Capítulo 24:

"¡No! ¡Nuevamente el ataque dentro del propio colegio, que se ha convertido en campo de batalla y ninguno puede salir! ¡Necesitan ayuda urgentemente!"

La niebla era muy espesa a esas alturas, no se percibía nada en el patio, solo Flitwick, la señora Pince Madame Pomfrey y la profesora Vector estaban dentro del colegio. Filch, y el resto, habían salido en busca de Bastian, y algunos más que por el momento no se encontraban presentes justo en ese momento.

Los prefectos estaban poniéndose de acuerdo, de alguna manera, presentían que las cosas no iban bien y que debían estar preparados para todo, los alumnos de primero a quinto, ya se habían ido a resguardar dentro de sus casas, cerrando bien ventanas y estando alertas, al menos hasta que el resto de profesores regresara.

-¿Qué está pasando? – se preguntaba Harry recorriendo el colegio junto con Ron, hasta que se encontró a Hermione con Ginny, reuniendo a todos los del ED, para que se pusieran alertas.

-¡Harry! – Le llamaron - ¡Ron, vengan aquí!

-¿Qué sucede?

-Parece igual que la otra vez en Hogsmeade… nos estamos preparando… Podrían aparecer esas cosas otra vez…

-¿Y nosotros que podemos hacer? Nuestra magia no les afecta…

-En lo que llegan los profesores…

-Pero las chicas…

-¡Ellas que ni se metan! – Gritó Ginny - ¡Han sido las causantes de todo este lío, lo que queremos es que se vayan!

-Ginny por favor…

-Todos apoyamos la noción de Weasley – dijo Ernie – Pese a su cara bonita y haber caído del cielo, solo han traído problemas… Y presentimos que esta niebla significa eso…

-Justin intentó salir unos metros y atravesarla, pero es imposible, no puede ver absolutamente nada… se corre el riesgo de perderse o de caer en alguna trampa…

-Estaremos listos para lo que sea – dijo Cho – Nada nos detendrá…

-Pero no sean tan drásticos… Las chicas…

-No discutiremos eso… hablaremos seriamente con el director una vez que regrese…

Harry y Ron se miraron con decepción, sus compañeros estaban siendo muy injustos con las estudiantes de diosas, y el mismo sentimiento tuvo Hayden, Jon y Kieran cuando se enteraron de lo que ese grupito pretendía.

Kureme terminaba de formar la enorme barrera entre el mundo exterior y el colegio, los alumnos ya estaban atrapados y entonces, el ángel negro comenzó a utilizar todos sus recursos, a lo lejos, Ilona observaba el colegio encapsulado y se sentía terrible, no podía meter mas las manos, o entonces, el inframundo respondería y comenzaría un ataque hacia el cielo, y eso, eso era mucho más importante… porque una guerra entre el cielo y el infierno, haría que murieran los más vulnerables… la gente de la tierra.

-¡Dita, Lita, Nita! – llamó Kureme

-¿Qué quieres? – aparecieron las hermanas arpías

-Quedan algunos profesores… Vayan a encerrarlos, no quiero estorbos, pese a que su magia no se confronta con la nuestra, es fuerte…

-¿Acaso somos tus criadas?

-¿Y el resto de tus sirvientes?

-¡No tenemos que servir a tus deseos!

-Si no me ayudan no dejaré que se acerquen a los humanos que desean… y no les estoy pidiendo nada que no puedan hacer, solo quiero que encierren a esos adultos…

-¡Vamos pues! – Sonrieron las arpías - ¡Hagamos este trabajito y pensemos en atacar a esos humanos más tarde!

-¿Y ya sabes quien será tu esposa, Kureme?

-Lo decidiré en el último momento…

Lita, Nita, Dita, desaparecieron de inmediato, buscando hacer daño y encerrar a los profesores, para dejar indefensos a los alumnos, las estudiantes de diosas ya habían sido acosada por los alumnos de Hogwarts, quienes finalmente les acusaban de todo el caos que se había formado.

Así que todas lloriqueaban en uno de los salones, muy tristemente, porque en el fondo… era cierto, desde que se les ocurriera la maravillosa idea de bajar para explorar la tierra, había salido mal, el hechizo incorrecto, los problemas por parte del lado oscuro, poner en peligro la vida de los humanos…

-Deberíamos irnos…

-Pero lo que nos une a ellos…

-¿Y Chris, Nicole donde están¿Por qué nos abandonaron?

