Capítulo 2:
El Pergamino EscurridizoMalfoy era arrastrado por los pasillos, ya que ni con un hechizo ni con otro, éste acudía a sus manos, y aparte, las chicas veían a una hermosa chica, con un extraño peinado adornado con pedrería brillante y tres bijou arriba de cada ceja y sobre todo, con una túnica holgada masculina, que la hacía ver, muy femenina.
El pergamino se había deslizado por otra puerta y no es que tuviera vida propia, lo que sucedía era el aire que se colaba lo arrastraba fácilmente y como era mas delgado de lo común, no tenía problema para deslizarse.
El rubio estaba a punto de zarandear a Alkyon, bonita o no, sangre limpia o no ¿Qué se creía para llevarlo a rastras de ese modo, delante de todos los alumnos que iban en el expreso? Buscando el hechizo, al pasar junto al compartimiento de Harry y sus amigos, sintieron las chicas del cielo, como uno de sus bijou latía presuroso, era por la cercanía de otra chica, así que Alky se detuvo y ellas salieron.
-¡Alkyon!
-¡Mariana, Tanya! – Corrió a abrazarlas - ¡Que gusto, no saben lo que pasó, es un desastre, nuestro plan es mas peligroso de lo que pensamos!
-¿En serio?
-¡Primero obvio que no estamos autorizadas para fungir como diosas y cumplir deseos, así que el hechizo que hicimos, solo funciona para que bajemos pero no cumplir nada!
-¿En seriooooo?
-Y yo que ya estaba emocionada - gruñó Tanya - este pecosín necesita mucha ayuda... con la madre y la hermana que tiene, pobrecito...
-¿Y segundo?
-Aunque no cumplamos deseos, tenemos que permanecer siempre al lado de nuestros invocadores, como si fuese un lazo invisible que nos ata a ellos, mucho tiempo lejos, podría ser desastroso para ambos, al menos hasta no regresar a nuestro mundo.
-¿Y el tercero?
-Debemos recuperar el pergamino, destruirlo y buscar el camino de regreso a casa lo antes posible…
-¡Oh! ¿Y el pergamino?
-¡Lo perdió el rubio! – señaló a Draco y éste se indignó
-Basta de juegos, me regreso a mi lugar – espetó, pasando entre Harry y Ron que ya salían tras ellas y quedaron mudos al ver a Alkyon.
-¡Diantre! – gimió, ya que cuando Draco se alejaba, ella sentía una impetuosa necesidad de seguirlo, es mas, fue tan rápido, que cuando se percató, ya estaba pegado a el.
-¿Qué haces?
-¡Te he dicho que no puedo estar lejos de ti! – gimió, justo cuando Pansy lo alcanzaba y puso un rostro cetrino.
-¡Vaya Draco! Y yo que pensé que buscabas reconciliarte conmigo, veo que no pierdes tiempo con las… nuevas.
-Pansy…
-¿Esta fea quién es? – preguntó Alky comiendo de arriba abajo a Parkinson
-¡Oye!
-Já - soltó una risotada Alky - actué como terrenal, que espanto...
-¿Sabes? Estorbas - gruñó Pansy a Alky
-Que pésimos gustos niño, tienes suerte que yo esté aquí ¡Pero es tu deber encontrar el pergamino conmigo! – lo jaloneo del brazo y Draco no creía que esa chica le maltratara.
-Draco necesito que hablemos sin estorbos – masculló Pansy, decidida a hablar con su ex novio.
-Lo siento chica que el está conmigo y es un asunto muy importante.
-¡No te metas conmigo! – Pansy alzó su varita y le apunto a la cara
-¿crees que me asusta que me señales con ese pedazo de madera?
-OOOOOOOH – hubo una exclamación
-¿Qué has dicho desgraciada? ¿Pedazo de madera? ¿De que estúpido planeta vienes? ¡Voy a hacerte trizas muñeca rota!
-¿En serio? – sonrió Alky sosteniendo aún mas fuerte el brazo del rubio ¿a poco creía que se iba a dejar? Con peores criaturas celestiales se había enfrentado en desafíos en su colegio.
-¡Mocomurciélagos! – envió Pansy el hechizo.
