Capítulo 16:

¡Oh! ¡Todo aquel que se enfrente a las bestias corre riesgo de ser sacrificado! ¿Podrán esos corazones salvar a sus seres queridos?

Si se tuviera un mapa de ese lugar, se vería así la situación, en medio, la montaña más alta en donde Harry y Ron escalaban, vigilados por Elan y Diana. En los cuatro puntos cardinales, y perdidos, Elektra que caminaba con Jon, Japi que estaba a punto que Fano se la comiera mientras que Kieran caía en las profundidades del inframundo.

Mariana se había encontrado con Nicole y ambas guardaban fuerzas, para tratar de romper la oscuridad, Nenyeina que ya había dado con Hayden y Ana con ellos. Draco buscando a Alkyon en un pueblo fantasma, también Ginny estaba a punto de dar con Chris y Hermione.

-Este lugar no me gusta – decía Hayden – tengo malos presentimientos, ni siquiera sabemos para donde ir… todo está oscuro… huele a miedo y yo tengo un poco…

-No eres el único – murmuró Nenyeina – yo también tengo algo de mie…

-¿Qué pasa?

-Escuché un ruido…

-¿Un ruido?

-¿No lo escuchaste Ana?

-Si – masculló Ana, ella no olía a miedo precisamente.

-¿Qué es eso? – Gritó Hayden al ver como en el cielo oscuro, una figura alada volaba en dirección a ellos.

-¡Oh, no! – Espetó Ana - ¡Un Krolo! ¿Cómo salió de su territorio?

-¿Un qué?

-¡Bellas criaturas llenas de sangre fresca! – La bestia era un hombre bastante desagradable, cabellos largos muy negros y de ojos rojos, enormes alas de murciélago, colmillos filosos y enormes, sus manos parecían garras al igual que sus pies. El krolo sobrevolaba sobre ellos como ave de rapiña.

-¡Que no los atrape! – dijo Ana entre dientes, cuando escuchó de nuevo una voz interna y se detuvo… alguien se comunicaba con ella… era Kureme.

-"¿Cómo has podido romper una promesa a Mayoga? Prometiste una diosa y no cumpliste… tuve que dejar salir a uno de los suyos por su presa ¡que tu parte positiva no te manipule!"

-¿Dónde estás maldito Kureme? – se comunicó ella con ese demonio.

-"Ayudando al señor oscuro con algunas tareas… en cuanto terminemos el ataque que tenemos preparado, estaré con ustedes, en tanto, no dejes que Ana de luz, intervenga"

-Maldición – Gimió, sobre todo cuando vio como el krolo se dirigía hacia Nenyeina que era jalada por Hayden, que no tenía ni idea de cómo protegerla y protegerse de esa bestia.

-¡Isolathing Luminous! – Atacó Nenyeina de pronto, lanzando su hechizo, pero éste no hizo gran efecto en el krolo, quien solo desvió su vuelo y regresó de inmediato.

-¡No lo ataques a lo tonto! – Gritó Ana preocupada - ¡Los Krolos no tienen puntos vulnerables ni hechizos que puedan derribarlos!

-¿Por qué no? – Preguntó Hayden – Levantando su varita mientras que instintivamente tomaba a Nenyeina por la cintura pegándola a su cuerpo para protegerla.

-Los krolos son una mezcla de hombre lobo, vampiro y demonios… son indestructibles, con ellos no hay cruces, balas de plata o luz de sol, porque siempre la ocultan… Son como los dioses de la oscuridad y solo la oscuridad los puede atacar… o un Dios…

-¿Cómo los conoces?

-Soy luz y soy oscuridad… conozco el cielo y el infierno… pero no pertenezco a ninguno de esos sitios… Esas criaturas y otras peores, he convivido con ellas, por eso te lo digo…

El krolo se relamía los colmillos y sus ojos rojos brillaban al sobrevolar sobre los chicos, ubicando a su objetivo… cuando de repente, cayó en picada hacia ellos y cuando Hayden alzó la vista, lo único que pudo sentir, fue como un par de garras tomaron a Nenyeina por sus cabellos y le fue arrebatada de sus brazos.

-AAAAAAAAAAAAAAH

-¡Nenyeina!

-¡Morte Moriatur! – atacó Ana, levantando sus manos, sacando de ellas, lenguas oscuras con rostros malignos, directo al krolo, pero éste se protegió con sus propias alas, que eran como una dura coraza.

