Capítulo 30
Las manos temblorosas de Lestara se encontraron finalmente con las de Draven quien tras un tiempo con su hermano decidió ir donde estaba su suegra. Ella lo tomó de las manos, tenia el color del papel, temía que en cualquier momento empezará a sufrir síntomas por el estrés, la mantenía de pie frente a él la leve esperanza de que pudiera decirle cualquier cosa.
-creo que necesita ir a casa primero.
-no puedo hacer eso no.
-Darius me pidió que la llevara a casa él tomaría su declaración allí- estaba realmente preocupado por esa mujer, Darius solo lo había sugerido como medida dependiendo del estado en el que la hallara, puesto que muy histérica ni podría expresarse correctamente pero ahora llevarla le parecía la mejor opción, entendía su sentimiento, deseaba hacer algo por encontrarla más que nada.
-eso, no es así debo ir yo misma- Draven asintió, decirle cualquier cosa no serviría de nada, el menor de los Cyrus siguió tomando firmemente la mano que se aferraba a la suya con desespero, como si no se viera capaz de andar por si misma ¿era así como se sentían las madres cuando perdían un hijo?
Él por supuesto estaba devastado, una incertidumbre y ansiedad lo abrazaban desde que salió de casa, pero ya se lo dijo Darius cuando llego a la comisaría, si se mostraba así frente a Lestara ella se pondría peor, aunque se tratarán de vanas debía darle esperanzas para que soportará lo más que pudiera.
-¿puedes manejar?- la mujer pregunto débilmente antes de abandonar del todo la habitación, en un principio planeaba mentirle tenía todo pensado para su comodidad pero no podía, aunque no estaban relacionadas por sangre veía los ojos grandes de Sona en Lestara, en color y forma eran distinto, pero la manera amable con la que veían al resto era igual.
-puedo, pero aún no tengo una licencia- la mujer no lo pensó como algo tan grave en la situación actual si ella manejaba pensaba que podría perder el control pero el hombre que antes le había ayudado y sostenido apareció de nuevo a su lado, su rostro no estaba abatido pero la afable necesidad de ayudarle desde el inicio se le hizo reconfortante, Draven por su parte puso una expresión desconfiada, sujetando firmemente a Lestara dando un paso frente a ella.
-él puede- aseguró ella informándole que era alguien conocido.
-vamos cuanto antes, quiero tratar por otras partes- mientras caminaban Lestara lo miro, no había espacio en su mente para más cavilaciones por lo que se tardo en unir cables y entender que Draven planeaba visitar a su familia.
En otra circunstancia Lestara habría negado la idea con vehemencia alegando que no podría recibir ningún tipo de ayuda de Swain y probablemente perdería su tiempo pero en ese momento podría olvidar cualquier atisbo de orgullo si eso ayudaba con que esa noche Sona durmiera a salvo en su cama. Agradeció silenciosa de camino a los estacionamientos mientras seguían al docente.
Lestara intento pensar en momentos que fuesen extraños con su hija últimamente, pero no se le ocurría nada en absoluto, desde que estaba en Demacia con Lux parecía una chica nueva, educada, sencilla, correcta, sobre todo había dejado atrás todas esas inseguridades sobre su discapacidad que tanto le habían dificultado expresarse y pensar en los temas tras entender que quienes la querían lo hacían por quien era ella.
Su hija era feliz, y aquella felicidad pareció multiplicarse cuando conoció a su actual novio, aunque su mente parecía más confusa y aquello naturalmente le preocupaba, supo tomar una decisión acorde a sus deseos llegada la hora, antes siempre hablaban de conseguir que ella entrará a la universidad y se especializara en música, ahora quería ser una artista que fuera capaz de brillar rápidamente afinando su arte natural, no pensó que Sona optaría por ese tipo de aspiraciones, siempre le pareció correcta su decisión de tratar de entrar a la universidad, ella misma estaba preparando dinero suficiente para hacer lo posible por que entrará a una universidad de prestigio, pero un conservatorio.
No odio la idea, incluso cuando sabía que aquello fue influenciado por la impulsiva personalidad de Draven aún se sentía orgullosa de que tomara decisiones acorde a sus deseos, y sabía que no cambiaría aunque ahora estuviera empeñada en seguir con la idea de fabricar muebles.
Subieron al auto y miró a Draven a su lado por el rabillo del ojo, estaba tenso, perdido en sus pensamientos aunque se había esforzado antes ahora no parecía poder hablar, una solitaria lagrima cayó del rostro de Lestara, su hija tenía personas que la amaban tanto, tenia que regresar debía hacerlo.
En ese momento un recuerdo difuso del primer año de recitales de Sona vino con nostalgia a su cabeza.
Flasback
Su hija aún se veía más pequeña que el resto aunque su edad era avanzada para los demás pequeños niños, su propia contextura y que comía lo mismo que un ave la hacían lucir de esa manera, tocaba de manera exquisita moviendo su largo y sedoso cabello al compas de la melodía que sus dedos creaban, podía darse el lujo de no estar rígida, toda su vida había estado tras un piano.
La miraba como siempre maravillada grabando la pieza para ella, sumergida en sus asuntos apenas y sintió la presencia de alguien tomando asiento a su lado, era un hombre alto y delgado que leía un folleto.