-¡Muro! – alzó Alky una mano, y de pronto, una pared gelatinosa se levantó de la nada y el hechizo rebotó golpeando a un curioso que pasaba.
-¡No hagas eso! – gimió Draco molesto, por muy linda que ella fuera, no permitiría que le hiciera daño a Pansy.
-¡Duerme! – Le tocó con un dedo, la frente y Draco cabeceó demasiado pronto y de pie, ella lo condujo hacia el compartimiento - ¡Que mente tan débil! – Se quejó - ¡Pero bueno, solo dormido puedo hablar con las chicas, sin que tus pensamientos me mantengan contigo siempre!
Y salió del compartimiento, no sin antes - ¡atráncate! – y tocó las puertas, así nadie le podría abrir, por mas alohomora que enviaran, ellas por lo regular, casi no usaban los hechizos de los terrenales.
Tanya y Mariana esperaban, con un Harry y un Ron, curiosos, primero era una, ahora dos, ahora tres chicas ¿y después que? Mientras tanto, el pergamino, se había escurrido bajo un compartimiento de Ravenclaw y un chico llamado Hayden lo había tomado por curiosidad, al leerlo, supuso lo mismo que Draco, que era de alguna chica y lo guardó cuando su prima Cho, entró para hablar con el, aunque pensó que ese pergamino, quizá era de ella.
-¡Oh, Dioses! Mal hechizo escogimos, tan sencillo y tan complicado.
-¿Se puede saber que tanto hablan? – se acercó Ron exasperado – porque si mal no recuerdo, nosotros estamos involucrados y… habían dicho que no podían despegarse de nosotros ¿Por qué tu si? – preguntó a Alky.
-Porque el niño ese, Draco tiene una mente débil…
-¿Una mente débil?
-Te lo demostraré – se acercó Mariana a Harry, le quitó los lentes y por un momento ella se quedó prendada de esas hermosas esmeraldas, pero reaccionó del embobamiento temporal y le puso un dedo en la frente - ¡Duerme!
-¡Oh! ¿Qué haces? – gimió el chico, había sentido una descarga eléctrica cruzar su cerebro.
-Esto durmió a Draco de inmediato – chilló Alky – y a ti solo te hizo cosquillas, tu mente es más poderosa… solo dormidos podríamos alejarnos lo suficiente, pero despiertos, indudablemente, estaremos juntos.
-Tal vez Dumbledore conozca la solución – dijo Harry – en cuanto lleguemos al colegio, no nos quedará otro remedio.
-Si Harry, de otra manera ¿Cómo justificar que ellas estén junto a nosotros?
-Casi llegamos – advirtió Harry
-Alkyon, regresa con tu humano, porque lo debes despertar, si no entra al colegio, tendrá problemas.
-Bueno – sonrió Ron – si no lo despiertas, no hay problema…
-¡Ronald! – le dio Tanya un zape en la mano – Si tienes malos pensamientos tú, los tendré yo… así que compórtate mientras estemos conectados.
Lo que pasó después es que apenas y pusieron un pié en el colegio, los chicos se fueron directo a las oficinas de Dumbledore, empezando por Harry y terminando con Draco, el estar los archienemigos ahí, hacía el ambiente poco acogedor, afortunadamente, había una bandeja de sándwiches, que devoraron, en espera de Dumbledore, las chicas miraban todo con curiosidad, hasta que el director llegó.
Media hora mas tarde después de explicaciones por parte de ellos, muy extensa y por parte de ellas, poco explícita, el director solo los miraba pacientemente, mientras negaba con la cabeza, recordando el caso sucedido hacía muchos años atrás, por unos minutos de largo silencio, hasta que decidió hablar.
-Es obvio, que si se tratara de un asunto terrenal, usaría toda mi influencia para solucionar esto… pero ellas vienen de un poder mas allá de la magia, en un mundo al que no podemos acceder ni mucho menos enviar mensajes… al salir de ahí, se cierra la puerta y solo se abrirá hasta que las vengan a buscar…
-¡Yaya!
