Capítulo 3: Un gran peligro

Una niña de unos diez años de edad, cabello negro y ojos del mismo color, se encontraba en el bosque cercano al palacio paseandose de rama a rama con gran agilidad. Enzi había crecido sana y llena de energía, y nadie había podido nunca controlarla ni ayudarla a canalizar todo ese poder, que ella aún desconocía que tenía.

Escuchó una voz que la llamaba desde el palacio y bajo del árbol en que se encontraba de un salto. Corrió a una velocidad nunca vista en ese planeta hasta llegar a la puerta del palacio, donde frenó bruscamente para encontrarse a un Vegeta de trece años de edad, con una expresión dura en el rostro y hablando con suma seriedad en su tono a Saiyuki.

El príncipe había hecho numerosas visitas al planeta para observar de cerca el desarrollo de su hermana, y a pesar de haber intentado enseñarle a controlar un poco su poder, no lo había logrado. A pesar de todo se había ganado un gran aprecio y respeto por parte de Enzi, que lo admiraba y cada vez que se encontraba allí no podía separarse de él.

"Y yo que pensé que simplemente habías hecho lo que has hecho todo este tiempo, adelantarte en una misión de conquista para darnos una visita" comentó la Reina con la mirada baja y sin notar la presencia de su hija. Le había tomado cierto cariño al príncipe por toda la preocupación mostrada para con su hija.

"De hecho conquisté el planeta antes de lo previsto para venir hacia aquí, pero esta vez mis motivos son lamentables" dijo Vegeta, con un toque de orgullo en su voz al mencionar el adelanto en sus conquistas.

"¿Y cuales son esos motivos?" preguntó desafiante la princesa, irrumpiendo en la conversación. Había heredado esa actitud de tantos años pasando momentos con su hermano y de la misma genética llevada en su cuerpo por parte de su padre.

La Reina y Vegeta dieron un leve sobresalto al escuchar la voz de Enzi y dirigieron su mirada a ella.

"Bueno, durante todos estos años insistí en ocuparme personalmente de este planeta, llevando los informes que Freeza deseaba, pero él no está satisfecho, le molesta no saber aún de lo que eres capaz siendo hija de mi padre… quiere tener control sobre todos los saiyajins sobrevivientes de los que tiene conocimiento hasta ahora" respondió Vegeta volviendo a su actitud de orgullo y desafío.

"¿Eso significa que vendrá a buscarme?" preguntó la princesa con la misma actitud de su hermano. No había preocupación en su voz, sino desafió y algo de rencor.

"Y no debemos permitirlo" agregó Vegeta en forma de respuesta, con un leve toque de preocupación en su voz, uno que solo alguien que lo conociera a fondo (como lo hacía Enzi) podría notar.

"¡No le tengo miedo!" exclamó la orgullosa princesa ofendida por lo que pensaba que se le estaba insinuando.

"No digo que lo tengas, pero no podemos arriesgarnos" dijo Vegeta tratando de disolver la tensión que podía crearse cuando la princesa se enojaba.

"Tener miedo puede ser a veces muy sabio" agregó la Reina, incluyéndose en la conversación.

"Eso es de débiles" murmuró Vegeta sin poder contenerse, pero sintiendo el pesar de haberle tal vez faltado el respeto a la Reina, que siempre se había mostrado comprensiva y sabia con él, y que de hecho le había mostrado un poco de ese afecto del que él estaba sediento pero no podía admitir.

"Algún día comprenderás" susurró Saiyuki con una intrigante sonrisa en su rostro, pero con gran sabiduría reflejada en sus palabras.

"¡No me importa si es de sabios o débiles, yo no tengo miedo!" exclamó la princesa ofendida de que nuevamente la estuvieran dejando de lado en la conversación.

"Tendremos que alejarla" concluyó Saiyuki, ignorando la futura pataleta de su hija.

El plan podía llegar a parecer simple cuando estuviera desarrollado, pero llevarlo a cabo antes de que Freeza se enterara e hiciera su aparición en este planeta, podía volverse complicado.