Capítulo 5:

¡Oh, entre Diosas buenas y Ángeles malos! ¿Podrá el amor ser rescatado? La llegada de los Guardianes Celestiales Orden 1

Draco miraba con suma frialdad a Alkyon, Dumbledore les había echo ir de nuevo a su despacho y a pesar de todo lo que había protestado, la realidad era que nada podían hacer, y ambos tenían que estar juntos, hasta que él, comenzara a sentir que podía lidiar con su presencia y es que el rubio sly no estaba poniendo absolutamente nada de su parte, lo cual no era de extrañarse.

-Cuando mi madre se entere de esto – protestaba Draco, gruñendo por toda la habitación, dando vueltas, mientras que Alky se contemplaba su dedo, aún le punzaba y tenía la marca de una pequeña cortada.

-Cuando la mía también lo sepa – pensaba ella también.

De pronto, en el alfezeír de la ventana, se asomó el travieso rostro de Tomoko, el angelito, sonrió abiertamente y sacudió sus manos y envió como un polvo, que se metió en su habitación y se esparció por toda la habitación, respirándolo, Draco y Alkyon.

De pronto, el corazón del chico pareció ablandarse y se acercó a Alky, tomando de súbito su mano, mirando el dedo, mirando los ojos de ella, de un modo… enternecedor.

-¿Esto siempre pasa cuando te portas mal?

-Supongo – respondió Alky sintiendo algo raro, como los dedos de Draco tocaban los suyos de modo distinto, más suave, más cariñoso, y esos ojos grises que no se mostraban duros, sino cálidos.

Ambos se miraron fijamente por unos instantes, como tratando de adivinarse sus pensamientos, ella sentía los latidos de Draco y eran emocionalmente distintos, de pronto, poco a poco, ante esa insistente mirada, el pareció inclinarse, acercando peligrosamente sus labios a los de la chica… lentamente… pero… Hiromi, apareció en la ventana y oliendo polvos celestiales, aventó una bocanada de aire negro y riendo cruelmente, desapareció, al parecer, ese ser, si podía atravesar las barreras mágicas del colegio.

Y ocurrió que de pronto, Draco, al respirar el aire negro que invadía la habitación, de pronto le dio un tirón en su mano y esos breves segundos de paz y amor, se desvanecieron.

-¡Pues tú tienes la maldita culpa! ¡Te dije que no me hechizaras! Espero que tu dedo te esté recordando que nadie le hace lo mismo a Draco Malfoy dos veces.

-¡Suelta mi mano, me estás lastimando! – gimió Alky al sentir como la mano del chico le apretaba tanto que ella ya comenzaba a conocer el dolor.

-¡No hasta que me prometas que nunca más intentarás dañarme!

-¡Tú me estás lastimando Draco!

-¡Si bien yo te invoqué por error te exijo que me respetes y si no me concederás deseos porque eres una inútil buena para nada, por lo menos NO ME ESTORBES! – gritó con todas sus fuerzas y fue directo a donde la pócima y se tomó un trago, así, pudo salir sin la presencia de Alky a sus espaldas.

TE ODIO! – Gritó Alkyon muy dolida - ¡ERES UN HUMANO DETESTABLE Y POR ESO TE ODIO!

Alky no había sentido nunca eso, pero de pronto, agua comenzó a salir de sus ojos y su corazón latía tristemente, y por más que se limpiaba los ojos, el agua cristalina y salada no dejaba de caer… Tomoko regresó de inmediato y al ver a la chica llorar, también se extrañó ¡se suponía que debían estar besándose!

-¿Qué ha pasado aquí? – gimió Tomoko, sintiendo algo raro en el aire.

Claro, el echo de que Alky estuviera muy triste, lo sentían las demás, sobre todo Japi y Nenyeina las más sensibles, ambas estaban juntas, ya que Hayden, Kieran y Jon, hablaban sobre ellas, aún con ellas a un par de metros de distancia, y Elektra que no dejaba de mirar a Jon y a Cho, que andaba cerca.

-¿Qué le pasa a Alkyon?

-No lo sé, pero siento su aura afligida… debería bajar de sus habitaciones.

-¡Ah, el rubio! – chilló Japi

-¡Oye tú! ¿Y Alkyon? – gritó Nenyeina

-¡Déjenme en paz malditos fenómenos! – gritó el rubio tan fuerte y tal alto, que de inmediato, todos reaccionaron ante la grosería.