-Y sin decir una palabra…

-No me gusta nada esto… los necesitamos…

-No quiero irme – Murmuró Tanya – Pero comprendo lo que dicen, ellos han estado en muchos problemas por nuestra culpa…

-¡Pero entonces como abrimos la puerta del cielo!

-es cierto ¿Cómo subimos?

-¡No quiero dejar a mi lobito! – Chilló Elektra – Ya le estaba agarrando cariño…

-Si quieres tener una mascota, pide un sleipner para que lo cuides allá arriba…

-Necesitamos que Chris y Nicole regresen, solo ellos pueden encontrar otra solución para mantenernos más lejos de ellos.

-Huelo maldad afuera – murmuró Nenyeina – Tengo miedo… miedo porque esta niebla solo significa que la oscuridad está aquí… lo que no entiendo es cómo…

-Es verdad… hasta ahora, el colegio era seguro…

-Da igual – masculló Elektra – Por nuestra presencia todos están en problemas y nos los culpo por odiarnos…

¡AAAAAAAAAAAAAAAAAH! – se escuchó un grito horrendo.

-¿Qué sucede? – se pusieron alerta

-Problemas – saltaron de las mesas en donde estaban postradas, de inmediato, salieron al pasillo del colegio… y de nuevo comenzaba el horror, los alumnos de quinto y sexto que cuidaban los pasillos, comenzaban a correr y a resguardarse.

-¿Por qué están corriendo?

-¡Nos atacan! – Gritaron algunos mientras corrían, sin detenerse - ¡Ellos nos atacan!

-¡Socorro!

-¡Oye detente, que sucede! – le ordenó Tanya a una chica que corría en esa misma dirección

-¡Nos ata…! – alcanzó a decir y de pronto se detuvo, con los ojos bien abiertos, ya no pudo continuar, no pudo decir más nada, se quedó pasmada.

-¿Qué le sucede?

-No lo sé ¿Estás bien? – se acercaron lentamente.

-¡Mira! – señaló Nenyeina el pecho de la chica, cuando comenzó a brotar un hilillo de sangre de él.

-¿Qué significa esto?

La respuesta fue inmediata, dos vampiros sobrevolaron sobre ellas, siguiendo a los jovencitos que seguían corriendo y gritando, las diosas se quedaron sin habla, y se quedaron más heladas, cuando un vampiro alto y flacucho caminaba a un metro de distancia de la joven atacada y él aspiraba su pajilla, cuando vio a las estudiantes se detuvo y sonrió mostrando sus dientes que escurrían de sangre.

-Hola preciosas…

-No eres un vampiro ordinario – gimió Mariana

-¡Es el que nos atacó a Ana y a mí! – Chilló Nenyeina - ¡Es un Krolo!

-¿Un Krolo¡Imposible!

-¿Y donde está esa traidora llamada Ana? – se acercó a ellas aventando a su víctima, afortunadamente viva.

-He escuchado de los Krolos – tembló Tanya – No son vampiros ordinarios…

-Pero los que pasaron volando si lo son…

-¡Las diosas son muy preguntonas! – Rió escandalosamente el krolo – Pero tienen razón, los otros son vulgares vampiros a mi servicio, pero por el momento no perderé tiempo con ustedes… yo seguiré comiendo – se relamió los labios y desapareció en ese instante.

-¡Por el ser supremo! – chillaron y se acercaron a la chica, seguía goteando sangre de su pecho.

-¿Qué es esto?

-No las muerden… no las muerden – comenzó a balbucear Alkyon - ¿Cómo les están quitando la sangre?

-¡Ana debe saberlo¿Dónde está?

-Siempre anda con los chicos de Beauxbutton o en la enfermería con Joe… ¡Vamos a buscarle!

-¿Y que hacemos con los vampiros? Ni siquiera sabemos cuantos hay dentro del colegio…

-Los amigos de Harry dijeron que no interviniéramos – Murmuró Mariana.

-Ellos no podrán con los vampiros ¿acaso piensas hacerle caso?

-No

-¡Entonces vamos! – chillaron, pero justo cuando iban a correr, surgió lo que temían.

"Y yo le pido al ser supremo celestial que me perdone, nací en el fuego eterno, el señor me perdonará por haberme llevado unas almas, pues ante sus ojos los humanos que creó son un error y ante los ojos de leviatán son tropilla para su reino"

-¡NO!

