El juego de la botella
Primera vuelta- El encuentro
Realmente, no se lo que me impulsó a ir a la cita; tampoco lo había pensado con seriedad, pero aquel frío día de marzo en cuanto pise el pueblo me dirigí hacia la casa de los gritos. Ahora, con más años y más tiempo para pensarlo; creo que acudí por aquella mezcla insana de curiosidad y arrogancia que tenía a los 17. Me creía el mejor en todo y toda aquella disciplina que no se me diera bien, no era lo bastante importante como para considerar mi esfuerzo o mi respeto para sus seguidores. No es que haya cambiado demasiado, aún ahora ese niño incomprendido y petulante que era, sale a flote en mí; quizás con más frecuencia de la deseada o debida.
Estuve esperando por más de una hora y llegué a pensar que todo aquello no había sido más que una broma del estúpido de Black, intentando emular a su hermano; pero en el fondo de mi, sabía que aquella carta no era suya, que él había sido un simple y probablemente forzado mensajero; realmente lo que me retuvo sentado por una hora y cuarenta y cinco minutos sentado en aquella fría y dura roca, fue la última frase de la carta: "Nosotros podemos darte el lugar que mereces" por aquella época solía pensar que mi lugar no esta en el último eslabón de la cadena, si no en el primero, capitaneando a los demás, pero después de tanto tiempo y tantas cosas ocurridas me doy cuenta de que, a pesar de la crueldad gratuita de mis compañeros, jamás hice nada por cambiar aquello. Me comporté como un animal apaleado y enjaulado, dispuesto a morder por defenderse, pero nunca pensé en la forma de escapar de mi jaula y como bien a prendí después, estos animales, antes o después aprenden a abrir el pestillo para encontrar la libertad. El problema es que para cuando yo fui capaz de abrirlo ya era demasiado tarde.
Todo esto lo digo ahora, sentado y reflexionando sobre lo que ocurrió, sobre lo que hice bien o mal en cada momento. Pero en aquel lugar, en aquella época, cuando los Lestrange se parecieron ante mi, vi en ellos a mi liberadores, en lugar de aquellos que pondrían otro candado más a mi cadena.
Bellatrix se acercó a mi, con su falso tono infantil, disculpándose por el retraso y agradeciendo mi tesón y paciencia: "Las cosas buenas se hacen esperar" me dijo con aquella voz dulce y casi empalagosa y sus ojillos grises, brillando de una forma extraña, que con el tiempo reconocí como el inicio de la demencia y la declaración de su sadismo. Primero hablamos sobre banalidades, tales como mis notas o el estado de mi madre, siempre con aquel tono cortés y estudiado de una mujer aristócrata que quiere engatusar a su invitado. Finalmente fue Rodolphus el que nos sacó de aquella espiral concéntrica, con un carraspeo incomodo, para llevarnos a tema principal de la reunión.
-Si claro-declaró ella con un tono despistado-estamos aquí para hablar de nuestra propuesta…-Bellatrix me miró con una sonrisilla tranquila y terminó-¿te has decidido ya?
Yo los analicé por un segundo, ¿decidirme a que, pensé, aún no sabía que era exactamente lo que querían de mi.
-Aún no lo tengo muy claro…-admití precavido-¿sobre que es exactamente vuestra propuesta?
Recuerdo muy bien la estampa que presentaba el matrimonio, Bellatrix me miraba de forma condescendiente, como una tía consentidora y mimosa; que intentaba averiguar cual era el dulce favorito de su sobrino y así sobornarlo para conseguir un achuchón. Por el contrario Rodolphus, no parecía estar muy de acuerdo con todo aquello, o quizás fuese con la idea de estar tratando tan bien a un simple mestizo como yo; me llamó la atención su mirada de hastío, con la cabeza bien alta y las manos siempre a sus flancos, jamás en los bolsillos, como todo un señor que espera. Yo ahora me hubiera dado cuenta de sus actitudes contradictorias pero ese día la promesa de algo mejor. Me cegó por completo
-Bueno…-me interrumpió la mujer, en mi evaluación- se trata de un circulo muy selecto Severus, solo gente inteligente-comenzó a explicarme- y chicos con potencial como tú…
-¿Para que?-pregunté de nuevo
-Para defendernos Severus-aclaró ella- para defender lo que es nuestro por derecho- mi cara en ese momento debió ser de completo desconcierto por que ella se ofreció a explicarme mejor-verás… se están perdiendo las buenas costumbres; Severus, lo que nuestros ancestros nos dejaron esta desapareciendo y los demás no se dan cuenta. Las nuevas leyes mágicas, el ritmo que esta tomando todo, esta rompiendo la sociedad mágica. El respeto se pierde, de la misma forma que los deberes y derechos que ha tenido siempre todo buen mago. Y nosotros como privilegiados tenemos el deber de preservar todo eso ¿no?; no podemos dejar que nuestro mundo acabe diluyéndose de forma absurda hasta que sea como el de los muggles ¿verdad?
Yo en ese momento y tras aquel discurso confuso de extraños ideales no supe que decir
-Nuestro señor te ha escogido personalmente Snape-me habló directamente Rodolphus-el cree que tienes le suficiente capacidad para ayudarnos en nuestro cometido y que no tengas que ser pisoteado nunca más; ni por los estúpidos de Black y Potter, ni por ningún otro. Pero para eso tienes que aceptar seguirle hasta el final.
Aquellas palabras fueron las que encendieron la mecha de la decisión en mí, por fin podría obtener el lugar que me correspondía, acepte casi sin dudarlo.
La primera ronda finalizo y a mi me tocó besar a la soberbia.
Rincón de Zélany: Gracias a Eli y Airam siempre pendientes, también a Demona 0. Me dais ánimos para seguir esta difícil empresa. Este capi es para vosotras. Besos.
