N.A: Os sorprendí¿eh, jeje. Descuiden, aún quedan muchas sorpresas. Sé que muchas se estaran preguntando, "¿Por qué esta desgraciada no pone algo de romance entre Draco y Hermione?", en los proximos capitulos empezara el tira y afloja, lo prometo. Ser pacientes, de momento. Además, no me gustan los fics que solo se centran en romance, me gusta mucho la intriga y las medias tintas. Soy un poco... ¿retorcida?. Jajaja. Agradezco los comentarios, vaya que si los agradezco, sobretodo tu, mi niñita Lira Garbo, primis, muchisimas gracias por tus piropos, me ruborizaste, y eso mira que no lo consigue mucha gente.
Una chica me dejo dejo un comentario a mi mail diciendome "tienes que hacer los capitulos más largos". Lo siento nena, pero no me gustan los capitulos demasiado largos, porque yo, como lectora cuando leo un capitulo muy largo, se me cansa la vista. Además, lo corto y bueno es doblemente mejor. ¿No?. Los capitulos a partir de ahora seran intensos, algo cortos, como reseñó la chica que se tomó la molestia de escribirme un revs, pero tener paciencia, lo pido por favor. Es un fic... complicadillo a su modo. Porque intento manejar el Lado Oscuro, ahora que Hermione, bueno, ya lo vereís... jeje. Y el Mal no es nada atrevido, sino escurridizo y lento, tks, tks. Así que ser pacientes.
Comentarios, amenazas (ya recibí una, sniff T.T), criticas, o cualquier cosa, reviews, por favor. Nunca me cansaré de decirlo, pero...¡Son muy importantes para las autoras!
Y con otra "Notas de autora" como antiguo testamento, sin más dilatación de la super nota, a leer¡que ya es hora!. Jajaja.
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Acurrucada en un rincon, llorando, obserbaba como su padre rodeado por el carmín liquido de su sangre permanecia sin vida. El charco comenzaba a aumentar, hasta que los dedos ingravidos y muertos de Ronald Weasley se mancharon con el liquido vital. Los gritos histericos de su madre llegaban lejanos, los oídos de Hermione zumbaban. Es una pesadilla, se decía, repitiendoselo una y otra vez. Esto no puede estar pasando.
Lord Voldemort, paladeaba el dolor de la niña, lo disfrutaba con lentitud, como quien paladea un sorbo de vino.
-Mis hombres están ansiosos de estropear el pequeño y maduro cuerpo de tu madre -él continuaba acariciando la melena de la histerica mujer paralizada por un encantamiento aún a cuatro patas, viendo con ojos brumosos a su marido muerto- ¿Serías capaz de ver como tu madre chilla como una fulana mientras mis hombres se ocupan de despedazar su cuerpo y honor?.¿Serías tan egoista, de ver como tu ultimo familiar perece ante tus ojos, por tu negación?
Ella apartó las manos de sus ojos casi ciegos de las lagrimas que caían como rios calientes sin control.
-¿Qué quieres de mí? -lloró- Yo no tengo nada¡nada! -gritó con una notable nota de histeria en su voz- ¿Por qué te cebas conmigo? -y se dió cuenta de cúan egoista había sonado, porque la razón le decía que con quien tenía que cebarse Voldemort era con Harry, su mejor amigo. Pero ella solo quería llorar, y ahogarse en lagrimas. Su novio había muerto junto con su padre, frente a sus ojos, y su madre... su pobre madre, estaba a punto de ser violada por una veintena de sanguinarios hombres. No podía más.
-Fue algo que ha estado muy pensado -comenzó reflexivo el Lord, su rostro deformado invisible trás la capucha- En principio pensé destruir al mocoso de Potter, antes de que encontrara el último horcrux, sería facil. Pero sé cuanto empeño tu amiguito pone en las cosas que se propone -aclara con sorna, hace reir a su corte de esclavos- El plan tenía un fallo, un fallo que yo no me podía permitir. El pobre viejo Dumblendore, a pesar de que a pasado a mejor vida, ha dejado su legado en el mocoso, y es un ser peligroso, no me gustan los riesgos innesarios. Sé que la batalla que el cree que será la definitiva, se dará en estas circunstancias, puede que hoy, o tal vez mañana -rie- Dejemos que el chico fantasee, mientras mis hombres se ocupan de hacerlo desear la muerte. Así que pensé¿Sino gano la batalla que sería de mí?. Él ganaría y yo pasaría a mejor vida. Y eso, mi querida sangre sucia, no está en mis planes.
