Capítulo 24.

Los últimos días más que nunca estaba desubicado, Draven nunca se había caracterizado por ser el bombillo más brillante del candelabro, eso le constaba a media Noxus y media Demacia, sin embargo, a pesar de parecer lo contrario, aun le quedaba algo de sentido común, y su instinto era lo suficientemente agudo como para entender que algo no iba bien, y ese algo era su culpa, entonces la cuestión era ¿Dónde había metido la pata esta vez?

¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¿¡Que hice!?

-¿Qué hiciste?- no podía llevar la cuenta de cuantas veces Darius le había preguntado aquello y tenía sus razones, le relato todo lo que paso esa noche y lo único que su hermano mayor le pudo decir es que debió olvidarse de algún detalle importante, cosa que no ayudo en nada porque estaba seguro de haberse comportado bien, ya era el quinto día... el quinto, esto ya era demasiado.

-¿Tienes el número de Lux? Llámala- pidió como medida desesperada, al menos su mejor amiga debía saber algo al respecto.

-¿Finalmente te chiflaste verdad?- le devolvió molesto el mayor.

-No me he chiflado nada ¡Van cinco días Darius! cinco días sin que la muñeca me dirija la palabra-

-Bueno puedes empezar preguntándote que hiciste...-

-Es que esa es la cuestión ¡no hice nada! ¡¡NADA!! Me porte tan bien que el propio Swain podría felicitarme.-

-han pasado mucho más tiempo separados, no sé cuál es tu drama

-sí, sí, lo sé, pero nunca así, ella respondía mis mensajes-

-¿y no puedes solo pensar que está ocupada? es una artista, una buena estudiante, hija de una miembro de la crema innata de esta sociedad, es víspera de año nuevo pienso que solo estas exagerando-

Draven recordó la forma enfadada en la que se fue tras bajar del taxi y su posición se mantuvo firme.

-no lo estoy, y ya estoy malditamente cansando, si Sona Buvelle está jugando con Draven Cyrus- una mirada seria en la cara del menor hizo temer a Darius por la próxima estupidez que pudiera hacer– va a encontrar con quien jugar-

-no hagas nada de lo que te arrepientas luego – le menciono en vano pues Draven ya se había ido como una bala de la sala.

Lo vio agarrar los tenis de debajo de la cama y se los puso sin buscar unas medias

- ¿¡A dónde vas!?- pregunto con los brazos cruzados viéndolo ir de aquí por allá cambiándose la ropa sucia por otra más limpia que yacía en el piso de su cuarto.

-a buscarla, sea lo que sea que esté pasando por su cabeza, tengo primero que asegurarme de que todo anda en orden- dijo mientras se ponía un sweeter marrón que le habían enviado de regalo.

-eres un cabezón, si su madre te sermonea, no me molestes a mí- bufo, pero le dejo resolverlo como quisiera.

Draven no hizo caso a la parte racional en su mente que le indicaba lo intenso que estaba siendo al ir e invadir su casa a un día para año nuevo, pero su mente y su cuerpo también le indicaba otra cosa, ya sea que ella está enojada o no con él, bastaría con verla para tranquilizar toda esa ansiedad.

Dejo su teléfono en casa y fue casi trotando unas cuadras más hasta la bonita casa de dos pisos, donde ya había sido invitado antes, toco la puerta una vez, justo cuando iba a hacerlo de nuevo una mujer alta con unos conservadores jeans grises y una blusa sin mangas, perfectamente maquillada y revisando molesta su bolsa de mano abrió la puerta ignorándole por completo.

-se.señorita Buvelle- Lestera respingo al verlo y reconocerlo.

-oh si, ¡Draven no te esperaba! Dijo ella acomodándose el bolso de cuero –Sona no me ha dicho nada- expuso desconcertada con una sonrisa forzada que aun así se veía bastante espectacular.

-solo pasaba a saludarla un momento- dijo casual.