Ignis Divine! – gritó de pronto Elektra, reaccionando ante la agresión y de pronto, apareció una ráfaga de fuego que golpeó violentamente a Draco, aventándolo metros adelante, pero sucedió que aunque Elektra alcanzó a atacar a Draco…

Eleison! – se dejó escuchar y de pronto, la chica ahogó un grito y cayó desmayada al piso…

-¡Castigo divino! – gimió Nenyeina acercándose a Elektra, al mismo tiempo que Lupín.

-¿Qué ha pasado? ¡Elektra!

-Atacó a Draco, el alma de Alky no pudo detenerla a tiempo y por ello, en venganza la ha lastimado…

-¡Pensé que nada podría tocar a Draco!

-Solo nosotras podemos lastimarlo antes que sea protegido, pero también nos toca castigo…

En ese momento apareció Alky, pues era obvio que había sentido el ataque y su respuesta involuntaria y había corrido hasta ellas, a todo lo que daba.

-¡Que ha pasado, a quien he atacado! – gimió y más al ver a Draco, semi inconciente en el piso y a Elektra, tratando de ser reanimada por Lupín.

-¡Elektra! ¡Oh, por los dioses! Le he lastimado.

-Tranquila, está bien – dijo Nenyeina pasando sus manos en el rostro – Das ende – dijo y de pronto Elektra abrió los ojos y miró a Alky angustiada.

-No pasa nada – sonrió débilmente – pero si duele…

-Lo siento, lo siento ¿pero porque lo atacaste? – gimió y las chicas notaron sus ojos rojos.

-¿Qué te ha pasado en tus ojos?

-Nada…

-Draco nos insultó – dijo Japi – por eso reaccionamos ¿Qué le pasa, porque es tan agresivo?

-No lo sé, hace un rato no estaba así y de pronto… se transformó en un monstruo.

-Malfoy siempre ha sido un monstruo – dijo Harry de repente, Mariana se arrodilló angustiada junto con Tanya, ya que Ron también les acompañaba.

-Es lo que pasa cuando uno lleva "cola" – dijo Hermione al pasar con Ginny, observando a todos – y no me miren así, es natural molestarse por no tener privacidad…

-No te metas – espetó Mariana – no es tu asunto

-Ni el de ellos, ustedes y su tonto pergamino mágico ¿para que querían venir a la tierra, sus celestialidades? ¿Para hacer infelices a muchos?

-¡Escúchame señorita Granger, deja de decirnos cosas, cometimos un error que trataremos de resolver!

-¿Y mientras qué? ¿Qué los demás se atengan a las consecuencias o que?

- Si no cierras la boca, me olvidaré de la poca "celestialidad" que me quede – gruñó Mariana, en verdad, Hermy le llenaba al hígado de piedritas.

-¿También me vas a atacar?

-No te atrevas – apretó Ginny los dientes, y su varita también.

La verdad era que Hiromi se había encargado de soplar sus polvos de la provocación y por ellos, los más perceptivos, habían caído bajo sus influjos y andaban agresivos.

-Sigan su camino – comentó Elektra al levantarse

-Aquí hay algo raro – explicó Tanya – no creo que estemos solos en este lugar, hay maldad cerca.

-Vámonos – dijo Tanya haciendo señas a todos.

-¡Si, sigan su camino, miedosas, anormales! – dijo Hermy para terminar de completar, pero claro que las chicas ya comenzaban a sentir en su interior el sentimiento "venganza".

Seraphic Wings! – se volvió Mariana, juntando las manos en señal de oración y abriendo las palmas hacia ellas, rápidamente, y salieron una ráfaga de plumas blancas, a toda prisa, envolviendo a Hermy y a Ginny - ¡Limpia sus espíritus! – gritó Mariana, aquellas plumas, les rodearon como en torbellino, y esas plumas de ángel, hicieron que el polvo contaminado, se cayera de sus cuerpos.

-¡Basta Mariana! – rezongó Harry y le tomó de las manos - ¡No les hagas daño!

-¡No les estaba haciendo daño! – protestó la chica y las plumas se desvanecieron en el aire - ¡Solo limpio su aura negativa!

-¡Te ordeno que las dejes en paz! – chilló el pelinegro – O de lo contrario, si las lastimas, no sé lo que te haría ¿entendiste?

