El pianista


¡Anuncio importante!

Antes de contestar los reviews y abrir el capítulo diecinueve quería daros una importante noticia.

¡Van a traducir "El pianista" a ruso! La persona encargada se llama Mirabella y me ha pedido por favor si puede traducir la historia para su página. La dirección es esta -- -- con tres W ;) jeje, evidente :P Todavía creo que está preparándola pero al inauguración estará ya mismo.

Espero que podáis y pueda yo misma ver un capítulo del pianista en ruso jejeje, ¡os tendré al tanto!

¡Juntos vamos a más!

Nuevamente gracias sin vuestro apoyo ahora "El pianista" no sería lo que es. ¡Gracias a todas!

Contestación a reviews

Rasaaabe: Wola mi niña! Jajaja, bueno te has superado, me encantó tu review! Weno pues Draco no es tan perfecto como pensábamos, bueno, nadie es pefecto. Además muchos me culpan de que hago un Draco muy tonto, muy romántico y sentimental y pierde esencia de "maldad" Me pican. Hermione se está metiendo en dos problemas graves, Parvati Patil y Pansy Parkinson. Sobre Blaise Zabinni, yo lo comprendo, envidia a Malfoy y quiere ser el líder en todo por eso, destruirlo y quitarle lo que quiere es un reto y una ambición peligrosa. Jajajaja, pobre Ron, mi misión en "El pianista" es que termines queriendo a Ron!!Es un reto!Jajaja, espero conseguirlo! ;) Yo entiendo a Ron porque, básicamente a mí también me ha pasado, yo también he sufrido mucho por un amor no correspondido y he hecho muchas tonterías por él. Por eso me da mucha pena y me gustaría que todos lo comprendieran. Y no te creas que Ron es tan tonto que sabe más de lo que dice :P Supuestamente, Parvati duerme en el lado donde durmió la noche que ella y Ron estuvieron juntos. Es como algo que ella tiene en la mente, la noche que pasó con Ron y él durmió en una parte (lógico) y ella en otra. (O no esperarás que duerman en la misma :S) Jejeje Weno pues Seamus y Lavender son muy poco cohibidos. Ala, ahí en medio del pasillo! xD Y Harry y Ginny no son tan tontos como algunos creen, jijii. Pues sí, el partido va a ser difícil porque date cuenta que ambos protagonistas están entre la espada y la pared, entre su casa y su amor. ¿Qué eligirías? Yo soy Hermione y...no puedo decidir. La relación de Draco y Hermione es de todo menos frágil, están preparados para aguantar cosas duras porque su amor es fuerte, no es un simple capricho, no arriesgarían tanto por un capricho. Por ello no van a dejar su amor por nada. Weno cariño, mil gracias por tu review. Anímate por favor, con los estudios me refiero, yo sé que vas a superarlo con tu esfuerzo y tus ganas!Así que dale duro al estudio que luego da frutos!Muchos besos y suerte en todo!

Rida: Wola wapisima!! Me alegro de que te guste!Jeje, la verdad ser una alegría para ti es gratificante! Yo ya no siento ada más por el grupo Ron, Parvati, Pansy y Blaise que pura lástima y tristeza...Aunque eso del amor no correspondido es demasiado duro :( sí..¡Leíste mi "No es historia de amor"!¡Qué lindo!:D Es mi historia preferida porque fue muy importante para mí, la primera....siempre marca. Mil besotes!!

Dark Raxiel: Wola mi loki!¿Cómo anda mi loka preferida?Weno cada vez que te veo por aquí tienes que irte a dormir...mmm...sospecho cosas raras. Weno pos de todas maneras mil gracias porque no te veo faltar ni una vez en ningún capítulo y me alegro de verte!Creo que Blaise es bastante sadomasoquista y le gusta ver sufrir a la gente, nada más. La divierte ese juego con Pansy. Es así de malo. Weno preciosa, cuídate mucho y sé feliz!Besazos!

Jaz..: Wola wapa!Muchas gracias!Bueno la verdad que el apoyo de todas vosotros es lo que me da fuerza para continuar porque es increíble, cuando veo la cifra me emociono!Muchos besotes y gracias por todo tu apoyo!

Jenny Anderson:Wola linda!Muchas gracias!Weno ahora se desvelarán tus dudas!;)La verdad que yo también siento mucha pena por....casi todos. "El amor, es luz y oscuridad, puede dar vida y quitarla." Qué bonita frase!Preciosa mil besos!

Hitomi Felton: Wola preciosa!!Pues sí, recordé que en tus fics había visto publicidad, jejeje, de ese fic y los de Taeko, pero es que a mí Ginny/Draco...NO. Jeje Gracias por colgar el capi de "El secreto de los Malfoy", supongo que me verías por los reviews...(Dayana me cae como una patada...:P)Sobre "El pianista". : ¿Qué Blaise quiere violar a Hermione?¿Dónde y cuándo?: ¿Qué quiere hacer un trío con ella y Pansy? xD xD Buena cosa inventas!jajaja, no sé...eso no creo que le importara!Las dos condiciones de Rick Davids (creía que tenías más imaginación, querida ingenua :P) Son los dos atributos femeninos por excelencia (en fisico) ¿Lo pillas? Bueno ahora descubrirás lo que descubrió nuestra querida Pansy! Besotes wapetona!

Amyingrid: Wola wapa!Ahora mismo acabo de estar leyendo "Preludio de amor", jeje. Weno pues Draco No es perfecto (gran "ooo" de fondo xD) y tmb se olvida cosas, como por ejemplo su aniversario. Aunque claro, es normal, el pobre tiene mil cosas en la cabeza!Mil besazos!!

Padme Gilraen:Hola wapa!!Jajaja, bueno, ese momento que el sueño de Draco se haga realidad, llegará, tranquila Aunque...hacerlo encima del piano..un poco incómodo, no? xD Por mucho "Pretty woman" que nos den a ver :P Muchos besotes linda!Sé feliz!

Ayda merodeadora: Wola mi niña! Gracias por preocuparte!(K)Ya toy bien!Oye que te intenté agregar y mi messenger (que anda cuando quiere) me dijo que nada de nada, ¿me puedes agregar tú?Mira mi dirección es la normal de hotmail con logarbo, ¿ok?Está en mi perfil si tienes problemas. ;) Weno sobre Pansy, Blaise, Draco y Hermione....todo es un enredo! ¿Y no te decides por la casa que apoyarás en el partido..?Mm....ya puedes decidir, eh!:PBesotes linda!Sé feliz!

Earathien:Hola wapixima!Cariño, lo siento, no quería que te sintieras mal!Sólo es que las cosas están llendo por ese camino...Bueno, Pansy me da mucha lástima, como Parvati, están cegadas. Weno qué honor!Le pasaste mis historias a una amiga y todo :# Gracias por las molestias Todo en esta vida es practicar y también, quiera que no, valer para ello. Yo soy una absoluto desastre dibujando xD Sobre lo de publicar historias orginales, ¿por qué no en alguna comunidad de escritores en hotmail?Es que no conozco ninguna...pero en ffnet...mm...creo que no hay sitio :( puedes meterla en alguna categoría y al dar la dirección darla de todos modos Weno preciosa mil besos!

Afrodita: Hola wapetona!Parvati embarazada...¿estás segura? Yo no digo nada. Po zi tía nos pasa a casi todas, estos Slys nos tiene medio zumbadas entre tanto masoquismo y tanta maldad...eso de pasearse en bolas por la habitación y marearnos a todas!Jajaja. Bueno no es fácil la situación de Draco y Hermione, a pesar de que luchen contra todo, las cosas son bastantes complicadas. Besos!!

Blakis girl:Wola linda! Jajaja, no, no me mates que sino no podré actualizar :P Ah...yo no digo nada, no sé con qué Gryffindor se encontrará...lo leerás en breves instantes!La verdad es que el secreto lo sospecha demasiada gente y tarde o temprano, como todo, se tiene que descubrir. Weno si quieres mándame al correo más letras de Lucybell o ponlas aquí mismo.;)Muchos besos y te espero!

Leonysse Weasley: Wola wapa!Pues se supone que Zabinni la chantajea por algo...no?Se supone que ese chantaje es decirle el nombre de la chica que está con Draco a escondidas entonces, la conclusión es que sí lo sabe. Espero no decepcionarte!Besotes!!

Arien: Wola mi niña!!¡Qué bien que te gustó el capi!Yo estaba bastante insegura porque no me terminaba de gustar pero por falta de tiempo pues me decidí. Jejeje, pues la verdad Ron sabe más de lo que dice :P Todos lo creen tonto pero en verdad no tiene ni un sólo pelo!La verdad que cuando estamos enamorados vemos las cosas distintas, como otra realidad creada sólo para nosotros. Eso puede pasarle a Ron con Herm...No despegues el ojo de Pansy y Blaise!!La verdad que ya dije que Blaise da mucho morbo y también acción porque es un caso muy parecido a Draco, Slytherin, ambicioso, malévolo...jajaja, nos están pervirtiendo!Bueno, en mitad de la noche Pansy pudo haber encontrado hasta a Ginny!Pero nos saquemos conclusiones precipitadas, ya nos sacará de dudas la misma Parkinson. Interesante duelo de quiddich, ¿con qué equipo vas? Muchos besos precioosa!Sé feliz!

Larapotter16: Wola Lara!¿Qué tal? Bueno me alegro de que mantengas la intriga y las ganas de seguir leyendo el fic, es una alegría muy grande para mí. ¡Qué bien que te guste Chayanne!La verdad es que a mí me encanta, tiene una voz tan dulce y unas letras tan hermosas...:) "Y tú te vas" tmb me gusta mucho...pero es que hay tantas!Son todas bellísimas!Sobre el capi: "A veces preferiría, simplemente, no existir." La verdad que es muy triste la frase y me dolió ponerla porque Ron es de mis preferidos. Me siento mal por hacerle sufrir. Tienes toda la razón en lo que dices, Ron idealiza demasiado a Hermione, quizá su sentimiento no sea tan grande ni tan fuerte y sólo lo mantenga por una ilusión, un sueño casi imposible. Parvati embarazada. Ya se desvelará el misterio más adelante. ;) Pansy no deja claro quien es la mujer con que se encuentra, puede ser cualquiera aunque, eso sí, es una Gryffindor. Zabinni me da muchísimo morbo (todo hay que decirlo) es también uno de mis preferidos y eso que nada más sale una vez en el libro original xD Weno te explico las caras, XD ó xD es una cara riéndose mucho si la ves doblada la X parecen los ojos cerrados y la D es la boca abierta; después :P es una carita sacando la lengua! Perdóname por usarlas tan frecuentamente, es la adicción del messenger. Ah y este que acabo de poner es una carita feliz, como dos ojitos como los del manga, entrecerrados con gracia. Espero haber saciado tu duda y si aún no entiendes, no dudes en preguntarme. Muchos besos!!Te espero!!

Annie Ryddle:Wola linda!Gracias! Jaja, bueno yo no soy mala, eh :P Lo que pasa es que me gusta dejar intriga en la historia para que no perdáis las ganas ni os aburra ¿No te gustaba Draco? A mí siempre me ha encantado...es todo lo que me gustaría en un hombre....(suspiro...)que pena que no exista. Y sobre Pansy y Parvati, me da mucha lástima su actitud porque no se dan cuenta de que las que pierden son las dos. Bueno sobre tu pregunta, yo estoy estudiando 3º de Eso, no sé qué grado será allí en México...sólo sé que llevo pues unos nueve años estudiando, jaja, que hartera! Para ir a la universidad me quedan tres cursos. :) Y quiero estudiar periodismo aunque mi vocación y mi sueño es ganarme la vida escribiendo. Me despido preciosa, gracias por tu apoyo!Besos!

Andrea Malfoy2:Wola ma petit amie! Je suis trés bien!Jajaja, qué francesa ando. Bueno, mejor tarde que nunca!Además ya me entristecía pensar no verte por el capi!Contestando al review. La última que puse es de mis lokos, "El canto del loco" es un grupo español de pop-rock Me encantan!Sobre la de Chayanne, uff...me mata esa canción y todas las de él...es tan lindo!La de "Cuando nadie me ve" tmb quiero ponerla pero hay que buscarle un huequito, toy en ella. Hay que luchar mucho para poder estar en "El pianista", jaja. Weno sobre Blaise Zabinni...ya lo dije muchas veces y es cierto..¡somos unas morbosas!Buah, nos encantan que sean malos con nosotras...si es que somos masocas!Pero por Dios que cuerpo, que hombre...(respira, Lira, respira) Ahora, eso sí, es un cerdo chantajeando a Pansy para acostarse con ella. Pues la verdad que Ron se siente un poco solo por todo lo que le está pasando, aunque él tmb tiene culpa, eh!Weno y sobre el final que dentro de poquito te será desvelado (ahora mismito, casi)puede ser o no puede ser. ¿Quién será esa Gryffindor??Jiji, besotes mi niña!