- ¿ah sí? - Lestara se lo pensó un poco, debía salir y definitivamente no iba a dejar a su hija con un chico que aparentaba ser tan atrevido, pero también sabía que Sona estaba con una amiga.

-¿Sona está?- pregunto él.

Lestera miro su reloj, hace unos segundos había recibido una llamada nada agradable y con el firme pensamiento de que tanto Juliet como esa chica extraña estaban allí se hizo a un lado.

-está en su habitación, Juliet está en la cocina limpiando, bienvenido- Le indico a lo que él le sonrió ladino

-se ve preciosa hoy señorita Buvelle-

-soy bastante consiente de eso- guiño un ojo con picardía para marcharse rápidamente esta vez dispuesta a encontrar las llaves de su auto en el bolso.

Draven ya sabía dónde estaban las escaleras, pensó que no hallaría la habitación de su Sona pero en realidad no fue muy difícil. Una vez en el segundo piso escucho el estridente sonido de un instrumento siendo tocado de forma inexperta, y supo que había alguien más que Sona en ese lugar porque ella no tenía ningún instrumento de viento.

La puerta estaba abierta y ni siquiera toco cuando lo vio, una escena bastante provocadora la cual le habría causado ternura, incluso un poco de atracción ante la maravillosa visión de dos mujeres prácticamente perfectas tan entrelazadas de no ser porque (aunque no la conocía muy bien) sí que sabía quién era la persona detrás de Sona, sosteniendo sus brazos y guiando sus dedos mientras la virtuosa soplaba lo que parecía ser un saxofón. Cuando entro a la habitación los pares de ojos femeninos denotaron susto y luego sorpresa, Sona estuvo a punto de sonreír cuando la mano de Draven agarro con fuerza la muñeca de Janna apartándola de ella.

-¿¡qué haces!? -Se quejó la rubia con indignación, de hecho, la misma Sona estaba completamente anonadada con la escena.

-aléjate de ella- susurro muy cerca pero completamente audible para ambas mujeres. Sin embargo la sonrisa jocosa de Janna solo era visible para él.

"¡que rayos haces!" Sona de levanto de su trance para agarrar el brazo con el que Draven sostenía a la chica "tú, bruto" dijo mentalmente. Draven trago y apretando sus labios en una línea, soltó a Janna.

Era cierto que solo la había visto algunas veces, era una de las mejores amigas de Sarah, pero sabía lo suficiente, lo suficiente para inferir que Sona se acababa de convertir en la nueva obsesión de Janna, quien con su elegante porte y belleza se empeñaba en hacer caer a cuanta mujer viera a sus pies, y él no lo iba a permitir, su amor y su orgullo como hombre estaban en juego.

Las miradas entre ambos rivales se intensificaron cuando las señas de Sona distrajeron al castaño.

"¿se puede saber que rayos acabas de hacer?"

Draven no quiso responder, pero los brazos cruzados de Sona y su ceja enmarcada lo hicieron ceder –no la quiero cerca de ti- escupió las palabras cruzándose de brazos, sin sacarle la mirada de encima a Janna.

Sona se sonrojo ante sus palabras, pero no eran nervios, era vergüenza, nunca en su vida recordó sentirse tan avergonzada como en ese momento cuando Draven hizo tal ridículo frente a ella. Sin entender la situación la virtuosa dio un suave golpe en la nuca de su compañero a manera de reproche haciendo que este gruñera molesto sin quitar la vista de Janna quien, fingía hacerse la ajena a la situación mientras limpiaba con un pañuelo su saxofón.

Sona agarro su celular y escribió en el block de notas.

"como lo siento, no sé qué le pasa" se excusó por ambos pasándole el celular a la rubia quien lo leyó y miro el rostro contraído y sinceramente avergonzado de la virtuosa, estaba segura de que tenía que agradecerle a Draven luego por regalarle una mirada a ese panorama tan provocativo, pero ahora ella misma fingió sentirse afligida al ver su rostro.

