El pianista
¡Muchísimas gracias a tod@s por vuestro apoyo! No sé qué haría sin vosotr@s!! Gracias! Muchas gracias!
*_*_*
Kiara McGonagall: Hola preciosa!!! Jejejejejjee, todo eso que me dices con Pansy y el chocolate es exactamente igual para mí! ;) Gracias por la canción! ;) Volviendo a Pansy, intentaré poner más muestras de su personalidad y sus dos caras ;) Sí, la forma de encontrarse es muy linda, así, misteriosa. Eso sí, luego la reacción que vendrá detrás... Jeje, ¿Parvati y Lavender miedo? Jajaja, a mí me dan mucha risa, son muy cómicas aunque, en ello, llevan "algo" de razón. Jejeje, lo pensé, ponerle a Draco máscara o que la luz no reflejara sus ojos y se quedara sin saberlo pero, me dio pena y no quise alargar más el sufrimiento a mis fieles. (Anda que soy hasta buena :P) Ahora Hermione se va a desilusionar mucho :( Yo creo que todas las personas tenemos dos personalidades, tal y como hablábamos de Pansy, igual le pasa a Draco. Es muy frío y fuerte ante todo y todos pero, para sí mismo y su piano, es muy sentimental. Pues sí, a Rowling le tira más la faceta malvada y, no la culpo, es mucho más fácil escribirla :P Bueno...Hermione sabiendo la identidad de su pianista pues, tendrá que enfrentarse a toda la imagen idealizada que había creado y, muchas de estas cosas que había imaginado se romperán. A ver, Hermione se ha dado cuenta de quién es Draco pero, él todavía no. Pero, de todas maneras, él ya tiene su canción en la mano "Una corriente eléctrica recorrió todo su cuerpo al sentir de repente, en su mano, otra mano, su mano. Unos dedos que se mezclaban con los suyos.Le robaron el papel que le había llevado hasta él y gran parte de su sueño iba escrito en él, como a fuego grabado." ¿Vale? ;) ¿Año? Pues están en 6º curso. Rayando el Sol de Maná, me encanta :) Sí, tendremos que dar clases :P Como todos tus reviews me gustaron mucho, besazos!!!
Afrodita: Hola guapa! ¡Por fin! (Largo suspiro) ...Se encontraron :) Rayaos, pero rayaos, eh, jeje, todo fue muy confuso y muy rápido. "La profecía" de la que habla Filch es la nieve, él, en todos sus años en Hogwarts, la noche antes de que empiece a nevar, se va a los terrenos para observar la primera nevada del año. Él y la gata, entonces, se lo avisa, como si fuera algo alucinante :P Que tontito...jaja. Bueno, la canción la miraré ;) Un besote!
Male-chan: Hola guapetona! Gracias! Gracias! ¿Verdad? Super romántico, ahora empieza lo bueno. :( Sí, al principio todo era así de misterioso y había emoción pero ahora, ¡habrá más aún! jeje. Bueno, sí, ahora empezarán los problemas y lo bueno ;) TE prometo muchas buenas sorpresas a raíz de esto. Y muchas más canciones :P Sí, hubiera podido ser otro camino a elegir pero, la opción está tomada :) Bueno preciosa! A ber si hablamos de lo de poner mi fic en tu página! Yo te doy permiso pero, no sé cómo va y eso, me gustaría visitar la página...etc... ;) Un besote!
Romula Lupin: Hola linda! Ay, ¡no me digas eso! Muchísmas muchísimas gracias! ¡Me sonrojaste! Jeje. Bueno, sí, la canción era preciosa y muy lenta, misteriosa, se adecuaba muy bien. ¿Sí? ¿Te gustó la reacción de Malfoy? Estaba confundido y a la vez, tenía ganas de que algo así ocurriera. :) Supongo que como tod@s! bueno miles de besos!
Dark Raxiel: Hola mi niña! Jejejej (Lira sonrojada se inclina) Gracias, gracias. :P Fuera bromas, muchas gracias! Sí, ha sido misterioso, yo también quería darle emoción para dejar en ascuas si se iba o no a producir pero, cumplí :) Que sino me veía sin cabeza, jajajaja :D Bueno, tú sigue tu búsqueda, seguro que dará frutos. Un besote!
Lakesys: Hola linda! Muchísimas gracias! Jeje, bueno, nunca es tarde si la dicha es buena ;) Me alegro de que la forma en que las canciones se mezclan con las letras te agrade, creo que es una forma buena de ir explicando paso a paso los versos y las emociones :) Espero que no te vuelvas a impacientar! jeje, y que esto calme tu ansiedad! Un besazo!
Shiro2: Hola preciosa!!! Ay...pues así las dejé. :D Oh! Que bonito! Pues sí, le vendría muy bien :P No creo que ninguno de los dos pensara que en esa noche iban a descubrir tantas cosas :D Bueno, un besazo!
Elbereth Gilthoniel Edain: Hola mi niña! Jeje! Jo, me alegro mucho de que veas al pianista :P! jeje. Ok, ya se está bajando :) Un besote!!
Vicu-malfoy: Hola guapetona!!Ala!! Dejate de rollos! ¿De verdad que lo soñaste!!?? jejeje, un besazo enorme!!
Sly-Tom: Hola!!! Gracias!! jeje, ya empieza la acción! Tachi, tachin...:P Un besote!
Elanor Black: Hola preciosa! Muchas gracias! Pues sí, tiene dos personalidades, la exterior que es la que utiliza con los Sly's y demás y..la interna, que es donde tiene todo ese sentimiento, por su piano y por todo :) Ya verás, ;) Muchas sorpresas aguardan! Un besazo!
Nenuf@r: Hola preciosa! Gracias! Sí, sí, muy bonito :P Ahora viene lo bueno. Jeje, ya verás, ya verás... Las canciones, las dos me encantan, además le venían super bien al capi. Un besazo enorme!!!
Uialwen: Hola guapa! Jejeje,sino no tiene emoción ;) Pues sí, fue muy romántico pero, ahora llega la verdad :P Jeje, gracias! Un besazo!
Lora chang: Hola linda! Gracias! Jeje, pues sí, ya se han visto. Bueno, corrección, Hermione le ha visto. Ya se verá lo que ocurre...;) Un besote!
SpyProngs19: Hola preciosísima! Gracias, muchas gracias. No sabes cuanto me alegro de que te guste y te llegue! Alejandro Sanz tiene muchas canciones que me encantan :D Bueno, un besazo!!!!!
*_*_*_*_*_*_*_*
6. El secreto desvelado
Se llevó una mano a la boca y dio un grito que se ahogó en su garganta.
Cerró los ojos querendo olvidar lo que acababa de descubrir.
El nudo en su estómago se retorció aún más produciendo en su cuerpo una dolor intenso.
Era imposible. No, no...Su pianista, su querido pianista con el que soñaba día y noche, al que le dedicaba cada acto, por el que había mentido tanto...por el que estaba dispuesta a hacer cualquier cosa, no...era él.
Draco Malfoy era el pianista.
Sin dar tiempo al tiempo, ni tiempo al Slytherin a reaccionar, salió corriendo, huyendo de ese fantasma irreal.
El rubio estiró una mano para pararla pero, ya era tarde. En su cabeza la voz resonaba, ¿a quién pertenecía esa voz susurrante?
Se estremeció, fuera quien fuera, ya lo había descubierto, su secreto estaba desvelado.
Mientras, Hermione corría y corría a la vez que sentía como por sus mejillas las lágrimas amargas corrían una tras otra, más fuertes que nunca.
Dentro de sí misma, algo yacía ya, roto y destrozado.
La imagen que se había inventado sobre él, sobre su pianista imaginario, era muy diferente a la realidad, y ahora, lo sabía.
Sintió como le faltaba el aliento y se quitó las lágrimas a manotazos, sintiendo su respiración agitada y violenta.
Había sido tan inconsciente, hubiera preferido no saber la realidad.
Se apoyó en una pared cualquiera y resbaló por ella, lentamente, cayendo en el suelo, echa un ovillo pequeño.
Escondió la cabeza entre sus piernas que abrazó con las manos.
¡Cómo había sido tan tonta! Se había ilusionado con su fantasia propia y ahora, al conocer la verdad, todo era distinto.
Draco Malfoy, el pianista.
¿Cómo un ser tan despreciable podía crear tan maravillosa música? ¿Por qué él y no otro, por qué?
Desde siempre habían sido enemigos, siempre, lo odiaba. Lo odiaba por lo que era y quien era. Su destierro del mundo lo hubiera acogido con la mayor de las alegrías y, en aquel instante, ni siquiera podir sentir nada respecto a él.
