El pianista
Aquí estoy con el capítulo 11! :) Espero que os guste porque está trabajado ;)
Lo que quería pediros antes de nada es que, para leer este capítulo, consiguiérais una canción. Se llama "Encuentro con el alma" y es de Nacho Cano. Os servirá mucho para las primeras escenas, además de ser una hermosísima melodía ;) El disco es "El lado femenino" ;) Por si acaso no lo podéis bajar.
Espero que la consigáis.
Gracias de nuevo, nunca me canso de agradeceros, vuestras opiniones, e- mails y ánimos. Miles de gracias!
A Luna (Ana) por todo su apoyo y mención especial porque gracias a ella "El pianista" tiene su propio banner ;) Qué podéis encontrar en mi página "Lira Garbo' Word" ;) Y además, por todos sus comentarios y ese apartado para "Lucía" :D Gracias!
GRAN NOTICIA!
Me han pedido por favor que deje "El pianista"...¡LO VAN A TRADUCIR A ITALIANO! Toy muy feliz :D Ya hasta en italiano y todo, jijij :D Ya os informaré ;)
Reviews
Taeko: Hola guapa! Jeje, me alegro de que te hayas decidido a ponerme un review. La verdad me hace mucha ilusión que la gente me de sus opiniones sobre como va el fic y si les gusta. :) ;) Pues la verdad que no escuché la canción esa :S Pero la buscaré :D Bueno, espero que te siga gustando. Un beso!
Eledhwen Moonlight Spell: Wolas! Jeje, da igual :P Mejor tarde que nunca. Gracias! La verdad que me costó mucho escribirlo pero...valió la pena. Sí, entiendes lo de Draco ;) Además, Lucía es una canción muy profunda y hermosa, es comprensible que no quisiera demostrar lo que la canción le hace sentir, a Hermione. ;) Bueno preciosa muchas gracias y muchísimos besos!!
Luna-wood: Hola preciosa! Gracias :) La canción es super linda, me la recomendaron y me quedé prendada de ella y, a Draco le venía de perlas ;) Pues sí, esa es la nueva regla, lo que quieren evitar es que los alumnos puedan estar en peligro pero...a Draco y a Herm no les hizo mucha gracia :P Ya se aclarará todo, solo ten paciencia, si todo de golpe se descubre, ¿qué gracia tiene? :PMuchos besos y felices vacaciones a ti también!
Kiara McGonagall: Hola mi niña preciosa!!!Jeje, ¿un moño con las pinturas plastidecor? ¡Qué me vas a inventar más! XD Mi huertillo andante...Bueno pues, la verdad que fui un poquito mala con vosotras pero...¿qué os esperábais? Que Draco se declarara a Hermione ahí todo puesto...No pega ni con cola :P ¿Yo? ¿Qué se me nota a mí? Creo que estoy yo más tonta que ellos dos juntos XD No, el espejo no es de Oesed o Eriesed, es un espejo que se queda con las emociones de la última persona que pasa tras él. Bueno, jeje, ya veo que estás en "shock", no fue para tanto :P jejejje, bueno mi niña, que te quiero mucho, cuídate! Muchos muchos besos!!
Lakesys: Hola preciosa! ¡Cómo me vas a parecer molesta con tus reviews! Si sabes que me encantan! :P A mí todo lo que sea hablar....bueno es :) Gracias! La verdad que el récord va a más y espero que mucho más :P Aunque yo me conformo con lo que he conseguido, hay que seguir poniendonos más metas! ;) Jajaja, bueno, el capi, sí, a mi también me entraron ganas de matarle...Es que no se aclara y...pasa lo que pasa...Jejeje, exacto, no es típico de Draco Malfoy incarse de rodillas y jurar amor eterno, no? :S Bueno, pues sí, la broma de los Slys, aquí ;) jejejeje, pues sí, ¿Irá Herm? ¿Quién sabe? Ánimo! Que para las vacaciones queda poquito! Muchos besazos!!!
Blakis girl: Hola linda! Jeje, me alegro de que estés emocionada! Bueno, ya me puse en marcha para buscar algo de ese grupo, aunque no te prometo nada, lo voy a intentar por todos los medios ;) Bueno nos vemos pronto, (espero) Muchos besos!!
Galadriel Malfoy: Hola guapa! Muchas gracias! ;) Ahora que tengo vacaciones, actualizaré más ;) Y tranqui, te aseguro que sufrirás mucho hasta saber qué ocurrirá con Draco y Hermione :P Jeje, muchos besos!!!
Dark Raxiel: Hola cariñooo! Jejeje, gracias! Jajaja :D Por todo! :P Bueno, pues no, no eres repetitiva, ¿y si hay algún capítulo que no te gusta, eh? Entonces tendrás que cambiar el "Te ha quedado muy bien el capítulo" y a mí me dará un ataque! ! JEje, así que procura no cambiar :P Yo te ayudaré :P Bueno, ¿verdad? Uff, yo estaba también sonriendo...ahí, ahí...los hombres también tiene que suplicarnos :D Aunque sea Draco Malfoy ;) Bueno, Ginny/Harry...la verdad es que inicialmente yo solo me iba a basar en Hermione y Draco pero...la verdad es que, sin secundarios, un fan fic..es muy triste :P Si te soy sincera, lo estoy pensando..¿a ti te gustaría? Por curiosidad Bueno preciosa, nos vemos! Muchos besos!
Amy-lee-malfoy: Hola guapa! Aquí estamos, con el calor del veranito y las vacaciones! Yu-hu! ;) Ok, ¡qué ff no pueda contigo y te tenga aquí en cada capi, eh! Jeje, por un capítulo no pasa nada, me alegra que te acuerdes de mí! ;):D Qué bien que te gustó! La verdad es que me gusta tratar lo mismo con distintos puntos de vista, me ayuda mucho para que la historia sea más compleja, y a la vez, más divertida. :)Sino sería un poco repetitiva... Sí, todas nos hemos sentido muchas veces como los personajes. Tan tristes como Parvati..o Ginny..tan ilusionadas como Herm y a veces decepcionadas...presionadas como Harry...en fin..¡bendita adolescencia! Muchas gracias! Yo pongo todo mi empeño para que el fic prospere! Espero que se note y os guste ;) Ah! ¡Duele el amor! Ya lo tenía pensado, of course! Claro que la voy a poner! Tu idea es muy buena...lo que ocurre que en estos próximos capis, no podrá estar pero...a ver si la puedo meter por ahí! ¿Vale? ;) Muy buena idea! ¿Tienes algún fic? Sino...tienes muy buenas ideas, deberías escribir algo, me encantaría leerlo ;) La peli estuvo muy bien! Lo que pasa que se comen algunas partes importantes :( Pero de las 3, a mí es la que más me gustó. ¡No te pierdas! Un besazo enorme!
Hitomi Felton: Hola guapetona! Gracias! Sí, yo también estoy de acuerdo...si algo te importa, tienes que arriesgarte por ello ;) Jejjee, sí, sí...emocionante y...¿qué piensas, pervertidilla!? jejje XD, como sea lo mismo que yo!jejeje, un besazo preciosa!!!
Lora chang: Hola guapa! Me alegro de que te haya gustado! Pues sí, metí muchos sentimientos...quería que conociéseis los puntos de vista de todos porque...así se comprenderá también la historia, a los personajes, y todo lo que la rodea ;) Pues sí, han sido drásticos respeto a las salidas por la noche porque...más vale una expulsión que una muerte, ¿no? Ellos quieren reunirse pero...arriesgan mucho.. Draco no hay quien lo entienda...primero le dice que no quiere verla más y ahora le dice que por favor vaya...XD que chico! Bueno, los espejos, según yo, han estado siempre en Hogwarts..Es un espejo que demuestra las emociones del último que ha pasado por él. Yo sostengo la teoría de que Draco pasó para ir al piano, triste y confuso y luego, él vio a Hermione nerviosa y apenada. ;) Si tienes más dudas, pregunta, no te cortes! Muchos besos!!
Jenny/Jade: Hola preciosa! Olé por ti! De nada! ;) Gracias, me alegro de que te gustara! A mi estilo...¿eso es bueno o malo? :S No sé si fiarme :P Bueno...está por decidirse si habrá o no fiesta pero...eso es lo que se intentará :D Ya ve! Cómo olvidar que el amor está en el aire! Como olvidarlo! Mi posteo..buah...¿yo que soy, eh, eh? (A) Un angelito! :D ;) Te quiero mucho primita!!!Muchos besos!!
Anne M. Riddle: Hola preciosa! Que bien verte por aquí! No importa ;) , sabemos que a veces lo pone difícil y por eso tiene más mérito el review! Gracias! Me alegro de que te guste! Un poco loco el capi, sí que estuvo :P EL espejo ;) Sí, pobrecito Ronnie...está enamorado de Herm. Es difícil mandar en el corazón, y él, por eso, lo tiene difícil, si ama a una persona que no le corresponde,...¿cómo corresponderle a otra que no ama? ¡Qué líos! Draco siempre será Draco...No sé qué decirte...aceptar que quiere a Herm? Mmm...medio medio..Jeje, sí, Mcgonagall escuchando a Draco, ya para terminar XD Pues sí...Draco está que no sabe lo que hace...primero le dice que no vaya, ahora le pide que vaya...¿se aclara?:S Jeje, el esperado beso! No sé, no sé...difícil...:P siempre digo..."Nada es imposible" :) Gracias! ¡Tú si que eres preciosa!De nada por los reviews en tu fic, me gusta mucho ;) A ver si pronto actualizas, que ardo en deseos de leerte! Jeje, sí, Draquito tiene un poquito (porque nunca le daremos la razón, jiji XD) de razón...en Hogwarts a pasado de todo pero...sigue siendo uno de los lugares más seguros XD Ahí sigue en pie! Bueno preciosa!!Muchos besazos!!Cuídate!
Hermone-Malfoy: Hola guapa! Me alegro de que te haya gustado! Wou! Un novio pianista! Yo quero! jejejejeje. ¿La banda sonora del piano? :S ¿Puedes concretarme un poquito más? ;) Bueno, pues aquí tienes, jeje, con mas intriga :) Un besazo!!
SpyProngs19: Hola mi niña preciosa! ¡Sí! Qué bien que te gustó! Uff, sí, la parte del espejo es super profunda. Quise plasmar lo que hay en mis pensamientos sobre la falsa moral de las personas, las mentiras, las caretas y los disfraces...y fue difícil...Es algo con lo que convivimos día a día, incluso en un mundo mágico se vive con ello. Mi pluma, jiji, la plumita mágica ;) No sabes lo feliz que me haces :) ;) Ya sabes que soy la "Reina de la intriga" ;) Sino, no soy yo. Y no estoy dispuesta a dar un reflejo engañino al espejo :P jeje, muchísimos besos!!
Flor malfoy: Hola preciosa! ;) Tranquila, no pasa nada ;) A ver, el espejo no es como Eriesed o Oesed, es distinto, es un espejo que plasma las verdaderas emociones del último en pasar por delante suya... ;) Es un espejo con doble cara, totalmente distinto de los espejos XD (que lio me hago yo sola) :D Bueno, ¡celebro que te guste! Que siga así! Un besazo! Pd. Espero tu actualización ;)
Hermone-Malfoy:Hola preciosa! Jeje, sé que tardé...:( Sorry. Bueno, ¿cada cuánto se suele escribir? Yo creo que cada autor tiene su ritmo, a mí no me gusta tardar y ya ves...este capi tardó bastante. También depende de tu propia situación (Estudios, viajes...etc..) de tu estado de ánimo y del propio fic pues hay escenas más difíciles que otras y...se te atrancan...jeje, así que...anímate y escribe fics! Un besazooo!
Annie Ryddle: Hola preciosa! Gracias, muchas gracias. Celebro que te guste mi historia! :D Y mi manera de escribir ;) Bueno, a mí Parvati no me parece muy descarada ni aventada ni nada...es más, la veo tímida en los libros (aunque apareció poco) pero con Harry en el baile, la ví una chica muy normal... :)Sí, Parvati no es mi favorita pero...la prefiero antes que a Cho Chang (vomitiva XD)jeje, bueno linda, gracias por el review y muchos besazos!!!
Mali-chanG: Hola linda! Gracias! Me alegro de que te guste! Bueno, la inseguridad te gusta! jeje, me alegro que lo digas. He leido fics y he pensado...¿qué edad tendrán los autores? Yo tengo "la edad" de los personajes y creo qe más o menos, tenemos problemas comunes. Creo que todos sabemos lo que duele el amor no correspondido, lo que es el odio hacia un enemigo, la sorpresa, la tristeza y la alegría inexplicable. Y sobre todo, la inseguridad, el miedo.. ;) Bueno, qué charla! jeje, bueno, espero que te siga gustando preciosa! Un besazo!!
Annie Malfoy Merodeadora: Hola guapa! Me alegro! ahora sabrás si va o no....jejeje. Ya verás la nochecita...:p jeje, sí, vi la peli...me gustó aunque, incomparable a los libros. espero que te siga gustando, un beso!
Univelli: hola preciosa! jeje, me alegro! jejeje, gracias de verdad, espero no decepcionarte y que te siga gustando. muchos muchos besazos!!!!!!
Icee Queen: hola guapa! de nada, tu historia me gustó mucho y te merecias el review. espero que te siga gustando y no es ninguna molestia para mí. un besazooo!!!!
Leonysse Weasley :hola linda!!! gracias por tu apoyo! espero que te siga gustando. un besazooo!!!!!
MARINABLACK : hola preciosa!!! gracias por tu review, me alegro mucho que te guste el fic!!!este capítulo te gustará. un besazooo!!!!
Polly: hola!!!!!! me alegro que te guste el fic! no quiero decepcionarte, espero que te guste! un besazo!!!
Sak :hola guapa!!!!mu bien y tu???espero qe bien! claro que me acuerdo de ti!! a ver si seguimos hablando. que bien que lunita te pasara las canciones!!!bueno, muchos besos!
11. No tenemos tiempo
El árbol luchaba por su vida que estaba ya sentenciada. El guardabosques con su hacha, de un golpe, cortó su tronco. Cayó desplomado como un animal herido emitiendo un lamento que murió con él.
Sus hojas triangulares se tiñieron del blanco de la nieve al ir arrastrándose por los suelos nevados del jardín.
Poco a poco, envueltos en el frío que acaecia en el duro invierno que daba paso a la navidad, fueron llegando a la entrada de Hogwarts.
Algunos alumnos congregados en las puertas, saludaron a Hagrid que les devolvió el saludo soltando una de sus grandes manos enredadas en el tronco.
Los pasillos muy poco poblados, fueron fáciles de traspasar e incluso las escaleras giratorias. El guardián iba raudo cargando el símbolo que sería clave en aquella blanca navidad.
Llegó al fin a su destino, casi vacío exceptuando algunos estudiantes y algún que otro profesor. Entre ellos, el profesor de encantamientos.
El árbol se irguió magistralmente en el centro del Gran Comedor. Sus hojas tilitaron y los copos de nieve que quedaban, cayeron al suelo en un vuelo suave hasta descender y perderse en las alfombras de Hogwarts.
Flitchwick se bajó del asiento donde yacía sentado. Hagrid se despidió de él con una inclinación.
El profesor se plantó delante del árbol y, con un movimiento de varita, unas pequeñas bolitas brillantes aparecieron, volando en el aire de la sala. Las colocó y, de momento, hizo aparecer más adornos.
El maestro suspiró, desganado y miró hacia un lado.
Una sonrisa se dibujó en su rostro al ver a una Gryffindor.
- Señorita Granger... - la llamó con gestos.
Hermione levantó la mirada, posada en ningún lugar y, mirando al profesor, fue hacia él.
- ¿Podría...terminar con esto? - le preguntó con tono de ruego.
La prefecta dudó pero finalmente asintió y aceptó.
Con un gracias, Flichwick se marchó, dejándola sola ante el árbol.
Sacó la varita y, frunciendo el ceño conjuró unas coloridos fosforecentes que colocó en los laterales. Siguió subiendo y bajando los cascabeles de navidad que producían sonidos dulces y graciosos al chocar.
Hermione sonrió. Iba a conjurar el hechizo para la estrella central.
De pronto, una música suave se coló por sus oídos. Era un sonido celestial de violines, quizá trompeta, flautas y...de fondo...un piano.
Sin embargo, no podía ser él. No, él no.
Cerró los ojos mientras oía la melodía de fondo. Era bella.
La estrella fugaz ascendía lentamente en dirección a lo más alto. Manejaba la varita con el pulso algo temblaz mientras alzaba el brazo y con él la mano.
Una pequeña brisilla se colaba por la rendija de un ventanal.
La música se hizo más profunda y, repentinamente, unas voces extrañas comenzaron a cantar algo sin mucho sentido para ella. Parecía un villancico antiguo. Como el canto de un coro.
Las notas se mezclaban con los instrumentos y el piano seguía sonando como el más importante de todos, tras la suavidad y elegancia de un violín y un grupo de flautines. Y muy al fondo, una trompeta tocaba en ciertas ocasiones.
Las voces iban a corde unas con otras, en la misma sintonía todas a la vez, produciendo un momento mágico y especial.
La estrella tocó el firmamento y brilló en todo su esplendor, alta y hermosa.
Sus palabras llamaron a más y más adornos que decoraron el árbol haciéndolo aún más fuerte y maravilloso. Brillaba con la luz propia de la estrella blanca.
Las voces parecían ir apagándose aunque su sonido seguía oyéndose.
Entonces, creyó sentise teletransportada muy lejos de aquella realidad, lejos del salón, para ir a la suya, a su realidad. Su sala oscura, los destellos de la cálida luz de la vela fugitiva, el ventanal cubierto de estrellas sin luna, las paredes calladas ocultas del secreto, la música en cada uno de los rincones, las alfombras tersas y aterciopeladas y, al fin, en el centro, brillante como aquella estrella...ambos, él...acariciando las teclas como a un ser humano...
El sueño parecía ir desvaneciéndose al ir silenciándose la música. Quería pedirle que siguiera sonando, que no apagara su murmullo. Pues las nubes de recuerdos, aquellas nubes de caramelos y azúcares, se desintegraban poco a el sueño que acaba...creyó caer y vacilar...
Pero, no pasaría, algo estaba allí para evitarlo. Lo sintió fuerte y seguro, agarrándola hasta la muerte, creyó ver su sonrisa, sentirlo de nuevo, estaba allí, podía sentirlo...
Abrió instintivamente los ojos y vio la verdad.
Los brazos estaban agarrados a su cintura, certeros, sosteniéndola. Sonrió ampliamente y volteó veloz.
Los ojos marrones se clavareron en unos iris que no tenían otro color que el del propio cielo, azules como el mar.
- Ron...
Su sonrisa fue opacada por la del pelirrojo que ahora era amplia mientras la suya empequeñecía hasta convertirse en un estirar de labios.
- Te caías.
- Gracias. - dijo mirando de nuevo al árbol.
El gryffindor lo miró también.
- Gran trabajo.
- Gracias.
Ronald Weasley sentía que todo temblaba en su cuerpo. Cuerpo libre que era incapaz de manejar.
