El pianista

Gracias a Ana, "Luna" :D Por todo su apoyo! Que la quiero un montón! ! !

Y un besito muy muy grande a mi Gema que no se me agobie con la selectividad!

Muchas gracias a tods!

Reviews:

Lakesys: Hola linda! Jeje, me alegro que te animes a dejar review. Ay! Tu capi prefe hasta el momento. :) Qué bien! Lucía, es preciosa, hace bello todo lo que toca, no sé qué tiene. Jeje, qué bien! Serrat la verdad compuso una canción...que no hay palabras para definir. Sí, Draco...el tiempo corre despacio, y faltaban demasiadas horas para el anochecer, demasiado tiempo. Jajaja, pues vosotras, a aguantaros, no hay otra :P Jeje, yo te mando muchos muchos besos!! Cuídate!!!

Elanor Black: Hola preciosa! Jejeje, lo corté para que tuviese emoción! :D jejeje, para que penséis en mí y en lo que puede decirle Draco a Hermione...:D PEnsar, pensar..a ver si adivináis. Bueno, sí, pobrecito Ronnie :( me da penita, está enamorado de HErmione y por ello, Parvati también sufre. Venganza contra Herm...no sé lo que pensará Parvati, pero, sí que cuando una se enamora, lo ve todo a su manera...y a Parvati le ocurre algo así, ahora ve a Hermione de mala siempre y, como todos sabemos, ella no tiene la culpa de que Ron no se fije en Parvati, la culpa es del propio Ron porque está enamorado de ella...Así que...¿por qué la paga con Herm? Resumiendo :P Bueno, uff...Draco celosillo y la bromita de los Slys, ¿qué pasará? De todo :P Un besazo!

Dark Raxiel: Hola mi niña! Olé que te hayas recuperado! Me alegro muchísimo! Jeje, ¿por qué dejé el capi así? Para darle emoción! Sino no...sería yo ni el fic lo mismo :) Bueno, la canción una pasada, Lucía es de las mejores canciones y más tocadas por Draco, jajaja. Zabinni, buah, que hombre! (Últimamente me enamoro de todo el mundo, jijij) Bueno, que no te piquen los mosquitos! A mí me tienen comida por todos lados, aich...jeje, bueno, no me estresaré, tranqui, todo a su tiempo. Un besote preciosa!

Male-chan: Hola linda! Jeje, pues sí, quedó intrigoso...Draco...mmm, ¿qué le dirá Draco a Hermione? Tachin, tachin, lo sabremos en pocos minutos. :) Jeje, ¡enamorada del fic! Enamórate de alguien de carne y hueso :P Jejeje, ¿sí? Te gustó la escena del beso? Fue extraña, lenta, pausada, esperando que ocurriera y...darle emoción al asunto. Y muy romántica...¿Qué bonito, verdad? ¡A mí también me encanta! Ese Draco tan cambiante, esa doble personalidad...Sí, Parvati...tiene que reaccionar, está sintiendo odio sin razón, ya que Herm "no se da cuenta de lo que hace", me refiero con Ron, y ella tampoco sabe que a Parvati le gusta el pelirrojo, así que...no tiene culpa. Y, la verdad que yo la entiendo, porque es muy duro amar y no ser correspondido..Parvati...no...su relación con Herm no era muy...pero Lavender sí, se relaciona con todo el mundo, ahora lo que le ocurre que está mucho con su amor Seamus y...se ha distanciado. JEje, bueno, un besazo!!!

Hitomi Felton: Hola linda!! Jejeje, no, no lo podía dejar menos interesante, no os habría gustado tanto! Jaja :D Ay, ay, mal no, va muy bien, así pensarás mucho en mí, jiji. Muchos besitos!!!!!

Lora chang: Hola linda! Jeje, ¿y cuál no te encanta? :P Pues sí, la verdad es que pasó de todo. ¡Sí! La canción es super bella, una de las mejores, sin duda. Pues sí, un beso muy extraño, a su manera, porque trae consigo muchas consecuencias, muchas dudas y escondido, mucho amor (qué bonito:P) Bueno, sí, Hermione se asustó, y es normal, date cuenta que se estaba besando y sintiendo cosas....demasiadas...por ¡Draco Malfoy! Su peor enemigo, no es fácil asimilar eso. Parvati, sí, me da mucha penita :( Y Ron también, estaría bien que ellos dos tuvieran algo pero..en el corazón no se manda. Que cada uno piense lo que quiera sobre el comportamiento de Draco aunque...sí, son celos :P Bajo mi punto de vista. La verdad es que cambio de personaje para que así sea más dinámico y además, más bonito, no como en el teatro que se ponen los nombres y eso...creo que debéis analizarlo y descubrirlo vosotros solos. Muchos muchos besos preciosa!

Blakis girl: Hola! Sí, Norah Jones...uf, que voz :) He escuchado canciones suyas pero, son en inglés...y yo las quiero que hablen en castellano :) Sí, ya lo leí ;) Te dejé un review ;) Está bien, pero, no sé, cada una tiene su manera y su imaginación, yo te puedo aconsejar pero...creo que lo mejor esque lo hagas tú misma, que de ti saldrán las mejores ideas ;) Muchas gracias, de todo corazón, muchos besos!

Annie Malfoy Merodeadora: Hola, jejeje, gracias! Muchas gracias! :D pues sí, lo de Parvati es un lío porque, en realidad, ella no tiene la culpa, nadie tiene la culpa de que quiera a una persona y no sea correspondido, pero es muy normal que sienta celos de Hermione, puesto que se ve claramente que es a ella a la que quiere Ron. Lo que pasa es que se lo está tomando muy en serio... Y Ron...bueno, cuando se entere de lo que está ocurriende entre Draco Malfoy, su peor enemigo, y Hermione Granger, su mejor amiga y la persona que quiere...creo que aunque yo misma no qiera hacerle daño, sufrirá un poco. :) No soy cruel, lo que pasa es que la historia...va...:D Muchos besos!

SpyProngs19: Hola preciosa! Oh, oui, le amour! Jejeje, gracias! Pues sí, las canciones ciertamente son muy bellas, jajajaja, todo demasiado palpable! ¿Te pasó también? Buah, somos muchas ya :D Ay, anda, anda, no soy tan extraordinaria, solo soy, normal :P Tú si que eres extraordinaria! ;) Bueno, nos vemos pronto! Un besazo!!!

Luna-wood: Hola mi niña! Jejeje, gracias :) Sí, revela muchas muchas cosas :D Pues no, Herm no puede quitárselo de la cabeza :( Yo lo he sufrido en mis carnes, jajaja, y es horrible, todo el día pensando en una persona..qué tortura! Y Draco...mmm...él también tiene sus dudas. Bueno pues sí, Ron está enamorado de Hermione, se le nota mucho :P Y lo que hizo Herm fue solo un gesto de agradecimiento, ella sí que sólo lo ve como un amigo..y nuestro rubito se puso celosín, jajaja. Espero que este capi te guste! Un besote!!!

Shiro2: Hola cariño! ¿Qué tal te va? ;) Jejeje, otra igual! Yo lo pongo así para tener emoción...que sino...:P Bueno, el cambio se ha producido lentamente, no fue tan repentino y...si que hay pasión :P Mucha pasión. Ay, que no puedan contigo los examenes! Y yo también espero que no suspendas! Mucha mucha suerte! Ah! Qué envidia dos veces viste la peli ya! ! ! ! Ya me contarás!! :P Un besazo!!!