En un momento, su corazón se paró, un pensamiento voló por su mente. ¿Él la habría reconocido? Podría ser o no, ya qué más daba...
No era persona que daba nada por perdido, muy al contrario, nunca tiraba la toalla. Pero, en ese momento, se sentía tan triste y decepcionada que creía haber sido derrotada, creía que su sueño había terminado.
Creía que su pianista había cerrado la tapa del piano y que ésta no se volvería a abrir. Pero, sólo eran pensamientos...no sabía cómo podía torcerse la vida cuando el destino estaba trazado.
**********************************************************************
Las ideas lo tenían trastocado. Se peinó, desordenándose aún más el pelo, sin darse cuenta.
Los actos de la noche pasada, aún bailaban en su mente como llamas ardientes. Y él, seguía dándoles vida.
Su cerebro intentaba pensar y recordaba...esa voz.
Algo le decía que ya la había oído antes pero, había sido tan rápida, tan fugaz, que se difuminaba con los sonidos de su ensimismamiento, el silencio mentiroso de la noche y la frágil caida de los copos de nieve.
Lo habían descubierto, su secreto se había desvelado. ¿Cómo había podido caer en aquella estupidez?
Aunque no quería reconocerlo, algo en su interior, le había pedido una aventura, algo para salir de la monotonía. Dura y triste, monotonía. Y se había cumplido, había ocurrido.
Al fin volvía a tener su composición en las manos y estaba a buen seguro, escondida entre lo más recóndito de sus secretos.
- ¡Malfoy! ¿Qué? ¿Nos largamos?
Draco le dirigió una mirada a Blaise Zabinni que cogía su cartera dándose el último retoque.
- Algún día... - murmuró.
Zabinni alzó la cabeza, como seña de que no había entendido. Malfoy bufó y, de mala gana, salió del cuarto.
¿Quién? ¿Quién? Deseaba con ansia que la pregunta se respondiera. ¿Quién era la mujer que conocía su secreto? ¿Quién era aquella que le había besado?
El beso. Lo recordó con una rara sensación. La sensación traicionera de querer volver a repetirse. Para él era tan fácil verlo, sentía la oscuridad en su piel, el temblor de su cuerpo y ella...Tan cálida como los rayos de sol después de la lluvia. Tan llena que había conseguido hacerle olvidar, por breves segundos, todo lo que le perseguía en su cruda vida.
¡Pero qué cursilerías estaba pensando? ¡Él era un Malfoy! Un hombre. No podía sentir...nada. Ni siquiera amor.
Aparentó su frialdad mientras llegaba, junto a Zabinni, al Gran Comedor.
Pansy Parkinson y algunas Slytherins cuchicheaban entre risas. Al verlos, el murmullo se apagó levemente.
Blaise hizo un ademán de pararse a hablarles pero, Draco, más atento, lo arrastró hasta la puerta, ignorando a la marabunta.
Después, el murmullo se hizo más grave pero se confundió entre el del mismo salón haciendo que Draco perdiera el hilo de sus sueños volviendo a la realidad.
*_*_*_*_*
Los ojos marrones de Hermione se clavaron en su figura alta y fría. Intentó analizar y buscar a su pianista entre las ropas de Draco Malfoy. Imposible.
¿Cómo estar segura de que su imaginación no le había jugado una mala pasada?
Aunque se negara a creerlo, algo más profundo en su cabeza, había aceptado la verdad e intentaba acostumbrarse a la idea pero, era muy difícil.
Si le hubieran contado que Dumbledore era mortifago, no se hubiera resistido tanto a creer como en aquel momento.
Cogió aire. No, la noche no la había engañado tanto. Recordaba perfectamente como la nieve se había reflejado en los ojos grises de Malfoy. Lo veía claramente en su mente.
- Hermione, ¿qué pasa?
Se sobresaltó y dio un bote. Algunos compañeros se voltearon a verla. Sintió como sus mejillas se coloreaban en tonos rojos.
- ¡Nada! - dijo en tono poco bajo.
Ron se rascó la coronilla y miró a Harry pero, éste, estaba aún más perdido que Hermione, en sus miradas furtivas a cierta Gryffindor.
La chica suspiró y volvió a su desayuno, ignorando el fuerte latido de su corazón y la sensación, ya instalada en su cuerpo, de que todo se había torcido.
De repente, la voz de Albus Dumbledore llamó a los alumnos y todos se volvieron a mirar a la mesa de los profesores en la que el mago se hallaba.
- Queridos discípulos, os he de dar una noticia, nada buena para nosotros, al contrario que para vosotros, que es bastante buena.
Se miraron entre sí. Las palabras extrañas de Dumbledore habían extrañado a todos.
- La noticia, - carraspeó. - es la siguiente. En este día, debido a la llegada del invierno y la nieve, hemos decidido cancelar todas las clases de la mañana.
Un silencio sepulcral llenó el comedor, todos estaban demasiados asombrados como para articular palabra.
- Y no es ninguna broma. Tenéis el día libre.
Con dos sonoras palmadas, el director desapareció y con él, los profesores.
Pasaron unos segundos antes de que la idea se creyera pero, después de éstos, solo había una palabra para definir lo que sentía la mayoria de los presentes: euforia.
Gritos, risas, carreras...mucho ruido para celebrar que, por primera vez en Hogwarts, la llegada de la nieve anulaba las rutinarias clases.
**********************************************************************
- ¡Bola va!
La nieve se estrelló contra la túnica de Dean Thomas y, éste, le devolvió la tirada a Ron, que se escondía tras un árbol, entre carcajadas.
- ¡Harry, nos atacan! - gritó el pelirrojo.
El moreno tiró contra Seamus y, jadeó sonriente.
- ¡Por tú culpa! - le gritó.
Ron, que se destornillaba de risa, se apoyó en el tronco del árbol, con la idea de que allí se encontraba a salvo. Pero, de repente, una sombra se puso frente a él, con malas intenciones.
- Venganza, Ron Weasley.
La cara de Ron se tiñó de blanco y la figura comenzó a correr, dejando sus pisadas en la nieve.
El pelirrojo se limpió la nieve de la cara y, veloz, fue tras ella.
Creía haberle perdido el rastro y, se paró. Entonces, otra bola se estrelló en su cara, como un mazazo.
Abrió la boca, sarcástico.
Las carcajadas de la chica llegaron hasta sus oídos.
- ¡Ahora verás!
Se tiró en plancha encima de Parvati y, con las risas de la chica, empezaron a rodar por la nieve. Mezclando sus fuerzas, el uno contra el otro, acabaron reventados y llenos de nieve por todos lados.
Y sin parar de reír, pararon su carrera, en la misma posición que había empezado.
El Weasley se limpió la cara como pudo y miró a Parvati. Dejó de reír para fijarse en ella que reía.
Su cabello negro caía derramado por la superficie blanca y, sus ojos del mismo, pintados con rayas negras, se abrían y cerraban por las contracciones de la risa. Su piel blanca, aún lo parecía más con la fría nieve.
De pronto, ella también paró su risa y le miró a él.
Hacía mucho tiempo que sabía que ese sentimiento existía pero, a pesar de todo, en ese instante, confirmó que seguía anclado en su corazón. Que seguía sintiendo que Ron era más que un compañero de Gryffindor, más que un amigo...mucho más...para ella.
No cupo duda que, en aquel momento, una irresistible atracción surgió entre los dos pero, los sentimientos de cada uno, no eran los mismos.
Dándose cuenta de su estado y de lo ridículo que todo parecía y también, de que si seguía así, no iba a poder controlarse, Parvati habló:
- Weasley, quítate de encima. - dijo lo más fría que pudo.
Ron se levantó y le ofreció una mano que ella tomó.
- Tú empezaste.
- Y tú seguiste.
Ron hizo un mohín con los labios. Volvieron a ponerse rojos sus mofletes, como pasaba continuamente. Se pasó una mano por el pelo.
- Grave error. Nunca desafíes a una Patil.
Elegantemente, Parvati pasó al lado de Ron, despidiéndose con un "Hasta luego" y huyendo de él.
Las peleas de nieve, continuaban en los terrenos de Hogwarts pero, él se sentía ya cansado y, caminó un poco, con las manos en los bolsillos.
De repente, sus ojos azules divisaron a una figura sentada en unos troncos caidos.
Fue lentamente hasta ella, en absoluto silencio, con la intención de asustarla pero, al verla tan hermosa y concentrada, no se atrevió y la observó unos minutos, asombrado de lo que podía hacerle sentir esa chica.
Sus rizos caían sobre su espalda aunque su cabeza la tapaba un gorro morado, como sus manos y su garganta, cubiertos por guantes y una bufanda.
