Capítulo 4

Lo observaba detrás de las vigas de la escuela sonrojándose en el intento, bajo su ventana en las mañanas antes de salir, él pasaba con su hermano este era un hombre muy diferente a él, severo trémulo y serio por lo que no pegaba nada con Draven, eso pensaba la gente a simple vista, Sona creía que eran una relación dinámica, se complementaban y necesitaban del otro para soportar por eso ella había aprendido en todo ese mes a tenerle un profundo respeto a Darius y sabía que de esa forma también ganaba el respeto de Draven, pues el ultimo atesoraba a su hermano como su única familia y quien probablemente había tenido que sacarlo adelante. En todo el tiempo que estuvo tan cerca de él pudo distinguir el amor y admiración tan grande que Draven le tenía a su hermano y como este era silenciosamente recíproco a pesar de vivir ambos en una situación complicada donde casi todos los días sólo se peleaban por una cosa o la otra.

Secretamente le alegraba hacer parte al menos por algunos momentos de aquella dinámica familiar, incluso adentrándose a la intimidad e historia familiar, eso le hizo recordar cierto día.

Dos semanas desde que las tutorías iniciaron:

-Pasa niña, Draven aún no llega-

Aquello era extraño, Draven siempre estaba allí esperando con los pies sobre la mesa a esa hora, cerró la puerta tras ella y dejo sus cosas en la mesa para seguir al hermano mayor hasta la cocina, ese día no olía a aceite quemado.

-se supone que hoy sale a jugar baloncesto con los del equipo de Noxus- dijo apenas la noto en el umbral de la puerta para seguido murmurar algo entre dientes -en realidad está gritándole a su padre lo patético que es a su causa- murmuro sin preocuparse por cuidar lo que decía sobre la vida personal de su hermano o si ella siquiera entendía algo -si quieres puedes irte a casa-

"está bien" hizo un par de señas tras eso que Darius no le entendió y ella le explico de nuevo con una frase que el mismo usaba "que puedo hacer para ayudar" Darius le señalo una tabla de picar con tomates y ella se lavó las manos.

-los sofritos con ajo y cebolla son sus favoritos, solíamos comerlos mucho, en la estación a veces nos obsequiaban legumbres y nunca se cansaba- la morena asintió para empezar a picar. Durante el tiempo que ambos estuvieron en la cocina e incluso después solo hubo un silencio profundo que se rellenaba solo a veces con comentarios sobre donde estaban las cosas y que podía hacer para ayudar. Darius seguía manteniendo un trato distante con ella a pesar de lo cercana que se creía ella misma en su casa, pero eso no la alejaba, sonreía, siempre lo hacía y sabía que eso lograba que estuvieran tranquilos, no como si fuera solo una invasora.

Cuando Draven volvió a casa ya se había pasado el tiempo de clases, Darius jugaba Mortal Combat con un cable HDTV pegado a la laptop vieja que compartían mientras ella terminaba de tapar el único plato de comida que seguía en la mesa junto con su morral azul oscuro, hicieron arroz, papas cocidas y luego freídas y esa salsa de tomate.

Ella le sonrió, traía la ropa curtida y el cabello suelto, completamente desordenado ¿realmente había estado jugando baloncesto? Quizás si lo hizo, luego de visitar a su padre, a lo mejor vivía lejos de allí.

- ¿Qué hace ella aun aquí? - entro tirando sus cosas al piso junto con los zapatos y las medias con aspecto mohoso debido a la tierra

-usa unas putas sandalias- le reclamo el mayor poniendo pausa.

-hoy no es un buen día para que molestes Darius, échala de aquí-

Sona se sentía fuera de lugar Draven ni siquiera miro la mesa, paso de largo y en menos de un segundo se escuchó el agua caer de la regadera. Miro al mayor y se arrepintió, el juego aún estaba en pausa y él le devolvió la mirada, una vacía mirada no entendía que le trataba de decir o si al menos decía algo.

Tomo su morral con rapidez dispuesta a irse sobre sus pies.

-puedes venir si quieres- ¿A dónde? Quiso preguntar, pero supuso que no debía preguntar.

Se detuvo.

-te vez lo suficientemente de luto o algo así-

Lo vio nuevamente y se inclinó ruborizada. No era su lugar ni su problema no llevaba más de unas semanas allí, era una desconocida, pero deseaba quedarse, deseaba ver a quien recordaban ambos con tanto anhelo que aun parecía reciente. Apretó sus puños.