Kimmy Angy:Hola linda! Jeje, me alegro de que te gusten mis fics :) Bueno, espero que no sea la última vez que me dejes review ;) Sobre tu pregunta, creo que en este capítulo se van a aclarar tus dudas acerca de los sentimientos de Draco ;) Así que solo lee y lo descubrirás. Ron y Parvati, jajaja, sí, me parece muy injusto, todos los personajes tienen sentimientos y merecen tener un amor o algo...De todas maneras, Parvati sí está enamorada de Ron pero él de ella...no...:(A ver cómo queda la cosa. ¡Qué bien que te gusten las canciones a piano! Yo tampoco toco pero también me encanta :) La verdad es fascinante...me encanta! Chao preciosa! Un beso!

Sak: Hola preciosa! Muchísmas gracias! No sabes cuánto me alegro! Ay, ay, ay, que me pones roja! ! ! Jejejeje, lo seré, o eso deseo, me encantaría que llegara a la gente como te llegué a ti. :) Jeje, bueno, bueno, voy, voy...al capi 10 :P Me alegro que te guste la History de Patrick y Lucía ,muy romántica :D Muchas gracias, una vez más y muchos besos! Espero que te siga gustando! ;)

Kisuna: Hola preciosa! Pues aquí estoy, respondiéndoos y escuchándoos. :) Sí, Jaina tiene unos pedazos de fic y las canciones son muy lindas. Jajaja, creo qe nos pasó a todas, ¿a quién no le gustaría entrar en este mundo? ¿Quién no quiere ser Hermione? Tu capítulo preferido! Y no es para menos! Es precioso. Muchas gracias por tu apoyo! Un besazo enorme!!

Univelli: Hola preciosa! Muchas gracias! Me alegro de que te guste! :D Bueno, aquí lo tienes, siento haberte hecho esperar ;) Pero, merece la pena :) Un beso!

Kiara McGonagall: Hola cariño mío! Buah, el día no me iba mu bien pero tu me lo has alegrado hasta el infinito y más allá! :D El mejor review de mi corta carrera :P jejeje, no me he reido tanto nunca. Eres sensacional. A ver, punto 1, el baile. Chicas, chicas, ¿no habéis leído lo que tienen todos los fics? ¡Un baile! Noo...no puedo, va contra mi ética, no puedo poner un baile aquí. Tu idea es muy buena pero....no sé....tengo que reflexionarlo. :) Jejeje, a ver si consigo una foto mía con cara de ángel XD jajaja :P Tas como una cabra...¡Eso que me cuentas sí que es raro! ¿Qué escribes mejor el amor cuando no estás enamorada? Bueno, a mí...no sé...debería callarme : Ahora que estoy super pillada por un chico, quizá comprendo un poco al amor y a Herm :) Jajaja, no, pues si que no...yo cojo a Draco y..vamos...XD XD ¡lo hago un hombre! XD Bueno, vamos a empezar a hablar en serio, no? :) :P Exagerada! No es tan bonita :# Bueno, sí pero no es pa' tanto! :D ;) a ver que tal lo de esa página! ;) Tengo ganas de verla! XD los organizadores del premio Nobel, pero que requeteexagerada eres :D ay mi niña! ¿Qué dibujo en la ventana? :SBueno, tu gemela perdida! Que de gemelas tengo! Tú, de Shakira, no la escuché :# Ay, ay, te quiero ver por Málaga pronto ;) Buah, tengo ganas de leer "El lado correcto de lo incorrecto" a ver si me va a dar algo esperando! Que no tienes compasión conmigo :( buah.... Jajajaja, tu madre te conocerá ya..;) Y no me llores por Lucía, que ya sé que es preciosa pero te quiero alegre como una lechuga! (Ves lo que me has pegado! XD) Ay, muchísimas gracias. ME alegro de que te guste la personalidad y sentimientos que les doy a los personajes, me gusta que la gente crea que son humanos, a pesar de la magia. Jijiji, ¿te gusta Parvati con Ron? Yo nunca había leído nada de ellos dos, por eso, para innovar XD :D Bueno, no...yo no puedo leer los Her/Harry...buah..no los puedo, no puedo...ni tampoco los Cho/Harry, que mal me cae esta! AAAAArrrggg :Bueno, jajaja, yo te dejo con la intrigilla...bah, si te gusta ;) Que no te muerdan un ojo, eh! ! ! Un besazo enorme preciosidad! Que sin ti mis reviews no tienen sentido! Muchos besos!!

Mk3 -GrnGeR-H: Hola linda! jeje, sí, toy mu bien y tú que tal? ;) Muchas gracias! :D Ay, ay, que exagerada :D Sí, la verdad que el beso fue precioso, super romántico! Jeje, Drakie Pooh! XD Malfoy no me perdonaría eso nunca :D Bueno, bueno, déjate, Draco ciego como Patrick, ay, que horror! jeje, muchas gracias por tu apoyo! Un besazo!

10. El espejo

Comenzó a sentir que todo el cuerpo le ardía, que temblaba y no podía resistirse.

Aquella sensación con la que llevaba todo el día, volvía a remitir. El estómago volvía a hacerse un nudo, la cabeza volvía a volar, en el estómago revoloteaban mil mariposas, y el calor se extendía por todo su cuerpo. Un calor intenso que le gustaba, incluso, un calor sofocante. Algo que solo le ocurría al mirarle a él. Solo a él.

La mano de Draco estaba aún alrededor de su brazo.

El Slytherin lo miró; blanco, terso, con unos delicados cabellos rubios, sus poros, sus graciosos lunares oscuros. Quiso besar cada trozito de aquel espacio, besarlo deteniéndose en cada poro, grabando en su mente su sabor, su textura, su aroma...

La chica pestañeó de nuevo y se mordió el labio, sin articular sonidos. Su garganta la ahogaba, el corazón bombeaba la sangre a un ritmo trepidante, sin darle tiempo a oír un latido, antes de que otro lo callara con su golpe.

No se atrevió a mover ni un músculo. Se quedó paralizada, sin palabras, mirando los ojos grises de Draco Malfoy, como si fueran el último horizonte.

Draco tomó aire y, se intentó tranquilizar. Aún tenía en su cabeza la imagen de la chica besando al Weasley, aún podía verlo, podía sentirlo, su furia al ver la sonrisa satisfactoria del estúpido chico, sentir su rabia interna, sus celos.

Y volvió a mirar su túnica, con su león, con el sello de Hermione.

La soltó. Sentía que de un momento a otro, su corazón y su mente estallarían.

Quería acallar los gritos de su inconsciencia, esos que le suplicaban estar cerca de ella, esos que no podían hacer otra cosa que mirarla y desearla, esos que revelaban lo que estaba ocurriendo en sus sentimientos.

Quería acallar, también, los gritos de su conciencia, de su razón juiciosa.

¡Era una sangre sucia! ¡Oh, por Merlín! ¡Era una Gryffindor! ¡Por el amor del cielo! ¡Era Hermione Granger! Su mayor enemiga, una de sus obsesiones, y ahora...¿qué era?

- Granger... - dijo pasándose una mano por su cabello. - Lo que pasó anoche...

Hermione tragó saliva.

Anoche, parecía que había ocurrido en ese mismo segundo, parecía vivirlo ahora mismo. En la oscuridad, con la música de Lucía, con sus labios, con sus lágrimas, con su corazón...

Bajó la cabeza, no quería mirarle. ¿Qué iba a decirle? Algo que ya sabía.

Había sido un error, algo imperdonable, algo que jamás volvería a ocurrir, algo que...¡él no provocó! La insultaría, la humillaría y ella, ¿cómo debía reaccionar? ¿Cómo?

Nada tenía claro, aun así, sabía que ella no podría volver a ser la de antes. No, no podría gritarle bastardo, estúpido e intolerante, no, porque ya no estaba segura de que eso fuera cierto. No, la noche lo había cambiado todo. Aunque no solo aquella, no fue esa la primera, la primera fue hace muchas, la primera vez que le oyó, la primera vez que lloró al escucharle, que el alma se le encogió...