Parecía tan frágil en ese estado, tan bella. Con las mejillas frías y los ojos perdidos, con el rostro ángelical y sus labios tan rojos.
Se sentó a su lado y, Hermione le sonrió al verle.
- Hola. - saludó ella con una sonrisa.
- Hola. ¿Por qué no juegas?
La prefecta se encogió de hombros.
- No es muy inteligente tirarse bolas de nieve. - dijo suavemente.
- La gente es más simple que tú.
- Debe de ser eso.
- No piensa tanto las cosas que hace.
Rodó los ojos y asintió.
- Puede ser.
- Am...Herm...Hace tiempo que quería hablar contigo. - titubeó.
- Ah, ¿sí? ¿Sobre qué?
- Pues...Sobre...tú comportamiento en estos días.
- ¿Qué he hecho?
- ¡Nada! ¡Nada! - dijo agitando las manos. - Es decir...nada malo. Lo que pasa es que...te veo, yo y Harry, también, rara, últimamente.
- ¿Rara, yo? - dijo, inocentemente. - ¡Qué va! ¡Imaginaciones vuestras!
- En serio, Herm, estás a veces como ausente y...no sé, en tu mundo. Haces cosas extrañas y...
- Ron, no me pasa nada. Sólo es que he empezado este curso con mucho trabajo y me he agobiado un poco. Pero nada más. Te lo aseguro.
Las respuestas de Hermione no le satisfacían del modo que quería. Deseaba creerla, pensar que no tenía ningún problema, que era la Hermione de siempre pero, era muy difícil aceptar eso, conviviendo con ella día a día.
Sin embargo, quiso creerla y, acalló sus preguntas y dudas.
- Está bien. Perdóname.
- No, gracias por preocuparte por mí, Ron.
- De todas maneras...para esta o la que sea... - dijo juntando nerviosamente los dedos. - Sabes que estoy aquí, que si me necesitas para...ya sea hablar o pegarme o...cualquier cosa. - Hermione sonrió. - Sólo tienes que..llamarme.
Lo dijo de una forma tan dulce que Hermione sintió rebosar de cariño y lo abrazó. El pelirrojo se quedó parado al principio ante el repentino abrazo de su amiga pero, acto seguido, muy delicadamente, posó sus manos temblorosas en la espalda de Hermione.
Sentía como el calor se extendía por todo su cuerpo a una velocidad ávida, haciendo que su sangre bombeara veloz y su corazón latiera frenético. Tan solo con su cercanía, tapada por el velo de la amistad, lo hacía enloquecer.
Hermione encontró en él, su consuelo, le tenía mucho amor a aquel personaje, mucho, mucho, amor. Lo quería como el hermano que no tenía, como el niño pequeño que velaba por ella, como una parte muy esencial en su vida.
Y en aquellos momentos donde todo se veía confuso por los recientes descubrimientos, su abrazo le trajo un poco de paz.
- Gracias por todo.
Le dio un beso en de sus pecosas mejillas y jugueteó con sus ondas pelirrojas.
- Gracias a ti. - le respondió éste, sintiéndose muy dichoso.
En sus deseos quería estar abrazado a Hermione eternamente, sintiendo que el mundo se paraba sólo porque ella estaba allí. Pero, el tiempo no se había detenido y, todo seguía su curso, seguía fluyendo.
Por eso, en la vista de Hermione, una sombra se cruzó, interrumpiendo la escena, interrumpiéndolo todo. La sombra del pianista la perseguía.
Parpadeó observando como caminaba, orgulloso y con desdén hacia los demás. Riéndose junto a sus amigotes cuando éstos tiraban alguna bola ofensiva hacia gente de otras casas.
Parecía un estúpido más en la cuadrilla de Slytherins bobos, en el grupito que siempre quería destacar con el método del más fuerte.
Analizó su físico. Alto y delgado, no demasiado musculoso, lo suficiente como para ganarse un respeto entre sus compañeros. Pálido, demasiado pálido. Como un muerto y a la vez como un muñeco delicado.
Rubio peligroso, con destellos platinados que le daban un alo muy atractivo y esos ojos. Esos diamantes que brillaban sin cesar, avisando de la carga eléctrica que contenía Draco Malfoy en su interior.
Se quedó observándole, aún abrazada a su amigo y, de repente se separó de Ron.
El chico comenzó a contarle una anécdota ocurrida en aquel primer día de nieve junto a sus compañeros de Gryffindor en una de sus batallas.
Sin embargo, no le escuchaba. Lo miraba a él mientras caminaba a metros de distancia de ella.
Pero Draco quizá fuera una de esas personas que se dan cuenta de que lo observan y, un segundo clavó sus ojos en los de ella. Los suficientes como para que Hermione volviera a la noche.
Una mueca de burla se dibujó en los labios de Malfoy que comentó algo entre sus amigos que rieron estruendósamente.
Que poco podía imaginar lo que significaba esa mirada. Que la portadora de esos ojos, era la misma que le carcomía la mente con el recuerdo de su beso.
Pronto se perdieron de la vista de los Gryffindors y éstos decidieron, ya que el frío estaba empezando a apretar, volver a la torre.
Había sido una mañana espléndida y la tarde era rápida, pronto llegaría la noche.
**********************************************************************
Inconscientemente, al llegar a su sala, en la oscuridad de la noche y la luz tenue de su vela, cuando las sombras de sus deseos y temores se reflejaban en suelos y paredes, uno había ganado al resto, eriguiéndose con más poder, ella.
Su recuerdo lo perseguía, en cada cerrar de ojos sentía sus labios, su mano tocándole, su aliento, la sentía a ella cerca como en aquella noche.
Desquiciado se tumbó en la alfombra roja que había en el suelo de la habitación oculta. Se echó y al cerrar los ojos, volvió a sentir la misma sensación, más fuerte si cabe.
De pronto se sintió furioso y triste. Sentía un hueco dentro de su cuerpo, un hueco que dolía, un agujero negro por el que se colaban los sentimientos amargos y albergaban el dolor en la penumbra.
En ese estado, se sintió inspirado.
Era ella, su musa sin rostro, quien le inspiraba.
Se sentó en la silla, frente a su piano, quería describir con precisión lo que le ocurría, lo que había dentro de él. Olvidando todo lo malo, su futuro en el lado Oscuro, su familia y su infancia, sus amigos falsos, su otra cara...todo eso quedaba muerto en ese instante para hacer vivir solamente a esa cosa que crecía por momentos, de la que no tenía explicación...¿qué era?
Tamborileó con un dedo la primera nota, como un flash rápido, cogiendo su varita, accionó la pluma mágica y el pergamino se elevó en el aire.
Asintió con la cabeza, las notas fluían veloces pero, lo que corría aún más eran las letras de su nueva canción:
"Extraño sentimiento
siembras tú en mi piel"
Sonrió.
"Es tan profundo y nuevo,
a la vez"
" Es algo tan inmenso
que quiero entender
No hallo explicación, no sé qué hacer
está en mi piel"
Era tan bonito lo que acaba de escribir, siguió adelante, ya que la música corría con él y, cambió el ritmo a uno más latente y hermoso si en su perfeccionismo podía haber.
" Y es algo tan intenso dentro de mi corazón
se eleva tan violento que pierdo el control"
De todo perdía ese control incesante que lo distinguía en su defecto de controlarlo todo. Todo, todo perdía el sentido, todo era de repente demasiado intenso en su corazón.
"Es un océano que corre dentro y roba mi respiración
y pierdo la razón, cuando te veo yo
No sé qué hacer, si sé que está tu bien"
Al pensarla, al besarla en sueños, cada vez que su sombra aparecia como un fantasma en su mente, no sabía cómo actuar..¿qué hacer con ello...con ella?
"Es suave como el viento, no lo imaginé
Es tímido y es fuego, a la vez
está en mi piel."
Un arma de doble filo, pero tan poderosa como el polo de un imán. Estaba ahí, acoplándose en sus sentimientos, tan cambiante como ellos mismos. Fuego, hielo, tímido, violento, suave... Estaba ahí, en él, grabándose sin explicación...sin rostro.
" Y es algo tan intenso dentro de mi corazón
se eleva tan violento que pierdo el control
es un océano que corre dentro y roba mi respiración
y pierdo la razón, cuando te veo yo"
Su canto la estaba llamando, como una señal para que volviera a él. Anhelaba con cada centímetro de su ser que ella volviera, porque ya no era solo esa canción, eran sus pensamientos, ¡debía estar loco! ¿Pero quién dice que el amor no existe? ¿Quién dice que ha de existir más que un beso para enamorarse?
