The Way Things Are

Summary: Harry encuentra a Draco inconsciente en el patio de los Weasley. La boda de Fleur y Bill está cerca, y el chico dorado tendrá que cargar a "escondidas" con un rubio... ¿arrepentido? Parte después del 6 libro. Slash HD. Dejen Reviews!

Disclaimer: Nada de esto es mío, soy un vil copycat. Todo es de JK Rowling, la señora aquella que odia a Draco. Arriesgo demanda? ...espero que no.

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Siento haberme tardado tanto en actualizar! Pero quiero que sepan que terminaré este fic aunque sea lo último que haga. He dicho!

Espero que les siga gustando tanto como antes y ojalá recuerden la historia!

Gracias a todos por sus reviews y les anticipo que el próximo capítulo si se viene lleno de más sorpresas. Ya está casi todo en mi cabecita.

Besos. Saludos, Abrazos.

A LEER!

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– ¡Hermione¡Toma a Ron y a Neville y aparécete¡Yo tomaré a Draco y a Luna!

– ¿Dónde?

– ¡Número doce de Grimmauld Place!

Capítulo VI: Un lugar donde descansar.

Todo fue muy rápido. Demasiado rápido. El tedio de la boda y el empalagoso traje de gala que molestaba hasta sus partes privadas le parecían a solo unos segundos atrás.

Como había propuesto, tomó a Luna y Draco de la cintura, y sin siquiera mirar lo que pasaba alrededor, se concentró todo lo que la situación le permitió, cerró los ojos, y cuando los abrió, se encontraba en la cocina de la que identificaba como la vieja casa de su padrino.

Miró consternado hacia los lados sin darse cuenta que aún sujetaba al par de muchachos que no entendía lo que pasaba e insistían en seguir luchando. Harry los soltó y cayeron ambos al suelo estrepitosamente.

Trató de buscar al resto, pero no los encontró. Y no alcanzó siquiera a preocuparse cuando escucho el ruido sordo de alguien apareciéndose en la planta de arriba.

– ¿Qué pasó? – preguntó una lúcida (raramente) Luna.

– Los traje a la casa de mi padrino – respondió Harry mirando hacía el techo. – los demás deben estar…

Draco se acomodó la destartalada ropa y se levantó, ayudando (otra cosa rara) a Luna a hacerlo también. Siguieron a Harry que iba a toda velocidad hacia la planta superior, sin tomar en cuenta los gritos de una mujer en un cuadro en la sala principal. Al llegar arriba, no eran más que un eco.

– ¡Harry? – se escucho desde un cuarto al fondo del pasillo.

El moreno y los otros dos aumentaron la velocidad de sus pasos y llegaron hasta la puerta desde donde provenía la voz de Hermione. Entraron y se encontraron con la chica en medio de la habitación y Neville y Ron sentados en la cama, con el último sangrando de narices. Quien además se levantó de un salto y corrió tras Malfoy y sin decir nada le propinó un derechazo que lo mandó al suelo y le dejó la nariz en el mismo, o peor, estado que el suyo.

– ¡Ron! – exclamó alarmada Hermione.

– Todo fue por tu culpa enano asqueroso. – dijo Ron mirando a un adolorido rubio en el suelo – Si te hubieras quedado encerrado como siempre nada hubiera pasado. Lo único que haces es traer problemas. Imbécil.

– Suficiente. – Dijo Harry tirando a Ron hacia un costado. – Ron, escúchame. No te enfurezcas. ¡Ron¡mírame! Tenemos que actuar, y pronto. No tardarán en ponerse en nuestra búsqueda. No tenemos tiempo para culparnos entre nosotros. Ok?

– Vamos Ron…mejor esperemos en la cocina – Dijo Hermione tomándolo del brazo, mientras Luna ayudaba a Malfoy a sentarse en la cama. Luego volteándose dijo: – Harry, no te preocupes, todo estará bien.

Neville los siguió.

