Capitulo 4

Cumplimiento de la primera cláusula

Estabamos los dos en el coche rumbo al puerto, cada uno en su lado

Yo miraba por la ventana tratando de ignorarle, pero el dijo:

-Vas a tener que mejorar esa actitud Misao. No me gusta.

-Y crees que me importa algo lo que te gusta a ti?

-Te lo voy a enseñar gratis. Después de todo, hay una clausula especialmente importante que hay que cumplir. Y ahora ¿dónde estábamos?- me preguntó él acariciándome la mejilla, sus dedos seguian el controno de mi rostro y se detuvo en mi boca -tienes una boca muy provocativa Misao...

Me estremeci y un calor nacio en la boca de mi estomago. Poco a poco se cerrabnala distancia entre nosotros hasta que senti su beso

Aoshi recorrió mis labios con la punta de la lengua y yo eche mi cabeza hacia atrás. Un ansia desconocida iba creciendo en mi interior y, cuando él toco la curva de mi pecho a través de mi vestido, adentrando su mano y tocandolo, no pude evitarlo, gemí de placer ante el desconcertante contacto

Aoshi se apartó entonces.

-Hacer el amor en un coche realmente te ex­cita. O tal vez sea por mí esta vez, ¿tú qué opi­nas?

Ante esas palabras, recupere el sentido y me aparte de él. En el incómodo silen­cio que siguió, Aoshi se rio.

-Tranquila, no pretendo consumar nuestro trato en el asiento de un coche

Nos volvimos a sumir en silencio, ya para que refutarle si el nunca creeria lo que le digo, el piensa lo peor de mi, lo ha hecho desde siempre y gracias a las intrigas de Mirai que en todo este tempo no ha cambiad para nada, ella fue la causante de la primera desavenecia de casados y no llevabamos ni una hora de casados

Juntos llegamos al salon de banquete y cada uno se dedico a atender a los invitados, Me quede helada cuando encontre frente a mi a Mirai con su cara tan lavada ofreciendome su mano en forma de saludo

La deje con la mano extendida y segui mi camino

-Tal vez podamos hablar más tarde —dijo en voz alta Mirai sonriendo y antes de alejarse.

-Cómo te atreves? - me dijo Aoshi al oído cuando me sente a su lado en la mesa- Cómo te has atrevido a insultar así a un miembro de mi familia?

Frunció el ceño, no estaba de buen humor y no tenia ganas de aguantar nada a nadie

-No me importa lo avergonzada que te pue­das sentir por ver de nuevo a Mirai – me regaño-, la tienes que saludar con el respeto y buena educa­ción que se merece!

-No – dije tajantemente.

-Qué quieres decir con eso de no? -me preguntó él incrédulo.

-Que no estoy avergonzada y que nada me va a obligar a ser una hipócrita por Mirai. Así que mantenla apartada de mí. Ella es una gran mentirosa y puede que yo no quiera ser una maleducada, pero puedo perder los estribos.

Creo que sorprendido por mi actitud desafiante, Aoshi no dijo nada más hasta que termino la comida

Si Aoshi se creía que se había casado con un felpudo, ya podía limpiarse los pies en otra par­te. Iba a descubrir que no me podía obligar a muchas cosas, y eso no le iba a gustar nada. In­cluso cuando yo había estado completamente enamorada de él, me había dado cuenta de su convicción instintiva de su Superioridad mascu­lina. Con toda la tranquilidad del mundo, él ha­bía dado por hecho que podía dictar la ley y que yo aceptaría naturalmente lo que él dijera.

-La verdad es que te prefiero sin maquillaje - me había dicho un día-, el aspecto natural...

Çon lo que no logró que yo dejara de ma­quillarme.

-Eres demasiado joven para ir a fiestas y no puedes beber. Tu abuelo no lo aprobaría, así que vas a tener que quedarte en casa.

-Entonces iré con Mirai – le habia dicho inocentemente.

-Ya te puedes olvidar de eso!

Esa había sido nuestra única pelea, horas antes de la ruptura final.

