N.A: Gracias, muchisimas gracias por las reviews, me han dejado... como decirlo...¡extasiada, jeje. Aunque aviso que posiblemente cuando acabeis este capitulo me odiareís bastante, pero bueno, así es la historia, jeje.
Para las seguidoras de "Secretos de Infancia", aprovecho para agradecer la acogida de ese fic, el primer dia 11 reviews, yo casi lloré de emoción, jajaja. Y para las que aún no lo conocen, pasaros por mi profile, es una idea bastante diferente. Si a alguna se le ocurre leer algun que otro fic mio que ponga pecados, no me mateis tampoco, es parte de los retos que estoy haciendo para un grupo y son bastantes depravados ¬¬U, no va con mi estilo sinceramente, pero así son las cosas.
Bueno, no le voy a dar más vueltas a la tuerca, y a por el siguente capitulo, y lo mismo de siempre: comentarios, criticas, amenazas (sin incluir virus jeje), reviews.
Xitoooos.
xXxXx
Harry Potter, ahora mismo a un paso de convertirse en Jefe del Escuadron de aurores, sentía contradictorios sentimientos hacía Hermione J. Granger, por un lado la amaba. Siempre fue su amiga, allí estuvo ella cuando otros no estuvieron, siempre dando lo mejor de sí. Harry siempre había sospechado, que Hermione sentía por orgullo la irrefrenable necesidad de mostrar su valía ante los demás, ya fuese en cualquier terreno. Siempre la admiró, su perseverancia lo ayudó, cuando él mismo se encontraba tan perdido que casi acaba por perder la identidad. Tenian un pasado juntos, y eso nunca lo olvidaria. Ella ayudó demasiado, a que Harry Potter fuera algo más que una figura heróica, fuese algo humano, que ama, llora y odia.
Sin embargo la odia, por otro lado siente aberración por la que fue su amiga. Se siente traicionado por ella, cuando acabó la guerra, ella debió estar a su lado, y sin embargo, huyó, lo abandonó cuando más lo necesitaba. Cuando necesitaba del abrazo de la que casi consideraba su hermana. En silencio, como un ladrón se fue sin dejar rastro. Durante un año y medio se esforzó en buscarla, pero estaba claro que Hermione no estaba dispuesta a dejarse encontrar. La odiaba porque se sentía solo. Ron había muerto, su mejor amigo, lo había abandonado, y ella, que estaba viva también. Y ahora, recibia la noticia de que ella había vuelto ser encontraba.
No sabía como tomarselo; ¿abrazarla, o repudiarla?
-Potter -demandó Draco.
El hombre salió de sus pensamientos para mirar al rubío que elevaba una ceja interrogante. Draco y él nunca fueron amigos, y nunca lo serían, pero el tiro de gracia entre ellos fueron dos cosas llamada: Madurez y tolerancia. Harry sabía de la inocencia de Malfoy, Malfoy odiaba a Potter, pero al fin y al cabo tenía que convivir con él. Una paz que se balanceaba todos los dias en la cuerda floja. Sin embargo, más allá de su enemistad, tenían algo en común.
Hermione.
-¿Como está ella?
Draco parpadeó, no se lo esperó de veras. Esperó realmente que Potter se levantara como un resorte de su escritorio lo sacudiera y le obligara a escupir el lugar donde ella estaba resguardada, pero Potter a pesar de demostrar preocupación, había adoptado una expresión fría.
Él fue dolorosamente sincero.
-Mal.
Algo se revolvió en las entrañas de Harry¿por qué tuvo que huír?. El Ministerio y los Mortifagos la buscaban, él quería saber por qué, si los Mortifagos buscaban vengarse de él por medio de Hermione, él siempre la hubiera protegido. Pero escapó.
Cobarde
-¿Qué ha pasado?
-Han atacado su piso en Irlanda, y han destripado a su horrible gato canelo.
Harry bufó, Malfoy no podía dejar de escupir sarcasmo, ni siquiera en esos momentos.
-¿Y ella... -titubeó un segundo. Después su expresión volvió a ser hielo- está... herida?
-No, estaba conmigo en una cena.
Harry elevó una ceja con incredulidad. ¿Malfoy y Hermione cenando juntos?. Imposible, se alejaba de los canones de la realidad, pero no dijo nada. A Malfoy parecía que le iba a tener que sacar las circunstancias del ataque con sacacorchos.
-¿Lograste descubrir algo?
Una expresión de salvaje satisfacción cubrió el rostro de Malfoy.
