Capítulo 17:

¡Ah! ¿Aparece el legendario Dragón Ángel? Continúa la búsqueda de los cristales de viento ¿Y se extiende el flirteo? ¿Cómo es eso posible?

-NO – respondió Draco volviendo sus ojos hacia Nomoro que lo miró con incredulidad – No Nomoro… no soy tan miserable como piensas, no acepto nada, sólo quiero recuperar a Alkyon ¡Es mía y me la devolverás ahora! Es un contrato sagrado de los dioses del cielo y no puedes romperlo…

-¿QUEEEEEEEEEEE?

-No quiero nada… ¡Devuélveme a mi Diosa!

-¡ENTONCES NO ME QUEDA OTRA SALIDA! – gruñó Nomoro – Solo hay una manera de romper un contrato… y es que el contratista… ¡MUERA!

-¡NO, DRACO! – gritó Alkyon, pero en esos momentos, todas las criaturas comenzaron a abalanzarse ante el rubio quien levantó la varita, para luchar por su vida.

-Tu regalo de bodas, querida, uno más… verás como destrozan a este humano insignificante.

-¡Impedimenta! – Comenzó Draco a atacar a las criaturas del averno, tratando de paralizarlos - ¡Impedimenta!

-¡Atáquenlo! – Ordenó Nomoro

-¡Petríficus Total! – trataba el chico de petrificar o paralizar con débiles resultados, pues eran cientos de criaturas.

-¡muere humano, muere! ¡QUE MUERA EL HUMANO!

-¡Sectumsemptra! ¡Sectumsemptra!

-¡MUERE! – Le asestaban golpes con las espadas y el chico trataba de zafarse de las garras.

-¡Levicorpus!

-ARRRGGG – se quejaban algunas criaturas al quedar boca abajo pendiendo solo por segundos, pero muchas más comenzaban a desgarrarle la ropa y provocarles arañazos.

-¡DRACO TEN CUIDADO! – Gritaba Alkyon

-¡Expelliarmus! – El chico le volaba las espadas y las segaderas a los seres de inframundo, tratando de que no lo hirieran, pero era imposible no sentir los arañazos.

-¡QUEMENLO! – Gritó uno de los guerreros de la oscuridad

-¡SUELTENME! – Espetó Draco cuando de pronto le quitaron la varita y lo alzaron entre todos, llevándolo a una hoguera que ya estaban preparando.

-Adoro el olor de humano quemado – sonrió Nomoro – Siempre lo hacemos para castigarlos eternamente…

-¡DEJENLOS, SUELTENLO, DRACOOOO! – Gritaba Alkyon - ¡NO LE HAGAS DAÑO, DEJALO VIVIR, NO LO QUEMEN!

-Demasiado tarde esposa mía – le sujetó bien la cintura, mientras ella no dejaba de llorar – El humano no quiso vivir, quiso morir, ahora el se muere y tu serás mía, para siempre.

-¡NOOOOOOOOOOO!

-¡Suéltenme! – Gritaba Draco – y comenzó a darle de golpes a los que lo sujetaban… sin embargo, era el solo, contra la muchedumbre de criaturas, que le respondieron igual, a base de golpes y arañazos, dejando al chico ensangrentado de pies a cabeza con la ropa desgarrada y sin fuerzas.

-¡Ya quémenlo! – rugió una criatura que parecía humana y que sólo tenía la mitad de la cabeza y unos dientes deformes que sobresalían de sus fauces.

-¡Cuando te estés quemando te arrancaremos la carne para comérnosla! – Dijeron otros, mientras seguían rasguñándolo, Draco se había quedado sin aliento y se sentía muy mareado ¡Que estúpido había sido al ir solo tras Alkyon!

El rubio fue atado a un tronco, sujetado por alambre de púas, que prácticamente casi le trozaban el tronco y los brazos, Draco solo lanzó un grito desgarrador, escupiendo sangre, Alky pensó que se desmayaría… ella no podía salvarlo.

-¡Prendan el fuego del infierno!

-¡Se bien que la quema de brujas era un juego para sus antecesores, porque no los dañaba! – Sonrió Nomoro - ¡Pero el fuego que hacen los humanos no se compara con el del infierno! ¡Este si te quemará!

-¡Fuego Maléfico! – Evocó una criatura y de pronto, un fuego con fuerte olor a azufre, muy rojo, demasiado rojo y que desprendía un calor sofocante, apareció del suelo sucio y cenizo, rodeado el cuerpo del chico, quien comenzó a sentir el calor infernal.