Y ahora, al mirarle, sentía que su mundo no tenía sentido. Que todo en lo que había creído todo ese tiempo, había cambiado demasiado.

Que ya no sabía a quién tenía delante, ni a quién tenía dentro.

- No creas que volverá a ocurrir.

Blanco, palabras justas, arqueó una ceja y no pudo evitar mostrar una pequeña sonrisa complaciente.

- Es decir que...

Draco Malfoy buscaba las palabras desesperado, recurrió a las más insulsas e inútiles.

- ¡No quiero que vuelvas! ¿Me entendiste? - dijo subiendo el tono. - Olvídate de lo que has visto y oído, no vuelvas.

- ¿Qué? - dijo Hermione sin poder creerselo.

¿De qué hablaba? No se referia al beso, ni a lo que había ocurrido entre ellos, ni siquiera a lo hablado, no, se referia a la música, al piano. ¿Eso era lo que significaba para él esa noche? ¿Una canción? ¿Solo eso?

- Lo que has oído. - repitió. - Ya has escuchado tu cancioncita, ¿no? Estarás contenta. Pues ya basta, ha sido suficiente el chantaje.

- Malfoy, tú aquí no pones condiciones, hicimos un trato.

Claro que hicieron un trato, por supuesto, había aceptado sin saber muy bien por qué, tal vez al ver descubierto su secreto, su mayor secreto, había tenido miedo pero, ahora tenía más miedo que antes, miedo a que el piano trayera consigo demasiadas consecuencias que ya estaban haciendo sus primeros efectos.

- Pues se ha roto, Granger. Terminó.

- No, no terminó. ¿Quieres que vaya a Dumbledore y le cuente? ¿Quiéres que lo haga? ¿Quiéres no volver a tocar en tu vida? ¿Eso quieres!

- ¡No dirás nada! - chilló.

- ¡Claro que sí! ¿Por quién me tomas?

Ahora debían venir los insultos. Sangre sucia, asquerosa, Gryffindor...y a saber qué más inventaría... Lo esperaba, sabía que tenían que llegar.

En ese momento se sintió terriblemente decepcionada, derrotada. ¿Quién tenía enfrente ahora? ¿Quién era? ¿Cuál de los dos Draco Malfoy? No, aquel no era el pianista. No, de aquel ser no estaba enamorada.

- ¡Por lo que eres!

La miró fijamente, y ella a él. Sus ojos estaban fijos el uno en el otro, sin pestañear, sin ceder, como dos fuegos ardientes en su cúspide. Eran dos fuerzas poderosas que luchaban por imponerse.

- ¿Y qué soy, Malfoy? Dímelo, ¿qué soy?

"Dímelo, dímelo, necesito saberlo." "¿Por qué?" "¿Quién eres, quién eres?" "¿Por qué?" "Dímelo".

El llanto, su sollozo, sus lágrimas. Esa noche, tan presente...tan lúcida, estaba ahí, lo había estado todo el tiempo. Solo podía pensar en ella, esa noche mágica...ese piano conspirador.

- ¿Qué soy? Dímelo.

Demasiadas preguntas y muy pocas respuestas. Demasiado...

- Tú sabes lo que eres.

Ante todo asombro, caminó hacia ella, despacio. Su figura parecía engrandecerse, sus ojos parecían más profundos, parecía más irresistible que en la propia penumbra.

Y Hermione de pronto, deseó algo que nunca había deseado, frente a frente con Draco Malfoy, sin piano, a la luz del pleno día, sin mentiras...

Deseó que la besara.

- Y sabes lo que soy.

Hermione entreabrió los labios. Las ideas se amontonaban en su cerebro, la voz de Draco Malfoy, sus ojos grises...parecía que la estuviera hipnotizando poco a poco.

Él solo tocaba, hechizándola poco a poco.

- Lo sabes.

Solo creaba ilusiones.

Hermione cerró los ojos, alejándose de él. Furiosa y triste al mismo tiempo.

- Muy bien. Tú lo has querido. Tú solito lo buscaste.

Caminó rápidamente. El Slytherin se quedó en la misma posición, mirando al mismo sitio. No sabía qué hacer. No sabía.

Hermione detuvo su camino. El ruido de sus pasos se detuvo con ella.

Malfoy esperó algo, algo, algún comentario, un reproche pero no hubo nada, solo silencio.

¿Qué traería esa noche?

La luz de la vela volvía a palpitar, como el corazón de Draco Malfoy.

Inquieto, muy inquieto; se había sentado en la silla y jugueteaba con el libro dorado. Suspiró. Esperaba, ¿a qué esperaba?

La esperaba a ella. Tenía que ir. O esperaba a alguien, aunque fuera para robarle parte de su vida, para quitarle su piano. Lo esperaba, esperaba...

Y esperaba, sin sentido. Porque nada de eso

De pronto, abrió una de las tantas y tantas hojas del libro. Miró el título de la canción y sonrió.

Parecía que un simple título lo expresara todo.

Cerró los ojos y la vio.

Con su túnica, y entre ella, el visillo de un camisón blanco. Con sus cabello revulto de rizos castaños, con aquellos ojos que daban y quitaban la propia vida, con aquellos hermosos y dulces labios. Ella. Ella.

¿Qué decía? ¿Qué locura pensaba? ¿Qué sentía? ¿Qué estaba sintiendo? ¿Qué?

Tocó la melodía, veloz y audaz, demasiado fácil, demasiado cierta. No pudo evitar que las palabras se convirtieran en su verdad. La música era más fuerte.

"Yo no quería quererte"

"Y no lo pude evitar"

"Creí poder defenderme"

Yo no quería quererte...no quería. Pero no lo pude evitar. Era muy fácil pensar que era imposible, eran demasiadas las barreras.

"Pero a mi corazón,

no lo puedes atar"

No, no se le puede atar al corazón. Es demasiado libre como para encerrarle, es demasiado fuerte como para encadenarle, es demasiado listo como para engañarle.

"Yo no sé mi amor, qué hago buscándote"

"Si te gano, pierdo libertad"

¿Qué hago buscándote en la noche? ¿Qué hago buscándote en los rincones? ¿Qué hago? ¿Qué hago? Si te gano, pierdo mi libertad. Si te gano lo pierdo todo. Eres demasiad imposible, pero...

"Yo no sé mi amor, qué hago, besándote"

"Si yo no me quiero enamorar"

¿Qué hago? ¿Qué hago? ¿Y por qué no lo puedo evitar? ¿Por qué? ¿Por qué esto está ocurriendo? Si yo no me quiero enamorar.

"Guardo en silencio mis versos"

"Despídete sin voltear"

Estoy escondiendo mi poesía para ti, no puedes verla. Vete y no me digas adiós, por favor, no digas nada, solo vete.

"Porque al besarte me pierdo"

"Pero a mí corazón, quién le puede explicar"

Porque al besarte pierdo la razón, pierdo la conciencia de lo real y lo irreal, porque al besarte, no soy yo, porque al besarte, te entrego hasta el más infinito de mis secretos. No quiero, no, no quiero. Pero, ¿quién le explica a mi corazón? ¿Quién?

"Yo no sé mi amor, qué hago buscándote"

"Si te gano, pierdo libertad"

"Yo no sé mi amor, qué hago, besándote"

"Si yo no me quiero enamorar"

¿Por qué tenías que ser tú? ¿Por qué te busco? ¿Por qué, si pierdo mi libertad? ¿Por qué te beso? Si no me quiero enamorar.

"Yo no sé mi amor qué hago buscándote"

"Si te gano, pierdo libertad"

"Yo no sé mi amor qué hago, besándote"

"Si yo no me quiero enamorar"

Porque tú eras la que tenía que ser. Porque solo tú me das respuestas. Bastan tus alas. Tengo la respuesta. Pero lo he hecho.

