Abre los ojos

Los personajes de esta historia son propiedad de Rumiko Takahashi

"…" cuando hablan los personajes

'…' cuando piensan

XXXXXX cambio de escena

"¿Y a qué hora dices que será la fiesta?" preguntó Inuyasha. Ambos, él y Kikyo, habían dejado la cafetería hacía rato, decidiendo dar un paseo por el parque mientras los últimos rayos de sol se desvanecían en el horizonte. El día había estado bastante caluroso, por lo que muchas otras parejas también se habían decidido a salir de sus casas para recorrer las hermosas calles de Tokio que, en verano, se volvían todo un espectáculo llenas de viandantes que paraban en las esquinas realizando pequeñas actuaciones para sacar un poco de dinero.

"Pues empezará a las ocho hasta bien entrada la madrugada, supongo. Ya sabes que mi hermana siempre fue muy popular en el colegio y aún tiene muchos amigos de esa época. Mi padre quería algo más íntimo, por decirlo de alguna manera. Pero Kagome se empeñó y ella siempre tiene las de ganar en ese tipo de disputas" sonrió Kikyo, gozando de la brisa que había empezado a soplar.

"¿Y es realmente necesario que yo acuda?" preguntó él. Sabía que esto iba a empezar una situación un tanto problemática con su novia. Pero… la verdad es que le intimidaba conocer al padre de Kikyo. Ella se veía muy nerviosa y excitada por la idea. Por lo que el joven sabía, sería el primer novio formal que ella presentara a su padre. La madre de las muchachas había muerto en un desagradable accidente de tráfico muchos años atrás. Ellas, por lo visto, apenas la recordaban.

Cuando la muchacha escuchó la pregunta formulada por su compañero, frunció el entrecejo. "Pues sí Inuyasha. Ya le dije a mi padre que irías."

"Kikyo, es que creo que nos estamos precipitando. Sinceramente no tengo muchas ganas de acudir."

Ella gruñó por lo bajo, respirando en varias ocasiones intentando no perder los estribos. "No lo entiendo cariño. Te he dado más de un año. Ya sí que me gustaría presentarte a mi padre, y él está deseando conocerte. ¿Por qué te niegas tan rotundamente¿Es que acaso no me quieres lo suficiente?" y salió corriendo con los ojos llorosos, provocando que las personas que se cruzaron con ella en ese momento la miraran sorprendidos, lanzándole miradas reprobadoras a Inuyasha. Este las obvió y, agarrando fuertemente la chaqueta de ella entre sus brazos, persiguió a la muchacha hasta alcanzarla a la orilla del lago central del parque por el que andaban. Ella se veía vulnerable, apoyada en un árbol, de rodillas y mirando su reflejo en las aguas cristalinas. Su pequeño cuerpo temblaba ligeramente, símbolo de que aún las lágrimas bañaban su rostro.

"No he querido decir eso" respondió él, tapando los femeninos hombros con la chaqueta y sentándose a su lado. "Lo siento. No te preocupes, estaré allí cuando tú me digas. Conoceré a tu padre" dijo en la voz más conciliadora que pudo encontrar. La idea, realmente, no le agradaba en absoluto. Pero haría lo que fuera para calmar a la muchacha.

"¿Lo dices en serio?" preguntó ella entornando los ojos y mirándole con esperanza.

"Muy en serio" le devolvió la sonrisa. Ella se lanzó sobre él y ambos cayeron abrazados en la hierba. El resto de la tarde lo pasaron uno en los brazos del otro, terminando de ver el atardecer.

"Por fin" suspiró Inuyasha. La tarde del domingo la había pasado en su casa terminando su parte del trabajo que tendría que presentar al día siguiente. El lunes en la mañana había quedado con Yumi en verse en los ordenadores de la biblioteca, juntar ambas partes y, finalmente, imprimirlas. El resto fue coser y cantar.

"Lo hemos conseguido" gritó Yumi cuando salieron del aula. Chocó las manos con Inuyasha, ambos felices de su trabajo bien hecho, y juntos se fueron caminando hasta la cafetería, queriendo celebrar que se habían librado ya del agobio de los trabajos hasta el siguiente semestre.

"¿Qué te apetece tomar? Yo invito" dijo él cuando ambos estaban de pie frente a la barra. El camarero esperando la orden.

"Un café con leche fría por favor, Pablo" pidió ella directamente al trabajador. La verdad es que era un hombre procedente de España que llevaba más de la mitad de su vida en Japón. Era un hombre de pelo ya canoso, pero muy jovial y divertido. Conocía prácticamente a todos los alumnos de la facultad, y eso que no era pequeña. Y ellos le respetaban a él.