Y entonces, animada por Mirai, me aparecio en la salida nocturna de los chicos y¿qué había descubierto? Exactamente la razón por la que mi novio no quería que sa­liera.

Después de que terminara la comida fuimos a ver los fuegos artificiales, entonces Kenta se acerco a mi una vez mas

El joven me miró muy seriamente

-Lamento que mi padre esté estropeando el día de tu boda.

-Lo mire extrañada, parece que en esta familia no todos me detestaban.. aun

-No soporto la forma en que se está com­portando y quiero que sepas que yo te doy de verdad la bienvenida a la familia, me pareces una buena persona, siempre me lo has parecido

-Gracias.

-Pero te agradecería que me dijeras lo que está pasando.

-Qué?

-Vamos, Misao- dijo -. Hace cuatro años, yo era un niño, pero ahora no lo soy.¿Por qué mi prima Mirai está actuando como si fuera tímida de repente y a qué viene todo ese secreto acerca de por qué rompisteis Aoshi y tú entonces? También me gustaría saber por qué mi padre me está avergonzando de esta forma hoy. Pero sobre todo, me gustaría saber por qué Aoshi les está permitiendo que te trate como lo está haciendo.

-Tal vez tu padre no aprueba mi procedencia -dije desesperada, Kenta me caia bien y no queria que se involucrara en este sordido asunto

Por suerte, Aoshi me había advertido de todo aquello. Naturalmente, Kenta sentía curiosidad por saber lo que había detrás de tan malos sentimientos en su familia, pero a ella le habría gustado que no le hablara de ello.

-No está nada contentos Misao -continuó haciendo referencia a su padre-. Pero solo porque tú eres hija de padre extranjero, no me trago esa. Y teniendo en cuenta lo que pensaba de la relación de Aoshi con Yayoi, su actitud me sorprende mas todavía -añadió sin darse cuenta de que me estaba hablando de una relación de Aoshi de la que yo no sabía nada.

Ese nombre no significaba nada para mi, no la conocia, pero me di cuenta de que haría mejor en no olvidarlo.

-Sabes, Kenta? No es nada raro que a los suegros no les gusten las novias de sus hijos.

-Estás tratando de consolarme, pero te ad­vierto que yo no me rindo fácilmente.

-Y yo no cedo fácilmente a mi novia, hermanito -dijo Aoshi rodeándome por la cintura y sacandome de allí

-Kenta está hablando demasiado y es muy indiscreto —dijo él.

Me di cuenta de lo tenso que estaba pero no entendia la razón.

-No es verdad -dije -. Y ahora perdóname.

Antes de que Aoshi pudiera hacer nada, esca­pe de sus brazos y me dirigió al aseo.

Estaba a poca distancia del cuarto de baño cuando se vio interrumpida por otra persona

poco deseada.

-Misao? -dijo Mirai cortándome el paso.

-Qué quieres?

-Antes éramos muy amigas -dijo la otra si­mulando sentirse herida.

-Guarda la actuación para alguien que no conozca tu idea de la amistad.

Mirai miró a su alrededor por si alguien la pudiera oír. Luego sonrió.

-Casi me morí del susto cuando fui invitada a la boda. Pensé que podía ser una trampa, pero cuando Aoshi me saludó como siempre, supe que estaba a salvo.

-A salvo?

Mirai se rio.

-Es evidente que él todavía no sabe lo que pasó realmente hace esa noche..

-De verdad?

Pero Mirai era demasiado inteligente como para dejarse engañar. Si Aoshi fuera consciente de las mentiras que había dicho su pri­ma, se habría enfrentado a ella.

-Se habrían abierto las puertas del infierno si Aoshi supiera lo que me inventé sobre ti y el pobre Jin. Así que, si se ha casado contigo sin saber la verdad, solo puede haberlo hecho para conseguir la fusin de clanes que tanto queria. Sigues queriendo conseguir a Aoshi a cualquier precio¿no¿Es que no tienes nada de orgullo?

-El suficiente como para no estar aquí intercambiando insultos contigo – dije empezando a volverme

Pero Mirai no había terminado todavía y se rio.