"Si yo no me quiero enamorar...."

Y lo repitió no una, sino muchas veces, una tras otra, una tras otra, se lo repitió a sí mismo, admitiéndolo, sabiendo que era cierto, por mucho que lo negara, Hermione Granger se había adueñado de él. ¿Por qué? ¿Había respuesta para el amor?

No hay respuestas, a veces, no las hay.

No podía imaginar, echada en la cama, cuál era la canción que esa noche tocaba el pianista. No podía imaginar que le ocurría lo mismo, que no dejaba de pensar en ella.

Ni lo imaginaba.

Calladamente, miraba al techo de la habitación. En el interior de sus ojos sus órbitas marrones viajaban, mirando sin mirar.

"Tú sabes lo que eres" "Y sabes lo que soy" "Lo sabes"

Habría querido gritarle que no, que todo era mentira, mentiras, solo más mentiras. Cómo le dolía el corazón ,¡cómo le dolía! Se sentía traicionada y estúpida por haberle creído...y a la vez, confundida.

Había repasado lo mismo una y otra vez, sin llegar a nada más que una multitud de inconclusiones.

Al cerrar los ojos, volvía al momento que la atormentaba, volvía a sentir sus labios en sus labios, su piel con su piel, su olor hipnotizándola, la música que sonaba, el piano cantando.

Se tapó la cara con las nmanos y soltó el aire, lentamente, ahogando un gemido.

Solo podía pensar en él, solo en él. Era como una obsesión. Las imágenes se repetían, su voz, parecía que la llamaba..sus ojos, todo muy deprisa. ¿Por qué él? ¿Por qué?

La cabeza le dolía, creía que de un momento a otro estallaría. Sentía ganas de llorar, ganas de gritar al mundo...tantas ganas que tenía que reprimir.

Se levantó de pronto, sin poder aguantar ni un segundo más.

Necesitaba aire. Parar los pensamientos que se agolpaban uno tras otro.

Descalza, con el claro objetivo de no ir a escucharle, se lo había prometido, no a él, sino a ella misma. Con el claro objetivo de olvidar.

Escuchó las respiraciones de sus compañeras antes de salir.

No presentió que una de ellas no dormía. No se percató de que Parvati Patil tenía los ojos abiertos como platos y una media sonrisa se dibujaba en sus labios.

Se sentía como la primera noche que había salido al escuchar la música. Sin sueño y con un montón de ideas amontonándose en su cabeza. Se sentía fugitiva, presa de la noche, curiosa.

Ahora todo había cambiado mucho, demasiadas cosas en muy poco tiempo lo había alterado todo.

No podía pensar que otra persona, no muy lejos de allí, en esa misma oscuridad, sentía algo parecido, y, que pocos anocheceres atrás, esas cosas no podrían haber ocurrido ni en los más bellos sueños.

De nuevo en la oscuridad, se perdía, no sabía dónde estaba.

Solo caminaba, y caminaba, sintiendo el frescor del viento en su rostro, con esa leve satisfacción que por más que quisiera, no le bastaba.

Intentó dejar la mente en blanco y solo caminar, mirándolo todo, pero era imposible.

De pronto, un miedo irracional se apoderó de ella. Una luz débil titilitaba a unos pasos. Se estremeció. No, no podía ser él, había tomado el camino contrario. Entonces, ¿qué era aquello? ¿Filch? No, se oirían los pasos, algo, y a su alrededor solo se oía el silencio. ¿Algún otro alumno? ¿Por qué no?

¿Y si la descubrían? Pero, ¡ella era una prefecta! Su deber era velar por el orden y la seguridad. Suspiró. A pesar de todo, continuó andando, tenía una certeza, un extraño presentimiento.

Mientras más se acercaba, la luz más iba remitiendo. Hasta que terminó de apagarse.

Al verlo, se horririzó, un grito repentino se exsaló en su garganta. No pudo evitar gemir asustada.

Frente a ella, alto e impetuoso, la figura de Draco Malfoy, se alzaba imponente.

Hermione sintió angustia. ¡¿Qué era aquello?!

Pero, al mirar a aquellos ojos grises, se llevó una sorpresa. No, esos no eran los ojos que ella recordaba. Recordó a Draco tocando al piano, "Lucía", recordó entonces su mirada, recordó la mirada del pianista al descubrirla, al ver su rostro, recordó la mirada de aquella misma mañana...no, esa no era la mirada de Draco Malfoy, ni siquiera del pianista.

El pulso le temblaba, sin embargo, levantó despacio la mano y la aproximó hasta la piel pálida del Slytherin. Sus dedos casi le tocaban cuando, los empujó un centímetro más y tocó la superficie. Los apartó veloces. Frío, helado, duro, cristal.

Volvió a fijarse en él, su gesto, no era arrogante pero, sin embargo, tampoco estaba lleno de sensibilidad como la noche anterior...¿Qué era aquello?

Arqueó una ceja y, no muy convencida, volvió a acercar la mano. Esta vez, le rozó los labios, no, la prueba definitiva estaba allí. Helados, duros, no...ese no podía ser Draco Malfoy.

Parecía que se encontraba ante una estatua dura y helada, un bloque de hielo.

Dio unos pasos hacia atrás, lo observó desde lejos. Más atrás, más atrás...

Se maravilló, la luz volvió a aparecer, iluminando su rostro sorprendido, y aún lo estuvo más cuando la luz se apagó. Un breve destello plateado había aparecido en el cuerpo del chico. Aquello era...¡un reflejo! Lo que tenía delante solo podía ser...

- Un...espejo.

Lo era, y lo que en él estaba, era el reflejo, el reflejo de Draco Malfoy ante un espejo.

Pestañeó, nada convencida. Y volvió a mirarle. ¿Quién era aquel? ¿Draco Malfoy o su pianista? ¿Quién? Por primera vez, tuvo dudas, no, definitivamente, aquel no era ni uno ni otro. Solo una mezcla entre ellos.

Conservaba el talante Malfoy, ese aura de grandeza, esa fuerza, esa seguridad en sí mismo y en el mundo, eso que lo caracterizaba.

Pero por otra parte, no era el mismo de siempre, no, no era solo la mañana, conservaba cosas de la noche. Aquella mirada de peligro, aquel gesto, aquel comportamiento..

Dudoso, fiero, aturdido, perspicaz...Ahora no estaba segura de nada, de absolutamente nada.

Lo miró por última vez, huiría de él. Lo sabía, lo había descubierto hace poco, pero, ahora lo sabía con absoluta certeza.

Aquel vuelco al corazón cuando le había visto lo confirmaba. Lo que más temía, su pesadilla, se había hecho realidad. Lo sabía.

Se había enamorado de su peor enemigo.

Regresaba, cabizbajo, cansado y aturdido. La noche había caido, y él con ella.

Aún tenía la melodía en el cerebro, aún tenía las palabras enlazadas a su voz. Tenía miedo de ella, que confesaran lo que intentaba esconder.

"Yo no quería quererte" "Y no lo pude evitar" "Creí poder defenderme..."

Entornó los ojos. Solo había una cosa ahora...Ella. Solo ella y la noche que empezaba a dormitar. Solo ellos, solos.

"Yo no sé mi amor, qué hago buscándote" "Si te gano, pierdo libertad"

Caminó, rumbo a las mazmorras. En dirección contraria a su tesoro. Solo con ella en la mente, como algo perpetuo.

"Guardo en silencio mis versos" "Despídete sin voltear" "Porque al besarte me pierdo"

Se revolvió el cabello, suspiró. Todo estaba demasiado entrañado.

De pronto, vio de lejos una luz resplandeciente. Levantó la vista y arqueó una ceja, preocupado.

Él no debía estar allí, no, no debía. Por muy prefecto que fuera, por muy Sly...No, él no debía estar allí, podrían descubrirlo.