"Que sean dos" pidió Inuyasha, y ambos amigos estuvieron contándose bromas y riéndose de algunas novedades que habían pasado durante las clases mientras esperaban por su mandado.

"¡Yumi!" una voz de mujer se hizo paso hasta los oídos de la pareja, volteando, ambos, la cabeza.

"¡Hola Itnia!" saludó Yumi, haciendo la correspondiente reverencia.

"Como tardabas tanto he venido a buscarte" regañó Itnia señalándola con el dedo, pero con una sonrisa en los labios.

"Ups¿habíamos quedado? Lo siento, se me olvidó" contestó pasándose una mano por detrás de la cabeza mientras le sacaba la lengua. Entonces fue que Inuyasha le tendió el café. Ella se volvió al muchacho con cara arrepentida. "Lo siento, tengo que irme."

"Claro, no hay problema" concedió él, despidiéndose de ambas jóvenes con la mano.

"¿Este asiento está libre?" una melodiosa voz se hizo camino hasta sus oídos. Inuyasha levantó la vista del periódico que halló en la mesa solitaria a la que se había ido a sentar, encontrándose con unos hermosos ojos marrones que tenían su vista posada en él, mientras un fino dedo femenino señalaba la silla que quedaba justo a su derecha.

"Claro Kagome, siéntate" estaba sorprendido de esta iniciativa. Nunca ella había hecho un amago de entablar una conversación a solas con él. Menos desde que empezó a salir con Kikyo.

"Quería hablar contigo" confirmó ella, acomodándose. "Es sobre Kikyo"

"¿Le pasó algo?" preguntó un tanto alarmado.

"Oh no, nada. No te preocupes, ella está bien."

"¿Entonces?" inquirió él con desconcierto. Cierto es que las facultades de ambos quedaban la una al lado de la otra, pero pocas veces se veían.

"¿Te acabas el café y salimos?" preguntó ella, jovial. Inuyasha no dijo nada más. Tomó los últimos sorbos de su taza y se levantó, guardando el periódico en la mochila para una lectura posterior.

Ambos anduvieron en silencio, el uno al lado del otro. Como hacía buen día salieron al jardín. En esta época, final de exámenes y entrega de últimos trabajos, la verdad es que ya no quedaba mucha gente por los alrededores. Solo unos pobres con mala suerte cuyos exámenes finales habían caído la última semana de Junio.

"¿Qué tal te ha ido el trabajo? Kikyo me dijo que estabas muy liado terminándolo" soltó ella de repente.

"Pues bien. Tengo suerte de que mi compañera sea bastante trabajadora. El año pasado me tocó con Hiroshi. Muy buena persona, pero la verdad es que no daba palo al agua y me las vi y me las desee. Créeme"

"Que bueno" y ahí terminó toda conversación que se hubiera iniciado entre ellos. Kagome, de pronto, señaló una sombra para descansar. Inuyasha, apoyando su espalda en el grueso tronco del árbol, miró en todas direcciones. Se sorprendió al notar que estaban en una de las zonas menos transitadas del campus. No había notado que habían andado tanto.

"Inuyasha, Kikyo me contó que no quieres conocer a mi padre. ¿Por qué?" preguntó repentinamente, posando sus profundos ojos castaños en los ambarinos de él. Que ella fuera tan directa y esa mirada penetrante lo estaban poniendo ligeramente nervioso. Además ella lucía unos vaqueros pirata que delineaban a la perfección su trasero, y la camiseta blanca descubriendo el ombligo era más de lo que un hombre podía soportar. Intentando apartar los pensamientos tan impuros que se le estaban pasando por la mente, y regañándose a sí mismo por tenerlos, suspiró.

"No me gustan mucho los padres" dijo al fin. Su mirada perdida en algún punto del infinito.

"¿Y eso?" preguntó ella.

Inuyasha la observó por unos instantes preguntándose qué es lo que le había llevado a ella a buscarlo e interrogarlo de esa manera. Pero pudo apreciar verdaderos sentimientos en los rasgos de su cara y en el brillar de sus ojos. No supo por qué tuvo la necesidad de contárselo, pero lo hizo.

"Mi madre era una joven que provenía de una familia pobre. Pero era muy hermosa. Mi padre se quedó prendido de ella en cuanto la vio y dejó a la que entonces era su mujer para tener un romance con Izayoi. Izayoi era el nombre de mi madre"

Ella simplemente asintió con la cabeza, no queriendo interrumpirlo.

