Cap. 5

Despertó unas horas después, su mamá estaba sentada al lado suyo.

-¿Mamá qué pasó¿Está bien mi bebé?

-Déjame hablarle a la sanadora Herms, ella te explicará.

Momentos después entró la sanadora.

-¿Cómo está mi bebé?

-Mira Hermione, voy a ser muy sincera contigo. Tuviste una amenaza de aborto, pudimos controlar la situación, pero estás muy delicada. Tú y tu bebé corren riesgos.

-¿Pero porqué pasó eso?

-Verás, creo que se debe a la cantidad de preocupaciones que tienes, además que los embarazos en adolescentes siempre son riesgosos. Debes cuidarte de todo eso y estar tranquila, por mientras te voy a pedir que no salgas de tu cama en 1 mes. Sólo para lo indispensable como ir al baño.

-¿Un mes? Pero no puedo estar en cama, Harry me necesita.

-Lo sé Hermione, pero entiende que por Harry no puedes hacer nada y por tu bebé, sí. Tu embarazo es de alto riesgo y por ahora te digo un mes, pero si cuando pase el mes te reviso y no veo mejorías podría ser más tiempo. Mañana te podrás ir a tu casa, pero tienes que prometerme que vas a guardar reposo absoluto.

-Se lo prometo.

-Bueno, ahora tengo que ir a ver a otra paciente. En un rato vengo a ver como estás y mañana te doy de alta.

La sanadora salió de la habitación y Hermione comenzó a llorar.

-Hija, no llores –dijo su madre abrazándola- recuerda lo que dijo la doctora (n/a ya se que es sanadora pero la señora Granger es muggle), no le hace bien a tu bebé.

-Lo sé, pero tengo miedo. No sólo puedo perder a Harry, ahora también a mi bebé.

-Si sigues las instrucciones de la doctora, no tiene porque salir mal nada. Ahora te voy a dejar para que te duermas un rato ¿está bien?

Hermione asintió con la cabeza y su mamá salió de la habitación.

Lloró un rato más hasta que poco a poco volvió a quedarse dormida.

Al día siguiente salió del hospital y se fue a su casa, donde su mamá le había acomodado el cuarto de forma que no necesitara nada. Le llevó una tele, una computadora portátil, varios libros y le instalaron un timbre por si algo se le ofrecía (n/a claro que no se le iba a ofrecer nada, si para algo se inventó el Accio).

Hermione pasaba el día leyendo y de vez en cuando usaba la computadora o la televisión. Trataba de no estar deprimida para que su estado no le afectara al bebé, por lo que trataba de no pensar en Harry, aunque no muchas veces lo lograba.

Diario iba alguien a verla, ya fueran los gemelos Weasley, Tonks, Lupin, la profesora McGonagall o los señores Weasley. El señor Weasley estaba encantado cuando le enseñó la computadora. Pero cuando llevaba una semana y media recibió una visita que la sorprendió.

-Hermione, vienen a verte –dijo su mamá desde el otro lado de la puerta.

-¡Que pase!

La puerta se abrió y dejó ver a un muchacho nervioso que llevaba unas flores en la mano.

-¿Ron qué haces aquí?

-Hola Herms, vine a ver cómo estabas. Te traje esto.

-Gracias.

Ron se inclinó y la abrazó y después se sentó en el borde de la cama.

-Herms, perdóname. No tienes idea de lo culpable que me siento de que te haya pasado esto. Debí de haberte apoyado y en vez de eso sólo te cause más problemas.

-No te preocupes Ron, no es tu culpa.

-De verdad perdóname. Tú y Harry son mis mejores amigos y voy a estar aquí para apoyarlos a los dos.

-Claro que te perdono Ron. Yo sé que no te es fácil tragarte tu orgullo y pedir una disculpa. Además, no te culpo por la manera en que reaccionaste. Sé que te mentimos los dos al no decirte lo que sentíamos el uno por el otro.

-Bueno ¿y cómo estás?

