Tercer Capitulo: Un Extraño Sentimiento.
Taichi se levantó de la cama luego de varias horas de un inútil intento de dormir. Desde hacía mucho tiempo que no tenía un buen descanso y tampoco se estaba alimentando bien. Ayer no había ido a cenar y tampoco tenía apetito para el desayuno. Se vistió rápidamente y salió de su habitación antes de que su hermana o su madre entraran a su pieza y empezaran con el interrogatorio. Odiaba preocuparlas, sobretodo a su madre. No quería que ella se involucrara en esto, ya que detestaba ver pelear a sus padres y verla llorar por su culpa.
Se escabulló por los pasillos del palacio para no ser visto por los guardias que tenían estrictas órdenes de no dejarlo salir del castillo, ni siquiera a los jardines. El príncipe llegó a salvo hasta los jardines, trepó por las enredaderas que cubrían los muros de esa zona del castillo para disfrutar aunque sea por un breve momento aquel mundo más allá de los altos muro de su prisión…
"¿Jun qué ocurre?" Preguntó Yolei al ver a su hermana alterada revolviendo todos sus cajones.
"¡Mi collar de coral turquesa no esta en ninguna parte!"
"Debería estar con tu otras joyas Jun, ese collar no lo has descuidado nunca"
"¡Pero no está!"
"¿Niñas que es todo este alboroto?" Preguntó Su madre viendo el desorden.
"Mi collar favorito, mamá, ya no está"
"Por favor no puede desaparecer así nada más. ¿Estas segura que no lo dejaste en otra parte?"
"Madre, tu sabes que Jun no descuida ese collar ni por un segundo"
Sonomi (A.N: YA estaba bueno que le ponga un nombre a la madrastra :P) salió de la habitación y al lado de la puerta se topó con el canasto con las herramientas de limpieza de Sora. Hurgueteó con su bastón entre los paños sucios y encontró el collar de su hija.
Sora se encontraba sacando un poco de agua del pozo cuando escuchó la severa voz de su madrastra llamándola. Sora dejó lo que estaba haciendo y rápidamente entró a la casa acudiendo al llamado de su patrona.
"¿Me llamó señora?" dijo tímidamente.
"¡Explícame esto!" Dijo tomando el collar con su bastón del canasto.
"No es lo que usted piensa…No se como llegó ahí…de verdad yo…"
"¡Cállate! ¡Estoy harta de tus excusas y mentiras Sora!" Dijo la mujer agarrando bruscamente a Sora del brazo y la arrastró por las escaleras y la llevó hasta la bodega. Durante todo el trayecto Sora lloraba silenciosamente pero en ningún momento dejó que la humillación que estaba recibiendo le afectara. Le habían puesto una trampa para hacerla quedar mal. Ella no era ninguna ladrona pero no había forma de que su Madrastra lo entendiera.
"Eres una maldita malagradecida. Te doy techo en mi casa, te doy de comer. ¡Y así me pagas…Robándole a mis hijas!
Escuchar esas palabras hicieron que el valor surgiera desde el fondo de su alma para enfrentarse a aquella mujer que se hacia llamar su madrastra.
"Esta también es mi casa. Es la casa de mi Padre y por derecho me pertenece. Usted me ha arruinado mi vida. Yo no soy ninguna ladrona, nunca toque ese estúpido collar y no tengo idea de cómo llegó hasta el canasto. Pero ya me canse de ser tratada como una esclava…
Sonomi le pegó una cachetada a Sora que la arrojó al piso y le sacó sangre.
"Eres una insolente".
La mujer descargo toda su ira en la joven y luego de varios golpes abandonó la habitación.
Sora estaba asustadísima. Jamás pensó que su madrastra llegaría hasta este limite, era la primera vez que le pegaba y de esta manera tan brutal. Aunque estaba conciente no se podía para del suelo, todo su cuerpo se encontraba lleno de moretones y pequeñas heridas pero que sangraban. Sus ojos no podían para de derramar lagrimas. Por primera vez en su vida tenía miedo por su vida y de su futuro. Algo en su interior le decía que debía salir de esa casa he irse lejos. Pero ¿Con quien? Estaba sola en este mundo, nadie que se preocupara por ella. Este era el único hogar que tenía y no podía arriesgar a perderlo.
