió la cabeza ante el asentimiento de Sam—. Qué nerd. Muy bien, ¿hiciste tu tarea?
—Sí —asintió Sam—. Estaba preguntándome en qué estaba conectada Lori con el Hombre del garfio y creo que encontré algo.
—1932 —Dean miró el papel que Sam le entregó—. Clérigo arrestado por homicidio. 1967. Seminarista arrestado por conducta violenta.
—Hay un patrón —señaló Sam—. En ambos casos, el sospechoso era un religioso que predicaba en contra la inmoralidad, que luego fueron buscados por asesinatos que afirmaban fueron la obra de una fuerza invisible. Asesinatos realizados, escucha esto, con un instrumento filoso.
—¿Cuál es la conexión con Lori? —preguntó Percy, con el ceño fruncido con cansancio.
—¿Un hombre de religión qué predica contra la inmoralidad? —Sam arqueó una ceja y vio que la comprensión apareció en el rostro de Percy—. Excepto que esta vez en lugar de salvar a todo el pueblo, él solo trata de salvar a su única hija.
—El reverendo Sorenson —asintió Percy—. ¿Crees que está invocando al espíritu?
—Tal vez —Sam se encogió de hombros—. O, ¿tú sabes que un poltergeist puede acosar a una persona en lugar de un lugar?
—Sí, el espíritu se aferra a las emociones reprimidas del reverendo, se alimenta de ellas, y…
—Sin que el reverendo se entere —asintió Sam.
—Creo que deberías vigilar a Lori esta noche —dijo Dean.
—¿Qué van a hacer ustedes? —preguntó Sam.
Dean miró a Percy, viendo el cansancio en su rostro, y de mala gana dijo, —Vamos a ver si encontramos la tumba sin marca —miró a Percy de nuevo, negó con la cabeza y luego se llevó a su novio.
...
Percy y Dean caminaron por el cementerio Old North con las linternas iluminando diferentes lápidas mientras buscaban la correcta.
—A Nico le encantaría este lugar —dijo Percy con sarcasmo.
Dean resopló y estaba a punto de responder cuando su luz cayó sobre una lápida con el símbolo de la cruz grabada en ella.
—Aquí está —dijo, y se acercaron.
Pronto empezaron a cavar y, después de mucho tiempo, ambos estaban exhaustos.
—Decidido —gruñó Dean—. A la próxima, vigilaremos la casa de la chica —con el siguiente golpe de su pala, rompió la madera del ataúd y vio los restos de Jacob Karns—. Hola, predicador —tiraron sus palas a un lado.
Percy se sentó junto a la tumba excavada, con los nudillos presionando su frente mientras luchaba contra su dolor de cabeza. Dean se paró a su lado, sacando cosas de su bolso. Rápidamente vertió sal y líquido inflamable en los huesos y luego encendió un fósforo.
—Adiós, predicador —dijo Dean. Arrojó el fósforo a la tumba y los dos vieron los huesos estallar en llamas.
...
El reverendo Sorenson estaba acostado en una camilla, con Lori a su lado. Sam estaba hablando con el comisario.
—Estábamos hablando —explicó Sam—. Y el papá de Lori salió y él apareció.
—¿Un hombre grande? ¿Con un arma, una especie de garfio? —preguntó el comisario.
—Sí, señor.
—¿Nunca lo habías visto?
—No señor.
—Hijo, cada vez que me doy la vuelta, te veo a ti —suspiró el comisario—. Sugiero que te alejes de los problemas.
Sam asintió con la cabeza, —Lo haré —levanto la mirada y vio a Dean y Percy caminando por el pasillo, escoltados por dos comisarios.
—Ah, está bien, estoy con él. Él es mi hermano —Dean miró a los comisarios y luego se volvió hacia Sam—. ¡Oye! ¡Hermano! —Dean sonrió y saludó con la mano, mientras Percy simplemente rodaba los ojos con cansancio.
—Déjenlos entrar —ordenó el comisario, y los dejaron pasar.
—Gracias —dijo Dean, y se acercó a Sam—. ¿Estás bien?
—Sí —asintió Sam.
—¿Qué rayos pasó? —Dean cuestionó.
—El Garfio —dijo Sam.
—¿Lo viste? —preguntó Percy.
—Por supuesto —suspiró Sam—. ¿Por qué no quemaron los huesos?
—¿De qué hablas? Lo hicimos —Dean parecía confundido—. ¿Seguro qué es el espíritu de Jacob Karns?
—Pues se parecía a él —asintió Sam—. Y no es todo. No creo que el espíritu este usando al reverendo.
