Perdón por la gran tardanza!!! Pero bueno, empecé a trabajar, se me fue la inspiración. Espero poder adelantar un poco más rápido, pero estoy en más de un proyecto a la vez y el colegio también me exige bastante tiempo. Gracias por los que dejan Reviews y espero que se sigan sumando
Saludos.
Capítulo 7: Nueva vida
Enzi despertó de mal humor ese día. Ya le estaban gritando que era tarde y que tenía que almorzar de una vez.
Habían interrumpido uno de sus mejores sueños. Recorría un bosque muy amplio, yendo de rama en rama con gran agilidad, sentía que volaba. Estaba tan libre.
Pero tuvieron que despertarla, volverla a la maldita realidad. No era ágil, apenas rápida si se lo proponía. Pero de todas maneras se cansaba rápido, no tenía una buena condición física. Demasiado delgada, y además fumaba tanto que los pulmones no le rendían para ningún deporte.
Se resfregó los ojos para despertarse, como era usual no se sentía con hambre. La acompañaba siempre un vacio interior, pero no podía llenarlo con comida, así que por ese lado ya se había rendido hace rato.
Giró en la cama para quedar observando el techo. En un par de días cumpliría veinte años. Aún no vivía sola, no había terminado la secundaria, no tenía un trabajo estable ni tampoco pareja. ¿Era realmente necesario? Tal vez no, pero la hacían sentir inútil.
Se levantó finalmente y fue al baño para darse una ducha rápida y alistarse para el día que la esperaba. Nada nuevo de seguro, nuevamente la misma y aburrida rutina: comer, estudiar, ir al colegio, cenar, charlar con amigos y dormir… para luego, al otro día, iniciar nuevamente lo mismo. Realmente no podía sentirse más desdichada.
No podía realmente quejarse de la vida que tenía, no le faltaba comida, dinero ni cama para dormir, tampoco le faltaban amigos, pero algo le faltaba, algo. Era como si muy dentro suyo supiera que una vida había abandonado. Algo dentro suyo le gritaba que algo emocionante y nuevo la esperaba, pero todavía no descubría qué, o tal vez fuera simplemente un sentimiento a modo de defensa para seguir caminando sin lanzarse a un precipicio.
Se sentó en la mesa y frunció el entrecejo al ver lo que la esperaba. "¿Bife otra vez?" preguntó de mala gana.
"Sí, y más vale que te lo comas todo. No puede ser que te la pases teniendo horarios malísimos y para colmo no comas nada. Después te quejas de tu falta de energías y de salud" respondió su abuela, con quien vivía desde hace ya años.
Hebe, su abuela, había sido siempre la persona que Enzi más apreciaba en su familia. Pero la convivencia las había llevado a tener una relación con numerosos roces negativos. No podía vivir con su madre debido a su pareja, que a pesar de ya no vivir con ella, seguía vigente en posible presencia. De todas maneras vivía muy lejos de todo lo que consideraba suyo, como el colegio, amigos y lugares de salida. Su padre vivía en un departamento pequeño con su pareja, por lo que tampoco podía vivir ahí. Además de que su personalidad rebelde y desafiante llevaría la convivencia a batallas campales. Por todos estos motivos, Enzi vivía con Hebe desde hace unos seis o siete años.
"Está bien…" murmuró Enzi cabizbaja mientras probaba el primer bocado y prendía la televisión. Estaban pasando la repetición del capítulo que habían pasado la noche anterior de una de sus series preferidas.
De pronto, sin previo aviso, la programación fue interrumpida y una extraña persona apareció en la pantalla. No podía considerarse realmente un hombre, pero tenía una apariencia humanoide. Verde y con manchas de mismo color pero más oscuras. Una mirada gélida y sonrisa sádica, como cualquier villano de película.