-déjala fuera Darius, ella no es nada nuestro. – apareció el moreno solo con la cara lavada.

Esta vez tomo la oportunidad para huir.

Esa fue la parte que vivió ella ese día.

Más tarde con el trascurso del tiempo hasta ese día, un mes exacto, lo supo. Si, Draven iba cada mes a practicar con el equipo del que hacia parte cuando estudiaba en el Noxus, colegio que quedaba bastante lejos de allí sin embargo era solo una vez al año cuando iba al cementerio cercano a esa escuela y luego con su hermano en la noche al crematorio donde guardaban los restos de su madre en una habitación de cristal y paneles con regalos, era más de lo que Sona suponía que los chicos podían pagar, sabía que Lestara pagaba el arriendo de uno de esos cuartos para su madre, el caso es que eso lo pagaba la familia de la madre de los chicos.

Lo más impresionante es que lo estaba escuchando de Draven solo un mes luego de que ocurriera esa escena.

Ambos tomaban el almuerzo en una banca de los jardines, Lux salió con algunos disparates para huir de allí tan pronto vio a Draven acercarse con un pan empacado en una bolsa y un jugo de caja.

- ¿iras al Noxus ahora? - le escribió en su libreta después de escucharlo hablar, ese día no era de luto, pero suponía que no podría romper las tradiciones por una clase de lenguaje de señas.

-claro muñeca, los lobos de Noxus están bajando mucho el rendimiento sin mí, no serán capaces de romperle el trasero ni a los Vastaya de Jonia a este ritmo-

Draven era una persona demasiado competitiva cuando se trataba de deportes, odiaba cada vez de Darius le ganaba en algo en la consola, pero más importante tenía un sentido de pertenencia demasiado arraigado, aunque Demacia tenía su propio equipo, los caballeros, se había negado a jugar para este equipo alegando cosas como que era vomitivo que su mascota fuera una especie de pollo hibrido con vaca, se suponía que era un coloso.

-deja de ponerte nerviosa con todo lo que digo- ¡a cierto! seguía tocándose el cabello y titubeando antes de verlo a los ojos, a veces simplemente olvidaba que lo hacía, como un reflejo.

Asintió una vez, pero debió imaginar que era una trampa cuando los labios rígidos y secos de Draven se posaron en su frente todo de ella se volvió inconsistente y su rostro empezó a hiperventilar.

Draven no era un caballero y definitivamente no jugaba limpio con ella.

-me voy muñeca, no tienes que molestar a mi hermano hoy.

Entonces desapareció dejando la basura en la banca.

Sona se dedicó a recogerla con cuidado y sacudir las migas sin dejar de pensar en lo que acababa de pasar y como intentaría evitar tocar su propia frente durante lo que restaba del día cuándo algo detrás de ella la hizo sobresaltarse. Alguien bostezando.

Tuvo que voltear para verlo sacarse las hojas de su largo cabello, había estado durmiendo detrás de un arbusto, más importante, usando su morral como almohada. Toda la parte trasera de su blanca camisa estaba curtida no pudo evitar pensar que estaba viendo a un sujeto más raro aun que Draven.

Era un chico atlético, alto y de aspecto fino, recordaba haberlo visto en algún lado, sin embargo, ahora trataba de quitarse las hojas y palitos del cabello con dificultad.

- ¿y tú qué haces allí niña? ¡ayúdame! –

Sonrió sin querer, de echo le pareció que era demasiado chistoso como para tomarlo enserio ¿alguien realmente podría dormir debajo del sol? Realmente no podía evitar pensar en Draven, mientras lo veía se sonrojo y tapo su boca mientras seguía riendo sin emitir sonido.

-que tonta más fastidiosa- dijo irritado, él le llevaba algunos centímetros así que con cuidado se puso sobre la banca y empezó a retirar con un cuidado casi quirúrgico cada sucio del extremadamente largo cabello.

Lo vio tomar su morral sin decir nada más haciendo con agilidad una extensa trenza con su cabello –a si, como te llamas. - exigió saber el extraño, Sona intento tomar su libreta, pero eso solo exaspero al extraño - ¿sabes? no me importa, ya me largo niña-

Fin del capítulo 4. Una vez al año.


Gracias por comentar:

Junglamanco me sacaste una risotada, espero estes disfrutando la historia.