– No puedo creerlo. Tanto alboroto solo porque Malfoy estaba escondido. – Comentó Luna distraída, mientras observaba la vieja habitación con dos camas y una ventana al fondo – Quizás hayan prohibido las capas de invisibilidad…

– ¿Estás bien? – le preguntó Harry a Draco, quien tenía la cabeza hacia atrás y sujetaba su nariz con la derecha para contener la hemorragia.

– Excelente. – le respondió un rubio gangoso.

– Déjame ver… – El moreno tomó con una mano la cara de Draco, alzó su varita y dijo en alto "Episkey" apuntado su nariz. Esta dejó de sangrar.

– Gracias – dijo Draco. – No sabía – hizo una pausa para limpiarse el resto de sangre con la manga - que mi cabeza era tan codiciada.

Al ver que el rubio estaba mejor, Harry los llevó a la cocina donde los esperaba el resto. Ron tenía cara de pocos amigos y la mano de su novia yacía firme en su brazo por cualquier otro ataque de violencia que se pudiera suscitar. Neville permanecía en una silla y a su lado fue Luna, quien se sentó en la contigua. Malfoy por su parte se quedó al lado del ojiverde, como escondiéndose.

– No quiero peleas¿está bien? – dijo el moreno mirando a todos. – no podemos retrasarnos por niñerías. Tenemos mucho que hacer, y rápido… – luego hizo una meditada pausa y gritó: – ¡Kreacher¡Kreacher!

Al par de gritos apareció al instante en el centro de la cocina un elfo domestico bastante desaliñado y con una mirada de odio recorrió la sala y saludo exageradamente a todos.

– ¿Llamaba amo? Kreacher ha estado en las cocinas de Hogwarts como le ordeno y creo…

– Kreacher – lo interrumpió Harry -, quiero que vayas de inmediato a la casa de los Weasley y traigas nuestras cosas, ahora mismo, sin que nadie te vea, y si alguien lo hace no digas nada. Cuando hagas lo que te he pedido, puedes volver al colegio; ahora vete.

– Como ordene…mi… - respondió el elfo amenazadoramente antes de volver a desaparecer, con una mirada peor de la que llegó - …amo…

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Las cosas no estaban para nada bien. Todos estaban muy tensos. Luna no lo entendía; para ella las cosas eran bastante simples, y su mente pasaba ocupada en todo menos aquello. Lo que no quiere decir que esto fuera de menos importancia, claro.

No desempacó porque sabía que partirían pronto. Harry no tardaría en darles las indicaciones correspondientes.

Miraba a Neville que estaba aún en la silla de la cocina. Sus manos tiritaban y movía torpemente con la varita una taza.

– Me caes bien Longbottom.

El muchacho giró la vista y se quedó mirando a Luna. Los sonidos no parecían haberle salido de la boca, pero estuvo seguro de haber dicho "¿ah?".

– Quiero decir, en caso de que nos maten, quería que lo supieras.

Neville no respondió y volvió a su taza. Luna no esperaba que lo hiciera. Siguió examinando aquella cocina extraña que estaba segura no volvería a ver. Volvió a la mesa y se sentó. Se quedó mirando la taza del chico y se puso a pensar en como sería su vida. Siempre hacía lo mismo con todas las personas que le interesaban, aunque nunca lo dijese. Se imaginó a Neville llorando en un rincón de su casa que ella se inventó también en su cabeza, seguramente por algún regaño de su abuela; también pensó que quizás practicaba con tazas en aquella casa y de cómo cada noche después de la cena, se despedía de la señora Augusta y partía directo a su cuarto, antes de que ésta lo empezara a comparar con su padre o con Harry Potter.

Pensó que como sería tener de novio a alguien como Longbottom. Mejor dicho, tener de novio a Longbottom. No era guapo, pero Luna no se refería a eso. Ella nunca se referiría a eso.

– Me sigues cayendo bien Longbottom.

Luego soltó un bufido.

Hombres.