-Vaya un cambio para Aoshi. ¡Supongo que esta noche tendrá que cerrar los ojos e imaginarse que tú eres Yayoi – le escuche decir mientras me alejaba!.

Me refugie en el cuarto de baño. Me sentía mal y las manos me temblaban de la rabia, no importa que Aoshi no tuviese toda la verdad de lo sucedido aquella noche, no había cambiado nada finalmente, asi que me controle.

De cualquier forma, no quería que co­rriera el rumor de que el suyo era solo un matrimonio de conveniencia ya que le podría llegar a mi madre.

Saliendo del baño, Aoshi me llevo de la mano hacia la puerta de salida

-Ya es hora de que nosotros nos vayamos - decia

-Pero solo hemos estado un par de horas...

-Ya es bastante. Has hecho muy mal de no­via.

-No sé de lo que me estás hablando...

-Sí, lo sabes

-Mira, si vas a estar jugando a las adivinanzas o ponerte de misterioso es tu problema, pero a mi me hablas claro

-Olvidalo, nos vamos ya, Así que ve a despedirte de tu madre.

- Pero ya te dije...

-Cuándo vas a escuchar lo que te digo yo a ti? En estos momentos, no soy el hombre más feliz del mundo.

-Y eso?

-Hace cosa de un cuarto de hora, vi como mi prima Mirai hacía una segunda intentona para volver a ser amiga tuya. Y también la vi alejarse llorando ante tu rechazo. Luego, dijo que se sentía mal para poder marcharse

-Intrigante – dije para mis adentros- seguramente se dio cuenta que Aoshi nos habia visto hablar estaba claro que Mirai iba a causarme problemas siempre que tuviera oportunidad.

-Aoshi, eso no es cierto. Yo no le dije nada...

-Me aver­güenzo de ti. Pero no te preocupes por ello. No te voy a dejar que te relaciones con la gente de nuevo.

-Aoshi, no estás siendo justo. Ella...

-No tengo interés en oír tus excusas. Nos vamos

Nos despedimos de lso padres de Aoshi, el señor Shinomori apenas fue lo estrictamente amable como para gauradar las apariencias entanto la señora fue muy amable

Aoshi me dijo que solo su padre sabia la causa de nuestra ruptura anterior,-la version de Aoshi, claro-, a la señora Shinomori le evitaron los detalles

La noche anterior a la boda, hable con ella, estaba feliz por el amtrimonio de su hijo y juraba por su alma que era un matrimonio por amor, lo que siempre deseo ella para su prole

Ella en su juventud nunca llego a enamorarse, se caso con el hombre que le indico su familia y solo lo conocio el dia de la formalizacion del compromiso y encima solo lo saludo de lejos, despues e convirtio en la mujer sumisa que caminaba tres pasos detras de su esposo, no bubia la mirada y no hablaba si no le preguntaban o si su esposo no lo autorizaba

Creia que si volvia con su hijo Aoshi era porque lo queria y no por un compromiso impuesto

Pobre mujer, decidi callar porque no habia necesidad de lastimarla ostrandole la verdadera cara de su hijito

Y no la culpo, el muy maldito sabe muy bien aparentar lo que no es

A los dieciseis años, senti que me había enamorado completamente de Aoshi Shinomiri y no me había creído la suerte que tuve al ser aceptada en su grupo de ami­gos, ya que no tenía nada en común con ellos y, era muy tímida.

Ademas que estaba acomplejada por mi fisico de muchachito... y el que un hombre mayor - tenia 22 años-, y tan.. inteso y ..grandioso - asi pensaba en esa epoca-, como Aoshi se molestara en tener atenciones conmigo, mi corazon de muchachita no tenia defensa alguna

Ese verano en casa del abuelo, había entrado en un mundo muy distinto al mio habitual. Luego, me di cuenta de que me habían aceptado por su fa­milia y de que muchos de ellos no tenían ni idea de cómo era yo en vida real. Pero Aoshi era dis­tinto. No solo era atractivo, sino también mu­cho más maduro e inteligente que los demás.