Traviesa1500: Wola wapetona!Gracias!Me alegro de que te gustaran los capítulos!La verdad me encanta que os quedéis maldiciendo que se acabe la historia en un punto que os deja intrigadas, jejeje. Soy mala, pero sólo un poquito :P Es por vuestro bien!Y bueno, siempre se puede poner más tristeza...:P Como más alegría!;) Mil besos!!

PiaGranger:Wola preciosa!Gracias!Bueno lo que has dicho no es cierto. Dices que parece que están tramando cosas contra Hermione porque la han descubierto y a Draco no, ¿estás segura?Jeje, qué me sonrojas!Bueno yo creo que como personas que "son", los personajes tienen personalidad propia (algunos más y otros menos) pero se deja claramente ver cuál es su actitud durante la historia y de qué van "Prisionera de un sangre limpia" es totalmente distinta a "El pianista" por eso normalmente los que leéis este fic no leéis el otro pero siempre hay excepciones!¡El canto del loco!Te lo recomiendo, si puedes bájatelo de algún buscador o lo que sea porque aquí en España tienen mucho éxito y cantan muy bien con unas letras muy bonitas! ;) Y Chayanne es el rey de la balada (L) Yo me enfado con J.K. Rowling porque parece que en el libro fueran o todos buenos o todos malos y por eso yo creo un Draco Malfoy humano, que tiene sentimientos y personalidad, no un estúpido como ella lo pinta en los libros. Me gustó mucho lo que dijiste, me alegro de que el fic te haga pensar, esa es una función que tiene. No es algo que leas y te quedes igual que al principio, yo no quiero eso, quiero algo más profundo porque sino...escribir no te ratifica. ¡Ya te agregué al messenger!Espero que coincidamos pronto y podamos seguir conociéndonos. Sino nos vemos por aquí de todas maneras, jeje! ;) Seguimos en contacto!Espero que te siga gustando!Mil besazos y gracias de nuevo!

SumeR : Wola wapisima!Una pregunta antes de nada, ¿tu ves O.C? ¿Te llamas "Summer" por la chica de la serie?Una curiosidad mía! Weno contesto tu review. Gracias linda! Hay intriga, todo está bastante revuelto, parece que lo sabe mucha gente ya y no tardará en explotar la bomba. Zabinni y Parkinson, jaja, pues la verdad que a mí me da mucha pena Pansy porque ella no es mala del todo, sólo está obsesionada con Draco, lo mismo que le pasa a Parvati con Ron, es triste pero eso pasa en la propia vida real. Jajaja ,weno yo no he negado que Parvati esté embarazada, como tampoco lo he afirmado. Quedará en duda. Sobre la regularidad con que publico, en este fic me es un poco más fácil porque, yo que sé, se escribe solo! (No tanto pero casi :P) Pero luego mi otro fic "Prisionera de un sangre limpia" habla con los que lo siguen y verás como me crucifican :P De todas formas yo intento escribir siempre un poquito, lo que me puedo escapar de tantos deberes en el instituto!Weno gracias otra vez por seguirme y tu apoyo!Mil besos!Que te vaya bonito!!

Tyson violador: Wola!Muchas gracias! Es un verdadero honor y la verdad me sonrojan tus lindas palabras. "No es historia de amor" marcó un ante y un después en mi forma de escribir y en mí misma. Fue preciosa y yo también lloré, jeje. Weno ahora sobre "El pianista", quería hacer algo nuevo y, salió esto. Un fic-musical Creo que en toda buena historia debe de haber un poco de tragedia, ¿no? :P Y eso es lo que pasa!Parvati encontrar paz, lo veo difícil, tiene el alma corrompida. Sobre el messenger, yo te agregué, creo :S Mi mail es logarbo ;) Espero que charlemos por el msn!Besotes!Nos vemos por aquí!

Kmila: Wola wapa!Me alegro de que te guste mi historia!La verdad que yo tmb adoro el romanticismo y me considero una persona muy muy romántica y soñadora. Por eso quizá salió este fic y esta trama de amor. Muchos besos!Espero que te siga gustando!

Karon: ¡Hola mi niña!Me alegro mucho de verte aquí! ¡¡Es un honor ser de tus escritoras favoritas!La verdad me honra! Luego sobre tus respuestas, no te fies, todo no es como parece. Espero que te guste el capi y disfrutes con las maldades y bellezas de los personajes!Mil besos!Cuídate!Que te vaya bonito!

PhoebeHermione: Wola preciosa!De nada!Estoy atenta a que me invites a leer otra historia tuya :) Bueno, ahora mismo saldremos de dudas sobre la persona que vio Pansy. Zabinni no sé lo que sabe (sí, lo sé pero no puedo decirlo) ahora, Pansy demostrará en este capítulo todo lo que sabe...Gracias por tu apoyo!Mil besos y que te vaya lindo!

Sweet-ally: Wola mi niña!Qué de tiempo!Me alegro de que tengas internet y pueda verte por aquí! Jejeje, Herm se llevó un sustito con eso de que Ron sabía lo de su amor secreto...Y entre Blaise y Pansy malas redes pueden tejerse. Jajaja, me hizo gracia eso de que sólo tienes dos palabras para mi fic "pobrecito" y "horrible", jijij ;) :P Sobre la frase, jiji, muy bueno! "Ela, amiga, amante, compañera, prisionera...ella", por supuesto que tiene doble sentido! Mil besos mi niña!Cuídate y que te vaya bonito!


19. Cómplices

Estaba totalmente paralizada mientras miraba a la mujer que tenía enfrente.

Sentía el galope doloroso de su corazón, como latido tras latido se descomponía. El sudor caía por sendos lados de su frente. La boca reseca con la garganta sin poder exhalar sonido, palabra o aire mismo.

El nudo de emociones y sentimientos se hacía intenso y muy doloroso.

La luz alumbraba sin dobles caras a la Gryffindor.

Pansy, simplemente, se sentía perdida en el universo de la noche.

Por la mente le pasó galopando el momento en que conoció por primera vez a Draco Malfoy en una reunión de sus padres. Los Señores Parkinson y los Señores Malfoy, grandes amigos, grandes motífagos, almorzaron juntos en un lujuso restaurante.

Cuando su mirada azul se clavó en las pupilas de hielo del rubio platinado, creyó morir al instante.

Quizá era demasiado niña para calificar su sentimiento como amor y más bien fue un salto de su pequeño corazón que minuto a minuto persiguió la imagen de Draco Malfoy en su cerebro persignándola como el hombre de sus sueños.

Él era frío, silencioso y atractivo. Era un niño cuando se conocieron pero en la mirada triste llevaba enlazado el destino.

Durante la comida apenas pudo probar bocado. Su madre la regañaba con insistentes miradas que ella no era capaz de acatar a pesar de la severidad de sus padres.

Sólo daba vueltas y vueltas a un alimento vacío pues había perdido el hambre y el resto de los sentidos.

Delante, Draco ignoraba su presencia, mucho más lejos de lo que ella podía imaginar. No sólo la distancia física que los separaba en la mesa sino la interior que los separaría toda la vida.

Desde ese momento lo deseó, soñó y adoró con todas las fuerzas de su alma. El recuerdo del niño sobreviviría para realzarse con la del adolescente casi adulto en que poco a poco se convertía.

Al principio de su estancia en Hogwarts se dedicó a mirarlo a escondidas, de reojo, sin delatarse con palabras o acercamientos, a una distancia prudencial. Ya en su segundo año no pudo olvidar los caminos que su corazón iba trazando y se dedicó a vanagloriarlo con cada acto. Quiddich, clases y pura vida en la Sala Común junto al resto de compañeros.

En los tres años siguientes todos supieron el secreto a voces de que Pansy Parkinson estaba eternamente enamorada del buscador de Slytherin, Draco Malfoy.

Él siempre la ignoró, tratándola como al resto, como una vulgar chica más del montón que besaba sus pasos. Pero la rubia nunca se quedó de brazos cruzados y amenazaba a sus conquistas de una noche con el rigor de sus advertencias y su fina varita.

Creía que así saltaría el hoyo que los separaba, sin detenerse un instante a pensar que no era sino algo más grande y profundo, un enorme abismo sin fin.

No importaba que él la humillara, ni que no le prestara atención, ni que bromeara sobre ella duramente...¿qué importaba? Sólo ser su pensamiento un microsegundo, bastaba.

Había sido el objeto de los hombres para prepararse para ser la mejor amante, había fingido amor hacia otro sólo para saber que su amor hacia él era el más grande, se había humillado ante una serpiente sólo para saber un doloroso secreto que la estaba matando.

Y ahora, frente a la asesina de todo su mundo, temblaba sin voz.

Se daba cuenta de demasiadas cosas....

- Parkinson, ¿qué haces aquí?

Pestañeó sintiendo sus párpados fríos y la cuenca de los ojos, húmeda. Vio la oscuridad tridimensional sintiendo un mareo.

Se aclaró la voz intentando parecer segura pero era demasiada la inseguridad que acechaba.

- Soy yo la que debería preguntar eso...Patil.

Parvati rodó sus ojos negros por el techo apuntado y se mordió un labio.

- Paseo.

- ¿Muy noche para pasear, no crees?

- No tiene por qué. Me relaja tener espacio en los pasillos. - sonrió pícaramente. - Además, sólo se escuchaba el silencio.

- ¿No hay otro motivo?

Parvati negó con la cabeza mientras se miraba aburridamente las uñas.

- ¿Qué otro motivo podría haber?

- Dímelo tú.

¿Por qué fingía? ¿Por qué no iba directamente a acatar el problema, matándolo de un golpe? No era capaz. Había luchado por estar allí y no era capaz.

- No tengo nada que decirte.

Pensó en Draco. No. Era imposible.

- ¿Te ves con él, verdad?

- quién?

- ¡No finjas! ¡Te ves con él! ¿Dónde?

- Parkinson, deliras.

- Patil...

- Yo no me veo con nadie. No espero a nadie. Sólo salí a pasear. Como haces tú. Debes comprenderme.

Pansy giró la mirada hacia un callejón oscuro.

- Sí. Ambas estamos aquí por la misma razón.

No sabía cuánta razón llevaba aquella afirmación.

Se dio la vuelta lentamente y la luz brilló en su mano. Dejó a Parvati sumida en penumbra y se dispuso a alejarse hasta su sala común cuando la Gryffindor la llamó.

Volteó medio cuerpo para encontrarse los ojos de Parvati dentro de los suyos.

- Tú lo sabes, ¿verdad?

Se mantuvieron la mirada un tiempo sin decir nada. Pansy agachó la cabeza y habló con desdén:

- No sé de qué me hablas.

Caminó envuelta en las sombras, sintiendo el peso de su conciencia y de sus pensamientos.

Se alejaba y bordeaba el lateral cuando oyó como un suspiro pronunciar a la Gryffindor dos palabras encadenadas: "Hermione Granger".

ooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

Con un dedo recorría sus labios mientras ella sonreía por el contacto tibio de su piel. Los grises ojos de Draco Malfoy penetraban en sus defensas, rompiendo las barreras invisibles que los separaban.

Hablaban con la mirada sintiéndose plenos en cada destello, en un abrazo continúo que no podía unirlos más.

Sumidos en una paz suave y hermosa, ignoraban la presencia de alguien en los pasillos. Ignoraban que Pansy Parkinson y Parvati Patil estaban a unas cuantas decenas de metros de ellos.

Sin embargo, aún, no tenían nada que temer. A pesar de haber cometido muchos errores, la sala del piano era su más segura morada. Los cuatro ignoraban dónde se situaba. Todos lo intuían pero ninguno podía saberlo.

Encerrados en la habitación, acostados en el sofá abierto como un cómodo colchón de plumas, se acariciaban con dulzura, sin hablar pues no querían irrumpir el momento con bochornosas expresiones que no podían acercarse lo más mínimo a sus sentimientos.

Besó el final de su pequeña barbilla y ella subió lentamente la cabeza mientras él besaba todos los rincones de su cuello. Su olor propio parecía inundar todos sus sentidos mientras exploraba su piel dorada. Era como pasear entre algodones y derrumbarte en mares burbujeantes.

Hermione abría y cerraba los ojos mecida por las caricias del pianista que delicadamente rozaba su cuerpo con suma tersura y tranquilidad, sin prisas, sin pausas, sin durezas ni exigencias.

Hermione tragó saliva mientras él torneaba sus caderas y su cintura besándola en la parte izquierda.

Se sentía totalmente eclipsada entre las atenciones cariñosas y apasionadas que él le dedicaba. Se sentía bien con su contacto y su ternura. Era, simplemente, feliz.

Se abandonaba en él mientras sentía como su sol radiante dormía a espaldas de la brillante y tentadora luna. Como su vida era trasbasada al segundo plano cuando entraba en aquel cuarto y cambiaba el rompecabezas.

Él sopló en torno a sus labios mientras ella los entreabría esperando su acercamiento que no llegaba. La besó en las mejillas, en los párpados, en torno a los ojos, en la punta de la nariz, en la frente...de nuevo en el cuello y volvió a soplar en sus labios como esperando que se delatara su deseo.