-para nada, tu novio, solo malinterpreto lo que estaba pasando, y yo tampoco te he contado todo- dijo ella con calma ante la mirada de Sona como la furiosa de Draven.

La virtuosa tomo un pedazo de papel de la cama y se lo enseño a Draven, era un sobre dorado con un pequeño cinto de color rojo.

"Janna ha venido a traerme esta invitación del conservatorio Pomelle para el concierto de primavera, he sido invitada como asistente" explico, Janna no podía entenderla, pero se apresuró a introducirse una vez Sona termino.

-quieren dar a entender su intención de reclutarte antes de que cualquier otra universidad o conservatorio lo haga- explico.

-pero seguramente esto no te correspondía a ti- añadió Draven con acides.

-No, claro que no, sabía que invitarían a Sona Buvelle a la gala de primavera, cuando la vi en la fiesta y supe quién era no deje de preguntar a todos tu dirección, ha sido un verdadero placer finalmente hablar con ella.

-¡oh claro! ¿¡Y a que se debe tan desinteresada devoción y necesidad de conocerla!?- canturrio con ironía Draven

-Bueno- Janna se rasco la nuca esta vez mostrando un genuino rubor. –conocí a Sona en mi primer año en Pomelle, ella estuvo en el recital de muestra ese año, su música me ha inspirado mucho, y estuve decidida a estudiar más después de escuchar su piano- el rubor en las mejillas de Sona no se hizo esperar, ya Janna le había contado que la había visto tocar antes pero era la primera vez que abiertamente alguien contemporáneo a ella alababa su talento, era cierto que personas mayores y jueces la habían valorado de forma positiva antes, pero escucharlo de una persona apenas un par de años mayor, que seguía siendo una estudiante, le hincho un poco el pecho en orgullo. Y esa era una expresión que Draven prefirió no destruir.

Janna había jugado bien sus cartas, ahora se convertiría en un mono pedante si le decía que Janna no era ninguna fan, si no que más bien estaba interesada en que ambas se quedaran más tiempo en esa cama.

-Le comenté a mi maestro que yo podía entregarte la invitación, que tenía contacto contigo, fue un atrevimiento, originalmente iba a llegar a manos de tu madre- Sona negó encantada, con una sonrisa tan ancha que Draven creyó que se saldría de su cara, su novia estaba conmovida.

Escribió un par de cosas en su celular

"perdón, he tocado muy mal tu Sax" Janna leyó.

-Ay dios no, si lo hubieses dominado a la primera me habría sentido avergonzada por todos los años que llevo aprendiendo a tocarlo- dijo y aunque su presencia seguía sintiéndose pesada en la habitación Draven se vio completamente ignorado, mientras Sona sonreía escribiendo algo más y Janna terminaba de empacar su saxofón.

-venía a hablar contigo- se introdujo él con la cabeza levemente gacha, no porque sintiera que se había equivocado en esta ocasión, sino porque no sabía hasta donde podía llegar el humor de Sona si estaba a la defensiva frente a esa arpía.

Por unos segundos el castaño le había parecido grosero, pero ahora, la virtuosa entendió que estaba empeñado en serlo al ignorar a su invitada deliberadamente y no darle ni una sola disculpa. Puso ambas manos en las caderas pero Janna toco su hombro en un gesto íntimo ante el que Draven arrugo la cara, molesto.

-yo ya me iba, debo ayudar con los preparativos para la gala de beneficencia de fin de año de Pomelle, soy miembro del comité de estudiantes junto con Soraka- explico con un tono dulce, la virtuosa asintió dispuesta a acompañarla hasta la puerta, pero la mano de Draven la sujeto.

Janna no se detuvo, con una sonrisa triunfante en su rostro y todo el odio de Draven dirigido hacia ella.

Una vez se hubo ido sus miradas se enfrentaron.