Al principio de nuestra relación, a mi no se me había ocurrido que sus atenciones fueran a significar nada más que una demostración de su amabilidad. Entonces, Mirai me había dicho que mi abue­lo tenía intereses comunes con el padre de Aoshi y yo me senti humillada al pensar que mi abuelo tal vez le hubiera pedido a Aoshi quecuidara de mi.

Yo le había dicho varias veces que podía cuidar de sí misma.

Ante su insistencia, un día, en una fiesta que dio Jin, el mejor amigo de Aoshi en su casa, el me hizo caso y me dejó a solas y se dedicó a hablar y socializar con todas las demás, cosa que, sorprendentemente – me duele admitir- me fastidió bastante.

Jin encontró en el jardin

-Ya veoque Aoshi tiene otras cosas que hacer esta noche -mle dijo al verme con los ojos rojos de haber llorado-. Alguien debería haberte advertido de que a él le gusta la variedad. Pero se me acaba de ocurrir una buena idea.

Nunca me había caído particularmente bien ese chico, pero no supe por qué hasta que fue demasiado tarde. Era uno de los mejores amigos de Aoshi, pero estaba celoso de el, era más rico, más atractivo y más popular y mas habil en el combate que el

-Una buena idea?

-Por qué no nos divertimos un poco tú y yo?

-Qué clase de diversión? – pregunte en tono molesto, y no le habia dado confianza alguna para que me hablase en ese tono tan famliar

Sabía que a Jin le gustaba Mirai. Esta flirteaba con él, pero se negaba a salir con él.

-Sí, a mí también me interesaría saber la respuesta a eso -dijo Aoshi desde la puerta.

Sorprendido, Jin se volvió. Aoshi le dijo algo en voz baja que no pude escuchar y su amigo se puso colorado y nos dejó solos.

-Qué le has dicho? —le preguntó Olympia sintiéndose incómoda.

-Que le voy a arrancar la cabeza si te vuelve a decir algo así.

Paso muy rapido, Aoshi me agarró de una mano y me atrajo hacia sí decididamente Luego me besó. Leve, cariño­samente, sin la pasión que me hubiera ima­ginado que debiera haber en mi primer beso, pero aun así, fue como si el corazón se me para­ra por un momento.

-Eres mía —susurró él—. ¿Es que no lo sabes todavía?

-Tuya?

-Mi novia. Si no¿por qué te crees que he estado yendo contigo a todas partes?

-Yo creía que solo estabas siendo amable.

Aoshi se rió.

-Siempre hay una razón para ser.., amable.

Cuando le dije al abuelo las intenciones de Aoshi, sonrió ampliamente y, en ese momento, no le di importancia al hecho de que no se sorprendiera Ni tampoco sospeche nada de que mi relación con Aoshi se limitara a salir en grupos famliares y siempre manteniendo siempre distancia. De alguna manera, me dio cuenta de la frialdad de mi "amiga" Mirai, pero estaba demasiado enamorada como para prestarle atención a esas cosas.

Dado que solo llevabamos en relaciones seis sema­nas, me sorprendió mucho cuando Aoshi me pidió que nos casaramos

-Tú me gustas de verdad - me dijo él - Creo que, nos puede ir muy bien Tú eres una persona verdaderamente cariñosa. Y te gustan los niños y esas cosas.

Pero lo cierto es que me lo dijo cuando le estaban pocos días para la fecha señalada para mi regreso a casa. No me había dicho que me amara, pero esa propuesta de matrimonio me había animado a darlo por hecho y también eliminó todas mis reservas.

-Por supuesto, he hablado con tu abuelo -continuó él-. Cree que tal vez tú seas demasiado joven, pero yo le he dicho que esperaremos un tiempo prudencial para casarnos.

Pero la serpiente entró en mi Edén privado en la gran fiesta que dio el abuelo para anunciar nuestro compromiso.

-Me alegra tanto que los padres de Aoshi me hayan aceptado... -le dije a Mirai

-Y por qué no lo iban a hacer? No se me ocurre nadie en esta fiesta que no quisiera un alianza con la heredera del clan Makimashi

-Qué quieres decir?