-Traidora – gruñó el krolo – será de mayor utilidad llevarte a ti para que Mayoga te desangre, que a esta estúpida diosa – y la soltó, Nenyeina cayó de sus garras y apenas y alcanzó a desplegar sus alas para no caer pesadamente, pero ya Hayden se había adelantado y la había atrapado entre sus brazos, por lo que ambos cayeron al piso, con ella encima cubriéndolo con sus alas… en un lindo cuadro…

-No me tendrás – Gritó Ana y levantó el vuelo… desplegando sus alas bicolor, blanco y negro, al tiempo que Elan y Diana se movían de sus lugares.

-¿Qué está haciendo Ana? – Espetó Diana - ¿Por qué está enfrentando a ese krolo?

-Ana piensa desplegar toda su fuerza oscura – gruñó Elan – Es peligroso, si la luz despierta no reaccionará con su lado oscuro y podría neutralizarla…

-¿Qué es lo que le pasa?

-Es el pequeño problema de los ángeles mestizos – masculló entre dientes – Ana debe erradicar totalmente a su luz interna, o arruinará las cosas, sabe perfectamente como son los krolos y lo peor que pudo haber echo es traicionarlos y ahora… atacarlos…

-Ya no podemos hacer nada…

-¿Soltamos a las bestias?

-No, esperemos un poco más, quiero ver en que termina ese desastre, puede que haya algo que aún no sepamos de Ana…

-Pero esos chicos casi llegan a la cima… están en la parte buena.

-Invoca entonces a Icegirl… le encantará tener algo de acción.

-¿No es un poco débil, ella?

-Sólo es para entretenerlos…

-¡Está bien!

Ana flotaba frente al krolo, ni ella misma sabía en ese momento lo que le esperaba, sabía que era peligroso, sabía que no podía medir su fuerza con el…

-"Y nadie te rescatará como a Nenyeina" – Dijo una voz interna, que no era ni su luz, ni Kureme, Ana miró hacia el suelo, Hayden aún abrazaba a la chica y Ana sintió una punzada de celos.

-¡Ven conmigo traidora! – Voló el krolo directo hacia ella – Es mejor que no te resistas…

-¡AVADA KEDAVRA! – Atacó de pronto Ana, utilizando el hechizo imperdonable de la muerte, dejando boquiabierto a Hayden, cuando la vio hacerlo, sacando dos fuentes luminosas de las palmas de sus manos, que atravesaron el cuerpo del krolo y lo azotó en contra de las rocas… pero sin matarlo… porque no se podía matar a lo muerto – Creo que no contabas con ese hechizo de los humanos magos – dijo entre dientes.

-¡Maldita traidora! – trató de levantarse.

-Te llevaré de regreso a las sombras…

Pero de pronto el krolo se volvió a todas partes y sin decir mas nada, se alejó volando, dejando sorprendidos a todos, sobre todo a Ana ¿Qué estaba pasando? Era muy raro que un ser de esos, se fuera así, sin dar mas pelea… el problema era que ahora estaba suelto.

En tanto, Kieran seguía cayendo en la oscuridad, a punto de perder el sentido… a punto de morir, solo tenía en la mente, que… el sueño se había vuelto pesadilla, y que lentamente se hundía… pero de pronto, frente a sus débiles ojos, apareció ella, tan hermosa, bellísima, con esos ojos tan profundos y dulces, y desplegando sus alas.

-Kieran…

-No pude defenderla – pensó el chico, pero parecía que ella leía su mente.

-No es tu culpa, la magia que posees, no sirve contra los seres de inframundo…

-Lo siento tanto…

-Eres muy noble Kieran… pero tu corazón está inestable… tus pensamientos están con una imagen y tu corazón con otra ¿Qué sientes por Japiera?

-No lo sé… estoy confundido… Hermione me gusta tanto, pero Japi… ella es… y algún día regresará…

-Los humanos son muy complicados… pero tengo curiosidad, saber hasta donde son capaces de llegar… antes que sean destruidos…

-¿Destruidos?

-No vas a morir, eso te lo aseguro… el inframundo no merece tenerte, tu no eres de ese lugar…te sacaré de aquí, aún tienes mucho que hacer…

-gracias Ilona…

Ilona lo abrazó, hundiendo su rostro en su pecho, mientras caían, pero de repente, ya no estaban cayendo al inframundo, ahora parecía caer del cielo, porque sentía algo cálido y agradable ¿o era Ilona? Pero al menos, ya no sentía dolor.