—Pues no, no estaría el Garfio contra él mismo —asintió Dean.
—Creo que está usando a Lori —teorizó Sam—. Anoche descubrió que su padre tiene una aventura con una mujer casada.
—¿Y qué?
—Está molesta por eso —dijo Sam—. Molesta por la inmoralidad de eso. Me dijo que le enseñaron a creer que serías castigado si hacías algo malo.
—Muy bien, está en conflicto —asintió Dean—. Y el espíritu del predicador Karns está usando sus emociones reprimidas y lo que hace es castigar por ella
—Sí —estuvo de acuerdo Percy—. Rich se sobrepasó, Taylor trata de hacerla libertina y su padre tiene una amante.
—No me dejes hacerla enojar —Dean suspiró—. Pero ya quemamos sus huesos, los cubrí con sal, ¿por qué no se detuvo?
—Debe haber faltado algo —dijo Sam.
—No —Dean negó con la cabeza—. Quemé todo lo que había.
—¿Incluyendo el garfio?
—¿El garfio?
—Era el arma homicida así que era parte del cuerpo.
—Así como los huesos —Percy asintió—, el garfio es fuente de su poder.
—Así que si hallamos el garfio…
—Detenemos al espíritu —finalizó Dean por su hermano, y compartieron una sonrisa.
...
Los chicos estaban de nuevo sentados en la biblioteca, esta vez la cabeza de Percy estaba metida entre sus brazos mientras dormía. Dean usaba una mano para pasar las páginas de su libro y la otra para pasar los dedos por el cabello de su novio.
—Aquí hay algo —dijo Dean—. Bitácora de la penitenciaría. Karns, Jacob. Efectos personales: disposición de ellos.
—¿Menciona el garfio? —Sam miró a su hermano.
—Sí, tal vez —dijo Dean, luego continuó leyendo—. Tras la ejecución, todos sus cosas terrenales irán a la casa de oración del prisionero, la Iglesia San Bernabé.
—¿No es donde el padre de Lori oficia? —preguntó Percy con cansancio, apartando la cabeza de sus brazos y frotándose los ojos.
—Sí —dijo Dean en voz baja, mirando a Percy.
—¿Dónde Lori vive?
—Tal vez por eso el Garfio ha estado acosando reverendos e hijas de reverendos estos 200 años —se encogió de hombros Dean.
—Sí, pero ¿no habrían visto el garfio si estuviera en la iglesia o en casa de Lori? —Sam cuestionó—. Es fácil, es un garfio plateado lleno de sangre.
—Hay que ver los registros.
Algún tiempo después, todavía estaban sentados en la misma mesa, repasando páginas y libros de registros. Percy estaba sentado junto a Dean, luciendo cansado mientras luchaba por leer algunas oraciones particularmente malas.
Sam miró su página y leyó, —San Bernabé, donativos, 1862. Recibido garfio con mango de plata de la penitenciaría estatal. Re forjado —suspiró—. Lo refundieron. Lo hicieron otra cosa.
...
Dean estacionó el impala frente a la iglesia de San Bernabé. Rápidamente salieron del auto con Percy agradecido por la adrenalina que comenzaba a fluir a través de él y lo ayudaba con su dolor de cabeza.
—No podemos correr riesgos —dijo Dean—. Todo lo de plata se irá al fuego.
—De acuerdo —dijo Sam—. Lori sigue en el hospital. Tendremos tiempo.
Dean suspiró, —Bueno, elige tú.
—Iré a la casa —dijo Sam.
—Muy bien —asintió Dean. Vio a su hermano comenzar a caminar hacia la casa del reverendo y gritó—. Oye. No toques su ropa interior.
...
Dean y Percy estaban tirando todo lo plateado que habían encontrado al fuego en el sótano de la iglesia cuando Sam bajó las escaleras con una bolsa llena de cosas de la casa de Lori.
—Tengo todo lo que parece plata —dijo Sam.
—Más vale prevenir —dijo Dean. Arrojaron la bolsa al fuego, junto con todo lo demás, y de repente escucharon pasos sobre ellos—. Vamos. Rápido —Percy destapó a Contracorriente y corrió escaleras arriba con Sam y Dean a su lado.
Cuando los chicos subieron las escaleras, inmediatamente vieron a Lori llorando sola en un banco. Dean y Percy intercambiaron una mirada antes de bajar las escaleras, dejando a Sam.
—¿Cómo está tu cabeza? —Dean preguntó preocupado, mirando a Percy mientras se sentaban en los escalones.