-¡Ellos de nuevo! – y de repente, varios Niños de Absalón aparecieron frente a ellos, de tono amenazante, sobre todo Mykael, el de los únicos con nombre.

-"Esta vez no escaparán"

-¿Y ahora que hacemos? – se miraron unas a otras.

-Tendremos que volver a pelear…

-¡Los vampiros seguirán succionando la sangre a los muchachos!

-No tenemos más remedio…

En tanto, Bastian había salido de la casa sin permiso, sin ser visto y estúpidamente, preocupado por Elan, cuando de pronto, frente a él, en uno de los pasillos apareció un vampiro, el chico sintió un aire helado al ver esos colmillos y la mirada oscura y rojiza, ese ser sacó la pajilla y comenzó a aspirar, pero…

-¿Qué demonios? – gruñó el vampiro.

-¡Eres un vampiro!

-Sorpresa humano… ¡Pero no tienes las agujas! – Espetó – Pero no importa ¡Te morderé el cuello!

-NO TE ATREVAS A TOCARLO – Salió Elan de repente, apareciendo frente al vampiro.

-Es mío, lo morderé…

-JAMAS – Gruñó Elan y sus ojos se volvieron rojos y sus cabellos se agitaron y sus alas negras salieron… y Bastian casi se desmaya del susto… y más todavía cuando de repente, ella alzó sus manos y sus uñas crecieron cual si fueran filosas cuchillas y lo atravesó en la garganta del vampiro, alzándose con las alas, franqueándolo en la pared a una altura razonable.

-GGGGGGGGG – escupió sangre oscura y muerta - ¡M-m-maldita!

-Te dije que no lo tocaras – dijo entre dientes furiosa alzó la otra mano y un trozo de madera se despegó de una silla de madera que había cerca y voló hasta sus manos – Si alguien le hará daño, esa seré yo…

-T-traido…ra

-¡Cállate ya! – espetó y sin piedad (que no la merece) le enterró el trozo de madera en el pecho, dejándolo clavado y blandiéndose en la pared, y descendió al piso, con el rostro salpicado de la sangre oscura y muerta del vampiro.

Se volvió hacia Bastian, quien tenía los ojos desorbitados y no podía articular muchas palabras, estaba horrorizado de ver a su bella novia Elan, convertida en un ángel negro, con la mirada fría y el semblante fuliginoso.

-¿Estás bien? – se acercó a él, pero el chico retrocedió asustado y eso puso un poco confundida a Elan… y es que una cosa era que se topara con un bello ángel del cielo a toparse con uno del infierno.

-¿Qué eres? – murmuró

-¿Te salvo y así me pagas? – rechinó los dientes

-¿Qué eres? – repitió.

Y Elan tuvo el impulso de enterrarle las uñas en el cuello como al vampiro, pero lo único que alcanzó a hacer, antes que la rabia la cegara, alzó la mano.

-¡Obliviate! – hábilmente, le hizo olvidar los últimos diez minutos de sus recuerdos y el joven quedó como perdido, ella completo dándole un lanzamiento por los aires golpeándose el chico con la pared y un hilillo de sangre se deslizó por su frente.

-¿Qué ha pasado aquí? – Apareció Ana, mirando a Bastian por un lado y al vampiro estacado por el otro.

-Kureme trajo vampiros… y un krolo… el de la otra vez… tendrás que deshacerte de el, porque te anda buscando… a ver cómo le haces…

-¿Dónde está?

-No lo sé…

-¿Y que le pasó a Bastian?

-El muy idiota, me vio transformada y casi me desprecia… debí matarlo ahora mismo… - dijo con los dientes apretados y una rabia interna que apenas y podía dominar ¿acaso quería llorar?

-¿No lo aspiró el vampiro?

-No tiene las agujas succionadoras…

-¿Le pusiste un hechizo para protegerlo¿Qué te pasa Elan?

-¡No hice tal cosa! – Se quejó – Yo no sé porque sucedió eso…

-Ese invento de las agujas succionadoras es hasta benéfico para los humanos, porque les aspiran la sangre sin tener que morderlos y así no se convierten en vampiros… aunque se queden sin gota de sangre.