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– ¡Draco, apúrate! – Harry golpeaba la puerta del baño con las piernas cruzadas, jadeando de tanto en tanto.

– Entré hace menos de diez minutos… ¿qué demonios quieres? – Se escuchó del otro lado.

– …

Más golpes.

– La puerta está abierta idiota.

¿Eso era una invitación?

– Ehh…

– Dije que la puerta está abierta, entra y haz lo que tengas que hacer rápido y déjame tranquilo.

– Ehh… ¡sí!...claro…

Harry entró al baño procurando no hacer mucho ruido con la puerta. Lo cual le pareció estúpido ya adentro, como si estuviera entrando a espiar o algo. Este era amplio, aunque viejo. No estaba en mal estado, pero se notaba que hacía falta un poco de limpieza y cambiar ciertas cosas. La tina, llena de espuma, en la cual reposaba Draco con un poco del torso al descubierto, los brazos apoyados en el respaldo, y la cabeza hacía atrás con los ojos cerrados, era lo más reluciente dentro del baño. Se notaba que era reciente.

– Es delicioso Harry. No me daba un baño de tina hace mucho tiempo. Casi los olvidaba.

– Eh… – el moreno caminaba cautelosamente. Pensó en por qué se empeñaba en hacer el menor ruido posible, pero no quiso pensar en una respuesta. – sí…ya lo creo.

El Slytherin hace chapotear el agua con las piernas, y el joven Potter se mantiene tieso allí en frente.

– ¿Qué pasa? – Draco endereza la cabeza y abre los ojos – ¿Acaso todo el escándalo era solo para verme en la tina? – preguntó arqueando una ceja.

– ¡No! – Exclamó Harry saliendo de su ensimismamiento – yo, yo quería, o sea, necesito orinar…

– ¿Qué no hay más baños?

– El de la habitación contigua…Hermione y Ron están…bueno…"ocupándolo"

– Bueno, la taza está del otro lado, no veré nada Harry. Solo tu culo, pero con pantalones, a menos claro que… – las mejillas del rubio se ruborizaron levemente y se acomodó dificultosamente. Cerró los ojos y volvió a su postura original – Puedes hacer lo que sea, mientras no se te ocurra masturbarte.

Harry puso los ojos en blanco y se dio la media vuelta. Bajó la cremallera e hizo lo suyo.

No pudo dejar de sentir que Draco sí lo observaba…

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Pasarían la noche allí y al otro día partirían temprano. Estaban todos demasiados cansados como para arriesgarse a viajar así. No importaba que pasara esa noche mientras estuvieran juntos. Al menos eso pensaba Harry…

Las reglas de habitación para chicos y otra para chicas fue ignorada olímpicamente por Ron, quien que se quedó con Hermione, no dejándole otra alternativa a Luna que quedarse en el mismo cuarto que Neville. Por su parte el azabache de ojos verdes estaba en un cuarto con Draco.

– Tú duermes en la cama de la derecha. – Objetó el moreno – odio que me despierte la luz del sol.

– Como desees – dijo Malfoy mientras estiraba una sabana sobre la que sería su cama.

Ninguno de los dos podía dormir. La verdad era temprano y la agitación de aquella tarde sólo los había activado más. Así que conversaron. De unas y otras cosas. Harry se enteró que a Draco le gustaban los animales, pero que realmente nunca pudo tener una mascota, y a su vez éste se enteró de que Harry solía celebrar su cumpleaños solo, en la alacena de la escalera en casa de los Dursley; a Harry le gustaba el chocolate y a Draco las frutas.

– Es tarde Draco. Será mejor dormir – Harry se sacó los lentes y los dejó sobre el velador.

– Sí…tienes razón.

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– ¡Hey! Harry…

– ¿Qué?...

– ¿Duermes?...

– Qué crees tú idiota…

– …

– ¿Qué pasa?...

– No puedo dormir…

– Yo tampoco

– …

– ¿Qué pasa?...