-Es demasiado… - murmuró Draco, con los ojos perdidos, sólo podía sentir, como el alambre de púas se le enterraba en la piel con un simple movimiento… como respirar y lentamente, se calentaba con el calor del fuego, sentía también como la sangre tibia se resbalaba desde su cabeza y de su boca… aparte de sus extremidades.

-¡Draco! – Gimió Alkyon tratando de utilizar algún hechizo, alguno de sus poderes, pero era imposible, no había luz, y estaba en contacto con la oscuridad, que eso le impedía realizar cualquier cosa.

-Ni lo intentes esposa mía – Dijo Nomoro, dando un hecho que ambos se casarían – Tu poder no podrás utilizarlo aquí jamás, ni siquiera ese famoso poder oscuro que poseen en el cielo… aquí no hay efecto… y tu corazón está tan destrozado, que no puedo invocarlo.

-¡Eres un monstruo!

-Gracias…

-Voy a morir – pensaba Draco, mientras su piel se tostaba y se quemaba conforme el fuego se acercaba a el, no tenía fuerzas ni para gritar, eso era todo… Nada había podido hacer, y ahora, su diosa, tendría que pasar su eternidad con Nomoro.

El rubio cerró los ojos, al sentir como las primeras lenguas de fuego acariciaban sus desgarradas prendas, y comenzó a sentir, como penetraba el calor en su piel y lentamente comenzaba a quemarlo, Draco escupió otro poco de sangre en un intento por quejarse del dolor, pero no salió ni una palabra…

"También tienes fuego interno"

Se escuchó decir mientras escuchaba crispar el fuego sobre su piel, ya no podía escuchar nada, ni a las criaturas gritar de emoción, ni a Alkyon llorar desgarradoramente… solo una voz interna…

"Posees en tu interior, la marca del ángel"

Draco levantó brevemente sus ojos, ya casi no veía nada, el fuego le derretía las retinas, pero veía entre sombras, una figura blanca que se alzaba entre las llamas - ¿Qué? – gimió el rubio en sus pensamientos… lentamente el dolor desaparecía, probablemente estaba muriendo.

"Hay ángeles caídos que son mestizos y no lo saben" – seguía diciendo esa vocecita – "Eres una mezcla entre lo humano, lo divino y lo infernal"

-No te entiendo…

"Tus padres fueron humanos porque así debió ser, pero tú eres descendiente directo de un ángel mestizo, que había caído en la tierra y perdió la memoria, eres el que posee ese don en esa generación, tú Draco Malfoy, el ser mas imperfecto y ambicioso del mundo, podría tener algo tan puro en su interior"

-¿Qué es lo que tengo en mi interior?

"El legendario regalo, Draco Malfoy… solo déjame entrar en ti, y podrás salvarte y salvarla"

-¡Solo quiero salvar a Alkyon!

"Déjame entrar"

-Mi cuerpo y mi alma es tuyo, sea quien seas – pensó cerrando los ojos, ya no sentía nada… ¿acaso estaba hablando con la muerte?

Y de pronto, Draco entreabrió los ojos al escuchar un rugido, un rugido temible, y entre sombras vio la figura de un dragón que iba volando directo a el, atravesando su cuerpo, sintiendo como flotaba en el aire, se sentía en paz, ligero, tranquilo… perdiendo el conocimiento.

-¡AH! Que bello espectáculo – Sonrió Nomoro al ver como el fuego envolvía por completo el cuerpo de Draco, mientras que Alkyon perdió las fuerzas, sus ojos secos, de tanto llorar, no podía ni hablar… Draco estaba siendo consumido por las llamas… sentía su corazón romperse.

-"¿El Legendario Dragón del Ángel?"- Volvió Ilona a reaccionar en el limbo – tomando una flor que se agitaba en ese extraño lugar – "Muéstrame" – y la dejó ir y luego ésta regresó y ella vio – "¿Cómo puede ser posible? Solo es un brujo ordinario"

-NOMORO – De pronto se escuchó una voz a través del fuego, el demonio estaba a punto de seguir la ceremonia, antes que en el mundo exterior terminara de amanecer… para algunos.

-¿Qué?