Marta llegó hasta la bodega y se encontró con una Sora herida intentando levantarse pero sin éxito. Marta corrió hacia ella y la ayudo a caminar hasta su dormitorio y la recostó en su cama. Luego fue por agua para limpiar las heridas. Gracias a dios ninguna fue grave. Pero en su interior Sora se encontraba destrozada.
"Como deje que te hiciera esto".
"Marta no fue tu culpa. No había nada que pudieras hacer" le dijo Sora tratando de tranquilizarla.
"¿Puedes caminar por tu cuenta?"
"Tranquila, los golpes no fueron tan duros" dijo Sora. "Por lo menos no físicamente" esto lo dijo para si misma.
"Creo que te haría bien salir un poco, mi niñita, no te preocupes yo te cubriré" Le dijo la cocinera con una sonrisa.
"¿Estas segura?" le preguntó Sora.
"Lo que menos necesitas en estos momentos es estar cerca de esa vieja bruja".
Sora sonrió y abrazó a la única persona que en esa casa la apoya y quiere.
"No quiero causarte problemas" dijo Sora aun un poco insegura.
"No lo harás… ya vete antes de que descubra que saliste"
La joven volvió a abrazar a la cocinera y tomando una vieja capa (recuerdo de su padre) salió de la casa por la puerta de la cocina.
Se dirigió a su lugar favorito cerca de un tranquilo río, donde solía venir con su padre a pasar el día. Eran los momentos más felices que ella recordaba y luego de su muerte cada vez que quería estar cerca de él, venía a este lugar.
Tai se sentó en una roca en la orilla del río, (mismo río donde esta Sora) y empezó a tirar piedras a este. Por su mente pasaban todo tipo de recuerdos, siendo el más fuerte, el recuerdo de las cacerías con su padre, cuando el tenía 11 años. Cuando su padre lo trataba con afecto. Añoraba esos días en que todo estaba bien y era el niño más feliz de la tierra y en este momento hubiera dado todo porque esos días volviesen. Pero no sería así , su padre se lo había dejado más que claro…
De pronto una hermosa voz interrumpió los pensamientos del joven príncipe…
Canción
Fuiste tú
Mi única compañía
Eras lo importante
Fuiste tú
Mi amigo y padre
Después mi mundo se derrumbó
Desearía que estuvieras aquí otra vez
Tenerte muy cerca de mí
A veces parecía
Que si lo soñaba
De alguna manera estarías aquí…
Interrupción
Se levantó de donde estaba y como si estuviera hipnotizado por aquella voz, comenzó a seguirla…
Continuación de la canción
Cuanto quiero yo volverte a oír
Se que nunca será así
Soñar contigo
No me ayudara a hacer
Todo lo que soñé
Ángeles y campanarios
Fríos y monumentales
Para ti
No son buena compañía
Tú eras cariñoso y amable
Demasiados años reprimiendo lágrimas
¿Por qué el pasado no puede morir?
Interrupción
Tai llegó hasta donde la voz se escuchaba más fuerte y clara. Se llevó una gran sorpresa cuando vio quien cantaba. Era una bella joven, la cual lo dejó anonadado. Se refregó los ojos varias veces para convencerse de que no estaba soñando. Nunca había visto a nadie igual y su corazón latía con fuerza. Sintió algo que jamás había sentido antes y que no supo describir. La muchacha lo tenía completamente hechizado.
Continuación de la canción
Desearía que estuvieras aquí otra vez
Pero se que tenemos que decir adiós
Intenta perdonar
Enséñame a vivir
Dame fuerza para llorar
No más recuerdos
No más lagrimas silenciosa
No más miradas a los años perdidos
Ayúdame a decir adiós
Ayúdame…
A decir adiós
Fin de la canción
Cuando ella terminó, Tai rogó porque continuara. Pero no lo hizo.