-Es que no te cansas de hacer el papel de la pobre huérfana que no tiene donde caerse muerta¡ Todo el mundo sabe que Makiamshi te va a dejar todo a ti!

A la mañana siguiente, hable de eso con mi abuelo.

-Sí, es cierto. ¿A quién más tengo? - dijo él-. ¿Crees que te voy a dejar unirte a la familia Shinomori solo con lo puesto¿Crees que al pa­dre de Aoshi le gustaría ver a su primogénito atarse con la hija de un Gayjin sin algo que dulcifique un poco el trago?

-Pero... pero...

-Me siento orgulloso de poderte dar una dote y un nombre que este a su nivel. Es un buen matri­monio para ambas familias. Yo necesito que al­guien se haga cargo del clan cuando me retire y no se me ocurre ningún otro joven más prometedor que Aoshi Shinomori. Y ahora, en vez de hacemos la competencia, los dos clanes trabajaremos juntos.

Esa misma mañana, Mirai fue a la casa para disculparse por su actitud de la noche an­terior y me encontró pensativa.

-Las mujeres no nos solemos meter en esas co­sas. Pero, en nuestro mundo, el raigambre se casa con el raigambre -dijo Mirai encogiéndose de hombros—. ¿No te das cuenta de la suerte que tienes¡No eres precisamente la mujer mas bella de la tierra, pero tu abuelo te consiguió a Aoshi Shinomori

Pero lo tendría si no fuera la heredera de los Makimasi? Ese miedo me produjo una nueva inseguridad. La idea de que le importaba real­mente a Aoshi me estaba empezando a parecer muy inocente. Quise que Aoshi me lo asegurara más, pero no le hable de la gran dote que iba a aportar. Temia verme ante la posibilidad de una desagradable verdad. De cualquier manera, esa desagradable verdad se fue abriendo camino en mi mente...

Aoshi no me había dicho nada de amor

Cuando una noche le pedi una explicación por ese comportamiento tan contenido, Aoshi estalló airado, como si hubiera insul­tado su masculinidad.

-No seas tonta¿De dónde has sacado se­mejante idea ?

Me ruborice y musite:

-Yo solo me preguntaba... Quiero decir... Bueno, ya sabes.., me preguntaba por qué tú y yo no...

-Hemos de mantener las debidas distancias por­que yo te respeto como a mi futura esposa -res­pondió él secamente-. Si hubiese sido adecuadamente educada, no ten­dría que decirte esto.

No lo pude mirar. Por primera vez, él le pare­ció un desconocido y la estaba haciendo sentirse como nunca se habia sentido cuando alguien la critcaba por ser hija de extranjero y no haber sido criada como Japonesa, por mucho que su mente le dijera que ella no tenia de que avergonzarse

- Pero todo se solucinara al respecto, como esposa del jefe de un clan tendras responsabilidades y debes prepararte

-Supón... supón que que nos ca­samos y que descubrimos que no puedo satisfacerte en ese aspecto, que no doy la talla...

Aoshi me solto y me vio con mirada severa.

-Por supuesto que lo lograras, eres una Makimashi, Qué te pasa hoy?

Aleje esos recuerdos de mi mente cuando el carruaje llego al puerto

Cuando trate de bajar del coche, Aoshi me tomó en brazos, me subio al barco y me metió dentro de la cabina.

Un hombre mayor con uniforme de capitán nos dio la bienvenida con una amplia sonrisa

-Mañana te enseñaré todo el barco, si quieres -me dijo.

Luego me miró de arriba abajo con una mirada que me lleno de temor y añadió:

-Eres una novia preciosa.

-Por favor! Guarda esos cumplidos para las demás.

-Perdona?

-Ya me has oído —respondi mirándolo desafiante.

-Hoy tú te has transformado en mi esposa por si lo olvidastes...

-Sí, pero no es necesario para mí compartir la cama contigo.

-Muy bien -dijo él secamente y se alejó -vienes?

Así que ahora ibamos a alguna otra parte-pense

-No vas a poder volver a cambiar de opinión -me dijo él cuando lo alcance.