-NO TEMO AL FUEGO ETERNO… PORQUE YO SOY FUEGO ETERNO…"DRACO" SIGNIFICA DRAGON… "MALFOY" SIGNIGICA EL MAL, "BLACK" ES OSCURIDAD… UN DRAGON OSCURO ESO SOY, PERO ANTE TODO, SOY EL DESCENDIENTE, EL QUE TIENE EL PODER, EL QUE NO PERMITIRA QUE TE APODERES DE LO QUE EL SER INSULSO QUE ES DRACO MALFOY QUIERE…

-¿Qué está sucediendo?

Draco atravesó las llamas, pero sorpresivamente, no era el mismo, tenía el cabello rubio, revuelto y largo, sus ojos eran extraños, como los de un reptil, grises, poseía alas de dragón, enormes y asombrosas, usaba una túnica abierta negra con rojo y sobresalían unas botas del mismo tono, aparte, en su brazo izquierdo, tenía una armadura metálica, de la cual sobresalía una especie de cuchilla, de espada filosa y brillante, llena de gemas y de pinchos a lo largo.

-¿Qué le ha pasado a este humano?

-No soy un humano común Nomoro, has posado los ojos en mi doncella.

-¿Eh?

-Y sé que no puedo destruir tu mundo, pero si me la puedo llevar, porque ante todo, ella me pertenece…

-¿Eres un ángel también?

-No soy bien, no soy mal, no soy luz ni oscuridad - (lo mismo que Ana siempre dice… ¿acaso ya lo tienen bien recitado los ángeles mestizos? JEJEJE) – Provengo del lugar del fuego, provengo de mi propio mundo, en donde yo soy la ley… el fuego de tu infierno, no me dañará, todo lo contrario, me ha despertado al dolor… yo soy fuego eterno…

-¿Tú eres?

-¿Draco? – murmuró Alkyon al verlo tan increíblemente bello y magnífico.

-Soy el Dragón Ángel… y vengo por mi doncella…

-¡No te la llevarás! ¡Poderes infernales a mí! – gritó Nomoro

Dracodesplegó sus alas y eran tan hermosas y poderosas, que alzando la espada dio un giro hacia las criaturas, asestando unos golpes en el aire y de repente, las bestias se cortaron en pedazos, cayendo al sucio suelo, dejando boquiabierto a todos, en seguida tomó la varita mágica que le pertenecía.

-¡MUERE! – Chilló Nomoro enviando un hechizo oscuro, mismo que el dragón ángel desvió con la espada

-En este momento, no puedes hacerme daño, porque estoy protegido, el corazón de Draco es una fuerte coraza, estaba vacío, ahora está tan lleno de regocijo, que pese a ser tentado por fuerzas oscuras, los sentimientos en el, me hacen invencible.

-¿Qué dices?

-No pretendo que me entiendas… Solo dame a mi doncella, ahora…

-¡NUNCA! ¡MUERE! – le comenzó a arrojar oscuridad y mas oscuridad, pero el dragón se acercaba más a el, desviando los ataques - ¡Necio, ahora te destruiré! ¡Invocaré al señor oscuro, al ser más temible, al ángel negro más perfecto que ha existido, para que acabe contigo!

-¡Enfriamiento Inframundo! – De pronto el dragón ángel asestó un golpe en el piso con la punta de su espada y el suelo, pareció petrificarse – Ahora tu señor no intervendrá Nomoro…

-¡Fuego del infierno!

-¡Fuego del dragón legendario!

Ambos atacaron con fuego, una masa de fuego salió de la nada, tras Nomoro que se dirigió a atacar al intruso, pero éste le respondió con una lengua de fuego que salió de su cuerpo, ambos chocaron, pero la del ángel era más poderoso y rompió el hechizo de Nomoro, Alkyon hizo un movimiento para desapartarse de él.

-¡MALDITOOOOOOOOOOOO!

-No gastaré mis energías contigo – y repentinamente voló hacia Alkyon, tomándola por la cintura y elevándose por los cielos.

-NOOOOOOOOOOOOOO – espetó Nomoro y el desplegó sus alas horrendas e infernales y los siguió de inmediato, a toda velocidad, en tanto que, Alkyon se agazapó al pecho de Draco, cerrando los ojos, abrazándolo con fuerza y deseando salir de ahí, con él.

-¡Draco!

-Sostente fuerte doncella mía…

-¿Eres Draco? – preguntó débilmente mientras se abrazaba a él.