Todos los mortifagos guardaban silencio, Bellatrix que había vuelto a ocupar su anterior lugar comenzaba a visualizar como las extrañas ordenes que el Lord le dió dias atrás, comenzaban a tomar forma. Sonrio trás su nácar máscara inexpresiva.
-Estudié a Ronald Weasley, como posible candidato. Es un sangre pura, aunque su nobleza vale tanto como la suciedad de tu sangre, y ha demostrado en contadas ocasiones que a pesar de exhibir el escudo del Noble Gryffindor en su pecho, es un cobarde, al que no vale la pena tener en mis planes, así que me concentré en tí. Eres una muggle inteligente, valoro las mentes complicadas como la tuya, sin embargo me repugna tu naturaleza sucia. Pero no importa, solo serás un envase para mí. Un envase inteligente.
-No entiendo... -balbucea entre lagrimas la muchacha- No comprendo, que quiere decir.
-¿No lo entiendes Hermione? -la tutea, con sabor sádico en la palabra- ¿Quien desconfiaría de la mejor amiga de Potter?. La que saldrá moribunda de la Mansión Ryddle cuando la batalla acabe, cuando yo pierda el combate final contra el bastardo huerfano de tu amigo. ¿Sabes, quien?. Nadie. Absolutamente nadie. Y sé que tu no dirás nada, estarás tan asustada de tu nueva naturaleza que te esconderás, podrás pelear, pero yo volveré de nuevo al mundo. Como siempre debió ser, a ocupar mi lugar, la cúspide de poder, sobre el trono de los dos mundos.
Ella jadea, entiende lo que quiere decir. Siente terror.
-Puedes eleguir a cualquier otro. -llora amargamente- A uno de tus mortifagos.
-Ellos son útiles, para otras tareas -rie- Pero tu querido amigo Potter, cuando llegue el momento de mi llegada, nunca se atrevería a matar a su amiga. ¿No crees que es demasiado sentimental?. Qué lastima de criatura.
-Los Horcrux... -insiste ella, intentando utilizar la astucia y la inteligencia que ha tenido toda su vida- Harry los ha...
-Queda el último. -su sonrisa se vuelve depredadora bajo la máscara.
Traga saliva, Hermione lo obserba con terror.
-Yo.
Está perdida, lo sabe. A través de las lagrimas obserba los cádaveres de sus seres queridos y se estremece.
Si tan solo pudiera llegar a Harry antes de...
Voldemort alza su varita contra Hermione.
La pesadilla de la niña de Septimo curso de Gryffindor comienza.
ººº
El poseido cuerpo de Hermione se encaminó hacia un asustado Harry Potter, que se empotraba contra la pared, casi en un burdo intento de traspasarla para escapar. Los ojos nítidos y verdes trás los redondos cristales gritaban terror, pánico. La sonrisa que esbozó la criatura de ojos carmín fue demoledora.
El grito de Harry fue un aullido lleno de dolor, cuando la mano femenina se cerró sobre la suya. La cicatriz le ardía, como si le hubieran puesto en la cicatriz carbones ardiendo, su cuerpo, su alma repudiaba la esencia que fluía libre a través del cuerpo de su amiga. Ignorando, cruel, el dolor de Potter, ella siguió sujetando la mano de Potter que sujetaba la varita y la movió hasta que la punta de la varita del hombre tocó con la punta la yúgular del esbelto cuello femenino.
-Vamos Potter -siseó, disfrutando de aquel dolor que atormentaba al joven auror. El hombre de ojos verdes negó freneticamente, y la garganta de Hermione tembló de risa- Mátame. -siseó en la lengua de las serpientes- Destroza cada párticula de vida que habita en este cuerpo, y despedazaras los restos de mí. Hazlo Potter, destruyeme. Mátame.