Sentía que estando al lado de Hermione perdía todas las facultades, la razón, la calma. Que todo su ser era invadido por un colapso, que se le nublaban los sentidos, que ya no sentía nada, ni sabía nada, que perdía el control de todo, solo porque estaba a su lado.
El corazón desembocado le latía precipitado en el pecho, al compás con su respiración y los nervios que intentaba disimular con una falsa tranquilidad.
Y entonces se dio cuenta, casi por descuido, que entre sus manos aún sostenia la cinturita de la gryffindor. El labio inferior le tembló sin querer, intentando evitar que eso le ocurriera al resto de su cuerpo.
Rápido, la soltó. Ella siguió sonriendo levemente, como si no hubiera ocurrido nada. Para ella era algo "normal". Ron era su amigo desde hacia seis años y entre ellos había confianza, complicidad de amigos, algo que era grande y hermoso, un tesoro.
Lo que no sospechaba era que para el pelirrojo, todo era distinto.
El no quería solo su amistad, sino algo más...
- ¿No tenías entrenamiento? - preguntó Hermione dulcemente.
Su voz parecía un hechizo, ¿cómo podía existir en el mundo una criatura como ella? Hermosa, lista, dulce, tierna...¿Cómo era posible que fuera tan perfecta?
- Ah....es que...- rodó los ojos pensando la excusa. - Me duele un poco...la mano. Sí.
- ¿Sí? ¿Dónde? A ver si va a ser grave y...Ron, que con lo que tu eres....a ver...déjame...
Había un tono de preocupación en sus palabras que enseguida alteró más la delicada salud cardíaca del pelirrojo. Los ojos de la morena brillaban y de pronto, buscó su brazo y lo tomó observandolo despacio.
- ¿Te duele...aquí? - preguntó sencillamente tocándole por debajo de la muñeca.
Ron negó con la cabeza e intentó pensar en otra cosa perdiendo su mirada entre los adornos coloridos y fugaces que adornaban el árbol. Pero era imposible.
- ¿Aquí?
Sintió un escalofrio al sentirla avanzando en su pulgar y apretándolo ligeramente esperando su respuesta.
- No, un poco más a la....derecha.
Los músicos continuaban la melodía y desde el fondo se oía como un sonido celestial.
- ¿Es...aquí?
- ¡Ah! - chilló mentiroso. - Sí, me duele un poco.
Hermione arrugó el ceño e hizo un mohín con los labios.
- Que raro. No es una fractura. Quizá te has dado un golpe con algo.
- Sí, probablemente.
Quería salir corriendo y no irse jamás de su lado. Cuanto la deseaba y cuando quería huir de lo que sentía, escapar a enfrentarlo.
- Eh...esto..tengo que...irme. Quiero...descansar.
- Yo también quiero. - suspiró Hermione. - Ya casi termino.
- Pues...a..adiós.
- Adiós.
Con todo el peso de su alma, volteó y sintió miedo. De todo. Y se fue con miedo, miedo más grande a paso, a que algún día, por cualquier circunstancia de la vida...perdiera a ese ser que tanto amaba.
Gregory Leiber aspiró el humo de su cigarro y con de sus gruesos labios apareció un aro gris.
Murray observaba a su compañero y sonreía mirando al vacío perdido, con su colilla en la boca.
Los cinco Slytherins estaban sentados en unos sillones verdes, puestos en círculo. Todos pensaban y pensaban, dándoles vueltas a descabelladas ideas sobre lo que podían hacer.
De pronto, rompiendo su calma, una furia repentina golpeó la puerta de la sala entrando como un torbellino.
- No vienes de buenas, veo. - bromeó Rick Davis.
El rubio que acababa de entrar fulmió al chico con su mirada de hielo y caminando en dirección al sillón del medio, que estaba desocupado, se sentó con las piernas abiertas y asco dibujado en la cara.
- ¿Qué te pasa, Malfoy? - dijo Zabinni mirándolo con pizca de ironía. - No me digas que alguna te ha dado calabazas...
Las serpientes comenzaron a reír al unísono. Entonces, Draco le miró y habló como si escupiera:
- Cállate Zabinni. No tienes ni puta gracia. - dijo con desprecio.
Murray y Leiber se miraron arqueando sus cejas oscuras.
Leiber tirando su cigarro al suelo y pisándolo con el zapato, se dirigió a Malfoy:
- ¿Qué pasa?
- Unos mal nacidos... - masculló apretando la mano en el apoyabrazo.
- ¿Gryffindors? - apuntó Murray.
- Lo fueron en su día.
Draco echó la cabeza hacia atrás y suspiró.
- No tienen suficiente con sus ridículas normas que ahora encima, prohiben salir de noche.
- ¿Qué? - soltó Rick con asperación.
- Lo que oyes. Como pena de expulsión.
- Bah, bobadas del chiflado de Dumbledore... - rió Leiber.
- El defensor de los sangre sucia no dudará en echarnos cuando se le presente la oportunidad... - dijo Zabinni contrayendo la mandíbula.
- Que se atreva... - dijo Crabble con miedo en la voz.
- Cálalte. - farfulló Draco.
Los Slytherins siguieron parloteando sobre el tema pero, dos seguían en silencio.
Blaise Zabinni miraba al suelo con una sonrisa en la cara.
- Chicos, silencio, creo que tengo una gran idea.
Leiber levantó el mentón en señal de que hablara.
- La broma perfecta para esos gryffindors.....
Draco escuchó con atención. Una sonrisa se dibujó en su rostro...hasta que, recordó casi por casualidad, que en aquella casa que tanto odiaba habitaba ella. Que expulsaran a los gryffindor....a cualquiera...a todos...menos a ella...Hermione.....
A pesar de los copos frágiles que caían desde el cielo, una mujer caminaba por los jardínes nevados de Hogwarts.
Caminaba pensativa y algo melancólica.
Ni un alma se veía por los alrededores, tan solo sabía que en el campo de quiddich entrenaba el equipo de gryffindor.
Se abrazó a ella misma, apretando su túnica y tapándose parte de la cara con su bufanda de color rojo y amarillo.
Por los rizos se colaron algunas ondas blancas que anidaron allí grácilmente.
Y fue dejando su rastro con las pisadas en la nieve.
Respiró profundamente y sintió la maldita sensación en su interior. La maldita sensación que la acompañaba a todas partes. Algo extraño, molesto incluso, que se hacía notar agitándose, corrompiéndola....y a cada segundo, en cada suspirar....él acudía a su mente voraz, devorándolo todo a su paso.
No había hueco para ningún pensamiento más, él seguía imponiéndose como el más fuerte, el mejor... y por suerte o por desgracia...siempre ganaba.
Y de nuevo se instaló en su cuerpo, de nuevo lo sintió, claro y distinguible entre todo. Como si hasta su boca estuviera sellada por su culpa.
Draco Malfoy de nuevo.
Con el tan solo pensar de su nombre, se estremecía y, sin darse cuenta, sonreía, como si fuera un secreto que la guardaba de todo. Un secreto hermoso, su secreto.
Recordó los ojos del rubio, ¿le estaba suplicando? Se regocijó evocándolo. Sonrió de nuevo, nerviosa y sintió ganas de gritar, de hablar, de cantar...
Que distinta era....qué falsa, qué cambiante. Como un un reflejo.
Creyó oír una música lejana y elevó la mirada, cerrando los párpados mientras separaba los labios.
"Mírame...."
Soltó despacio el aire y sintió el embriagador perfume de aquel piano como si sumergido de las profundidades, emergiera con su canto.
"Yo no sé si al fin...
lograré encontrar...
quién hay tras mi reflejo....."
Paró y haciendo un mohín. Caminaba, con los ojos cerrados, apretándose fuertemente los brazos con las manos, intentando mantener la calma y no pensar en nada...pero era un deseo demasiado imposible.
"Me marché...
y mi corazón, quedó atrás..."
Una niña cogía sus libros y los revisaba maquinalmente sola en una biblioteca. La nieve chocaba contra el ventanal y desde fuera le llegaron las risas de chicos y chicas que jugaban en el patio.
Ella había huido de todo aquello, enterrándolo en lo más profundo, olvidando su corazón...dejándolo atrás en su marcha.
"Lo que ves....
es solo un papel....que representar...
dime a quién puedo engañar..."
Y lo era. Era solo un disfraz, una burda careta. El teatro que representaba demasiado bien, tanto que hasta ella misma terminaba engañándose, como al resto. El teatro con el que jugaba cuando todos estaban delante, matando sus sentimientos al mirarle, matando toda emoción, sabiendo que no debía, sabiendo que estaba prohibido...engañando a la gente, engañándose.
"¿Quién hay dentro de mí?
En un espejo me perdí..."
Quién estaba dentro del cuerpo de Hermione Granger. Tal vez era su doble imagen, su mentira, y ella...su verdadero yo, continuaba perdido en lo más profundo de un espejo con el filo cortante que tenía el rastro del sufrimiento y las lágrimas.
"Mi reflejo me dirá
quien soy de verdad."
Su reflejo, su reflejo que solo se veía en la noche, en el espejo que creaba el pianista. Solo él sabía quien era, y eran ellos mismos los que se obligaban a volver a actuar.
" Y ahora estoy
ocultando siempre mi corazón,
y todo en lo que creo."
Se mordió el labio y no pudo sino evitar que la lágrima que yacía en sus pestañas, se mantuviera allí unos pocos segundos más. La verdad era demasiado cruel a veces. En ese ahora, todo eran mentiras. Siempre ocultando la verdadera razón, siempre escondiendo su corazón para que nadie supiera el sentimiento enorme que en él había, en todas sus creencias, sus retos, sus fantasias, todo oculto...detrás de una cortina.
" Pero sé, que detrás del velo,
está la razon."
Pero solo él sabía tirar de la cuerda y descorrer el velo que tapaba su rostro, su reflejo....
" Y me amarás por lo que soy."
Y nuevamente, sonrió, surcando la lágrima, saltando el muro de las lamentaciones y quedando frente a frente con el espejo.
"¿Quién hay dentro de mí?
En un espejo me perdí.
Cuándo mi reflejo me dirá
quien soy."
Casi sin quererlo se clavó sus propias uñas en su piel, rogando ser fuerte y romper en mil pedazos el maldito cristal que la martirizaba, rogando a su rostro que fuera el verdadero y le dijera la verdad de su vida.
" Debo disimular
y cambiar la realidad
mi reflejo me dirá....
quien soy de verdad..."
No, no quería...no quería disimular más. Romper las mentiras, decir la verdad de todo, y que su reflejo no la engañara más... Su voz se quebró.
"Debo luchar hasta el fin
y volar..."
Luchar y no rendirse ante las adversidades. Hasta el fin para poder volar luego, muy lejos de todo, las apariencias y las mentiras...la oscuridad....
"Y el sol quemará las sombras que hay dentro...."
Abrió los ojos y al momento juró no llorar más. El sol volvería a brillar y la oscuridad se desvanecería.
" Qué difícil es sentir
ser fuerte y sobrevivir
no voy a esconderme nunca más"
Gritó, nunca más. Auque fuera difícil, tenía que ser fuerte, tenía que seguir viviendo, a pesar de que aquel amor la destruyera por momentos, también era quien por momentos le aportaba la mayor felicidad.
"No....más....."
Poco a poco la presión que ella misma ejercía sobre su cuerpo, fue quedando en una leve tensión, tensión que ejercía su dulce voz mezclándose con las palabras.
" No debo disimular
ni cambiar la realidad....
mi reflejo me dirá....
quien soy de verdad."
Se detuvo y sintió como el sentimiento seguía aflorando y como se empezaba a sentir tranquila.
"Somos mi reflejo y yo....
y lo que hay detrás...."
Y sonrió....él estaba detrás, a pesar de todo....y su reflejo, algún día, le contaría la verdad, solo la verdad.
Miró al cielo y siguió sonriendo. Se abrazó de nuevo, una brisa suave le dio en el rostro y no pudo hacer más que suspirar terminando su canción.
Volvería a Hogwarts...quería aclarar las cosas....esa noche, mirarse y saber que su reflejo no mentía. Nunca más.
La quaffle voló velozmente por el aire frío que llenaba Hogwarts de invierno, cayendo en dos manos enguantadas, las manos de Dean Thomas.
El moreno viró sus ojos negros hacia su izquierda divisando a la pelirroja Weasley que se acercaba peligrosamente al aro que ese día nadie defendía.
No dudó en pasarle la pelota que ella atrapó con destreza.
Al paso le salió inesperadamente, Bruce Joel. Pero, a pesar de la sorpresa y la agilidad del chico, Ginny lo esquivó y toreándole, pasó la quaffle a su compañera Selina.
El capitán gritaba a sus golpeadores que salieran al paso de loz cazadores para intentar arrebatarles la posesión de la pelota pero, todo esfuerzo fue inútil.
Selina volvió a pasarsela a Ginny.
Entonces, los ojos castaños de la pelirroja se posaron en el aro, en su forma, en su hueco. Dio un salto con su escoba, inclinándose. Se giró y con un impresionante disparo, anotó el punto definitivo.
Ella y su amiga dieron un grito alegre y corrieron a chocarse las manos.
Dean agitaba los brazos.
- Creo que esto no es lo vuestro... - bromeó con Seamus y Bruce.
- Ya basta, es bastante chicos...
- Y chicas... - apuntó Selina con una mueca.
- Y chicas. - corrigió Harry sonriendo. - Terminamos y con esto...el quiddich este año. Ganamos el partido contra Huffelpuff pero en el próximo año nos enfrentaremos con Slytherin...
Dean se llevó una mano al cuello, divertido, riéndose diciendo de mentira que temía a la casa de las serpientes.
- Y no pienso perder. - sonrió
- ¡Por supuesto que no! - gritó Seamus.
- ¡Feliz navidad!
- ¡Feliz navidad!
Los gryffindors se apresuraron a ir a los vestuarios. El último entrenamiento de aquel año. El tiempo corría demasiado a veces.
- ¡Harry!
El moreno que recogía sus cosas y se preparaba para irse, oyó como Selina lo llamaba y levantó la vista.
- ¿A qué el disparo de Ginny fue genial? - sonrió la rubia.
Movió sus iris verdes y divisó a la pelirroja. Se levantó.
- Realmente bueno, Ginny, te felicito.
Ella sonrió.
- Gracias....
- Pero, - levantó un dedo. - si Ron hubiera estado allí...lo hubiera detenido.
Ginny pestañeó analizando el comentario, abrió la boca.
- ¡Bah! ¡Harry....! - suspiró Selina bajando los hombros.
El capitán caminó alejándose de ellas.
- ¡Harry!
Se paró. Esa vez, fue Ginny quien le llamó. Iba hacia él.
- A veces... - dijo a medida que se acercaba. - solo tienes una oportunidad.
Su tono era meloso y suave. Harry revisó su mirada. ¿Qué señal mantenía oculta aquella frase?
- A veces...o arriesgas, o no ganas.
Se produjo un silencio mientras se miraban.
- Gin, vamos.
- Voy Selina. Feliz navidad, Harry...
Ginny se fue dejando sus pisadas en la nieve marcadas.
Harry se mantuvo allí unos minutos más, pensando en las palabras de la gryffindor. " Solo tienes una oportunidad y a veces, o arriesgas o no ganas."
La observaba mientras regresaba, cansada y algo triste.
Y él volvía a sentir en su garganta un nudo y en su estómago una gran presión.
Intentaba calmarse, aparentar que estaba totalmente tranquilo. Se decía que nadie lo alteraría, ni la mismísima Hermione Granger.
La sonrisa de los Slytherins se le vino a la mente. Sus cínicas ideas, sus planes malévolos.
Al principio no le pareció mal la broma. Se regocijó pensando en las caras de los Gryffindors. Pensando en cuánto le gustaría ver a Potter, el gran Harry Potter, siendo expulsado de Hogwarts.
Pero, de pronto, recordó... que esa noche era la última antes de vacaciones, que esa noche tenía una cita a la que no podía dejar de asistir...y...que Gryffindor era la casa...de..
Tragó saliva.
Hermione caminaba con los brazos cruzados, sujetándose la túnica, pegándosela a su cuerpo encogido por el frío.
Draco se cercioró de nuevo de que nadie andaba por allí. La chica ya estaba casi al llegar a donde él se escondía. Contó hasta tres y, cogiendo aire, salió al paso de Hermione, apresándola antes de que le diera tiempo a gritar o a impedirlo.
La espalda de la gryffindor chocó contra la pared y ésta abrió la boca con sopresa.
- ¡¿Tú otra vez?! - soltó mirándole.
- Baja la voz.
Un escalofrío recorrió la columna vertebral de la morena quien empezó a sentir como el frío iba desapareciendo trayendo con sí un calor casi molesto en su labios, en sus manos, en su piel.
No habló. No podía, temía decir algo que la delatara, que delatara lo que sentía, lo que fingía, lo que intentaba ocultar. Tenía que mantenerse en su pose.
Arqueó una ceja.
- No salgas esta noche. - dijo Draco velozmente.
- ¿Qué? - exclamó ella con disgusto.
- Júrame que no saldrás...
- ¡Pero...! Primero me dices que no...luego que sí...ahora de nuevo que no....¡quién...!
- Granger, por favor....
Estaba llena de coraje. Su furia comenzaba a aumentar por segundos. Antes se había sentido satisfecha al verle humillado pidiéndole que esa noche fuera junto al piano. Había sentido una sensación de gusto enorme llenándole y ahora, de pronto, volvía a sentir el fracaso y la pena.
"Por favor", ¿tanto había cambiado su relación? Draco Malfoy nunca cambiaría, siempre sería un rubio conquistador, Slytherin. Siempre la odiaría, ¿no?
¿No?
Casi sin darse cuenta, entreabrió los labios y en total silencio, aguantando cualquier sentimiento que intentaba salir a flote, a la superficie, fijamente miró las pupilas del pianista y sus ojos insconcientemente, brillaron.
Draco se inclinó un poco y se frotó la frente con los dedos levantándose un poco el flequillo.
Ambos se dedicaron una mirada sincera que ninguno supo cómo interpretar. ¿Duda? ¿Verdad? ¿Desnudez?
- Te lo estoy diciendo por algo...no salgas....
- ¿Por qué?
- Hazme caso.
- ¿Debo?
- Debes. - dijo seguro.
Hermione sonrió con ironía y luego endureció el gesto, casi molesta.
- ¡Qué muestra me has dado? ¿Por qué debo fiarme de ti? Dame un motivo. No se me ocurre ninguno...
- Porque estamos juntos en esto. - suspiró.
- ¿Juntos....? ¿En qué?
Sintió como su corazón daba un brinco y se le ponía en el cuello de su garganta. Anhelaba esa respuesta....anhelaba una razón, su contestación.
- Juntos...
El Slytherin apoyó una mano en la pared y pensó...después de hablar.
- En este lio.
Hermione calló y miró repentinamente al suelo.
- ¿Te refieres al....?
- Shh.... - Draco miró a los lados. - No lo digas.
La morena cerró fuertemente los ojos y apretó los labios.
- Dime por qué.
- No puedo. - dijo con desesperación.
- ¿Por qué?
- Hay demasiado en juego.
- Esto no es ningún juego, Malfoy...dejó de serlo hace muchas noches.