Sin embargo, tragó saliva y avanzó con una seguridad falsa. Con la mirada alta y el gesto orgulloso.

Dobló la esquina y miró fijamente a su alrededor, nada. Siguió andando, la luz se había extinguido.

Y se paró, algo no encajaba. Se dio la vuelta y miró a su izquierda. Fijó sus ojos grises en lo que tenía delante. Su propio reflejo, en completo estaba paralizado. ¿Qué significaba aquello?

Avanzó y lo miró de nuevo. Aquella no era la cara...Sacó la lengua para comprobarlo, nada, su reflejo continuaba en el mismo estado. Arrugó el ceño.

¿Qué clase de broma era aquella? ¿Un espejo con un reflejo raro de sí mismo?

Sintió curiosidad e hizo un ademán de tocarlo. Alzó la mano y lentamente, acercó sus dedos al cristal donde yacía su figura.

Casi lo rozaba, cuando, de pronto, empezó a borrarse su rostro, su túnica, hasta no quedar nada. Solo una sombra.

Seguía en la misma postura cuando, la sombra empezó a moverse a través del espejo.

Abrió la boca asombrado y, más aún lo iba estando a medida que una nueva imagen iba formándose.

Unos pies pequeños asomaron por el pie del espejo; a continuación, la tela de un vestido, un camisón. La tela caía e iba componiendo una figura.Las piernas, las caderas, la cintura...Era una mujer.

Llegó hasta la altura de los senos y aparecieron dos brazos medio cruzados, cogiéndose uno al otro. Unas blancas y cortas uñas se deslizaban por unos dedos delicados en un brazo familiar.

El chico parpadeó, sin poder creerlo.

El vello rubio se le rizaba en los brazos. Y a medida que iban subiendo, se convencía aún más. Un cuello alto dejaba entrever un poco de piel en su escote. Un pequeño lunar en el lado derecho, un gracioso lunar fugitivo en su piel tersa.

Sonrió sin poder evitarlo.

Una barbilla ardiente, que germinaban en unos labios rojos, entreabiertos, con un ligero aspecto a deseo, unas mejillas coloreadas de rosa; algunos mechones castaños cayendo en el rostro de la chica.

Recordó el olor de su pelo, pareció respirarlo allí mismo.

Y de pronto, como dos estrellas, sus ojos. No cabía duda, era ella. Aquella en la que había pensado toda la noche, aquella, dueña de cada uno de sus pensamientos y anhelos.

Miró la profundidad de sus ojos almendrados, marrones, sus largas pestañas, entornándose. Observó que estaban un poco rojos, observó su gesto, era triste. La observó y sintió una opresión en todo el cuerpo, como si quisiera saltar y capturar esa imagen para siempre.

Estaba bella a pesar de la tristeza, bella a pesar de que no irradiaba una sonrisa feliz en sus labios. Para él estaría bella, aún llena de lodo, aunque la cara le hubiera explotado en erupciones de acné, aunque vestiera una túnica con el escudo de gryffindor, aunque fuera una sangre sucia...seguía siendo terriblemente hermosa.

La miró, pestañeando, sintiendo el movimiento del mundo a su alrededor, como todo transcurría con la velocidad esfumante de la noche.

Había sufrido mucho esa noche, eso era lo que iba a rematarle. Ella, de nuevo, tan presente...

Su imagen en el espejo. El espejo de su alma.

Dudó entre marcharse o acampar delante de su imagen y velarla lo que quedara de penumbra, hasta que todo se hundiera en el abismo.

Su corazón lo deseaba pero sabía que no podía. Sabía que no debía. No, no debía ni podía hacerlo.

Se apartó unos pasos y su mente le gritó que volviera junto al espejo.

Suspiró profundamente, sintiéndose adolorido y cansado. Bajó la mirada y clavó la vista en el suelo. No debía levantarla hacia ella.

Caminó lentamente, dándole la espalda al reflejo pero, no pudo aguantar y se giró, para verla de nuevo. Hermione no se había movido, nada había cambiado.

Cerró los puños y volvió a darse la vuelta, convenciéndose de que no debía darse la vuelta. Se paró, no una, sino más veces. Y en cada detención, volvía a decirselo, volvía a aceptarlo.

Ya había caminado lo suficiente pero, siguió sin volverse.

Sin embargo, aunque lo hubiera hecho, no hubiera encontrado nada.

El reflejo de Hermione Granger había desaparecido.

La tenía ahí, tan cerca, la podía tocar, la podía sentir...pero en realidad estaba muy lejos de él.

Ese sentimiento que inundaba su corazón, ese amor frenético que sentía por su mejor amiga, eso, le atormentaba, cada vez más.

La anhelaba en cada parte, en cada segundo, en cada trozito de su piel. La amaba como quizá no amara a nadie. Con algo inmenso que le mataba.

Recordó el calor del beso en su mejilla, aquella tarde, antes del castigo de Snape. Recordó lo feliz que había sido, solo porque ella le había dado un simple beso en la mejilla. El símbolo más básico de la amistad.

La conocía desde seis años casi, y nunca hasta ese momento, se había dado cuenta cde lo que le importaba en verdad. Hasta ahora.

Se incorporó levemente de la cama. Sus compañeros aún dormían.

Corrió un poco la cortina, sin dejar que la luz penetrara en la habitación y se asomó por ella, viendo al sol, tímido, que empezaba a vislumbrarse en el cielo.

A pesar del invierno que llegaba, el sol les daba una tregua.

Se terminó de poner en pie y con cuidado de no hacer ruido, salió del cuarto, entornando la puerta.

Caminó por el pasillo para el lado contrario a la salida, en dirección a las duchas.

Hermione le atormentaba. Hermione, recién despierto, había amanecido con él.

¿Dormiría ella? Seguro. Cuánto hubiera dado por verla, aunque solo hubiera sido un instante, mientras durmiera. Cuánto por observarla tranquila, serena, en el más profundo de sus sueños.

Con esa imagen, llegó a los baños.

Cogió aire y abrió el grifo de una de ellas. El sonido del agua cayendo comenzó a oírse, detenidamente, escuchándose el caer rutinario de las gotas, una tras otras.

Un pequeño vapor se comenzó a levantar por el servicio que ahora contenía un aire caliente y humeroso.

Se quitó la camisa azul oscura, de pijama, que llevaba puesta. Se rascó en el cuello y caminó un poco, deshaciéndose de los pantalones.

Se sentía metido en esa vaporosa humedad, se sentía bien. El rostro de su amor oculto, volaba por todos lados, en cada gota, en cada molécula de oxígeno e hidrógeno, ella estaba allí. Y si no en cada parte, sí en su mente.

De pronto, se tropezó con un cristal colgado de la pared, que le devolvió su aspecto mañanero.

Ronald sonrió al verse fugazmente y luego, volvió a mirarse, más detenidamente, acercándose al espejo.

Se vio las pecas, esparcidas por toda su cara, sus ojos azules como el cielo, aún legañosos y cansados por el sueño acumulado, su pelo rojo fuego, totalmente desordenado después de la pelea con la almohada. Él, su cara, su reflejo.

Entonces, se fijó más en sus ojos, ¿qué le estaban diciendo? ¿Qué tenía sueño, quizá? ¿Qué no quería tener clases? ¿Qué estaba pensando en ella?

Pareció como si una cara nueva, sonriente, pasara de repente por el espejo. ¿Eso era la confirmación? Se estremeció.

Era en Hermione en quien pensaba.

Miró al suelo, evitando volver a mirarse.

¿Quién era el verdadero Ronald Weasley?

Un gryffindor, pecoso, pelirrojo y con no mucho dinero. De numerosa familia, prefecto por casualidad, amigo del gran Harry Potter, guardián en el equipo de quiddich...Sensible, cabezota, simpático, sencillo, simplemente él.