-Soy Draco, la parte escondida en él, que no podía salir, porque en su vida, no había nada bueno porqué luchar… he salido, sólo por su convicción de querer rescatarte… después, seguiré dormido…

-¡REGRESA AQUÍ CON MI ESPOSAAAAA! – Gritó Nomoro sobrevolándolos.

-Necio – se volvió el ángel dragón, sosteniendo fuerte con una mano a Alkyon y empuñando su espada con el otro brazo, aunque prácticamente la traía pegada al brazo - ¡Lluvia de Fuego! – invocó el joven y una ráfaga de lluvia ardiendo, salió de la espada, directo a Nomoro quién se vio envuelto en una masa incandescente… que mejor que atacar al fuego, con fuego.

-Imposible – también se sorprendían en el cielo sellado, Celeste miraba a través de un espejo formado por un rayo de estrella, lo que había sucedido – El legendario Dragón Ángel no puede ser un brujo humano… ¿Qué está pasando? Madre y padre ya debieron haber llegado…

-Hermana Mayor – se acercó otra diosa - ¿Qué hacemos? ¿Mandamos a un Bampei u otra valquiria?

-No creo que sea el momento…

-Madre y padre…

-Tenemos que esperarlos – advirtió – este asunto se complica aún más… ha aparecido el dragón legendario… y no se lo que debemos hacer, esperaremos un poco más… solo un poco más.

Draco y Alkyon estaban a punto de salir del territorio de Nomoro, el sol comenzaba a brillar, al menos donde ellos salían, porque por el lado de la montaña, estaba oscurecido, ocasionado por la magia de Icegirl.

-Sostente dulce amor mío – dijo el dragón ángel, poéticamente – saldremos de aquí y enviaré un fuerte ataque al reino de Nomoro, así, a ningún demonio se le ocurrirá querer tener a alguien tan delicado como ustedes de esposas.

-Aja – asintió Alky ruborizada – Le gustaba como la trataba y el modo de abrazarla y como le hablaba… aunque fuera la parte dormida de Draco.

-¡Destrucción Holocausto de fuego! – Gritó con fuerza, impulsando sus enormes alas al exterior, dejando una ráfaga de enormes proyectiles de fuego que se incrustaban en el suelo de esa ciudad maldita.

-¿Eh? ¿Qué haces?

-Espero que no vuelvas a salir de infierno – Advirtió el ángel dragón.

-¿Qué pasa?

Y de repente, un estruendo se dejó escuchar, y los proyectiles de fuego comenzaron a explotar, y Nomoro gritó horrorizado, mientras que el impacto y la intensidad de las explosiones, proyectó a los jóvenes hacia el exterior, el rubio dragón envolvió a Alkyon con sus alas protegiéndola, mientras salían hacia el mundo vivo… cayendo pesadamente sobre el pasto…

-¿Qué ha sido eso? – Se levantó Diana

-No lo puedo creer…

-Primero Japiera hace uso de su parte oscura, ahora este chico tiene al dragón ángel dentro de él…

-No debe volver a salir – Murmuró Elan – si el dragón y Draco unen sus corazones y sus almas separadas, no libraremos fáciles batallas, hay que decirle a Hiromi que descargue energía negativa en ese chico ahora que regrese…

-Si eso pasa, tendríamos que recurrir a nuestra transformación secreta, la prohibida y la pasaríamos muy mal con el lado oscuro, aunque finalmente…

-No pensemos en eso por el momento…

-soltaré a una bestia…

-De acuerdo…

-Si, tampoco podemos permitir que Alkyon empate con el…

Por otro lado, Nita, Lita y Dita, chillaban sobre la copa de un árbol y pataleaban.

-¡No, no, no, no! ¡Hay hermanas, ese chico es todo poderoso, debemos hacerlo nuestro!

-¡Tiene el dragón legendario en sus genes, un hijo de el será maravilloso!

-¡Sí, sí, sí!

-¡Le volveremos a atacar en su colegio, hagamos un plan!

Chris y Nicole también le habían sentido, aunque con la presencia de la magia negra que había en el ambiente, no podían enterarse con exactitud, incluso el largo, largísimo beso que Hermione le seguía dando, tuvo que ser interrumpido.

-¿Qué pasa?

-Algo… algo que no puedo ver… Escucha Hermione, necesito encontrar a Nicole, sólo con ella podré tratar de romper un poco esta magia…

-Está bien… - gruñó la castaña, ese beso se iba intensificando cuando el guardián la apartó bruscamente.

Por otro lado, Nicole también buscaba, al igual que Mariana - ¿lo sentiste?