El silencio se apropió del tiempo, solo existían las miradas. ¿Para qué servían en aquellos instantes las palabras...? Sino para perder valiosos segundos en tontas explicaciones que no llegaríana ninguna parte.
" Tu lágrima no cae,
mi boca no se abrirá...
No hacen falta las palabras,
con tu mirada me basta"
"Lo sé", se dijo a sí mismo. Su corazón lo tenía casi asumido, pero su razón no. Su orgullo se negaba a ver la evidencia, no, no y mil veces no.
" Caminaré por la oscuridad....
la luz, no estará.
La alejo de mí, huyo de ella,
huyo de mí, de la verdad....
de nuestra condena. "
- Granger, no salgas.
Hermione volvió a reprimir pronunciar una frase.
- Granger, hazlo.
Negó con la cabeza.
Malfoy suspiró y, agarró su mentón en un acto involuntario.
Volvió a sentirse traicionado por su cuerpo al mirarla, sintió un temblor y vaciló.
Podía sentir su respiración, su aire y su oxígeno, su misma fuente de vida.
"Tenerte tan cerca...
sentir el impulso por quererte...
matarlo negándole el amanecer.
Tenerte ahí, tan fácil, tan difícil,
resistir la tentación
de desvanecerme en tus labios "
Y su piel quemaba, quemaba como el fuego al rojo vivo.
Cerró los ojos y el puño. La dejó caer y se alejó con el dolor de su alma.
No dijo nada más. Revisó nuevamente que no había nadie a su alrededor. La miró por última vez, pero ella a él no.
Y tomó el camino contrario al que ella tomaría. Ella seguiría siendo una Gryfffindor y él un Slytherin.
Su mente quería creerlo, su corazón lo sabía....sabía que lo haría.
La cena transcurrió serena, con su habitual tono alegre. También con cierto alo fiestero, ya que, en tan solo unas horas, las puertas de Hogwarts se abrirían para dejar en libertad a los alumnos y alumnas que anhelaban frenéticamente volver a sus hogares.
Con las vacaciones, también llegaba el nuevo año. Un año con nuevas emociones, nuevas pruebas, nuevos proyectos y aventuras, nuevas cosas para aprender de la vida.
Mientras un preocupado Seamus Finnigan hablaba con el divertido Dean Thomas, Lavender reía con las bromas de un tímido Neville que comenzaba a relacionarse con la población femenina del colegio, con muy poco éxito sin embargo.
Harry comentaba a un Ron ausente las nuevas tácticas de quiddich que tenía planeado para el regreso del equipo. Ginny se sonreía a sí misma evocando las palabras del capitán de Gryffindor y no podía dejar de sentir en su corazón un nudo, el mismo que seguía apretándose, el mismo que sentía desde hacia casi cinco años, ese amor que seguía "oculto" y que no veía final.
Parvati, triste y pensativa, se decía a sí misma que aquella sería una de las últimas noches de ese año que se sentaría con él. Además, sus padres le habían mandado una carta en la que la obligaban a dejar Hogwarts a pesar de su rotunda negativa aunque su madre le aseguraba que tan solo sería para la cena de navidad. En su mundo, dedicaba miradas furtivas que hacia parecer casuales...el pelirrojo Weasley....
Y ella, en su asiento, revolvía el pollo y los trozos de manzana asada. No podía dejar de oír la voz de Draco Malfoy advirtiéndola, pidiéndole que no saliera. Recordaba su tono serio, sus labios entrecruzados y sus ojos claros eternos....¿Debía hacerle caso? ¿Por qué? Ella misma lo había dicho, no le había dado ninguna muestra de confianza. Quizá al contrario....pensaba y pensaba...¿había alguna razón?
No pudo evitar levantar la vista al escuchar unas risas procedentes de la mesa de las serpientes. Rick Davis sonreía ampliamente mientras Gregory Leiber y Michael Murray se pegaban amistosamente codazos.
La prefecta frunció el ceño, asqueada.
¿Qué era lo que se traían entre manos aquellos Slytherins?
Sus iris marrones siguieron avanzando por la mesa. Su corazón dio un salto. Draco Malfoy, con los codos apoyados en la mesa, su pelo rubio levemente engominado hacia los lados, con su arrogancia y elegancia irresistible. ¿Por qué sentía todas esas emociones con solo mirarle?
Hermione pestañeó varias veces y abriendo un poco la boca, se introdujo una fina rodaja de manzana entre los labios.
La rubia Pansy Parkinson miraba descaradamente al buscador. Todo Hogwarts sabía que la Slytherin bebía los vientos por Draco y, también sabía, que el chico la despreciaba y no le hacía ni el más mínimo caso.
Sin embargo, a pesar de eso, la gryffindor sintió como le latía la sien repetidas veces. ¿Pero qué le pasaba? ¿Celos de esa "cara de buldog"? ¿Por qué? No tenía sentido...quizá sí.
¿Solo porque era Slytherin? ¿Porque compartía todas sus clases, su sala común, porque la puerta de su habitación estaba a metros de la suya? Bah...¿Porque podía hablar con él en público? ¿Porque podía mirarle, hablarle.....¡Sentir algo!
¿Por qué? ¿Por qué ella podía besarle sin impedimentos, por qué ella sí? ¿Por qué? ¿Por qué, maldita sea, por qué?
¿Por qué podía gritarle al mundo que era suyo y que lo amaba? ¿Por qué?
La cuchara cayó ruidosamente en el borde del plato. Hermione se sonrojó e intentó borrar de su mente al pianista nocturno. Imposible. Apartó su mirada y se concentró en el plato.
La sensación del hambre se había cambiado por la sensación de agobio, de calor y de sofoco. Quería correr y salir de allí.
Deseaba tumbarse en la alfombra sedosa de la habitación escondida, entrecerrar los ojos mecida por el contoneo misterioso de las llamas de la vela, escuchar la música del piano...Solo quería eso.
¿Qué secreto guardaba esa noche? ¿Qué entramado se tejía a sus espaldas en Hogwarts?
Por mucho que le dijeran, su alma de gryffindor le impedía respetar la norma y cruzarse de brazos. Aunque el mismo Draco Malfoy se lo pidiera...tenía que salir esa noche y descubrir los secretos que callaba la oscuridad.
El conseje caminaba lentamente por los angostos pasillos de Hogwarts. De su rugosa mano colgaba una lámpara de cristal con una vela que alumbraba el suelo. En él, su propia sombra y la sombra regordeta de la señora Norris, se entremezclaban reflejadas.
Ambos avanzaban por las frías mazmorras, siguiendo su ruta nocturna de siempre, ahora, con más ahínco.
Tenía ordenes estrictas. Si algún alumno osaba desafiar las reglas, la regla de no salir por los pasillos en la noche, automáticamente era enviado al despacho de Albus Dumbledore y de ahí, fuera de Hogwats.
Filch observó con el ceño fruncido las armaduras solemnes que custodiaban las paredes junto con los retratos que dormían en silencio.
Pasó de largo frente a un trecho de muro descubierto y lleno de humedad. Acto seguido, éste se abrió.
Unos ojos verdes brillaron tras la rendija.
Detrás suya, entre susurros, sus compañeros le indicaran que saliera ya.
Rick, ágilmente salió y corrió sin hacer ruido, alejándose de las serpientes que se deslizaban preparando la trampa.
Todos sonriendo, pero, en la oscuridad, unos ojos grises resplandecían vigilando.
La luna lo había presentido antes de que ocurriera. Alta y hermosa aún seguía oculta tras unas pequeñas nubes grises que se movían suavemente al compás del tiempo.
En la sala de gryffindor, los últimos leños ardían bajo las llamas débiles de la chimenea. Apenas unos rayos fugitivos de luz eran la única lámpara en la oscuridad.
En uno de los sofás, abrazados, dos gryffindors dormían mecidos en las alas de Morfeo, como el resto de los leones, o mejor dicho, como casi todos.
Envuelta en las sombras, una mujer encapuchada empuñaba bajo su túnica una varita temblorosa. Caminaba despacio, sin dudar y confusa.
Eran demasiados los pensamientos que se mezclaban en su mente, le impedían el cansancio y el sueño, sabía que algo iba a ocurrir y sabía que no era nada bueno, debía evitarlo.
El ojiverde sonrió al llegar al retrato de la Dama Gorda.
La señora vestida de rosa dormía apaciblemente echa un ovillo con la boca abierta. No por algo, era más de medianoche.
Rick sacó la varita del bolsillo de su túnica con la sepiente sonriente en el escudo.
Enseñó sus dientes sinuosos y agudizó la vista susurrando el hechizo adormecedor con consecuencias nulas hacia cualquier acto.
El retrato se tiñó de un color transparente, hielo.
Y, bajo un chirrido, lentamente, se abrió una fina rendija en él. El Slytherin dio gracias a Merlín y a sus maestros por sus trucos de magia negra.
Susurró entonces el "Lumos" y apuntó hacia la pared lateral del pasillo.
El mensaje fue acogido por los restantes miembros del grupo.
La puerta estaba abierta y se cerraría con su orden. Rick había realizado su trabajo a la perfección, ahora tocaba la segunda fase, sacar a los gryffindors de la sala.
Temblaba, y no por el frío de la noche, sino por el miedo que aumentaba y aumentaba en su frágil cuerpo.
Apretó la mandíbula y sintió sus manos sudorosas apretando la varita.
Oyó un leve chasquido y se giró veloz. Sus pupilas se clavaron el sillón donde Lavender y Seamus dormían. No pudo evitar que una sonrisa se pintara en su cara.
Aquella escena la enterneció, a ella, a la dura e insensible Hermione Granger.
Era simplemente precioso verlos cogidos de los hombros y las manos en una caricia tan pura, compartiendo sueños.
Y pensó....¿existiria esa escena de otra manera? Cambiando los protagonistas. ¿Qué tal si fuera ella quien estuviera acurrucada en su pecho? ¿Qué tal si sus piernas estuvieran enredadas en sus piernas? ¿Si sus manos se apretaran, si sus dedos se acariciaran? ¿Si sus respiraciones se mezclaran y sus cabellos formaran un manto de seda?
¿No sería hermoso dormir junto a él? Caminar por el paraíso mismo, abrazándole, sintiendo el bajar y subir del aire por sus pulmones, la sangre acumulándose en su corazón por sentir su cercanía....
Despertar, tenía que despertar. Aquello nunca ocurriría. No. Las cosas no podían cambiar tanto. No.
Aún con la fantasia en su mente, levantó la cabeza y miró más allá.
Nada, oscuridad y silencio.
Algún grillo quizá en lo más lejano.
No, aún no estaba loca. No aún.
"No salgas, no lo hagas, por favor...".
Creía oír su voz, sus palabras....su advertencia. ¿Debía confiar en él? ¿Por qué? A veces el amor no era suficiente....
Zabinni conjuró el hechizo invisibilizador. Duraba poco, tenía que actuar rápidamente. Sabía qué hacer.
Draco esperaba detrás de Leiber y Murray quien analizaban la escena con precisión.
En su cuerpo un cosquilleo intenso y molesto le apretaba. Ella, ella...oh, ¿dónde, cuándo....?
¿Le haría caso? No, estaba claro y por algo estaba allí aunque intentaba hacerse creer que al final, la morena entraría en razón y olvidándolo todo, no saldría.
Blaise atravesó el retrato helado de la Dama Gorda con una sonrisa maligna. Era invisible a la pupila humana, por apenas minutos.
Cuando pisó las losas gryffindors una sensación de triunfo invadió su cuerpo adolescente y, de pronto, al alzar sus ojos verdes, algo más lo invadió.
No podía ser...
Hermione suspiró. Seguía esperando a que algo ocuriera y nada ocurría.
Y mientras tanto, no podía dejar de pensar en él.
Una y otra vez recordaba su rostro, recordaba sus palabras...tantas...
Por su mente cruzó la vez aquella....la primera vez, en la noche, en la que le oyó tocó, en la que lloró, la noche de Lucía, la noche de la verdad...
Le ponía nombre a sus noches, pues cada una de ellas era especial, cada nuevo encuentro....en el que descubría algo más, alguna sorpresa con la que quedar boquiabierta.
Ya no le sorprendería nada, o eso pensaba.
Cuánto quería correr a la habitación y escucharle cantar y tocar el piano...otra vez...
"Si alguna vez amé...si algún día, después de amar, amé.....fue por tu amor..."
Entre versos algo saltó, abrió mucho los ojos y la boca y de pronto, quiso gritar y no pudo, algo le sellaba los labios.
Seamus dio un pequeño ronquido.
Un temblor le recorrió el cuerpo.
Sentía una presión horrible al taparle la boca. Sentía el frío, sentía el miedo...
Entre la oscuridad, la luna se asomó, tímida pero, bastó para iluminar la presencia maligna que apresaba a la gryffindor.
Iluminó solo parte de su cara, blanca como la piel de un muerto y sus ojos verdes, brillando llenos de malicia.
Como la serpiente que era, se acercó al oído de Hermione, rozando con sus finos labios el lóbulo de su oreja.
- Hola preciosa.
Sonriendo sopló sin moverse y entonces, la mordió.
Hermione gimió.
Zabinni observó a los dos gryffindors en el sofá.
Con su otra mano empuñó la varita y la colocó en el cuello de la prefecta.
- No hagas nada de lo que te puedas arrepentir...
Lentamente soltó la boca de Hermione y cogió con fuerza su cintura, atrayéndola hacia él. Se puso de pie, despacio, sin soltarla.
Hermione temblaba de miedo y rabia.
Zabinni la apretó aún más acariciando subiendo la mano descaradamente con intenciones obscenas.
Se sentía atrapada, temerosa, en verdad. La varita no se apartaba de su garganta y la mano la tocaba sin objeciones, a pesar del asco y la repulsión que aquello le provocaba.
Zabinni la empujó al bajar un escalón y la punta de la varita se le clavó en el cuello, haciéndole daño.
El Slytherin sonrió al notar el impulso en la chica y abriendo los labios se acercó al trozo descubierto de cuello y hombro y lo mordió.
Hermione se revolvió y entonces la varita se clavó aún más en su cuello, casi ahogándola. Gimió de nuevo embriagada de dolor.
Faltaba poco para que el hechizo desapareciese y aún menos para que la segunda parte del plan comenzara a dar sus frutos.
Pero, nadie había contado con Hermione. Eso cambiaba un poco los planes.
- Joder cómo tarda... - se quejó Murray.
- Tranquilo Mich, - sonrió Leiber. - la espera valdrá la pena.
- El efecto del hechizo debe estar a punto de acabar.
Draco mantenía la calma a pesar del volcán que ardía en su interior. Sabía con certeza absoluta que algo estaba ocurriendo y eso lo mataba.
No pudo evitar apretarse las manos y éstas crujir.
Gregory Leiber lo miró de reojo y asintió.
- Te gustaría ser tú el que estuviera ahí. - le susurró.
El rubio le miró fijamente. Leiber arqueó una ceja.
- Fue a Zabinni a quien se le ocurrió, algún premio se merecía. - dijo en tono de consuelo.
- Ya. - masculló Draco.
- Después de esto... - rió Murray. - no déjare de adorar a ese cabrón.
Draco apretó el puño. ¿Qué estaba ocurriendo ahí dentro?
- Pero de todas formas, - continuó Leiber. -tú sigues siendo mejor que él, Malfoy.
El buscador se sobresaltó. ¿Leiber diciéndole aquello? Aquel er su último año en Hogwarts, sí, pero, de todas maneras, era demasiado extraño.
- Y eso, Zabinni, no lo entiende. Pero...esa es la verdad...Nunca podrá ser cómo tú...
- ¡Eh!
Los tres volvieron las cabezas. Había sido Crabble el que señalando hacia el retrato, había pegado un breve grito.
Murray le pegó un puñetazo.
- ¡Gilipollas! - susurró con aire enfadado. - ¿Qué pasa por tu diminuto cerebro?
- ¡Blai...Blaise! - acertó a murmurar.
Fue ahí cuando los tres se fijaron en el retrato.
- ¡Lo he visto!
- ¿En su forma normal? - preguntó Leiber.
Crabble asintió.
- Un poco raro, la verdad. No parecía él...
- Eso no puede ser. Aún quedan... - Murray consultó su reloj.
- Veinte segundos. - se adelantó Draco.
Y después de acabar sus palabras. Sucedió.
Explotó en la sala común de gryffindor junto con un leve grito de los Slys.
Murray, Leiber, Crabble y Goyle corrieron en dirección contraria, listos para preparar la trampa, cruzar las escaleras e impedir cualquier salida hacia abajo.
Estaban atrapados.
Sin embargo, Draco corrió en la otra dirección. Solo tenía una cosa en la mente, "Hermione".
Sentía la varita, el punzón clavado en su garganta. Su respiración entrecortada, su temblor, su pulso.
Y en su oído, la risa apagada de Blaise Zabinni.
- Oh...Granger...esperaba ansioso este momento... - dijo sonriendo.
- Cabrón... - murmuró Hermione buscando alguna salida.
Zabinni seguía apretándola, le dolía la cintura y la tripa. Las manos del Slytherin la ultrajaban intentando violar el velo de su cuerpo.
De pronto, la escena cambió. Estaban en los baños.
La boca pegajosa del Sly volvió a morder su cuello, ella se revolvió y la varita volvió a clavarse.
- Granger...estate quietecita...o vas a acabar peor que tus amiguitos... - rió.
- ¿Qué dices?
- Van a estallar y a quedar como ratas en una jaula. Pero tú...tú estarás mejor aquí, solita conmigo.
Tiempo. No tenía tiempo. Tenía que escapar. "No salgas"
- Zabinni... - susurró con un tono seductor.
- Todo tuyo...
- Antes muerta.
No se lo pensó dos veces, dobló la rodilla y con el pie golpeó al Slytherin, con tan mala fortuna para él que, en su desprevenimiento, se olvidó de cuidar sus partes débiles.
Y coincidió con el grito de Zabinni, un atroz estallido.
Hermione abrió la boca.
"No salgas por nada en el mundo" Maldita sea...Maldita sea...
Corrió, tenía que alertar a los demás.
Por detrás suya, los gryffindors salían disparados de su sala común. Sabía que Rick cerraría el retrato indefenso y que los leones no podrían bajar hacia el gran comedor.
Filch, que ya estaría haciendo su ruta en la zona superior después de las mazmorras, oiría el estruendo y se creería que, efectivamente, había alumnos despiertos.
Con la casualidad de que una panza de gryffindors nocturnos estaría deambulando por los pasillos sabiendo la nueva y estricta norma de por ningún motivo abandonar las salas comunes.
Un plan perfecto. No había escapatoria.
Tendría que haber corrido a las mazmorras junto a los demás pero, daba igual todo en esos momentos.
Tenía que encontrarla. Tenía que impedir que Filch o cualquier maestro la encontrara.
A la mierda todo, pero ella no, no, ella no.
Repentinamente, al cruzar una esquina, un bulto chocó contra él.
La sujetó de los hombros.
- ¡Granger! - gritó mirándola.
Hermione se asustó y, reaccionó.
- ¡Maldito capullo, maldito cabrón! - le gritó pegándole en el pecho. - ¡Qué has hecho? ¿Cómo has podido!