"Los papeles del divorcio de la madre de mi medio hermano, Shessomaru, se firmaron rápido. Mi padre seguía apoyándoles económicamente y, de vez en cuando, iba a ver a su hijo. Pero sus visitas se hicieron más escasas cuando mi madre anunció que estaba embarazada de mí. Mis abuelos nunca apoyaron su nuevo casamiento e hicieron todo lo posible por romper su unión. Mi madre, recuerdo que me contaba, siempre le dijo a mi padre que prefería no conocerlos. Ella sabía de los sentimientos que albergaban a su persona y no quiso remover aguas turbias. Pero mi padre se empeñó y ella, que era incapaz de decirle que no, se dejó hacer. La hicieron la vida imposible desde entonces y hasta el día de su muerte" Los ojos de Inuyasha brillaron ante el recuerdo, ahogando una pequeña lágrima que amenazaba con salir.

"Lo lamento" fue lo único que dijo la chica unos momentos después. El silencio se volvió a hacer entre ellos, y solo el piar de los pájaros y el viento interrumpían la tranquilidad del momento.

"No pasa nada, no fue tu culpa. Por eso es que, cuando una relación me va bien, me entra el miedo de conocer a los padres. No quiero que la estropeen como ocurrió con los míos" era extraño. Nunca antes le había contado a nadie sobre este pesar que albergaba su corazón. Ni siquiera a su novia por más de un año ya. A Kikyo. Sin embargo, la joven al lado suyo, sin hacer nada en especial, había conseguido que se sintiera en paz consigo mismo, y que fuera capaz de liberar esa pequeña congoja. Se sorprendió al notar que, al haber compartido el problemilla, se sentía mucho más liberado.

"Lo siento, no pretendía aburrirte. Pero no te preocupes que iré. Es tu cumpleaños después de todo, y además se lo prometí a Kikyo. Pero gracias por escucharme Kagome. Me ha ayudado mucho" y dicho esto, se levantó casi con prisa y echó a andar en dirección a los edificios, intentando no mirar atrás, fijando su vista al frente. Todavía era incapaz de comprender qué es lo que le había llevado a ser tan abierto con esa joven. Además, Kagome no se caracterizaba por ser una chica que guardara secretos o que fuera discreta. Eso se veía a leguas, con la vestimenta que siempre llevaba y las escenitas que hacían ella y Miroku en cualquier parte. Pero, la Kagome que se había sentado con él, al pie del árbol, parecía otra persona. Alguien muy… diferente.

Kagome lo vio marcharse, delineando con sus ojos el bien formado cuerpo del muchacho. Luego pensó por largo tiempo en cómo él, de forma tan íntima, le había contado parte de sus miedos. Se sentía como si, ahora, hubiera conocido una parte de Inuyasha que él se había preocupado mucho por ocultar. Una sonrisa se dibujó en sus labios al pensar que ella había sido la confidente. No su hermana, no cualquier otra. Sino ella. Kagome.

Volvió a mirar en la dirección en la que el chico había echado a andar, pero él ya había desaparecido de su vista. Entonces dejó caer, libremente, su expresión, volviendo a una más seria y triste.

"Lo lamento, Inuyasha. Lo lamento" dijo, sus palabras esfumándose con la brisa.

Se levantó del césped, sacudiendo de sus jeans las pequeñas motas verdes que se habían quedado adheridas a su pantalón y, con un último suspiro, caminó en dirección contraria, con un único pensamiento en la cabeza. 'Abre los ojos Inuyasha'.

En fin, aquí un nuevo capítulo, para que veáis que me estoy portando muy pero que muy bien La verdad es que os estoy haciendo un poco la pelota porque pronto me iré a nueva Zelanda durante una semana y media y no voy a tener método alguno para actualizar. Así que disfrutarlo mientras se pueda. Besos a todos! Y recuerden que me encantan sus mensajitos.

Para Lady Indomitus: Ahora porque me voy, pero cuando vuelva recuerdame que te pase una pagina donde puedes encontrar el manga (cuando tenga mas tiempo quiero ponerme a traducirlo para la pagina que una amiga y yo estamos haciendo de Inuyasha). Por lo demas espero que te haya gustado y muchas gracias por los mensajitos, me hacen mucha ilusion Besos!

Para Juminator: XXDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD ala, pa qe no te quejes ahi has tenido tu momento de gloria, pero mira que dejar a inuyasha asi plantado... jajajajajajajajajaja Bueno nena, que nooooooooooo, to esta mu pero que mu pensao (weno, mas o menos :p) Un besin y ya nos vemos prontito pa que me recrimines to lo que quieras (y yo a ti maja, que hay que ver como nos dejas tb en tus fics ejem ejem) Besos!

Para milychan: las dudas siguen o hay cosas mas claras? espero que sigan, quiero crear un poco ese ambientillo de misterio Pero... mucha imaginacion no tengo y al final siempre me salen historias previsibles... pero weno. Intentare, intentare. Gracias por los mensajitos! Besos