—Bien, supongo —Percy se encogió de hombros—. No hay mucho que pueda hacer. Mi papá está trabajando para deshacerse del petróleo mientras hace que parezca que todavía hay petróleo para que los mortales no enloquezcan, pero no va bien. Sus dolores de cabeza probablemente sean peores que los míos.
Dean envolvió un brazo alrededor de los hombros de Percy, —Estoy seguro de que lo resolverá. Es un dios. Seguramente podría controlar la niebla para arreglar todo, ¿no?
Percy parpadeó una vez. Dos veces. —¿Por qué mierda no pensé en eso? —Dean resopló y Percy sacó su teléfono. Fue el turno de Dean de parpadear mientras veía a su novio enviar un mensaje a un antiguo dios griego.
—¿Poseidón tiene Snapchat? —Dean miró el teléfono con incredulidad.
—Por supuesto que sí —dijo Percy, como si fuera normal—. ¿Dónde más publicaría sus fotos de peces?
Antes de que Dean pudiera comentar, el sonido de cristales rotos viniendo de arriba llenó sus oídos. Rápidamente corrieron escaleras arriba, Percy con su espada y Dean con su arma. Ignoraron los arañazos en la puerta de sótano, ignoraron el cristal que brillaba en el suelo e ignoraron la forma en que el lugar estaba más oscuro de lo que debería ser. Solo escuchaban los gritos de Sam, Lori y lo que asumieron que era el Garfio.
Entraron de golpe al corredor y Percy gritó, —¡Sam, al suelo! —Sam se agachó y Percy agradeció el tiro abierto. Normalmente no le gustaba separarse de Contracorriente, pero de todos modos arrojó su espada al Garfio. La espada lo atravesó y se convirtió en polvo. Percy estaba agradecido por la bendición de Hades.
—Creí que era toda la plata —dijo Sam.
—También yo —Dean frunció el ceño.
—¿Y por qué sigue aquí?
—¡Tal vez nos faltó algo, Sam! —dijo Percy, y empezaron a mirar a sus alrededores.
Percy levanto la mirada cuando Sam habló, —Lori, ¿dónde conseguiste esa cadena?
—Mi… mi padre me la dio —dijo Lori temblorosa.
—¿Dónde la consiguió? —Dean demandó.
—Él dijo que era de la iglesia, me la dio cuando inicie la escuela —dijo Lori.
—¡¿Es de plata?!
—¡Sí!
Sam le arrancó la cadena del cuello. Dejaron de moverse por un momento cuando vieron al Garfio, que era visible, hacer un rasguño largo y profundo con su garfio en una de las paredes.
—¡Sam! —Dean gritó y le arrojó el arma a su hermano. Al mismo tiempo, Sam le arrojó el collar a Dean. Dean bajo corriendo las escaleras y Percy recogió su espada del suelo, sosteniéndola frente a él a la defensiva. Sam apuntó con la escopeta al Garfio y disparó. Rápidamente recargó el arma con rocas de sal.
El Garfio apareció frente a ellos de repente, quitándole de un golpe el arma a Sam y cerrando su garfio alrededor de la espada de Percy. Giró su garfio de una manera que le recordó a Percy la maniobra que Luke le había enseñado hacía tantos años, y la espada se soltó de su agarre. Percy se tambaleó hacia atrás, y los tres se apiñaron en una esquina, horrorizados cuando el Garfio se elevó sobre ellos.
De repente, el Garfio se detuvo en medio del swing. El garfio se derritió frente a ellos, y pronto, el resto de su cuerpo se quemó hasta convertirse en nada. Dean entro corriendo al corredor poco después y pareció aliviado. Rápidamente envolvió a su novio en un abrazo mientras miraba con complicidad a Sam y Lori.
...
Percy estaba sentado en la parte trasera del Impala con una sonrisa en su rostro. Su dolor de cabeza había desaparecido y, aunque todavía estaba cansado, estaba recibiendo mensajes de Frank sobre alguna sorpresa para Hazel. Frazel siempre podía hacerlo sonreír. Miró a los comisarios y a la ambulancia, preguntándose cómo saldría todo esto. Dean se subió a su asiento y miró a Percy, enviándole una sonrisa que siempre podía hacerlo sonrojar.
—Podemos quedarnos —le dijo Dean a Sam cuando su hermano se subió al auto. Sam negó con la cabeza en silencio. Percy miró por el espejo retrovisor, notando la mirada triste en el rostro de Lori. Se volvió también para mirar hacia adelante mientras Dean comenzaba a conducir alejándose de la iglesia, lejos de la chica.