Pero, ¿quién era estando con ella? ¿Quién quería ser?

Ojalá pudiera ser un gran héroe para ella, sin pecas ni cabello rojo, con dinero, con una familia normal, prefecto merecido, que el grande fuera él, que fuera el buscador del equipo, la gran estrella. Seguro de sí mismo, conquistador nato, atractivo, inteligente...Simplemente, alguien que no era Ron Weasley.

Hermione era muchas cosas que él nunca llegaría a ser. Ella era lo más cercano a la perfección que existía. Era la chica perfecta. Perfectamente correcta, perfectamente inteligente, perfectamente hermosa, perfecta...simplemente perfecta.

Entonces, miró con furia a la imagen que le devolvía el espejo. Miró furibundo al chico pecoso que lo miraba desafiante.

Y cerró el puño, golpeando el lavabo con fuerza. El sonido del golpe resonó entre la caída de las gotas de agua en la ducha.

Respiró gravemente, apretando los dientes, sintiéndose insignificante en ese mundo, insignificante en Hogwarts, en su hogar, en cualquier sitio...Sintiéndose nada para nada, ni nadie.

Se tragó las lágrimas. Debía de ser fuerte, nada de debilidades, nada. Él era fuerte y debía demostrárselo a él mismo y al resto.

Ese mismo día, iba a comenzar. Se acabaría el tonto Weasley, iba a surgir Ronald Weasley, iba a demostrarle a todo el mundo lo que en realidad valía.

Nada de dejarse humillar ni utilizar, por nada...por nadie...

Terminó de desnudarse y se dispuso a meterse en la ducha que ardía ya.

Giró y miró por última vez a su reflejo, desafiando al espejo.

Se despidió de su amiga que minutos después, se besaba sin pausa con un chico de su mismo curso.

Agachó la cabeza. Al ir caminando por el pasillo, saludó a algunos conocidos, nada importante.

Al fin llegó al Gran Comedor, observó las mesas de los profesores, a los Huffelpuffs, los Ravenclaws, los Slytherins, y por último...su mesa, Gryffindor.

No levantó la mirada, más que para ayudarse a sentarse y empezar a desayunar.

Algunos compañeros charlaban de cosas triviales, reían con las primeras bromas de la mañana. Ella se limitaba a revolver los cereales que engulliría casi sin ganas.

Luego, en las clases, la llamarían por su apellido, la someterían a alguna prueba o le pedirían alguna respuesta y...ya está.

Una más en una larga lista de alumnos y alumnas, una más en aquel mundo mágico, lleno de talentos y artistas. ¿Quién era ella? Una más.

Ni más alta, ni más guapa, ni más lista, ni más tonta, nada...más que ninguna otra. Siempre habría otra que a igualara, que la rebajara, o que la superara. Siempre.

Y eso sería así...nunca cambiaría.

Con una mirada furtiva, que nadie percibió gracias al silencio de la pelirroja, dirigió sus ojos castaños al extremo opuesto de la mesa. Suspiró, algo aliviada.

Él estaba allí, como siempre, medio sonriente, medio dormido, medio despierto.

Sonrió al pensarlo. ¿Qué pasaría por su mente? ¿Qué pensaría el gran Harry Potter sentado en su silla, riendo con sus amigos?

Una bola de cereal se encajó en su oreja. Dio un pequeño grito que sus compañeros acompañaron con carcajadas.

Ginny frunció el ceño y se empezó a quitar los restos del cereal, desganada.

De pronto, al volver a mirar furtivamente, se sintió hielo, se sintió ardiendo, sintió todos los estados alterados en su interior. Todo estallando.

Unos ojos verdes esmeraldas, casi por casualidad, habían caído en los suyos. Todo casual, todo demasiado hermoso para ser cierto.

Sintió un nudo apretado en su estómago. Nada de mariposas, nada de corazones ni vuelos, todo mentira, solo un dolor intenso que no paraba.

Se puso un mechón de cabello por detrás de la oreja y entornó los ojos, coquetamente. No, ella no era así. No era tímida, al contrario, ¿por qué fingía?

Al dirigir de nuevo su mirada furtiva, la de Harry Potter, no continuaba clavada en ella.

Uno de tantos sueños que vienen y van...uno más.

Al terminar de desayunar, Parvati se metió en el servicio, para acicalarse.

Se arregló un poco su cabello negro, peinándoselo con los dedos y atándoselo con una pequeña cinta roja en una colita entre sus mechones lisos.

Se observó de nuevo, reflejada en el espejo.

Su maquillaje estaba donde debía estarlo. El rímel en sus pestañas, el lápiz de ojos, provocando una sombra misteriosa en sus párpados. El colorete aplicado en su justa medida, dando la impresión de que en realidad era la pura piel de la gryffindor. Los labios coloreados de rosa oscuro, perfilados en rojo, con una pizca de brillo labial.

Guapa, con aquel rostro y aquel cuerpo. Podría tenerlo todo pero, en cambio, no tenía nada, ¿por qué?

Se miró de nuevo. Era mucho más hermosa que ella. Por supuesto. ¡Quién lo dudaba!

Ella conservaba el alo de misterio que Hermione nunca podría tener. Tan seca, con esa cara lavada, con esos poros tan abiertos, aquellas cejas sin depilar, aquellos labios sin brillo, aquellos pómulos gruesos pero graciosos. Simple.

Se alejó un poco y volvió a observarse. Era guapa, claro que sí. Y tenía un buen cuerpo. Todo donde debía de estar. Todo en proporciones equivalentes, más o menos. No se podía quejar. ¿Y ella qué? Mucho menos pecho, el trasero más respingón, los muslos más gruesos...buah, ni punto de comparación.

¿Y cómo vestía? Sosa. Hasta el último botón de la túnica. Parecía una monja.

De pronto, Parvati parpadeó. ¿Qué hacía?

Suspiró y se sentó frente al espejo, mirándose.

Aquello no importaba. Quizá fuera más guapa, quizá. Pero, también era Brad Pitt mucho más guapo que Ronald Weasley, y, ella estaba enamorada de el segundo.

También era más inteligente Einstein y ella estaba enamorada de Ronald Weasley.

También era más poderoso Merlín, y ella estaba enamorada de Ronald Weasley.

También, pero nada importaba. Aunque se hubiera encontrado con el hombre más guapo, inteligente y poderoso del mundo, ella siempre hubiera preferido a Ron.

La odiaba. La odiaba. ¿Por qué ella? ¡Por qué? La odiaba. La odiaba con toda su fuerza. Ojalá muriera, ojalá nunca hubiera existido Hermione Granger.

Parvati Patil volvió a mirarse en el espejo y, ahogó un gemido.

No, por supuesto que no deseaba la muerte a nadie. ¡Qué tonterías decía enfadada!

Sonrió levemente. La clase estaría a punto de empezar. Se levantó.

Volvió a mirarse, perfecta, todo correcto. Suspiró.

Aunque el espejo le devolviera la imagen correcta, no era correcta, tenía demasiados errores.

El niño que vivió, el gran Harry Potter, el chico de la cicatriz en forma de rayo, aquel que venció al que no-debe-ser-nombrado. Era él.

Suspiró profundamente.

A pesar de que era fuerte, se sentía cansado.

Dumbledore estaba haciendo investigaciones, lo había averiguado casi por suerte. Snape estaba más raro que de costumbre, siempre conjurando, siempre escapándose...

Todo era un lío. Sabía que a su alrededor se cernía una conspiración y no tenía ni idea de lo que se trataba.

Muchos le habían expresado su admiración, su envidia, incluso. ¿Envidia? ¿Admiración? ¿De qué?