Entonces también, en ese momento, Mariana sintió que sus ojos se llenaban de agua, un agua que se negaba a salir y menos si la mirada dura de los preciosos ojos verdes de Harry le miraban con odio y reproche.

-Esto es una maldición – dijo Tanya por lo bajito, y Ron, lo único que acertó a hacer, fue abrazarla en señal de comprensión.

Al día siguiente, no podía ser más abrumador, pues aunque Tomoko había lanzado polvos de dulces sueños, Hiromi, había contraatacado con polvos pesadillas y ninguno había podido conciliar el sueño, esa noche Mariana se había visto en un mar hecho de lágrimas, mientras que Alky soñaba que cuando le salía agua de los ojos, formaba un río.

Había tanta oscuridad y hostilidad en el aire, que era imposible respirar sin aspirar, todo ese pesado ambiente, parecía que nadie quería hablar, todos desayunaban en silencio, hasta Tanya y Ron, que salvo ellos y Japi con Kieran, eran los que llevaban la fiesta con paz y tranquilidad. Pero era obvio que algo iba a romper esa paz.

-¡Oigan! – se acercó Ginny – ayer no se que pasó, pero lo último que recuerdo es que tú – señaló con descaro a Mariana – nos atacaste.

-¡No señales! – protestó Ron

-¡No te metas Ron!

-Te pido disculpas – respondió Mariana, pues ya comenzaba a sentir las famosas jaquecas, y hasta los ojos le dolían… aunque eso más bien fue por aguantarse las lágrimas.

-¡No son suficientes!

-Son de corazón

-Quiero un duelo – chilló la pelirroja

-No quiero lastimarte

-Já, por muy "celestial" que seas, no te temo

-Lo sé… pero por muy valiente que seas, no quiero lastimarte.

-¡Me atacas por la espalda y ahora me niegas un duelo! ¡Cobarde!

-Basta Ginny – se levantó Ron decidido a poner a su hermana en su lugar, todos miraban - ¿Qué te está pasando? Tú no eras así

-¡Es culpa de ella! – señaló a Mariana

-¡No señales! – quiso bajarle la mano, pero ella fue más rápida y le puso la varita al cuello

-No me toques Ron, porque aunque seas mi hermano, puedo hechizarte.

-Inténtalo – respondió Tanya tranquilamente, mientras tomaba un té.

Mocomurciélagos! – gritó Ginny directo al rostro de Ron, en pleno desafío a Tanya… pero sucedió que, efectivamente, por mas cerca que estuviera el hechizo, éste nunca tocó a Ron, y el hechizo, quedó suspendido en el aire.

-Muy lista – dijo Ginny con los dientes apretados – si que eres rápida.

-Yo no lo hice – respondió Tanya

-¿No? ¿Entonces quién, eh?

-¡Oh! – gimieron las chicas, cuando de pronto, de la nada, se comenzó a escuchar un ruido de motor, seco y agudo, todos comenzaron a voltear y a ver a todos lados, mas de repente, de una de las mesas, comenzó a salir una voluta de humo blanco, mas y mas grande, hasta que de repente, una poderoso moto, brincó del humo, dando unas volteretas en un mismo sitio…

Todos guardaron silencio y quedaron quietos, mirando la preciosa moto, llena de afiches y calcomanías de diversos países, el motoquero, con casco, botas, guantes y chamarra de cuero, alzó la vista, por así decirlo, y al hacer un movimiento, el hechizo estático, desapareció, entonces, se quitó el casco…

-¡Guardián! – gritaron todas las chicas del cielo, al verle, el motoquero era un joven igual que ellas, guapetón y serio, que les miraba serenamente… era Chris, Un guardián celestial, orden 1, que andaba en misión exilio voluntario por toda la tierra.

-Supe que estaban en problemas – dijo bajando de su moto con toda tranquilidad – y muchos, el aire está contaminado, hay un ángel del mal rondando este colegio… mis queridas niñas, me temo que sus hermanas, los ángeles negros han bajado a la tierra… Aunque lo que me tiene desconcertado es que tengan tan bajo poder en estos momentos, estar en la tierra les hace daño.

-Imposible… aunque no conocemos a nuestros hermanos por parte de la oscuridad, no creo que… hayan bajado…

-Pues me temo que sí – se sentó en el comedor de Gryffindor y bebió una gran copa de jugo, mirando a todos, aunque las más interesadas, eran las chicas.

