Capítulo 26

Tina Ceballos

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Los besos no cesaban mientras se envolvían en un ambiente brumoso y espeso, los jadeos, estremecimientos y acciones involuntarias estaban a la orden del día había cierto ardor y necesidad cuando separaban sus labios tan solo un poco mientras Draven trataba de atraerla de nuevo a un lugar donde pudiera manejarla, agarrarla de las caderas y empezar a lamer por todas partes restregándose en ella como un perro en celo, Pero ella no lo aceptaba, manteniéndolo acostado debajo de ella, bajo de sus labios a su cuello, y el menor de los Cyrus tuvo que admitir que no le disgustaba para nada que ella hiciera lo que quisiera.

-- Lime --

La mano pequeña de Sona se asomaba por sus largas mangas desabotonando el pantalón que dolorosamente apretaba su virilidad, ansioso y hambriento de ella, incapaz de llenarse por completo pero extasiado de su aroma.

Amaba a su chica, a su mujer, había algo primitivo en él, y en ella, que simplemente hacia clic llevándolo a una locura posesiva que disimulaba la mayoría del tiempo, no sabía si era su olor o forma de tratarlo, era una conexión, algo que jamás sintió con ninguna otra mujer se manifestaba con ella, estaba seguro de que no se veía a si mismo con nadie más, quería cuidarla, encerrarla para sí mismo donde pudiera verla todo el día pero a la vez también deseaba pertenecerle a ella, justo como en este momento, dejarla hacer y deshacer estaba seguro de que si era Sona aceptaría cualquier idea, cualquier locura, todo, todo menos apartarse de su lado.

Se besaron nuevamente, Sona pretendía ocultar los nervios, la impaciencia y la expectativa que la comían viva mientras manejaba la situación, podía palparlo sobre los boxers, el gran y vigoroso pedazo de carne que en ese momento palpitaba y se movía impaciente, lo roso por encima del pedazo de tela con sus uñas, Draven soltó un gemido involuntario, estaba haciendo un gran esfuerzo por controlarse para ella.

Palpo el contorno con paciencia mientras seguían intercambiando fogosos besos, cada que sentía un cambio su propio centro latía por la anticipación y el mero pensamiento de llevarlo dentro de ella le inyectaba adrenalina y mitigaba la vergüenza, las manos de Draven buscando que hacer llegaron a la espalda de ella encontrando el cierre casi invisible de aquel enorme y caluroso vestido que le impedía tenerla más cerca, Sona lo dejo hacer, se sintió liberada cuando su abdomen no estaba siendo aplastado por la tela y se permitió suspirar en los labios de él sintiendo como solo ese pequeño detalle hacia palpitar el miembro en sus manos aun cubierto por la tela.

Movida por las maravillosas reacciones de su novio, empezó a acariciar el inicio de su ropa interior, metiendo con expectativa los dedos por debajo del Boxer, estaba muy caliente allí dentro, pensó ella, quien aun tímida empezó con pequeñas caricias, estaba duro, tan duro, en su mente Sona lo describió como una barra de metal recubierta de piel, la impaciencia y el dolor por mantenerla de esa forma por más tiempo hizo que Draven apretara del agarre de su espalda.

-Vamos acaricia… no muerde- le murmuro con la maravillosa voz con la que ella solo se había atrevido a fantasear mientras imaginaba hacerlo con él, ronca, primitiva llena de necesidad como un gruñido profundo.

Bajo el pedazo de tela por completo, y se deleitó viéndolo en todo su esplendor, no tenía referencias de que tan grande o pequeño podría ser más que los irreales penes descritos en los libros de romance erótico, o bien los de plastico, aun así su boca se hizo agua quizás por la cantidad de pensamientos obscenos que empezaban a pulular su mente en ese momento, todo tal vez producto de dichos libros.

Era hermoso aun así, gordo grande y de un color moreno, más que la piel de Draven, los remolinos de cabello decoraban por encima de este y hasta su nacimiento y la punta, la rosada e hinchada cabeza que parecía ser suave y por lo tanto sensible, no podía pensar mucho mientras su mano se deslizaba por su extensión de arriba abajo.

-cariño- jadeo Draven –es un poco doloroso de esa forma- Sona se espantó quitando sus manos, a lo que Draven solo rio, le divertía lo asustada e increíblemente curiosa que estaba, -está bien, no es grave- tomo la mano de ella y la llevo a su boca, estaba decidido a jugar con ella y dejarla vivir la experiencia por más que la erección y las ganas de empujar su pene en cualquier parte de ella le estuvieran comiendo vivo.

