The Way Things Are
Summary: "Harry despertó aquella mañana en la Madriguera con una leve opresión en su estómago...Ver morir a tus seres queridos agudiza los sentidos…y vuelve el sueño muy liviano." Parte después del 6° libro.Slash H/D
Disclaimer: Nada de esto es mío, soy un vil copycat. Todo es de JK Rowling, la señora aquella que odia a Draco. Arriesgo demanda? ...espero que no.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------
Capítulo 2:
Tenía que tomar una decisión.
Para un Malfoy era difícil tragarse su orgullo de esa manera, pero no tenía alternativa.
No podía solo. Su sangre pura en estos momentos era tan plebeya como cualquiera.
Era buscado por sus pares y los muggles lo miraban con asco.
Nunca se había sentido tan bajo, tan avergonzado de sí mismo. Era una angustia que no lo dejaba vivir. Se preguntó que haría sin esa capa que lo cubría.
Ya no tenía lágrimas. Era como si estuviera seco. Su garganta le ardía, sus ojos cansados. La imagen devastadora del final se acercaba cada vez que los cerraba.
No recordaba bien cuando fue la última vez que durmió… ni siquiera la que comió.
Le escocía la sangre el solo hecho de pensar en él. Lo odiaba. Lo odiaba por ser el único. Lo odiaba por ser el elegido. Lo odiaba por depender de él. Lo… ¿odiaba?... De pronto le asustó la idea que fuera el único sentimiento que lo mantuviera en pie.
¿Era el único?
Vagaba por las calles tratando de mantenerse con vida, de pasar inadvertido. La mayor parte del tiempo lo lograba.
Las ruinas de su mansión no eran seguras. Dejó atrás todo lo que una vez conoció. Todo.
Sabía muy bien que no serviría de nada correr. Era luchar o morir…o morir de todos modos.
Tenía que encontrarlo, fuese como fuese. Sabía que con él estaría a salvo, y su asqueado instinto le decía que era lo correcto. Qué el chico de ojos verdes que tanto envidiaba sabía perdonar. ¿No?
Aprendió a que su respiración fuera inaudible. Su mano empuñaba algo negro en su bolsillo. La varita sudorosa. Era su última oportunidad. Recorrió tantos lugares en busca del moreno, arriesgándose a ser descubierto en cualquier momento.
Había tenido tres encuentros con dementores en estas semanas. Se movían con sutileza y a su antojo por doquier.
Su Patronus era cada vez más débil. Lo sabía. A este ritmo no tardaría en morir a manos de uno de esos repugnantes encapuchados.
Llegó a casa de los Weasley en una pelea interna muy dolorosa.
"Draco Malfoy…das asco…" pensó somnoliento entre los árboles. Sus piernas flaqueaban y la capa que tenía encima ondeaba con el viento. En lo alto distinguía a unos pelirrojos sobre sus escobas. No pudo reprimir un gesto de antipatía.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
"¿Y si lo aturdo?" La idea sonaba apetitosa, pero la abandonó, no tanto por moral, sino porque su acompañante ya estaba casi despierto del todo, y su mente no estaba trabajando muy bien que digamos.
– ¡Shh¡Shh! Cuidado la cabeza…eso… - dijo el moreno ante el intento de levantarse de su acompañante.
– Potter…– dijo Malfoy sin fuerzas. La voz grave, como si estuviera muy enfermo. Aún así, pensó Harry, es como si escupiera su nombre.
– Sí, quién más Malfoy…
– Me duele la cabeza…
– Lo sé, vuelve a dormirte. Ya verás que pasa.
– ¿Dónde estoy?
"Dónde crees imbécil…" – En casa de los Weasley – respondió Harry. Tenía la leve impresión de que Draco se quería levantar nuevamente. – Tranquilo – dijo mientras tomaba con las dos manos los hombros desnudos del Slytherin y lo volvía a acomodar en la almohada.
Calor. Otro escalofrío.
– Estoy muy débil…– Sus ojos grises vacilaban y amenazaban con cerrarse – Potter...
– Malfoy, guarda tus fuerzas. Tienes mejores cosas en que gastarlas ahora.
– Lo sé. – Dirigió sus ojos hacia los de Harry.
El verde y el gris son una hermosa combinación.
Malfoy se movió bajo las frazadas y rió por lo bajo.
– ¿Tú me desvestiste?
– Sí… – Por qué mierda era tan importante la pregunta esa, se preguntó el chico dorado. Sus mejillas se volvían a ruborizar con la respuesta.
– Gracias.
Se sostuvieron la mirada unos segundos. Era raro escuchar esa palabra de los labios de Malfoy pensó Harry. Era más raro aún sentirlas sinceras.
Tenía un montón de preguntas que hacerle. Quería exprimirlo como una esponja. Pero no sabía como empezar, y cuando estaba a punto de abrir la boca fue interrumpido por su interlocutor.
– Siento tener que recurrir a ti después de todo lo que pasó. Siento haber hecho lo que hice. Siento haberme dejado manipular como un imbécil… – su respiración se agitaba y las palabras salían dificultosamente de su boca. Se recostó y desvió su mirada al techo. – No he vuelto a tener contacto con casi ninguna persona desde entonces, menos magos. No he vuelto a ver a Severus.