¡Cuánto habría dado por ser un chico cualquiera del mundo! Pasar totalmente anónimo, cuánto habría dado por no tener aquel pasado, ni el futuro que le aguardaba.

Sus padres, su familia, su vínculo más profundo, no existía. Su hogar, ¿qué hogar? Alguien que le besara por las noches, que le contara cuentos, alguien con quien desahogar sus problemas, contarle sus pesadillos, sus miedos, sus anhelos.

En su infacio, nadie, siempre soledad.

Todo podría haber sido distinto, y solo de pensarlo, una furia exorbitante se apoderaba de él.

Podría haber tenido un padre y una madre que le cuidaran, padre y madre al que contar pesadillas, miedos y anhelos, con el que refugiarse, alguien a quien pedir un cuento, alguien a quien besar, alguien...

Podría tener un olor que recordar. Podría tener incluso un hermano o una hermana, alguien con un vínculo de sangre irrompible.

Podría ser solo un estudiante más en Hogwarts.

Podría, podría.....Pero, no lo era. Era él, su nombre caía pesado sobre sus hombros. Harry Potter, ese era su nombre, y su destino ya estaba trazado.

Caminó por el patio, en dirección a Herbología. De pronto, se cruzó con un pequeño charco que le llamó la atención. Se agachó y lo observó como si nunca hubiese visto uno igual.

Un charco.

En los bordes, algas y algún que otro insecto. Nada en particular especialmente llamativo.

Sin embargo, vio su reflejo en el agua que se movía lentamente. Vio su reflejo, sus grandes y brillantes ojos verdes reflejados en el agua, su cabello, su cicatriz.

Cerró los ojos y volvió a abrirlos.

Una pequeña alteración del agua hizo que se descolocara brevemente.

Su imagen borrosa en un espejo que no era espejo.

Sonrió quedamente y se levantó. Conocía su rostro y se conocía.

Estaba cansado y harto de su nombre, de su pasado y de su futuro. De su mismo presente.

Caminó en silencio.

Debía aparentar ser lo que todos querían creer que era, todo aquello que formaba a un verdadero héroe: coraje, valor, destreza, fuerza...

Debía pero, ¿podía? Suspiró. Sí, tenía que hacerles creer que no tenía miedo, que estaba seguro de ganar la batalla. Tenía que hacerselo pensar a los demás para así, pensarlo él también.

Muchas veces, nos inventamos personalidades que aparentar.

Aparentamos ser fuertes cuando en realidad, por dentro, estamos muriendo en un mar en llamas, aparentamos ser decididos cuando en realidad, estamos carcomidos de dudas.

Aparentamos valor, a pesar de que el miedo nos invada, aparentamos indiferencia, aunque ello signifique nuestra vida.

Damos una imagen al espejo, que no es la verdadera. Solo le damos la vuelta y nos colocamos la careta.

Demasiadas máscaras invadían el mundo, demasiadas lo invaden.

¿Por qué no decir simplemente lo que sentimos? ¿La verdad? Eso haría todo más fácil pero no, aguantamos nuestra carga, nuestro disfraz falso de persona.

Miramos desafiantes a ese espejo que nos revela nuestro exterior, ¿qué importa que por dentro estemos muertos? ¿Qué importa? Si nadie lo sabe...si nadie lo ve.

Miramos al espejo del exterior, ¿acaso no existe aquel que nos enseñe el alma? ¿Aquel que en realidad demuestre quiénes somos?

Todo sería muy fácil...Todo, muy fácil, si hablamos con la verdad, y rompiéramos todos los espejos.

La profesora McGonagall frunció el ceño bruscamente y miró suspirando al cristal de su despacho de subdirectora.

De pronto, el toque a la puerta la trajo de vuelta a su mínima despreocupación a la realidad.

Se irguió arreglando su túnica y puso una mueca seria en su rostro con arrugas.

- Adelante. - dijo con voz firme.

En sus ojos se reflejaron una corta multitud de alumnos y alumnas. Eran los prefectos del año anterior que, debido a la indiferencia e inexpertitud de los actuales, seguían ejerciendo sus servicios a Hogwarts.

Uno a uno, los prefectos pasaron a la sala.

La profesora sonrió levemente al ver entrar a Ronald Wealey y a su niña preferida, Hermione Granger.

- Buenas tardes, profesora. - saludó el pelirrojo.

- Buenas tardes, señor Weasley.

Esperó un saludo por parte de Hermione, saludo que no llegó. Minerva arrugó el ceño al observar que su alumna parecía triste y ensimismada. Algo común en cualquier adolescente pero que le sorprendía por provenir de Hermione.

Los gryffindors se sentaron al lado de los huffelpuffs y Ron comenzó a charlar animado con Justin de...cómo no, quiddich.

Y, de pronto, irrumpieron en la habitación, los únicos que faltaban. Hermione no volvió la cara, siguió mirándose las manos, jugando lentamente con ellas aunque, en su interior, algo le gritaba que le mirara, que buscara en él respuestas, que buscara ese rostro que el espejo le había mostrado en la noche.

- Señor Malfoy, señorita Parkinson... - suspiró McGonagall. - Siéntense, por favor.

Ambos Slytherins se colocaron en el extremo derecho.

Hermione se taladraba la piel con sus ojos marrones, órdenando un poco de paz y razón a su subconciente.

- Bien, - la profesora se aclaró la garganta. - esta es sólo una visita rutinaria en la que les vengo a avisar de la la pronta llegada de la navidad y con ella de las vacaciones.

Vacaciones...pensó Hermione, deseaba con todas sus fuerzas que llegaran, para poder sumergirse en ellas y no pensar. Buscarse alguna ocupación, algo en lo que Draco Malfoy no influyera en lo absoluto.

- Mas, debido a lo antecedido en el año anterior, estas vacaciones serán más estrictas que nunca. Muchos se irán a sus casas y allí, no podremos protegerles, tan sólo sus familias. Pero para los que se quedan aquí, hemos organizado una serie de procedimientos para evitar que cualquier acto desagradable se pueda llevar a cabo.

Un bufido sonó, procedente del rincón derecho. La gryffindor no parpadeó, mirando a la subdirectora. Sabía quien era el portador de aquello, era él.

Las tripas se le revolvieron y sintió naúseas, se empezaba a sentir nerviosa, aunque no le hubiera visto, solo con saber que estaba allí.

- Hogwarts está totalmente preparado para cualquier cosa. - afirmó tajantemente.

- Yo no estaría tan seguro.

Los ojos de la profesora viajaron veloces por la sala hasta posarse en una mirada gris que la miraba fijamente.

- ¿Ah, no? ¿Qué duda tiene, señor Malfoy? ¿Acaso desconfía de la seguridad de Hogwarts?

- Sinceramente, profesora. - dijo lentamente, paladeando las sílabas. - Sí.

Se produjo un silencio incómodo, lleno de tensión que el mismo Malfoy se encargó de romper:

- Si no me engañan los cálculos, profesora, hace cinco años, entraron intrusos a Hogwarts queriendo robar un tesoro, ¿cierto? Hace cuatro, una criatura desconocida secuestró a una alumna, ¿verdad? Hace tres, un asesino que había escapado de Azkaban, penetró en la fortaleza de Hogwarts...¿recuerda?

Minerva tragó saliva manteniendo serenidad.

Sin embargo, Ron sintió una furia que comenzaba a desatarse en su cuerpo. ¿Qué estupideces empezaba a decir el maldito de Malfoy? Deseaba romperle los huesos y la cara...

Hermione seguía fría mirando al frente.

- Hace tan solo dos, en el Torneo de los tres magos, murió un alumno. Gran seguridad, ¿fue hace poco, verdad?

- ¡Basta ya!

La voz clara y concisa de Ron Weasley resonó en las cuatro paredes y atrajo la atención de los prefectos y la profesora.