Dolor era lo que Harry sentía al ir escalando la montaña junto con Ron, no tenían escobas y no podían aparecerse, ya que era demasiado peligroso, y conforme subían, las ráfagas de viento aumentaban, el frío era intenso, por lo cual, las manos se le helaban y ya las tenían lastimadas, ni siquiera se atrevían a mirar hacia abajo, pues habían subido tanto.

-¿Cómo vas Ron?

-Ya siento dormidas las manos – murmuró Ron, mirando hacia arriba, observando que el frío se hacía más evidente, y todavía les faltaba mucho que subir.

-Estamos igual…

-¿Qué piensas Harry? ¿Vale la pena? – Preguntó Ron apaciguándose en un recodo, para ocultarse del frío – Es decir… ella… vino a la tierra pensando en regresar y desde el principio yo… Me siento confundido… Tanya me gusta demasiado… y… cuando vi que se besaba con Bill…

-Eso fue un accidente Ron.

-¡Y fui tan tonto para no reaccionar adecuadamente, lo único que hice fue gritarle y mandarla al ca…!

-Ya no te tortures más Ron, ahora es mejor que consigamos los cristales para que hagan la pócima y así, te puedas disculpar con ella ¿no lo crees?

-NO

-¿No? – gruñó Harry

-¿Qué?

-¿Dijiste que no te disculparás?

-Yo no he dicho nada…

-Eso lo dije yo – respondió una voz arriba de ellos. Cuando los chicos levantaron la vista, vieron a una jovencita, delgada, con la piel blanca, los cabellos largos y plateados que se movían con el aire, toda ella vestida con un abrigo de piel muy largo.

-¿Quién eres?

-Icegirl… y Icegirl dice que tu no te puedes disculpar con una diosa, ya le hiciste una grosería, mereces morir humano… No avanzarán más, los dos se quedarán aquí, para siempre…

-¿Icegirl?

-Sus estatuas de hielo… serán perfectas – sonrió la niña y de pronto, alzó los brazos y el cielo oscuro comenzó a cambiar, las nubes se revolvieron, y de pronto comenzaron a caer motitas de nieve.

-¿Está nevando?

-Ella lo está haciendo…

-Y el frío está aumentando…

-¡Tormenta de Nieve! – gritó de pronto la niña, sobrevolando ante ellos, haciendo que sus cabellos y sus vestiduras flotaran con el aire, mientras que del cielo descendían rápidamente, ráfagas de hielo directo a ellos.

-¡Protego! – Actuó Harry de inmediato, haciendo que las ráfagas de hielo no los golpearan.

-¿Qué hacemos Harry? – Gruñó Ron aferrándose a las rocas, el frío comenzaba a calar más y los dedos se le helaban.

-¡Con fuego, hay que atacarla con fuego!

-¡Bien! – tomó con fuerza su varita

-¡Tormenta de Granizo! – Volvió a atacar Icegirl, dando vueltas en su mismo sitio en donde levitaba, haciendo que de su propio cuerpo, salieran miles de trozos de hielo a toda velocidad hacia Harry y Ron.

-¡Incendio! – atacó Ron, enviando una llamarada de fuego hacia el granizo, y una parte, cayó en forma de agua sobre ellos.

-¡Inflamarus total! – también atacó Harry, y de igual modo, el hielo se disolvió y no los golpeó.

-¡Vamos bien, Harry!

-No me menosprecien… que aun no saben lo que Icegirl es capaz de hacer… aún no saben, hasta donde puedo llegar…

-¿Por qué nos atacas? ¡No te hemos hecho nada!

-Los ataco porque quiero y porque se me da la gana… ¡Congelación letal! – Gritó la niña de hielo y de pronto, el cielo volvió a escupir una tempestad de aguanieve, que rápidamente comenzó a cubrir la montaña, haciendo el acceso más difícil.

-¡Harry, mira! – Exclamó Ron al ver como el hielo comenzaba a cubrir todo.