Una de sus manos llegó a su nuca, acercándola a él con un masaje. Pero no la besó en la boca, sino que siguió soplando pacientemente mientras la respiración se hacia más rápida, abandonando la pausedad.

Entre el lío de sus piernas y la soledad de sus palmas abiertas en el colchón, sus corazones a distinta altura en un mismo latido subsconciente.

La música sonaba con el piano con vida propia tocando canciones de Bath y Malfoy.

Entre ello el aire, el corazón y el roce de las pieles era apenas suceptible.

El deseo era un arma afilada que empezaba a desprenderse por todo el cuerpo de la pequeña Gryffindor que tragaba saliva, abría y cerraba los ojos y los labios y sentía como su cuerpo se encerraba en trámites indecorosos.

La libertad de su cuerpo era imposible en aquel uniforme, entre las mil y una tapas de su verguenza.

Él la veía hermosa y soñaba con su desnudez, ella se sonrojaba en pensar en él y nunca lo admitiría. Lo deseaba demasiado pero era demasiado responsable.

A veces se dejaba llevar por sueños censurados en su mente de prefecta. Aquella tarde en la biblioteca, entre un trabajo de Historia de Magia y un proyecto de investigación de Criaturas mágicas.

El vello se le erizaba al pensar en él.

Se había puesto un dedo en la barbilla, mordido el labio inferior y sentido como en entre el pecho se le formaba un nudo extraño que subía por su garganta.

Leves punzadas se repartían por todo su cuerpo al imaginarlo sonreír, al imaginar su olor tan característico, su fuerza, el desgarre de su mirada, ese color gris que sabía a hielo, esa piel pálida, extremadamente suave, sus manos expertas, tocando el piano o tocándola a ella.

Se había ruborizado y tapado en el interior de un libro. Cerró los ojos mientras su frente chocaba con las desgastadas páginas y ahogaba un clamoroso gemido en su interior, tragándolo con vigor.

Verlo esa noche, con la corbata tan desanudada y la camisa tan pegada, con el pantalón marcado y esa sonrisa la había hecho pensar que debería dar media vuelta y sumergirse en el lago helado.

Y ahora, debajo de él que delicadamente la mataba en deseo, se sentía morir en cada caricia.

Pensar en algo que nunca había pasado por su mente le hacía cerrar los ojos y verle a él. Era instintivo, inmediato e increíble.

También ella tenía sexualidad y deseos. Era una adolescente, una mujer y un ser humano.

No sentía el dolor de su estómago que sin embargo era creciente, ni el calor de su cuerpo que era demasiado.

¿Y él? ¿Qué sentía Draco Malfoy? Parecía indiferente a todos esos sentimientos. Él se limitaba a exhalar un pequeño sorbo de aire en sus labios y acariciarla con dulzura infinita.

Pero ella quería más y se negaba a admitirlo. Ya no quería ternura, quería algo más salvaje. Se avergonzó de pensarlo. Obscena. ¿Por qué? ¿Acaso era malo? Sí. No. Dios.

- Bésame... - suplicó en tono bajo.

Él se acercó lentamente, muy lento hasta posar sus labios en los de ella. Hermione sintió la corriente eléctrica recorriéndole y como todos sus músculos se tensaban mientras su piel lanzaba chispas.

Era tan delicado como un escultor de porcelana. Ella era el cristal que se podía romper de un momento a otro.

La besó tan suave que creyó que se iba a deslizar como un caramelo en su boca. No, no quería tanta dulzura, quería pasión y él la tenía dentro a borbotones.

¿Por qué era así? ¿Por qué la torturaba con esa lentitud cuando su cuerpo quería precipitación, torpeza, rudeza y todos aquellas cosas repentinas sin premeditación alguna?

Lo sujetó por el cuello y sus labios rítmicos se convirtieron en curvas peligrosas que se rodeaban con surcos sinuosos.

Cuando se separaron ambos estaban rojos.

Se percató del peso de su cuerpo masculino contra su frágil estructura. Sus abdominales marcados ante su vientre liso y sus largas piernas con sus curvas femeninas y sus muslos redondos.

Él era un hombre, o un proyecto, y ella, era una mujer.

Se miraron. A Hermione le brillaban los labios y pequeños puntitos en los ojos marrones.

Draco se pasó una mano por el pelo.

Era demasiado. ¿Cómo podía aguantar eso? Necesitaba sentirlo extremadamente cerca, necesitaba no tener aire ni frío alguno sino intensidad en su cuerpo y en su corazón, acallar ese dolor en el estómago, ese temblor en las piernas y ese dolor punzante alrededor del pecho.

- Te deseo. - dijo lentamente.

Él se deleitó con cada letra sabiendo que era cierto y que lo sabía con certeza. Ella le deseaba tanto como él la deseaba a él.

- Eres valiente. - le susurró él, cómplice.

- Soy una Gryffindor. - dijo ella sin dejar de mirarle, como si esa aclaración lo aclarase todo.

Draco miró al piano, intentando olvidar lo que sucedía. Pero volvió a ella y tragó saliva.

- ¿Quieres?

Hermione quería, claro que quería. Por supuesto que quería.

- ¿Debo?

Draco dibujó una mueca en la cara. Bufido, burla o sorna.

- Los seres humanos hacemos muchas cosas que no debemos, porque queremos. - murmuró.

Hermione asintió.

- Sí pero podemos arrepentirnos después de hacerlas.

- ¿Te arrepentirás después de haberme entregado tu...deseo?

- Mi deseo. - repitió ella más lentamente. Abrió la boca. - Mi cuerpo.

Le miró. ¿Qué temía?

- ¿A qué le tienes miedo, Hermione? - suspiró él con la voz ronca.

- A que salga mal.

- No va a a salir mal. - dijo con tanta convicción como lo pensaba. - No puede salir mal. Porque yo te amo y tú también. Eso es todo lo que hace falta.

- Pero... - cerró los ojos como una pausa. - Tú tienes más experiencia, tú...

- No he estado con tantas chicas como crees.

- ¿No?

Él respondió muy serio.

- No.

Hermione se estremeció. Lo deseaba, lo deseaba con todas sus fuerzas y una ansiedad insistente se estaba apoderando de su cuerpo poco a poco. Lo deseaba. No podía soportarlo un minuto más, estar allí y no ser parte de él, con un anhelo increíble.

- Quiero hacerlo. - dijo con un suspiro.

- Pero yo no.

- ¿Qué?

Draco se levantó rápidamente y la dejó postrada en la cama, sola. Hermione apoyó las manos y se incorporó.

- No te entiendo. - dijo confundida hasta el extremo.

- No quiero hacerlo.

- ¿No...me deseas?

Draco se apoyó en el piano y la miró de reojo.

- Con todas mis fuerzas.

Sin poder evitarlo, Hermione sonrió.

- ¿Entonces...?

- No haré nada hasta que no estés segura de que no te vas a arrepentir. Y ahora mismo...aunque lo pidieras, no lo haria. Aunque...- bufó. - joder, no.

Hermione arqueó una ceja.

- Será mejor que me vaya...

- No, quédate. Quédate por favor.

- No, no, no...

Se levantó a tientas de la cama y se abrochó la túnica.

- Tengo que...calmarme y darme una ducha muy fría...

Se había colocado enfrente de Draco que le miraba con cara burlona, como si de un momento a otro fuera a reír estrepitosamente.

- Y veo que tú también.

Rápidamente le dio la espalda, sin saber por qué. Oyó la risa de Hermione a su espalda.

- Muy graciosa, Granger.

- Yo también te quiero.

La Gryffindor le besó en la mejilla y se dirigió hacia la puerta. Él la vio y la atrapó entre la pared y su cuerpo que ardía.

Se miraron y acto seguido él la besó con esa pasión que ella pedía a gritos en su mente. Hermione se agarró a su cintura mientras él colocaba las manos en la parte superior de sus muslos y la apretaba fuertemente.

Con pasión se besaron y acariciaron fervientemente hasta que se les acabó el aire y las ganas eran desmesurables.

Hermione levantó un dedo y Draco se alejó lo justo para que ella accionara el pomo de la puerta.

- Hasta mañana. - dijo en un suspiro.

- Adiós...

Ella se fue casi corriendo por el pasillo directa a la ducha y él resbaló hasta el suelo, echando la cabeza hacia atrás mientras apretaba las manos en su cabeza murmurando "Hermione".

ooooooooo

El balón sobrevoló el aire mientras la atenta cazadora giraba bruscamente su trayectoria hacia el lado contrario.

Alzando los brazos atrapó la quaffle ante la mirada inquisitoria de su hermano quien pestañeaba viendo al otro lado a Selina Williams.

Con un rápido movimiento, Ginevra Weasley pasó a su compañera quien sin dejar de mirar al guardián cogió la pelota, pasándola de nuevo. Ron volvió la vista a su hermana que, nuevamente pasó a Selina.

El pelirrojo sabía el nuevo acto y se apresuró a una estirada por la porteria mientras la quaffle no entraba. Pero, las cazadoras sonrieron pícaramente, habían conseguido engañarlo.

La quaffle taladró el aro desde manos de la menor de los Weasley.

Ambas chocaron las palmas de las manos mientras el capitán dibujaba en su rostro anonadado una tonta sonrisa.

Los ojos de su novia se cruzaron por su mirada esmeralda que le guiñó con coquetería.

Mientras el buscador seguía con cara de enamorado, Seamus y Bruce reían junto a Dean que observaba desde lejos, ya que sus compañeras no le tenían muy en cuenta.

Al cabo de un minuto, Harry cayó en gracia de lo que sucedía y procedió a borrar la sonrisa de su cara y todo resto de "Estoy enamorado".

- ¡Muy bien, Ginny! ¡Sigue así! - gritó con énfasis.

Seamus murmuró algo al oído de Bruce. Joel rió tapándose la boca con el guante de cuero.

- ¡Vosotros dos! - siguió éste señalándo a los golpeadores. - Os veo flojos. En realidad os veo flojos a todos menos a las chicas. Creo que tres vueltecitas os despejarán.

- ¡Estás de broma, Potter! - rió Dean.

Pero su gesto serio no decía lo mismo.

Con un bufido los tres bajaron al campo con sus escobas y se encaminaron con desgana a correr.

- ¡Más rápido!

Ron, mientras tanto, apoyado en el aro de la porteria observaba a lo lejos las copas de las montañas nevadas.

Su mejor amigo, con pesar, desvió la vista de su novia y voló hasta él, colocándose justo enfrente.

Ron no le miró.

- ¿Qué tal? - le preguntó, mirando en la misma dirección.

El pelirrojo se encogió de hombros.

- Ey, no pasa nada. El disparo fue muy bueno. Tu hermana tiene un buen tiro.

- Ya, lo sé.

Hablaba como si las palabras fueran pastosas y no dijeran nada. Desganado y sin ningún ansia.

Harry se mesó el pelo mojado por el sudor y se quitó las gafas, limpiándose los ojos.

- Tío, ¿no piensas contarme lo que te pasa?

Agachó la cabeza mientras muy lentamente clavaba sus orbes azules en los de su amigo.

- Me acosté con Parvati.

Harry abrió los ojos ampliamente y miró al suelo, muy sorprendido, para volver a su amigo con una mueca.

- Felicidades. Nadie lo diría. Apenas hablais.

- Fue en la fiesta. Estaba borracho.

Harry silbó.

- Eso quiere decir que... - caviló.

- Que no me acuerdo, que le he roto el corazón, que soy un cabrón y que me odia.

- Ya veo. Estás completo.

Ron suspiró.

- ¿Y se puede saber por qué semejante estupidez?

Esta vez la respuesta fue un silencio claramente incómodo para ambos.

- Está bien. Si no quieres, no me lo digas - dijo con el tono un poco molesto Harry mientras se alejaba un poco del aro.

- Harry...

La llamada de Ron le hizo detenerse y se volvió levemente, ladeando la cabeza:

- Sé que estás muy ocupado con mi hermana y no soy nadie para recriminarte pero...estoy bastante jodido y hasta ahora parecías no haberte dado cuenta.

- Ahm...lo siento. Verás, Gin y yo...

- No me tienes que dar explicaciones. - le cortó con la mano estirada. - Sólo quería que lo supieras para que me entendieras.

Harry asintió.

- Perdóname, tío. Fallo mío.

- Perdonado.

El buscador suspiró hondamente y miró a lo lejos. Ginny y Selina se partían de risa mientras los tres chicos rodeaban por segunda vez el campo con la lengua y las tripas fuera del cansancio.

- Creo que...tu hermana me echará una pequeña bronca.

- ¿Por?

- No saldremos esta noche.

- ¿No?

- No. - Sus ojos esmeralda transmitían serenidad. El niño que vivió era, primero que todo, amigo de aquel pelirrojo pecoso. - Tengo una cita pendiente con mi mejor amigo.

Ron abrió la boca sin decir nada.

- Te la debo.

Ambos se miraron con la confianza y el cariño de hermanos que mantenían vivo desde que se conocieron en el Andén el primer año de Hogwarts.

- Volvamos al entrenamiento. Este sábado machacaremos a esos Slytherins.