-No sé porque no permití que este vampiro lo mordiera – siguió protestando Elan en contra de Bastian – debí haberlo dejado o eliminado en este instante…

-¿Qué te detiene? Es solo un humano más… que te importa que se muera… deshazte de el, te estorba… ¿Qué estás esperando, eh?

-Si bueno… no quiero hacerlo…

-Dame una razón…

-Te daré una larga explicación, total, a estas alturas probablemente el krolo esté mordiendo el cuello de Joe… pero que importa, es un humano más, y no creo que te importe ¿verdad? Supongo que el krolo ya sabe que estás ligada a ese chico.

Ana miró por unos segundos a Elan y sin decir una palabra, se dio vuelta y desapareció, Elan terminó con su transformación y se arrodilló a donde estaba Bastian y le acarició el rostro con rabia y casi le escupía cuando le reclamaba al chico inconsciente.

-No te atrevas a despreciarme una vez más, Bastian, no te atrevas… porque si lo haces, te mataré sin piedad, no eres nadie para tratarme de esa manera… ¿Oyes¡Si me vuelves a despreciar te elimino!

Y de nuevo, esas malditas lágrimas oscuras escurrían de nuevo por su rostro ¿Qué le estaba sucediendo¿Por qué le pasaban esas cosas? Lo que la despertó, fue el griterío y los hechizos que se sentían muy cerca de los alumnos que se defendían.

Mientras tanto, por parte de las estudiantes, las cosas no iban mejor, habían comenzado su lucha con los niños de absolón, pero Mykael, había ido en busca de Potter, y Mariana no podía ir a defenderlo nuevamente.

-¡No veo a Mykael! – gruñía Mariana mientras con la espada atacaba a los niños de absalon que les lanzaban poderosos hechizos y con esa eterna habilidad de acercarse y alejarse, era un poco complicado que ellas les atacaran bien, aparte que la suerte de sus humanos les tenían con pendiente.

Y si era para temer, pues Harry y Ron hacían todo lo posible por detener a los vampiros, Luna por ejemplo, andaba con su collar de ajos y unas estacas de madera vieja que había arrancado de unas sillas. Ron se encontraba más verde que nunca, Neville también les acompañaba, y el resto de los ED, planeaban sus estrategias, ya habían contabilizado cono veinte vampiros, pero lo que no sabían era cómo se dedicaban a atacar ahora…

-Aún no muerden – gruñía Justin

-Es verdad, todos estamos bien, algunos desmayados, pero es por el susto seguramente, les hemos revisado y no tienen mordidas, por lo menos eso va bien.

-No lo sé, no me gusta nada…

-¿Por qué?

-Porque no creo que solo estén paseándose por aquí, se supone que deben estar atacando y sólo hay desmayados, algo me huele raro, no es normal… los vampiros se detienen a un metro, y nuestros compañeros solo se desmayan.

-Es como si les chuparan la sangre a larga distancia – respondió Luna distraídamente y Harry le miró detenidamente.

-Imposible…

-Es lo que yo digo…

-¿Qué hacemos, seguimos combatiendo con los hechizos que nos ha dado el profesor de defensa?

-No tenemos otro remedio…

Los chicos salieron de sus escondites, algunos miembros del ED seguían lanzando sus hechizos a los vampiros que hábilmente volaban y se detenían en las paredes o en el techo, cerca y lejos de ellos, desviando sus hechizos y burlándose.

-¡Tenemos que lograr darles! – gritó Harry tomando su varita con ganas justo cuando Mykael se apareció frente a el, sonriéndole con ternura.

"Al señor que me perdone por servirle al demonio, yo le pido al señor que me perdone, por eso me confieso, mi alma no es color de rosa, gatilleros somos, yo le pido al señor que me perdone"

-¡No, otra vez! – Chilló Harry

-Y esta vez, tener el toque del ángel no servirá de nada Harry Potter… ésta vez, te unirás a tu madre…

-¡Otra ves esos niños!

-No son niños… son demonios… No tenemos otro remedio, ustedes traten de detener a los vampiros y yo me enfrento a esta cosa.

-Estás acabado Potter…

-¿Acabado? Eso lo veremos – le apuntó con su varita esperando el ataque de Mykael.

-¿Qué esperan? – Apareció de repente Mykael a lo lejos, al lado de los vampiros – Succiónenlos – y apareció de nuevo frente a Harry.