-Eso no está entre tus funciones, Potter -escupió con asco natural su apellido- Es algo secreto.
Los puños de Harry chocaron contra la madera del escritorio.
-¡Una mierda secreto! -rugió- ¡Es mi amiga!
Draco aprovechó aquella debilidad para atacarlo.
-Pues parece que tu adorada amiga, no te quiere. -sonrie como un gato que se relame la crema de los bigotes- Que lastima.
Harry segundos después, apuntaba a la yúgular de Malfoy.
-Dilo -exigió, con voz amenazadora- Dí que ha pasado.
Con naturalidad, Draco tocó la punta de la varita de Potter, apartandola de su cuello.
-Es secreto, Potter. Lo siento de veras -su sonrisa desmentía sus palabras.
Una sonrisa que no se molestaba en ocultar.
-Dime en donde está.
-Dime, dime, dime. ¿No crees que eres demasiado exigente, Potter? -se miró las uñas, ocultando trás una caida de parpados la expresión de salvaje deleite- ¿Acaso se te olvidaron las palabras mágicas?
-Le preguntaré a Molly. -exclamó levantandose, airado, guardando su varita- No necesito nada de tí.
Y caminó hacia la salida de su despacho, con la intención de largarse. La arrogancia de Malfoy llenaba todo el despacho, y él acabaria ahogandose en ella. Cuanto odiaba, que él supiera más de su amiga que él mismo.
Y eso Draco, astutamente, lo detectaba.
Celos, envidia.
-Hay un pequeño problema llamado Fidelius -contestó el rubío ante su tentativa de interrogar a su suegra.
Harry visualizó la puerta, ojos dilatados por el manto de rabía, el cuerpo tembloroso por el autocontrol que se exigía. No hacia falta mirar a Malfoy para saber que sonreía.
-Por favor -murmuró muy bajito, entre dientes.
Una sonrisa ancha se adueño de la boca de Draco.
-Perdón, creo que no te oí.
Cabrón
-Por favor -repitió más alto. Después giró, fulminandolo con la mirada- ¿Escuchaste ahora bien, hurón?
Draco ladeó la cabeza divertido.
-Que infantil eres, cara rajada -se rie con regocijo- Pero ya que me lo pides con esa amabilidad, que narices, te haré ese favor.
Favor que está dispuesto a cobrarse, evidentemente.
ººº
Hermione estrujaba nerviosamente la sábana, mientras intentaba re-ordenar sus pensamientos. Tenía que huir de allí, antes de que todo se complicase más. Ahora que los mortifagos habían despertado de su letargo, cuanto más lejos estuviera del Mundo Mágico mejor para todos.
Pero se sentía tan débil, tan inválida. Se daba asco a sí misma.
Antes de que Hermione pudiera trazar un plan de huída, Harry Potter entraba en la habitación.
Ella contuvo el aliento. Él estaba tan diferente, no parecía el mismo muchacho delgado y bajo que tuvo como mejor amigo. Seguía siendo delgado, aunque tenía bastante fibra y eso se notaba en los hombros anchos que nunca poseyó, o en el ancho cuello. Era obvio que para ser auror, a Potter le habían exigido más que el mero titulo de héroe. Sus ojos, seguían siendo tan verdes y brillantes como siempre, pero habían cambiado. Antes Harry la miraba con complicadad, amistad. Ahora la miraba con indiferencia, o tal vez con despecho. Era una mirada algo indescifrable.
-Hola.
Un saludo cortés, que no hacía juego con su expresión oscurecida.
La mujer titubeó.
-Hola.
El silencio reinó en el Caos de los dos amigos.
-¿Como estás?
-Bien.
Otra vez de nuevo el silencio. El juego era simple; él alejado de la cama preguntaba seco, y ella respondía mecanicamente, como un robot.
Sin embargo el juego no duró mucho, Harry nunca fue una persona especialmente serena. Era pasional, un torbellino de emociones, y pese a su fingida explosión, él explotó.
El resentimiento latía en la pregunta.
-¿Por qué huiste?
-Tenía que hacerlo.
Harry apretó los dientes.
-No -gruñó, brusca y toscamente- No tenías por qué.
Ella suspiró.
-No lo comprendes Harry, no espero que lo entiendas.
Él se sentó en una silla, tenso como la cuerda de un violín.
-¿Como pretendes que comprenda algo que no sé?
Ella sonrió irónica, recordaba una vieja frase muggle:
La ignorancia es la mejor fuente de felicidad.
¿Por qué no haces caso, Harry?