Draco miró a los lados.
- Vamos. - la cogió de la mano.
Hermione le soltó.
- ¡Suéltame!
- ¡Te dije que no salieras!
- ¡Pero no me dijiste que querías ver a mis amigos expulsados!
- No hay tiempo....Filch está a punto de llegar.
- No me iré sin mis amigos.
- Granger, escúchame...
- ¡No Draco! ¡Te he escuchado bastante!
- No tenemos tiempo...
- Ayúdame a sacar a mis amigos de aquí...por favor...
Draco se revolvió el pelo con la mano, desesperado.
- Hay una entrada secreta a la sala común... - pensó veloz.
- ¿Dónde? - preguntó Hermione angustiada.
- Es un...muro, sí. - lo había visto en el mapa de su padre, el mapa de todos los pasadizos de Hogwarts. - Al lado del cuadro de "La victoria".
Hermione asintió e hizo un ademán para irse. Draco la sujetó de la muñeca.
- Yo distraeré a Filch y desbloquearé el hechizo del retrato. -dijo con la voz apagada.
La gryffindor asintió nuevamente y se alejó corriendo.
Draco cogió aire y corrió en dirección contraria.
Oyó unos chillidos.
Al cruzar la esquina, los vio. Sus amigos y compañeros, con pijamas y caras de dormidos y asustados, golpeaban impotentes el retrato congelado de la Dama Gorda.
- ¡Harry!
Hermione gritó. Él levantó la vista y al verla gritó su nombre y fue a su encuentro.
- ¡Algo explotó en la sala común! ¡Todo estaba lleno de humo! - intentó explicarle su nervioso amigo.
- ¡Salimos corriendo! - dijo Ginny acercándose a ellos.
- Y estamos atrapados... - sollozó Lavender abrazada a Seamus.
- ¡Las escaleras están bloqueadas! - dijo un alumno de quinto.
- ¡Filch debe de estar a punto de llegar!
- Nos van a pillar...mierda...¡nos expulsarán! - lloró Selina.
Hermione alzó las manos y miró al niño que vivió.
- Tenemos que ir hasta el cuadro de "La victoria". ¿Sabes dónde está?
El chico negó con la cabeza.
- Yo sí. - intervino la pelirroja Weasley.
El capitán de gryffindor y ella se intercambiaron una mirada.
- Entonces, Ginny, no hay tiempo que perder.
- ¡Seguidme! ¡En silencio! - gritó haciendo señas.
- Hermione, hay gente en el pasillo derecho... - se atrancó Harry. - Tengo que ir a....
- Yo voy por ellos.... ¿Ron está allí?
Él asintió.
- Voy contigo.
- No, vete con ellos, te necesitan más. El muro de al lado del cuadro, ése es un pasadizo hasta la sala común. Corre, ¡vete!
- Herm. - le asió la mano y la apretó con fuerza. - Gracias.
- No hay de qué. ¡Marchaos!
Mientras uno de los grupos se iba hacia el pasadizo, ella se encaminó en dirección contraria. Sentía un nudo en el pecho pero...tenía que confiar en Draco. Había desconfiado demasiado tiempo.
Sus ojos grises divisaron a un torpe Filch que se encaminaba hacia el lugar donde se concentraban todos los gryffindors.
Murmuró un hechizo y, de su varita, una sombra oscura y alargada se proyectó en el suelo, en su dirección.
La señora Norris maulló alertando a su dueño.
- ¡Hay! - gritó Filch observando la mancha.
El Slytherin movió la varita y con ella, la sombra avanzó misteriosamente.
El conserje, tropezándose consigo mismo, casi se cayó.
Draco siguió moviendo la sombra imaginaria por el piso y, tal y como había pensado, Filch siguió tras ella.
Su corazón latía veloz. No, no quería utilizar magia negra, no.
Entonces, nada de hechizos invisibilizadores, nada de marcas extrañas...¿qué podía hacer?
Entonces, fugaz, apareció en su mente la clave. ¡El tercer piso!
La sombra se plantó frente a Filch, que con una sonrisa la seguía. Entonces, se perdió entre las escaleras.
- ¡Te caerá una buena, muchacho!
El rubio suspiró, medio aliviado.
Quedaba aún la segunda parte. Y rogaba al cielo por un poco más de tiempo.
Los profesores estarían alertados de que había alumnos despiertos.
Sentía el aire en su garganta, una asfixia que hacia que el cuerpo se le lanzara hacia adelante, que el corazón bombeara su sangre veloz, que sintiera ganas de llorar y gritar.
El pasillo estaba oscuro. Vio la escalera, avanzó hacia ella y la tocó, la balanceó. ¿Qué clase de magia podía bloquear unas escaleras mágicas?
"Magia negra"
Caminó por un recoveco.
- Ron... - murmuró moviendo sus ojos por toda la superficie.
Nadie contestó. ¿Habrían encontrado ellos algún pasadizo?
- ¿Ron? ¿Estás ahí? - volvió a preguntar.
Al callar, de nuevo nada.
Esperó quieta un segundo y entonces, se sobresaltó. Delante suya un chico caminaba empuñando la varita en dirección a ella.
No divisaba sus rasgos.
Tenía miedo.
¿Sería Zabinni? Agarró su varita.
- ¿Herm....Hermione?
Aquella voz le era muy conocida.
- ¡Ron!
Dio un paso y entre la negrura, vio su rostro.
Le abrazó fuertemente.
- ¡Qué susto! ¡Creí que...!
- Hermione, ¿dónde estabas? En la sala...
- Lo sé, lo sé. - murmuró aún abrazada a él.
Tragó saliva y se desprendió de su amigo.
- Escucha, ¿sabes dónde está el cuadro de "La victoria"?
- Ehm,... - Ron se rascó la nuca. - ¿ese que es un barco con el mar ardiendo....?
- No lo sé. ¿Estás seguro?
- Creo que sí...Los gemelos alguna vez me hablaron de él...pero...¿qué tiene eso que ver? ¡Hermione nos van a expulsar!
- No si podemos evitarlo. - suspiró.
Detrás del pelirrojo unas manchas oscuras surgieron de pronto.
- Corre con ellos, es un pasadizo a la sala común.
Ron abrió la boca asombrado y algo aliviado.
- ¡Rápido! ¡Vamos!
- ¡El cuadro de "La victoria"!
Una avalancha de gryffindors corrió hacia atrás de nuevo. Bordeando por allí se llegaba antes.
Entonces, Ron cogió la mano a la prefecta.
- Vamos, Herm.
- No, Ron, me quedo aquí.
- ¡Qué dices! ¡Vamos!
- Tengo que esperar....a una persona. - dijo mirando hacia el lado contrario.
- ¿A quién?
- Es muy largo de explicar. Mañana te lo cuento. ¡Corre con ellos! Toca el muro.
- ¡Voy contigo!
- ¡No, no puedes!
Hermione le empujó indicándole que siguiera a los demás.
- Estaré contigo enseguida. Por favor... - le rogó.
Ron intentó hablar pero Hermione no le dejó. Se soltó de su mano y corrió hacia el otro lado.
La vio marchar y, acto seguido, suspirando, siguió al grupo.
- ¡Regenerum broken!
Un choro de luz blanca golpeó el retrato que se iluminó.
La escarcha pareció resbalar y rápidamente, desapareció.
La señora gorda seguía durmiendo plácidamente, sin enterarse de todo lo que había ocurrido en su ausencia.
EL rubio se llevó una mano al pecho y, de lejos, oyó como una puerta se abría.
"Maldición"
Se alejó de allí corriendo, sin saber hacia dónde iría.
Iba absorto cuando, de pronto, chocó contra algo fuertemente, de lo que se agarró.
Su sorpresa no pudo ser mayor.
- ¡Granger!
Hermione respiró agitadamente.
- ¡Viene alguien!
- ¡Filch!
- Peor aún. Lárgate a tu sala.
- No.
Draco la miró, nervioso.
- ¿Por qué?
- Estamos juntos en esto, ¿recuerdas?
Los pasos iban tras de ellos. No había tiempo.
- Corramos.
El pasillo oscuro en mitad de la noche no dejaba salidas a dos fugitivos.
No se detuvieron hasta llegar a un callejón sin salida.
- Mierda. - masculló Draco.
Hermione miró hacia los lados, sin ver más allá. Tenía miedo, cerró los ojos y suspiró sin poder contener el descontrol de todo su cuerpo.
Draco y Hermione se miraron, sabiendo que estaban condenados si no hacian algo pronto. Desviaron la mirada que se clavó en las puertas que había a su alrededor.
Dos clases selladas y un armario de escobas.
El sonido de los pasos estaba cada vez más cerca de ellos, presos en la oscuridad.
Había que tomar una decisión rápidamente, quedaba poco tiempo, cada vez menos.
Volvieron a mirarse, nerviosos, agitados.
Draco se mordió el labio y cerró el puño.
No había tiempo. No tenían tiempo.
El Slytherin lo pensó una milésima de ese segundo traicionero. No se lo podía pensar más veces.
El rubio cogió aire y entonces, una idea desesperada acudió a su mente. No dudó en actuar. Cogió la muñeca de la gryffindor, que dio un pequeño repullo y, con la otra mano, abrió la puerta del armario de las escobas.
La empujó hacia el interior y, tras ella, se escurrió, encerrándose.
Las pisadas ya habían doblado el pasillo.
Dentro del armario, tan solo existía una rendija al final de la puerta, por donde un tenue alo de luz se colaba.
Hermione se apoyó en la pared, respirando agitadamente, sin poder contenerse.
Entre el poco espacio, Draco agudizaba el oído escuchando el tintineo de la lámpara de aceite.
Su corazón furioso latía sin límite. Casi sin darse cuenta, temblaba.
Entonces la oyó. Sus grises ojos, intentando acostumbrarse a la negrura, centellearon. Podía imaginarla, aferrada a la pared, intentando apagar su respiración.
Dio un paso al frente, a tientas, rozando una caja de cartón. Ella lo sintió y giró la cabeza. Vio lo que parecia ser la silueta de su figura.
Y cada vez....estaba más cerca. Menos pasos para llegar a ellos.
Sus piernas chocaron contra las piernas de ella. Creía que le temblaban las rodillas, sus pilares vacilaban.
A pesar del miedo y la noche, un calor extraño parecía apoderarse de sus cuerpos. A pesar de todo, parecieron olvidarse de las circunstancias por un momento, y pensar solo en que estaban solos en la oscuridad, encerrados juntos.
Se miraron, un pequeño puntito brillaba en el fondo de sus pupilas. La emoción crecía por segundos, junto con la angustia.
No podían cometer errores.
La cercanía los estaba desquiciando. Habían sido demasiadas las cosas compartidas esa noche, demasiadas emociones y sentimientos, y todo lo habían controlado pero la situación, se les había ido de las manos.
Su mano temblaba pero, sin embargo, era más firme que la respiración de Hermione.
Ella dio un respingo al sentir como la piel de su mano tapaba su boca y con ella los gemidos y jadeos que emitía con la emoción.
Casi sin quererlo, se apoyó en ella.
Eran decímetros lo que separaba a la profesora del armario. Había que aguantar, enfrentar hasta las últimas consecuencias.
El cabello rubio cayó sobre el cuello de la gryffindor. Sintió un leve escozor, aún dolía el mordisco de Zabinni.
Pero, sintiendo como el olor de Draco comenzaba a atravesarla, sus defensas se debilitaron.
La luz se apagó de pronto. El tintileo de la lámpara seguía sonando. Los ojos de ambos se clavaron en aquel punto.
Detrás de la puerta estaba la subdirectora, detrás de la puerta su futuro en Hogwarts.
Apartaron la mirada de la puerta y, entonces, se miraron fijamente.
En silencio, total silencio. Solo se escuchaba el borboteo de la lámpara.
Fueron minutos de angustia pero, para ellos, pasó veloz, mirándose, todo se hizo eterno.
Y casi sin darse cuenta, la luz volvió a ellos y poco a poco, la presencia se fue alejando, alejando y alejando....hasta no escucharse nada más que el movimiento de las nubes en el cielo.
Ya había pasado....o casi.
Lentamente, Draco quitó la mano que callaba a Hermione.
Cogió aire y, apartándose unos pocos centímetros, habló bajito:
- Maldita sea. - masculló.
Su corazón palpitaba a una velocidad frenética alsentir su sola presencia. A tan poca distancia, sintiendo su olor a tierra, hierba y su siempre irresistible aroma a colonia cara...
- ¿Por qué nunca me haces caso?
Sintió la velocidad del deseo más profundo apoderándose de ella.
Quizá Draco lo presintiera pero, más probablemente, sintiera lo mismo.
Hermione suspiró, entreabriendo los labios.
Los ojos grises del Slytherin seguían fijos en los suyos.
Y se clavaban como espinas en su piel, una tortura deliciosa, deliciosamente hermosa.
- Porque... - susurró despacio. - yo siempre seré Granger y tú...
No sabía cuánto tiempo podría resistir aquell. El deseo, de nuevo, no daba paso a nada más.
- ...tú siempre serás un Malfoy.
Paladeando el aire y las sílabas, entre los escalofríos y el calor, el principio, ese frío sudor y ese sofoco molesto; ese calor que iba extendiéndose y crecía con las miradas, que vivía del deseo y la petición, de sus ruegos....ese calor con el que dormían, ese calor que no tenía nombre pero, que sus almas ya habían bautizado.
Hermione cerró los ojos tras acabar su frase, sabiendo la locura que llegaba a continuación. Locura que era incapaces de detener. Sabiendo que estaba mal, sabiendo que no debían, no....pero...también sabiendo que solamente era eso lo que querían hacer.
Draco tocó la mejilla de la gryffindor, ardía. Como su propia sangre, sangre que el corazón bombeaba rápido y loco.
Suspiró, sentía que caía, sentía que el abismo, el único abismo donde se encontraba feliz, se abría, dándole paso a sus sueños.
Solo quería estar allí, solo ella.
Lentamente cerró sus ojos y se inclinó. Hermione entrecerró los ojos y, se dejó llevar.
La explosión estalló. Una luz enorme los cegó.
El beso. Sus labios se unieron en un abrazo demasiado anhelado, demasiado esperado. El beso que seguía haciéndolos dudar y que por otra parte, despejaba muchas incógnitas.
Pero...era su beso y solo podían disfrutar lo que durara, sin pensar en lo que pasaría cuando el sol volviera a salir.
Solo ellos, solo ese beso.
Sus manos se juntaron, aprisionándose detrás, pegadas a la pared, sus dedos se tocaron. Sus respiraciones, su mismo aire, como si la vida fluyera en sus pulmones.
El aliento les faltaba, el corazón estaba loco, el deseo no daba tregua y el calor era intenso. Sin control.
Y beso a beso, cachito a cachito...El hilo débil se fortalecia, se unía, se entrelazaba.
Separaban sus labios, sin dejar de tocarse, como si ambos tuvieran miedo de que el otro huyera...de besarse, de amarse, rozar sus cuerpos en aquel espacio oscuro y polvoriento, que sobrevivía al fuego que creaban.
Aún sin palabras, lo habían confesado, las palabras seguían ocultas pero...¿qué importaba? De nada valían...sobraban las palabras, bastaban las miradas.
Y él con sus labios en su mejilla, ella enredada en su pelo, sus miradas se cruzaron abriendo sus ojos entre el fuego y el hielo. Extasiados y anhelantes. La noche los cubría mas el sol los descubriría.
No hizo falta hablar.
Volvieron a besarse, por última vez, esa noche.
Conscientes de que al abrirse la puerta, seria el adiós, adiós hasta que la oscuridad volviera a caer en Hogwarts.
Adiós hasta que Draco Malfoy dejara su careta escondida debajo de la almohada y se vistiera de pianista. Adiós hasta que Hermione Granger se quitara el disfraz de mujer perfecta y fuera, simplemente, ella misma.
Adiós.
Ella primero, separando sus dedos de su mano, bajando la mirada, abrochándose la túnica. Él segundos después, en su elegancia propia. El pasillo y sus distintos caminos. La habitación del piano esperando al cita pendiente...aquella, la definitiva.
¡Hola después de estos años! Jejeje, muchísimas gracias por tener paciencia conmigo! Buah, todo no fue culpa mía, lo juro! Jejeje, echadle la culpa a....¡tantas cosas!
Estuve de mudanza, estuve de "okupa" en casa de mis tíos, estuve, estoy y espero no estarlo porque terminaré volviéndome loca...¡¡enamorada!! Y eso me quita cualquier tiempo libre. ¡Buah!
Pero por fin acabé este dificilísima capítulo, en serio me costó muchísimo y lo pasé muy mal y por ello, con más motivo, espero que me digan todo lo que les hizo sentir, gustó, no gustó, dudas, comentarios...¡cualquier cosa!
Un review, un e-mail, por el messenger...
Aunque, estoy sin internet.. y me voy de campamento a Sabinillas! :D Me voy el 23 de Julio y vuelvo el 3 de Agosto :D Toy feliz!
Bueno, a ver....me callo, me callo! jeje, no me mires así...:# que me pongo roja! :D
= No tenemos tiempo
¡Por fin Hermione cantó! :D Y nada más y nada menos que la bella canción de la película "Mulán", "Mi reflejo". Mi versión preferida es la que hace Malú, además, su voz me recuerda mucho a Herm Espero que les haya gustado...
Sobre los encantamientos de los Slytherin, el encantamiento invisibilizador está prohibido en Hogwarts y por ello, no se puede abusar de él. (Miedo a que Dumbledore lo detecte ;) ) Es magia negra, como el hechizo congelador que usan para quitarse de en medio el retrato de la sala común de Gryffindor.
Ya sí, llegó la navidad, en el próximo capítulo, Hogwarts se quedará muy solito :( O casi.... :P
Uff! Ya 11 capis! :'( Ay que lloro! No saben lo que siento! Uff, estoy super feliz y todo gracias a tods vosotrs! Millones de gracias! Os adoro!
Nuevamente gracias por la paciencia. Prometo que el siguiente capítulo les gustará :P jejejeje.
Una pistilla para que se coman la cabeza......o no, mejor...una afirmación...¡Draco y Herm cantaran un "dúo"! Pero bastante especial... ;) Ya verán!
Bueno, me despido con la promesa del capítulo 12 para casi Agosto pero...;) ¡será bueno!
Os quiero muchísimo!!!Miles de besos!!
Lira Garbo
Siempre es de noche
Alejandro Sanz
Cuéntame, cómo va cayendo el sol.
Mientras hablas pensaré:
Qué guapa estás, que suerte ser
la mitad del cuento de un atardecer
que observo al escucharte,
porque mis ojos son tu voz.
Acércate, que cuando estemos, piel con piel
mis manos te dibujarán
tu aroma me dirá tu edad.
Junto a ti, unidos sin saber por qué
seguramente se me note
el resplandor de una ilusión
porque a tu lado, puedo olvidar.....
Que para mí siempre es de noche,
pero esta noche es como un atardecer,
ssi logras que a la vida, me asome,
tus ojos sean los que brillen
y la Luna que la borren,
que en m eterna oscuridad,
el cielo tiene nombre, tu nombre,
que no daría yo por contemplarte
aunque fuera un solo instante.
