Los personajes de Inuyasha pertenecen a la gran Rumiko, yo solo los tomó prestados para poder dar forma a la trama la cual si me pertenece. Todo sin lucro y solo con el afán de entretener.


"Esta historia está exclusivamente publicada en "fanfiction . net" , si estás leyéndolo en otra página es porque ha sido plagiado"


"Grrr" y No "Nya"

Un pequeño hanyou pelinegro, estaba aburrido, su padre había salido hace días y debía quedarse en la cabaña junto a su madre, no es que no le gustase, amaba a su madre pero no le gustaba estar encerrado por mucho tiempo y no podía ir a jugar con las gemelas y Komori porque tenían gripe. Tampoco era como si él fuese a contagiarse, pero sus "primos" como solía llamarlos, por ahora estaban en reposo. Sí tan solo Shippou estuviese podría ir afuera, pero no, el zorrito fue a ayudar a Kohaku con su caza de demonios malos.

—Toshi, vamos a recolectar plantas— dijo Kagome.

—¿Puedo llevarla?— preguntó al mostrar una espada de juguete.

—Claro que sí.

...

Kagome vigilaba enternecida a su pequeño que agitaba la espada. No era solo su adoración, también la de Inuyasha, el hanyou no perdía de vista a su hijo, siempre le tenía cerca y no le culpaba, Toshiro era la prueba de que se amaban y habían podido finalmente estar juntos. Y con poco más de tres años, ya quería ir a derrotar demonios. Era raro verlo quieto, solo cuando estaba aburrido o triste no le daba ganas de jugar.

—¿Qué tienes?— su pequeño de pronto se acostó en el suelo mirando el cielo—. ¿Extrañas a tu papá?— obviamente, ella también lo hacía—. Pronto vendrá— le acarició una de sus orejitas negras.

—¿Cuándo voy a poder ir con él?

—Cuando seas más grande.

—¿Y tendré una espada como Tessaiga?

—Probablemente— la idea de que su hijo anduviera agitado como loco una espada, le ponía los nervios de punta, ojalá su niño no fuese tan impulsivo como Inuyasha cuando dominó el "Kaze no Kizu".

—¿Voy a poder atacar con mis garras?

—Te vas a defender, no atacar.

—¿Quién le enseñó a papá a defenderse?

—Eso...— ¿Qué le decía? Era pequeño para comprender algunas cosas—. Myoga-jiji, le explicó lo básico y luego con práctica tu padre mejoró.

—¡¿Él solo?!

—Ha tenido ayuda, pero al final depende de él ser más fuerte.

Toshi quedó conforme con la respuesta, se acomodó junto a su madre y poco después se durmió.

...

Ya se cumplían dos semanas desde que Inuyasha salió, esperaba estuviera bien, no creyó que su viaje donde Totosai le llevaste tanto tiempo. Deseaba estuviese bien y que regresara pronto, porque la verdad era que ya se estaba desesperando y no deseaba pensar en que fue atacado.

Y para mantenerse distraída, fue a lavar las sábanas y ropa de su hijo, eso también ayudaría a que Toshiro no estuviese encerrado todo el día.

—Toshi, no te acerques mucho a la orilla— advirtió a su hijo cuando le vio inclinarse al río.

—Tengo calor, quiero entrar, solo mis pies.

—Termino de lavar y nos metemos al río.

—¿Puedo comer otro?— sacó del canasto un oniguiri.

—Sí, voy a colgar la ropa, no te metas al bosque o al río.

El viento sopló y creyó sentir la presencia de Inuyasha, miró a todos lados, nada. Toshi seguía comiendo, si hubiese sentido el aroma de su padre ya lo estaría buscando. De nuevo esa sensación, decidió ignorarla, pero cuando se sintió observada, buscó de nuevo a su hanyou.

—¿Qué tanto vez allá?— Kagomen sonrió y volteó para encontrarse con ese muchacho que tanto amaba.

—Bienvenido.

—¡Papá!— corría lo más rápido que podía, cuando sintió el aroma de su padre le buscó.

—¿Te has portado bien?— le cargó sobre sus hombros, había extrañado tanto a su familia, ya quería volver pero el holgazán de Totosai no se apuraba en darle mantenimiento a Tessaiga.

—Sí, pero tardaste— le reclamó.

—Lo siento, pero ya estoy aquí ¿Quieres entrar al río?