-Sí…

-Una fuerza poderosa…

-¿Pero donde?

-Solo sé que es en la lejanía… vamos Mariana, sigamos buscando…

En tanto, Alkyon abría los ojos pesadamente, estaba en el césped, y cuando levantó la vista, se llevó un susto de primera, Draco estaba en su forma normal, tenía el rostro quemado, la ropa desgarrada, sangraba por todas partes, en fin… estaba muriendo.

-¡Draco! – Gritó, pero el chico ya no reaccionaba - ¡NO; DRACO DESPIERTA!

Lo agitaba, pero igual seguía inconciente, ella acarició su rostro lastimado, y estaba a punto de echarse a llorar.

-¡NO! No lloraré… ¡tengo que curarlo! – Alzó las manos - ¡Quan sancta, quan serena, quan benigna, Das Ende! – y sacando energía curativa de sus manos, trató de resarcir los daños, así estuvo por lo menos unos cinco minutos hasta que sintió que se desmayaría al debilitarse tanto y las heridas de Draco no se componían adecuadamente, ya no sangraba, pero…

Los ojos comenzaron a pesarle, se sintió mareada, un sueño se apoderó de ella y sin poder más, perdió la conciencia, a un lado del cuerpo del rubio… Segundos más tarde, apareció Ilona.

-Finalmente la salvaste – Murmuró – Me intrigas Draco… alguien como tú, teniendo un ser tan puro dentro ¿Cómo es que no lo vi antes? Pero mereces un premio.

Ilona se arrodilló y depositó un beso en sus labios - ¡Das Ende! - al momento que Draco abría los ojos y sentía como su cuerpo se regeneraba de inmediato, las heridas se cerraban, los huesos se soldaban, las quemaduras desaparecían y el chico alcanzó a verla, antes de volver a cerrar los ojos.

-Es todo por hoy – pensó Ilona y desapareció.

Elektra y Jonathan ya comenzaban a sentir los estragos del frío, pues cada vez estaban más cerca, al pie de la montaña, cuando de repente escucharon un gruñido a sus espaldas, volviéndose lentamente. Atrás de ellos estaba una bestia…

-¡Un Behemoth! – gritó Elektra, al ver a la bestia, parecía una mezcla entre un perro y un león, con una melena de fuego, cuernos largos, gruesos y retorcidos, garras y enormes colmillos filosos, y un tercer ojo.

-¿Un qué?

-¡Guardianes de la Oscuridad! ¿Qué hacen aquí?

-Vinieron a saludarnos – espetó Jon haciendo que Elektra se pusiera tras ella.

-¡Son muy peligrosos! – Respingó la chica

-Y es obvio que nos quieren ver muertos…

-Un Behemoth no se destruye tan fácilmente, porque son como espíritus sólidos…

-¡Tengo una idea! Yo los desvío y tú escapas en busca de los demás…

-¿Qué?

-¡Allá voy!

-¡Jon, NO! – Gruñó Elektra, pero el chico ya había dado un salto convirtiéndose de nuevo en lobo y salió corriendo, haciendo que el behemoth se fuera tras el - ¡Idiota, el behemoth es peligroso!

-¿Elektra? – de pronto salieron Ana, Hayden y Nenyeina, éstos ya se habían encontrado.

-¡Hola!

-¿Por qué estás tan exaltada?

-¡Porque apareció un Behemoth y Jon se fue tras el!

-¿Un behemoth? ¡Va a matar a Jon! – increpó Neny.

-Significa que alguien va a enviudar – vocifero Ana y Elektra le envió una mirada asesina.

-¿Qué hacemos? – Preguntó Hayden - ¡es casi mi primo!

-¿Eh?

-¡Claro, el quiere con Cho! ¿No es así?

Elektra tuvo unas ganas de ahorcarlo en ese momento, pero se contuvo, su mayor prioridad en esos momentos, era encontrar a Jon, pues él solo no podría luchar contra un behemoth, aunque estuviera convertido en un poderoso lobo.

Japiera abría los ojos, estaba apoyada en un árbol, el frío viento le había echo recobrar la conciencia, la cabeza aún le daba vueltas y no recordaba lo sucedido… pero de repente, reaccionó con violencia.

-¡Kieran!

Se volvió a todos lados y lo vio, el chico estaba a un metro de ella, durmiendo en el césped, sin ningún rasguño, ella se arrastró hacia el y lo sacudió con suavidad.