Sora se arrodilló en la orilla del río y mientras contemplaba su imagen le pidió a su padre que le diera fuerzas para sobrevivir en aquella casa. De repente el sonido de una rama rompiéndose terminó con los pensamientos de Sora y con la quietud del lugar. Sora se dio media vuelta para ver de donde provenía el sonido y se encontró con un apuesto joven observándola. Esto hizo que la chica se asustara y cayera al río.
Tai se dio cuenta de lo que le había pasado a la joven y corrió a ayudarla. Pero solo empeoró las cosas puesto que el también cayó al agua.
Taichi salió primero del río y ayudo a la joven a salir.
"Perdóname, creo que mi intento por ayudarte fue inútil" dijo el príncipe un poco avergonzado, por su mala actuación frente a la dama. "Tu canción…" intentó torpemente entablar una conversación. "Era muy bonita… de verdad"
"Gracias" respondió ella tímidamente y sus mejillas se tornaron rosadas. "Me la enseñó mi padre… me la cantaba cuando era pequeña"
Taichi sonrió.
"Vaya que tonto soy, aun no me he presentado. Me llamó Taichi Kamiya" dijo el joven haciendo una cordial reverencia y le besó la mano (recuerden que es de la realeza).
Por su apellido, Sora, Supo inmediatamente de quien se trataba y esto hizo que ella se avergonzara. No solo estaba parada frente al Príncipe del reino, sino que también estaba arrodillado ante ella.
"No haga esto por favor, su majestad, yo debería ser quien se arrodillara ante usted". Sora se arrodilló.
"Puedes llamarme por mi nombre y no es necesario que te inclines ante mi" Dijo el y con su mano levantó a Sora del suelo. "Quiero que seamos amigos y aun no me haz dicho tu nombre"
"lo lamento su ma…quiero decir Taichi" se corrigió. "Me llamo Sora… Sora Takenouchi".
"Es un hermoso nombre"
Taichi se quedo observándola y notó la tristeza en su mirada y de alguna manera sintió que la reconocía. Era la misma que él veía todas las mañanas en el espejo. También se percató de las heridas en su cuerpo. Ella sufría mil veces peor que el y estaba perdida. Sintió que si no hacía algo por ella, el miedo, el dolor y la tristeza la consumirían. Pero también se dio cuenta de que si él tampoco recibía ayuda también sería consumido por esos sentimientos y que de alguna manera, aquel extraño sentimiento que estaba floreciendo en su interior, era la llave para salir de aquella oscuridad. Pero… ¿Qué era lo que estaba sintiendo? Tai salió de su trance…
"Bueno… ¿Amigos?" dijo Tai ofreciéndole la mano.
"Yo… me encantaría… pero solo soy una sirvienta… no soy digna para ocupar ese puesto…"
"No digas tonterías, Sora, eres tan digna como todo el resto de ser mi amiga… Por favor acepta"
Sora sonrió y tímidamente asintió con la cabeza y antes de que el príncipe pudiera decir algo, las campanas que anunciaban el mediodía sonaron.
"¡Debo volver a casa!" Dijo Sora. "Fue un gusto conocerlo". Tomó su abrigo aun húmedo y corrió de vuelta a casa.
"Espera ¿Cuándo podré volver a verte?"
Pero Sora ya no estaba, por lo que el joven príncipe se quedó solo…
FIN CAPITULO 3
NOTAS DEL AUTOR: Por fin lo que todos estaban esperando… "EL ENCUENTRO" :D yeah!
Jejejeje bueno espero que les haya gustado el capitulo!
GRACIAS A TODOS POR LOS REVIEWS Y ESPERO RECIBIR MAS:D
La canción que canta Sora es del "Fantasma de la opera" y se llama " WISHING YOU WERE SOMEHOW HERE AGAIN" o DESEARÍA QUE ESTUVIERAS AQUÍ OTRA VEZ" ( Su traducción) pienso utilizar otra canción pero mas adelante y estoy creándole una Banda Sonora jajajaja …. En tiempos de guerra tb tiene por lo tanto si quieren saber y crear en un CD las canciones que me inspiran en ambos fics no duden en escribirme y les daré las canciones! Jajajaja
Bueno nos vemos en el próximo capitulo! El cual tardare por vacaciones en el extranjero!
Hasta pronto!