Los ojos de Toshiro se iluminaron y asintió con energía. Pero justo en ese momento el viento sopló con fuerza, la ropa que estaba colgada se sacudió y cuando paró, un gritó de Kagome no tardó en llegar

—¡No es posible!— el lazo donde colgaban la ropa se había roto y más de la mitad de la ropa estaba sucia de nuevo.

—Quédate aquí, voy a ayudar a tu madre, no te alejes— Inuyasha dejó a su cachorro en el suelo y fue a ayudar a su compañera a recoger la ropa.

Toshiro veía a su papá ayudar a lavar la ropa y colgarla, le tomaría un largo rato desocuparse, observó el río, era tentador ir hasta allá, tenía mucho calor, solo metería los pies. Se acercaba con lentitud, pero su atención fue a otro lado, cerca de él estaba un gatito y fue hasta él.

—Hola ¿Estás perdido? ¿Tienes hambre? Tengo algo de arroz ¿Quieres?— le ofreció parte de un oniguiri a medio comer.

...

Con el calor que hacía la ropa pronto estaría seca, y mientras esperaban Inuyasha se dispuso a ir por su cachorro. El niño estaba bajo un árbol y agachado, desde donde estaba no podía ver bien lo que hacía. Cuando se acercó lo vio jugando con un gato, cosa que no era malo, lo que no le gustó y hasta le dio escalofrío fue escuchar a su cachorro maullar.

—Es tan tierno— dijo Kagome a su espalda.

—Cachorro, tu no debes hacer así.

—¿Nyaa?— de nuevo el escalofrío recorrió a Inuyasha, nunca creyó que algo como eso le parecería desagradable; por su lado, Toshi no entendía de lo que hablaba su padre.

—Tú debes hacer, "Grrr".

—GrrrNya— intentó imitar el sonido pero al final le salió el maullido.

—Sin el "Nya".

—Grrnnn, perdón— no lo logró por completo.

—Muestra tus colmillos y luego desde tu garganta gruñes.

Toshi lo intentó varias veces, pero no lograba hacer un gruñido completó, siempre lo terminaba de otra manera.

—No puedo.

—Luego aprenderás— Kagome le acarició las orejitas para animarlo—. ¿Por qué no vas a la casa por tu pelota? Puedes jugar con ella en el agua— el cachorro salió corriendo—. Y tú, no lo fuerces, lo hará bien a la próxima— dijo a Inuyasha.

—¿Y si le escucha Sesshoumaru? No parará de molestar.

—Creo que Sesshoumaru la próxima vez que venga va a tener otro asunto que atender.

—¿De nuevo Rin?

—Le afectan mucho esos comentarios de "Él te ve como hija", "Su amor es paternal", "Es muy viejo, tiene siglos" y "¿En verdad crees que a un demonio como él le gusta una niña?".

—Es una tonta, que no les haga caso.

—La confunden, y tu hermano que no se aparece no ayuda mucho, solo le manda cosas con Jaken.

—Sus razones ha de tener.

—Ya le dije que la corteja y me responde "También podría solo cuidar a su cachorra humana".

—¡Papá, ya vamos!— ya volvía con su pelota y en el camino se iba quitando la ropa.

—¿Vienes?— preguntó Inuyasha a Kagome.

—Claro.


Seguía sin comprender por qué a su papá no le había gustado que imitase al gatito del otro día, a él le pareció gracioso y a su mamá también. Observó como su papá ayudaba a reparar un techo, cargaba varias tablas con mucha facilidad, en verdad que era fuerte. Sus orejitas se agitaron al escuchar un maullido ¿Sería el mismo gatito? El sonido venía de los arbustos, podía ir a verlo, no se estaba alejando mucho y después de saludar a su amigo, volvería y su padre no se iba a enterar.

Cuando atravesó el matorral vio que era uno diferente, pero al parecer este también quería jugar. Se acercó más y algo le hizo detenerse, comenzó a sentir miedo, retrocedió y el gato se acercó, conforme caminaba se hacía más grande.

—Papá...— quiso gritar pero no pudo, su voz no salió—. Vete gatito...

—Voy a comerte niño bestia— dijo el gato que ya estaba erguido como un humano.

—¡Papá! ¡PAPÁ!— finalmente sus piernas obedecieron, corrió directo a la aldea—. ¡PAPÁ!

—Ni lo intentes— de un solo ataque de sus garras, Inuyasha acabó con ese bakeneko.

