Primer Capitulo: Realidades semejantes
Sora se despertó con el sonido de las campanadas que señalaban el inicio de un nuevo día. Para ella era como cualquier otro, monótono, sin brillo.
Desde la muerte de su padre, su vida había cambiado radicalmente, se había convertido en una sirvienta, una esclava en su propia casa. El afecto y la felicidad habían desaparecido por completo de su vida, perdiendo todo sentido.
Pero no se dio por vencida. Se prometió a si misma que saldría adelante y que nunca se rendiría. Sus sueños era lo único que le quedaba y que le daba fuerzas para sobrevivir en aquel infierno llamado hogar.
Abrió la ventana de su habitación y se encontró con la hermosa vista que esta le daba. Le mostraba su más anhelado sueño:
"Como me gustaría vivir ahí" se dijo a si misma mirando el castillo. "¡Debe ser maravilloso! Estar rodeado de sirvientes, exquisita comida y sin madrastras que te obliguen a hacer los quehaceres de la casa"
Pero ese sueño jamás se iba a cumplir. La única manera de que se fuera a vivir a aquel castillo era que el príncipe se casara con ella. ¡Eso era imposible! Ella era una simple sirvienta y él nunca se fijaría en alguien así. Los príncipes solo se podían casar con otras princesas o jóvenes de sangre noble, y ella estaba muy lejos de serlo. Otro factor que le impedía un romance con el heredero a la corona era su madrastra, ella trataría de separarlos y que alguna de sus hijas se quedara con él. Mas que importaba, soñar no le hacía mal a nadie.
Sora volvió a la realidad. Se vistió rápidamente y bajó a la cocina para prepararles el desayuno a sus patronas.
"¡CENICIENTA!" escuchó a lo lejos el sobrenombre que le habían puesto sus hermanastras para burlarse de ella. Seguramente Jun y Yolei (A.N: Sorry Fans de estos dos personajes pero la historia las requiere) ya se habían despertado y pedían con ansias el desayuno. Sora se apuró en preparar las bandejas mientras el agua hervía.
"¡Sora!"
"ya voy" cortó el pan y le agregó un poco de mantequilla. Luego sacó la tetera y preparó el té.
"¡Sora!"
"si ya escuche, ya voy" se puso una de las bandejas en su cabeza y las otras dos en sus manos y subió a las habitaciones de sus hermanastras. Entro primero a la de Jun quien le alegó la demora y porque su se té encontraba frío. Luego entró a la de Yolei quien también le alegó por su demora y por el té, esta vez estaba muy caliente.
"Eres una bruta Cenicienta. ¡¿Acaso me querías quemar!" le gritó enojada.
"Perdóname Yolei, te prometo que no volverá a ocurrir" dijo Sora y salió de la habitación. La última que visitó fue la de su madrastra.
"Adelante" Sora abrió la puerta y con mucho respeto saludó a la señora.
"Aquí tiene su desayuno" dijo la joven.
"espero que no se te olvide que hoy debes hacer la compra" dijo la madrastra en un tono que imponía poder.
"Si señora"
"Bien puedes retirarte"
"como ordene"
"ah y se me olvidaba, no quiero encontrarte como la otra vez perdiendo tu tiempo. Si no estas de vuelta antes del medio día te pesará"
Sora asintió con la cabeza y salió de la habitación…
Las campanas también se sintieron el palacio real. El joven príncipe abrió uno de sus hermosos ojos cafés y maldijo al que tocaba las campanas. Se puso la almohada en las orejas he intentó continuar con su placentero sueño, el cual solo perduró unos minutos. Su pequeña hermana de 14 años llegó a despertarlo.
"¡Hora de levantarse hermanito!" dijo ella alegremente saltando sobre su hermano.