"Es tan extraño que cuando te llamo
siento que tiembla mi voz
y va creciendo hacia el horizonte
más allá del sol"
Se sentía grande, enorme, dichoso y feliz y la esperanza se habría hueco entre todos sus sentimientos, porque creía que ella lo estaba oyendo, sabía que ella vendría.
" Inmensa sensación, no hay explicación"
Y es algo tan intenso dentro de mi corazón
se eleva tan violento que pierdo el control
(Cuando te siento en mí)
es un océano que corre dentro y roba mi respiración
y pierdo la razón, cuando te veo yo
Si no hubiera tocado con tanto sentimiento, con tanto ímpetu, quizá se hubiera percatado de que la rendija de la puerta se había abierto leves milímetros, los suficientes como para oír, incluso para pasar a su refuegio.
Y que no había sido el viento...sino ella, que confirmando sus deseos, había vuelto.
"Creo entender...."
Un latido sonó fuertemente, seguido de otro y así de nuevo, y no era solo un corazón, sino dos.
"Me enamoré...."
El pianista acabó su canción, por tiempo indefinido...pero sabía que la retomaría y la acabaría.
Sentía que sus manos encima de la superficie lisa de las teclas, temblaban excitadas, como su propio cuerpo que estaba extasiado de emoción.
El silencio y el sonido de la música apagándose para dejar paso al nuevo sonido.
Draco alzó la cabeza y vio la sombra, claramente, escondida detrás de la puerta.
El corazón le dio un vuelco, saltó de la silla y la vela se apagó.
Fuera, la sombra dio un pequeño sobresalto y, la idea de huir, de escapar de enfrentar a la verdad, cruzaron por su mente y, lo hubiera hecho pero, el pianista no iba a permitir que su musa escapara tan fácilmente.
De nuevo se vieron sumergidos en la oscuridad y en el nerviosismo, como la noche anterior, casi identico a pesar de que, en aquella noche, una diferencia clara, los dos, a su manera, se conocían.
No hizo falta decir nada.
La oscuridad entre ellos era comunicación. No había palabras, había muchos otros modos de hablar.
Ya lo habían hecho, por muchas noches, el piano había hablado y ellos dos se habían escuchado a través de él.
El deseo de confirmar que aquello no era un sueño hizo que Draco diera un paso al frente, acercándose a su sombra más.
La sombra no se movió, aunque la tentativa de hacerlo era poderosa. Cerró los ojos y se cogió sus propias manos, intentando que no temblaran, intentando controlarse.
Esta vez, el pianista movió despacio la mano y tocó su rostro. Esa noche era para él.
La pasó por una de sus mejillas y a través de la barbilla, acarició la otra mejilla, con dos dedos. Despacio, muy despacio, queriendo guardar todo aquello en su mente, como una caja fuerte, retenerlo por siempre en el espacio de real y verdad, de bonito y bello.
Acarició con la mano el cuello terso y sintió como ella tenía el vello de punto y se estremecía.
Sintió un leve suspiro de aire, chocando en su rostro. El aire de su musa en su rostro, caliente, desde sus pulmones, dentro de ella, ahora en él, rodeándolo como seña de que estaba allí, junto a él.
Sonrió, su visión estaba realizándose y, quería que no acabara nunca.
Con un dedo tropezó con sus labios suaves. A diferencia del resto de su rostro, estaban fríos.
Algo le impulsó a lanzarse a ella de nuevo, con un deseo inesperado que yacía en él.
Se acercó más, sin soltar su cuello, ni el dedo en sus labios.
Ella los entreabrió, dejando escapar una ligera corriente que volvió a darle en el rostro a Draco.
El Slytherin sintió vibrar cada músculo, cada trozo de piel en su cuerpo y, cerró los ojos, sabiendo que era fácil encontrar su boca.
Quitó el dedo de sus labios y los selló con los suyos propios.
De nuevo una corriente de electricidad le recorrió de pies a cabeza, sintiendo que la vida se le iba en ese beso. Se sujetó a ella y, por primera vez, su mano hizo contacto con su cabello que descubrió, era rizado. Ondas y bucles perdidos en su espalda.
Y al sentirla tan próxima quiso abrazarla y extasiarse juntos, juntos, muy juntos, por siempre jamás.
Hermione, aún con su firme propósito de descubrirlo todo, fuera lo que fuera, no pudo cumplirlo en aquel momento pues, la corriente también la traspasó a ella y también fue absorvida por ese deseo mutuo. A pesar de que conocía la verdad, a pesar de eso, no pudo resistirse.
Y no fue un beso, sino muchos. Uno y otro, igual de juntos y quietos.
Y la ansiosa necesidad de querer y querer, mucho más hizo que el pianista diera un minuto al viento para separarlos.
Cogió una de sus manos, que seguía agarrada a la otra.
La cogió y tironeó suavemente al cuerpo paralizado de Hermione.
Ella chocó contra él, quien la volvió a besar, sin darle tiempo a otra clase de reacción.
Así de nuevo, por otra ocasión, chocaron con la puerta de la sala del piano.
Algo mágico ocurrió en esa noche, pasó por la mente de Draco. Le hizo a su musa el mayor regalo, algo que a nadie le había dado, la oportunidad de entrar en su refugio.
El cerrar de la puerta y la nueva oscuridad, dándoles la bienvenida, dieron paso a nuevos besos, a cercanos encuentros, en silencio, en un silencio sepulcral, dejando paso a un libre lenguaje entre besos.
Pero, las ideas repentinas en las personas impulsivas, pueden ser nefastas en ocasiones. Quizá aquella idea, que por otra parte, tarde o temprano tendría que haberse dado, fue la que decidió el rumbo de la noche, y eligió el rumbo de la verdad.
Draco Malfoy estaba sintiéndose loco y desperado por aquella tortura placentera. Pero, aún le quedaba un deseo, tenía que ver el rostro de su musa. El sueño iba a terminar pero, era una ansiosa necesidad.
Se tocó en el pecho y sacó la varita.
Hermione se percató al instante y sintió una mezcla de miedo y confusión.
Draco se separó unos centímetros, con el pecho agitado y, susurró el hechizo que daba paso al fuego. Fuego que prendió en la vela. Fuego que se hizo luz. Luz que se hizo espejo. Espejo de la verdad.
Los dos ojos chocaron, el silencio aún seguía instalado. El canto de los grillos se detuvo, la brisa se hizo viento, el tiempo se había parado.
Y ahora, dos ojos grises examinaban unos marrones.
Draco dio un grito, un grito de negación, de súplica o de protesta, un grito:
- ¡Granger!
**********************************************************************
¡Wola! Aquí estoy con el capítulo 6, me ha costado mucho escribirlo, la verdad. No tenía muy claro lo que iba a ocurrir y lo he hecho pensando y no pensando pero, al fin lo tenéis.
Espero que vuestra curiosidad haya sido saciada, aunque solo un poquito.
A partir de aquí, podemos decir que empieza la verdadera historia del pianista. Sigo manteniendo la opinión de que no sé lo que va a ocurrir pero, ya tiene un giro la historia.
Os prometo mucha emoción ;) Y más canciones :P
* La canción que Draco compone es "Extraño sentimiento", de Luis Fonsi, en su disco "Abrazar la vida". No es una de las más famosas de ese artista pero, se adecuaba muy bien al capítulo. Espero que os haya gustado ;)
* Los sentimientos de Draco quizá os parezcan muy precipitados pero, creo que a cualquiera le ha pasado, soñar con un amor así..de "fantasioso" y quizá Draco, que nunca había soñado con amor, ha caido muy rápido. :) Espero que más o menos lo comprendáis. De todas formas. Daré más datos de todo en el próximo capítulo.
* ¡Mi favorito! ¡Mi siete del alma! :D 7...Qué prepararé? ;)
* Sobre lo de Ron y Parvati, aclaraciones: Parvati sí está enamorada de Ron pero él no.
* Muchísimas gracias de nuevo por los reviews!! Déjenme sus opiniones!
Os quiere!
Lira Garbo
Maná
Eres mi religión
Iba caminando por las calles empapadas en olvido
iba por los parques con fantasmas y con ángeles caídos
iba sin luz, iba sin sol, iba sin un sentido
iba muriéndome
iba volando sobre el mar con las alas rotas.
Ay, amor, apareciste en mi vida
y me curaste las heridas.
Ay, amor, eres mi luna, eres mi sol
eres mi pan de cada día.
Apareciste con tu luz, no, nunca te vayas,
oh, no te vayas, no.
Tú eres la gloria de los dos
hasta la muerte.
En un mundo de ilusión
yo estaba desahuciada
estaba abandonada
vivía sin sentido
pero llegaste tú.