-Oiga Guardián…

-Vamos niñas, estamos en la tierra, llámenme Chris, al menos mientras estemos abajo. La verdad estoy preocupado… si no regresan al cielo, su padre y madre, van a comenzar el ataque.

-¡Chris! ¿Crees que puedas ayudarnos a regresar?

-No, eso lo tienen que hacer ustedes solas…

-¿Entonces tú…?

-Yo no puedo sacarlas de sus líos chicas, yo lo único que puedo hacer por ustedes es romper el lazo que los une a sus humanos, pero solo durante el día… para que no estén pegados a ellos… en cuanto a lo del pergamino, cuando lo encuentren, veremos la forma… y aparte que no deben dejar su entrenamiento.

-¿Entonces tú no regresas al cielo?

-Tengo exilio voluntario por siglos, y aún no se me cumple, para su desgracia, no tengo comunicación con el cielo aún, pero como su superior, en este lugar o en el otro, tengo el deber de vigilarles y ayudarles en lo que pueda.

-Estamos en un buen lío…

-¿En un lío? – Sonrió tristemente - niñas… me temo que después de esto, no se licenciarán y supongo que su padre y madre, les castigarán del modo menos pensado… mi primera sugerencia es que no regresen…

-¿QUEEEEEEEEEEE?

-El escarmiento que les darán, ni siquiera lo imagino… sus hermanos del lado oscuro pueden hacer estas cosas, a su antojo, pero ustedes no, porque entonces pierden su pureza y además estoy notando sentimientos humanos en su interior…

-Luego nos purificaremos…

-Bien, entonces, cortaré el lazo que les une a sus humanos y después comenzamos la búsqueda del pergamino.

-¿Te vas a quedar aquí Chris?

-Me temo que si, hasta que regresen… como Guardián Celestial Uno y aunque estoy en exilio voluntario, mi deber es cuidar a las de rango menor.

Al escuchar "rango menor" las chicas le echaron una miradita no muy agradable ¡Sus padres eran los dioses mayores! Después del mero, mero por supuesto, el ser supremo celestial por excelencia y que ya saben quien es.

-Lo siento niñas, pero hasta que no estén licenciadas de Diosas de los deseos, no son superiores a mi y a como van las cosas…

-¡Oh! ¿Otro? – arrugó su cara la profesora McGonagall al ver a Chris.

-Buenos días profesora, me llamo Chris, Guardián Celestial Uno, en exilio voluntario – se puso de pie haciéndole un saludo reverencial – quisiera su permiso para estar al lado de estas niñas, serán mi responsabilidad de ahora en adelante… Hasta que encuentre el modo de regresarlas…

-¿También viene del cielo, jovencito?

-Sí, pero hace muchos años terrestres bajé para recorrer este mundo y como ellas bajaron, se han cerrado las comunicaciones.

-Esto es una verdadera locura, por un lado, el señor oscuro haciendo de las suyas y nosotros con ustedes…

-Discúlpenos, se supone que no deberíamos ni siquiera ser vistos al ojo humano… Pero ya que no hay otro remedio…

-Entonces venga conmigo jovencito…

-Oh, solo un minuto – se dirigió a las chicas - ¡Quam Sancta, Quam Serena, Quam benigna! – dijo y unas esferas de luz, salieron de sus manos, las cuales se fueron a introducir en las chicas, sintiendo la liberación.

-¿Qué fue eso?

-Estoy desenlazando lo que los une a ellos, solo por el día y hasta las seis de la tarde, ya que es cuando se desatan las fuerzas oscuras, es quizás un poco mas de tiempo y lo único que puedo hacer, ya que no es mi especialidad.

-Muy bien joven, entonces vamos con el director, a ver donde te coloca.

-Gracias – y antes de irse, les guiñó un ojo a las chicas y salió sonriendo, de manera tan, pero tan alivianada.

-¡Bien! – saltó Elektra del lugar de Malfoy – Por fin, no sabrás de mí, de aquí hasta las seis – y salió a toda prisa… Mariana ni siquiera se despidió de Harry.

-Al rato les alcanzo – gritó Tanya a lo lejos, sin separarse de Ron, quien en el fondo se alegró de no ser abandonado así de feo, como Harry ni como a Draco.