-Pues, no sé si he mejorado o no, pero no me levanto más que para bañarme e ir al baño, así que espero que todo esté mejor. No soportaría otro mes aquí.

-Vas a ver que estarás mejor.

-Eso espero ¿y tú cómo estás¿Qué ha pasado con tu vida en este mes y medio?

-No mucho, la escuela es difícil, yo que pensaba que los profesores de Hogwarts eran exigentes. Y pues he estado ocupado ahí. He hecho algunos amigos nuevos.

-¡Que bueno que te vaya bien!

-Pues sí, aunque los extraño mucho. Y ya no puedo ir a ver a Harry tan seguido, pues en la escuela sólo nos dejan salir 3 veces a la semana.

Pasaron la tarde hablando, riéndose y recordando viejos tiempos, por primera vez desde que supo lo de Harry estuvo feliz y pudo olvidar por un rato los problemas. Se fue después de cenar y Hermione se quedó dormida casi inmediato.

Al día siguiente despertó, se metió a bañar, desayunó y se puso a leer como siempre. Alrededor de las 10 tocaron a su puerta.

-Hermione, vienen a verte –dijo su madre al otro lado de la puerta.

-Que pasen.

-¡Hola Hermione!

-¡Hola Tonks¿Qué haces aquí tan temprano?

-Te traigo una buena noticia.

-¿Qué? –dijo Hermione sentándose en la cama y dejando el libro en la mesita de noche.

-Bueno, no sé realmente que tan buena sea.

-Ya dime Tonks.

-¡Harry se movió!

-¿Qué?

-Bueno resulta que estaba Ginny con él y…

-¿Ginny?

-Sí, bueno hoy es domingo y le dieron permiso para ir. Bueno el punto es que estaba ella ahí y no se que le dijo que Harry movió la mano y abrió un poco la boca.

-¿Y qué dijeron los sanadores?

-Bueno, dijeron que era una buena señal y que podía estar respondiendo a ciertos estímulos.

-¡No lo puedo creer!

-Pues creelo, bueno me tengo que ir que sólo venía a contarte eso, que ya voy tarde al trabajo.

-Gracias por venir Tonks.

Tonks salió por la puerta y escuchó como tropezó abajo y cómo decía "lo siento, lo siento"

-No puedo creerlo –pensó Hermione- por fin Harry da señales de que está mejorando. Como me hubiera gustado estar ahí. Pero lo bueno esque responde a ciertos estímulos. ¡Momento¿Ciertos estímulos? Claro¡reacciona a la voz de Ginny¿Cómo no me di cuenta antes? Harry aún siente algo por ella y cuando despierte va a ser a ella a la que va a querer ver, pero claro cuando vea mi estado se va a sentir obligado a quedarse conmigo. Espera Hermione, no pienses eso. Harry te dijo que te amaba ¿no? No lo hubiera dicho si no fuera cierto, además te cuidaba y tuvieron sus encuentros casi todos los días a partir de la primera vez. ¿Pero y si Ginny tiene razón¿Y si todo lo hacía para acostarse conmigo¡No Harry no es así¿O si? Después de todo es hombre.

-¡Hermione! –su madre la sacó de sus pensamientos.

-¿Si mamá?

-¿En qué pensabas que no me hacías caso? Voy a salir a comprar unas cosas, no me tardo más de 15 minutos ¿estarás bien?

-Sí no te preocupes.

La señora Granger cerró la puerta y Hermione tomó su libro para no pensar más en eso.

Las semanas pasaron lentamente para Hermione, los sanadores no vieron mejoría en Harry a pesar de lo ocurrido, pero para todos era una gran esperanza el hecho de saber que al menos había reaccionado. Ron iba a verla al menos 1 vez a la semana, aunque casi diario recibía alguna visita.

Por fin pasaron las 4 semanas en las que tenía que reposar, lo que significaba que Hermione había cumplido ya 18 semanas de embarazo. Su vientre empezaba a crecer.

Se despertó temprano y fue con su mamá a San Mungo, donde la sanadora ya la esperaba.