Aquí estoy con el capítulo 11! :) Espero que os guste porque está trabajado ;)
Lo que quería pediros antes de nada es que, para leer este capítulo, consiguiérais una canción. Se llama "Encuentro con el alma" y es de Nacho Cano. Os servirá mucho para las primeras escenas, además de ser una hermosísima melodía ;) El disco es "El lado femenino" ;) Por si acaso no lo podéis bajar.
Espero que la consigáis.
Gracias de nuevo, nunca me canso de agradeceros, vuestras opiniones, e- mails y ánimos. Miles de gracias!
A Luna (Ana) por todo su apoyo y mención especial porque gracias a ella "El pianista" tiene su propio banner ;) Qué podéis encontrar en mi página "Lira Garbo' Word" ;) Y además, por todos sus comentarios y ese apartado para "Lucía" :D Gracias!
GRAN NOTICIA!
Me han pedido por favor que deje "El pianista"...¡LO VAN A TRADUCIR A ITALIANO! Toy muy feliz :D Ya hasta en italiano y todo, jijij :D Ya os informaré ;)
Reviews
Taeko: Hola guapa! Jeje, me alegro de que te hayas decidido a ponerme un review. La verdad me hace mucha ilusión que la gente me de sus opiniones sobre como va el fic y si les gusta. :) ;) Pues la verdad que no escuché la canción esa :S Pero la buscaré :D Bueno, espero que te siga gustando. Un beso!
Eledhwen Moonlight Spell: Wolas! Jeje, da igual :P Mejor tarde que nunca. Gracias! La verdad que me costó mucho escribirlo pero...valió la pena. Sí, entiendes lo de Draco ;) Además, Lucía es una canción muy profunda y hermosa, es comprensible que no quisiera demostrar lo que la canción le hace sentir, a Hermione. ;) Bueno preciosa muchas gracias y muchísimos besos!!
Luna-wood: Hola preciosa! Gracias :) La canción es super linda, me la recomendaron y me quedé prendada de ella y, a Draco le venía de perlas ;) Pues sí, esa es la nueva regla, lo que quieren evitar es que los alumnos puedan estar en peligro pero...a Draco y a Herm no les hizo mucha gracia :P Ya se aclarará todo, solo ten paciencia, si todo de golpe se descubre, ¿qué gracia tiene? :PMuchos besos y felices vacaciones a ti también!
Kiara McGonagall: Hola mi niña preciosa!!!Jeje, ¿un moño con las pinturas plastidecor? ¡Qué me vas a inventar más! XD Mi huertillo andante...Bueno pues, la verdad que fui un poquito mala con vosotras pero...¿qué os esperábais? Que Draco se declarara a Hermione ahí todo puesto...No pega ni con cola :P ¿Yo? ¿Qué se me nota a mí? Creo que estoy yo más tonta que ellos dos juntos XD No, el espejo no es de Oesed o Eriesed, es un espejo que se queda con las emociones de la última persona que pasa tras él. Bueno, jeje, ya veo que estás en "shock", no fue para tanto :P jejejje, bueno mi niña, que te quiero mucho, cuídate! Muchos muchos besos!!
Lakesys: Hola preciosa! ¡Cómo me vas a parecer molesta con tus reviews! Si sabes que me encantan! :P A mí todo lo que sea hablar....bueno es :) Gracias! La verdad que el récord va a más y espero que mucho más :P Aunque yo me conformo con lo que he conseguido, hay que seguir poniendonos más metas! ;) Jajaja, bueno, el capi, sí, a mi también me entraron ganas de matarle...Es que no se aclara y...pasa lo que pasa...Jejeje, exacto, no es típico de Draco Malfoy incarse de rodillas y jurar amor eterno, no? :S Bueno, pues sí, la broma de los Slys, aquí ;) jejejeje, pues sí, ¿Irá Herm? ¿Quién sabe? Ánimo! Que para las vacaciones queda poquito! Muchos besazos!!!
Blakis girl: Hola linda! Jeje, me alegro de que estés emocionada! Bueno, ya me puse en marcha para buscar algo de ese grupo, aunque no te prometo nada, lo voy a intentar por todos los medios ;) Bueno nos vemos pronto, (espero) Muchos besos!!
Galadriel Malfoy: Hola guapa! Muchas gracias! ;) Ahora que tengo vacaciones, actualizaré más ;) Y tranqui, te aseguro que sufrirás mucho hasta saber qué ocurrirá con Draco y Hermione :P Jeje, muchos besos!!!
Dark Raxiel: Hola cariñooo! Jejeje, gracias! Jajaja :D Por todo! :P Bueno, pues no, no eres repetitiva, ¿y si hay algún capítulo que no te gusta, eh? Entonces tendrás que cambiar el "Te ha quedado muy bien el capítulo" y a mí me dará un ataque! ! JEje, así que procura no cambiar :P Yo te ayudaré :P Bueno, ¿verdad? Uff, yo estaba también sonriendo...ahí, ahí...los hombres también tiene que suplicarnos :D Aunque sea Draco Malfoy ;) Bueno, Ginny/Harry...la verdad es que inicialmente yo solo me iba a basar en Hermione y Draco pero...la verdad es que, sin secundarios, un fan fic..es muy triste :P Si te soy sincera, lo estoy pensando..¿a ti te gustaría? Por curiosidad Bueno preciosa, nos vemos! Muchos besos!
Amy-lee-malfoy: Hola guapa! Aquí estamos, con el calor del veranito y las vacaciones! Yu-hu! ;) Ok, ¡qué ff no pueda contigo y te tenga aquí en cada capi, eh! Jeje, por un capítulo no pasa nada, me alegra que te acuerdes de mí! ;):D Qué bien que te gustó! La verdad es que me gusta tratar lo mismo con distintos puntos de vista, me ayuda mucho para que la historia sea más compleja, y a la vez, más divertida. :)Sino sería un poco repetitiva... Sí, todas nos hemos sentido muchas veces como los personajes. Tan tristes como Parvati..o Ginny..tan ilusionadas como Herm y a veces decepcionadas...presionadas como Harry...en fin..¡bendita adolescencia! Muchas gracias! Yo pongo todo mi empeño para que el fic prospere! Espero que se note y os guste ;) Ah! ¡Duele el amor! Ya lo tenía pensado, of course! Claro que la voy a poner! Tu idea es muy buena...lo que ocurre que en estos próximos capis, no podrá estar pero...a ver si la puedo meter por ahí! ¿Vale? ;) Muy buena idea! ¿Tienes algún fic? Sino...tienes muy buenas ideas, deberías escribir algo, me encantaría leerlo ;) La peli estuvo muy bien! Lo que pasa que se comen algunas partes importantes :( Pero de las 3, a mí es la que más me gustó. ¡No te pierdas! Un besazo enorme!
Hitomi Felton: Hola guapetona! Gracias! Sí, yo también estoy de acuerdo...si algo te importa, tienes que arriesgarte por ello ;) Jejjee, sí, sí...emocionante y...¿qué piensas, pervertidilla!? jejje XD, como sea lo mismo que yo!jejeje, un besazo preciosa!!!
Lora chang: Hola guapa! Me alegro de que te haya gustado! Pues sí, metí muchos sentimientos...quería que conociéseis los puntos de vista de todos porque...así se comprenderá también la historia, a los personajes, y todo lo que la rodea ;) Pues sí, han sido drásticos respeto a las salidas por la noche porque...más vale una expulsión que una muerte, ¿no? Ellos quieren reunirse pero...arriesgan mucho.. Draco no hay quien lo entienda...primero le dice que no quiere verla más y ahora le dice que por favor vaya...XD que chico! Bueno, los espejos, según yo, han estado siempre en Hogwarts..Es un espejo que demuestra las emociones del último que ha pasado por él. Yo sostengo la teoría de que Draco pasó para ir al piano, triste y confuso y luego, él vio a Hermione nerviosa y apenada. ;) Si tienes más dudas, pregunta, no te cortes! Muchos besos!!
Jenny/Jade: Hola preciosa! Olé por ti! De nada! ;) Gracias, me alegro de que te gustara! A mi estilo...¿eso es bueno o malo? :S No sé si fiarme :P Bueno...está por decidirse si habrá o no fiesta pero...eso es lo que se intentará :D Ya ve! Cómo olvidar que el amor está en el aire! Como olvidarlo! Mi posteo..buah...¿yo que soy, eh, eh? (A) Un angelito! :D ;) Te quiero mucho primita!!!Muchos besos!!
Anne M. Riddle: Hola preciosa! Que bien verte por aquí! No importa ;) , sabemos que a veces lo pone difícil y por eso tiene más mérito el review! Gracias! Me alegro de que te guste! Un poco loco el capi, sí que estuvo :P EL espejo ;) Sí, pobrecito Ronnie...está enamorado de Herm. Es difícil mandar en el corazón, y él, por eso, lo tiene difícil, si ama a una persona que no le corresponde,...¿cómo corresponderle a otra que no ama? ¡Qué líos! Draco siempre será Draco...No sé qué decirte...aceptar que quiere a Herm? Mmm...medio medio..Jeje, sí, Mcgonagall escuchando a Draco, ya para terminar XD Pues sí...Draco está que no sabe lo que hace...primero le dice que no vaya, ahora le pide que vaya...¿se aclara?:S Jeje, el esperado beso! No sé, no sé...difícil...:P siempre digo..."Nada es imposible" :) Gracias! ¡Tú si que eres preciosa!De nada por los reviews en tu fic, me gusta mucho ;) A ver si pronto actualizas, que ardo en deseos de leerte! Jeje, sí, Draquito tiene un poquito (porque nunca le daremos la razón, jiji XD) de razón...en Hogwarts a pasado de todo pero...sigue siendo uno de los lugares más seguros XD Ahí sigue en pie! Bueno preciosa!!Muchos besazos!!Cuídate!
Hermone-Malfoy: Hola guapa! Me alegro de que te haya gustado! Wou! Un novio pianista! Yo quero! jejejejeje. ¿La banda sonora del piano? :S ¿Puedes concretarme un poquito más? ;) Bueno, pues aquí tienes, jeje, con mas intriga :) Un besazo!!
SpyProngs19: Hola mi niña preciosa! ¡Sí! Qué bien que te gustó! Uff, sí, la parte del espejo es super profunda. Quise plasmar lo que hay en mis pensamientos sobre la falsa moral de las personas, las mentiras, las caretas y los disfraces...y fue difícil...Es algo con lo que convivimos día a día, incluso en un mundo mágico se vive con ello. Mi pluma, jiji, la plumita mágica ;) No sabes lo feliz que me haces :) ;) Ya sabes que soy la "Reina de la intriga" ;) Sino, no soy yo. Y no estoy dispuesta a dar un reflejo engañino al espejo :P jeje, muchísimos besos!!
Flor malfoy: Hola preciosa! ;) Tranquila, no pasa nada ;) A ver, el espejo no es como Eriesed o Oesed, es distinto, es un espejo que plasma las verdaderas emociones del último en pasar por delante suya... ;) Es un espejo con doble cara, totalmente distinto de los espejos XD (que lio me hago yo sola) :D Bueno, ¡celebro que te guste! Que siga así! Un besazo! Pd. Espero tu actualización ;)
Hermone-Malfoy:Hola preciosa! Jeje, sé que tardé...:( Sorry. Bueno, ¿cada cuánto se suele escribir? Yo creo que cada autor tiene su ritmo, a mí no me gusta tardar y ya ves...este capi tardó bastante. También depende de tu propia situación (Estudios, viajes...etc..) de tu estado de ánimo y del propio fic pues hay escenas más difíciles que otras y...se te atrancan...jeje, así que...anímate y escribe fics! Un besazooo!
Annie Ryddle: Hola preciosa! Gracias, muchas gracias. Celebro que te guste mi historia! :D Y mi manera de escribir ;) Bueno, a mí Parvati no me parece muy descarada ni aventada ni nada...es más, la veo tímida en los libros (aunque apareció poco) pero con Harry en el baile, la ví una chica muy normal... :)Sí, Parvati no es mi favorita pero...la prefiero antes que a Cho Chang (vomitiva XD)jeje, bueno linda, gracias por el review y muchos besazos!!!
Mali-chanG: Hola linda! Gracias! Me alegro de que te guste! Bueno, la inseguridad te gusta! jeje, me alegro que lo digas. He leido fics y he pensado...¿qué edad tendrán los autores? Yo tengo "la edad" de los personajes y creo qe más o menos, tenemos problemas comunes. Creo que todos sabemos lo que duele el amor no correspondido, lo que es el odio hacia un enemigo, la sorpresa, la tristeza y la alegría inexplicable. Y sobre todo, la inseguridad, el miedo.. ;) Bueno, qué charla! jeje, bueno, espero que te siga gustando preciosa! Un besazo!!
Annie Malfoy Merodeadora: Hola guapa! Me alegro! ahora sabrás si va o no....jejeje. Ya verás la nochecita...:p jeje, sí, vi la peli...me gustó aunque, incomparable a los libros. espero que te siga gustando, un beso!
Univelli: hola preciosa! jeje, me alegro! jejeje, gracias de verdad, espero no decepcionarte y que te siga gustando. muchos muchos besazos!!!!!!
Icee Queen: hola guapa! de nada, tu historia me gustó mucho y te merecias el review. espero que te siga gustando y no es ninguna molestia para mí. un besazooo!!!!
Leonysse Weasley :hola linda!!! gracias por tu apoyo! espero que te siga gustando. un besazooo!!!!!
MARINABLACK : hola preciosa!!! gracias por tu review, me alegro mucho que te guste el fic!!!este capítulo te gustará. un besazooo!!!!
Polly: hola!!!!!! me alegro que te guste el fic! no quiero decepcionarte, espero que te guste! un besazo!!!
Sak :hola guapa!!!!mu bien y tu???espero qe bien! claro que me acuerdo de ti!! a ver si seguimos hablando. que bien que lunita te pasara las canciones!!!bueno, muchos besos!
11. No tenemos tiempo
El árbol luchaba por su vida que estaba ya sentenciada. El guardabosques con su hacha, de un golpe, cortó su tronco. Cayó desplomado como un animal herido emitiendo un lamento que murió con él.
Sus hojas triangulares se tiñieron del blanco de la nieve al ir arrastrándose por los suelos nevados del jardín.
Poco a poco, envueltos en el frío que acaecia en el duro invierno que daba paso a la navidad, fueron llegando a la entrada de Hogwarts.
Algunos alumnos congregados en las puertas, saludaron a Hagrid que les devolvió el saludo soltando una de sus grandes manos enredadas en el tronco.
Los pasillos muy poco poblados, fueron fáciles de traspasar e incluso las escaleras giratorias. El guardián iba raudo cargando el símbolo que sería clave en aquella blanca navidad.
Llegó al fin a su destino, casi vacío exceptuando algunos estudiantes y algún que otro profesor. Entre ellos, el profesor de encantamientos.
El árbol se irguió magistralmente en el centro del Gran Comedor. Sus hojas tilitaron y los copos de nieve que quedaban, cayeron al suelo en un vuelo suave hasta descender y perderse en las alfombras de Hogwarts.
Flitchwick se bajó del asiento donde yacía sentado. Hagrid se despidió de él con una inclinación.
El profesor se plantó delante del árbol y, con un movimiento de varita, unas pequeñas bolitas brillantes aparecieron, volando en el aire de la sala. Las colocó y, de momento, hizo aparecer más adornos.
El maestro suspiró, desganado y miró hacia un lado.
Una sonrisa se dibujó en su rostro al ver a una Gryffindor.
- Señorita Granger... - la llamó con gestos.
Hermione levantó la mirada, posada en ningún lugar y, mirando al profesor, fue hacia él.
- ¿Podría...terminar con esto? - le preguntó con tono de ruego.
La prefecta dudó pero finalmente asintió y aceptó.
Con un gracias, Flichwick se marchó, dejándola sola ante el árbol.
Sacó la varita y, frunciendo el ceño conjuró unas coloridos fosforecentes que colocó en los laterales. Siguió subiendo y bajando los cascabeles de navidad que producían sonidos dulces y graciosos al chocar.
Hermione sonrió. Iba a conjurar el hechizo para la estrella central.
De pronto, una música suave se coló por sus oídos. Era un sonido celestial de violines, quizá trompeta, flautas y...de fondo...un piano.
Sin embargo, no podía ser él. No, él no.
Cerró los ojos mientras oía la melodía de fondo. Era bella.
La estrella fugaz ascendía lentamente en dirección a lo más alto. Manejaba la varita con el pulso algo temblaz mientras alzaba el brazo y con él la mano.
Una pequeña brisilla se colaba por la rendija de un ventanal.
La música se hizo más profunda y, repentinamente, unas voces extrañas comenzaron a cantar algo sin mucho sentido para ella. Parecía un villancico antiguo. Como el canto de un coro.
Las notas se mezclaban con los instrumentos y el piano seguía sonando como el más importante de todos, tras la suavidad y elegancia de un violín y un grupo de flautines. Y muy al fondo, una trompeta tocaba en ciertas ocasiones.
Las voces iban a corde unas con otras, en la misma sintonía todas a la vez, produciendo un momento mágico y especial.
La estrella tocó el firmamento y brilló en todo su esplendor, alta y hermosa.
Sus palabras llamaron a más y más adornos que decoraron el árbol haciéndolo aún más fuerte y maravilloso. Brillaba con la luz propia de la estrella blanca.
Las voces parecían ir apagándose aunque su sonido seguía oyéndose.
Entonces, creyó sentise teletransportada muy lejos de aquella realidad, lejos del salón, para ir a la suya, a su realidad. Su sala oscura, los destellos de la cálida luz de la vela fugitiva, el ventanal cubierto de estrellas sin luna, las paredes calladas ocultas del secreto, la música en cada uno de los rincones, las alfombras tersas y aterciopeladas y, al fin, en el centro, brillante como aquella estrella...ambos, él...acariciando las teclas como a un ser humano...
El sueño parecía ir desvaneciéndose al ir silenciándose la música. Quería pedirle que siguiera sonando, que no apagara su murmullo. Pues las nubes de recuerdos, aquellas nubes de caramelos y azúcares, se desintegraban poco a el sueño que acaba...creyó caer y vacilar...
Pero, no pasaría, algo estaba allí para evitarlo. Lo sintió fuerte y seguro, agarrándola hasta la muerte, creyó ver su sonrisa, sentirlo de nuevo, estaba allí, podía sentirlo...
Abrió instintivamente los ojos y vio la verdad.
Los brazos estaban agarrados a su cintura, certeros, sosteniéndola. Sonrió ampliamente y volteó veloz.
Los ojos marrones se clavareron en unos iris que no tenían otro color que el del propio cielo, azules como el mar.
- Ron...
Su sonrisa fue opacada por la del pelirrojo que ahora era amplia mientras la suya empequeñecía hasta convertirse en un estirar de labios.
- Te caías.
- Gracias. - dijo mirando de nuevo al árbol.
El gryffindor lo miró también.
- Gran trabajo.
- Gracias.
Ronald Weasley sentía que todo temblaba en su cuerpo. Cuerpo libre que era incapaz de manejar.