Se dirigieron de nuevo a la cubierta donde había tres hom­bres trabajando en él y, cuando nos vieron, se nos acercaron

Aoshi hablo en privado con uno de ellos, el hombre puso cara de sorpresa y asintió.

Luego volvió a darles instrucciones a los demás.

-Vamos a ver lo valiente que eres - me dijo. Vas a ser el hazmerreír de la gente y la causante de una tragedia

-A qué te refieres?

-Si te devuelvo y te arrojo a los de pies de tu abuelo, eso sorprenderá a muchos de nuestros invitados, y te juro, cumplire mi promesa de retarlo a duelo a el y a todo el clan, estoy en mi derecho de devolverles a una novia que se niega a consumar el matrimonio.

No podia dar crédito a mis oídos y lo mire boquiabierta. Él no había levantado la voz ni se le notaba enfadado. Simplemente ha­blaba como si me estuviera describiendo algo inevitable.

-No puedes decirlo en serio.

-Y por qué no? Estás tratando de engañar­me a pocas horas de la boda. Hemos hecho un trato y ahora estás intentando echarte atrás. Pero te has equivocado de hombre.

-No te permitiría cometer semejante barbaridad.

-Te llevaría a rastras.

-Estás loco

-Y qué tendría que perder? Si tú rompes los términos de nuestro acuerdo, yo también me vería en las últimas. No permitire que mi honor n el de mi familia sea sometido a tal afrenta por una niñita como tu

-Todo esto es una locura -dije tratando de apelar a su racionalidad—. Así que me queda­ré a bordo y haré como si todo fuera normal en el matrimonio. ¿Quién va a saber que no es así?

-No tengo tiempo para hablar con tramposas.

-No estás siendo justo.

-Cuándo he dicho yo que juegue limpio, pense que te habia quedado claro

-Tú me obligaste a aceptar las condiciones y este matrimonio. Me chantajeaste amena­zándome

-Ya lo sé. Pero primero hablemos de tus pe­cados. Tú viniste a mí y me suplicaste que me casara contigo.

-No supliqué!

-Sí lo hicistes

-No tiene que ser así entre nosotros – suplique

-A mí me gusta así -me contradijo sin du­dar.

Mire el coche que el hombre traia ya preparado, era ya inevitable cualquier ntento de razonar con Aoshi, esa noche el me obligaria a…, derrotada, volvi y me dirigi de nuevo al camarote.

-Me gustaría ver mi habitación.

Cuando llege al camarote, vi con alivio que, al por lo menos, Aoshi no pretendía compartirla conmigo

En un gran espejo vi escritas unas palabras:

¡Compite si puedes sucia gayjin!

Competir con qué?

Pero entonces vi una sola foto de una preciosa mujer. La fotografia tenia escrito el nombre de Yayoi Fuji

Me aparte de la foto como si quemara, pero al final no pude resistir y la mire detenidamente era una joven hermoisa, de talla menuda pero de cuerpo mas desarrollado que el suyo, era elegantemente Japonesa, del tipo que le gustaban a Aoshi

Por qué me senti tan mal?. Así que la tal Yayoi tenía gente a bordo del barco. Al­guien de la tripulación debía de haber dejado el mensaje y la fotografia. Entonces recorde lo que me había dicho Mirai sobre Yayoi ese mismo día. ¿Sería posible que hubiera sido Mirai no Yayoi la que quisiera molestarme en mi noche de bodas?

Y como podría competir con la que aparecía en la revista?

Y porque estaba pensando que competiria con alguna mujer por Aoshi?

Por suerte, no era competitiva. La ex novia o lo que fuera de Aoshi no era asunto mio, así que no quise perder más tiempo pensando en quién po­día haber sido el responsable de ese desagrada­ble mensaje.

Empece a quitarme el vestido para ir a dormir.

Estaba a medias cuando se abrio la puer­ta. Me volvi dispuesta a regañar a quien fuera mientras sujetaba el vestido por delante con las manos. Si no lo hubiera hecho, habría que­dado desnuda hasta la cintura.