La cicatriz cada vez le dolía más, sobretodo cuando los dedos femeninos simulando una caricia trazaron el contorno de la cicatriz que lo marcaba.
-Te has vuelto débil, lloron y mimoso con los años, mocoso -continuó por encima del llanto agónico del Auror- ¿Donde está el arriesgado Gryffindor que estaba dispuesto a arrancarme del mundo?. ¿Sabes donde está?. Nunca existió, porque estas solo, como siempre lo estuviste. Para el Mundo Mágico solo fuiste un arma, y ahora eres reducido a un patetico Auror de cuarta, y ni siquiera conseguiste tu cometido. Fraude, Potter, eso es lo que eres. Me tienes en tus manos, desarmado, y tú con tu arma apuntando a mi yúgular. ¿Por qué no me matas?
Hermione, vuelve por favor. Hermione, Hermione, Hermione
Antes de que ninguno de los dos pudiera hablar, un crujido los alertó, procedente de la puerta que debería estar cerrada. Ahora abierta. La Órden del Fenix horrorizada contemplaba la escena, a la cabeza del pequeño grupo de Magos, Draco Malfoy miraba todo con los ojos dilatados.
-Público. -sonrió- Qué conmovedor. La pequeña patrulla Weasley, y el traidor Malfoy, que delicioso espectaculo -se centró en el rubio platino, ignorando a su atormentado Némesis- Mis más sinceros agradecimientos, señor Malfoy -e hizo una teatral y burlona reverencia.
Todos se quedaron conmocionados, incluso el mismo Draco, y la criatura de orbes rubíes, con un molesto gesto, se explicó.
-Nada de esto hubiera sido posible sin las envidiables habilidades del señor Malfoy, como Inefable -rie, y es como si un puñetazo se estrellara contra las entrañas de Draco. El pánico y el miedo se arrastran como veneno por sus entrañas- La señorita Granger, había hecho un plan maestro, ocultandose, aislandose del Mundo Mágico, con la esperanza de que no fuera encontrada. Pero¿que se podía esperar de un Malfoy?. Todos los de tu Linaje sois especialmente tozudos, aunque cobardes e insufribles -se rascó el mentón y se apartó del moribundo Salvador del Mundo, caminando hacia la Orden del Fenix, su andar arrogante, exhibiendose como lo haría un pavo real- Guardé parte de mi poder, en la sangre sucia de Granger, sabiendo que la pobre diabla huiría¿quien traumatizado con la muerte de Weasley y sus padres, correría después de la supuesta derrota del Lord a decir el que no debe ser nombrado no ha muerto, habita en mí? -miró a Draco fijamente- Me decepcionaste cuando eras un adolescente, como tú padre me decepcionó y aún está pudriendose en Azkaban, sin embargo tú si que conseguiste que volviese. ¿Como te sientes siendo un titere del destino?
Draco abrió y cerró la boca, como si fuera un pez que se ahoga fuera del agua.
-No digas nada, por Salazar -meneó la cabeza con diversión, y le arrebató con envidiables reflejos la varita a Draco. Después apuntó al techo. Con un murmurado encantamiento, el techo de la casita se rompió, revelando un cielo nocturno y estrellado.- Es una lástima que te conformes con ser un estúpido Inefable sin valor, -y aún en posesión de su varita, apuntó al cielo- ¡Morsmadre!
Y el cielo se manchó de una nube verde que formó una caravera siendo atravesada por una serpiente. Sus hombres no tardarían en venir, la marca estaba alzada sobre el cielo oscuro, visible a kilometros. Después tiró con desdeño la varita de Draco a los pies del rubicundo Inefable.
-¿Nadie va a atacarme? -provocó.
Podía oler el miedo, Potter estaba encogido en un rincon, mientras sostenía su frente, sollozando mientras la cicatriz le ardía en su frente. Hacia tantos años, el dolor del que se había desacostumbrado volvía como una avalancha que arrasaba su cuerpo. Era peor que un cruciatus. Y sentia sin mirar a la criatura, que esta la miraba con burla. Su enemigo, el gran defensor de la paz, y el bien reducido a un montoncito gimiente. Pátetico.