-¡Maldición! Creí que estos espíritus no existían – bramó Harry – Aunque después de conocer a esas chicas…

-¿Espíritu? – Chilló Icegirl - ¿Me has llamado espíritu? ¡Soy la Hija de la Reina de las Nieves! ¡Mi madre es la que gobierna el mundo helado y no soy un espíritu! Soy mucho más que eso… y ustedes insulsos humanos… se convertirán en estatuas de hielo y luego… los destruiré…

-N-no sabía que la reina del hielo fuese malvada y tuviera una hija peor… - Barbulló Ron

-El frío está cada vez peor – Dijo Harry – No podemos seguir avanzando…

-Demonios – chilló Ron, soplando y frotándose las manos, ni siquiera la varita podía sostener bien, pues sentía que sus articulaciones se helaban y no podía moverlas adecuadamente. Sin embargo, ahora ya no sabían que hacer ¿Cómo luchar contra una niña que dominaba el hielo a su antojo?

En tanto, Chris miraba hacia la montaña, con Hermione a sus espaldas y aferrada a su brazo, el guardián pudo ver como una pequeña nube oscura estaba detenida sobre el pico, y como un manto blanco descendía sobre el, cubriéndola de nieve.

-Eso no es bueno – dijo el joven guardián

-¿Qué pasa?

-El hielo de la montaña… la Reina del hielo no ataca de esa manera, es más, como elemento de la naturaleza, siempre ha permanecido al margen…

-¿No estarán Harry y Ron ahí?

-Creo que sí ¡Avancemos!

Pero Icegirl no estaba dispuesta solamente a atacar a los chicos, ésta vez, había decidido algo más, propio de su inmadurez.

-¡Voy a helar todo este lugar! ¡Congelación Total Global! – Emitió la chica un fuerte hechizo, haciendo que la nube aumentara más en su contorno y que las ráfagas heladas comenzaran a invadir todo el territorio a su alcance. Invadiendo a todos los que estaban acercándose a la montaña.

-¡Que frío! – Hermione se abrazó a la cintura de Chris y ella ya no sabía si lo hacía por protección o por la apuesta ¿acaso ese momento crítico era el ideal para seducirlo? Bueno… con eso de que en la guerra y en el amor (aunque no sea precisamente amor) todo se vale…

-Tenemos que encontrar un lugar para protegerte Hermione… yo puedo seguir solo, el frío no me hace tanto daño como a ti.

-¡Pero no quiero estar sola! – Gimió Hermione y luego reaccionó ¿de cuando acá se comportaba de manera egoísta y caprichosa? ¿Desde cuando protestaba tanto?

-Tranquila, busquemos un lugar y luego nos ponemos de acuerdo…

-Está bien – y ambos caminaron al pié de la montaña, quizá por eso el frío les llegaba más, porque estaban cerca… Una cueva que había pertenecido a un oso se encargó de resguardarlos, estaba vacía, y con un poco de calor, sin embargo, Chris se acercó a una de las rocas.

-¡Incendium! Le rozó los dedos y enseguida, hubo fuego, que intensificó el calor, el fuego ardía sin necesidad de leña o hierba seca. – Debes estar cansada Hermione, tal vez unos minutos de descanso en lo que pienso que debemos hacer… estoy algo abrumado.

-¿Por qué?

-He estado intentando percibir que clase de fuerza maligna se está encargando de bloquearnos a todos, siento presencias negativas por todas partes, así que eso nos impide comunicación entre nosotros y reconocer el punto donde se origina…

-Increíble…

-Suena… duro, pero debo reconocer que si las aprendices de Diosas no hubieran bajando, no se hubieran desatado las fuerzas oscuras… al menos no de este tipo… al que ustedes los magos humanos no pueden combatir…

Chris se sentó en el suelo y Hermione junto con el, y sin pedir permiso, haciendo a un lado su habitual manera correcta y pensante de ser, lo abrazó hundiendo su cara en el pecho del guardián, quien por un momento no supo que hacer… es más, no tenía la menor idea de que hacer ¿Por qué Hermione actuaba de esa manera?

-¿Tienes… miedo?

-Tengo frío – murmuró la chica y no se despegó de él, quien estaba extrañado, pero no todo acabó ahí – Aunque conozco una manera de quitarme el frío…

-¿Te doy mi chamarra?

-No – alzó el rostro – Esa no es la manera…

-¿Entonces cual?