-¿Ki?

-MMM… Gracias Ilona – sonrió Kieran entre sueños y Japi se quedó sorprendida ¿Qué había dicho?

-¡Kieran, despierta! – lo sacudió dejando la amabilidad

-¿Eh? – abrió los ojos y se topó con los ojos de fuego de Japi.

-¿Quién es Ilona, eh?

-Ilona… ella me ha ayudado en dos ocasiones… es… es hermosa… preciosa… creo que es un ángel…

-Aja – gruñó Japi ¿Quién por todos los cielos era ese ángel? - ¿Por qué estás tan seguro que era un ángel?

-¡Porque tenía unas alas enormes, dotado de hermosura, era la señorita mas divina, bella que he visto en mi vida!

-¿Más que Hermione? – Riño Japi - ¿Más que la perfecta señorita Granja?

-Más que ella… Mil veces más… ella es mi heroína porque me salvó de caer a ese horrible lugar…

Japi se mordió los labios, sintiendo una rabia celosa, una cosa era luchar con una mortal como Hermione Granger, pero otra cosa, era contra un ángel, probablemente categoría uno, los seres más hermosos y puros sobre la faz de la tierra y del cielo por supuesto, que ni siquiera ellas, las diosas, podrían superar.

-¡pues no creo que la vuelvas a ver! – Lo jaloneo - ¡Ponte de pié y busquemos a los demás!

-¡Ah! ¿Cómo te salvaste de Fano?

-Pues… no me acuerdo… ¡pero eso no importa, estamos bien, busquemos a los demás!

-Si, estoy bien gracias a… Ilona…

-Tarado – refunfuñó Japi avanzando rápidamente, muerta de celos.

En tanto que ellos se iban en busca de los demás, y mientras el lobo y el behemoth seguían corriendo y con los chicos tras ellos, en la montaña, para mala suerte de Hermione, Nicole, Mariana y Ginny se encontraban con ellos.

-¡Aquí están! ¡Que frío!

-¡Hola chicas! – les saludó el guardián

-¡Chris, te noto ruborizado! – Preguntó Mariana inquisitiva - ¿Qué has estado haciendo con Granja, digo Granger?

-¿Granja? – rumió Hermione, de por sí, no se toleraban y si estaban juntas, era porque no les quedaba otra - ¡mi apellido es Granger, grábatelo bien, cómprate una neurona y utilízala!

-¡Ay que genio! – puso Mariana los ojos en blanco, mientras que Nicole trataba de ponerse seria.

-Eh… nada, solo me enseñaba unas cosas…

-¡Bueno, tranquilas, Chris, subamos para encontrar a los chicos, este clima no es normal y pueden estar en peligro!

-¡Avanza Hermione! – la empujó Mariana y la hizo adelantarse con ellas, dejando a Ginny atrás con Chris y le lanzó una mirada curiosa.

-¿Qué?

-¿Qué te estuvo enseñando Hermione? – preguntó Ginny curiosa.

-Bueno, solo como se daban calor los humanos…

-¿Qué?

-¿Tiene algo de malo?

-¿Acaso lo hicieron?

-¿hacer qué?

-¿Se dieron calor?

-Pues si… al menos ella, porque yo aún no sé de estas cosas, es un poco extraña la sensación de sentir sus labios pegados a los míos y…

-¡Ah, fue un beso!

-Si…

-¿Y te gustó?

-No lo sé, es la primera vez que me besan…

-¡Hermione, bandida! – Pensó Ginny y luego se volvió a Chris – Tienes razón ¿Cómo vas a comparar si solo te ha besado ella?

-Pues si… ¡tal vez deba probar tus labios! – sonrió el guardián y de repente, le tomó el rostro y le plantó un beso, Ginny al principio se descontroló, pero vio su oportunidad y lo tomó por el cuello, enseñándole otra manera de besar, haciendo que de nuevo, el chico abriera los ojos de par en par.

Pero como la pelirroja no se andaba por las ramas y sabía mucho en ese tipo de menesteres, no dudó en darle un apasionadísimo beso francés al 100, por lo que cuando ella se cansó de estar de puntillas y le soltó, el guardián estaba absorto ¿Qué había sido eso?

"Está perdido" – Suspiró Ilona a lo lejos – "¿Qué va a pasar contigo cuando tengas que purificarte?"

-¡Alcancemos a los demás! – sonrió Ginny y se alejó corriendo, había logrado su objetivo de perturbar al guardián.