Antes de que nadie pudiera moverse, algo muy cercano explosionó, produciendo un sónoro ¡Boom! . La Orden del Fenix reaccionó al instante, durante minutos, mientras Potter lloraba en el suelo, toda la casa se llenó de los brillantes colores de los maleficios que se lanzaban ambos bandos.
Bellatrix Lestrange, se abrió paso entre la nube de maleficios hasta llegar a la juvenil figura de Hermione Granger, y se deshizo de la máscara. Los ojos claros que enmarcaban el demacrado rostro de la mortifaga se llenaron de sorpresa, pero la criatura, entornó los ojos, lleno de amenazas, y la mortifaga con prontitud se arrodilló ante su Lord.
-¡Amo! -la voz estridente y fánatica de la Mortifaga resonó en toda la habitación. Ella se arrastró hasta sujetarse con reticencia de las delgadas piernas femeninas- ¡Ha...Vuelto!
La garganta de la poseída mujer tembló de una carcaja cínica.
ººº
Se ha perpetrado una másacre, sin embargo una másacre medida. No ha habido ningun muerto, y eso Draco comienza a entenderlo, cuando la mayoria de mago comienzan a revivir, magullados y heridos. Ginebra Weasley, camina, con el brazo herido hacia Harry Potter, que está aún donde Voldemort lo dejó hecho un montoncito gimiente. De repente, Draco siente una especie de compasión por su Nemesis, pero pronto es atendido por Luna Lovegood, que está allí trayendo unas vendas, para su brazo dañado.
Avery le había lanzado un maleficio que fue directo a su brazo en medio del combate. La proxima vez que se enfrentasen, Draco estaba dispuesto a arrancarse el brazo.
-Hacer caso a las palabras de un despersonalizado, es caer en el vacio de la incoherencia -murmuró Luna con aquella típica mirada risueña, voz extravagante y el juego extraño de palabras que siempre utilizaba para hablar.
Draco la dejó que le vendara el brazo, pero no dijo nada. Harry, mientras tanto se levantaba, ayudado por su esposa, y lo sentaba en la cama, donde había estado Hermione tumbada, ahora llena de escombros. La marca tenebrosa, la caravera lamida por la serpiente atravesada aún está alzada en el cielo. Y Harry, olvidandose de todos, rompe a llorar.
Todos menos Draco, se acercan al hombre, que parece hundirse en sí mismo.
-Yo tendría que haberlo sospechado -barbotea entre sollozos, las gruesas lágrimas no dejan de caer por sus mejillas ahora rojas por intentar controlar la rabía- Debería haberme esmerado más en buscar a Hermione, la dejé sola.
Genial, pensó Draco lleno de desdén. Ahora se adapta al papel de martil, era una cosa que Draco especialmente odiaba. Detestaba la compasión, y Potter había vivido toda su vida, en un mundo cargado de ojos que lo miraban con pena y lástima. Draco siempre ha detestado ese sentimiento. Había nacido en una familia llena de normas, una de ellas, no contaba la lástima. La única vez que sintió lastima por otro ser humano, fue por su madre.
Y madre, por culpa de ese mestizo es pasto de gusanos
-¡Basta, Potter! -Draco interrumpe la diatraba de palabras llenas de lamentos y sollozos. Está agotado, no es algo fisico, sino psicologico. Le dieron una misión, una misión que desembocó en algo que nadie podia controlar. No podía echarse a los brazos de la autocompasión, y menos Potter. Era el eleguido¿no?. Pues que lo demostrara. Las lágrimas eran para los débiles- Deja de llorar, tendremos tiempo una vez esa bestia esté pudriendose en el Infierno.
El rostro del Auror perlado de lágrimas se hiela.
-Y me lo dices tú -lo señala, acusador. Lleno de ira empuja indescriminadamente a Charlie Weasley y avanza hacía el Inefable- Tú, que por culpa de tu tia, mi mejor amiga está poseida -sisea. Draco lo mira sin parpadear, el rostro inescrutable. Los recuerdos de sexto curso son muy nítidos. Harry lo sabe, Malfoy es un cobarde- ¿Cuanto tardaras en correr a besar los bajos del señor Oscuro, Hurón?. Después de todo, es por culpa de personas que son iguales que tú, que aún ese monstruo siga vivo -y lo agarra, por los cuellos de la camisa, sarandeandolo- en el cuerpo de mi mejor amiga, hijo de perra. ¡Mi mejor amiga esta poseida por culpa de gente como tú!