Su mensaje, según decía, estaba llegando a todo el mundo. Y anunciaba que organizaría un torneo de las artes marciales donde se decidiría el destino del planeta Tierra. Finalmente expulsó una esfera de energía de su mano y la transmisión terminó poco después.
"¿Cómo puede ser?" exclamó Hebe con un claro tono de preocupación en la voz.
Enzi apenas si levantó una ceja. El torneo sería entretenido de ver, y en caso de que destruyeran el planeta sería la excusa perfecta para terminar con su rutina. No sentía realmente una gran preocupación por las nefastas noticias, pero notó que la mayoría de la gente sí, porque se escuchaba afuera el gran número de habitantes que al entrar en pánico gritaba por las calles y hacía destrozos. Su abuela observaba por la ventana preocupada y comentaba sobre la situación. Pero Enzi había dejado de prestar atención desde hace rato y se dirigía a su habitación para llamar a alguno de sus amigos. Con semejante noticia imaginaba que cancelarían las clases y tendría el día libre.
Le mandó un mensaje por celular a su mejor amiga, Ani, para preguntarle si no quería que la pasara a buscar por el trabajo más tarde. Ani por lo pronto no había tenido un televisión a mano para enterarse de las circunstancias que acontecían, y Enzi se vio en la tediosa tarea de contarle la noticia recien anunciada, por mensaje de texto.
Finalmente Enzi estaba sentada frente al trabajo de su amiga, esperando que esta saliera. Cómo había hecho para convencer a su abuela de que la dejara salir de su casa con semejante barullo era todavía un misterio. Pero de todas maneras, con bastante esfuerzo, lo había logrado. Para luego recibir suficiente dinero como para manejarse todo el día en taxi, lo más fuera de peligro posible.
"¿Y quién este Cell?" preguntó Ani mientras se prendía un cigarrillo, que Enzi le había alcanzado previamente, ya en casa de la primera.
"No sé ni me importa, pero era un asco… creo que era maquillaje o algo así" le respondió mientras alargaba el brazo para que Ani le cediera el cigarrillo.
"¿Y no será un chiste?" preguntó Ani, mientras fumaba ignorando el pedido de Enzi. "Ya te lo paso, no jodas" agregó molesta por la insistencia.
"Podrías dejarme prender uno propio si no me vas a dejar darle siquiera un seca…" se quejó Enzi con el seño fruncido.
"No rompas y decime, ¿será un chiste o no?" insistió Ani dandole el cigarrillo a Enzi para terminar con el problema.
"No creo, en el noticiero se lo tomaron bastante serio" respondió mientras aprovechaba el cigarrillo todo lo que podía, ya que conociendo a Ani, sabía que no duraría en su mano mucho tiempo más.
"Pero, ¿cómo alguien puede destruir el planeta entero? ¿Tiene algún tipo de arma muy potente o algo así?" preguntó, efectivamente, recuperando el cigarrillo sin darle mucho tiempo a Enzi para darle siquiera una segunda seca.
"Tal vez, en todo caso lo averiguaremos en este supuesto torneo, lo van a pasar por la tele" dijo Enzi mientras miraba con anhelo el cigarrillo.
"En diez días me dijiste, ¿no?" inquirió Ani mientras apagaba el cigarrillo.
"¡Todavía le quedaba!" exclamó Enzi, notando que el cigarrillo apenas estaba por debajo de la mitad.
"No me rompas más, prendete uno si querés" dijo Ani recostándose en el sillón.
"Gracias" agradeció Enzi mientras encendía uno. "Y sí, es en diez días" murmuró mientras se recostaba en el sillón frente a Ani, donde ahora se encontraba sentada.
"Habrá que ver para creer" dijo Ani algo perdida. "¿Un ajedrez?" preguntó enderezandose.
"Dale" aceptó Enzi, parándose para ir a buscar el tablero.
Este era realmente el episodio que Enzi esperaba para cambiar su rutina, pero no sabía las muchas consecuencias que podría llegar a traer en su vida como la conocía.