-Por lo que no queda otro remedio, en tanto averiguo que puedo hacer, ellas tendrán que quedarse con ustedes…
-Pero señor, ellas están pegadas a nosotros todo el tiempo, digo, necesitamos privacidad, ambos…
-Le diré al profesor Snape, elabore una poción para tenerlos separados en la medida de sus posibilidades, estudiaré este caso… señoritas, mientras estén aquí, eviten usar su magia, es distinta a la nuestra y no sabemos en que medida pueda dañar a nuestros alumnos, ya me contaron de un pequeño incidente en el expreso.
Las chicas asintieron, aunque sin duda seguían preocupadas, tenían que dar con el pergamino ¿en donde podría estar? Rogaban a los seres celestiales, que éste hubiera sufrido un accidente y estuviera roto, quemado, pisoteado o lo que fuera… pero la realidad era que seguía bien, dentro de la mochila de Hayden.
Hayden compartía habitación con Jonathan Lupín e Ikis Nakamuro, así que después de la cena, se dedicó a sacar todo de su baúl y de la mochila, en eso andaba, cuando el pergamino se resbaló y fue a dar cerca de la cama de Jon Lupín, justo cuando estos entraban.
-¡Que hay Hayden! – se saludaron - ¿Cómo estuvieron sus vacaciones?
-De primera, nunca la he pasado mejor ¿y ustedes?
-Yo estuve en Japón – dijo Ikis – visitando a mis abuelos, unos días terroríficos, nos tocó un terremoto ¿y tu Jon?
-Lo de siempre, cuidado a mi padre en las noches de luna llena, pero por lo menos estuve visitando a los Weasley seguido…
-Bueno, entonces creo que es mejor que durmamos…
-Oye Hayden, recuerda lo que te pedí el fin de curso pasado – recalco Jon – sabes que me encanta Cho… ¡Prometiste ayudarme con ella!
-¿Por qué simplemente no hablas con ella Jon?
-Es que… es tan bonita… tan popular…
-Te soy sincero Jon – advirtió Hayden – Cho es muy especial, siempre ha andado de chicos igual de populares… y francamente no creo que tu seas su tipo.
-Lo sé…
Los chicos se acostaron a dormir, cerca de la media noche, Jon daba vueltas en su cama, no podía conciliar el sueño, pensando en el bello rostro de Cho y sabía que no debía engañarse tanto, ella jamás le haría caso. En eso estaba, cuando de pronto se dio una vuelta y cayó pesadamente al suelo, haciendo un ruido seco.
-¡Maldita sea! – Se quejó, pero al intentar ponerse de pie, vislumbró una esquina del pergamino, con sus letras brillantes - ¿Qué es eso? – Lo jaló y regresó a la cama – Parece un conjuro.
Jon trató de leerlo, pero era casi de madrugada y no había luna llena, además la luz de la chimenea se estaba extinguiendo, por lo que casi estaba a oscuras, así que como era mucha la curiosidad y la flojera para bajar a la sala, alcanzó su varita mágica.
-¡Lumus! – Dijo bajito y la varita comenzó a chispar, iluminando el pergamino… sin querer, Lupín pegó la varita al pergamino, mientras lo leía, haciendo que el chico ahogara una carcajada - ¡Pero que ridiculez! ¿Hechizo convocador? ¿Convocador de qué? Es un hechizo típico de chicas, me pregunto que hará aquí y…
-¡Crac! Se escuchó un ruido seco y Jon juntó las cejas, justo en el momento en que se iba a incorporar para ver que había pasado…
-¡Oh! ¡AAAAAAAH! – alcanzó a gemir al ver como el rostro de una chica se le venía encima de el, con una espesa cabellera negra y larga y unos brillantes ojos grises.
-¡Ay! – Gritó la chica aplastando a Jon con su cuerpo, haciendo que el chico soltara el pergamino, el cual, salió volando por el aire que se colaba por la ventana abierta, así que salió por la ventana, dando volteretas, hasta quedar atorado en el alfezeír de una ventana.
-¿DE DONDE SALISTE? – gritó Jon, despertando a los chicos
-¿Qué pasa Jon? – se despertaron los chicos pesadamente.
-¿Qué te sucede?
-¡Ay, ay, ay! – Saltó Elektra de la cama, la chica andaba un precioso batón color crema, como bordado en oro, y brillante, en su frente una tiara con piedras pequeñas colgando - ¿Dónde está el pergamino?
-El… el… ¡Al diablo con el pergamino! ¿Quién eres, que haces aquí, como entraste?