¡Muchísimas gracias a tod@s por vuestro apoyo! No sé qué haría sin vosotr@s!! Gracias! Muchas gracias!
*_*_*
Kiara McGonagall: Hola preciosa!!! Jejejejejjee, todo eso que me dices con Pansy y el chocolate es exactamente igual para mí! ;) Gracias por la canción! ;) Volviendo a Pansy, intentaré poner más muestras de su personalidad y sus dos caras ;) Sí, la forma de encontrarse es muy linda, así, misteriosa. Eso sí, luego la reacción que vendrá detrás... Jeje, ¿Parvati y Lavender miedo? Jajaja, a mí me dan mucha risa, son muy cómicas aunque, en ello, llevan "algo" de razón. Jejeje, lo pensé, ponerle a Draco máscara o que la luz no reflejara sus ojos y se quedara sin saberlo pero, me dio pena y no quise alargar más el sufrimiento a mis fieles. (Anda que soy hasta buena :P) Ahora Hermione se va a desilusionar mucho :( Yo creo que todas las personas tenemos dos personalidades, tal y como hablábamos de Pansy, igual le pasa a Draco. Es muy frío y fuerte ante todo y todos pero, para sí mismo y su piano, es muy sentimental. Pues sí, a Rowling le tira más la faceta malvada y, no la culpo, es mucho más fácil escribirla :P Bueno...Hermione sabiendo la identidad de su pianista pues, tendrá que enfrentarse a toda la imagen idealizada que había creado y, muchas de estas cosas que había imaginado se romperán. A ver, Hermione se ha dado cuenta de quién es Draco pero, él todavía no. Pero, de todas maneras, él ya tiene su canción en la mano "Una corriente eléctrica recorrió todo su cuerpo al sentir de repente, en su mano, otra mano, su mano. Unos dedos que se mezclaban con los suyos.Le robaron el papel que le había llevado hasta él y gran parte de su sueño iba escrito en él, como a fuego grabado." ¿Vale? ;) ¿Año? Pues están en 6º curso. Rayando el Sol de Maná, me encanta :) Sí, tendremos que dar clases :P Como todos tus reviews me gustaron mucho, besazos!!!
Afrodita: Hola guapa! ¡Por fin! (Largo suspiro) ...Se encontraron :) Rayaos, pero rayaos, eh, jeje, todo fue muy confuso y muy rápido. "La profecía" de la que habla Filch es la nieve, él, en todos sus años en Hogwarts, la noche antes de que empiece a nevar, se va a los terrenos para observar la primera nevada del año. Él y la gata, entonces, se lo avisa, como si fuera algo alucinante :P Que tontito...jaja. Bueno, la canción la miraré ;) Un besote!
Male-chan: Hola guapetona! Gracias! Gracias! ¿Verdad? Super romántico, ahora empieza lo bueno. :( Sí, al principio todo era así de misterioso y había emoción pero ahora, ¡habrá más aún! jeje. Bueno, sí, ahora empezarán los problemas y lo bueno ;) TE prometo muchas buenas sorpresas a raíz de esto. Y muchas más canciones :P Sí, hubiera podido ser otro camino a elegir pero, la opción está tomada :) Bueno preciosa! A ber si hablamos de lo de poner mi fic en tu página! Yo te doy permiso pero, no sé cómo va y eso, me gustaría visitar la página...etc... ;) Un besote!
Romula Lupin: Hola linda! Ay, ¡no me digas eso! Muchísmas muchísimas gracias! ¡Me sonrojaste! Jeje. Bueno, sí, la canción era preciosa y muy lenta, misteriosa, se adecuaba muy bien. ¿Sí? ¿Te gustó la reacción de Malfoy? Estaba confundido y a la vez, tenía ganas de que algo así ocurriera. :) Supongo que como tod@s! bueno miles de besos!
Dark Raxiel: Hola mi niña! Jejejej (Lira sonrojada se inclina) Gracias, gracias. :P Fuera bromas, muchas gracias! Sí, ha sido misterioso, yo también quería darle emoción para dejar en ascuas si se iba o no a producir pero, cumplí :) Que sino me veía sin cabeza, jajajaja :D Bueno, tú sigue tu búsqueda, seguro que dará frutos. Un besote!
Lakesys: Hola linda! Muchísimas gracias! Jeje, bueno, nunca es tarde si la dicha es buena ;) Me alegro de que la forma en que las canciones se mezclan con las letras te agrade, creo que es una forma buena de ir explicando paso a paso los versos y las emociones :) Espero que no te vuelvas a impacientar! jeje, y que esto calme tu ansiedad! Un besazo!
Shiro2: Hola preciosa!!! Ay...pues así las dejé. :D Oh! Que bonito! Pues sí, le vendría muy bien :P No creo que ninguno de los dos pensara que en esa noche iban a descubrir tantas cosas :D Bueno, un besazo!
Elbereth Gilthoniel Edain: Hola mi niña! Jeje! Jo, me alegro mucho de que veas al pianista :P! jeje. Ok, ya se está bajando :) Un besote!!
Vicu-malfoy: Hola guapetona!!Ala!! Dejate de rollos! ¿De verdad que lo soñaste!!?? jejeje, un besazo enorme!!
Sly-Tom: Hola!!! Gracias!! jeje, ya empieza la acción! Tachi, tachin...:P Un besote!
Elanor Black: Hola preciosa! Muchas gracias! Pues sí, tiene dos personalidades, la exterior que es la que utiliza con los Sly's y demás y..la interna, que es donde tiene todo ese sentimiento, por su piano y por todo :) Ya verás, ;) Muchas sorpresas aguardan! Un besazo!
Nenuf@r: Hola preciosa! Gracias! Sí, sí, muy bonito :P Ahora viene lo bueno. Jeje, ya verás, ya verás... Las canciones, las dos me encantan, además le venían super bien al capi. Un besazo enorme!!!
Uialwen: Hola guapa! Jejeje,sino no tiene emoción ;) Pues sí, fue muy romántico pero, ahora llega la verdad :P Jeje, gracias! Un besazo!
Lora chang: Hola linda! Gracias! Jeje, pues sí, ya se han visto. Bueno, corrección, Hermione le ha visto. Ya se verá lo que ocurre...;) Un besote!
SpyProngs19: Hola preciosísima! Gracias, muchas gracias. No sabes cuanto me alegro de que te guste y te llegue! Alejandro Sanz tiene muchas canciones que me encantan :D Bueno, un besazo!!!!!
*_*_*_*_*_*_*_*
6. El secreto desvelado
Se llevó una mano a la boca y dio un grito que se ahogó en su garganta.
Cerró los ojos querendo olvidar lo que acababa de descubrir.
El nudo en su estómago se retorció aún más produciendo en su cuerpo una dolor intenso.
Era imposible. No, no...Su pianista, su querido pianista con el que soñaba día y noche, al que le dedicaba cada acto, por el que había mentido tanto...por el que estaba dispuesta a hacer cualquier cosa, no...era él.
Draco Malfoy era el pianista.
Sin dar tiempo al tiempo, ni tiempo al Slytherin a reaccionar, salió corriendo, huyendo de ese fantasma irreal.
El rubio estiró una mano para pararla pero, ya era tarde. En su cabeza la voz resonaba, ¿a quién pertenecía esa voz susurrante?
Se estremeció, fuera quien fuera, ya lo había descubierto, su secreto estaba desvelado.
Mientras, Hermione corría y corría a la vez que sentía como por sus mejillas las lágrimas amargas corrían una tras otra, más fuertes que nunca.
Dentro de sí misma, algo yacía ya, roto y destrozado.
La imagen que se había inventado sobre él, sobre su pianista imaginario, era muy diferente a la realidad, y ahora, lo sabía.
Sintió como le faltaba el aliento y se quitó las lágrimas a manotazos, sintiendo su respiración agitada y violenta.
Había sido tan inconsciente, hubiera preferido no saber la realidad.
Se apoyó en una pared cualquiera y resbaló por ella, lentamente, cayendo en el suelo, echa un ovillo pequeño.
Escondió la cabeza entre sus piernas que abrazó con las manos.
¡Cómo había sido tan tonta! Se había ilusionado con su fantasia propia y ahora, al conocer la verdad, todo era distinto.
Draco Malfoy, el pianista.
¿Cómo un ser tan despreciable podía crear tan maravillosa música? ¿Por qué él y no otro, por qué?
Desde siempre habían sido enemigos, siempre, lo odiaba. Lo odiaba por lo que era y quien era. Su destierro del mundo lo hubiera acogido con la mayor de las alegrías y, en aquel instante, ni siquiera podir sentir nada respecto a él.