Ron sonrió. Juntos volaron hasta el resto del equipo mientras el sol se empezaba a esconder.

ooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

Pansy escribía desganadamente en el pergamino. Su cabeza estaba revuelta, llena de cosas y pensamientos confusos.

En el pasillo, nuevamente, se había cruzado con una demacrada Parvati Patil con los ojos negros con unas profundas ojeras marcadas. Todo apuntaba a que la Gryffindor no podía haber conciliado el sueño aquella noche.

Ambas se miraron con el silencio de las que comparten un poderoso secreto y pasaron de largo sin cambiar palabra.

Ahora, sentada en la Biblioteca, huyendo de Blaise Zabinni, garabateaba en vez de hacer el trabajo de criaturas mágicas.

Dibujó un corazón y dentro colocó su nombre. Lo miró con extraña pasividad. Debajo debía ir el nombre de su amor, de ese chico dueño de sus pensamientos en aquel instante.

Frunció sendos labios en una mueca.

Draco Malfoy, a pesar de todo, seguía siendo ese hombre, o ese niño o más bien, ese extraño. Las frases que intercambiaban no eran muy amenas por la parte del buscador, es más, parecía que le gustaba humillarla con sus odiosas expresiones y sus burlas hirientes.

Mas ella le seguía queriendo, seguía soñando con él y seguía deseándole todo el bien que podía.

Miraba absorta sus creaciones cuando de pronto escuchó unos pasos suaves por la sala. Lentamente giró la cabeza para ver a su espalda a quien producía el sonido.

Debía haberse esperado el rostro de Hermione Granger pero, le pilló de improvisto.

Sintió algo intenso recorriéndole todo el cuerpo, el estómago y el pecho.

Hermione Granger con el cabello recogido con dos pincitas, dándole un aspecto responsable pero a la vez con un toque infantil, la capa con el león de Gryffindor enroscado en el corazón y las manos llenas de libros empolvados, hojeaba con descuido un manual de Aritmancia Avanzada.

Los ojos azules de la Slytherin observaron a la prefecta con curiosidad y recelo. Había algo en aquella chica que llamaba su atención.

¿Qué había cambiado desde inicios del curso hasta ese nuevo año? Sin duda interiormente muchísimas cosas pero exteriormente, también.

Una sonrisa oculta estaba perpetua en su cara. Una sonrisa de felicidad, secreto y amor. También un gesto de miedo casi imperceptible pero que existía.

Y ella sabía por qué.

Las mejillas sonrosadas al andar, sin darse cuenta que algunos la miraban. Hermione se había creído toda la vida, sola e ignorada. Aún no se daba cuenta que eso no era así.

Paseaba, hablaba y miraba como si no se diera cuenta de que brillaba con luz propia, una luz que nadie nunca se había atrevido a comprender.

La rata de biblioteca, la sabelotodo y sabionda, la prefecta perfecta, la amiguita de Potter y la defensora de los derechos perdidos. No tenía un buen currículum en aquel mundo cruel que era un colegio lleno de adolescentes con las ideas no muy claras.

Sin embargo, había más manos tendidas de lo que ella imaginaba.

En todo ello pensó Pansy Parkinson. ¿Hubiera podido alguien descubrir a qué se debía su cambio?

Nada apuntaba a ello. Nadie podía sospechar que aquella niña con ojos sabios y voz dulce pudiera tener un amor prohibido tapado a los ojos de todo Hogwarts.

Pero ella lo sabía. Tenía el secreto en su mano y tan sólo le faltaba un único dato para poder destapar con total seguridad esa bomba.

Hermione se sentó unas mesas más alejadas de Pansy quien intentó esconderse de ella sin perderla de vista, observándola de reojo.

Ella había soltado todos los libracos en la mesa y con sumo cuidado los había colocado en línea recta, en dos filas, ordenados por tamaño.

Sus ojos se movían a una velocidad sorprendente por entre las frases de los manuales. Parecía algo sobrenatural. Pudo distinguir en todos aquellos actos autóctonos, alguna sonrisa, algún bufido, que una vez entornó los ojos con aburrimiento, que sacó levemente la punta de la lengua y una vez abrió los ojos y le dió la impresión de que estaban húmedos.

Pansy se inclinó un poco más en la mesa. Su cuerpo chocaba con la madera y sentía una pequeña presión debajo del pecho, pero no importaba. Estaba muy atenta a la prefecta.

¿Qué había visto él en ella? ¿La había visto así en la biblioteca? Leyendo a la velocidad de la luz, comprobado los surcos y gestos de su cara al leer o sus sentimientos reflejados en ella.

Su contacto fue interrumpido entonces, un chico se colocó enfrente, al lado de Hermione y le susurró algo en tono bajísimo. Pansy intentó agudizar el oído pero le fue imposible. No en vano, aquello era una biblioteca.

Se reclinó intentado ver a la Gryffindor y lo consiguió. Ella escuchaba al Huffelpuff con los labios cerrados y los ojos fijos en los del emisor. Se dio cuenta de que era una consulta. El chico le preguntaba una duda y ella le ofrecía asiento a su lado, cogía unos pergaminos y dibujaba algo en ellos, señalando con el dedo.

Minutos después, el chico sonreía ampliamente dándole mil gracias y ella se limitaba a sonreír y a asentir, como si no hubiera tenido ninguna importancia.

Cuando se fue, ella volvió a su lectura y parecía tan concentrada que ni siquiera se percató de que la Slytherin no pestañeaba mirándola.

Se mordió el labio inferior y se enroscó un rizo en un dedo.

Aquellos labios, Draco Malfoy los conocería de sobra. Aquel cabello rizado castaño, lo habría olido miles de veces y se habría perdido en la profundidad de su mirada, todas las noches.

Sintió que le faltaba el aire. No podía seguir observándola sintiendo como moría cada célula en su interior por imaginar aquellos matices y detalles que vivirían juntos cada noche.

Dejó los pergaminos encima de la mesa, junto a la pluma, sin importarle en demasía. Agarró la cartera y tapó su rostro con una mano mientras cruzaba en grandes zancadas la biblioteca y salía al frío pasillo. Pero antes se detuvo a entregar un libro a la señora Pince.

Hermione la miró fugazmente cuando estaba frente al mostrador de la bibliotecaria.

La chica, rubia de claros ojos azules y estilizada figura, llevaba en la túnica la marca de ser de la casa de las serpientes.

Hermione sintió la punzada de la envidia al pensar que ella no tendría problemas en acercarse a él. A su pianista.

Parkinson no necesitaba esconderse de la gente ni ocultar su amor porque, simplemente, no estaba mal que lo sintiera. Era una Sangre Limpia, era bella y era Slytherin.

Dolía tanto pensar que si su vida hubiese sido distinta y el sombrero seleccionador hubiera gritado el nombre de la casa maldita en vez de la casa de los leones, ahora todo habría dado un giro de ciento ochenta grandes. Radicalmente.

Quizá nunca habría conocido esa faceta musical del frío Malfoy, sin embargo, quizá tampoco hubiera sentido nunca ese amor loco y frenético, esa pasión que no le dejaba dormir sin soñar con él y ese sentido de culpabilidad al saber que su vida era una mentira.

Pansy se fue al fin y Hermione volvió a sus libros pero para ninguna de las dos fue lo mismo. En sus cabezas sólo tenía cavidad Draco Malfoy.

oooooooo

El viernes fue un día de gran tensión en las aulas. Todo estalló en la hora de pociones. Mientras en criaturas mágicas ambos grupos se mataban a miradas y en los pasillos se hacían duelos mágicos, la clase de Severus Snape fue el detonante.

Lavender Bronw salió por orden del jefe de la casa de las serpientes, a la pizarra.

Algunos Slytherins le silbaron lujuriosamente cuando pasó por su lado. Y al borde, Seamus Finnigan con el rostro rojo de ira y la boca llena de insultos hacia las serpientes.

- Escriba las instrucciones para la fabricación de la poción del sueño. - dijo Snape con voz ansiosa mientras cogió unos pergaminos.

La Gryffindor comenzó a escribir con su meticulosa caligrafía característica. Mientras tanto en la primera fila Crabble y Goyle babeaban mirándole el trasero.

Snape estaba absorto en unos papeles que parecían de mucho interés. Con su ganchuda nariz metida en un pergamino extenso había murmurado algo de silencio y orden en su ausencia y se había ido.

Seamus se mordió el labio hasta el punto de hincharlo.

Explotó cuando una voz que resultó ser la del capitán del equipo rival, exclamó:

- Aprendías a follar conmigo, Brown, no con el marica de tu novio.

El chico de pelo color arena se levantó de su asiento, furibundo mirando en dirección al Slytherin. Algunos Gryffindors se levantaron intentando detenerlo pero fue imposible.

Seamus se colocó frente a Zabinni que miraba con lujuria a Lavender:

- Dímelo a la cara, gilipollas. - le dijo con la mirada cargada de odio.

Los ojos verdes de la serpiente lo revisaron con sorna y burla.

- Finnigan, ¿acaso digo mentiras? Que la tienes tan grande como Snape.

Toda la mesa de Slytherin empezó a reír a carcajadas mientras éste dibujaba en su cara la sonrisa de supremacía de toda serpiente.

Sin poder aguantar más Seamus lo cogió por la túnica y lo levantó mientras éste metía diestramente la mano en el bolsillo y sacaba la varita apuntándole al corazón.

- Hazme algo y te mato. - le dijo suavemente mientras la punta de la varita se le clavaba en el escudo del león.

- No tienes huevos. - soltó Seamus con la voz rabiosa.

- ¿Apostamos algo?

-¿No sabes pelear sin una varita, Zabinni? - dijo Dean Thomas poniéndose al lado de su amigo.

Al instante se levantaron cinco Slytherins mientras todo Gryffindor se colocaba detrás de él.

- Esto es entre Zabinni y yo. - dijo Seamus a los demás.

Lo soltó de la túnica y se volvió. Lavender había dejado de escribir y le miraba con la tiza en la mano y las mejillas coloradas.

Zabinni le dio una vuelta a la varita en la mano y la guardó en el mismo bolsillo mientras echaba una mirada de reojo que la puerta estaba cerrada y Snape no estaba.

Entonces se remangó y mientras Seamus se volvía le propinó un puñetazo en el ojo derecho que le hizo caer.

Acto seguido fue Dean quien arremetió contra el Slytherin ya que su amigo yacía en el suelo. Crabble y Goyle fueron derechos a él pero Harry los paró junto con Robin.

- Cabrón. - masculló Zabinni mientras se tocaba el ojo.

- Y tú un rastrero que ni siquiera pelea cara a cara.

Esta vez quien habló fue Ron Weasley.

Entonces Zabinni buscó apoyo a sus espaldas y encontró lo que quería encontrar. Sentado con los brazos cruzados y el flequillo cayéndole entre los ojos.

- Malfoy, escucha al comadreja.

Draco miró al pelirrojo y a Seamus que se incorporaba. Mesas detrás se levantaba ella. Hermione Granger mirándole con la mirada cargada de miedo.

Sin embargo, no tenía otro remedio. Estaba en clase con todo Slytherin y Gryffindor mirándole. "Lo siento, Hermione, no hay otra solución."

Se levantó y avanzó hasta el moreno.

Pansy suspiró al verlo pasar e instantáneamente miró a Granger quien con la boca abierta en una mueca preocupada no quitaba ojo del rubio.

¿Cómo nadie más se daba cuenta?

Entonces vio como alguien más se mantenía atenta, no a la pelea, sino a la prefecta. Parvati Patil.

- Blaise, aprende del pobretón. - dijo Malfoy con sorna. - Tiene experiencia en que le peguen palizas.

Ron dio un paso adelante. Ambos se encararon.

- Por lo menos tengo el orgullo de no ser un maldito mortífago como tú.

Esa fue la gota que colmó el vaso.

Malfoy fue el primero en atacar, le pegó un puñetazo en el estómago. Ron contrajo los ojos y le faltó la respiración mientras caía al suelo y sentía el sabor metálico de su sangre en la boca.

Se escucharon risas leves. Zabinni miró a lo lejos. Hermione intentaba disimular pero, no podía. No sabía mentir. Volvió sus ojos verdes a Malfoy. Respiraba agitado.

- Vamos, Weasley, nenaza, - masculló el rubio. - aprende a ser un hombre.

Con un grito Ron se levantó y cogió a Malfoy por banda, tirándolo al suelo e intentando alcanzar su rostro a golpes mientras el Slytherin se defendía de la misma forma.

En un corro a su alrededor, ambas casas. Nadie se metía. En iguales condiciones si una casa participaba, la otra haría lo mismo y sería la guerra.

Sólo se escuchaban golpes y gemidos mientras alrededor murmullos.

Harry apretaba el pueño sin poder hacer nada, a su lado Dean lo detenía negando con la cabeza. No podía ver así a su amigo, sólo quería defenderle de aquel hurón al que odiaba.

Hermione respiraba entrecortadamente. Era la única que estaba sentada. Parvati miraba con desdén la pelea.

Seguían matándose en el suelo, ambos sangraban pero ninguno se rendía.