"No molestes Kari" dijo él somnoliento "déjame dormir un rato más"
"No puedes, tu profesor ya está aquí, no debes hacerlo esperar. Recuerda que papá…"
"¡esta bien! Ya entendí" el joven de 17 años se levantó de mala gana. La sola idea de las clases de protocolo lo amargaba, pero no podía evitarlas. El joven príncipe odiaba su vida, llena de reglas y obligaciones estupidas, para todo había una reglar: para hablar, comer, vestirse, incluso para amar. Añoraba la libertad, la cual perdió definitivamente cuando su pequeño intento de escape fue frustrado por los guardias de la puerta del reino. Desde entonces su padre lo castigo y lo convirtió en un prisionero en su propia casa. Solo lo dejaban salir al mercado y con guardias custodiándolo. Y como adivinan las clases de protocolo también eran parte del castigo. Pero lo que más le dolía al joven príncipe era la actitud con la que su padre lo trataba desde entonces. Lo ignoraba por completo, y solo le hablaba para regañarlo con una voz fría y severa, llena de odio y decepción.
Taichi se vistió y salió de su habitación.
"Su Majestad, el profesor lo espera en la terraza" dijo un sirviente.
"Muchas gracias". Y se dirigió al lugar de estudio. El profesor comenzó su clase. Pero el joven príncipe no le prestaba atención a su mentor, sino que se encontraba absorto mirando el jardín, imaginándose como sería la vida más allá de aquellas murallas.
El sonido del libro cerrándose lo hizo volver a la realidad:
"espero que haya aprendido algo de la clase y no solo la flora de su jardín, su majestad, y espero que ponga más atención para la próxima vez, sino tendré que decirle a su padre"
Tai murmuro un insulto.
"¿Dijo algo?" preguntó un poco irritado el tutor.
"No, nada"
"Eso imagine. Con su permiso me retiro" y se marchó.
"déjame adivinar, también es parte de tu castigo" dijo un joven que observaba la escena desde el ventanal que separaba el salón de eventos y la terraza.
"Hola Matt" saludó el príncipe con un tono desanimado y molesto.
"Parece que hoy no nos levantamos con buen humor"
Tai no dijo nada.
"esta bien no debí decir nada, lo siento" dijo Matt
"perdóname, hoy no es mi día" dijo Tai sin cambiar el tono.
El joven suspiró y se sentó a su lado.
"últimamente nunca ha sido tu día. No sabes cuanto extraño al antiguo Tai, el que se reía de mis chistes sin gracia y el que hacía toda clase de travesuras conmigo"
Tai bajó la mirada. "yo también lo extraño" dijo esto en voz baja pero que claramente mostraba su dolor. "Pero no creo que vuelva. Me cortaron las alas Matt, me siento como un pájaro que no puede volar que encerraron en una jaula…"
Matt notó la lucha de su amigo contra las lágrimas.
"No se que decirte, pero sabes que puedes contar conmigo para todo, no estas solo en esto"
"Gracias Matt, eres un gran amigo"
"Bueno haber si logró subir ese amino. Me acompañas al mercado, necesito una nueva espada de entrenamiento"
"Cualquier cosas por salir un rato de aquí".
Ambos jóvenes salieron del castillo en dirección al mercado con dos guardias cuidándoles las espaldas.
Sora había terminado de servir el desayuno y de limpiar las habitaciones de sus hermanastras y se encaminó al mercado como su madrastra le había pedido.
"Hola Sora" la saludó el joven detrás del puesto de verduras.
"¿Otra vez te dejaron encargado del puesto?"
"si mi padre está enfermo y mamá esta cuidándolo"
"lo lamento, mándale saludos al señor Izumi"
"En tu nombre. Llevarás lo mismo de siempre"
Sora asintió e Izzy comenzó a meter las verduras en el canasto y de regalo puso una bella manzana roja.
"¿Quieres que te ayude a cargarlo hasta tu casa?" Le preguntó el chico pelirrojo. "El canasto pesa una tonelada"
"Gracias Izzy pero no quiero molestarte "respondió la joven "además no puedes dejar el puesto solo"
"creo que tienes razón"
Las campanas volvieron a sonar indicando la llegada del mediodía.
"ya es tarde, mi madrastra me va a matar" dicho esto Sora se despidió de su amigo y partió corriendo en dirección a su casa.
Los dos jóvenes caminaban observando los distintos puestos del mercado, buscando baratijas. Matt se detuvo frente al puesto de un vendedor de joyas hechas de coral.
"Son artesanías autenticas del reino marítimo, mi señor" dijo el vendedor mostrando su mercancía.
"este es muy lindo, no lo crees Tai" dijo Matt mostrándole un collar de piedras verdes con una hermosa rosa hecha de coral rosado.