– ¿Puedo…?

– ¿Sí?...

– Nada, olvídalo.

– Como quieras…

Serás tonto Harry…qué haces…

– ¡Ay¡Maldición!

– ¿Qué pasa¿Qué haces?

– Qué no veo en la oscuridad imbécil, menos sin mis lentes. Vamos, córrete.

– ¿Ah?

– Que te corras te digo…

– La cama es estrecha…

– Igual que la de los Weasley. Vamos, que hace frío.

– Está bien… serás tonto cara rajada.

– No más que tú, hijito de papa.

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– ¿Cómo se supone que llegaremos allá? – preguntó Luna.

– Hagrid me ha hecho un mapa antes de irnos de Hogwarts. – respondió Harry buscando en sus cosas.

– Qué extraño que no hayan venido a buscarnos acá…toda una noche y nada. – comentó Hermione mirando hacía el horizonte.

– ¿Se te hace? – Dijo Ron – yo no sé…bueno, al caso da lo mismo¿no? No vinieron y punto. Mejor para nosotros.

– Al parecer – Harry dijo, mientras tiraba de su bolso – no todo el mundo sabe donde está la casa de los Black. Creo que por seguridad de la Orden, nadie más que ellos sabía su paradero.

– Buen punto…– agregó Hermione.

– ¿Ya nos vamos? – preguntó Draco impaciente.

– Calma huroncito… - le respondió mordazmente Ron – Harry debe encontrar ese mapa antes. – luego mirando a Harry le dijo – ¿no sería mejor que el estorbo este se tapara con la capa? Así nadie lo ve y no tratarán de matarnos nuevamente.

– No lo creo necesario… – dijo Harry mirando a Draco haciendo cara de asco a la espalda de Ron – ¡Acá está!

– ¡Al fin!

– Sí, partamos.

– ¿Dónde queda el Valle de Godric exactamente a todo esto? – preguntó Draco. – nunca lo había escuchado.

– Pues no…es un pueblo muggle…y está en Gales.

– Eh…y ¿cómo se supone que llegaremos allá?

– En tren, claro. – respondió Harry sin darle mucha importancia.

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Ya tenían el "sucio dinero muggle", como lo llamó Draco, listo. Harry se había preocupado de cambiarlo en Gringotts ya hace un tiempo. Los padres de Hermione también aportaron lo suyo.

El viaje fue largo y calmado. La verdad es que era tan largo que lo mismo lo hacia ser calmado. Ron refunfuñó más de una vez que podrían haberse ido en escobas cinco veces más rápido, mínimo; Hermione leía y lo sosegaba con algunos besos cuando esto ocurría. Luna y Neville se fueron callados la mayor parte del tiempo, lo cual no parecía molestar a ninguno de los dos. Draco ya no conversaba tanto con Harry, ni éste con el primero. Realmente ya no tenían mucho que decirse, habían conversado de casi todo. Se dispusieron a contar estupideces o jugar a una que otra pavada.

–¿Tus padres están enterrados allá? – preguntó Malfoy, mirando por la ventana con la vista perdida.

– Sí… – Harry por su parte tenía la vista en el enorme papel garabateado por Hagrid – Según el mapa…hay un cementerio a las afueras del pueblo…que de por sí no es muy grande que digamos.

– Irás a verlos¿no?

– Creo que pasaré, sí.

– ¿Quieres que te acompañe? – preguntó Draco volviendo la vista hacia el moreno. Ante la extrañeza en el rostro de este, agregó: – bueno, sí, tienes razón, entiendo que quieras pasar solo y…

– No, no – lo interrumpió Harry – no es eso. Solo pensaba que tú acabas de perder a tu madre y bueno, quizás a tu padre. ¿Seguro que quieres ir conmigo a un cementerio?

El rubio calló y terminó diciendo:

– Hablas con un Malfoy, Harry. No lo olvides.

– A veces eres insufrible huroncito mal criado.