"bien, me dirás que es todo este teatro" exigió una vez escucho que Janna bajo las escaleras y abrió la puerta principal.

-yo.- tenía dos opciones, o sacaba todo su maldito encanto en un intento de salirse por la tangente o le decía la verdad. Parte de él deseaba con fuerzas hacer la segunda, pero la alegría de Sona estaba primero que su propio ego, si luego se enteraba de que en realidad Janna si era una seguidora de Sona (aunque nadie negaba sus segundas intenciones) se arrepentiría de robarle ese gozo. –perdóname, estaba enojado, jodidamente furioso- dijo una verdad a medias apretando sus puños y mirando a la ventana, no estaba dispuesto a verla a los ojos.

"¿pero? ... ¿Por qué?"

-porque no sé qué fue lo que hice pero ahora ni siquiera hablas conmigo, me estoy volviendo loco, no puedes hacerle esto a Draven y simplemente continuar con tu vida junto a la señorita hada perfecta.- refunfuño cruzándose de brazos nuevamente evitando su mirada.

Sona llevo un puño a su boca con diversión

"¿estas celoso?" (No es el tipo de celos que crees) pensó Draven pero intento dejar de pensar en Janna y abrazo a SU chica.

-te he extrañado, quería saber que estabas bien- murmuro olisqueando sin ningún reparo su cabello. Sona se hundió en su esencia, en sus brazos varoniles y en la sensación de bruma a su alrededor cerro los ojos y se puso de puntillas dando un tímido besito a su barbilla.

Se separaron y ella movió sus manos.

"también te extrañe, pero hay cosas que preferiría que te dieras cuenta por ti mismo"

-He echado cabeza a ello por cuatro días, ¿no crees que es suficiente tortura?-

Sona fingió pensarlo poniendo sus ojos al aire y una mano en su barbilla.

"tal vez" dijo finalmente a lo que Draven bufo.

-bruja.

Se quejó y ella sonrió divertida viéndolo actuar como un niño pensó que volvería a quejarse pero se acercó peligrosamente a ella, sus ojos se veían directamente y sus respiraciones empezaban a mezclarse.

Sona, dándole la espalda a la puerta entreabierta, cerró los ojos acortando la distancia, lista para recibirlo, quizás, solo quizás, ese día Draven miraría algo más que sus hombros desnudos. Su corazón se aceleró ante la idea y el inminente beso, pero respingo asustado cuando Draven empezó a hablar fuerte.

-¡no puedo creer que la próxima semana empezaremos de nuevo ese odioso ciclo escolar!- Sona abrió los ojos claramente lista para pedir una explicación cuando fue capaz de escuchar los pasos.

-vas a decirme que realmente valoras la comida de la cafetería- siguió con su monologo fantasma sentándose en una silla y cuando Draven termino de decir eso Julie apareció frente a ambos, sorprendida, pues había dejado a la señorita con una joven y ahora estaba su novio allí dentro. Miro la ventana preguntándose si es que acaso la había trepado, con las pintas que traía...

-oh disculpa, la señorita Lestara me dijo que Sona estaría aquí arriba, venía con prisa.

-a.ah si- murmuro la mujer antes de mirar a Sona quien ahora se daba la vuelta hacia ella –venía a preguntar si quería algo especial en el almuerzo- Sona negó sonriendo.

"Lo que vayas a preparar esta bien" le indico ella, calmada.

-e.entonces bajen a la sala, estaba por traer avena y galletas para la señorita pero-

-Janna solo venía a entregar una carta de Pomelle, se fue rápido- explico Draven por ella y tomando la mano de Sona empezó a caminar –yo si acepto las galletas, gracias- Sona le sonrió con burla.

No es que Juliet estuviera asustada, es que aún no se daba a la idea de que su adorable Sona tenía un novio, uno de verdad.

Fin del capítulo 24: Celos.

A veces disfruto más de lo que debería todo este drama c: disculpa.