En cuanto sintió el aroma de aquel gato demonio, buscó a su cachorro, al no verlo donde lo dejó se alertó, al dar con su aroma, estaba mezclado con miedo y un gritó llamándolo resonó en sus orejas. Tuvo tanto miedo de no llegar a tiempo.

—¡Papá!

—Todo está bien— lo cargó y abrazó, quería regañarlo por irse, pero no era el momento, su cachorrito temblaba—. Estoy contigo, no voy a dejar que te lastimen.

—Quiero a mamá— no paraba de llorar.

—Ya vamos con ella, pero deja de llorar, ya estás a salvo, Shiro, no llores.


Una semana después del incidente con el bakeneko, Inuyasha había llevado a Toshiro a una aldea vecina para que le acompañara por algunas provisiones y Miroku iba con ellos. La idea de llevarlo no había sido suya, fue de Kagome, la chica le dijo que era para distraer al pequeño.

—Shiro no te alejes— advirtió Inuyasha al verlo caminar donde cocinaban pescados.

—¿Cómo sigue?— preguntó Miroku.

—Ya no le gustan los gatos, les tiene miedo.

—Va a estar bien, lo del bakeneko fue un pequeño accidente.

—No debió pasar, mantenerlo a salvo es mi responsabilidad.

—Y lo haces bien.

—Solo me distraje por un segundo.

—Ya no te atormentes, malo fuera que no llegases a tiempo... Creo que ya tienen nuestro encargo— dijo Miroku al ver que el dueño del local le llamaba.

—Cachorro, hora de volver.

...

Toshiro iba sobre los hombros de su padre, le gustaba la vista que tenía. Prestó un poco de atención a la plática de su papá y tío, pero la ignoró cuando olió algo, un gato les estaba siguiendo. Le gruñó como pudo para asustarlo.

—Shiro ¿Qué haces?

—Lo asusto, nos sigue— señaló al gato.

—Tranquilo, no te alcanza.

—Papá...— llamó con miedo.

—Listo, ya se fue— debió gruñirle para asustarlo—. Era un gato normal.

—¿Cómo lo sabes?

—Por su olor.

El pequeño se quedó pensativo, hasta ahora no prestaba mucha atención a muchos olores, los que más identificaba era el aroma de las personas cercanas a él, de la comida y algunas plantas desagradables. Desde ahora pondría más atención.


Después de su pequeño viaje, Toshiro le había insistido a su padre para que le siguiera enseñado a gruñir como se debía, en esta ocasión tenía una gran motivación y no se daría por vencido. Con lo que no contaba era que su madre comenzara hacer caras raras, esas caras que hacía cuando se emocionaba demasiado por algo.

—Cachorro otra vez— alentó Inuyasha.

—No— cruzó sus bracitos e hizo un mohín.

—¿Por qué no?

—No da miedo, a mamá le gusta, le parece tierno— no podía dejar pasar esos chillidos ahogados y ojos brillosos.

—Tu gruñido no es lindo, es aterrador— le aseguró Kagome, aunque sabía que mentía, Toshi era adorable.

—A papá tampoco le da miedo.

—No es verdad, ahora de nuevo.

Lo haría una vez más, se concentró, tomó aire y dejó salir su feroz gruñido.

—¡Lo hicieron otra vez!— les reclamó, él no quería ser tierno, no en ese momento.

—No te molestes, ya te dije, aun eres pequeño y eres el niño más lindo que he visto— dijo Kagome.

—Pero quiero espantar— estaba frustrado.

—¿Para qué?

—Para que me teman los demonios y esos gatos malos.

—Ese es mi trabajo, tu solo ocúpate de jugar— lo último que quería Inuyasha era que su hijo pasara por los mismos peligros que él en su niñez.

—Cuando te vas quiero proteger a mamá.

—Yo soy fuerte— intervino la joven madre.

—¿Y si alguien quiere lastimar a mi hermanito?

—¿Cuál hermanito?— Kagome parpadeo confundida ¿De dónde sacó su hijo la idea de que iba a tener un hermanito?

—El tío Miroku le dijo a papá, "Pronto veremos como te va con otro hijo", voy a tener un hermanito.

Inuyasha se quedó paralizado, él creyó que su cachorro dormía cuando Miroku dijo eso, al parecer se equivoco. ¿Qué otra cosa había escuchado?