"Creí que buscabas una espada, no un collar"
"Si pero no pude evitar, verle un presente a Mimi"
"¿Para Mimi? Pero si su cumpleaños fue hace dos meses"
"Eso lo se. Pienso regalárselo como regalo de compromiso"
"¿Compromiso?" le preguntó Tai sorprendido "Vaya hasta que te decidiste"
Matt se sonrojó. "Si no pude seguir guardándolo. Le pedí que fuera mi novia hace unos días y nuestros padres estuvieron de acuerdo"
"¿Cuándo es la fiesta?"
"Un par de semanas después de la tuya, para mi cumpleaños"
Tai bajó la mirada. Era verdad solo quedaba una semana para su cumpleaños numero 18, lo que significaba de para esa edad ya debería estar comprometido y si él no encontraba a alguien (con el consentimiento de sus padres) ellos elegirían por él.
"¿Tai estas bien?" preguntó Matt preocupado por la extraña reacción de su amigo.
"Si, no te preocupes" dijo el joven príncipe fingiendo. "Me voy a ir adelantando, mira tranquilo" y Tai continuó con su travesía por el mercado, sin prestarle atención a los puestos que estaban a su alrededor, mas bien iba absorto en sus pensamientos y no se dio cuenta de que una joven venía de frente corriendo. Como era de esperar la chica chocó contra Tai y ambos cayeron al suelo, durante la caída, la joven sirvienta soltó su canasto y los vegetales rodaron por el suelo.
"Lo lamento" dijeron al unísono. Tai se paró del suelo y le ofreció ayuda a la joven que ya estaba parada recogiendo su compra.
"Discúlpame, estaba distraído" se excusó Tai.
"No se preocupe "Dijo la joven mientras limpiaba su vestido. Tai le pasó el canasto lleno de verduras a la joven. Ella le agradeció la ayuda y se marchó sin que Tai pudiera si quiera preguntarle su nombre.
Los guardias aparecieron segundos después.
"Se encuentra bien su majestad". Tai asintió y cuando Matt los alcanzó siguieron su camino.
Sora llegó a su casa y se encontró con su madrastra esperándola en el Hall. Con las manos cruzadas y con una expresión de enojo en su cara.
"Llegas tarde, te dije que estuvieras aquí antes de medio día"
Sora al escuchar el tono de voz de su madrastra tembló de miedo. Tragó saliva y trató de articular una disculpa.
"Lo siento, mi señora…Me tropecé en el camino y…"
"No quiero excusas Sora. ¿Crees que voy a creer semejante mentira?" la interrumpió.
Sora no pudo contestar. Sabía que aquella mujer no le creería aunque las heridas en sus rodillas dijeran lo contrario.
"No volverá a ocurrir"
"Sal de mi vista cabra de porquería y apúrate con el almuerzo, ya es bastante tarde" dicho esto la mujer subió las escaleras y desapareció por el pasillo. Al ver que ya no estaba, Sora entró a la cocina y se largó a llorar.
Fin del primer capitulo.
Notas de la Autora: aquí esta el primer capitulo. ¡Si! Espero que les haya gustado!
Bueno creo que el misterio se aclaró bastante y que ya saben quien es el príncipe azul de Sora…. Sorry los Fans del Sorato pero lamentablemente no apoyo esta pareja (Espero que no se enojen) pero que sigan leyendo mi historia igual Gracias por los reviews que me han llegado! Y espero recibir más.
Por como se dieron cuenta en este capitulo, Sora no es la única protagonista de esta historia. Tai también lo es y ambos viven una situación difícil en sus vidas. Esto tiene todo un trasfondo… pero no seguiré adelantando…se los dejo a su ingenio y a su paciencia ya que a medida que la historia avance se darán cuenta el por que. Otro factor que me llevó a hacer de Tai un personaje principal es mi decepción por como están caracterizados los príncipes en estas historias (Las de Disney) es muy pobre y apenas tienen personalidad y yo quería cambiar eso! Bueno también es porque Tai es mi personaje favorito y en mis fics nunca dejara de ser un protagonista :P
Espero con ansias sus comentarios y será hasta el próximo capitulo que se llamará: "Una pelea, un castigo, un encuentro"
Mata ne!