-¡Me llamaste al leer el pergamino! – gritó Electra
-¡UNA CHICA, UNA CHICA! - gritó Hayden
-¡Ah, una chica en el cuarto, no te conocíamos esas mañas Lupin! – dijo Iris
-¿Pero quién es ella? – gimió Hayden, pese a que no había luz de luna, el vestido que andaba, era luminoso.
-¡No lo sé, apareció de pronto!
-¡El pergamino, quiero el pergamino! – Brincó Elektra, buscando por todas partes - ¡Prendan las luces!
-No hay leña para la chimenea – dijo Ikis aún desconcertado, mirándola embobado de arriba abajo.
-¡Vaya, llego a un jardín de Masculinidad y los terrenales no tienen nada decente en sus aposentos! Son terribles, definitivamente, madre tenía razón cuando dijo que no debía bajar nunca a la tierra…
Entonces Elektra tomó uno de sus cabellos y lo arrojó a la incipiente llama de la chimenea y de pronto, el fuego se avivó con intensidad, iluminando la habitación, Elektra comenzó a buscar el pergamino, pero era obvio que este ya no estaba ahí.
-¡Oh, Diosa de la Suerte, permíteme encontrar el pergamino! – juntó Elektra las manos en señal de oración, haciendo que se iluminara su rostro, pero a lo lejos, muy lejos, se escuchó una vocecita débil, pero clara que solo ella escuchó…
-"¡No lo creo!"
-¡Vaya! – Gimió la chica – gracias diosa de la suerte, se te agradece tu ayuda.
-¿Me pueden decir que pasa? – de pronto Flitwick se asomó - ¿Por qué no están dormidos, porque tanto alboroto?
-P-profesor yo… - se adelantó Lupin, pero en eso, Elektra lo tomó por el cuello de su pijama.
-¡Que tontito eres mundano, has perdido el pergamino, lo necesito, no te quedes ahí paradote, haz algo, búscalo! – gritó - ¡No te creas que porque me invocaste, haré todo lo que tu quieras, aún no tengo mi licencia de Diosa, así que puedo hacerte infeliz aunque me cueste un castigo por parte de mi ser supremo celestial!
-¿Y esta señorita? ¡¡Tienen una chica en su habitación! Impúdicos, descastados, profanos – Chilló Flitwick muy exaltado, pero al fijarse muy bien en Elektra detuvo su diatriba - ¿Se puede saber quien es? ¡No es de nuestra casa, no es nueva y no es… alumna!
-¡Le juro profesor que no se de donde vino, solo apareció! – gimoteó Jon, mientras que Elektra continuaba zarandeándolo.
-¡El pergamino, necesito el pergamino!
-¿Cómo que solo apareció? – objetó Flitwick
-¡Solo leí un hechizo que encontré en el suelo y ella… ella apareció! – Dijo Lupin exasperado - ¡Se lo juro!
-¡Vamos, vamos a hablar con Dumbledore en este momento! – exigió el profesor y se llevó a Lupin y a Elektra que siguió quejándose hasta llegar a la dirección.
Mientras tanto, curiosamente, en la sala de Griffyndor, Harry dormitaba en un sillón, Ron en otro, mientras que Tanya y Mariana les contemplaban con las caras largas, no era nada celestial, ver roncando a un par de chicos, con la boca abierta…
-¿Qué hacemos Mariana?
-No tengo idea… Estoy preocupada, necesitamos comunicarnos con las chicas y buscar el modo de… regresar, pensé que esta sería una buena aventura, pero eso demuestra que jamás seremos como padre o madre…
-¿Tu lo crees?
-¡No creo que madre alguna vez haya deseado bajar a la tierra! Cuando sepa que no estamos en el centro celestial de Enseñanza…
-Imagino que los serafines, querubines y nefilim, se estarán burlando de nuestro gremio ¿Qué clase de diosas seremos? Unas nefastas, estamos aquí viendo a un par de humanos dormir con la boca abierta ¡y no es nada lindo!
-Pues como que mis ojitos se cierran – se frotó los ojos, Tanya – Creo que empiezo a sentir eso que llaman sueño…
-Me pasa lo mismo ¿Dónde descansaremos? Estos sillones son muy incómodos.