Sentía que estando al lado de Hermione perdía todas las facultades, la razón, la calma. Que todo su ser era invadido por un colapso, que se le nublaban los sentidos, que ya no sentía nada, ni sabía nada, que perdía el control de todo, solo porque estaba a su lado.
El corazón desembocado le latía precipitado en el pecho, al compás con su respiración y los nervios que intentaba disimular con una falsa tranquilidad.
Y entonces se dio cuenta, casi por descuido, que entre sus manos aún sostenia la cinturita de la gryffindor. El labio inferior le tembló sin querer, intentando evitar que eso le ocurriera al resto de su cuerpo.
Rápido, la soltó. Ella siguió sonriendo levemente, como si no hubiera ocurrido nada. Para ella era algo "normal". Ron era su amigo desde hacia seis años y entre ellos había confianza, complicidad de amigos, algo que era grande y hermoso, un tesoro.
Lo que no sospechaba era que para el pelirrojo, todo era distinto.
El no quería solo su amistad, sino algo más...
- ¿No tenías entrenamiento? - preguntó Hermione dulcemente.
Su voz parecía un hechizo, ¿cómo podía existir en el mundo una criatura como ella? Hermosa, lista, dulce, tierna...¿Cómo era posible que fuera tan perfecta?
- Ah....es que...- rodó los ojos pensando la excusa. - Me duele un poco...la mano. Sí.
- ¿Sí? ¿Dónde? A ver si va a ser grave y...Ron, que con lo que tu eres....a ver...déjame...
Había un tono de preocupación en sus palabras que enseguida alteró más la delicada salud cardíaca del pelirrojo. Los ojos de la morena brillaban y de pronto, buscó su brazo y lo tomó observandolo despacio.
- ¿Te duele...aquí? - preguntó sencillamente tocándole por debajo de la muñeca.
Ron negó con la cabeza e intentó pensar en otra cosa perdiendo su mirada entre los adornos coloridos y fugaces que adornaban el árbol. Pero era imposible.
- ¿Aquí?
Sintió un escalofrio al sentirla avanzando en su pulgar y apretándolo ligeramente esperando su respuesta.
- No, un poco más a la....derecha.
Los músicos continuaban la melodía y desde el fondo se oía como un sonido celestial.
- ¿Es...aquí?
- ¡Ah! - chilló mentiroso. - Sí, me duele un poco.
Hermione arrugó el ceño e hizo un mohín con los labios.
- Que raro. No es una fractura. Quizá te has dado un golpe con algo.
- Sí, probablemente.
Quería salir corriendo y no irse jamás de su lado. Cuanto la deseaba y cuando quería huir de lo que sentía, escapar a enfrentarlo.
- Eh...esto..tengo que...irme. Quiero...descansar.
- Yo también quiero. - suspiró Hermione. - Ya casi termino.
- Pues...a..adiós.
- Adiós.
Con todo el peso de su alma, volteó y sintió miedo. De todo. Y se fue con miedo, miedo más grande a paso, a que algún día, por cualquier circunstancia de la vida...perdiera a ese ser que tanto amaba.
Gregory Leiber aspiró el humo de su cigarro y con de sus gruesos labios apareció un aro gris.
Murray observaba a su compañero y sonreía mirando al vacío perdido, con su colilla en la boca.
Los cinco Slytherins estaban sentados en unos sillones verdes, puestos en círculo. Todos pensaban y pensaban, dándoles vueltas a descabelladas ideas sobre lo que podían hacer.
De pronto, rompiendo su calma, una furia repentina golpeó la puerta de la sala entrando como un torbellino.
- No vienes de buenas, veo. - bromeó Rick Davis.
El rubio que acababa de entrar fulmió al chico con su mirada de hielo y caminando en dirección al sillón del medio, que estaba desocupado, se sentó con las piernas abiertas y asco dibujado en la cara.
- ¿Qué te pasa, Malfoy? - dijo Zabinni mirándolo con pizca de ironía. - No me digas que alguna te ha dado calabazas...
Las serpientes comenzaron a reír al unísono. Entonces, Draco le miró y habló como si escupiera:
- Cállate Zabinni. No tienes ni puta gracia. - dijo con desprecio.
Murray y Leiber se miraron arqueando sus cejas oscuras.
Leiber tirando su cigarro al suelo y pisándolo con el zapato, se dirigió a Malfoy:
- ¿Qué pasa?
- Unos mal nacidos... - masculló apretando la mano en el apoyabrazo.
- ¿Gryffindors? - apuntó Murray.
- Lo fueron en su día.
Draco echó la cabeza hacia atrás y suspiró.
- No tienen suficiente con sus ridículas normas que ahora encima, prohiben salir de noche.
- ¿Qué? - soltó Rick con asperación.
- Lo que oyes. Como pena de expulsión.
- Bah, bobadas del chiflado de Dumbledore... - rió Leiber.
- El defensor de los sangre sucia no dudará en echarnos cuando se le presente la oportunidad... - dijo Zabinni contrayendo la mandíbula.
- Que se atreva... - dijo Crabble con miedo en la voz.
- Cálalte. - farfulló Draco.
Los Slytherins siguieron parloteando sobre el tema pero, dos seguían en silencio.
Blaise Zabinni miraba al suelo con una sonrisa en la cara.
- Chicos, silencio, creo que tengo una gran idea.
Leiber levantó el mentón en señal de que hablara.
- La broma perfecta para esos gryffindors.....
Draco escuchó con atención. Una sonrisa se dibujó en su rostro...hasta que, recordó casi por casualidad, que en aquella casa que tanto odiaba habitaba ella. Que expulsaran a los gryffindor....a cualquiera...a todos...menos a ella...Hermione.....
A pesar de los copos frágiles que caían desde el cielo, una mujer caminaba por los jardínes nevados de Hogwarts.
Caminaba pensativa y algo melancólica.
Ni un alma se veía por los alrededores, tan solo sabía que en el campo de quiddich entrenaba el equipo de gryffindor.
Se abrazó a ella misma, apretando su túnica y tapándose parte de la cara con su bufanda de color rojo y amarillo.
Por los rizos se colaron algunas ondas blancas que anidaron allí grácilmente.
Y fue dejando su rastro con las pisadas en la nieve.
Respiró profundamente y sintió la maldita sensación en su interior. La maldita sensación que la acompañaba a todas partes. Algo extraño, molesto incluso, que se hacía notar agitándose, corrompiéndola....y a cada segundo, en cada suspirar....él acudía a su mente voraz, devorándolo todo a su paso.
No había hueco para ningún pensamiento más, él seguía imponiéndose como el más fuerte, el mejor... y por suerte o por desgracia...siempre ganaba.
Y de nuevo se instaló en su cuerpo, de nuevo lo sintió, claro y distinguible entre todo. Como si hasta su boca estuviera sellada por su culpa.
Draco Malfoy de nuevo.
Con el tan solo pensar de su nombre, se estremecía y, sin darse cuenta, sonreía, como si fuera un secreto que la guardaba de todo. Un secreto hermoso, su secreto.
Recordó los ojos del rubio, ¿le estaba suplicando? Se regocijó evocándolo. Sonrió de nuevo, nerviosa y sintió ganas de gritar, de hablar, de cantar...
Que distinta era....qué falsa, qué cambiante. Como un un reflejo.
Creyó oír una música lejana y elevó la mirada, cerrando los párpados mientras separaba los labios.
"Mírame...."
Soltó despacio el aire y sintió el embriagador perfume de aquel piano como si sumergido de las profundidades, emergiera con su canto.
"Yo no sé si al fin...
lograré encontrar...
quién hay tras mi reflejo....."
Paró y haciendo un mohín. Caminaba, con los ojos cerrados, apretándose fuertemente los brazos con las manos, intentando mantener la calma y no pensar en nada...pero era un deseo demasiado imposible.
"Me marché...
y mi corazón, quedó atrás..."
Una niña cogía sus libros y los revisaba maquinalmente sola en una biblioteca. La nieve chocaba contra el ventanal y desde fuera le llegaron las risas de chicos y chicas que jugaban en el patio.
Ella había huido de todo aquello, enterrándolo en lo más profundo, olvidando su corazón...dejándolo atrás en su marcha.
"Lo que ves....
es solo un papel....que representar...
dime a quién puedo engañar..."
Y lo era. Era solo un disfraz, una burda careta. El teatro que representaba demasiado bien, tanto que hasta ella misma terminaba engañándose, como al resto. El teatro con el que jugaba cuando todos estaban delante, matando sus sentimientos al mirarle, matando toda emoción, sabiendo que no debía, sabiendo que estaba prohibido...engañando a la gente, engañándose.
"¿Quién hay dentro de mí?
En un espejo me perdí..."
Quién estaba dentro del cuerpo de Hermione Granger. Tal vez era su doble imagen, su mentira, y ella...su verdadero yo, continuaba perdido en lo más profundo de un espejo con el filo cortante que tenía el rastro del sufrimiento y las lágrimas.
"Mi reflejo me dirá
quien soy de verdad."
Su reflejo, su reflejo que solo se veía en la noche, en el espejo que creaba el pianista. Solo él sabía quien era, y eran ellos mismos los que se obligaban a volver a actuar.
" Y ahora estoy
ocultando siempre mi corazón,
y todo en lo que creo."
Se mordió el labio y no pudo sino evitar que la lágrima que yacía en sus pestañas, se mantuviera allí unos pocos segundos más. La verdad era demasiado cruel a veces. En ese ahora, todo eran mentiras. Siempre ocultando la verdadera razón, siempre escondiendo su corazón para que nadie supiera el sentimiento enorme que en él había, en todas sus creencias, sus retos, sus fantasias, todo oculto...detrás de una cortina.
" Pero sé, que detrás del velo,
está la razon."
Pero solo él sabía tirar de la cuerda y descorrer el velo que tapaba su rostro, su reflejo....
" Y me amarás por lo que soy."
Y nuevamente, sonrió, surcando la lágrima, saltando el muro de las lamentaciones y quedando frente a frente con el espejo.
"¿Quién hay dentro de mí?
En un espejo me perdí.
Cuándo mi reflejo me dirá
quien soy."
Casi sin quererlo se clavó sus propias uñas en su piel, rogando ser fuerte y romper en mil pedazos el maldito cristal que la martirizaba, rogando a su rostro que fuera el verdadero y le dijera la verdad de su vida.
" Debo disimular
y cambiar la realidad
mi reflejo me dirá....
quien soy de verdad..."
No, no quería...no quería disimular más. Romper las mentiras, decir la verdad de todo, y que su reflejo no la engañara más... Su voz se quebró.
"Debo luchar hasta el fin
y volar..."
Luchar y no rendirse ante las adversidades. Hasta el fin para poder volar luego, muy lejos de todo, las apariencias y las mentiras...la oscuridad....
"Y el sol quemará las sombras que hay dentro...."
Abrió los ojos y al momento juró no llorar más. El sol volvería a brillar y la oscuridad se desvanecería.
" Qué difícil es sentir
ser fuerte y sobrevivir
no voy a esconderme nunca más"
Gritó, nunca más. Auque fuera difícil, tenía que ser fuerte, tenía que seguir viviendo, a pesar de que aquel amor la destruyera por momentos, también era quien por momentos le aportaba la mayor felicidad.
"No....más....."
Poco a poco la presión que ella misma ejercía sobre su cuerpo, fue quedando en una leve tensión, tensión que ejercía su dulce voz mezclándose con las palabras.
" No debo disimular
ni cambiar la realidad....
mi reflejo me dirá....
quien soy de verdad."
Se detuvo y sintió como el sentimiento seguía aflorando y como se empezaba a sentir tranquila.
"Somos mi reflejo y yo....
y lo que hay detrás...."
Y sonrió....él estaba detrás, a pesar de todo....y su reflejo, algún día, le contaría la verdad, solo la verdad.
Miró al cielo y siguió sonriendo. Se abrazó de nuevo, una brisa suave le dio en el rostro y no pudo hacer más que suspirar terminando su canción.
Volvería a Hogwarts...quería aclarar las cosas....esa noche, mirarse y saber que su reflejo no mentía. Nunca más.
La quaffle voló velozmente por el aire frío que llenaba Hogwarts de invierno, cayendo en dos manos enguantadas, las manos de Dean Thomas.
El moreno viró sus ojos negros hacia su izquierda divisando a la pelirroja Weasley que se acercaba peligrosamente al aro que ese día nadie defendía.
No dudó en pasarle la pelota que ella atrapó con destreza.
Al paso le salió inesperadamente, Bruce Joel. Pero, a pesar de la sorpresa y la agilidad del chico, Ginny lo esquivó y toreándole, pasó la quaffle a su compañera Selina.
El capitán gritaba a sus golpeadores que salieran al paso de loz cazadores para intentar arrebatarles la posesión de la pelota pero, todo esfuerzo fue inútil.
Selina volvió a pasarsela a Ginny.
Entonces, los ojos castaños de la pelirroja se posaron en el aro, en su forma, en su hueco. Dio un salto con su escoba, inclinándose. Se giró y con un impresionante disparo, anotó el punto definitivo.
Ella y su amiga dieron un grito alegre y corrieron a chocarse las manos.
Dean agitaba los brazos.
- Creo que esto no es lo vuestro... - bromeó con Seamus y Bruce.
- Ya basta, es bastante chicos...
- Y chicas... - apuntó Selina con una mueca.
- Y chicas. - corrigió Harry sonriendo. - Terminamos y con esto...el quiddich este año. Ganamos el partido contra Huffelpuff pero en el próximo año nos enfrentaremos con Slytherin...
Dean se llevó una mano al cuello, divertido, riéndose diciendo de mentira que temía a la casa de las serpientes.
- Y no pienso perder. - sonrió
- ¡Por supuesto que no! - gritó Seamus.
- ¡Feliz navidad!
- ¡Feliz navidad!
Los gryffindors se apresuraron a ir a los vestuarios. El último entrenamiento de aquel año. El tiempo corría demasiado a veces.
- ¡Harry!
El moreno que recogía sus cosas y se preparaba para irse, oyó como Selina lo llamaba y levantó la vista.
- ¿A qué el disparo de Ginny fue genial? - sonrió la rubia.
Movió sus iris verdes y divisó a la pelirroja. Se levantó.
- Realmente bueno, Ginny, te felicito.
Ella sonrió.
- Gracias....
- Pero, - levantó un dedo. - si Ron hubiera estado allí...lo hubiera detenido.
Ginny pestañeó analizando el comentario, abrió la boca.
- ¡Bah! ¡Harry....! - suspiró Selina bajando los hombros.
El capitán caminó alejándose de ellas.
- ¡Harry!
Se paró. Esa vez, fue Ginny quien le llamó. Iba hacia él.
- A veces... - dijo a medida que se acercaba. - solo tienes una oportunidad.
Su tono era meloso y suave. Harry revisó su mirada. ¿Qué señal mantenía oculta aquella frase?
- A veces...o arriesgas, o no ganas.
Se produjo un silencio mientras se miraban.
- Gin, vamos.
- Voy Selina. Feliz navidad, Harry...
Ginny se fue dejando sus pisadas en la nieve marcadas.
Harry se mantuvo allí unos minutos más, pensando en las palabras de la gryffindor. " Solo tienes una oportunidad y a veces, o arriesgas o no ganas."
La observaba mientras regresaba, cansada y algo triste.
Y él volvía a sentir en su garganta un nudo y en su estómago una gran presión.
Intentaba calmarse, aparentar que estaba totalmente tranquilo. Se decía que nadie lo alteraría, ni la mismísima Hermione Granger.
La sonrisa de los Slytherins se le vino a la mente. Sus cínicas ideas, sus planes malévolos.
Al principio no le pareció mal la broma. Se regocijó pensando en las caras de los Gryffindors. Pensando en cuánto le gustaría ver a Potter, el gran Harry Potter, siendo expulsado de Hogwarts.
Pero, de pronto, recordó... que esa noche era la última antes de vacaciones, que esa noche tenía una cita a la que no podía dejar de asistir...y...que Gryffindor era la casa...de..
Tragó saliva.
Hermione caminaba con los brazos cruzados, sujetándose la túnica, pegándosela a su cuerpo encogido por el frío.
Draco se cercioró de nuevo de que nadie andaba por allí. La chica ya estaba casi al llegar a donde él se escondía. Contó hasta tres y, cogiendo aire, salió al paso de Hermione, apresándola antes de que le diera tiempo a gritar o a impedirlo.
La espalda de la gryffindor chocó contra la pared y ésta abrió la boca con sopresa.
- ¡¿Tú otra vez?! - soltó mirándole.
- Baja la voz.
Un escalofrío recorrió la columna vertebral de la morena quien empezó a sentir como el frío iba desapareciendo trayendo con sí un calor casi molesto en su labios, en sus manos, en su piel.
No habló. No podía, temía decir algo que la delatara, que delatara lo que sentía, lo que fingía, lo que intentaba ocultar. Tenía que mantenerse en su pose.
Arqueó una ceja.
- No salgas esta noche. - dijo Draco velozmente.
- ¿Qué? - exclamó ella con disgusto.
- Júrame que no saldrás...
- ¡Pero...! Primero me dices que no...luego que sí...ahora de nuevo que no....¡quién...!
- Granger, por favor....
Estaba llena de coraje. Su furia comenzaba a aumentar por segundos. Antes se había sentido satisfecha al verle humillado pidiéndole que esa noche fuera junto al piano. Había sentido una sensación de gusto enorme llenándole y ahora, de pronto, volvía a sentir el fracaso y la pena.
"Por favor", ¿tanto había cambiado su relación? Draco Malfoy nunca cambiaría, siempre sería un rubio conquistador, Slytherin. Siempre la odiaría, ¿no?
¿No?
Casi sin darse cuenta, entreabrió los labios y en total silencio, aguantando cualquier sentimiento que intentaba salir a flote, a la superficie, fijamente miró las pupilas del pianista y sus ojos insconcientemente, brillaron.
Draco se inclinó un poco y se frotó la frente con los dedos levantándose un poco el flequillo.
Ambos se dedicaron una mirada sincera que ninguno supo cómo interpretar. ¿Duda? ¿Verdad? ¿Desnudez?
- Te lo estoy diciendo por algo...no salgas....
- ¿Por qué?
- Hazme caso.
- ¿Debo?
- Debes. - dijo seguro.
Hermione sonrió con ironía y luego endureció el gesto, casi molesta.
- ¡Qué muestra me has dado? ¿Por qué debo fiarme de ti? Dame un motivo. No se me ocurre ninguno...
- Porque estamos juntos en esto. - suspiró.
- ¿Juntos....? ¿En qué?
Sintió como su corazón daba un brinco y se le ponía en el cuello de su garganta. Anhelaba esa respuesta....anhelaba una razón, su contestación.
- Juntos...
El Slytherin apoyó una mano en la pared y pensó...después de hablar.
- En este lio.
Hermione calló y miró repentinamente al suelo.
- ¿Te refieres al....?
- Shh.... - Draco miró a los lados. - No lo digas.
La morena cerró fuertemente los ojos y apretó los labios.
- Dime por qué.
- No puedo. - dijo con desesperación.
- ¿Por qué?
- Hay demasiado en juego.
- Esto no es ningún juego, Malfoy...dejó de serlo hace muchas noches.