"Fui castigado... Mató a mi madre y creo que a estas alturas también a mi padre – Su voz se volvió lastimera. Aún más torpe. Cerró los ojos mientras hablaba y Harry vio una lágrima. A pesar de eso, su voz no se quebró ni calló. – Sé que soy egoísta. Sé que sabes que si recurro a ti es porque no tengo donde ir. Quieren mi cabeza. He estado escondiéndome con tu capa para poder sobrevivir."
El rubio volvió a abrir los ojos.
- ¿Y pretendes que te crea? Y en caso de que te crea… ¿pretendes que te perdone, que te acoja, que te…"proteja"?
Draco no respondió. Miró a Harry por unos segundos y volvió al techo.
Por algún motivo los ojos verdes del moreno brillaron. Motivo que reconoció al cabo de un segundo.
Estaba disfrutando ver sufrir a Malfoy.
Había permanecido raramente apacible y solo durante este tiempo, y el hecho de remontar al momento de los hechos le provocaba un divertido traqueteo en la sangre. Quería golpearlo, maldecirlo. Hacer todo lo que no pudo aquella noche. De pronto recordó las palabras de Dumbledore hacia el chico de sangre asquerosamente pura y las cosas cobraban más sentido.
- Dumbledore di… - murmuró Draco, suplicante.
- Yo no soy Dumbledore. – lo interrumpió en seco Harry. – Esta muerto. ¿Lo recuerdas? Gracias a ti.
Silencio.
– Está bien. – Respondió – No creas que no se me cruzó esta opción. – Tras una breve pausa dijo: – Además…prefiero morir a tus manos que a la de ellos.
No sabía explicar lo que sentía, pero de pronto estas palabras lo calmaron un poco. Ya no sintió deseos de seguir escupiendo a Draco.
– ¿Y porque tendrías que morir?
Draco se apoyó bruscamente en la cama con sus codos y miró a Harry como si lo hubieran ofendido gravemente.
– ¡Mírame Potter¡Mírame! – Sus palabras eran casi gritos. Y las lágrimas caían a cada sonido. Su angustia salía por ellas. – Ya no puedo seguir. No tengo fuerzas, no tengo ánimos. ¡No tengo nada! El señor de las Tinieblas mató a mi madre, destruyó mi hogar, se llevó todo. La gente me odia. No tengo a nadie a quien recurrir. No tengo lugar al cual ir. No puedo seguir escondiéndome. No puedo… – Presionó con fuerza los ojos y las manos. Las uñas le herían las blancas palmas, y los ojos también hacían lo suyo.
Las ganas de ver sufrir al herido terminaron de desaparecer. Por algún extraño motivo… quería llorar con él. El nudo en su garganta iba a estallar tarde o temprano. Y conociéndose como lo hacía, no dudo en lo que pasaría.
– ¡Harry¡Mira quién ha venido!
Se vio vuelta y el corazón casi se le sale por la boca. Allí en frente tenía a Ginny y detrás de ella, Luna Lovegood. La primera había quedado paralizada con la imagen del rubio en frente.
Por lo menos este inesperado hecho ayudó a que su garganta se relajara un poco.
– Hola Harry – Saludó Luna mirándolo. Luego volteándose a Draco, como si fuera lo más normal topárselo allí semidesnudo, llorando y en la cama de Harry, dijo: – Hola Malfoy. – Sin moverse, al sentir el silencio de los demás agregó: – ¿Bajamos Ginny? Tengo que mostrarte las cosas que me trajo mi padre de su viaje a Escocia. Los muggles todavía creen que en el lago hay un dinosaurio. Sí supieran que es un…
– ¿Qué hace él aquí? – Espetó Ginny con una cara que lleva el diablo, y los brazos sobre las caderas. No había escuchado una palabra de lo que le decía Luna.
El Gryffindor sentía hervir la sangre. No sabía que era exactamente, pero una excusa tan barata para hablar con él, después de más de un mes, como era la llegada de Luna no le hacía gracia; tampoco que entraran a su cuarto sin tocar, y menos la estúpida mirada en la pelirroja, como si sintiera celos.
– Lo he encontrado cerca de aquí inconsciente.
– Qué bien¿no? Mamá estará encantada de invitarlo a cenar.
– Ginny…por favor…
– Por favor ¡QUÉ? – La actitud prepotente de la pelirroja solo conseguía enfurecer más a Harry.
– Nada… ¿puedes dejarnos solos? Tengo que hablar a solas con Malfoy.
– Harry, este tipo es peligroso, deberías haberme dicho que…
Una explosión morena se dejó ver.
– ¿DEBERÍA HABERTE DICHO QUÉ¿DESDE CUANDO TENGO QUE DARTE EXPLICACIONES DE LO QUE HAGO O DEJO DE HACER?
Ginny no respondió.
– Déjanos. Y ni se te ocurra contarle a alguien que Malfoy está aquí.
– Vamos Luna.
Ginny dejó la habitación junto a su amiga con un fuerte golpe.
Harry no pudo evitar sentirse más tranquilo.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Gracias por leer. A mi gusto el primer capítulo es un poco largo…por eso este lo mandé más cortito. Si opinan que estaba bien como el otro díganme La rapidez del segundo capítulo es más para que se enganchen xD
Manden cualquier cosa que se les pase por su cabecita cuando lo leen.
Saludos.