-¿? – Mientras que Chris sentía que los labios le ardían y tenía una sensación indescriptible en el cuerpo, estaba absorto, totalmente confundido.

-¡Vamos Chris!

-Eh… si, claro…

Los cinco continuaron subiendo hacia donde Harry y Ron se encontraban, la ventisca de nieve se encontraba fuerte, y sintieron el golpe del frío en toda su intensidad cuando comenzaron a subir.

-Esto no me lo esperaba – Gruñó Chris – Para ser sólo un dios de la nieve, es bastante fuerte.

-¿Un dios de la nieve?

-Por así decirlo… Sus amigos deben estar arriba, congelándose…

-¡Ay no! – Brincó Hermione - ¡Debemos ir a salvarlos de inmediato! – y se adelantó a las chicas y al guardián.

-¡Hermy, por favor, ten cuidado, no sabemos que clase de entidad es!

-¿Así es siempre? – Espetó Mariana al sentir como la castaña salía casi corriendo.

-A veces es peor – murmuró la pelirroja sin despegarse de Chris.

Harry y Ron, en tanto, soplaban sus manos, sus dedos estaban helados y Harry trataba de realizar algún hechizo que les permitiera avanzar y deshacerse de Icegirl.

Inflamarus total! – Evocaron juntos, para hacer una lengua de fuego enorme, para derretir la nieve, la niña de las nieves, solo sobrevolaba sobre ellos, como si fuera un espíritu y reía al verlos intentar pasar el hielo.

-¡Sus hechizos no sirven de nada, no son lo suficientemente poderosos para destruirme!

-Es cierto – dijo Harry entre dientes, pues apenas derretían una sección, ésta se volvía a llenar de nuevo y la tormenta de nieve se tupía aún más.

-¡Tengo que subir! – Exclamó Ron decidido - ¡Tengo que hacerlo Harry!

-Lo sé… escucha Ron, tú tratarás de subir, y yo trataré de detenerla…

-¿Cómo le harás, eh?

-Comienza a ascender, disolviendo el hielo, mientras yo la distraigo, si no le hacemos así, ninguno de los dos tendrá los cristales de viento, y el más indicado para atraparlos eres tú.

-Está bien Harry… A la cuenta de tres… ¿Vale?

-Vale…

-¡Vamos! – Gritó Ron y ambos saltaron del recodito en donde estaban resguardados. Icegirl detuvo su vuelo al verlos y sonrió ampliamente, sobre todo cuando los chicos se separaron, Ron por delante y Harry por atrás, enviando diversos hechizos.

-¡Me parece que agarraron valor! – sonrió Icegirl – Pero no será suficiente, ninguno pasará ni llegará al pico de la montaña, ni obtendrá nada…

-¡Incendio, Incendio!

-Pobres brujos humanos – murmuró la niña

-¡Avanza Ron! ¡Inflamarus total!

Icegirl les miró por unos momentos, dejando que avanzaran un poco en la montaña helada, ambos eran habilidosos, pese a tener los dedos congelados, ya con los labios partidos y la piel fría y casi azul.

Salgan Ice Dancer! – Alzó la niña los brazos - ¡Y no los dejen llegar a la cima! – Sonrió - ¡Vamos a divertirnos!

Y de repente, del hielo que estaba sobre la montaña, comenzaron a surgir algunas figuras de hielo, con forma de mujeres, transparentes y con garras, las Ice Dancer, emitieron un ruido seco y se elevaron, dando vueltas en el aire, y haciendo que estalactitas de hielo comenzaron a caer sobre los chicos, clavándose sobre las montañas, haciendo que ésta provocara pequeños deslaves de nieve, haciendo que resbalaran… y bastante tenían con evitar las enormes estacas de hielo que les enviaban esos espíritus del hielo.

-¡Harry! – Gritó Ron muy apartado de su amigo, sus hechizos parecían demasiado débiles para abrirse paso en la gruesa capa.

-¡Busca un resguardo! – Gritó también el chico

-¡Atáquenlos, destrúyanlos! – ordenó Icegirl

-"Sí ama" – Chillaron las Ice Dancer y siguieron bailando sobre el cielo, haciendo que las ráfagas de hielo se intensificaran, mientras que la niña, miraba complacida, como sus sirvientas, hacían lo que el había ordenado.

-¡Dios mío! – Pensaba Harry - ¡Nos congelaremos!