El silencio se apropió del tiempo, solo existían las miradas. ¿Para qué servían en aquellos instantes las palabras...? Sino para perder valiosos segundos en tontas explicaciones que no llegaríana ninguna parte.
" Tu lágrima no cae,
mi boca no se abrirá...
No hacen falta las palabras,
con tu mirada me basta"
"Lo sé", se dijo a sí mismo. Su corazón lo tenía casi asumido, pero su razón no. Su orgullo se negaba a ver la evidencia, no, no y mil veces no.
" Caminaré por la oscuridad....
la luz, no estará.
La alejo de mí, huyo de ella,
huyo de mí, de la verdad....
de nuestra condena. "
- Granger, no salgas.
Hermione volvió a reprimir pronunciar una frase.
- Granger, hazlo.
Negó con la cabeza.
Malfoy suspiró y, agarró su mentón en un acto involuntario.
Volvió a sentirse traicionado por su cuerpo al mirarla, sintió un temblor y vaciló.
Podía sentir su respiración, su aire y su oxígeno, su misma fuente de vida.
"Tenerte tan cerca...
sentir el impulso por quererte...
matarlo negándole el amanecer.
Tenerte ahí, tan fácil, tan difícil,
resistir la tentación
de desvanecerme en tus labios "
Y su piel quemaba, quemaba como el fuego al rojo vivo.
Cerró los ojos y el puño. La dejó caer y se alejó con el dolor de su alma.
No dijo nada más. Revisó nuevamente que no había nadie a su alrededor. La miró por última vez, pero ella a él no.
Y tomó el camino contrario al que ella tomaría. Ella seguiría siendo una Gryfffindor y él un Slytherin.
Su mente quería creerlo, su corazón lo sabía....sabía que lo haría.
La cena transcurrió serena, con su habitual tono alegre. También con cierto alo fiestero, ya que, en tan solo unas horas, las puertas de Hogwarts se abrirían para dejar en libertad a los alumnos y alumnas que anhelaban frenéticamente volver a sus hogares.
Con las vacaciones, también llegaba el nuevo año. Un año con nuevas emociones, nuevas pruebas, nuevos proyectos y aventuras, nuevas cosas para aprender de la vida.
Mientras un preocupado Seamus Finnigan hablaba con el divertido Dean Thomas, Lavender reía con las bromas de un tímido Neville que comenzaba a relacionarse con la población femenina del colegio, con muy poco éxito sin embargo.
Harry comentaba a un Ron ausente las nuevas tácticas de quiddich que tenía planeado para el regreso del equipo. Ginny se sonreía a sí misma evocando las palabras del capitán de Gryffindor y no podía dejar de sentir en su corazón un nudo, el mismo que seguía apretándose, el mismo que sentía desde hacia casi cinco años, ese amor que seguía "oculto" y que no veía final.
Parvati, triste y pensativa, se decía a sí misma que aquella sería una de las últimas noches de ese año que se sentaría con él. Además, sus padres le habían mandado una carta en la que la obligaban a dejar Hogwarts a pesar de su rotunda negativa aunque su madre le aseguraba que tan solo sería para la cena de navidad. En su mundo, dedicaba miradas furtivas que hacia parecer casuales...el pelirrojo Weasley....
Y ella, en su asiento, revolvía el pollo y los trozos de manzana asada. No podía dejar de oír la voz de Draco Malfoy advirtiéndola, pidiéndole que no saliera. Recordaba su tono serio, sus labios entrecruzados y sus ojos claros eternos....¿Debía hacerle caso? ¿Por qué? Ella misma lo había dicho, no le había dado ninguna muestra de confianza. Quizá al contrario....pensaba y pensaba...¿había alguna razón?
No pudo evitar levantar la vista al escuchar unas risas procedentes de la mesa de las serpientes. Rick Davis sonreía ampliamente mientras Gregory Leiber y Michael Murray se pegaban amistosamente codazos.
La prefecta frunció el ceño, asqueada.
¿Qué era lo que se traían entre manos aquellos Slytherins?
Sus iris marrones siguieron avanzando por la mesa. Su corazón dio un salto. Draco Malfoy, con los codos apoyados en la mesa, su pelo rubio levemente engominado hacia los lados, con su arrogancia y elegancia irresistible. ¿Por qué sentía todas esas emociones con solo mirarle?
Hermione pestañeó varias veces y abriendo un poco la boca, se introdujo una fina rodaja de manzana entre los labios.
La rubia Pansy Parkinson miraba descaradamente al buscador. Todo Hogwarts sabía que la Slytherin bebía los vientos por Draco y, también sabía, que el chico la despreciaba y no le hacía ni el más mínimo caso.
Sin embargo, a pesar de eso, la gryffindor sintió como le latía la sien repetidas veces. ¿Pero qué le pasaba? ¿Celos de esa "cara de buldog"? ¿Por qué? No tenía sentido...quizá sí.
¿Solo porque era Slytherin? ¿Porque compartía todas sus clases, su sala común, porque la puerta de su habitación estaba a metros de la suya? Bah...¿Porque podía hablar con él en público? ¿Porque podía mirarle, hablarle.....¡Sentir algo!
¿Por qué? ¿Por qué ella podía besarle sin impedimentos, por qué ella sí? ¿Por qué? ¿Por qué, maldita sea, por qué?
¿Por qué podía gritarle al mundo que era suyo y que lo amaba? ¿Por qué?
La cuchara cayó ruidosamente en el borde del plato. Hermione se sonrojó e intentó borrar de su mente al pianista nocturno. Imposible. Apartó su mirada y se concentró en el plato.
La sensación del hambre se había cambiado por la sensación de agobio, de calor y de sofoco. Quería correr y salir de allí.
Deseaba tumbarse en la alfombra sedosa de la habitación escondida, entrecerrar los ojos mecida por el contoneo misterioso de las llamas de la vela, escuchar la música del piano...Solo quería eso.
¿Qué secreto guardaba esa noche? ¿Qué entramado se tejía a sus espaldas en Hogwarts?
Por mucho que le dijeran, su alma de gryffindor le impedía respetar la norma y cruzarse de brazos. Aunque el mismo Draco Malfoy se lo pidiera...tenía que salir esa noche y descubrir los secretos que callaba la oscuridad.
El conseje caminaba lentamente por los angostos pasillos de Hogwarts. De su rugosa mano colgaba una lámpara de cristal con una vela que alumbraba el suelo. En él, su propia sombra y la sombra regordeta de la señora Norris, se entremezclaban reflejadas.
Ambos avanzaban por las frías mazmorras, siguiendo su ruta nocturna de siempre, ahora, con más ahínco.
Tenía ordenes estrictas. Si algún alumno osaba desafiar las reglas, la regla de no salir por los pasillos en la noche, automáticamente era enviado al despacho de Albus Dumbledore y de ahí, fuera de Hogwats.
Filch observó con el ceño fruncido las armaduras solemnes que custodiaban las paredes junto con los retratos que dormían en silencio.
Pasó de largo frente a un trecho de muro descubierto y lleno de humedad. Acto seguido, éste se abrió.
Unos ojos verdes brillaron tras la rendija.
Detrás suya, entre susurros, sus compañeros le indicaran que saliera ya.
Rick, ágilmente salió y corrió sin hacer ruido, alejándose de las serpientes que se deslizaban preparando la trampa.
Todos sonriendo, pero, en la oscuridad, unos ojos grises resplandecían vigilando.
La luna lo había presentido antes de que ocurriera. Alta y hermosa aún seguía oculta tras unas pequeñas nubes grises que se movían suavemente al compás del tiempo.
En la sala de gryffindor, los últimos leños ardían bajo las llamas débiles de la chimenea. Apenas unos rayos fugitivos de luz eran la única lámpara en la oscuridad.
En uno de los sofás, abrazados, dos gryffindors dormían mecidos en las alas de Morfeo, como el resto de los leones, o mejor dicho, como casi todos.
Envuelta en las sombras, una mujer encapuchada empuñaba bajo su túnica una varita temblorosa. Caminaba despacio, sin dudar y confusa.
Eran demasiados los pensamientos que se mezclaban en su mente, le impedían el cansancio y el sueño, sabía que algo iba a ocurrir y sabía que no era nada bueno, debía evitarlo.
El ojiverde sonrió al llegar al retrato de la Dama Gorda.
La señora vestida de rosa dormía apaciblemente echa un ovillo con la boca abierta. No por algo, era más de medianoche.
Rick sacó la varita del bolsillo de su túnica con la sepiente sonriente en el escudo.
Enseñó sus dientes sinuosos y agudizó la vista susurrando el hechizo adormecedor con consecuencias nulas hacia cualquier acto.
El retrato se tiñó de un color transparente, hielo.
Y, bajo un chirrido, lentamente, se abrió una fina rendija en él. El Slytherin dio gracias a Merlín y a sus maestros por sus trucos de magia negra.
Susurró entonces el "Lumos" y apuntó hacia la pared lateral del pasillo.
El mensaje fue acogido por los restantes miembros del grupo.
La puerta estaba abierta y se cerraría con su orden. Rick había realizado su trabajo a la perfección, ahora tocaba la segunda fase, sacar a los gryffindors de la sala.
Temblaba, y no por el frío de la noche, sino por el miedo que aumentaba y aumentaba en su frágil cuerpo.
Apretó la mandíbula y sintió sus manos sudorosas apretando la varita.
Oyó un leve chasquido y se giró veloz. Sus pupilas se clavaron el sillón donde Lavender y Seamus dormían. No pudo evitar que una sonrisa se pintara en su cara.
Aquella escena la enterneció, a ella, a la dura e insensible Hermione Granger.
Era simplemente precioso verlos cogidos de los hombros y las manos en una caricia tan pura, compartiendo sueños.
Y pensó....¿existiria esa escena de otra manera? Cambiando los protagonistas. ¿Qué tal si fuera ella quien estuviera acurrucada en su pecho? ¿Qué tal si sus piernas estuvieran enredadas en sus piernas? ¿Si sus manos se apretaran, si sus dedos se acariciaran? ¿Si sus respiraciones se mezclaran y sus cabellos formaran un manto de seda?
¿No sería hermoso dormir junto a él? Caminar por el paraíso mismo, abrazándole, sintiendo el bajar y subir del aire por sus pulmones, la sangre acumulándose en su corazón por sentir su cercanía....
Despertar, tenía que despertar. Aquello nunca ocurriría. No. Las cosas no podían cambiar tanto. No.
Aún con la fantasia en su mente, levantó la cabeza y miró más allá.
Nada, oscuridad y silencio.
Algún grillo quizá en lo más lejano.
No, aún no estaba loca. No aún.
"No salgas, no lo hagas, por favor...".
Creía oír su voz, sus palabras....su advertencia. ¿Debía confiar en él? ¿Por qué? A veces el amor no era suficiente....
Zabinni conjuró el hechizo invisibilizador. Duraba poco, tenía que actuar rápidamente. Sabía qué hacer.
Draco esperaba detrás de Leiber y Murray quien analizaban la escena con precisión.
En su cuerpo un cosquilleo intenso y molesto le apretaba. Ella, ella...oh, ¿dónde, cuándo....?
¿Le haría caso? No, estaba claro y por algo estaba allí aunque intentaba hacerse creer que al final, la morena entraría en razón y olvidándolo todo, no saldría.
Blaise atravesó el retrato helado de la Dama Gorda con una sonrisa maligna. Era invisible a la pupila humana, por apenas minutos.
Cuando pisó las losas gryffindors una sensación de triunfo invadió su cuerpo adolescente y, de pronto, al alzar sus ojos verdes, algo más lo invadió.
No podía ser...
Hermione suspiró. Seguía esperando a que algo ocuriera y nada ocurría.
Y mientras tanto, no podía dejar de pensar en él.
Una y otra vez recordaba su rostro, recordaba sus palabras...tantas...
Por su mente cruzó la vez aquella....la primera vez, en la noche, en la que le oyó tocó, en la que lloró, la noche de Lucía, la noche de la verdad...
Le ponía nombre a sus noches, pues cada una de ellas era especial, cada nuevo encuentro....en el que descubría algo más, alguna sorpresa con la que quedar boquiabierta.
Ya no le sorprendería nada, o eso pensaba.
Cuánto quería correr a la habitación y escucharle cantar y tocar el piano...otra vez...
"Si alguna vez amé...si algún día, después de amar, amé.....fue por tu amor..."
Entre versos algo saltó, abrió mucho los ojos y la boca y de pronto, quiso gritar y no pudo, algo le sellaba los labios.
Seamus dio un pequeño ronquido.
Un temblor le recorrió el cuerpo.
Sentía una presión horrible al taparle la boca. Sentía el frío, sentía el miedo...
Entre la oscuridad, la luna se asomó, tímida pero, bastó para iluminar la presencia maligna que apresaba a la gryffindor.
Iluminó solo parte de su cara, blanca como la piel de un muerto y sus ojos verdes, brillando llenos de malicia.
Como la serpiente que era, se acercó al oído de Hermione, rozando con sus finos labios el lóbulo de su oreja.
- Hola preciosa.
Sonriendo sopló sin moverse y entonces, la mordió.
Hermione gimió.
Zabinni observó a los dos gryffindors en el sofá.
Con su otra mano empuñó la varita y la colocó en el cuello de la prefecta.
- No hagas nada de lo que te puedas arrepentir...
Lentamente soltó la boca de Hermione y cogió con fuerza su cintura, atrayéndola hacia él. Se puso de pie, despacio, sin soltarla.
Hermione temblaba de miedo y rabia.
Zabinni la apretó aún más acariciando subiendo la mano descaradamente con intenciones obscenas.
Se sentía atrapada, temerosa, en verdad. La varita no se apartaba de su garganta y la mano la tocaba sin objeciones, a pesar del asco y la repulsión que aquello le provocaba.
Zabinni la empujó al bajar un escalón y la punta de la varita se le clavó en el cuello, haciéndole daño.
El Slytherin sonrió al notar el impulso en la chica y abriendo los labios se acercó al trozo descubierto de cuello y hombro y lo mordió.
Hermione se revolvió y entonces la varita se clavó aún más en su cuello, casi ahogándola. Gimió de nuevo embriagada de dolor.
Faltaba poco para que el hechizo desapareciese y aún menos para que la segunda parte del plan comenzara a dar sus frutos.
Pero, nadie había contado con Hermione. Eso cambiaba un poco los planes.
- Joder cómo tarda... - se quejó Murray.
- Tranquilo Mich, - sonrió Leiber. - la espera valdrá la pena.
- El efecto del hechizo debe estar a punto de acabar.
Draco mantenía la calma a pesar del volcán que ardía en su interior. Sabía con certeza absoluta que algo estaba ocurriendo y eso lo mataba.
No pudo evitar apretarse las manos y éstas crujir.
Gregory Leiber lo miró de reojo y asintió.
- Te gustaría ser tú el que estuviera ahí. - le susurró.
El rubio le miró fijamente. Leiber arqueó una ceja.
- Fue a Zabinni a quien se le ocurrió, algún premio se merecía. - dijo en tono de consuelo.
- Ya. - masculló Draco.
- Después de esto... - rió Murray. - no déjare de adorar a ese cabrón.
Draco apretó el puño. ¿Qué estaba ocurriendo ahí dentro?
- Pero de todas formas, - continuó Leiber. -tú sigues siendo mejor que él, Malfoy.
El buscador se sobresaltó. ¿Leiber diciéndole aquello? Aquel er su último año en Hogwarts, sí, pero, de todas maneras, era demasiado extraño.
- Y eso, Zabinni, no lo entiende. Pero...esa es la verdad...Nunca podrá ser cómo tú...
- ¡Eh!
Los tres volvieron las cabezas. Había sido Crabble el que señalando hacia el retrato, había pegado un breve grito.
Murray le pegó un puñetazo.
- ¡Gilipollas! - susurró con aire enfadado. - ¿Qué pasa por tu diminuto cerebro?
- ¡Blai...Blaise! - acertó a murmurar.
Fue ahí cuando los tres se fijaron en el retrato.
- ¡Lo he visto!
- ¿En su forma normal? - preguntó Leiber.
Crabble asintió.
- Un poco raro, la verdad. No parecía él...
- Eso no puede ser. Aún quedan... - Murray consultó su reloj.
- Veinte segundos. - se adelantó Draco.
Y después de acabar sus palabras. Sucedió.
Explotó en la sala común de gryffindor junto con un leve grito de los Slys.
Murray, Leiber, Crabble y Goyle corrieron en dirección contraria, listos para preparar la trampa, cruzar las escaleras e impedir cualquier salida hacia abajo.
Estaban atrapados.
Sin embargo, Draco corrió en la otra dirección. Solo tenía una cosa en la mente, "Hermione".
Sentía la varita, el punzón clavado en su garganta. Su respiración entrecortada, su temblor, su pulso.
Y en su oído, la risa apagada de Blaise Zabinni.
- Oh...Granger...esperaba ansioso este momento... - dijo sonriendo.
- Cabrón... - murmuró Hermione buscando alguna salida.
Zabinni seguía apretándola, le dolía la cintura y la tripa. Las manos del Slytherin la ultrajaban intentando violar el velo de su cuerpo.
De pronto, la escena cambió. Estaban en los baños.
La boca pegajosa del Sly volvió a morder su cuello, ella se revolvió y la varita volvió a clavarse.
- Granger...estate quietecita...o vas a acabar peor que tus amiguitos... - rió.
- ¿Qué dices?
- Van a estallar y a quedar como ratas en una jaula. Pero tú...tú estarás mejor aquí, solita conmigo.
Tiempo. No tenía tiempo. Tenía que escapar. "No salgas"
- Zabinni... - susurró con un tono seductor.
- Todo tuyo...
- Antes muerta.
No se lo pensó dos veces, dobló la rodilla y con el pie golpeó al Slytherin, con tan mala fortuna para él que, en su desprevenimiento, se olvidó de cuidar sus partes débiles.
Y coincidió con el grito de Zabinni, un atroz estallido.
Hermione abrió la boca.
"No salgas por nada en el mundo" Maldita sea...Maldita sea...
Corrió, tenía que alertar a los demás.
Por detrás suya, los gryffindors salían disparados de su sala común. Sabía que Rick cerraría el retrato indefenso y que los leones no podrían bajar hacia el gran comedor.
Filch, que ya estaría haciendo su ruta en la zona superior después de las mazmorras, oiría el estruendo y se creería que, efectivamente, había alumnos despiertos.
Con la casualidad de que una panza de gryffindors nocturnos estaría deambulando por los pasillos sabiendo la nueva y estricta norma de por ningún motivo abandonar las salas comunes.
Un plan perfecto. No había escapatoria.
Tendría que haber corrido a las mazmorras junto a los demás pero, daba igual todo en esos momentos.
Tenía que encontrarla. Tenía que impedir que Filch o cualquier maestro la encontrara.
A la mierda todo, pero ella no, no, ella no.
Repentinamente, al cruzar una esquina, un bulto chocó contra él.
La sujetó de los hombros.
- ¡Granger! - gritó mirándola.
Hermione se asustó y, reaccionó.
- ¡Maldito capullo, maldito cabrón! - le gritó pegándole en el pecho. - ¡Qué has hecho? ¿Cómo has podido!