En un momento, su corazón se paró, un pensamiento voló por su mente. ¿Él la habría reconocido? Podría ser o no, ya qué más daba...
No era persona que daba nada por perdido, muy al contrario, nunca tiraba la toalla. Pero, en ese momento, se sentía tan triste y decepcionada que creía haber sido derrotada, creía que su sueño había terminado.
Creía que su pianista había cerrado la tapa del piano y que ésta no se volvería a abrir. Pero, sólo eran pensamientos...no sabía cómo podía torcerse la vida cuando el destino estaba trazado.
**********************************************************************
Las ideas lo tenían trastocado. Se peinó, desordenándose aún más el pelo, sin darse cuenta.
Los actos de la noche pasada, aún bailaban en su mente como llamas ardientes. Y él, seguía dándoles vida.
Su cerebro intentaba pensar y recordaba...esa voz.
Algo le decía que ya la había oído antes pero, había sido tan rápida, tan fugaz, que se difuminaba con los sonidos de su ensimismamiento, el silencio mentiroso de la noche y la frágil caida de los copos de nieve.
Lo habían descubierto, su secreto se había desvelado. ¿Cómo había podido caer en aquella estupidez?
Aunque no quería reconocerlo, algo en su interior, le había pedido una aventura, algo para salir de la monotonía. Dura y triste, monotonía. Y se había cumplido, había ocurrido.
Al fin volvía a tener su composición en las manos y estaba a buen seguro, escondida entre lo más recóndito de sus secretos.
- ¡Malfoy! ¿Qué? ¿Nos largamos?
Draco le dirigió una mirada a Blaise Zabinni que cogía su cartera dándose el último retoque.
- Algún día... - murmuró.
Zabinni alzó la cabeza, como seña de que no había entendido. Malfoy bufó y, de mala gana, salió del cuarto.
¿Quién? ¿Quién? Deseaba con ansia que la pregunta se respondiera. ¿Quién era la mujer que conocía su secreto? ¿Quién era aquella que le había besado?
El beso. Lo recordó con una rara sensación. La sensación traicionera de querer volver a repetirse. Para él era tan fácil verlo, sentía la oscuridad en su piel, el temblor de su cuerpo y ella...Tan cálida como los rayos de sol después de la lluvia. Tan llena que había conseguido hacerle olvidar, por breves segundos, todo lo que le perseguía en su cruda vida.
¡Pero qué cursilerías estaba pensando? ¡Él era un Malfoy! Un hombre. No podía sentir...nada. Ni siquiera amor.
Aparentó su frialdad mientras llegaba, junto a Zabinni, al Gran Comedor.
Pansy Parkinson y algunas Slytherins cuchicheaban entre risas. Al verlos, el murmullo se apagó levemente.
Blaise hizo un ademán de pararse a hablarles pero, Draco, más atento, lo arrastró hasta la puerta, ignorando a la marabunta.
Después, el murmullo se hizo más grave pero se confundió entre el del mismo salón haciendo que Draco perdiera el hilo de sus sueños volviendo a la realidad.
*_*_*_*_*
Los ojos marrones de Hermione se clavaron en su figura alta y fría. Intentó analizar y buscar a su pianista entre las ropas de Draco Malfoy. Imposible.
¿Cómo estar segura de que su imaginación no le había jugado una mala pasada?
Aunque se negara a creerlo, algo más profundo en su cabeza, había aceptado la verdad e intentaba acostumbrarse a la idea pero, era muy difícil.
Si le hubieran contado que Dumbledore era mortifago, no se hubiera resistido tanto a creer como en aquel momento.
Cogió aire. No, la noche no la había engañado tanto. Recordaba perfectamente como la nieve se había reflejado en los ojos grises de Malfoy. Lo veía claramente en su mente.
- Hermione, ¿qué pasa?
Se sobresaltó y dio un bote. Algunos compañeros se voltearon a verla. Sintió como sus mejillas se coloreaban en tonos rojos.
- ¡Nada! - dijo en tono poco bajo.
Ron se rascó la coronilla y miró a Harry pero, éste, estaba aún más perdido que Hermione, en sus miradas furtivas a cierta Gryffindor.
La chica suspiró y volvió a su desayuno, ignorando el fuerte latido de su corazón y la sensación, ya instalada en su cuerpo, de que todo se había torcido.
De repente, la voz de Albus Dumbledore llamó a los alumnos y todos se volvieron a mirar a la mesa de los profesores en la que el mago se hallaba.
- Queridos discípulos, os he de dar una noticia, nada buena para nosotros, al contrario que para vosotros, que es bastante buena.
Se miraron entre sí. Las palabras extrañas de Dumbledore habían extrañado a todos.
- La noticia, - carraspeó. - es la siguiente. En este día, debido a la llegada del invierno y la nieve, hemos decidido cancelar todas las clases de la mañana.
Un silencio sepulcral llenó el comedor, todos estaban demasiados asombrados como para articular palabra.
- Y no es ninguna broma. Tenéis el día libre.
Con dos sonoras palmadas, el director desapareció y con él, los profesores.
Pasaron unos segundos antes de que la idea se creyera pero, después de éstos, solo había una palabra para definir lo que sentía la mayoria de los presentes: euforia.
Gritos, risas, carreras...mucho ruido para celebrar que, por primera vez en Hogwarts, la llegada de la nieve anulaba las rutinarias clases.
**********************************************************************
- ¡Bola va!
La nieve se estrelló contra la túnica de Dean Thomas y, éste, le devolvió la tirada a Ron, que se escondía tras un árbol, entre carcajadas.
- ¡Harry, nos atacan! - gritó el pelirrojo.
El moreno tiró contra Seamus y, jadeó sonriente.
- ¡Por tú culpa! - le gritó.
Ron, que se destornillaba de risa, se apoyó en el tronco del árbol, con la idea de que allí se encontraba a salvo. Pero, de repente, una sombra se puso frente a él, con malas intenciones.
- Venganza, Ron Weasley.
La cara de Ron se tiñó de blanco y la figura comenzó a correr, dejando sus pisadas en la nieve.
El pelirrojo se limpió la nieve de la cara y, veloz, fue tras ella.
Creía haberle perdido el rastro y, se paró. Entonces, otra bola se estrelló en su cara, como un mazazo.
Abrió la boca, sarcástico.
Las carcajadas de la chica llegaron hasta sus oídos.
- ¡Ahora verás!
Se tiró en plancha encima de Parvati y, con las risas de la chica, empezaron a rodar por la nieve. Mezclando sus fuerzas, el uno contra el otro, acabaron reventados y llenos de nieve por todos lados.
Y sin parar de reír, pararon su carrera, en la misma posición que había empezado.
El Weasley se limpió la cara como pudo y miró a Parvati. Dejó de reír para fijarse en ella que reía.
Su cabello negro caía derramado por la superficie blanca y, sus ojos del mismo, pintados con rayas negras, se abrían y cerraban por las contracciones de la risa. Su piel blanca, aún lo parecía más con la fría nieve.
De pronto, ella también paró su risa y le miró a él.
Hacía mucho tiempo que sabía que ese sentimiento existía pero, a pesar de todo, en ese instante, confirmó que seguía anclado en su corazón. Que seguía sintiendo que Ron era más que un compañero de Gryffindor, más que un amigo...mucho más...para ella.
No cupo duda que, en aquel momento, una irresistible atracción surgió entre los dos pero, los sentimientos de cada uno, no eran los mismos.
Dándose cuenta de su estado y de lo ridículo que todo parecía y también, de que si seguía así, no iba a poder controlarse, Parvati habló:
- Weasley, quítate de encima. - dijo lo más fría que pudo.
Ron se levantó y le ofreció una mano que ella tomó.
- Tú empezaste.
- Y tú seguiste.
Ron hizo un mohín con los labios. Volvieron a ponerse rojos sus mofletes, como pasaba continuamente. Se pasó una mano por el pelo.
- Grave error. Nunca desafíes a una Patil.
Elegantemente, Parvati pasó al lado de Ron, despidiéndose con un "Hasta luego" y huyendo de él.
Las peleas de nieve, continuaban en los terrenos de Hogwarts pero, él se sentía ya cansado y, caminó un poco, con las manos en los bolsillos.
De repente, sus ojos azules divisaron a una figura sentada en unos troncos caidos.
Fue lentamente hasta ella, en absoluto silencio, con la intención de asustarla pero, al verla tan hermosa y concentrada, no se atrevió y la observó unos minutos, asombrado de lo que podía hacerle sentir esa chica.
Sus rizos caían sobre su espalda aunque su cabeza la tapaba un gorro morado, como sus manos y su garganta, cubiertos por guantes y una bufanda.