Aoshi estaba dentro de la habitación.

Mi mente se quedo en blanco en ese momento y temblé como nunca habia temblado en mi vida

-He venido para preguntarte si necesitabas algo -dijo él en voz baja.

-Necesitar algo?- le pregunte agitadamente.

Él me estaba mirando muy atentamente e, in­voluntariamente, hice lo mismo. Aoshi siempre habia sido el hombre mas atractivo que habia conocido en mi vida

-Pero en este momento, otras cosas me vienen a la mente —afirmó él mientras enytraba y cerraba la puertra tras de si

-Perdón? —murmurecon las rodillas temblándome.

-Pareces una doncella de las aguas...

Ese solo comentario me hizo ruborizar y desvie la mirada

-Mírame - me ordenó .

Lo hice sin querer, el sonido de su voz era hipnotizante y me sorprendi al ver el deseo reflejarse intensamente en su mirada, un deseo que nunca habia visto y que ahora me hacian sentir como un ave frente a la mirada de la serpiente

-Vete – le dije tratando de no perdeer la poca compostura que me quedaba

-De verdad crees que estoy dispuesto a dejarte marcharme en este estado?

Comenzo a quitarse la ropa

-Ni tú puedes ser tan cruel -añadió.

-Yo¿Cruel? – dije en tanto veia como el dejaba al descubierto su pecho y la sensación calida de mi estomago se extendio a todo mi cuerpo tensandolo

-Vamos a dejar las cosas claras. Cuando eramos novios hace cuatro años y tú jugabas a hacerte la virtuosa y presumías de tu inocencia a cada oportunidad que se te presentaba, para mí era una completa agonía. ¡Estaba lleno de un deseo insoportable y no podía hacer nada al respecto¿No te dice eso nada?

Estaba pasmada por que él me hubiera encontrado atractiva en esos días. Eso iba en contra de todo lo que había creído hasta enton­ces.

-Me mantenías constantemente excitado. No podía dormir cada vez que estaba contigo. Mis fantasías sobre lo que íbamos a hacer cuando nos casáramos incluso me avergonza­ban a mí mismo. Fue un tormento. Algo realmente doloroso.

-No. Tú no podías sentir eso...

-Y no pretendo sufrir de nuevo de la misma manera -añadió él mientras se acerco y me ro­deaba por detrás con los brazos -. Porque tú también me deseas.

El bajó la cabeza y apretó los labios contra mi hombro, algo que incendió a mi cuerpo traidor que respondia a sus caricias

-Qué sentido tiene mentir ahora acerca del pasado?

-Yo no miento! – decia jadeante

Me siguió besando hasta detrás de la ore­ja, produciendome cosquillas y me temblaron las piernas, si no fuese por su abrazo, hubiese caido

-Necesito oir que tú también lo sentias. Que solo te contuvo el temor a que no me casa­ra contigo o que pudieras perder tu preciosa he­rencia.

Su voz, su toque, solo atinaba agemr al sentir sus manos

-Misao...

Cerre los ojos fuertemente, tratando de controlarme. Pero, aun así, la tentación fue mas fuerte. En ese momento, no hubo nada más importante que la sensación del cuerpo de Aoshi pegado al mio. Que importaba como habiamos llegado ahí, o quien dijo o hizo que, lo que importaba era que lo que sentia por el aun vivia, una verdad que me aplasto determinatemente

-Te has equivocado en todo —dije.

-No me he equivocado en nada. Hace cuatro años, tú jugaste conmigo -Cuando él apartó mis brazos, no mee re­sisti, me volteo y quedamos de frente y mi vestido cayo por completo al suelo

La vergüenza y la excitación se apodera­ron de mi a la vez. Ningún hombre la había visto así hasta entonces

Mire a Aoshi que me contemplaba con un brillo predador en sus ojos y yo cerre los mios, era ya inevitable que sucediera lo que tenia que suceder

N/a:

El lemon para el siguiente capitulo,seeeeee soy mala, y bueno, respondanme lo que pregunte en el capitulo anterior, si?

Nos vemos

Chaup

Randa1