-SI – gritaron y de pronto, Ron que estaba más cerca de Harry se puso pálido, muy pálido, el color se iba de su rostro y de pronto, el pelinegro, se fijó en un detalle… una gota de sangre resbalaba por el pecho de su amigo, mientras que un vampiro que se había detenido a un metro de el, aspiraba la pajilla y ésta se pintaba de rojo.

-¡RON, ALEJATE DE EL! – Gritó Harry, pero Ron solo alcanzó a verle, cuando sus ojos se pusieron en blanco y se derrumbó en el piso, inconciente – NOOOOOOOOOOOO

-Tus aliados son muy idiotas – sonrió Mykael, apareciendo y desapareciendo frente a Harry, impidiendo que avanzara hacia Ron – Por eso merecen que los maten.

-¡Me desharé de ti! – Gritó Harry - ¡Toque del Ángel! – envió el hechizo.

-¡Oscuridad! – atacó Mykael, y un halo oscuro chocó contra el toque del ángel que Harry había enviado, pero el de los ojos verdes no se concentraba, preocupado por Ron, quien parecía muerto, no reaccionaba y el vampiro que le había atacado, se limpiaba la sangre que escurría por sus comisuras.

-¡Toque del A…! – ya no terminó su ataque, porque la oscuridad lo aventó metros atrás, haciendo que se golpeara con los muebles.

-Te mataré…

-¡Oscuridad!

-¡Isolathing Luminous! – de repente brincó Kieran atacando con un hechizo común que hacían las diosas y que tuvo reacción, porque el hechizo de Mykael se desvió.

-¿Copiando hechizos humano? – gruñó el Niño de Absalón

-¿Estás bien Harry?

-Si, gracias Kieran ¿Cómo es que?

-Japi me enseñó el hechizo… pero no me funciona tan bien por mi tipo de magia…

-¿Crees que pueda utilizarla con solo mencionarla?

-No lo creo… Ella estuvo una semana mostrándome como… sólo tienes que concentrarte con el toque del ángel… y con eso lo acabarás…

-¡Bien! – Respiró Harry profundamente, mirando a Mykael, que le sonreía traviesamente – Luego me lo mostrarás…

-Te ayudaré – Dijo Ki, pero en eso, trastabillo

-¿Qué pasa? – se volvió Harry y palideció, tras ellos, un vampiro succionaba una pajilla y al ver a Ki, de su cuello, manaba una insulsa gota de sangre, pero Kieran estaba palideciendo y bastó un segundo.

-¡Kieran! – gritó Harry cuando lo vio desvanecerse.

-No ataquen a Potter, es mío – dijo Mykael alto – Ahora si Potter, sin estorbos… el creador estará feliz con tenerte en sus filas, alguien tan puro de espíritu como tú… pero tu madre espera…

-¡Voy a acabarte!

-Si claro – sonrió el pequeño, y de repente, se levantaron los muebles, y la madera crujió, cuando Harry se percató, la tela se rompió y miles de fragmentos puntiagudos de madera estaban flotando en el aire - ¡A él! – sonrió el pequeño y los fragmentos de madera que parecían astillas enormes, se dirigieron a toda velocidad hacia Harry.

-¡Wingardium Leviosa! – Agitó su varita el moreno, haciendo que un escudo de una armadura se posara frente a el, haciendo que las astillas rebotaran en el, aunque no todas, algunas le rozaron su ropa y rasgaron la tela y algo de piel, pese al dolor, no se desconcentró, o alguna astilla podría enterrársele en su garganta.

-No deberías prolongar tu agonía…

-¡Guarda silencio niño infernal!

-Solo quiero jugar contigo un momento – Sonrió el pequeño y alzó de nuevo las manos, haciendo que los vidrios de las ventanas crujieran y que los miembros del ED aún de píe que andaban por esos lugares, se alejaran con los vampiros tras ellos.

-¡No otra vez!

-¡Vamos a jugar Potter! – tronó los dedos y el vidrio se desquebrajó en mil pedazos y las piezas flotaron frente a Harry, quien solo veía como los trozos se acercaban amenazadoramente – soy tan bueno, que te doy ventaja…

-¡Expelliarmus!

-¡Destrocen su cuerpo!

-¡Wingardium Leviosa! – hechizó dos veces seguidas, una para alejarlos un poco y otro para levantar de nuevo el escudo que ya se había caído al piso.