Parecía tan frágil en ese estado, tan bella. Con las mejillas frías y los ojos perdidos, con el rostro ángelical y sus labios tan rojos.
Se sentó a su lado y, Hermione le sonrió al verle.
- Hola. - saludó ella con una sonrisa.
- Hola. ¿Por qué no juegas?
La prefecta se encogió de hombros.
- No es muy inteligente tirarse bolas de nieve. - dijo suavemente.
- La gente es más simple que tú.
- Debe de ser eso.
- No piensa tanto las cosas que hace.
Rodó los ojos y asintió.
- Puede ser.
- Am...Herm...Hace tiempo que quería hablar contigo. - titubeó.
- Ah, ¿sí? ¿Sobre qué?
- Pues...Sobre...tú comportamiento en estos días.
- ¿Qué he hecho?
- ¡Nada! ¡Nada! - dijo agitando las manos. - Es decir...nada malo. Lo que pasa es que...te veo, yo y Harry, también, rara, últimamente.
- ¿Rara, yo? - dijo, inocentemente. - ¡Qué va! ¡Imaginaciones vuestras!
- En serio, Herm, estás a veces como ausente y...no sé, en tu mundo. Haces cosas extrañas y...
- Ron, no me pasa nada. Sólo es que he empezado este curso con mucho trabajo y me he agobiado un poco. Pero nada más. Te lo aseguro.
Las respuestas de Hermione no le satisfacían del modo que quería. Deseaba creerla, pensar que no tenía ningún problema, que era la Hermione de siempre pero, era muy difícil aceptar eso, conviviendo con ella día a día.
Sin embargo, quiso creerla y, acalló sus preguntas y dudas.
- Está bien. Perdóname.
- No, gracias por preocuparte por mí, Ron.
- De todas maneras...para esta o la que sea... - dijo juntando nerviosamente los dedos. - Sabes que estoy aquí, que si me necesitas para...ya sea hablar o pegarme o...cualquier cosa. - Hermione sonrió. - Sólo tienes que..llamarme.
Lo dijo de una forma tan dulce que Hermione sintió rebosar de cariño y lo abrazó. El pelirrojo se quedó parado al principio ante el repentino abrazo de su amiga pero, acto seguido, muy delicadamente, posó sus manos temblorosas en la espalda de Hermione.
Sentía como el calor se extendía por todo su cuerpo a una velocidad ávida, haciendo que su sangre bombeara veloz y su corazón latiera frenético. Tan solo con su cercanía, tapada por el velo de la amistad, lo hacía enloquecer.
Hermione encontró en él, su consuelo, le tenía mucho amor a aquel personaje, mucho, mucho, amor. Lo quería como el hermano que no tenía, como el niño pequeño que velaba por ella, como una parte muy esencial en su vida.
Y en aquellos momentos donde todo se veía confuso por los recientes descubrimientos, su abrazo le trajo un poco de paz.
- Gracias por todo.
Le dio un beso en de sus pecosas mejillas y jugueteó con sus ondas pelirrojas.
- Gracias a ti. - le respondió éste, sintiéndose muy dichoso.
En sus deseos quería estar abrazado a Hermione eternamente, sintiendo que el mundo se paraba sólo porque ella estaba allí. Pero, el tiempo no se había detenido y, todo seguía su curso, seguía fluyendo.
Por eso, en la vista de Hermione, una sombra se cruzó, interrumpiendo la escena, interrumpiéndolo todo. La sombra del pianista la perseguía.
Parpadeó observando como caminaba, orgulloso y con desdén hacia los demás. Riéndose junto a sus amigotes cuando éstos tiraban alguna bola ofensiva hacia gente de otras casas.
Parecía un estúpido más en la cuadrilla de Slytherins bobos, en el grupito que siempre quería destacar con el método del más fuerte.
Analizó su físico. Alto y delgado, no demasiado musculoso, lo suficiente como para ganarse un respeto entre sus compañeros. Pálido, demasiado pálido. Como un muerto y a la vez como un muñeco delicado.
Rubio peligroso, con destellos platinados que le daban un alo muy atractivo y esos ojos. Esos diamantes que brillaban sin cesar, avisando de la carga eléctrica que contenía Draco Malfoy en su interior.
Se quedó observándole, aún abrazada a su amigo y, de repente se separó de Ron.
El chico comenzó a contarle una anécdota ocurrida en aquel primer día de nieve junto a sus compañeros de Gryffindor en una de sus batallas.
Sin embargo, no le escuchaba. Lo miraba a él mientras caminaba a metros de distancia de ella.
Pero Draco quizá fuera una de esas personas que se dan cuenta de que lo observan y, un segundo clavó sus ojos en los de ella. Los suficientes como para que Hermione volviera a la noche.
Una mueca de burla se dibujó en los labios de Malfoy que comentó algo entre sus amigos que rieron estruendósamente.
Que poco podía imaginar lo que significaba esa mirada. Que la portadora de esos ojos, era la misma que le carcomía la mente con el recuerdo de su beso.
Pronto se perdieron de la vista de los Gryffindors y éstos decidieron, ya que el frío estaba empezando a apretar, volver a la torre.
Había sido una mañana espléndida y la tarde era rápida, pronto llegaría la noche.
**********************************************************************
Inconscientemente, al llegar a su sala, en la oscuridad de la noche y la luz tenue de su vela, cuando las sombras de sus deseos y temores se reflejaban en suelos y paredes, uno había ganado al resto, eriguiéndose con más poder, ella.
Su recuerdo lo perseguía, en cada cerrar de ojos sentía sus labios, su mano tocándole, su aliento, la sentía a ella cerca como en aquella noche.
Desquiciado se tumbó en la alfombra roja que había en el suelo de la habitación oculta. Se echó y al cerrar los ojos, volvió a sentir la misma sensación, más fuerte si cabe.
De pronto se sintió furioso y triste. Sentía un hueco dentro de su cuerpo, un hueco que dolía, un agujero negro por el que se colaban los sentimientos amargos y albergaban el dolor en la penumbra.
En ese estado, se sintió inspirado.
Era ella, su musa sin rostro, quien le inspiraba.
Se sentó en la silla, frente a su piano, quería describir con precisión lo que le ocurría, lo que había dentro de él. Olvidando todo lo malo, su futuro en el lado Oscuro, su familia y su infancia, sus amigos falsos, su otra cara...todo eso quedaba muerto en ese instante para hacer vivir solamente a esa cosa que crecía por momentos, de la que no tenía explicación...¿qué era?
Tamborileó con un dedo la primera nota, como un flash rápido, cogiendo su varita, accionó la pluma mágica y el pergamino se elevó en el aire.
Asintió con la cabeza, las notas fluían veloces pero, lo que corría aún más eran las letras de su nueva canción:
"Extraño sentimiento
siembras tú en mi piel"
Sonrió.
"Es tan profundo y nuevo,
a la vez"
" Es algo tan inmenso
que quiero entender
No hallo explicación, no sé qué hacer
está en mi piel"
Era tan bonito lo que acaba de escribir, siguió adelante, ya que la música corría con él y, cambió el ritmo a uno más latente y hermoso si en su perfeccionismo podía haber.
" Y es algo tan intenso dentro de mi corazón
se eleva tan violento que pierdo el control"
De todo perdía ese control incesante que lo distinguía en su defecto de controlarlo todo. Todo, todo perdía el sentido, todo era de repente demasiado intenso en su corazón.
"Es un océano que corre dentro y roba mi respiración
y pierdo la razón, cuando te veo yo
No sé qué hacer, si sé que está tu bien"
Al pensarla, al besarla en sueños, cada vez que su sombra aparecia como un fantasma en su mente, no sabía cómo actuar..¿qué hacer con ello...con ella?
"Es suave como el viento, no lo imaginé
Es tímido y es fuego, a la vez
está en mi piel."
Un arma de doble filo, pero tan poderosa como el polo de un imán. Estaba ahí, acoplándose en sus sentimientos, tan cambiante como ellos mismos. Fuego, hielo, tímido, violento, suave... Estaba ahí, en él, grabándose sin explicación...sin rostro.
" Y es algo tan intenso dentro de mi corazón
se eleva tan violento que pierdo el control
es un océano que corre dentro y roba mi respiración
y pierdo la razón, cuando te veo yo"
Su canto la estaba llamando, como una señal para que volviera a él. Anhelaba con cada centímetro de su ser que ella volviera, porque ya no era solo esa canción, eran sus pensamientos, ¡debía estar loco! ¿Pero quién dice que el amor no existe? ¿Quién dice que ha de existir más que un beso para enamorarse?