-No creo que pase algo si nos separamos de ellos unos momentos – dijo Tanya – vamos a la recámara que según nos dio el director.
-Está bien – ambas se pusieron de pie y al tratar de subir al dormitorio de chicas, no pudieron, había como una especie de barrera que les impedía subir.
-¿Y ahora? – gimió Tanya cuyos ojos, estaban rojos, cargados de sueño.
-Vamos – le jaló Mariana y fueron al lado de dormitorio de varones, en donde pudieron subir perfectamente y se metieron al cuarto, en donde Dean, Neville y Seamus estaban dormidos.
-¿Cómo supiste?
-Es lógico, ellos nos convocaron, debemos estar lo mas cerca posible, si algo o alguien intenta separarnos, podría suceder algo nefasto… creo que si es posible estar lejos de ellos un rato, siempre y cuando, no sea porque un tercero así lo decida…
-¡Ah, te entiendo! Entonces podrán y podremos tener privacidad, siempre y cuando no sea por órdenes de otra persona
-Si, ya lo veremos mañana – dijo Mariana y se arrojó a la cama de Harry, Hedwig entró por la ventana y al ver que no era su amo, ululó de disgusto, Mariana abrió un ojo y miró el color ámbar de esos enormes ojos – Si Hedwig, para mi tampoco no ha sido agradable, déjame dormir.
Las chicas se quedaron bien dormidas en las camas de Ron y Harry, era la primera vez que dormían de esa manera, aunque la cama no era nada agradable, el olor masculino era mas fuerte y Harry no era muy ordenado, pues había pergaminos, ropa y libros regados.
Muy temprano, Mariana abrió los ojos, apenas y eran las seis de la mañana, sintió que algo se enterraba en su espalda y era un tintero. La chica negó con la cabeza y se asomó a la ventana, curiosamente un rayo de luz de sol entró, iluminándola, Tanya le empujó, bañándose en esa misma luz.
-Es temprano – observó Tanya, Neville aún roncaba y estaba en una posición graciosa.
-Creo que nuestro deber, es ayudarles en lo que encontramos la manera de que esto se rompa – y Mariana comenzó a asear la cama del chico, abriendo su baúl, y casi le da un ataque, estaba asqueroso, todo revuelto, así que comenzó a acomodar todo. En una de esas, tomó un álbum de fotos, en la primera, aparecían los padres de Harry.
-Hola Lili – dijo Mariana sonriendo – este hijo tuyo es un desastre.
-Pues este Ronald no se queda atrás – advirtió – parece que los hombres de este lugar no pueden tener limpio.
-¿QUE CREEN QUE HACEN? – gritó de pronto Harry con Ron, justo cuando Mariana alzaba unos calzoncillos de rayitas azules, ella ya tenía bien limpio el baúl, con todo arreglado perfectamente, y el uniforme escolar, estaba sobre una cama perfectamente echa, bien acomodado.
Y gracias al grito de Harry, los otros compañeros se levantaron de inmediato, enrojeciendo al ver a las chicas frente a ellos, doblando la ropa como si nada.
-Preparamos sus cosas – dijo Tanya un poco molesta por la actitud – Ingratos…
-¡No es necesario! Yo puedo encontrar mis cosas – chilló el chico
-¿En este mugrero? Me extraña que no se hayan perdido en sus baúles.
-Deberían estar en la habitación que Dumbledore preparó para ustedes…
-Quisimos ir, pero no se pudo… subimos aquí y descansamos en su cama
-Pero… pero… ¡Esto no puede ser, no pueden quedarse aquí!
-Escúchennos, creemos que si podemos permanecer separados, siempre y cuando no es a la fuerza, ni hay alguien que nos quiera separar, pero no creo que sea por mucho tiempo, debe ser natural y…
-¡Y es tarde! – Gimió Harry, tomando su uniforme – luego hablamos, me iré a bañar – gruñó y se marchó.
-¡Hey, a donde vas! – gritó Mariana
-¡No me sigas! – gruñó Harry
-¡Pero que ogro! – dijo Tanya mirando a Ron – es en serio, si podemos permanecer separados, pero por algo natural, que no estorbemos, siempre y cuando no sea a la fuerza, ni por un tercero…
-Puede ser – se alzó de hombros Ron – Hum… Tanya… baja al vestíbulo y me esperas, yo iré a ducharme ¿esta bien así?