-¡Vamos Potter, juega un poco más! – y el niño alzó de nuevo las manos y en ésta ocasión, se formaron en el aire, numerosas estalactitas de hielo - ¿Esto te recuerda a Icegirl?

-¡No me vencerás!

-¿Vencerte? Yo solo estoy jugando… por el momento ¡A él!

-¡Inflamarus! – Aventó el hechizo del fuego, haciendo que por lo menos algunas de ellas, se achataran de las filosas puntas, pero eso no impidió que algunas le cayeran encima, provocándole heridas sobre las que ya tenía – AAAAAAAAAAAH, MALDICION, DUELE…

-Oh, si… sangre Harry, tu sangre tiene un adorable color rojo vivo – sonreía el pequeño – Pero si sigues sangrando, los vampiros te la succionarán... y yo quiero acabar contigo antes que eso pase…

-¡Toque del Ángel! – volvió a atacar Harry

-¡Maléficos partieris Morte Moriatur domino solt! – contraatacó Mykael, con un halo oscuro mucho más amplio y extenso, que de repente parecía envolver a Harry, pese a que el toque del ángel era poderoso, pero finalmente Mykael tenía razón, él no era como todos los niños de absalón… era de los pocos con nombre.

-¡Toque del ángel, intensifícate! – Gritó Harry, tratando de que la oscuridad no lo envolviera.

-Tonto – sonrió Mykael – No quería matarte en seguida… pero… ¡Maléficos partieris Morte Moriatur Harry Potter!

-AAAAAAAAAAGGGGG – gritó Harry al sentir como la oscuridad comenzaba a ahorcarlo.

-¡JAJAJAJA! – Soltó la carcajada el pequeño, por lo menos, de los sirvientes soy el menos cruel… ¿Lo sabías? Y el menos hipócrita, porque solo te quitaré la vida… Pero los tronos… aquellos que son fieles obreros del cielo… primero te arrancan el corazón y luego te bendicen…

-¡Maldito! – Gimió Harry sintiendo que su toque se debilitaba y que la oscuridad lo asfixiaba.

"Dios mío perdóname… yo le pido al señor que me perdone, yo le pido al ser supremo celestial que me perdone"

-¿Ya estás viendo las puertas del cielo Harry Potter¿O las del infierno? Pero no soy optimista, sé a donde te irás…

-¡To... que... del... án... gel! – Dijo el ojiverde entre dientes, tratando de intensificar su hechizo, pero el poder se esfumaba de sus manos lentamente.

-No te bendeciré, no te alabaré, no te expiaré las culpas, no serás un santo… solo morirás Potter… y ni tu ni tus amigos, podrán sobrevivir a esto…

-¡Tengo que hacer algo! – pensaba Harry con desesperación, pero la oscuridad comenzaba a elevarlo del piso, ahogándolo, y entró en pánico cuando soltó su varita, porque sus manos y el resto de su cuerpo de debilitaba.

"Harry, resiste" – Escuchó el chico al borde del desmayo.

-¡Harry! – También Mariana se distrajo, mirando a todas partes - ¡Harry está en peligro!

-¡Mariana no te distraigas!

-¡Tengo que ir a salvarlo! – Chilló la estudiante de diosa de los deseos, pero no pudo.

-¡No irás a ningún lado! – Se interpusieron otros niños apareciendo de la nada - ¡Antes te eliminaremos!

-¡Por Madre, tengo que protegerlo! – tembló los labios de desesperación.

El Krolo apareció frente a Joe en la enfermería, el jovencito se tensó al ver el ser monstruoso, que se relamía los labios con su lengua viperina, y desplegando sus alas picudas negras y enormes, Joe no podía moverse, pese a tener los conocimientos como para poder defenderse de un ser como el.

-¡Huelo a Ana en ti!

-¿Ana?

-¡Quiero a esa traidora aquí o te morderé y me comeré tu carne y beberé tu sangre!

-¡No eres un vampiro común!

-Claro que no… soy un Krolo, un ser oscuro, somos los dioses de los vampiros, somos unas criaturas que van más allá de tu imaginación.