-Bueno Hermione, la verdad es que tu estado es mejor que el de hace un mes, aunque aún es muy delicado. Te podrás levantar de la cama, pero trata de cuidarte mucho, no puedes estar todo el día en la calle y trata de no tener preocupaciones, porque eso les afecta mucho a los dos. El bebé aún está muy pequeño. Aunque no en una forma preocupante.

-¿Eso quiere decir que al menos podré venir al hospital una vez al día?

-Claro, pero sólo una vez, lo demás trata de seguir descansando.

-Gracias, le aseguro que así lo haré.

Salieron del consultorio de la sanadora para ir a ver a Harry, al llegar el sanador les indicó que esperaran ya que había alguien adentro con el paciente. Esperaron 15 minutos hasta que salió Ginny de la habitación. Vio a Hermione de arriba abajo con un gesto de burla y se fue. Hermione entró a la habitación.

Harry estaba mucho más delgado que la última vez y mucho más pálido.

-Hola Harry, aquí estoy. Perdón por no haber venido, supongo que alguien te habrá contado el porqué. Me da mucho gusto que hayas dado señales de vida, aunque me hubiera gustado estar contigo, pero eso no es lo importante ahora, lo que importa es que…

Se quedó callada al ver la mesita de noche de Harry. En el estaba una fotografía de Harry y Ginny en la que se abrazaban y reían. No podía creer que Ginny se había atrevido a hacer eso, le daba rabia pensar en todo lo que la pelirroja le había dicho, en las miradas que le dirigía, en haber estado con Harry justo en el momento en el que el muchacho se movió, en poner esa maldita foto en el cuarto de Harry, de SU Harry.

Metió la fotografía en su bolso.

-Ya me tengo que ir amor, pero mañana vengo a verte. Solo que ahora tengo que descansar, al menos eso dijo la sanadora y prefiero hacerle caso, este bebé y tu son lo más importante que hay en mi vida –besó sus labios y notó como el chico apretaba un poco los ojos -¿Harry¿Me estás escuchando?

Se volvió a sentar esperando ver alguna otra señal del chico, pero pensó que tal vez sólo había sido su imaginación, lo besó por segunda vez y salió de la habitación.

-¿Cómo lo viste Herms?

-Bueno, creo que físicamente está un poco mal, pero supongo que es por todo el tiempo que lleva así. Pero, creí ver que apretó los ojos, no sé si fue mi imaginación, aunque pareció muy real.

-¿En qué momento fue eso? –esa vez no fue la señora Granger la que habló, sino cierta pelirroja que estaba entrando a la sala de espera.

-¿A ti que te importa en qué momento fue?

-Fue cuando lo besaste ¿cierto?

-No te metas en lo que no te importa.

-Claro que fue en ese momento –dijo caminando hacia ella- cuando movió la mano fue por eso –dijo con una sonrisa.

-¿Lo besaste?

-Tengo el mismo derecho a besarlo que tu, de hecho hasta más porque yo si fui su novia y soy la chica a la que él ama.

-Trágate tus palabras.

-Lo siento sangre sucia, pero sólo digo la verdad.

-Maldita pecosa, deja de meterte entre Harry y yo.

-¡Herms! Es mejor que nos vayamos, recuerda que debes de evitar este tipo de encuentros.

-Sí mejor vete Granger, no vaya a ser que le pase eso al maldito bastardo que llevas dentro.

-Retira lo dicho.

-¿Qué¿Bastardo? Sólo es la verdad, dudo que ese niño sea muy deseado, no se por ti, pero dudo que Harry tenga algún interés en ese niño.

Hermione se levantó y le pegó una cachetada a la menor de las Weasley, dejando su rostro tan rojo como su cabello y salió de la sala con su mamá atrás de ella.

-

Bueno, traté de hacerlo más largo, pero la verdad me tarde.. lo siento! no he tenido mucho tiempo de escribir, pero bueno espero tener el siguiente mas rapido.. gracias a todos los que me dejan REVIEWS!