-Si – y le miró de una forma extraña – no hay nada negativo en tus palabras, creo que todo irá bien ¿verdad Mariana? ¿Mariana? ¡Mariana!
-De… desapareció – gimió Neville espantado
-¿A dónde iría? – preguntó Ron pálido -¡Se supone que aquí no pueden aparecerse y desaparecerse!
-Mejor ni preguntes, te espero en la sala – y Tanya salió de la habitación, topándose con algunos ojos que le miraron con la boca abierta, en primero porque no la conocían y en segundo… ¿Qué hacía en el lado de los chicos?
Harry pensaba que estaba a salvo en la tina de baño en el cuarto de prefectos y capitanes de quiddicht, entre las burbujas, cerrando los ojos y no queriendo pensar en nada, pero…
-¿Te paso la toalla? – se escuchó una voz femenina celestial
-¿QUE? – gimió y al abrir los ojos, Mariana estaba de pie, frente a el, y le miraba como si nada, sosteniendo la toalla - ¿Qué haces aquí?
-Mientras no me pidas que me quede en un sitio, sin tener intensiones negativas, indudablemente me jalarás contigo… te lo dije hace rato.
-¡Maldición! – se puso de pié sin pensar y la chica no desvió la mirada
-¿Quieres esto? – le alzó la toalla con un aire inocente y sonriendo.
-¡Ay, oye no me mires! – gritó Harry y jaló la toalla para cubrirse de la cintura pa bajo.
-¿Por qué no? ¿Es malo que te vea sin ropa?
-¡Claro que si!
-¿Por qué? ¡Aunque no me lo creas y yo venga de otro lugar, se lo que tienen los humanos hombre y mujeres, yo también tengo y te lo puedo mos…!
-¡NO! – gritó
Harry al ver que ella quitaba un botón de su blusa, y el
enrojecía hasta los huesos – no es necesario que me enseñes
nada, mira, sal de aquí
Le tomó del brazo y la
condujo fuera del cuarto de baño… el único problema
es que al dejarla en el pasillo de los baños, éste no
estaba vacío.
-¡Harry! – gimió de pronto una voz conocida… y luego se le sumó otra.
-¿Qué significa esto?
Eran Alison, la futura novia potencial de Harry y Hermione, que charlaban en el pasillo. Ambas le miraron con sorpresa… Harry solo con una toalla en la cintura, con algo de jabón, sacando a una linda chica de las duchas, digo, cualquiera pensaría mal.
-Hola – alcanzó a decir el chico – yo este… lo siento… luego, luego les explico…
-¿Quién diablos eres tú? – se apersonó Alison a Mariana
-Soy Mariana, y ten por seguro que no soy un diablo… aún…
-¿Y que hacías en el cuarto de baño con el? – señaló con descaro al avergonzado chico
-El me trajo – respondió con naturalidad – resulta que no podemos estar separados, el ya lo sabe, tengo que estar siempre a su lado, al menos mientras se resuelve esta situación…
-¿Qué situación? – quiso saber Alis, furiosa que el chico al que daría el sí, estuviera con otra chica en condiciones inaceptables.
-El me llamó, yo estoy con el, no nos podemos separar tanto, con decirte que anoche tuve que dormir en su cama…
-¿Qué? – Gritó Alis, a punto de sacarle los ojos a Harry - ¡Nunca creí que fueras un… un… casanova de quinta!
-¡Alison, no es
lo que crees! – Chilló Harry - ¡Es un
malentendido!
Pero Alison salió furiosa de ahí, no
sin antes echarle unos ojos violentos a Mariana, quien permanecía
apacible, no entendía porqué esa muchacha se comportaba
así (y es que con el tiempo ellas experimentarían
ciertos sentimientos)
-¡Muy bien señorita revoltosa! – Chilló Hermy – tú y yo nos vamos de inmediato de aquí y Harry, me tendrás que explicar qué significa esto ya que me imagino que la otra pasa lo mismo con Ron.
Hermione trató de jalar a Mariana, pero ella parecía pegada al piso, lo intentó varias veces y al principio pensó que estaba jugando, pero no, era cierto.