-Esto… - ella se acercó al rostro de Chris, a quien agarró sorprendido, porque ella se abalanzó sobre sus labios y le dio un beso, haciendo que el guardián abriera los ojos al sentir el contacto de los labios de Hermione sobre los suyos… Ella, prácticamente había acabado con la pureza que había en Chris (por así decirlo).

-El guardián ha sido tentado – Dijo Ilona mirando en el infinito, la montaña que se helaba, mientras que Kieran descansaba en sus piernas, dormido y a salvo - ¿Cómo es que los humanos pueden tentar a los eternos? ¿Qué clase de poder interno es ese? – y acariciaba los cabellos del chico, con ternura infinita.

Mientras que Japi parecía una mariposa disecada pegada con alfileres, porque estaba firmemente sujeta al árbol, y se sentía terriblemente mal de sólo pensar que ella era la culpable de lo que le había pasado a Kieran, pues había insistido en llevarlo.

-Ha llegado el momento, de comerte… diosa… - gruñó Fano y chasqueó los dedos, sacando fuego de sus garras.

-Pagarás… pagarás el haber enviado a mi humano al inframundo… - Dijo Japiera levantando la vista – Hay una parte de mi que no conoces… hay una parte de mí de la que puedo hacer uso… de la desesperación, de las lágrimas, del arrebato…

-¿De que demonios estas hablando?

-Del infierno…

-JAJAJAJA ¡Una dulce diosa como tú no conoce el infierno!

-Estoy hablando de mí infierno – murmuró Japi – "Lejos de la tierra te llevaré ahí, a la morada de mis infiernos, cada momento por las tinieblas, es una búsqueda de la inmisericorde muerte, sumergida en la oscuridad y el misterio"

-¿El canto de la venganza de los dioses? – Murmuró Fano

-¡Ataque Mortífero de la Diosa Oscuridad! – Gritó Japi y de repente, las alas de la chica, comenzaron a transformarse y de repente, ya no eran delicadas plumas, eran un montón de cadenas que salían de su espalda y en las puntas de las cadenas, salían una especie de picos filosos que cortaban todo lo que tocaban.

-¿Qué es eso?

-No necesito a mi ángel para atacarte, Fano… - y las cadenas destrozaron los cristales y dejaron libre a Japi, quien prácticamente levitaba y las cadenas que salían de su espalda, se agitaban, parecían como sus alas – Te destrozaré…

-Lo veremos – Fano tomó sus espadas

-He perdido la dulzura y mi sonrisa – murmuró Japi y sus ojos estaban oscurecidos por completo y tristes, había palidecido – Por tu culpa… por eso, no te lo perdonaré… no te lo perdonaré… no te lo perdonaré ¡MUERETE! – Gritó con los ojos llenos de lágrimas.

Y las cadenas se desplegaron a lo largo, como brazos extensibles, y atraparon a la enorme bestia, levantándolo, mientras éste asestaba golpes con sus espadas, pero al parecer… no le hacían ningún efecto, las cadenas no se rompían y al contrario, comenzaban a apretarlo más y más, hasta que los huesos de Fano se comenzaron a romper uno a uno… era increíble, dado que la bestia era enorme.

-¡AAAAAAAAAARRRRGGG MALDITAAAAAAA!

-Kieran – pensó Japi cerrando los ojos, justo cuando sus cadenas, enrolladas en el cuello, brazos y piernas, lo destazaron, y la sangre se regó por todo el lugar.

-¿Viste eso? – Se levantó Diana de su sitio, en donde espiaban a todo mundo.

-Jamás pensé que Japiera fuera capaz de llamar a la oscuridad que poseen en el cielo… es temible… Pero no me asusta… Nosotras también tenemos cosas ocultas.

-De todas maneras, se debilitará…

Diana tenía razón, Fano yacía muerto… y en cachitos por todo el lugar, las cadenas desaparecieron, el color natural de los ojos de Japi regresó y ella se desvaneció en el suelo… Por otra parte, Draco Malfoy seguía caminando por el pueblo fantasma, buscando a Alkyon.

Pero aparte de la lluvia de cenizas, y algunas sombras que se arrastraban en la oscuridad no veía nada más, los edificios parecían viejos y derruidos, el viento arrastraba algunos despojos y el rubio no veía ningún indicio de en donde podría estar la chica.