De pronto se abrió la puerta y entró en Severus Snape quien parecía preocupado pero, al entrar, la cara se le descompuso. Gritó:

- ¡Qué está pasando aquí!

El corrillo se disipó. Lavender volvió a escribir. Zabinni se sentó con teatro y miró aburridamente a su alrededor. Perfecto. Todo estaba saliendo a la perfección.

Harry, Seamus y Dean estaban al lado de los dos.

Snape avanzó rápidamente y al tiempo que Harry iba a hablar les chilló que se sentasen inmediatamente. Lo gritó una vez más pues no le hicieron caso pero tras un gesto de Ron, acataron la orden.

El jefe de la casa de las serpientes se volvió a ellos.

- ¿Qué significa esto? ¿Señor Weasley? ¿Señor Malfoy? - dijo con agitación.

Ninguno respondió. Sangraban bastante.

Con nervios y tensión, por primera vez en todo lo que llevaban en Hogwarts, Snape no restó puntos a Gryffindor, como tampoco a Gryffindor, se volvió hacia Hermione Granger.

- Explíqueme lo ocurrido, señorita Granger. - dijo sin perder de vista a ambos chicos.

Entonces Hermione se volvió pálida. Se le trabaron las palabras. ¿Qué iba a decir? Snape la miraba con insistencia.

Pero, ¿contra quién arremetía? ¿A cuál de los dos iba a salvar? Si salvaba a Ron hundía a Draco, si salvaba a Draco hundía a Ron. Si traicionaba a su casa salvaba a la persona que amaba, si defendía a su hogar, a su gente, él se hundía en el abismo.

- Contésteme, Granger. - repitió Snape con furia.

Pero no podía responder.

Los azules ojos de Ron estaban sombreados por un aro morado, sangraba por la boca y tenía la túnica y el jersey roto. Parecía apaleado y roto. No se atrevió a mirar al Slytherin, no podía, sin embargo lo hizo rápidamente. Draco sangraba por el labio roto y la nariz. Él miraba al suelo, abstracto.

No podía, no podía.

- ¡Empezó Weasley!

Snape abrió la boca.

- ¡Mientes Zabinni! - gritó Harry - ¡Empezastéis vosotros! ¡Señor fue Malfoy!

Zabinni volvió a gritar nuevamente, algo insulso. Las dos mesas empezaron a murmurar. Ron miraba a Hermione con los ojos extrañados.

- ¡Basta! - cortó Snape.

Parecía perdido. Miró de nuevo a Hermione y buscó en la mesa de Slytherin.

- ¡Granger, Parkinson! - las llamó. - Acompañen al Señor Weasley y al Señor Malfoy, respectivamente, a la enfermería y... - caviló. ¡ag...quedénse allí!

Se sentó en el pupitre y comenzó a escribir en el mismo pergamino que leía con insistencia. Harry lo miraba con algo de miedo. Creyó distinguir el símbolo de un Fénix en el pergamino.

Las dos chicas se miraron, sin hacer nada más.

- ¡No me han oído? - gritó el profesor de nuevo. - ¡Levántense!

Atentiendo al nervioso profesor se levantaron.

- ¿Puedes andar? - le preguntó Hermione al pelirrojo.

Él asintió débilmente.

Parkinson y Malfoy caminaban lentamente hasta la puerta. Ron intentó dar un paso pero cerró los ojos con una mueca de dolor.

- Cógete a mí. - le dijo Hermione en un susurro.

Snape regañó a Lavender y la ordenó sentarse mientras indicaba a Zabinni a salir y a los demás copiar la fórmula.

Ron se cogió a su amiga mientras se encaminaban.

Zabinni sonrió mirando como Draco salía con la cabeza gacha.

Oooooooooooo

El pasillo estaba vacío. Era algo lógico pues aún era hora de clases para todos.

Cuatro personas avanzaban con lentitud, dos chicas y dos chicos de Gryffindor y Slytherin.

Reinaba un fuerte silencio en el ambiente. Tan sólo el rumor de las pisadas y algún quejido de los heridos.

Hermione Granger miraba al suelo intentando no girar el rostro ni mirar al otro lado donde estaban Parkinson y Draco.

Ron sangraba levemente por la rodilla y se estremecía cuando la doblaba.

Draco parecía tener mejor aspecto aunque sangraba más.

Parkinson miraba alternativamente a los tres y suspiraba. Iba a hablar con Hermione Granger en la primera oportunidad en que estuvieran solas. Quería decirle lo que sabía. Que lo sabía.

Si las miradas matasen, Ron y Draco hubieran muerto en su intercambio de dardos envenenados de odio mientras el pasillo terminaba.

Los amantes, a pesar de que anhelaban hablar entre ellos, no mentir...fingían indiferencia con el otro.

Era fuerte el deseo mas tenían que pensar con la cabeza y anteponerla al corazón, por lo menos en aquel momento.

Ron se paró al sentir un calambre por toda la pierna.

- Ron, - dijo Hermione con preocupación. - ya vamos a llegar. Aguanta.

Draco Malfoy bufó.

- Vamos, Granger, parece que le hubieran hechado una maldición imperdonable.

- Imperdonable es tu cobardía, Malfoy. - exclamó Ron llevándose una mano a la rodilla.

- ¿Cobardía? ¿Qué cobardía?

Ron suspiró.

- Eres un mentiroso. Y un cobarde.

- Ron, basta. - dijo Hermione.

El pelirrojo la miró. Hermione retiró la vista rápidamente.

- Vas a ponerte peor. Pasa de él.

- Tienes razón. - asintió él con tristeza en la voz.

Se cogió a la cintura de la Gryffindor con una mano y con otra, a su hombro. Draco los miró con sentimientos encontrados.

Pansy no era la chica con quien él debía de ir a la enfermería. No, no. Él quería ir con Hermione. Cogerla y con la excusa del dolor apoyarse en ella. Quejarse, sí, ser un quejica y que ella le preguntara con voz preocupada si estaba bien.

Quería abrazarse a ella y abandonarse de todo.

Pero su lugar lo usurpaba el Weasley. Era él quien la tomaba por la cintura, quien recibía sus atenciones y con quien verdaderamente estaba.

- Mierda. - masculló.

- Perdón, ¿Draco? - preguntó Pansy levantando el rostro.

- Nada, Pansy, nada. - dijo con desdén.

La rubia miró de reojo a la castaña. Sus ojos estaban fijos al frente pero podía vislumbrar lágrimas rodeándolos. Lágrimas que aún no había derramado.

Debía ser duro para ella aquella situación.

- Lo siento. - murmuró agachando la cabeza.

- Tú no tienes la culpa. - dijo Draco arqueando una ceja.

- No es por eso.

Los ojos grises del Slytherin la miraron muy confundidos.

- ¿Entonces, por qué? - preguntó perdido.

Pansy sonrió quedamente y negó con la cabeza.

Caminaron unos pasos más en silencio. Draco aspiró y expiró profundamente aire mientras se tocaba la frente apartándose el cabello sudoroso y mojado.

- Gracias.

La rubia abrió la boca sin decir nada. De pronto sintió una rara sensación en el estómago.

- Siento haberte tratado mal... - murmuró Draco hundiendo la cabeza.

- Ya no tiene importancia...

- Sí, sí la tiene. Perdóname, Pansy. Tú nunca me has hecho nada para que yo te insulte o...

- No importa, en serio.

- Gracias.

Nuevamente reinó el silencio.

La mano de Ron seguía en la cintura de la prefecta que se mordía con insistencia el labio inferior mientras buscaba la salida ansiosamente.

Al fin la puertecilla de la enfermería apareció en su campo de visión e incrementaron un poco más los pasos.

La Señora Pomfrey salió de improviso a la puerta y exclamó un pequeño chillido al ver a los dos chicos sangrando y magullados.

Ron y Hermione entraron primero. La enfermera le asignó al pelirrojo una de las camillas en las que este se tumbó con gemidos de dolor.

- Extiende la pierna, a ver.

La enfermera ignoró al Slytherin quien se derrumbó en la cama delantera, cerrando los ojos mientras una pequeña gota de sangre roja intensa surcaba el lateral derecho de su frente.

Hermione se cruzó de brazos, protectoramente y se alejó un poco de la vera de su amigo y la experta mujer.

Fugazmente sus ojos llorosos se cruzaron con la mirada cansada del rubio. Pansy no estaba a su lado sin embargo, Ron estaba demasiado cerca.

Se sintió ella misma dolorida al verlo en ese lamentable estado. Sintió un nudo en la garganta y ganas de llorar. No quería que la viera así.

Salió rápidamente de la habitación, quedándose en la puerta de la enfermería esperando que la enfermera les curara las heridas. No quería volver al aula de Pociones de nuevo. No podía, se sentía muy preocupada.

Se frotó los ojos con las manos y con el dorso se limpió una lágrima arrojadiza que había saltado.

De pronto vio que estaba justo enfrente de Pansy quien la miraba fijamente.

Desvió la vista al suelo y trató de no pensar en los dos chicos, de no verlos peleando en su mente por una causa estúpida.

- Granger, quiero hablar contigo.

Las palabras de la Slytherin fueron claras y sin rodeos. La Gryffindor se sentía muy débil y no tenía ganas de hablar ni de escuchar las necedades de la rubia.

Levantó una mano lentamente, para hacer un gesto de negación pero Pansy no iba a derrochar la oportunidad.

El pasillo estaba desierto, no había nadie y estaban a salvo de que ni la Señora Pomfrey y los dos chicos las oyeran.

Fue directa al blanco.

- Lo sé todo.

Hermione frunció el ceño.

- No te entiendo.

- Sé que tú y Draco estáis juntos. Sé que os veis por las noches y que sois amantes.

Fue como si algo dentro de ella estallara y los trozos se clavaran en su piel. Como si la bomba al fin hubiera explotado y hubiera salpicado todo llenándolo de destrozos.

Se quedó paralizada sintiendo un súbito frío y un pinchazo fuerte en la boca del estómago que le dio ganas de vomitar. Se apoyó en la pared para no caer y cerró los ojos. Se colocó una mano en el cuello y respiró. El mismo aire dolía.

Estaba temblando.

- No sé de qué hablas. -dijo falsamente, tratando de parecer indiferente.

No logró ninguno de sus objetivos. Pansy Parkinson no era ninguna tonta y sabía perfectamente que le mentía. Ellos estaban juntos, lo sabía, se veían por la noche y se querían.

No era un capricho del Slytherin, no arriesgaría tanto por algo tan burdo. No, era algo mucho más en serio. Y de ello dependían muchas cosas.

En su mano estaba ahora el destino de aquellos dos enamorados.

- Por favor, Granger, no te sirve de nada mentir, lo sé.

Hermione se mordió el labio. Las ganas de llorar incrementaron. Se sentía totalmente perdida y desolada. Pansy Parkinson lo sabía. Pero, ¿cómo se había enterado? ¿Cómo?

¿Habrían cometido algún error delator? ¿Cómo podía haberlos descubierto?

Una lágrima escapó de sus ojos y otra detrás de ella. Las ganas de llorar se transformaron en puras lágrimas y en sollozos apagados.

No podía serenarse. Se sentía descubierta. Se sentía hundida y sobre todo tenía miedo.

- ¿Cómo...cómo lo sabes? - le preguntó mientras el dolor iba recorriéndole el cuerpo más aprisa.

- Eso no importa. - dijo Pansy, cortante. Fría y seca. - El cómo lo sepa no es lo que ahora importa. Lo que importa es que lo sé.

Hermione se tapó la cara con las manos. ¿De qué valía negarlo? Habían corrido la cortina de su teatro, habían descubierto su mentira. Estaba desnuda, al descubierto.

Ambas callaron.

- ¿Y qué vas a hacer? - preguntó Hermione intentando no imaginarlo.

No podría verlo. ¿Cómo iba a vivir, entonces? No podría sobrevivir sin ir todas las noches a escucharle tocar, sin oír sus canciones y recostarse en el sofá junto a él. Sin que hablara de música, notas, si ella lo conociera a la perfección y se sumergiera en el mundo de sus letras y melodías, convirtiéndose en el pianista mágico que una noche le robó el alma.

Sintió que le faltaba la respiración. Que todo pendía de un filo hilo que iba a desenebrarse en cualquier momento. Romper su frágil unión.

Pansy suspiró.

- No diré nada.

Hermione se destapó la cara llorosa y miró con la boca abierta a la Slytherin que conservaba el gesto serio y sereno.

- A nadie.

Sus ojos miraron a la rubia con velocidad. ¿Era aquello un sueño o una pesadilla? ¿Qué ocurría? ¿Qué clase de broma era aquella?

- ¿De verdad? - dijo sin pensar lo patética que parecía su voz suplicante.

- Sí.

El corazón latiente de la Gryffindor parecía un caballo desembocado que latido a latido iba aumentando el ritmo de la sangre en sus venas.

El miedo se había disipado ahora solo había dudas y sobre todo, asombro.

Le salieron dos palabras casi ahogadas del fondo de su garganta:

- ¿Por qué?