- ¿Quién te has creído, Malfoy, para juzgar la seguridad de Hogwarts? ¡No sabes nada!

- Oh, - rió Draco. - cállate Weasley, no hables bobadas. Es mejor parecer tonto que hablar y demostrarlo.

- ¡Yo...!

- Señor Weasley, Señor Malfoy, - esta vez fue Mcgongall quien intervino. - silencio los dos. No voy a tolerar que ponga en duda la seguridad de Hogwarts, señor Malfoy, tenga usted eso claro. Hogwarts es uno de los lugares más seguros del mundo, téngalo por seguro.

Draco miró al suelo sonriendo levemente, agachando la cabeza y moviendo las manos un instante antes de volver a recogerlas.

- El motivo de la reunión es para solo decirles que sus guardias se cancelan. - suspiró la profesora. - Todas se cancelan. Ya no harán falta.

Los prefectos se miraron entre sí, unos felices y dos, decepcionados y apenados.

- Y, esta es la nueva noticia con la que deberán informar a sus compañeros. Está terminantemente prohibido, bajo pena de expulsión, salir de las salas comunes en toda la noche.

- ¿Qué?

La voz de Hermione Granger se distinguió con un tono de indignación y sorpresa. Unos ojos se fijaron en ella de reojo.

- ¿En toda la noche?

- En toda la noche, señorita Granger. Terminantemente prohibido.

- Bajo pena de expulsión... - murmuró para sí misma.

- Es de vital importancia que se lo comuniquen a sus compañeros de casa. Pueden irse.

Los huffepuffs se fueron comentando, tras ellos, Pansy Parkinson, farfullando idioteces y Draco Malfoy, en silencio.

- Vamos, Herm. - dijo Ron colocando una mano en el hombro de la castaña.

- Ahm....ve saliendo, tengo que hablar con la profesora.

Hermione se levantó de la silla. El pelirrojo asintió. La miró y le acarició levemente la mejilla.

- Nos vemos luego.

La gryffindor sonrió también.

Los ravenclaws se fueron, despidiéndose de Mcgonagall y después, de la propia Hermione.

- Profesora... - le susurró ésta.

- Dígame, señorita Granger.

- Respecto al proyecto que tengo que entregarle...¿Le importaría que se lo diese después de las vacaciones? He estado muy atareada.

Minerva negó con la cabeza.

- La comprendo, espero con ansia su trabajo.

- Gracias.

- Señorita Granger...yo también quería hacerle una pregunta.

- Sí.

- ¿Ha notado...últimamente, alguna irregularidad?

- ¿Se refiere a algo en concreto?

- En las guardias nocturnas.

Hermione se estremeció y miró los ojos de la maestra. Se apresuró a negarlo.

- Nada, todo está como siempre.

- ¿Segura?

- Sí, eso creo. ¿Lo dice por algo...en especial?

- No, no.... - sonrió. - Es solo que...hace un par de noches creí oír...- rió. - bah, es una tontería.

- ¿Algún ruido?

- Música.

- ¡Ah! Pues...ah, no he oído nada, profesora.

- Gracias.

- A usted.

Se giró, despidiéndose de la subdirectora cuando ella la volvió a llamar y añadió nuevamente:

- Si oye algo extraño, no demore en decírmelo. Está en juego la vida de muchas personas.

Hermione asintió rápidamente y, cerrando los ojos, sintiéndose rastrera, salió de la sala.

Caminó por el pasillo, las palabras de la profesora se repetían en su mente.

Iba absorta, tanto que no notó como detrás del muro había alguien, una presencia que aprovechó su paso para abordarla.

- ¿Por qué lo has hecho?

Se quedó paralizada, abrió la boca y pestañeó rápidamente.

Ahí estaba, lo que había rehuído, estaba frente a ella, serio y ansioso, mirándola con ganas de su respuesta. A su mente volaron todas las noches, todas las canciones, todos los besos, todos y cada uno de ellos.

No dijo nada, se limitó a mirarle unos segundos e intentar apartarse de él.

- Granger, ¿por qué?

- Soy solo una sangre sucia, Malfoy, no tengo respuestas para todo.

Malfoy apretó los dientes y, mirando para los lados, atrajo un poco más a Hermione, evitando así su escapatoria.

- Ahora soy yo el que te pregunta a ti. ¿Quién eres?

Hermione miró a Draco fijamente, después, agachó la mirada y sonrió.

- Tu lo sabes.

Con estas palabras, Hermione se soltó y se alejó unos pasos, frente a frente.

A medida que se alejaba, su espejo, su reflejo, tomaba forma. Estaba justo delante de ella, mirándole sin pestañear.

- No sé si se puede confiar en ti.

- Eso, también deberías saberlo.

No podía aguantar un minuto más la lucha, no. Se giró, dispuesta a marcharse.

- Ven esta noche.

Creyó que le faltaba el aire, repentinamente, que todos los suspiros se acoplaban en su garganta y que un alo de gemido quería salir pero, lo evitó, evitó cualquier movimiento.

Y una sensación nueva que nunca antes había sentido, la cubrió.

Comenzó a caminar, alejándose. La voz de Draco Malfoy volvió a oírse.

- ¿Vendrás?

Y no se detuvo, y se alejo. Sin dejar de oír la voz del Slytherin que le gritaba desquiciado:

- ¡Vendrás?

Pero él, ya debía de conocer la respuesta.

¡ ¡ ¡ ¡¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡¡ ¡¡ Wolas! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! ! !! ! ! ! ! ! ! ! !

¿Qué tal estamos? Yo estresada, dentro de dos dias se estrena "HP y el prisionero de Azkaban", el viernes es la fiesta en mi instituto, ¡por fin vacaciones! L' amour s' intalle en me coeur! :D Sí!! Lo reconozco, buah, esto es horrible! Ya os contaré :P Más detalles en el próximo capítulo, jijiji.

Bueno preciosas, pues, algunas duditas:

1. Mcgonagall escuchó a Draco pero...no claramente, ella no está segura de lo que puede ser. No me montéis cosas, ella no sospecha de Draco ni de Herm, aún :P

2. ¿Todos entendísteis la nueva norma? Según ella, si Draco y Herm salen por la noche y alguien los ve, no servirá ninguna excusa, serán expulsados. ¿Dejarán sus encuentros por la noche arriesgándose a eso?

3. Buff, buff, pedazo de canción, ¿aclara cosas? Tú lo sabes! ! XD La canción se llama "No me quiero enamorar" es de Kalimba ;) super preciosa

4. Y ya van 10! Madre mía! Me costó escribirlo, no tenía inspiración y la tenía en los peores momentos. :D

5. En el capi 11....

Una canción muy muy muy hermosa :)

Navidad.

Amor por todas partes.

Y más lecciones de personalidad y moral ;)

Solo espero que os siga gustando y agradeceros con todo mi corazón los reviews! 157, no me lo creo ni yo, he batido mi propio récord que estaba en 150 con "No es historia de amor" en 19 capítulos y este con solo 9 : Buah,....¡qué alegría! :D

Bueno, ya me pongo pesada, aquí me despido y les prometo un siguiente capítulo muy....emocionante :D

Muchos muchos besos y mil gracias a tods! ! !

Os quiere:

Lira Garbo

Don't say you love me

The Corrs

We' ve done this once and then you closed the door

Don't let me fall again for nothing more

Don't say you love me, unless forever

Don't tell me you need me, if you're not gonna stay

Don't give me this feeling, i'll only believe it

Make it real, or take it all away

Lo hemos hecho una vez y tu has cerrado la puerta

No me dejes caer de nuevo por nada más

No me digas que me quieres, si no es para siempre

No digas que me necesitas, si no te vas a quedar

No me hagas sentir eso, yo solo lo creo

Hazlo real, hazlo a tu manera