-¿En donde estás Alkyon? – pensaba Draco, mirando a todas partes, no se atrevía a meterse en ningún edificio, todos eran tan viejos y asquerosos… Pero de repente, escuchó más barullo, y corrió buscando el ruido, y al llegar a una esquina, se encontró con muchos seres monstruosos, vitoreando algo, todos formaban una valla, el rubio atinó a ponerse la capucha que llevaba y se medio asomó y se llevó una sorpresa…

Un par de fuertes bestias jalaban una carreta con barrotes, como especie de jaula, y dentro de ella… iba Alkyon, quien protestaba, gritaba y no podía salir, Draco quedó boquiabierto… aunque fue más porque ella llevaba puesto un atrevido y seductor vestido rojo, con un escote demasiado pronunciado, un corsé que le estaba apretando hasta el pensamiento y una falda con muchos vuelos, transparentes…

-¿Alkyon? – gruñó el rubio al verla pasar en la jaula, y se puso a pensar que el demonio que se había llevado a la chica para desposarla, era por demás, lascivo en extremo… ¡Pero reconoció que ella lucía fenomenal! Aunque después trató de quitarse esos malos pensamientos.

Y así fue tratando de seguir al sitio donde Alkyon era llevada, tratando de que las otras criaturas no se percataran de su presencia ya que no sabía que otra cosa podría acarrear, aparte tenía que soportar el olor nauseabundo de algunos de ellos, era imperdonable, y entonces se percató de que Alkyon era llevada a una especie de templo que tenía la cruz invertida, y muchas bestias estaban ahí, vitoreando a la novia y al novio.

-¿Qué voy hacer? – Pensaba el rubio - ¿en que lío me he metido?

El chico atravesó un camposanto, hasta llegar ágilmente a las puertas, aunque había tal manifestación que tenía que pegarse a las criaturas asquerosas para poder acceder al interior, y aunque parecía imposible, el chico era obstinado, por lo que logró su cometido de colarse. Adentro la cosa no era mejor, Alkyon se encontraba metida en la jaula y Nomoro reía vulgarmente, sentado en un trono, vestido eso sí, con mucha magnificencia.

-¡Que comiencen nuestras bodas! – Gritó el demonio - ¡Que cuando eso pase, esta bella ciudad, bajará de nuevo al inframundo, para que reinemos sobre las almas atormentadas, mi bella diosa!

-¡Jamás me casaré contigo, demonio asqueroso!

-JAJAJAJA… te acostumbrarás a ser la esposa de Nomoro, y además no sería la primera vez que un demonio se desposa con un ángel o una diosa…

Alkyon recordó a Ana, ella era mestiza, mitad ángel, mitad demonio… ¿Cómo estar entre el mal y el bien? ¿Cómo lidiar con tanta responsabilidad? ¿Hacia que lado debería estar tu alma y tú fe? Ana debía estar sumergida en un torbellino constante de lo bueno y lo malo.

-¡No me quiero casar, no me quiero casar contigo!

-¡Pues no veo como puedas impedirlo amada mía! – Se burló Nomoro, esbozando una macabra sonrisa – No te preocupes, pronto te acostumbrarás a este infernal mundo.

-¡NOOOOOOOOOOO!

-Será difícil domarte, mi bella diosa, pero estás a punto de ser mía – y Nomoro levantó su mano hacia la jaula y ésta se abrió y como si algo invisible la jalara, Alkyon fue enviada a los brazos de Nomoro.

-¡NOOOOOOO SUELTAME!

-Preciosa – sonrió Nomoro – Serás un adorno maravilloso en este lugar de sombras… Eres como una flor, pero no te preocupes, para que veas que soy generoso, como regalo de bodas, te daré un rayo de luz – mientras la tomaba con una mano, alzó la otra y del techo del templo, se abrió mostrando el cielo cenizo, el cual dejó escapar un débil rayo de luz.

-¡SUELTAME, SUELTAME! – Se revolvía la chica entre sus garras.

-el primer rayo de sol… ha llegado la hora ¡que nos desposen! Para poder regresar al inframundo.

-¡NOOOOOOOOO!

-Un monje subió al estrado, con sus manos huesudas tomó un pergamino oscuro, sus ojos rojos brillaron, las velas negras se encendieron, y todos guardaron silencio… Excepto uno…

-¡DETEN ESTA FARSA, DEMONIO! – Gritó Draco envalentonándose…

-¿Qué?