Lamio los dedos de Sona, paso su lengua entre ellos y llego a su palma, ella lo miraba curiosa, intencionalmente lleno de saliva su palma y la dejo ir –inténtalo nuevamente ahora- asintió vigorosa volteando su vista, él se conformó con ver su espalda descubierta, era tan blanca como la porcelana, podía ver el pequeño top beige que aprisionaba aquello que no podía dejar de ver cada que la tenía cerca.

Una corriente eléctrica paso por todo su cuerpo cuando ella empezó de nuevo masturbarlo, esta vez Sona corroboro lo obvio, con saliva su mano se resbalaba más fácilmente, se sintió levemente culpable por haberle lastimado antes, de la punta empezaban a salir pequeñas gotas de un líquido trasparente, aquello ayudaba, cambio de posición, estaba cansada de estar inclinada, aun con las limitaciones de aquel vestido se puso en cuatro quedando frente al pene de Draven empezó a masturbarlo más rápido, podía sentir la agitación de Draven quien acerco una mano a su cabello y empezó a apretarlo desde su nacimiento, aquello envió un mensaje, le gustaba lo que estaba haciendo, y no quería que parara, ella tampoco quería parar, abrió su boca sin pensarlo mucho y su lengua acaricio la cabeza sacando esta vez un profundo gemido siguió masturbando con sus manos el tronco mientras su boca tomaba lo que podía, el sabor de presemen no era bueno, un poco salado, pero el morbo nublaba su raciocinio, en ese momento complacerlo era lo que la hacía sentir bien, su curiosidad por descubrir todos los sonidos que dejaría salir de entre sus labios la extasiaba como un demonio, no necesitaba mucho más, Draven por miedo a lastimarla si seguía tirando de su cabello acaricio su espalda donde el cierre había sido abierto y metió las manos bajo su top, la textura delicada de la piel de sus senos lo lleno, apretó ambos montes sintiéndose en el cielo ante todos los cuidados que estaba recibiendo.

No supo cuando paso, pensó que debió estar menos relajado, saco las manos y las apretó en la tela del forra sofá, una corrida extensa fue liberada en la boca y cara de Sona, y en ese momento en vez de amor y sensualidad, ambos se vieron perplejos el uno al otro, Draven completamente culpable y avergonzado Sona por otro lado a punto de reírse reconociendo que el sabor del semen era completamente desagradable.


Darius estaba en su cocina... "Darius está en mi cocina" Lo repitió mentalmente varias veces antes de hacerse a la idea y luego de nuevo conectar los cables, estaba en pijama... "Darius está en mi cocina y estoy en pijama" De nuevo repitió mentalmente buscando un basó limpio donde servirle el jugo de uva que aún sobraba en la nevera, sorprendentemente Garen desde su infancia no había dejado el vicio por las bebidas azucaradas que tanto mal le hacen.

-¿has comido?- su voz la hizo respingar, esa voz o cuanto le gustaba esa voz, aun no se acostumbraba a que él le hablara como en ese entonces, sin resentimiento en su voz, había olvidado la brisa suave que se ubicaba cerca de él cuando usaba esa voz monocorde y aburrida para hablar calmadamente, y pensar que ella misma arruino eso.

-Pedí algo por teléfono esta mañana a la casa de los vecinos y le di 3 billetes a un niño de 12 para que lo recogiera y lo trajera en silencio- explique para luego señalar con el embace de vidrio aún en la mano una caja de pizza personal en el piso.

Darius no cuestionó lo poco saludable que debían ser los bordes de queso principalmente porque el mismo en su posición no tendría tiempo para pensar sobre que se estaba llevando a la boca.

-oh si, podría ser malo que sepan que hay alguien aquí- coincidió.

Lux asintió tendiendo el vaso que Darius no analizo demasiado antes de tomar, ella procedió a explicar -Me vigilarán si lo saben, en este momento cada cosa que haga cualquier miembro de la familia es carroña fácil para las noticias, la sección de farándula solo es una forma de ocultar lo descarados y poco serios que siguen siendo algunos noticieros, y yo soy la menor, esperan algo bueno de mi parte.

-drogas, gastos excesivos, puedo imaginarlo-

Asintió quitándole importancia -estaba justo por buscar donde irme- intento darle una justificación a que llevara pantalones floreados.

-¿Ya lo pensaste?-

-No hay donde realmente, la cosa es que ya termine con mi enfado y volveré al lado de Jarvan para pedirle dinero, solo faltan meses para acabar con la escuela, Garen también salió de casa cuando pasó, no tiene nada si salgo antes sobre todo...- lo sopeso un poco, no sabía si debía realmente contarle todo eso a Darius, agobiarlo con sus problemas no le parecía educado, aún no estaban tan cerca.