Draco lo apartó bruscamente, y lo empujó haciendolo trastabillar hacia atrás, entre los escombros.
Sonrio desdeñoso.
-¿Me culpas a mí con tu fracaso de héroe? -siseó, mirandolo con asco- ¡Tú eras el eleguido, maldito cararajada, en tí cayó el peso de la derrota!.¡Que tu amiga, la sangre sucia, esté poseida por ese mestizo, es por tu culpa!.No me tomes como cabeza de turco, imbecil, porque te juro que te daré la paliza que te llevas rifando hace años.
Antes de que algún habitante de aquella destruida casa, pudiera hacer algo; rubio y moreno se enzarsan en una batalla de puñetazos y patadas.
Demasiado resentimiento, demasiado rencor.
ººº
-Él, ahora descansa -murmura Bellatrix arrastrando los pasos hacia la habitación matrimonial de los Lestrange- o ella... -de repente vacila, y mira a su marido, tumbado en la cama, saboreando una copa de Bergoña.
Rodolphus, mientras Bella es pasional, él es su amonimo, calmado y frío. La mira por encima del cristal de bohemía, estudiando los rasgos de su esposa.
-No te gusta.
-No, no me gusta, que nuestro señor se vea rebajado a vivir en el cuerpo de una sangre sucia -sisea cuando pronuncia las últimas palabras- Me da asco pensar en su procedencia.
Bella, fánatica de la pureza no se reprime. Siente una lealtad desmezurada hacia su Lord, pero la lealtad pierde forma, cuando ve la figura de Hermione Granger, la sangre sucia amiga de Potter. Ella reconoce que fue un golpe maestro, el que el Lord se ocultase durante años en el cuerpo de esa pequeña rata, pero igualmente su descontento, ahora a solas con su esposo es palpable.
Rodolphus sonrie, como una pantera, dejando atrás su fascinante personalidad calculadora y extrovertida, gatea como un leopardo por las colchas de la cama, acercandose a su esposa, quien está prendida de esa sonrisa.
-Yo sé alguien mejor para nuestro Lord -seduce con su tono, sus labios rozando tentativos el lobulo de la mujer. Ella se estremece, Rodolphus es un maestro en cualquier cosa que se propone. Ella solo posee el arte de los Black, sembrar oscuridad por donde pasan- Alguien a quien sentar en el trono de los dos mundos. Un verdadero Lider, gobernando a su antojo los elementos -la rosada punta de su lengua lame lento el punto blanco perlado de la mujer, donde late el pulso que se acelera bajo su influencia.
Bella, astuta sabe que planea algo, pero lo deja seguir confabulando, él la adora lamiendo su cuello, a veces con suavidad, otras veces con lascivia, y clava con saña sus dientes, dejando las marcas. Bella gime, y no sabe si es de dolor o de placer, uno sádico.
-Tu sabes que podemos hacer que el Lord sea mucho más poderoso -murmura Rodolphus, su voz se mantiene estable, Bella sabe que si habla su voz sonaria temblorosa, salpicada de excitación- y nosotros con él.
La lengua másculina surca la curva de su garganta hasta su afilado mentón. Los oscuros ojos de Rodolphus se encuentran con los claros de Bellatrix.
-Siempre puros, Bella. -susurra, conspirando contra sus labios, apenas rozandolos- Toujours purs, Bella. Toujours purs -susurra, antes de invadir con fuerza la boca de su esposa.
Y Bella sonrie, a comprendido a la perfección el oculto mensaje que le ha entregado Rodolphus, está de acuerdo. Rodolphus sabe también que la ha entendido, siente su voracidad, a causa de la lujuria que lo incita y lo arrastra a una nube oscura de placer egoista. Rodolphus siempre habla con medias tintas, pero se caso con una mujer demasiado inteligente que sabe lo que quiere.
Él, solo se encargó de recardarle cuales eran sus deseos.
El deseo en los Slytherin, siempre desemboca en desmedida ambición.
La avaricia es un pecado muy normal entre las serpientes.
TBC