Draco miró a los lados.
- Vamos. - la cogió de la mano.
Hermione le soltó.
- ¡Suéltame!
- ¡Te dije que no salieras!
- ¡Pero no me dijiste que querías ver a mis amigos expulsados!
- No hay tiempo....Filch está a punto de llegar.
- No me iré sin mis amigos.
- Granger, escúchame...
- ¡No Draco! ¡Te he escuchado bastante!
- No tenemos tiempo...
- Ayúdame a sacar a mis amigos de aquí...por favor...
Draco se revolvió el pelo con la mano, desesperado.
- Hay una entrada secreta a la sala común... - pensó veloz.
- ¿Dónde? - preguntó Hermione angustiada.
- Es un...muro, sí. - lo había visto en el mapa de su padre, el mapa de todos los pasadizos de Hogwarts. - Al lado del cuadro de "La victoria".
Hermione asintió e hizo un ademán para irse. Draco la sujetó de la muñeca.
- Yo distraeré a Filch y desbloquearé el hechizo del retrato. -dijo con la voz apagada.
La gryffindor asintió nuevamente y se alejó corriendo.
Draco cogió aire y corrió en dirección contraria.
Oyó unos chillidos.
Al cruzar la esquina, los vio. Sus amigos y compañeros, con pijamas y caras de dormidos y asustados, golpeaban impotentes el retrato congelado de la Dama Gorda.
- ¡Harry!
Hermione gritó. Él levantó la vista y al verla gritó su nombre y fue a su encuentro.
- ¡Algo explotó en la sala común! ¡Todo estaba lleno de humo! - intentó explicarle su nervioso amigo.
- ¡Salimos corriendo! - dijo Ginny acercándose a ellos.
- Y estamos atrapados... - sollozó Lavender abrazada a Seamus.
- ¡Las escaleras están bloqueadas! - dijo un alumno de quinto.
- ¡Filch debe de estar a punto de llegar!
- Nos van a pillar...mierda...¡nos expulsarán! - lloró Selina.
Hermione alzó las manos y miró al niño que vivió.
- Tenemos que ir hasta el cuadro de "La victoria". ¿Sabes dónde está?
El chico negó con la cabeza.
- Yo sí. - intervino la pelirroja Weasley.
El capitán de gryffindor y ella se intercambiaron una mirada.
- Entonces, Ginny, no hay tiempo que perder.
- ¡Seguidme! ¡En silencio! - gritó haciendo señas.
- Hermione, hay gente en el pasillo derecho... - se atrancó Harry. - Tengo que ir a....
- Yo voy por ellos.... ¿Ron está allí?
Él asintió.
- Voy contigo.
- No, vete con ellos, te necesitan más. El muro de al lado del cuadro, ése es un pasadizo hasta la sala común. Corre, ¡vete!
- Herm. - le asió la mano y la apretó con fuerza. - Gracias.
- No hay de qué. ¡Marchaos!
Mientras uno de los grupos se iba hacia el pasadizo, ella se encaminó en dirección contraria. Sentía un nudo en el pecho pero...tenía que confiar en Draco. Había desconfiado demasiado tiempo.
Sus ojos grises divisaron a un torpe Filch que se encaminaba hacia el lugar donde se concentraban todos los gryffindors.
Murmuró un hechizo y, de su varita, una sombra oscura y alargada se proyectó en el suelo, en su dirección.
La señora Norris maulló alertando a su dueño.
- ¡Hay! - gritó Filch observando la mancha.
El Slytherin movió la varita y con ella, la sombra avanzó misteriosamente.
El conserje, tropezándose consigo mismo, casi se cayó.
Draco siguió moviendo la sombra imaginaria por el piso y, tal y como había pensado, Filch siguió tras ella.
Su corazón latía veloz. No, no quería utilizar magia negra, no.
Entonces, nada de hechizos invisibilizadores, nada de marcas extrañas...¿qué podía hacer?
Entonces, fugaz, apareció en su mente la clave. ¡El tercer piso!
La sombra se plantó frente a Filch, que con una sonrisa la seguía. Entonces, se perdió entre las escaleras.
- ¡Te caerá una buena, muchacho!
El rubio suspiró, medio aliviado.
Quedaba aún la segunda parte. Y rogaba al cielo por un poco más de tiempo.
Los profesores estarían alertados de que había alumnos despiertos.
Sentía el aire en su garganta, una asfixia que hacia que el cuerpo se le lanzara hacia adelante, que el corazón bombeara su sangre veloz, que sintiera ganas de llorar y gritar.
El pasillo estaba oscuro. Vio la escalera, avanzó hacia ella y la tocó, la balanceó. ¿Qué clase de magia podía bloquear unas escaleras mágicas?
"Magia negra"
Caminó por un recoveco.
- Ron... - murmuró moviendo sus ojos por toda la superficie.
Nadie contestó. ¿Habrían encontrado ellos algún pasadizo?
- ¿Ron? ¿Estás ahí? - volvió a preguntar.
Al callar, de nuevo nada.
Esperó quieta un segundo y entonces, se sobresaltó. Delante suya un chico caminaba empuñando la varita en dirección a ella.
No divisaba sus rasgos.
Tenía miedo.
¿Sería Zabinni? Agarró su varita.
- ¿Herm....Hermione?
Aquella voz le era muy conocida.
- ¡Ron!
Dio un paso y entre la negrura, vio su rostro.
Le abrazó fuertemente.
- ¡Qué susto! ¡Creí que...!
- Hermione, ¿dónde estabas? En la sala...
- Lo sé, lo sé. - murmuró aún abrazada a él.
Tragó saliva y se desprendió de su amigo.
- Escucha, ¿sabes dónde está el cuadro de "La victoria"?
- Ehm,... - Ron se rascó la nuca. - ¿ese que es un barco con el mar ardiendo....?
- No lo sé. ¿Estás seguro?
- Creo que sí...Los gemelos alguna vez me hablaron de él...pero...¿qué tiene eso que ver? ¡Hermione nos van a expulsar!
- No si podemos evitarlo. - suspiró.
Detrás del pelirrojo unas manchas oscuras surgieron de pronto.
- Corre con ellos, es un pasadizo a la sala común.
Ron abrió la boca asombrado y algo aliviado.
- ¡Rápido! ¡Vamos!
- ¡El cuadro de "La victoria"!
Una avalancha de gryffindors corrió hacia atrás de nuevo. Bordeando por allí se llegaba antes.
Entonces, Ron cogió la mano a la prefecta.
- Vamos, Herm.
- No, Ron, me quedo aquí.
- ¡Qué dices! ¡Vamos!
- Tengo que esperar....a una persona. - dijo mirando hacia el lado contrario.
- ¿A quién?
- Es muy largo de explicar. Mañana te lo cuento. ¡Corre con ellos! Toca el muro.
- ¡Voy contigo!
- ¡No, no puedes!
Hermione le empujó indicándole que siguiera a los demás.
- Estaré contigo enseguida. Por favor... - le rogó.
Ron intentó hablar pero Hermione no le dejó. Se soltó de su mano y corrió hacia el otro lado.
La vio marchar y, acto seguido, suspirando, siguió al grupo.
- ¡Regenerum broken!
Un choro de luz blanca golpeó el retrato que se iluminó.
La escarcha pareció resbalar y rápidamente, desapareció.
La señora gorda seguía durmiendo plácidamente, sin enterarse de todo lo que había ocurrido en su ausencia.
EL rubio se llevó una mano al pecho y, de lejos, oyó como una puerta se abría.
"Maldición"
Se alejó de allí corriendo, sin saber hacia dónde iría.
Iba absorto cuando, de pronto, chocó contra algo fuertemente, de lo que se agarró.
Su sorpresa no pudo ser mayor.
- ¡Granger!
Hermione respiró agitadamente.
- ¡Viene alguien!
- ¡Filch!
- Peor aún. Lárgate a tu sala.
- No.
Draco la miró, nervioso.
- ¿Por qué?
- Estamos juntos en esto, ¿recuerdas?
Los pasos iban tras de ellos. No había tiempo.
- Corramos.
El pasillo oscuro en mitad de la noche no dejaba salidas a dos fugitivos.
No se detuvieron hasta llegar a un callejón sin salida.
- Mierda. - masculló Draco.
Hermione miró hacia los lados, sin ver más allá. Tenía miedo, cerró los ojos y suspiró sin poder contener el descontrol de todo su cuerpo.
Draco y Hermione se miraron, sabiendo que estaban condenados si no hacian algo pronto. Desviaron la mirada que se clavó en las puertas que había a su alrededor.
Dos clases selladas y un armario de escobas.
El sonido de los pasos estaba cada vez más cerca de ellos, presos en la oscuridad.
Había que tomar una decisión rápidamente, quedaba poco tiempo, cada vez menos.
Volvieron a mirarse, nerviosos, agitados.
Draco se mordió el labio y cerró el puño.
No había tiempo. No tenían tiempo.
El Slytherin lo pensó una milésima de ese segundo traicionero. No se lo podía pensar más veces.
El rubio cogió aire y entonces, una idea desesperada acudió a su mente. No dudó en actuar. Cogió la muñeca de la gryffindor, que dio un pequeño repullo y, con la otra mano, abrió la puerta del armario de las escobas.
La empujó hacia el interior y, tras ella, se escurrió, encerrándose.
Las pisadas ya habían doblado el pasillo.
Dentro del armario, tan solo existía una rendija al final de la puerta, por donde un tenue alo de luz se colaba.
Hermione se apoyó en la pared, respirando agitadamente, sin poder contenerse.
Entre el poco espacio, Draco agudizaba el oído escuchando el tintineo de la lámpara de aceite.
Su corazón furioso latía sin límite. Casi sin darse cuenta, temblaba.
Entonces la oyó. Sus grises ojos, intentando acostumbrarse a la negrura, centellearon. Podía imaginarla, aferrada a la pared, intentando apagar su respiración.
Dio un paso al frente, a tientas, rozando una caja de cartón. Ella lo sintió y giró la cabeza. Vio lo que parecia ser la silueta de su figura.
Y cada vez....estaba más cerca. Menos pasos para llegar a ellos.
Sus piernas chocaron contra las piernas de ella. Creía que le temblaban las rodillas, sus pilares vacilaban.
A pesar del miedo y la noche, un calor extraño parecía apoderarse de sus cuerpos. A pesar de todo, parecieron olvidarse de las circunstancias por un momento, y pensar solo en que estaban solos en la oscuridad, encerrados juntos.
Se miraron, un pequeño puntito brillaba en el fondo de sus pupilas. La emoción crecía por segundos, junto con la angustia.
No podían cometer errores.
La cercanía los estaba desquiciando. Habían sido demasiadas las cosas compartidas esa noche, demasiadas emociones y sentimientos, y todo lo habían controlado pero la situación, se les había ido de las manos.
Su mano temblaba pero, sin embargo, era más firme que la respiración de Hermione.
Ella dio un respingo al sentir como la piel de su mano tapaba su boca y con ella los gemidos y jadeos que emitía con la emoción.
Casi sin quererlo, se apoyó en ella.
Eran decímetros lo que separaba a la profesora del armario. Había que aguantar, enfrentar hasta las últimas consecuencias.
El cabello rubio cayó sobre el cuello de la gryffindor. Sintió un leve escozor, aún dolía el mordisco de Zabinni.
Pero, sintiendo como el olor de Draco comenzaba a atravesarla, sus defensas se debilitaron.
La luz se apagó de pronto. El tintileo de la lámpara seguía sonando. Los ojos de ambos se clavaron en aquel punto.
Detrás de la puerta estaba la subdirectora, detrás de la puerta su futuro en Hogwarts.
Apartaron la mirada de la puerta y, entonces, se miraron fijamente.
En silencio, total silencio. Solo se escuchaba el borboteo de la lámpara.
Fueron minutos de angustia pero, para ellos, pasó veloz, mirándose, todo se hizo eterno.
Y casi sin darse cuenta, la luz volvió a ellos y poco a poco, la presencia se fue alejando, alejando y alejando....hasta no escucharse nada más que el movimiento de las nubes en el cielo.
Ya había pasado....o casi.
Lentamente, Draco quitó la mano que callaba a Hermione.
Cogió aire y, apartándose unos pocos centímetros, habló bajito:
- Maldita sea. - masculló.
Su corazón palpitaba a una velocidad frenética alsentir su sola presencia. A tan poca distancia, sintiendo su olor a tierra, hierba y su siempre irresistible aroma a colonia cara...
- ¿Por qué nunca me haces caso?
Sintió la velocidad del deseo más profundo apoderándose de ella.
Quizá Draco lo presintiera pero, más probablemente, sintiera lo mismo.
Hermione suspiró, entreabriendo los labios.
Los ojos grises del Slytherin seguían fijos en los suyos.
Y se clavaban como espinas en su piel, una tortura deliciosa, deliciosamente hermosa.
- Porque... - susurró despacio. - yo siempre seré Granger y tú...
No sabía cuánto tiempo podría resistir aquell. El deseo, de nuevo, no daba paso a nada más.
- ...tú siempre serás un Malfoy.
Paladeando el aire y las sílabas, entre los escalofríos y el calor, el principio, ese frío sudor y ese sofoco molesto; ese calor que iba extendiéndose y crecía con las miradas, que vivía del deseo y la petición, de sus ruegos....ese calor con el que dormían, ese calor que no tenía nombre pero, que sus almas ya habían bautizado.
Hermione cerró los ojos tras acabar su frase, sabiendo la locura que llegaba a continuación. Locura que era incapaces de detener. Sabiendo que estaba mal, sabiendo que no debían, no....pero...también sabiendo que solamente era eso lo que querían hacer.
Draco tocó la mejilla de la gryffindor, ardía. Como su propia sangre, sangre que el corazón bombeaba rápido y loco.
Suspiró, sentía que caía, sentía que el abismo, el único abismo donde se encontraba feliz, se abría, dándole paso a sus sueños.
Solo quería estar allí, solo ella.
Lentamente cerró sus ojos y se inclinó. Hermione entrecerró los ojos y, se dejó llevar.
La explosión estalló. Una luz enorme los cegó.
El beso. Sus labios se unieron en un abrazo demasiado anhelado, demasiado esperado. El beso que seguía haciéndolos dudar y que por otra parte, despejaba muchas incógnitas.
Pero...era su beso y solo podían disfrutar lo que durara, sin pensar en lo que pasaría cuando el sol volviera a salir.
Solo ellos, solo ese beso.
Sus manos se juntaron, aprisionándose detrás, pegadas a la pared, sus dedos se tocaron. Sus respiraciones, su mismo aire, como si la vida fluyera en sus pulmones.
El aliento les faltaba, el corazón estaba loco, el deseo no daba tregua y el calor era intenso. Sin control.
Y beso a beso, cachito a cachito...El hilo débil se fortalecia, se unía, se entrelazaba.
Separaban sus labios, sin dejar de tocarse, como si ambos tuvieran miedo de que el otro huyera...de besarse, de amarse, rozar sus cuerpos en aquel espacio oscuro y polvoriento, que sobrevivía al fuego que creaban.
Aún sin palabras, lo habían confesado, las palabras seguían ocultas pero...¿qué importaba? De nada valían...sobraban las palabras, bastaban las miradas.
Y él con sus labios en su mejilla, ella enredada en su pelo, sus miradas se cruzaron abriendo sus ojos entre el fuego y el hielo. Extasiados y anhelantes. La noche los cubría mas el sol los descubriría.
No hizo falta hablar.
Volvieron a besarse, por última vez, esa noche.
Conscientes de que al abrirse la puerta, seria el adiós, adiós hasta que la oscuridad volviera a caer en Hogwarts.
Adiós hasta que Draco Malfoy dejara su careta escondida debajo de la almohada y se vistiera de pianista. Adiós hasta que Hermione Granger se quitara el disfraz de mujer perfecta y fuera, simplemente, ella misma.
Adiós.
Ella primero, separando sus dedos de su mano, bajando la mirada, abrochándose la túnica. Él segundos después, en su elegancia propia. El pasillo y sus distintos caminos. La habitación del piano esperando al cita pendiente...aquella, la definitiva.
¡Hola después de estos años! Jejeje, muchísimas gracias por tener paciencia conmigo! Buah, todo no fue culpa mía, lo juro! Jejeje, echadle la culpa a....¡tantas cosas!
Estuve de mudanza, estuve de "okupa" en casa de mis tíos, estuve, estoy y espero no estarlo porque terminaré volviéndome loca...¡¡enamorada!! Y eso me quita cualquier tiempo libre. ¡Buah!
Pero por fin acabé este dificilísima capítulo, en serio me costó muchísimo y lo pasé muy mal y por ello, con más motivo, espero que me digan todo lo que les hizo sentir, gustó, no gustó, dudas, comentarios...¡cualquier cosa!
Un review, un e-mail, por el messenger...
Aunque, estoy sin internet.. y me voy de campamento a Sabinillas! :D Me voy el 23 de Julio y vuelvo el 3 de Agosto :D Toy feliz!
Bueno, a ver....me callo, me callo! jeje, no me mires así...:# que me pongo roja! :D
= No tenemos tiempo
¡Por fin Hermione cantó! :D Y nada más y nada menos que la bella canción de la película "Mulán", "Mi reflejo". Mi versión preferida es la que hace Malú, además, su voz me recuerda mucho a Herm Espero que les haya gustado...
Sobre los encantamientos de los Slytherin, el encantamiento invisibilizador está prohibido en Hogwarts y por ello, no se puede abusar de él. (Miedo a que Dumbledore lo detecte ;) ) Es magia negra, como el hechizo congelador que usan para quitarse de en medio el retrato de la sala común de Gryffindor.
Ya sí, llegó la navidad, en el próximo capítulo, Hogwarts se quedará muy solito :( O casi.... :P
Uff! Ya 11 capis! :'( Ay que lloro! No saben lo que siento! Uff, estoy super feliz y todo gracias a tods vosotrs! Millones de gracias! Os adoro!
Nuevamente gracias por la paciencia. Prometo que el siguiente capítulo les gustará :P jejejeje.
Una pistilla para que se coman la cabeza......o no, mejor...una afirmación...¡Draco y Herm cantaran un "dúo"! Pero bastante especial... ;) Ya verán!
Bueno, me despido con la promesa del capítulo 12 para casi Agosto pero...;) ¡será bueno!
Os quiero muchísimo!!!Miles de besos!!
Lira Garbo
Siempre es de noche
Alejandro Sanz
Cuéntame, cómo va cayendo el sol.
Mientras hablas pensaré:
Qué guapa estás, que suerte ser
la mitad del cuento de un atardecer
que observo al escucharte,
porque mis ojos son tu voz.
Acércate, que cuando estemos, piel con piel
mis manos te dibujarán
tu aroma me dirá tu edad.
Junto a ti, unidos sin saber por qué
seguramente se me note
el resplandor de una ilusión
porque a tu lado, puedo olvidar.....
Que para mí siempre es de noche,
pero esta noche es como un atardecer,
ssi logras que a la vida, me asome,
tus ojos sean los que brillen
y la Luna que la borren,
que en m eterna oscuridad,
el cielo tiene nombre, tu nombre,
que no daría yo por contemplarte
aunque fuera un solo instante.