Era la pregunta clave. ¿Por qué?

Pansy Parkinson había estado enamorada de Draco Malfoy todos los cursos de Hogwarts que ella había tenido conciencia. Él la había despreciado en todas las ocasiones, burlándose y tratándola mal.

Ahora ella sabía un secreto que podía destruirlos a ambos. A él podía conseguirle a través del chantaje, a ella podía hundirla contándoselo a sus amigos.

Pero no. Ella decía que guardaría el secreto, no diría nada a nadie. ¿Por qué?

Pansy miró al techo y cerró los ojos, dibujando una sonrisa muy leve en su bello rostro.

- ¿Por qué? - dijo con voz suave. - Quizá soy más humana de lo que todos piensan.

Hermione parpadeó y sollozó mientras Pansy caminaba hacia ella.

- Granger, no lo hago por ti.

- Lo sé. - dijo la prefecta agachando la cabeza.

- Lo hago por él. - rodó los ojos. - Porque...lo quiero. Sonará estúpido. Creerás que me he rendido, cualquiera lo creería. Sí, es fácil. Se ha rendido a pelear por él, no tiene agallas. No. Se equivocan.

Cada segundo asombraba más a la Gryffindor. Aquellas palabras que Pansy Parkinson pronunciaba jamás podía haberlas imaginado en su boca.

- Justamente ahora más que nunca he ganado aunque, en cierta forma, he perdido. Granger, no he perdido nada porque simplemente nunca he tenido nada. Y sin embargo, gano algo que nunca había tenido.

Hermione la miró fijamente. Parecía que la vida estaba al revés. Pansy Parkinson hablaba como ella. No era ella.

- Orgullo.

Echó una mirada a la puerta de la enfermería.

- Entra y ve con él. Yo no diré nada. Pero, ten cuidado.

Se dio media vuelta.

- Hay más ojos en la noche de lo que piensas.

Poco a poco la sombra de su figura se fue perdiendo en la neblina de sus lágrimas. Hermione se limpió la cara y cogió aire, sintiendo como parte de su mundo se regeneraba.

"Gracias"

Desde ese momento dejó de ver a Pansy Parkinson como la rubia estúpida, eterna enamorada de Draco Malfoy quien no dudaba en humillarse y dejarse pisotear por un amor que nunca sería suyo.

Desde ese momento su imagen cambió radicalmente y nunca volvería a ser igual.

oooooooooooooo

Entró en la enfermería de nuevo. El aire allí era mucho más caliente, había otra temperatura y el ambiente olía a cera aromática. La Señora Pomfrey estaba en el escritorio escribiendo en unos papeles que parecían ser los expedientes de ambos.

Dejó pasar a Hermione aunque le advirtió que les había dado pociones para el dolor y podía tener efecto soporífero, así que podían quedar dormidos en cualquier momento.

Ambas camillas estaban separadas por sendas cortinas que distanciaban a uno y otro.

Hermione se quedó en medio mirando a las dos direcciones. A su derecha, Draco Malfoy a su izquierda, Ron Weasley.

Se mordió el labio. Era difícil.

Entonces escuchó su nombre. Era Ron.

Miró con anhelo la cortinilla donde detrás estaba su pianista y suspirando se adentró en la contraria.

Ron tenía una venda en torno al ojo morado y un arañazo en la mejilla. Se le veía decaído. La pierna estaba extendida con una poción color verdosa echada encima de la herida roja.

- ¿Cómo te encuentras? - le susurró al pelirrojo.

- Mejor que antes. - dijo éste con voz baja.

Hermione sonrió un poco, intentando no mirarle directamente para que no notara que había estado llorando.

Se acercó al borde de la camilla y con la mano le tocó la frente y le acarició el flequillo pelirrojo. Él cerró los ojos y sonrió.

- Herm...

Ella le calló con un "Shh" apaciguador.

- Duérmete. Tienes que descansar para recuperarte.

- Pero...

- Tenemos deberes y exámenes pendientes. -dijo en tono burlón la prefecta.

- Gracias por recordarmelo. - respondió éste en tono socarrón.

- De nada. Soy tu pequeña conciencia, no lo olvides.

- No lo olvido.

Hermione sonrió y le tocó la mejlla amoratada.

- Herm...

- Ron, no hables, es peor y... - dijo en tono reprobatorio.

- Herm, lo sé.

Arqueó una ceja.

- Entonces hazme caso.

- Sé lo tuyo con él.

Los ojos azules de Ron buscaron los suyos. Nuevamente se estremeció y su mano quedó parada en la mejilla pecosa.

- Lo él. - dijo analizando la frase que sonaba insulsa en su boca.

- Con... - Ron entornó los ojos, como si le pesara pronunciar aquellas palabras dolorosas. - Malfoy.

Un jarro de agua fría le cayó encima pero esta vez, mucho más leve. No se sorprendió. Algo dentro de ella le decía desde aquella noche en que ambos habían hablado en la sala común, que el Weasley lo sabía, de una u otra manera.

- Ron...yo...

El pelirrojo la miró y asintió débilmente.

- No me tienes que dar explicaciones.

Se le trabaron los pensamientos y Ron volvió a adelantarse.

- Yo sólo quiero tu bien y por tanto, si él es tu bien...aunque me duela...mucho...lo acepto. Si él es tu bien...yo sólo quiero tu bien.

Hermione abrió la boca y una lágrima escapó de sus ojos.

- Ron...

Se abrazó al cuerpo de su amigo y lloró levemente mientras él la callaba con el mismo sonido que minutos antes ella había utilizado.

Le miró con los ojos llenos de lágrimas. Aquel niño pecoso había cambiado demasiado, más de lo que recordaba y más de lo que podía imaginar.

No era ningún estúpido adolescente con las hormonas locas, quizá sí, lo era pero, más allá de todo eso, era un hombre comprensivo y sobre todo, como siempre lo había sido y como siempre debía ser y sería...su mejor amigo.

Lentamente se separó unos pocos centímetros de él e inconscientemente le besó en los labios con un beso que no llevaba pasión ni amor, sino algo más profundo, un cariño inmenso, una unión irrompible, un lazo que bordeaba mucho más lejos del ojo humano a aquellos dos seres, como si un trazo invisible hubiese enlazado sus vidas antes de crearlos.

Ron sonrió y con esa sonrisa se quedó plácidamente dormido.

Todo había pasado al fin para él. Hermione Granger iría desvaneciéndose poco a poco de su mente para volver a pasar a su mejor amiga. El retazo de ser su primer amor nunca se le olvidaría pero, sabía que la meta era aquella. Quería su bien, quería su felicidad y él...no lo era.

Cayó en las alas de los ángeles con aquel último beso.

Hermione salió de espaldas a la cortina, mirándole con dulzura infinita como tranquilamente dormía arropado en las mantas blancas y la mata de pelo rojo reluciendo como el fuego.

Traspasó la cortinilla y ella lo cubrió pero, a pesar de ello, seguía brillando.

oooooooooooooooooooooooooooooooooooo

Draco respiraba lenta y pausadamente volviendo a sentir el aire en sus pulmones, fresco y cálido.

Ante él apareció repentinamente la figura de Hermione Granger.

Estaba increíblemente hermosa. El pelo parecía volarle, las ondas de su cabello castaño, enredándose entre sus rizos mágicos. Su piel suave con el resplandor suave de su tersura. La profundidad del mar de sus ojos, aquel brillo marrón miel que endulzuba cada uno de sus sentidos.

Parecía tan serena, tan apaciguadora, era como un ángel tranquilizador.

- Hermione...

Ella le indicó que guardara silencio con un susurro.

Él sonrió, encantado de su presencia.

Ella se acercó a pasos que parecían cortísimos, acortando las distancias.

- ¿Cómo te sientes? - le preguntó la Gryffindor con su ternura característica.

- Ahora que estás tú, perfectamente.

Hermione entrecerró los ojos y llegó al borde de la camilla donde se sentó y le miró fijamente.

- Tienes un aspecto horrible. - dijo burlona, revisando su rostro.

- Lo sé. No...es mi mejor vista pero...

Ella puso un dedo en su barbilla y con cuidado de no hacerle dado en el labio hinchado le besó. Un beso lleno de sentimientos encontrados.

Draco se dolió pero continuó con aquel contacto electrizante y familiar que lograba alumbrar todos los puertos dormidos de su nostalgia.

Hermione se separó de él y le acarició las magulladuras con mucha serenidad. Draco observó su rostro mientras paseaba sus dedos por su piel amoratada.

- Te quiero. - le dijo el rubio, repentinamente.

Sus pupilas marrones tocaron de nuevo el labio, mordiéndose el suyo propio.

- ¿Te duele?

- Un poco. - suspiró. - Me duele menos tu ausencia.

Hermione pestañeó lentamente mientras miraba al techo.

Draco frunció una alargada y rubia ceja mientras la revisaba de nuevo:

- ¿Qué ocurre?

Hermione negó con la cabeza.

- No quiero que te vuelvas a pelear con Ron. - dijo seriamente. - Prométeme que no lo harás.

El pianista frunció el ceño e intentó desviar el tema y la mirada pero ella iba en serio.

- Hermione...no me pidas cosas que no puedo cumplir.

- Draco...

Alejó su mano de su rostro y pareció darle la espalda.

El Slytherin suspiró.

- ¡Está bien, está bien! Lo prometo. Ahora...¿me das otro beso?

Hermione sonrió.

Se besaron mientras el Slythrein se echaba hacia un lado de la camilla y la Gryffindor se tumbaba a su lado y le acariciaba el vientre, él enredaba los dedos en sus rizos.

Permanecieron así un apacible rato.

- Tengo que...pedirte algo más. -dijo Hermione con una extraña voz.

- ¿Qué es?

El tono de duda y vacilación parecía oírse en la frase de la Gryffindor:

- Falta al partido del sábado.

- ¿Qué?

- No vayas al partido, quédate conmigo.

- Pero...Hermione...

Draco se reclinó, ella le miró con ojos anhelantes. El Slytherin de pronto se vio arremetido por miles de negaciones pero aquella mirada le pedía que lo hiciera. Por ella.

- Sabes que no puedo...yo...soy el buscador del equipo, no puedo irme así como así, ¿no puede ser después del partido?Tenemos todo el sábado y...

- ¿Es eso un no?

Draco calló, sin encontrar nada qué decir.

- Tienes toda esta noche para pensarlo.

Hermione se incorporó de la cama, colocándose la túnica bien y arreglándose.

- Hermione, no me hagas esto. - suplicó el rubio con tono de ruego.

Ella se limitó a mirarle y mandarle un beso con la punta de los dedos. Se marchó dejándolo solo entre cortinas.

ooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

Mientras los dos amigos reían en la cortina izquierda, Draco Malfoy estaba recostado con los ojos cerrados, pensando en Hermione.

- Creo que lo mejor de todo es que Snape no nos quitó puntos. - rió Harry Potter con sorna.

- Y que mañana en el partido tendré un anillo morado en la cara. - suspiró Ron con desespero.

- Al menos tu rodilla está bien, ¿no?

- Sí, eso dice la señora Pomfrey, que no habrá problemas para el partido.

- ¿Ves? No ves el lado positivo.

Ron pestañeó.

- ¿Quién eres tú y qué has hecho con mi amigo?

La reunión de los dos amigos era tan confidencial y amistosa como lo había sido siempre. A pesar de las protestas de Ginny por perder la noche del viernes, Harry había montado una cena improvisada entre las cuatro cortinillas donde estaba Ron y, con permiso de la soñolienta enfermera, hablaban en tono bajo para no molestar al otro enfermo, Draco Malfoy.

- ¿Y éste qué? - preguntó Harry ladeando la cabeza hacia la derecha.

- Nada. - dijo Ron cortante.

- Mañana me vengaré de él por ti.

Ron rió.

- Eso espero, capitán.

Draco Malfoy dibujó una sonrisa en su cara. Habría que verlo.

Había mejorado mucho en el último año, su padre se había empeñado en que por todos los medios posibles, Slytherin tenía que ganar ese año la copa de quiddich. Sin embargo se había decepcionado mucho cuando eligieron a Zabinni capitán y no a su hijo.

Lo que Lucius Malfoy no sabía era que había sido decisión voluntaria del rubio. Lo que menos quería era tener una nueva responsabilidad.

Era difícil superar a Harry Potter en el terreno, aunque le costaba reconocerlo. Pero estaba en juego mucho más que un trofeo, estaba en juego su prestigio.

- ¿Y Hermione verá el partido? - le preguntó el buscador a su amigo.

Ron se encogió de hombros.

Entonces, Draco reaccionó al nombre. "Hermione". Se tocó la frente con la mano. Lo había olvidado.

" Falta al partido del sábado. No vayas al partido, quédate conmigo. "

Aún podía ver sus ojos fijos en él, con aquel brillo especial que no había sabido clasificar.

¿Por qué le pedía aquello? Había estado semanas preparando aquel maldito duelo entre serpientes y leones. ¿Por qué le pedía aquello si sabía que para él era muy importante el partido?