– Justamente eso es parte de mi atractivo Harry.

– Sueñas Malfoy. Sueñas.

– ¿Ahora soy Malfoy? – inquirió Draco arqueando una seña, con la mirada penetrante.

La sangre del moreno pareció congelársele por un instante, y las tripas se le apretujaban como gusanos, desembocando todo en un gran escalofrío.

– Corre un poco de viento¿podrías cerrar la ventana?

– Claro.

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Harry estaba sobre una superficie rocosa, y escuchaba el tintineo de las gotas a lo lejos. La cueva no era muy grande y el techo casi tocaba su cabeza. Cada vez que avanzaba más estrecho se hacía todo.

Se apoyó sobre la pared y su mano resbaló e hizo que cayera de rodillas al suelo. Se levantó y tanteó nuevamente la pared y se dio cuenta que estaban bañadas en sangre. No solo manchas, sino que enteras. De pronto escuchó un grito de mujer a lo lejos y vio destellos de luces al fondo del pasillo.

¡Hermione! – gritó Harry y trató de correr, pero no le era posible, no podía avanzar rápido por las rocas y el techo comenzaba a gotear más y más, manchando sus lentes con el fluido rojo.

Más gritos y más destellos, y el niño-que-vivió hacía su mayor esfuerzo, inútil por lo demás, para poder avanzar más rápido. Sus ojos lagrimeaban por la fuerza ejercida y gemía de dolor de tanto en tanto.

¡Harry! – escuchó. Siguió, sin desistir, hasta que al final salió de aquel horrendo pasillo, y se encontró en el Gran Comedor del colegio, grisáceo, destruido. A lo lejos yacía el cuerpo de Hermione, Ron, Neville y Luna, desgarrados.

"¿Crees que puedes ayudarlos¿Crees que puedes salvarlos de verdad?"

– ¡NOOOOOOOOOOO! – gritó Harry y corrió con sus amigos. – están…

"Están muertos Harry¿qué pensabas? No podrás evitarlo. ¿Estás listo para lo que viene, Harry?"

– Cállate… – dijo entre dientes Harry a esa voz que parecía se arrastraba por las paredes, mientras sostenía entre sus brazos el cuerpo sin vida de Hermione. A penas lloraba. Sentía rabia, frustración.

"Oh…¿que me calle dices? Lo siento, pero estoy en todas partes. Me tienes en tus manos Harry…¿Qué acaso…

– …No lo ves? – dijo el cuerpo muerto de Hermione, que Harry sostenía, al tiempo que abría los ojos enrojecidos.

El moreno, aterrado, la soltó y salió disparado hacía atrás.

¡Harry¡HARRY!... ¡Harry despierta¡Ya llegamos!

De un saltó abrió los ojos y miró a su alrededor. Era su asiento en el tren y Draco dormía a su lado. Hermione estaba parada a su otro lado sacando los bolsos.

– Te quedaste dormido…¿estás bien? – preguntó la castaña mirando el sudor sobre las sienes del moreno.

– Sí, sí…ha sido un mal sueño, eso es todo.

– Bueno…despierta a Draco y bajemos.

Harry obedeció con agilidad. No quería permanecer en ese asiento por más tiempo.

Bajaron todos juntos a la estación, Draco con los ojos rojos por el sueño y el pelo, que ya no llevaba nunca su habitual gomina escolar, estaba revuelto.

– Así que esto es el Valle de Godric… – comentó Luna.

– Así parece… – le respondió Harry, aún preocupado por aquel extraño sueño.

– Bueno…hogar, dulce hogar¿no? – le dijo Ron con una sonrisa.

Harry solo amplió un poco su boca con gran esfuerzo. Los músculos de ella se le contraían con escándalo.

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Ya! Fin del capítulo!

Por fin está la sexta entrega. Espero que les haya gustado.

Sin más que decirles que gracias por todo y que me encantan los reviews, así que por favor déjenlos en forma masiva, me despido.

Tian.