-Pero si ni el perro los quiere – se escuchó decir por ahí y sonrisitas burlonas, Harry solo miró de reojo como mariana se perdía de vista y se sintió un poco culpable…

Sin embargo, en el universo, muy, muy lejos de la tierra, el cielo y todo lo que puedan imaginar… en el infinito, había una reunión de los dioses de todas las religiones existentes, y de todas las deidades que adoraban en el mundo… el poderoso mago Merlín, se encontraba ahí, conversando con Madre, mientras que Padre, hablaba con otras deidades y la hermana mayor de las futuras diosas, una diosa de los deseos categoría uno, jugaba con algunos querubines que amenizaban la reunión. Pero a medio receso, llegó un mensajero, que discretamente se acercó a Madre.

-Permiso para hablar con madre…

-Habla…

-Hay rumores… llegaron hace poco… dicen, dicen que algunas de sus hijas fueron secuestradas del colegio, no son confirmados… pero…

-¿Qué hay de mis hijos? – levantó la voz Madre, y todos guardaron silencio, volviéndose a verle (Si, también en el universo a las celestialidades les gusta el chisme)

-Hijos no… solo hijas…

-¿Saben quienes fueron? - preguntó más alto.

-Se rumora que fueron magos – y se volvió a ver a Merlín – magos que le profesan a usted, Merlín.

-Es inaceptable… esa información – aclaró Merlín.

-Madre, hay rumores… unos dicen que fueron secuestradas, otros mas que desobedecieron y bajaron a la tierra… lo cierto es que también, algunas de sus hijas del lado oscuro bajaron a la tierra tras ellas.

-Mis hijas negras, no bajan si no es para volver al mundo de cabeza y es obvio que bajaron tras sus hermanas blancas…

-En estos momentos, hay maldad en el mundo mágico – dijo Merlín – pero esa maldad no puede tocar algo tan puro.

-Mis hijas solo tienen una pizca de celestialidad, el resto siempre se obtiene cuando se licencian de dioses… si están en la tierra, se contaminarán…

-¿Qué pasa Madre? – se acercó Padre y ella le explicó todo, ambos estuvieron de acuerdo, no podían abandonar la reunión a esas alturas.

-Enviaremos a alguien… un ángel categoría uno…

-Regresa de inmediato – y Padre sacó de la palma de su mano, una pluma – lleva el mensaje a una diosa categoría 1, de nuestras hijas, recientemente graduadas, que baje por sus hermanas… de inmediato…

-¿No es peligroso enviar a una graduada? Mejor una con experiencia…

-Celeste debe quedarse con nosotros – se dirigieron a hija mayor, aunque en realidad parecía la menor de todos – es esencial, nuestras otras hijas e hijos graduados, están dispersos en este momento, tiene que ser una o uno de ellos.

-Te confiamos esto Hermes, lleva el mensaje y que baje de inmediato.

-Madre, Padre, Merlín… - y desapareció

-¿Qué crees madre?

-Creo que si mis hijas fueron secuestradas… o bajaron y alguien les hace daño… destruiré a esos humanos…

-Eso mismo pienso… lo siento Merlín, pero si alguna de mis hijas resulta lastimada, acabaremos con los culpables… sin piedad…

Merlín no respondió, pero estaba preocupado, así de lejos como se encontraban, no podía saber con exactitud, lo que sucedía en lo que fuera su mundo, pero temía que esos dioses del medio ambiente, comenzaran a destruir todo con desastres naturales incontrolables, sobre todo madre, que podría ser mas agresiva que padre, aunque el, era el que tenía mas poder.

-No crearemos mas hijos – dijo Madre preocupada – Hasta saber lo que sucede con nuestras hijas.

-¿Qué pasará con los niños que mueren en la tierra, cuyo espíritu sirve para crear a nuestros hijos?

-Tendremos que dejar, se vayan al paraíso…

-Pero hay que hacer algo, esto no puede quedarse así nada más… si fueron secuestradas…

-Celeste ven aquí

Celeste volvió la mirada hacia su padre y madre, había escuchado todo, y estaba preocupada ¿en que lío andaban sus pequeñas hermanas traviesas?... si tan solo supiera Celeste, que sus hermanitas querrían estar en el cielo, en ese momento.