—Toshi, por ahora no vas a tener un hermanito.

—¡Pero yo lo quiero! ¡Papá, díselo! Dile que tendré un hermanito.

—Es que... Shiro... Ahora... Miroku solo estaba molestando.

—¡Quiero a alguien con quien jugar! Prometo portarme bien— él ya había hecho planes para cuando tuviese a su hermanito.

—Toshi, que tengas un hermanito no es fácil.

—¿Por qué no puedo tener uno? Las gemelas y Komori ya van a tener otro… Por favor— pidió con aquella carita tierna que sabía que su padre no se resistiría, tal vez su mamá si, pero su papá era fácil de convencer.

—¡Bien, lo tendrás pero no llores!— gritó exasperado Inuyasha y Kagome se sorprendió.

—¿Cuándo?

—Va a tardar un poco, pero lo tendrás.

Kagome no podía creer lo que Inuyasha había dicho, y no se atrevía a mirarla. Debía pensar en algo para distraer a su hijo y hablar con su esposo. Un silencio se formó por un rato, hasta que la voz de Shippou llamarlos les alertó, había vuelto.

—¡Es Shippou! Le voy a decir— Toshi salió corriendo antes de que sus padres le pudiera detener.

—¿Estás loco? ¿Por qué le prometiste eso? Mírame— pidió Kagome al ver que el chico, seguía con la vista en el suelo.

—¿No lo quieres?

—¿Cómo?

—Otro cachorro— susurró.

—Claro que lo quiero, pero tener a Toshi nos tomó dos años.

—Shiro tiene casi cuatro.

—Y eso que tiene que ver con… ¿Por qué Miroku te dijo eso?— algo presentía.

—Porque...

—¡Es verdad! Pronto tendremos otro como tú— gritó Shippou al entrar a la cabaña con Toshiro—. Así olía tu madre cuando te esperaba— siguió hablando sin percatarse de la tensión que se había formado entre la pareja.

—¡Papá es rápido! Solo salí por ti— corrió hasta su madre y le abrazó el vientre, Kagome e Inuyasha se habían sonrojado por el comentario de su hijo—. Hola hermanito.

—Toshiro, vamos a jugar afuera— sugirió Shippou, ya había notado que habían entrado en mal momento.

—¿Por qué?

—Te voy a mostrar un nuevo truco.

—Aquí, para que papá y mamá lo vean.

—Tiene que ser afuera, aquí es muy pequeño— debía llevárselo cuanto antes.

—Ya vengo— prometió al vientre de su mamá, antes de salir de nuevo.

—Iba a decírtelo— comenzó a hablar Inuyasha—. Pero debí ir con Totosai y... Lo siento.

—Toshi está feliz, pero debiste decirme antes, recuerda que debo mantenerme alejada de algunas plantas, pueden ser malas para el bebé— se llevó sus manos a su vientre—. ¿Cuánto tiempo tengo?

—Casi dos meses.

—Creo que y también tengo la culpa, no noté que tenía un atraso— su mente había estado en tantas cosas que en lo último que pensó fue su periodo.

—¿Todo bien? — preguntó con cautela.

—¿Por qué Miroku lo supo antes?

—Lo notó, sabes lo perspicaz que es, comenzó hacer preguntas y me acorraló.

—En eso tienes razón, vamos con los niños, Shippou debe estar preocupado— se levantó y antes de cruzar la puerta, Inuyasha la tomó de la mano.

—Kagome...

—¿Qué pasa? — Inuyasha no contestó—. Tranquilo, estoy feliz por el nuevo bebé, me gusta la idea de llevar otro hijo tuyo— confesó con un sonrojo.

—A mi me gusta verte embarazada.

—No vuelvas a ocultarme ese tipo de cosas o te mandaré al suelo hasta que atravieses la tierra, ahora vamos a ver lo nuevo que ha aprendido Shippou.

Inuyasha asintió y se dejó llevar afuera, observó a Kagome y solo pudo pensar en una cosa ¿Cómo le iba a decir que probablemente fuese más de un cachorro y no morir?


07/08/2017

Esta historia originalmente era para tres historias diferentes, pero por alguna razón, las terminé juntando y este fue el resultado. Espero les gustase.

NOTA: El nombre del pequeño es "Toshiro", pero Kagome le dice "Toshi" e Inuyasha "Shiro". Lo aclaró por si andaban con la duda.