De repente después de muuuuuchos años me han entrado ganas de escribir un fanfic de X-Files (yo soy de la generación que llegó a publicar en Silverbug, Ciudad Futura, la primera generación x-phile me entenderá). Me ha salido un drabble un poco triste, un poco esperanzador. Después de tantos años, siguen doliendo. Esto es solo un poco lo que deseo para ellos. Espero que les guste!

Nieva afuera. Corre un aíre frío que puede calar los huesos. Aún así ella está sentada en el porche de la casa mirando la nieve caer. Ha puesto música en su celular: baladas clásicas que hacen juego con su nostalgia. Recuerdos van y vienen en su memoria: algunos más alegres, algunos más tristes. Con el paso de los años, los recuerdos pesan más, las tristezas calan más hondo. Especialmente cuando ha habido un agujero en el corazón por tanto tiempo: William siempre será una herida abierta.

Mientras Dana continua ensimismada en sus pensamientos, la puerta de la entrada se abre y ahí está su constante, su piedra de toque: Mulder, quien la invita a entrar. Ella acepta, adentro la chimenea está prendida y hay dos tazas de chocolate caliente en la mesa.

Scully agradece el gesto y toma un poco de chocolate para mitigar el frío. Mulder se ausenta un momento y regresa con la bebé en brazos. Padre e hija se sientan al lado de Scully y una sonrisa ilumina su rostro y su corazón. Despues de tantos acontecimientos por los que ha pasado, poder vivir esta clase de momentos es como un regalo de la vida, la balanza inclinándose a su favor.

Mulder le sonríe de vuelta y ella toma a su hija en su regazo. Una calma va ganándole terreno a la nostalgia. Se acerca navidad y será la primera en que la oscuridad comienza a ceder un poco. En que finalmente esos viejos anhelos de una vida más tranquila sin estar corriendo de un lado a otro se comienzan a solidificar. Para algunos, la fantasía de la casa con jardín y rejas blancas en la que habitar con su familia luce obsoleta y hasta desesperante, pero cuando gran parte de tu vida adulta esa fantasía se ha escapado de tus posibilidades, puede resultar un bonito refugio.

Estar aquí sentada con Mulder y su hija bebiendo una taza de chocolate caliente mientras la nieve sigue cayendo afuera es por ahora el mejor presente navideño. Son momentos que va atesorando en su corazón. Tiene el presentimiento de que va a ser una buena temporada.