- Ya sabes que odia el quiddich. - murmuró Ron desde el otro lado.

- Sí pero siempre nos anima.

¿Sería por su casa? ¿Sería por sus amigos? Quizá fuera aquello. Quizá le importaban tanto sus amigos que no quería que se enfrentara a ellos en el partido. O quizá temiera por él, porque sufriera algún accidente en el vuelo o con alguna bludder loca o...

¿Por qué, Hermione?

- Está muy extraña. - dijo Harry mientras se recostaba en el suelo frente a su amigo.

- No, sólo está agobiada. Ya sabes como es.

Draco frunció el ceño.

- Venga, Ron. ¿No me digas que no lo has notado? Todos se dieron cuenta. Gin y yo estuvimos hablándolo el otro día y coincidimos. Ha cambiado, no sé por qué. Pero hay algo.

- No sé, Harry...no sé....

Pero sí sabía. ¿Qué ocultaba el Weasley? Hermione le había contado todo lo ocurrido hacía pocas noches, antes de empezar las clases, sin embargo, el Weasley no era tan perspicaz....no...¿o sí?

Siguieron hablando en continuos murmullos y risas.

De pronto una sonrisa melancólica se le dibujó en la cara.

Parecían felices el pobretón y el cara rajada. Sí. Reían y hacían bromas. Incluso se iban a quedar juntos esa noche, aunque Potter durmiera en el suelo, por no dejar a su amigo solo en la víspera del duelo.

A él le habían visitado el equipo junto con Pansy y alguna que otra chica. Pero, ¿alguno de verdad se había interesado por su estado?

¿Por qué ningún amigo se quedaba con él como lo hacían ellos?

Ahora sabía por qué envidiaba a Potter. No por su "fama", no, sino por sus amigos. Sobre todo por tener un amigo así. Por ser así.

Recostó la cabeza en su almohada mirando al techo.

Hermione, solo ella estaba en su mente.

Tenía que ir al partido pero...ella se lo había pedido.

Colocó en una balanza sus deseos. En una parte Hermione y en la otra parte el partido con el equipo. Estaban empatados. Amaba a la Gryffindor pero también le encantaba jugar al quiddich y sobre todo los duelos entre Gry y Sly.

Estaba en un mar de dudas.

Cerró los ojos y casi sin darse cuenta cayó en el sueño profundo lleno de preguntas sin respuesta.

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El vestuario estaba ardiendo. Rick se echaba desodorante mirándose al espejo mientras Crabble y Goyle peleaban con dos bates. Murray se apretaba los guantes mientras pegaba los puños uno contra otro. Zabinni se terminaba de vestir mientras silbaba ánimado.

Draco sentaba en el banco se ataba las cuerdas que agarraban a su pie el zapato. A su lado se sentó Leiber:

- ¿Dispuesto a dar una paliza a las nenazas Gryffindor?

Draco se limitó a asentir.

- ¡Joder, Davis para ya! - gritó Muray agitando las manos mientras una humareda de desodorante volaba por el aire.

- ¡Se llama higiene, Mike! - rió el rubio de pícaros ojos verdes.

El buscador de las serpientes se levantó y se lavó las manos y la cara en el lavabo de los vestuarios.

- Vamos a machacarlos. - rió bobamente Crabble.

- Muy agudo. - se burló Leiber.

- ¡Joder a por ellos! - gritó un eufórico Murray.

Se echó el cabello platinado hacia atrás y se miró fijamente en el cristal del espejo.

Los ojos grises le brillaban intensamente. Estaba excitado. Quería salir al terreno y ganar el partido. Demostrarle a Hermione que era el mejor buscador y que...

Hermione. " Falta al partido del sábado. No vayas al partido, quédate conmigo. "

Le resonaban sus palabras en la mente.

- ¡Malfoy! - gritó Zabinni. - Prepárate que salimos.

Cogió su escoba. Se veía alto y atractivo con el uniforme de quiddich y la escoba magistral en la mano.

Cuando iba a girar para seguir a sus compañeros, se miró al espejo. Entonces todo pasó muy deprisa, como mil recuerdos fugaces.

ooooooooo

FLASH BACK

"Draco se separó unos centímetros, con el pecho agitado y, susurró el hechizo que daba paso al fuego. Fuego que prendió en la vela. Fuego que se hizo luz. Luz que se hizo espejo. Espejo de la verdad.

Los dos ojos chocaron, el silencio aún seguía instalado. El canto de los grillos se detuvo, la brisa se hizo viento, el tiempo se había parado.

Y ahora, dos ojos grises examinaban unos marrones.

Draco dio un grito, un grito de negación, de súplica o de protesta, un grito:

- ¡Granger!"

" - Lucía....

Una lágrima caía silenciosa, una lágrima desde el fondo de un corazón, y no era la primera, ni sería la última, que lloraría con el canto a Lucía.

Sintió su corazón latiendo al ritmo de un compás imaginario, sintió una hondísima tristeza, que seguía anclada allí. Y de pronto, una alegría sincera, al recordar que, en lo más alto del cielo, allí, en el más bello de los paraísos, aquella musa y aquel pianista, se cantaban su canción.

- Es... - dijo con un hilo de voz. - lo más hermoso, que he oído...

Draco Malfoy, con sus ojos grises clavados en el piano, muy lentamente, comenzó a subir la mirada y, tan vaporosamente la posó en ella, que parecía que siguiese mirando al piano.

- En mi vida."

" Sus manos se juntaron, aprisionándose detrás, pegadas a la pared, sus dedos se tocaron. Sus respiraciones, su mismo aire, como si la vida fluyera en sus pulmones.

El aliento les faltaba, el corazón estaba loco, el deseo no daba tregua y el calor era intenso. Sin control.

Y beso a beso, cachito a cachito...El hilo débil se fortalecia, se unía, se entrelazaba.

Separaban sus labios, sin dejar de tocarse, como si ambos tuvieran miedo de que el otro huyera...de besarse, de amarse, rozar sus cuerpos en aquel espacio oscuro y polvoriento, que sobrevivía al fuego que creaban.

Aún sin palabras, lo habían confesado, las palabras seguían ocultas pero...¿qué importaba? De nada valían...sobraban las palabras, bastaban las miradas.

Y él con sus labios en su mejilla, ella enredada en su pelo, sus miradas se cruzaron abriendo sus ojos entre el fuego y el hielo. Extasiados y anhelantes. La noche los cubría mas el sol los descubriría."

" - ¿Sabes lo qué es...? - preguntó Draco mesando su pelo castaño, sin separarla de él. - ¿Tenerte a centímetros, a metros...y querer tocar tu piel? ¿Sabes lo que es...pensar en alguien y que te haga daño su solo pronunciar de nombre? ¿Sabes lo que siento al besarte?

- Lo siento...- suspiró. - Me he...me he enamorado, de ti.

- Hay veces...que...sobran las palabras."

" - Hoy prométeme que será solo nuestro...

- Hoy...es nuestro día, solo nuestro..."

" - Te quiero. "

" Silencio. Hermione miró al pianista, en la oscuridad, sintiendo que todo temblaba en aquel momento.

- Vos amo.

Más silencio. Más y más silencio. Y más latido, y más corazón...

- Quérote.

Sonrió.

- S'apayo.

Amor.

- Taim i' ngra leat.

Lo sentía, más vivo que nunca, más vivaz, más grande. Como nunca había sido.

- Ich liebe dich.

Se mordió el labio, reteniendo las lágrimas.

- Mi aime jou.

Aquello era...algo...que jamás podría olvidar.

- T'estimo.

Aquellas palabras. Dos, una, tres...¿qué importaba el número?Lo importante era el significado. Y antes de que él se lo dijera, ella ya lo sabía.

- Obicham te.

Lo había sabido siempre.

- Ti amo.

La brisa se coló por un ventanal y sacudió sus cabellos. Al fin llegaba el momento. Al fin...después de tanta espera...al fin.

- I love you.

Una lágrima rodó por su mejilla.

- Hermione....

Silencio. Silencio.

- Te quiero."

- Adiós....

"Vio como el retrato se cerraba y la Dama Gorda se cruzaba de brazos, mirando aburridamente al techo.

Nunca había tenido tantas ganas de ser un Gryffindor. "

" Se besaron dulcemente.

Nada los separaría...

"Dirigiéndome a quererte...mucho más que mis deseos. "

Ni el destino."

FIN FLASHS BACKS

oooooooooooo

Sonrió inconscientemente. A la mente le habían venido cientos de recuerdos y ahora en su mente solo estaba la última, Hermione pidiéndole que faltara al partido para estar con ella. Era su aniversario y eso sólo ocurría una vez al mes.

- ¡Malfoy! ¿Acaso estás sordo? - gritó Zabinni de nuevo.

Draco se volvió y los miró. Todo el equipo le miraba impaciente.

- No juego.

Se produjo un silencio de sorpresa.

- ¿Qué? - chilló el capitán, histérico.

- Que no juego. - dijo tranquilamente sin perder la sonrisa.

Blaise perdió la poca paciencia que tenía. Acortó la mínima distancia que los separaba y cogió al Slytherin por el cuello de la túnica.

- ¿Qué coño dices, Malfoy?

Draco lo miró con frialdad.

- Suéltame ahora mismo, Zabinni.

Instintivamente lo soltó. Draco se arregló el cuello y con la escoba en mano se dio la vuelta.

- ¡No puedes hacerme esto, Malfoy! - le gritó el moreno mientras éste se iba.

- Usa a Brads. Buena suerte, capitán.

Con la escoba en mano se fue de los vestuarios, dejando anonadado al capitán y ciertamente muy divertidos al resto.

Zabinni habló en silencio, más para él que para los demás. Pero con un tono que sonaba muy peligroso:

- Te arrepentirás, Malfoy...te juro que te arrepentirás.

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Recorrió rápidamente los pasillos, tenía los caminos perfectamente trazados en su mente, como un mapa preciso sin error alguno.

Llegó a la zona que, fuese de noche o fuese de día, estaba en penumbra. Murmuró las palabras mágicas y giró el pomo de la puerta.

Se deslizó por ella y la vio allí, esperándole.

Como si fuese un sueño lo que estaba viviendo. Como si su vida fueran pequeños trozos de cielo e infierno y en aquel momento hubiera unido todos los pedazos formando una imitación casi perfecta al modelo.

Y allí, entre nubes de música y soles de amor, estaba ella.

Sentada en el sofá, con una rosa blanca entre las manos y más hermosa que nunca.

Le miró con la sabiduría de su mirar profundo y le dijo mentalmente que lo amaba.

Lo había abandonado todo por ella. Sin pensar en las consecuencias, simplemente, porque era lo más bonito que tenía en su triste vida. Ella era la única luz en su eterna oscuridad.

Hermione se quedó sentada, mirándole. Él de pie con la escoba en la mano, los guantes y las rodilleras, el uniforme verde escarlata de quiddich y el cabello echado sensualmente hacia atrás con espacio suficiente para que el brillo de sus ojos no tapara el resto.

Ella dio una vuelta a su flor y sonrió perdiéndose entre los pétalos blancos de la rosa.

Le miró de nuevo y lentamente se levantó.

- Has venido. - murmuró suavemente con un tono dulce y reconciliador.

- Por supuesto. - dijo él como si fuera lo más elemental del universo.

Hermione caminó despacio hasta él y le miró como si se avergonzara de aquello. Se acercó la rosa y la olió, cerrando los ojos, después la inclinó hacia él para que también oliese su perfume.

Ambos fueron embriagados por él.

- Feliz aniversario.

Draco cogió el tallo de la rosa, cogiendo también, a su vez, las manos de Hermione.

- Feliz aniversario.

Acercó su rostro al de ella y buscó sus labios con anhelo mientras los rozaba con un choque electrizante y a la vez ardiente como si hubiesen caído en las llamas danzarinas de una chimenea.

Movieron sincronizados los rostros mientras sus labios se recorrían con ansiedad y sus respiraciones se convertían en un vaivén constante de aire y aromas.

El nudo de la rosa se desató. Draco posó sus manos en la cintura de ella mientras Hermione rodeaba con sus brazos, aún con la rosa en la mano, el cuello del rubio.

Sobraban, una vez más, todas las palabras entre ellos.

Pero era tal la emoción de aquel sentimiento inmenso que faltaba el tiempo y sobraban las pausas.

Se besaron nuevamente mientras la luz iba descendiendo para sumirlos en una cómplice oscuridad.

La luz eran sus ojos y el resplandor de sus almas.

- Tengo un regalo para ti.

Hermione le miró ansiosa.

Draco la abandonó momentáneamente mientras se acercaba al piano y murmuraba un hechizo. Una música hermosa comenzó a sonar.

La chica le miró entreabriendo los labios sin decir nada.

- ¿Bailas?

Cogiéndola de la mano, Draco giró a la Gryffindor sobre ella misma. Su vestido rojo era el mismo que una noche hubiese llevado. Ahora el baile era allí, ahora era el momento de romper las absurdas barreras y las estúpidas verguenzas que entre ellos no existían.