-Dime Padre

-Envía a parte de tu ejército, unos cuantos guerreros etéreos, que bajen a la tierra y que acaben con los que tienen cautivos a nuestras hijas…

-¿No esperarán a que baje un número uno?

-No, hazlo ahora

-Si Padre, en este momento.

Y en la tierra, a Chris le habían dejado en la casa Hufflepuff con la condición de que no se anduviera paseando en otras casas, ya que por su condición celestial, la magia que Dumbledore tenía en el castillo no le afectaba, su corazón, puro por naturaleza, le permitía todo eso.

-¡Chris! – de pronto apareció Tomoko, justo donde el acomodaba sus cosas, su moto había quedado cerca de la casa de Hagrid, aunque podía aparecer y desaparecer.

-Tomoko… ¿haciendo travesuras?

-Sí – dijo el angelito – pero nada ha resultado…

-Hay maldad en el castillo…

-Sobre todo con esa casa slytherin…

-Me refiero a maldad verdadera, no a niños que juegan a ser malos

-¿En serio?

-Podrás ser todo un ángel, Tomoko, pero aún te falta instinto, hueles la maldad de la casa slytherin, pero no hueles la otra maldad, la verdadera…

-Las diosas sufren…

-Ellas se lo buscaron, pero mi deber es ayudarles ¿en donde están?

-Afuera… tristes… ¡oye, no les digas que estoy aquí!

-No tengo porque informar de ti… tu debes delatarte solo Tomoko – además, tengo el presentimiento terrible, que cosas desagradables sucederán, comenzaré el entrenamiento de ellas cuanto antes.

-Bien – se alzó de hombros, batiendo sus pequeñas alas.

A lo lejos Hiromi, al reconocer el grado de Chris, desapareció, y apareció a donde sus amas, Elan y Diana, quienes ya estaban instaladas y haciendo planes.

-¡Problemas, problemas!

-¿Qué pasa Hiromi?

-¡Llegó un guardián celestial categoría uno!

-¿Qué dices? ¿Quién?

-Chris…
-¿Quién es? – chilló Elan

-He oído de él – aclaró Diana – ha permanecido mucho tiempo en la tierra, recorriendo el mundo… es peligroso.

-Pues entonces que Kureme se encargue de el

-Puede fastidiarnos

-Entonces si a nuestras hermanas de luz, les ayuda un grado uno… nosotras también estamos en todo nuestro derecho de llamar a un ángel grado uno...

-Efectivamente… no tengas duda… le llamaremos si Chris molesta y Kureme resulta un bueno para nada.

Mientras tanto, con nuestro glorioso pergamino, que volaba y volaba, hasta quedar atorado en un árbol, muy, muy lejos de ahí cerca de una población muggle, tocaba la salida de un colegio, y todos salían corriendo a tropel, y un pequeño grupo azuzaba a uno de los chicos.

-¡Vamos Bastián! ¿Regresas al mugrero donde vives?

-¡Si no tuvieras beca, estuvieras de criado en mi casa! – le gritaba otro

-¡Alejémonos de el, no nos vaya a pegar una infección!

-¿No les parece que con 16 años, deben ser mas pensantes y menos i.dio.tas? – espetó Bastián.

-¡Claro que no! – gritaron y se alejaron no sin antes, aventarle basura, por lo regular, en esa ocasión, no se liaron a golpes, esos chicos y sus madres no estaban de acuerdo en que un huérfano estuviera en un colegio de paga, por una beca.

El chico molesto y casi hasta las lágrimas de rabia, no regresó de inmediato al orfanato, si no que subió hasta la colina, mirando a lo lejos, el humo de las casas de Hogsmeade, un pueblo al que ninguno iba, porque se especulaba sobre la gente que había ahí, el chico suspiró, era bien parecido y un muggle común y corriente, se recostó mientras se arreglaba su cabello color caramelo y se limpiaba los ojos azules aunque las lágrimas no dejaban de fluir, estaba harto de todo eso.

Bastian cerró los ojos, por breves momentos, la brisa eran tan fresca, y el estaba cansado, pues estudiaba mucho por las noches para que la beca no le fuera quitada, pero en ese momento, odiaba ser el, y las lagrimas fluían, pero arriba de el, ondeaba el pergamino, el cual se desprendió de la rama y fue a dar al rostro del chico despertándolo.