-Es mejor así -se limita a responder, bajando la mirada.
-No es mejor en absoluto -responde con violencia en la voz- Te intentaron matar, escapaste por algo que desconozco, y encima me dices que es mejor que no sepa nada. Eres mi amiga, y estás en peligro. Yo soy auror, puedo ayudarte. -siente la tentación de tirarse de los cabellos- ¡Maldita sea, Hermione!.¿Por qué escondes todo esto?
-¿Y por qué no debería?
-¡Porque soy tu amigo! -ruge, la antigua herida comienza a sangrar. Los resentimientos- Escapaste, después de la caida de Voldemort, no supe nada de tí, ni siquiera estuviste en el entierro de Ron -le reprochó herido- ¿Qué clase de persona eres Hermione?. ¡Tú lo querias!. ¿Como fuiste capaz de abandonar todo por lo que habíamos luchado?. ¡Eres una cobarde!
¿Cobarde?
Que poco sabes, Harry.
La expresión vacía de Hermione, fue peor que una bofetada. Él se levantó como un resorte y caminó hacia ella, no le importó como ella se encogió como una niña asustada, estaba demasiado enfadado. Demasiado resentido. La agarró por los hombros, obligando al cuerpo de Hermione que no se escondiera trás las cobijas de la cama, y la sacudió con violencia.
-¡Llora maldita sea, dime que te duele de la misma manera que a mí! -exigió, deshinibido en su propia cólera- ¡Años buscandote!.¿Crees que puedes abandonar tu mundo y dejar que todos los que te conocimos te olvidemos?.¡Te equivocas! -volvió a sacudirla, ella con la cabeza gacha impasible dejaba que Harry manejara su cuerpo como si de una marioneta se tratara- ¡Eres una traidora!
La sensación de desasosiego se aplastó por un oscuro sentimiento de destrucción que la ahogó.
La Demoniaca presencia que aguardaba en su interior hablaba, una voz que se iba moldeando así misma, cobrando atemorizante fuerza.
Tu eres mi arma, mi marioneta, mi sierva.
Los ojos de Hermione, cubiertos de revueltas y desordenadas hondas oscuras, se tiñeron de sangre. La voz de Harry perdía fuerza, o quizá era su propia voluntad la que la perdía. Sentía como le picaban las manos. El pecho se agitó con fuerza aspirando el aliento, como si por primera vez en mucho tiempo pudiera respirar sin reprimirse, sin remordimientos.
Control
Nunca pudiste huir de mí, porque yo soy tu.
Posesión
Y tu eres yo.
Perdición
Somos uno.
En el mundo real, Harry había parado sus sacudidas y había dejado de sacudir a su amiga con reproches. Sus dedos frotaban la cicatriz que tatuaba su frente, escocía, hacia años... pero ahora escocía. El dolor lo ahogó, y cuando se atrevió a abrir los ojos salpicados en lágrimas. Hermione con el rostro descubierto, libre de revueltos mechones, sonreía con oscuros matices, diabólica.
El dolor en la cicatriz de Harry aumentó.
Gimió, pero el sonido de dolor se vió pisoteado por las crueles carcajadas de alguien, la garganta de Hermione temblaba por la risa, pero no era su voz la que reía, era una mucho más oscura, salpicada de maldad.
-Hola, mocoso -saludó, hizo un gesto de cabeza, una burlona reverencia. Ojos teñidos en sangre chispeando con maldad- ¿Acaso fuiste tan ingenuo de creer que te librarias de mí? -su fino dedo femenino, lo apuntó, burlón- Tonto idealista. Yo soy Inmortal, nadie, ni siquiera el señalado, el nacido para derrotarme, para cumplir con su misión, ha conseguido su cometido. Tu sigues vivo, yo también.
Hubo una pausa, la criatura paladeó su miedo.
Se alimentó de él.
-Pero no será por mucho tiempo.
Harry, a medida que la criatura de ojos azufre hablaba, él, como un niño asustado retrocedía, la varita empuñada temblando. Sus gestos, y ademanes llenos de arrogancia y elegancia. La criatura no le era desconocida. Y esos ojos, ojos asesinos inhibidos de humanidad parpadeaban alboreados de espesas pestañas oscuras, casí parecia un pecado, que el rostro de muñeca de mujer estuviera manchado por el crimen de esa mirada.
Lord Voldemort, ha vuelto.
TBC
Recordais la nota anterior¿Verdad, jeje -insertar risa muy nerviosa- nada de amenazas de muerte, ni virus¿Eh?. Yo avisé. . .