-Déjalo en paz – dijo Ana tras el – Aquí estoy…

-¡Ah! La traidora… - Sonrió el Krolo

-¿Quieres matarme? Ven por mí imbécil…

-Claro que voy por ti y después… por este humano…

Ana desplegó sus alas y se alejó por los pasillos, volando, seguida por el krolo, quien iba tras ella con los ojos brillando, porque al fin tendría su desquite y su venganza, pensando en destrozar a Ana y llevarle lo que tenía por corazón al líder de los Krolos, durante su vuelo por los pasillos, Ana pudo observar a muchos desmayados en el piso, ya que les habían succionado la sangre.

En tanto, Harry ya estaba poniendo los ojos en blanco, el aire ya le faltaba y sentía que todo comenzaba a borrarse, que estaba viendo las imágenes de su vida pasada y le daba coraje, coraje de no poder hacer nada.

"¡In cello et in terra filat voluntas tua, Gloria Spiritui Sancto!"

De repente se escuchó esa oración, y Harry cayo al piso, y parpadeando un par de veces y tragando el aire, vio el rostro de Mykael, con los ojos entornados, abiertos y mirándolo fijamente, al principio no entendió…

-He regresado – se escuchó una voz, y Harry observó que el Niño de Absalón, tenía una espada atravesada en el pecho, cosa casi imposible de hacer.

-¿Qué?

-¡Y no estoy contento! – Y la espada lo partió en dos, y mientras caían las partes del niño y se convertían en polvo, Harry vio a alguien que conocía, pero totalmente cambiado.

-¿Quién… quien?

-Ya no son nada para mí…

-¿Chris?

-Hola Harry…

-¿Qué te paso? – gimió el chico, Chris andaba con el cabello un poco largo que le cubría hasta los ojos, barba de tres días, un piercing en la ceja, otro en el labio inferior y un zarcillo en forma de colmillo en la oreja izquierda, aparte, vestido totalmente de negro, cargaba un cigarro en la boca y su actitud parecía más agresiva.

-Casi nada… Me tendieron una trampa y me enviaron casi al infierno, pero salí de ese lugar, ya estoy fuera, pero el daño en mi interior es irreparable…

-¿Por qué?

-Porque ya me gustan cosas que no imaginaba en sueños… Porque ahora solo esperaré que se abran las puertas del cielo, para poder purificarme… pero de mientras, estoy tan contaminado con la inmundicia, que no me importa nada… hasta que se abra…

-¿Quién te entrampó?

-Está aquí en el colegio… lo encontraré y lo destrozaré con mis propias manos – dijo entre dientes – le haré pagar todos sus pecados, le haré pagar mi sacrificio de espiritualidad e ingenuidad…

-¿Chris? – Chilló Ginny al llegar corriendo y verlo ahí de pié, junto a Harry, parecía un darketo.

-Hola pelirroja – le saludó escuetamente - ¿Me extrañaste?

-¿Qué te paso?

-¡Gin! – Gritó Harry cuando vio a un vampiro escalar el techo y comenzar a aspirar la sangre de la chica.

-¡Oh! – Gimió Ginny al sentir una punzada en el pecho y a marearse, la gota de sangre comenzó a escurrir.

-¡No los muerden, los succionan! – gritó Harry a Chris, quien solamente hizo un movimiento con la mano y una estaca se enterró en el pecho del vampiro.

-AAAAAAAGGGGGGGG

-¿Qué-que paso?

-Debo buscar a ese maldito ¿hay mas vampiros?

-Son muchos, y también, las estudiantes, están rodeadas de los niños malvados esos…

-Entonces vamos a acabar con los vampiros y con los niños de absalón… para la mala suerte de ese desgraciado que hizo esto, es que he vuelto y más fuerte que nunca…

Chris comenzó a caminar rápidamente, Harry lo siguió casi corriendo, y Ginny tras el, ni en cuenta que Ron yacía medio muerto a unos metros de donde estaban.

-¿Qué le pasó a Chris?

-Dice que lo enviaron al infierno…

-Sí que le sentó bien – sonrió la pelirroja y Harry solo negó con la cabeza ¡Se suponía que en el cielo, los ángeles no tenían aspecto de delincuentes juveniles!

A su paso por los pasillos del colegio, Chris no malgastaba muchas energías, fácilmente acababa con los vampiros que se encontraba a su paso, pero se detuvo cuando vio a Ana pasar volando sobre el techo, siendo perseguida por el krolo.

-¿Quién era?

-Ana

-¿Qué le persigue?

-Un krolo… pero no me preocupo… tendrá ayuda ¡Vamos con las chicas! – ordenó y siguieron avanzando.