El tomó el pergamino y le leyó, y mientras lo hacía, una lágrima resbaló y fue a dar al pergamino, de echo varias lágrimas, Bastian leyó de nuevo el pergamino y sonrió, cerrando los ojos.

-Hechizos mágicos… si claro, como si existiera la magia…
PERO, resultó que arriba, en el departamento de Diosas, en la esfera de los deseos, comenzó a brillar y a sonar una dulce alarma, las diosas que estaban ahí, se volvieron a ver, hacía cientos de años, que no sonaba.

-¡¡Hay un deseo que cumplir! – dijo una Diosa de los deseos categoría uno ¿a quien enviaremos?

-Es raro, parece algo sencillo, no es una persona mágica pidiendo destruir o ser el amo del universo ¿como es que pudo convocarnos?

-Si no es nada complicado, envía a Nicole, tiene muchos deseos de conceder un deseo.

-¡El portal se abre, hay que aprovechar!

-¡Nicole! – Llamó la diosa mayor – bajarás a conceder un deseo y regresarás

-¡Claro que si! – brincó una diosa menor, hermosa, pelo rubio y sonrisa angelical y traviesa.

Pero, el problema fue cuando ella atravesó el portal, porque éste se cerró, se suponía, debiera permanecer abierto para que ella concediera el deseo y regresara en seguida.

-¿Qué sucede?

-¡No lo sabemos, se cerró, se cerró!

-¡Oh, Dios mío, no podrá regresar! – gritaron las diosas.

Nicole había bajado a la tierra, de teniéndose al lado de Bastian, quien al sentir su presencia, dio un salto y le miró, sus ropas extrañas, su rostro tan bello y una sonrisa inigualable.

-¿Qué pasa, quién eres?

-¡¡Hola, mi nombre es Nicole, tu invocaste a una diosa de los deseos, estoy aquí, pide un deseo y te lo con cederé!

-¿Qué?

-Hazlo pronto – se volvió al cielo – el portal se ha cerrado y debo regresar a casa… pídeme tu deseo.

-¿Es una broma? – El chico se levantó y miró a todas partes, buscando a los chicos que siempre le molestaban, pero no había nadie a la vista - ¿tu concedes deseos? ¿Qué broma es esta?

-¡Claro! – Sonrió Nicole - ¡Aunque tenga este aspecto de maravillosa belleza juvenil, ya soy toda una mujer adulta que puede conceder los deseos que quieras, estoy licenciada! soy de la última generación de diosas de los deseos que se ha licenciado.

-¿Eh?

-Vamos, sé que tienes tu deseo, pídelo ahora…

-Oye… no estoy para bromas… estoy cansado de todo esto, lo único que desearía es tener magia, una varita mágica para desaparecer a todos esos que se han burlado de mi.

-¡Deseo concedido! – dijo Nicole

-¿Qué?

-"Oh, Señor de los Deseos, Mago de los Sueños, permíteme con ceder este deseo a un corazón puro, y que la magia que anhela con todo su ser se concentre en él, así como el objeto de sus pretensiones"

-¿Qué haces niña?

-Concedo tu deseo… ¡Y no soy una niña ya te lo dije!

-¡Como broma estuvo bueno yo… yo…! – y de pronto una luz le envolvió elevándolo del piso y haciendo que dentro de él, surgiera esa magia interna, durante unos treinta segundos estuvo así hasta que la luz se fue… el aterrizó en el piso y una varita cayó junto a él - ¿Qué pasa, que me ha su cedido?

-Ya tienes magia…

-¿Yo?

-Tú…

-¿Y como?

-Esa es la varita mágica, con ella puedes hacer magia.

Bastian tomó la varita y la agitó y al momento de hacerlo, el árbol se sacudió y las hojas se cayeron de sopetón al piso y del susto la tiró al pasto.

-¿En verdad… en verdad yo… yo…?

-Sí, haces magia, te concedí el deseo – y miró al cielo - ¿Qué pasa? ¿Por qué no se abre el portal? ¡Debo regresar!

-¿A dónde debes regresar?

-Al cielo… a mi casa… al departamento de diosas… ¿ahora que haré? ¡Estado mucho tiempo en la tierra me contamino con facilidad! ¡Oh, Diosas!

-Lo siento mucho…

-No te preocupes, si no me pasaba a mí, podría ser a cualquier otra diosa…

-Aún así…