-¡Draco! – Gimió Alky y su corazón vibró al verle ahí, en medio de todas las criaturas, dirigiéndose al estrado.

-¡Un humano en mis dominios! ¿Cómo entró esta criatura horrenda?

-¡QUITA TUS ASQUEROSAS GARRAS DE ALKYON! – Espetó - ¡ELLA ES MIA, TIENE UN CONTRATO FORJADO CONMIGO, ME PERTENECE!

-¿Qué dices humano estúpido?

-¡POR ESO PUDE ENTRAR A TU HORRENDO MUNDO, PORQUE DONDE ESTE ELLA, AHÍ ESTARE PRESENTE! DEJALA IR Y BUSCATE OTRA…

-Me gusta ella – Gruñó Nomoro – e hizo una señal para que los guerreros que se disponían a atacar a Malfoy no interviniera – Además ¿Cómo te atreves a interrumpir mi boda, gusano insignificante?

-Ya te lo dije – Respondió el rubio entre dientes – Ella es mía, tenemos un contrato forjado, me pertenece…

-¡Es verdad! – Chilló Alkyon - ¡Yo pertenezco a Draco Malfoy! es el… el es… (Y le costaba mucho trabajo decirlo) ¡Es mi amo! – Gritó, haciendo caso a las palabras de Ana sobre que Draco era su "amo" y ella su esclava. Me invocó y ahora debemos estar juntos siempre…

Nomoro se volvió hacia el monje y le hizo una señal, aquel extraño ser, solo alzó las manos esparciendo un polvo extraño, y a través de éste, se visualizó una cadena invisible al ojo humano, que estaba atada a la mano de Draco y a la de Alkyon… Finalmente, comprobando que efectivamente, los dos estaban unidos.

-No veo el problema… ¡Humano! – Se volvió Nomoro y chasqueó los dedos - ¿Qué quieres a cambio de ella? ¿Riquezas? Te puedo dar las que quieras – y un arcón comenzó a llenarse de joyas, monedas de oro y reliquias costosísimas - ¿Acaso poderes extraordinarios? Pídelo… u objetos de magia negra de valor incalculables… ¿O el Libro de los Deseos Prohibidos?...

-¿Libro de los deseos prohibidos?

-Con éste puedes invocar a una verdadera diosa y pedirle lo que quieras… Al fin y al cabo, esta belleza no puede concederte nada… pero a una verdadera diosa puedes pedirle…

-Inclusive la destrucción del mundo – murmuró Draco, el libro era bellísimo, de plata y oro puro, cubierto de piedras preciosas e inscripciones extrañas en la portada.

-¡Draco, no caigas en la tentación!

-¿Tentación? – Murmuró Draco, mirando a un lado, las riquezas, en el otro, objetos de magia negra que lo harían poderoso, y frente a él, el libro de los deseos prohibidos… la décima maravilla del mundo, lo que podría hacerlo… el único que gobernara al mundo.

-El libro es tuyo… - Advirtió Nomoro la mirada perdida del chico hacia el libro – Tómalo y vete de aquí… Total, al pedir incluso la destrucción del mundo, no me afecta… este libro no tiene valía en el inframundo.

-Pues… - Los ojos del rubio brillaron junto con el oro y las gemas que lo cubrían… un mundo de posibilidades se abrían en su mundo, el poder… el poder que tanto había deseado… Con un solo deseo podría pedir ser mas poderoso que el señor oscuro, destruir a Harry, destruir a aquellos que alguna vez se habían burlado de él… solo… sólo debía tomar el libro e irse…

-¡Draco! – Gimió Alkyon y por primera vez, ella sintió un miedo terrible, el titubeo del rubio, su mirada perdida hacia el libro, el temor se apoderó de ella, su relación nunca había estado tan bien, entonces ¿el sería capaz de dejarla ahí?

-Es tuyo humano… tómalo – agitó Nomoro el libro, mientras sus súbditos apoyaban la noción.

Tómalo, tómalo, tómalo!

-Draco… por favor – Murmuró Alkyon, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas… si el rubio la dejaba ahí, la mataría para siempre.

-El poder… de dominar al mundo – murmuraba Draco… pero de pronto, pareció reaccionar ¿Qué estaba haciendo, en que estaba pensando? El era despreciable, pero no tanto ¿O si? La respuesta era que sí, que el era demasiado ambicioso, podía destruir a Potter, a todos, pero… pero…