"Es tan extraño que cuando te llamo
siento que tiembla mi voz
y va creciendo hacia el horizonte
más allá del sol"
Se sentía grande, enorme, dichoso y feliz y la esperanza se habría hueco entre todos sus sentimientos, porque creía que ella lo estaba oyendo, sabía que ella vendría.
" Inmensa sensación, no hay explicación"
Y es algo tan intenso dentro de mi corazón
se eleva tan violento que pierdo el control
(Cuando te siento en mí)
es un océano que corre dentro y roba mi respiración
y pierdo la razón, cuando te veo yo
Si no hubiera tocado con tanto sentimiento, con tanto ímpetu, quizá se hubiera percatado de que la rendija de la puerta se había abierto leves milímetros, los suficientes como para oír, incluso para pasar a su refuegio.
Y que no había sido el viento...sino ella, que confirmando sus deseos, había vuelto.
"Creo entender...."
Un latido sonó fuertemente, seguido de otro y así de nuevo, y no era solo un corazón, sino dos.
"Me enamoré...."
El pianista acabó su canción, por tiempo indefinido...pero sabía que la retomaría y la acabaría.
Sentía que sus manos encima de la superficie lisa de las teclas, temblaban excitadas, como su propio cuerpo que estaba extasiado de emoción.
El silencio y el sonido de la música apagándose para dejar paso al nuevo sonido.
Draco alzó la cabeza y vio la sombra, claramente, escondida detrás de la puerta.
El corazón le dio un vuelco, saltó de la silla y la vela se apagó.
Fuera, la sombra dio un pequeño sobresalto y, la idea de huir, de escapar de enfrentar a la verdad, cruzaron por su mente y, lo hubiera hecho pero, el pianista no iba a permitir que su musa escapara tan fácilmente.
De nuevo se vieron sumergidos en la oscuridad y en el nerviosismo, como la noche anterior, casi identico a pesar de que, en aquella noche, una diferencia clara, los dos, a su manera, se conocían.
No hizo falta decir nada.
La oscuridad entre ellos era comunicación. No había palabras, había muchos otros modos de hablar.
Ya lo habían hecho, por muchas noches, el piano había hablado y ellos dos se habían escuchado a través de él.
El deseo de confirmar que aquello no era un sueño hizo que Draco diera un paso al frente, acercándose a su sombra más.
La sombra no se movió, aunque la tentativa de hacerlo era poderosa. Cerró los ojos y se cogió sus propias manos, intentando que no temblaran, intentando controlarse.
Esta vez, el pianista movió despacio la mano y tocó su rostro. Esa noche era para él.
La pasó por una de sus mejillas y a través de la barbilla, acarició la otra mejilla, con dos dedos. Despacio, muy despacio, queriendo guardar todo aquello en su mente, como una caja fuerte, retenerlo por siempre en el espacio de real y verdad, de bonito y bello.
Acarició con la mano el cuello terso y sintió como ella tenía el vello de punto y se estremecía.
Sintió un leve suspiro de aire, chocando en su rostro. El aire de su musa en su rostro, caliente, desde sus pulmones, dentro de ella, ahora en él, rodeándolo como seña de que estaba allí, junto a él.
Sonrió, su visión estaba realizándose y, quería que no acabara nunca.
Con un dedo tropezó con sus labios suaves. A diferencia del resto de su rostro, estaban fríos.
Algo le impulsó a lanzarse a ella de nuevo, con un deseo inesperado que yacía en él.
Se acercó más, sin soltar su cuello, ni el dedo en sus labios.
Ella los entreabrió, dejando escapar una ligera corriente que volvió a darle en el rostro a Draco.
El Slytherin sintió vibrar cada músculo, cada trozo de piel en su cuerpo y, cerró los ojos, sabiendo que era fácil encontrar su boca.
Quitó el dedo de sus labios y los selló con los suyos propios.
De nuevo una corriente de electricidad le recorrió de pies a cabeza, sintiendo que la vida se le iba en ese beso. Se sujetó a ella y, por primera vez, su mano hizo contacto con su cabello que descubrió, era rizado. Ondas y bucles perdidos en su espalda.
Y al sentirla tan próxima quiso abrazarla y extasiarse juntos, juntos, muy juntos, por siempre jamás.
Hermione, aún con su firme propósito de descubrirlo todo, fuera lo que fuera, no pudo cumplirlo en aquel momento pues, la corriente también la traspasó a ella y también fue absorvida por ese deseo mutuo. A pesar de que conocía la verdad, a pesar de eso, no pudo resistirse.
Y no fue un beso, sino muchos. Uno y otro, igual de juntos y quietos.
Y la ansiosa necesidad de querer y querer, mucho más hizo que el pianista diera un minuto al viento para separarlos.
Cogió una de sus manos, que seguía agarrada a la otra.
La cogió y tironeó suavemente al cuerpo paralizado de Hermione.
Ella chocó contra él, quien la volvió a besar, sin darle tiempo a otra clase de reacción.
Así de nuevo, por otra ocasión, chocaron con la puerta de la sala del piano.
Algo mágico ocurrió en esa noche, pasó por la mente de Draco. Le hizo a su musa el mayor regalo, algo que a nadie le había dado, la oportunidad de entrar en su refugio.
El cerrar de la puerta y la nueva oscuridad, dándoles la bienvenida, dieron paso a nuevos besos, a cercanos encuentros, en silencio, en un silencio sepulcral, dejando paso a un libre lenguaje entre besos.
Pero, las ideas repentinas en las personas impulsivas, pueden ser nefastas en ocasiones. Quizá aquella idea, que por otra parte, tarde o temprano tendría que haberse dado, fue la que decidió el rumbo de la noche, y eligió el rumbo de la verdad.
Draco Malfoy estaba sintiéndose loco y desperado por aquella tortura placentera. Pero, aún le quedaba un deseo, tenía que ver el rostro de su musa. El sueño iba a terminar pero, era una ansiosa necesidad.
Se tocó en el pecho y sacó la varita.
Hermione se percató al instante y sintió una mezcla de miedo y confusión.
Draco se separó unos centímetros, con el pecho agitado y, susurró el hechizo que daba paso al fuego. Fuego que prendió en la vela. Fuego que se hizo luz. Luz que se hizo espejo. Espejo de la verdad.
Los dos ojos chocaron, el silencio aún seguía instalado. El canto de los grillos se detuvo, la brisa se hizo viento, el tiempo se había parado.
Y ahora, dos ojos grises examinaban unos marrones.
Draco dio un grito, un grito de negación, de súplica o de protesta, un grito:
- ¡Granger!
**********************************************************************
¡Wola! Aquí estoy con el capítulo 6, me ha costado mucho escribirlo, la verdad. No tenía muy claro lo que iba a ocurrir y lo he hecho pensando y no pensando pero, al fin lo tenéis.
Espero que vuestra curiosidad haya sido saciada, aunque solo un poquito.
A partir de aquí, podemos decir que empieza la verdadera historia del pianista. Sigo manteniendo la opinión de que no sé lo que va a ocurrir pero, ya tiene un giro la historia.
Os prometo mucha emoción ;) Y más canciones :P
* La canción que Draco compone es "Extraño sentimiento", de Luis Fonsi, en su disco "Abrazar la vida". No es una de las más famosas de ese artista pero, se adecuaba muy bien al capítulo. Espero que os haya gustado ;)
* Los sentimientos de Draco quizá os parezcan muy precipitados pero, creo que a cualquiera le ha pasado, soñar con un amor así..de "fantasioso" y quizá Draco, que nunca había soñado con amor, ha caido muy rápido. :) Espero que más o menos lo comprendáis. De todas formas. Daré más datos de todo en el próximo capítulo.
* ¡Mi favorito! ¡Mi siete del alma! :D 7...Qué prepararé? ;)
* Sobre lo de Ron y Parvati, aclaraciones: Parvati sí está enamorada de Ron pero él no.
* Muchísimas gracias de nuevo por los reviews!! Déjenme sus opiniones!
Os quiere!
Lira Garbo
Maná
Eres mi religión
Iba caminando por las calles empapadas en olvido
iba por los parques con fantasmas y con ángeles caídos
iba sin luz, iba sin sol, iba sin un sentido
iba muriéndome
iba volando sobre el mar con las alas rotas.
Ay, amor, apareciste en mi vida
y me curaste las heridas.
Ay, amor, eres mi luna, eres mi sol
eres mi pan de cada día.
Apareciste con tu luz, no, nunca te vayas,
oh, no te vayas, no.
Tú eres la gloria de los dos
hasta la muerte.
En un mundo de ilusión
yo estaba desahuciada
estaba abandonada
vivía sin sentido
pero llegaste tú.