-¡Vamos, camina!
-No puedo…
-Mariana vete al comedor que tengo que cambiarme – dijo Harry secamente, pero ella seguía sin moverse.
-Te lo expliqué hace rato – negó la chica con la cabeza, reconociendo que Harry era muy testarudo.
-Ok – suspiró profundo – Mariana yo necesito…
-Si no lo haces con el corazón y no con deseos de no verme mas, no funcionará, me quedaré aquí hasta que te cambies y salgas…
-Bueno… escucha… deseo por favor y de todo corazón, que acudas al comedor, desayunes algo rico… y me esperes para que juntos hablemos con el director, además… deseo que veas a tus amigas ahí…
-Mmmm – pudo mover los pies y sonrió - ¡Bien!
-Ahora vamos, entonces – gruñó Hermy
-¡Te veo ahí! – sonrió Mariana y salió tras Hermione. Harry suspiró y cerró los ojos pesadamente, cuando de pronto, escuchó unos cuchicheos, por lo que cuando se percató, algunas chicas le miraban con curiosidad, ya que permanecía en toalla, muy enrojecido, se metió de nuevo al baño a apresurarse, en primera, debía hablar con Dumbledore y en segunda, tenía clase de pociones.
Cuando Mariana llegó al comedor, se topó primero con el malencarado rostro de Draco Malfoy, que curiosamente, permanecía unido a Alkyon, la punta del uniforme de la chica, estaba atorado con el cabello de ella, como si estuviese pegados y ni siquiera Dumbledore los podía desunir y los miraba, analizando la situación…
Y segunda, Elektra le saludaba poco alegre, sentada junto a Lupín que la contemplaba sin miramientos, y Tanya a su lado, probando las cosas de la mesa.
-¡Elektra!
-Hola Mariana ¿Qué dice tu día entre los terrenales? El mío fue espantoso, o sea… dormir en el santuario varonil, en ese jardín de masculinidad, con ciertos olores desagradables ¿Qué pasa? Pero Tanya dice que ustedes también durmieron entre chicos ¿se imaginan que diría madre o padre cuando se enteren que compartimos una habitación con la especie masculina?
-¡Ay Elektra, tanto rollo para decir que nos van a castigar cuando sepan que hemos dormido con mundanos!
-¿Quién te llamó? – preguntó Mariana, mientras veían como Draco hacía tremendo berrinche y Alkyon estaba a punto de enterrarle las uñas en el corazón ¡Ella no merecía que una cosa como esa, la invocara y ahora tuvieran que estar pegados!
-Ese – señaló a Jonathan Lupín, que le seguía con los ojos, pues ya a esa hora, le veía muy bien y se percataba que Elektra era una chica muy linda y esos bijou que tenía pegados en la frente y los brillos bajo los ojos.
-¿Y el pergamino?
-Lo perdió – suspiró, lo busqué en todo el cuarto, pero ya no lo encontré, el director ya puso anuncios y lo ha mandado a buscar
-¿Puso anuncios?
-Sí, diciendo que el que lo encuentre, no lo lea y se lo entregue de inmediato… ¿tú crees que le hagan caso? Eh visto que hay muchos que pasan sin ver.
-Ya solicité al director, nos autorice una búsqueda… aunque con el único problema que tal vez, tengamos a esos terrenales tras nosotras… y con el otro problema, si ellos no quieren… pues nos tendrán pegados, PERO, si eso pasa, debo decirte que me encargaré de hacerle la vida miserable.
-No serás la única Tanya… ese tal Harry, como que es muy intenso, con decirles que terminé cuando el se estaba bañando…
-NO – chilló Electra
-¿Y luego? ¿Se parece el cuerpo a lo que nos han enseñado?
-Pues si…
-¿Y lo vistes bien?
-Pues no, resulta que el muchacho se puso furioso, me dijo que no lo mirara y que me fuera, es mas, me sacó… lo que mas deseo es encontrar ese pergamino y regresar… ¡Ya no quiero estar en la tierra!
-Y eso que llevamos pocos días – suspiró Tanya.
-Y la diosa de la suerte que me mandó a volar ángeles, solo espero que ese bendito hechizo no sea encontrado, o mas de nosotras, bajarán sin desearlo…