-Déjame adivinar, no quieres estar aquí cuando inicie el drama-

No fue muy específico, pero dio en el clavo, una vez su madre volviera sería un show patético de presenciar, no quería ser parte de eso podría querer ser racional la mayoría del tiempo pero dada su personalidad egoísta el bando que escogería sería culparlos a ambos y gritarles incoherencias de adolescentes, como que arruinaron su vida y cosas por el estilo.

-Eso... Garen tiene más empatía, inteligencia emocional o lo que sea, pero personalmente no quiero lidiar con que me pidan mi opinión, o quizás me sentiría aún más traicionada si al final no me preguntaran nada, ambos son adultos tontos.

-también eres lista en ese aspecto- soltó como un comentario al aire no una pregunta, una afirmación.

-¿enserió? ¿Lo dices después de que te deje ir?- la respuesta fue inmediata y autónoma no lo pensó, lógicamente no lo hizo pero sentía que era lo que quería, el estaba allí y se sentía horrible recibiendo su apoyo sin haber siquiera aclarado algo sobre... bueno sobre su pasado.

-¿segura de que quieres hablar de eso ahora mismo?- su ceja alzada le cuestionaba, también le advertía, le cuestionaba si sería capaz de soportar lo que tenía que decir y le advertía que no sería un tema fácil.

-solo digo que nunca tomo buenas decisiones cuando están envueltos los demás- doblo sus intenciones a último minuto sin cerrar la puerta del todo.

Ella era osada ¿desvergonzada? Tal vez pero no podría soportar seguir de ese modo teniéndolo cerca, se veía a sí misma capaz de olvidarlo todo aunque había pasado mucho tiempo teniéndolo presente pero lo olvidaría si le diera un ultimátum.

-te equivocas, incluso en aquel entonces solo estabas pensando en la felicidad de otros en vez de la tuya- sus palabras le parecieron dulces de escuchar, demasiado esperanzadoras más como un pequeño premio para que no se sintiera mal se sentía así en vez de real. Embozo una sonrisa burlona viéndole fijamente con sus brazos apoyados al mesón de la cocina que los separaba.

-¿cómo es eso? ¿No es darme mucho crédito?- dijo curiosa.

-piénsalo un poco, no es distinto de ahora- mencionó simplemente como si fuera evidente.

《 Puedes pensar en ti misma como alguien que solo piensa en su bienestar pero en aquel entonces no escogiste lo que te hacía sentir bien ni feliz si no lo que creíste que aseguraría la felicidad a la tú del futuro; es decir, la paz inmediata de tu familia e incluso mi paz futura puesto que conocías mi situación quien nos mantenía y que yo no podía ofrecerte ni protección ni futuro.

Ahora es similar, ni siquiera es algo en lo que tuviste participación pero aun así en vez de desahogarte como una chica de tu edad lastimada gritarle a tu padre resentirte de ambos, haces lo posible para cuidar los destrozos de la imagen que les queda para proteger también lo poco que pueden darte para vivir. 》

-¿ósea que lo estoy haciendo bien?- Levemente sorprendida por todo ese análisis no pudo evitar levantarse del mesón para sentarse encima su mirada aún más sobre él, podría pensar que intentaba coquetear pero genuinamente (y sabía que él podía notarlo) estaba interesada por su opinión.

Suspiro ahora sosteniéndole la mirada -no lo se, depende de si ha cambiado lo que valoras actualmente-

Lux toco su mano perdiéndose en la oscuridad de su mirada, incluso las ojeras que podrían parecerle espantosas se le hacían familiares de aquellos días felices y de él conjunto atractivo que era Darius para ella

-no me importa para nada lo que diría un inútil como Jarvan. -

-eso no cambia nada- Tras el comentario impulsivo la mano de Darius se apartó de la suya, aun así sus dedos seguían rosándose.

-lo hace, todo este tiempo que pensé en ti lo hace, durante meses solo viví con ello, pero si tengo esta oportunidad- miró sus manos sus dedos aun Levemente tocándose, como una débil esperanza

-¿piensas que es una oportunidad?- dijo casi con demasiada firmeza pero sin apartar su mano, esta vez ella con su mano libre tocó el rostro masculino, Darius aguanto la respiración en el momento casi fugaz que fue su beso.

Lux beso su mejilla, un toque suave y corto, libre de compromiso incluso de sentimientos, solo era la mirada azul pura y anhelante que como antaño le hacía confiar en ese tipo de buen resultado.

-Quiero creer que al menos es eso- confirmó ella lista finalmente para bajar su cabeza dejar ir su mano y sus ojos llenos de su imagen, ya era mucho, había tenido más de lo que habría querido, no necesitaba forzarlo más.