Suavemente le murmuró al oído:

" Por debajo de la mesa

acaricio tu rodilla,

y bebo, sorbo a sorbo

tu mirada ángelical"

La miró intensamente como si el centro de todo fuera su mirar gris y ella con el rojo de la pasión tatuado en la piel.

"Y respiro de tu boca,

esa flor de maravilla,

las alondras, del deseo,

cantan, vuelan, vienen, van...."

La tomó por la cintura y la volteó grácilmente mientras ella con una fascinación eclipsante tan solo sonreía.

" Y me muero por llevarte

al rincón de mi guarida..."

La morada esperaba impaciente la llegada de los amantes. El más profundo de los rincones esperaba atento a cada movimiento.

" Donde escondo un beso,

un matiz de una ilusión..."

Rodó sobre ella misma.

" Se nos va acabando el trago,

sin saber que es lo que hago..."

Rodó de nuevo y paró acariciándole la mejilla mientras continuaba su poesía particular, entre susurros y murmullos:

" Si contengo mis instintos o jamás...

te dejo huir..."

Una lágrima rodó por su mejilla y él sintió una emoción desbordante en el pecho. Algo imenso, lo más grande, allí, metido en el fondo de su corazón. Como el resto de sus hermosos recuerdos de su historia de amor.

" Y es que no sabes, lo que tu me haces sentir,

si tu pudieras un minuto estar en mí..."

Tantas veces había querido confesarle lo que le hacía sentir. Había pensado que un segundo le bastaría para intercambiar las almas y sentir lo que el otro sentía.

"Tal vez te fundirías, esta hoguera de mi sangre

y vivirías aquí y yo abrazado a ti."

Era un sueño, una ilusión, un deseo.

Vivir en un paraíso tantas veces habían suplicado, lejos de las miradas y las palabras mal avenidas. Lejos de la maldad donde su amor era prohibido.

"Y es que no sabes lo que tu me haces sentir,

que no hay momento que yo pueda estar sin ti"

Nuevamente la rodó sobre sí misma cogiendo su mano...

"Me absorves el espacio y despacio me haces tuyo"

Entonces la deslizó en su brazo cayendo en una vuelta en el aire y quedando reclinada. Su pelo caía como una cascada de rizos manantiales.

"...muere el orgullo en mí y es que no puedo estar sin ti."

Ella sonrió mientras él la incorporaba y la pegaba a su cuerpo, abrazándola, protector.

"Te quiero", le susurró al oído mientras le besaba el cuello.

" Me absorves el espacio y despacio me haces tuyo"

Se miraron mientras el piano tocaba, mientras, ellos sentían el peso del mundo y la fuerza de su amor.

" Muere el orgullo en mí..."

Y sonrió mientras acercaba sus labios a los de ella:

"Y es que no puedo estar..."

El piano tocó la última nota mientras él confesaba lo que tanto sabía...

"...sin ti...."

Unieron sus manos mientras se besaban recorriendo la boca del otro.

Cogieron aire mientras sus corazones trepidantes corrían perseguidos por el deseo ansioso del amor.

Acariciaron la piel de sus rostros y la música de la canción siguió sonando sin el acompañamiento del pianista.

Los guantes y las rodilleras descansaban junto a la escoba en un rincón al que se le unieron los zapatos de ambos.

Cayeron en el sofá abierto que parecía un cúmulo de nubes blancas, suaves y esponjosas.

Uno con el otro siguieron acariciándose, besándose en un compás unialterno.

La piel se había erizado en el simple contacto de la mirada y ahora yacía atenta a cualquier roce con la yema de los dedos.

Poco a poco, como si la música captara los sentimientos, fue cambiando la melodía a una música de dunas desiertas, con bajadas y subidas suaves y matices apasionados.

La ropa fue quedando renegada con el resto de objetos inservibles como el pudor, la verguenza, el miedo, la tristeza y el odio. Solo cabían dos sentimientos en todo aquello, la pasión y el más importante, el amor.

Lentamente Draco fue soplando desde la zona más perdida hasta la más recóndita, acompañado por las teclas del piano y los latidos de Hermione, más los suyos propios.

Se fue escuchando el sonido de su respiración y más tarde el de sus propios sentimientos que salían sin poder remediarlo a la superficie, convirtiéndose en gritos ahogados, gemidos encadenados, sin alientos profundos y palabras que nadie en el mundo podría entender jamás, sino ellos, los amantes, sus creadores.

Hermione sonreía ante la serenidad y la paciencia del rubio. Se mordió el labio y casi accidentalmente se tapó la cara.

Él le deshizo la careta de manos, besándole una a una cada yema de los dedos de las manos y bordeando a besos cortos la palma.

Con pequeños soplidos en el cuello, palabras atrevidas en el oído y caricias por encima de la piel...poco a poco la electricidad se convirtió en energía.

Energía que se transformó en más deseo.

Se besaron una y otra vez, incapaz de controlarse. Entre besos, para ellos prohibidos, dieron mil vueltas, desnudos, recorriendo el cuerpo del otro con las manos y la mirada, analizando cada detalle, cada lunar, cada cicatriz, cada tal ínfima precisión que trazaron mapas del cuerpo del otro hasta identificarlo como propio.

Después lo recorrieron a besos. A besos encontrados, a besos anhelados, a media voz.

El mundo había dejado de girar y sólo estaban ellos construyendo sus propias vidas en los pilares de su amor.

Uno enredado en el otro, sin apenas voz ni tampoco palabras, se besaron, sabiendo que aquel día, aquel momento y aquella habitación, jamás desaparecería de su mente. Nunca.

Se miraron. Cómplices de su secreto. Cómplices de sus deseos. Cómplices del sentimiento. Cómplices en dos cuerpos.

Y se agarraron fuertemente para no caer en un abismo sin fin. Y poco a poco se deslizaron por las sendas de lo lejano, de lo alto y la cima de la más alta montaña.

El placer era éxtasis, el amor era pasión, la confianza era complicidad, los cuerpos eran las almas.

Y despacito fueron soñando en convertirse en héroes durante un día y consiguieron ser héroes en sus fantasías.

Capturaron el cielo en su red de amor y música y unieron el cuerpo y el alma hasta que pudieron gritar al mundo entero que eran los reyes del universo.

Cayeron en un abrazo muy fuerte, entre sonrisas cómplices, amor prohibido y éxtasis que no pasaría jamás.

Se besaron, temblando, amándose hasta los confines y sobre todo,

cómplices.

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Wola a todas!!!!! Pues al fin su sueño mutuo se hizo realidad!

La preciosa canción de fondo no es otra que "Por debajo de la mesa" de Luis Miguel (L) Un clásico que no deja de encantarme.

Creo que de este capítulo hay mil cosas que comentar....yo apunto a las más importantes en mi particular versión:

- Como ya les informé después del partido de Quiddich se marcará un antes y un después en "El pianista". Lo que quiero decir con esto es que la historia dará un giro...para algunos bueno y para otros malo.

No con esto digo que la relación de Draco y Hermione se vaya a romper ni tampoco quiero decir que ocurra una desgracia ni...no, yo no digo nada! Sólo les aviso para que saquen sus propias conclusiones.

- La pelea de Draco y Ron era algo que llevaba mucho tiempo deseando, jaja. Soy maligna, lo sé. Pero es que las peleas Draco-Harry no tienen...emoción, sin embargo entre el rubio y el pelirrojo, a mi modo de ver, hay mucho morbo. Aunque...siempre se puede superar :P

Creo que la reacción de Hermione fue evidente. Su mejor amigo y la persona que ama...difícil decisión.

- Sobre las dos personas que ya lo saben, Pansy Parkinson y Ron Weasley; como habéis leído, no "van" a decir nada, o eso han dicho. Solo quería apuntar dos cosas por cada personaje.

Primero con la Slytherin, en muchos fics la veo de mala estúpida o de tonta ciega...etc...Yo misma la utilicé en "No es historia de amor" como personaje antagonista pero me da rabia que siempre ocurra lo mismo en la mayoria de las historias. Yo tengo la fe en que nadie es ni enteramente malo ni enteramente bueno, con sus excepciones, claro. Pero tengo esa fe.

Por eso con este personaje quise dar una "revelación". Yo creo que lo único que le pasa a Pansy es que ama demasiado y, como le ocurre a la mayoria...no es correspondida. Es posible que se pueda ofuscar y hacer cosas que no están bien. Pero tomó una decisión muy madura. Ella solo quiero que Draco Malfoy sea feliz y por ello no piensa inmiscuirse en algo en que lleva las de perder.

Me gustaría que me diérais vuestra opinión sobre ella.

Segundo sobre Ron Weasley. Creo que ya es tópico decirlo pero para nada este personaje es un inútil estúpido como, desgraciadamente, lo pintan. Porque en los triángulos amorosos siempre uno lleva las de perder y él suele ser casi siempre el vértice sobrante.

Yo creo que tanto en los libros como por sus palabras y acciones ha demostrado ser un personaje que tiene valor y coraje. A pesar de inmadurez e impulsividad, como todos. Pues al fin y al cabo, quien diga no que tire la primera piedra...

Por ello, primero aceptando la relación de Harry y Ginny, demostró que no es un niño. Con lo que ocurrió con Parvati y con la valentía de confesarle su amor a Hermione.

Ahora guardando el secreto por el bien de su amiga, para mí no es más que otra muestra de que este personaje merece todo nuestro respeto y me gustaría que la gente dejara de manipularlo de esa forma para ponerlo como lo que es, otro ser humano que vale mucho.

Después de este sermón... (No os quejéis que concedí muchos deseos con este capítulo, jiji)

El capítulo siguiente, el número veinte será muy especial por un motivo. Será el primer "20" que figure en mis historias. No he superado los diecinueve con "No es historia de amor" ni tampoco con "Prisionera de un sangre limpia" así que llegar de nuevo ha este número me emociona mucho.

Otra cosita. Creo que el fic se está alargando mucho...y la verdad que todavía no he pensado en darle un final aún. Por lo que bueno, sólo espero que no se cansen de apoyarme y darme ánimos porque cuesta terminar o encauzar hacia el final algo tan hermoso y complicado como todas las historias y vivencias de nuestros personajes.

Creo que me dolerá mucho tener que hacer lo que mi cabeza maquiavélica ha decidido....mucho...

Y bueno, espero con ansia vuestros reviews, comentarios, e-mails (logarbo), felicitaciones, críticas, saludos, tomatazos, cartas postales o...lo que sea! Sólo quiero que me den una opinión sobre mi trabajo y que me cuenten lo que ven.

Creo que esto es todo aunque me resisto a abandonarles. El próximo capítulo no sé cuándo podré publicarlo, además se me acumula mi otro fic (perdónemen...me pondré duro con él!!)

Les dejo algunas preguntas malévolas para que...bueno, ¡no me olviden!

oooooooo

¿Qué hará Blaise Zabinni?

¿Se enterará alguien más del romance de Draco y Hermione?

¿Le contará Hermione a el pianista que Ron y Pansy saben de su relación?

¿Notarán la ausencia de los amantes?

¿Podrá huir Draco de su destino?

oooooo

Y ahora quería dedicar este capítulo a...bueno, a algunos les puede resultar algo infantil pero...el Lunes día 25 de Octubre murió mi perro...Golfo. Llevaba conmigo nueve años y se lo llevó el cielo por una enfermedad.

Solo espero que esté donde esté sea feliz y que sepa que nunca podremos olvidarle.

Y también quería dedicarle a un gran autor y maestro del mundo, el Señor Gabriel García Márquez quien tiene cáncer linfático y se ha retirado.

Solo quería transmitir a todos los que me leéis el dolor que siento por este genio y sólo le deseo lo mejor en todos los sentidos.

Gracias por todas sus palabras y sus obras. Gracias por como es y como será recordado.

Y con su carta que se difunde por Internet y algunos dicen que es falsa, otros que es verdadera, a mí me tocó el alma y la dejo aquí inscrita:

GABRIEL GARCIA MARQUEZ

"Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, aprovecharía ese tiempo lo más que pudiera".

Posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.

Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.

Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz. Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen.

Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma.

A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse!

A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese a volar. A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido. Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres...

He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada.

He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre. He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.

Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrán de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo. Siempre di lo que sientes y haz lo que piensas.

Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma.

Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo diría "te quiero" y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.

Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré.

El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si el mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo, un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo.

Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles "lo siento", "perdóname", "por favor", "gracias" y todas las palabras de amor que conoces.

Nadie te recordará por tus pensamientos secretos. Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos. Demuestra a tus amigos y seres queridos cuanto te importan."

Os quiero!

Mil gracias a todos por vuestro apoyo!

Lira Garbo

Corazonado

Ricky Martin

Ahora tengo miedo

si te digo la verdad...

Sufrirá mi ego,

¿dónde acabará, mi vanidad?

Te toqué

inmediatamente

corazón de suicida,

me enamoré.

Corazonado,

delante de tu cuerpo.

Yo me rompía

sintiendome bendecido por tu amor.

Corazonado

en brazos de tus brazos

se derretía, el as de mi frío corazón.

Yo te amé,

involuntariamente,

corazón de suicida,

me enamoré.