Estuvo a punto de bajar del mesón y despedirse avergonzada, tal vez no se rendiría aun, pero si por hoy, Darius la tomo de las caderas y la volvió a acomodar en su lugar, fue su turno para dejar de respirar expectante ahora con el permiso de volver a verse en sus ojos

-esta vez será como yo quiera Girasol- la voz profunda y la sonrisa ladina calo fuerte en ella que sintió una corriente instantánea subir por su espalda, no lo dejó esperar enredo sus brazos en su cuello y respondió gustosamente.

-Sera como tú quieras-

Lux terminó de acortar el espacio entre ellos casi lanzándose del mesón se abrazaron, él la estrechaba quizás pensando que se esfumaría como en un sueño y ella se ocultaba en su pecho agradeciendo su aroma, su calor incluso no le importaba estar en esa torpe pijama de dibujitos, está ahora iba a ser su pijama favorita.

Los dos pensaron que sería más intenso, pensaban en la personalidad dominante de cada uno, pero realmente lo que paso después fue un par de castos besos y el rostro y Lux pidiéndole que le ayudara a empacar sus cosas y salir de allí.

-¿cómo crees que les está yendo a ese par?- les habían dado varias horas a solas, y tenía la esperanza de que hubiese sucedido más de lo que comúnmente sabía que hacían esos dos, por eso estaba doblando tan bien sus bragas ante la vista divertida y casi de reproche de su ahora... ¿bueno era su pareja verdad? El pensamiento aún la ruborizaba.

-Muy probablemente Draven la esté acosando y Sona muerta de vergüenza- dijo con honestidad doblando por ella una cantidad de Jeans similares que estaban arrugados en el piso de su armario.

-Déjame dudar un poco de eso-

Alzo una ceja, pero a ninguno de los dos les apetecía entrar en detalles concretos sobre lo que podrían estar haciendo a solas -entonces que dices ¿Vienes a nuestra casa y lo descubrimos?-

Se sentó en la segunda maleta que iría a la caridad para ayudarle a Darius a cerrarla-mañana es una presentación importante para ella, debo asegurarme de que descanse y que el vestido siga planchado para la mañana, no me fío en que Draven le acomode bien los pliegues internos, Lestera me confía estas cosas- Darius alabo en silencio su compromiso, trato de olvidar que era una excusa para quedarse en su casa y salir quien sabe cuándo.

-ya está, faltan unos cinco cajones y necesitaré ayuda para poder decidir entre los zapatos, obviamente todos los tenis nuevos van.

Darius suspiro mirando entre las bolsas que trajeron, definitivamente eso no bastaría.


Cuando llegaron con una sola maleta con lo esencial que Darius se esforzó muchísimo por hacer teniendo en cuenta que Lux no quería dejar ni los bolígrafos se encontraron con una escena inusual, La Sala olía a jabón de lavar ropa y Sona sostenía un vestido azul que goteaba mientras Draven movía el ventilador.

Luxana casi grito de horror al ver sus preciosos pliegues desordenados, solo una parte del vestido estaba mojado pero sabía que aún si secaba sería difícil plancharlo como un profesional. Cruzo los brazos y en vez de reñir a la peli azul que seguía escondiéndose (en realidad ni siquiera por lo del vestido) miró a Draven enojada señalándolo inmediatamente como la causa

El aludido se apresuró a explicar puesto que, sorpresivamente su hermano se puso del lado de la rubia

-Mientras Sona me lo enseñaba lo ensuciamos de grasa por error la mancha no salía- aclaro lo cual no era del todo mentira, después de aquello se sentaron incómodos a comer papitas pensando sobre lo que acababa de pasar y de la bolsa se cayeron varios que ensuciaron un poco el vestido, por supuesto que no lo lavaron por eso.

Darius, que no era nada tonto encontró en el sofá de la sala mínimas muestras de sus fechorías seguro pensaron que llegarían más tarde y aún algunos sitios del sofá olían intensamente a jabón de lavar y seguían húmedas miró con los ojos estrechos a su hermano quien desvió la vista y metió las manos a los bolsillos.

Sona por su parte hablaba oculta tras el vestido ahora guindado en un gancho y los murmullos graciosos de Luxana quien Lucía una radiante sonrisa, como si estuviera orgullosa.

La situación se le hizo graciosa, Draven no necesitaba charlas, Darius confiaba en su inteligencia, lo que realmente le hacía cuestionar la situación era la forma en la que reaccionó, en sus antiguas relaciones su hermano nunca parecía como si hubiese hecho algo memorable, se lo tomaba todo como si ni fuese la gran cosa, sin embargo ahora parecía avergonzado, quería decir que por lo menos estaba muy consciente de lo que había hecho.

Parece que se le pegaron cosas de la pequeña pianista.

Capítulo 26 End. Tarde a solas


Notas.

Pido perdón por los errores jsjs oh como amo a Darius y Lux.