Finalmente acabo y mientras los aplausos llenaban en auditorio aquel hombre acerco su rostro a ella quien revisaba el video, con intensión de que le escuchara.
-es maravillosa, había oído hablar de ella, por su mudez, pero su talento es mas resaltable-
Lestara respingo, el tono de voz de aquel hombre era profundo y bajo, se sentía absorbida por el, finalmente le dedico una mirada sus rasgos felinos se le hicieron hipnotizantes, contrastaban con el cabello grueso y casposo que no parecía bien cuidado, a simple vista a pesar de su complexión delgada pudo notar cierto porte que le daba aires de superioridad, un cuerpo muy bien estructurado, extrañamente se le hizo familiar, como alguien que habría visto de soslayo varias veces en un mismo lugar, pero no lograba concretar de quien se trataba.
-pensé que seria sorda también, es una lastima-
El seño de Lestara se arrugó en repulsión de inmediato.
-¿disculpa?
-oh no me mal interprete- le sonrió con una hilera de perfectos y blancos dientes que antes le habrían parecido encantadores - la gente talentosa suele ser más valorada según los distintos obstáculos que tenga, sin embargo su hija ya es perfecta, usted hace un gran trabajo, solo hablaba sobre pequeñas tendencias personales-
-gracias- incómoda trato de ponerse de pie y marcharse, pero las manos largas y anchas del hombre tocaron su muñeca, eran frías, a su parecer quemaban y si no fuera porque acababa de empezar otro participante habría decidido gritarle como estaba en su naturaleza le habría corregido recordándole que Beethoven quedo sordo a una edad adulta augurar algo similar para un niño era despreciable sin importar el tipo de suerte que pudiese tener después.
-no me reconoce ahora, pero seguro más tarde esto le servirá para subir el ego de su hija, ella es perfecta, y espero que no llegue a ser contaminada con el tiempo-estuvo a punto de responderle pero el hombre apartó su mano y se marchó rápidamente, apenas de pie pudo sentir lo alto que era.
Poco tiempo después reconoció el rostro del hombre, tenía razón, su hija habría estado encantada de saber que tenía su reconocimiento, pero algo dentro suyo prefirió guardar ese recuerdo. No dudaba que los artistas eran excéntricos pero la forma en que pidió que no dejara contaminar a su hija fue demandante, no como un consejo ni una petición, su voz era una orden, suponía que eran desvaríos de un loco talentoso no tenía idea de porqué ese lúgubre recuerdo vino a ella en ese momento.
-seria una locura- murmuró, Draven volteo hacia ella alarmado.
-¿necesita algo? ¿Todo esta en orden?- le sonrió débilmente, aunque podría ser incomodo para él, no la había dejado de sujetar y su mano era arropada por las suyas en consuelo, agradeció el gesto silenciosa, Draven era bueno, tanto como para protegerla y consolarla aunque resultase en ser una molestia.
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Cuando Lux llegó corriendo Darius la recibió la rubia no podía ocultar su desesperación, su rostro que al fin había dejado de llorar se contorsiono listo para empezar otra ronda de lagrimas, aquel hombre tan perfecto como era la cargo en brazos y la llevó a una de las oficinas vacías ante los ojos interrogativos de todos allí.
Su rostro oculto entre su pecho mojaba con lágrimas la camisa azul de su uniforme, se aferro a él con fuerza sollozando, su mente era una avalancha interminable de emociones, su hermano, su padre, su madre, ahora esto; su mejor amiga.
Lo primero que pensó cuando su cabeza volvió a trabajar correctamente en el auto de Jarvan que la traía a la comisaría era que su caso podría tratarse sobre la peor mujer de todas, nunca presto tanta atención a su amiga como debería, no en la misma medida en la que Sona siempre había estado pendiente de ella, era por Sona que ahora tenía esta tabla de salvación, la poca estabilidad que le quedaba y apenas se dio cuenta que no le agradeció apropiadamente por todas esas veces que hizo cosas por su bien, pensar en ello la afligía tanto que las lagrimas no podían ser contenidas.
Tras meditarlo de nuevo las emociones salieron a flor de piel y salió corriendo del auto hasta dentro de la comisaría buscando a Darius con afán.
Su padre aseguró que haría lo que estuviera en sus manos, pero no entro con ella, y supuso que movería sus propios hilos, aquello le pareció acertado.
-tranquila- su voz como un bálsamo logró relajarla un poco y la trajo de vuelta al presente -descuida, la hallaremos- la consoló acariciando su cabello y depositándola suavemente en un mueble acolchado.
Darius no quería presionarla, no en su estado pero se le hizo imposible no agarrar su rostro con las palmas y verla directamente esto para tener su atención por un momento -lo que puedes hacer ahora es pensar en conversaciones extrañas, cosas atípicas en la rutina de Sona que te haya comentado, no importa de que tanta importancia sea, incluso aunque parezca que no tenga relación, cualquier persona nueva sospechosa, piénsalo lentamente, no te obligues a recordar y piensa en los momentos en los que hablaban- asintió con el rostro mojado, la comisura de sus labios temblaban y aunque Darius trato de ser fuerte para ella suspiro con pesadumbre y unió sus labios con el labio inferior de ella, finalmente dejo de temblar abrazando su cuello sin perder el contacto, sus labios se separaron en un plop, pero sus rostros no, sus respiraciones se mezclaban -traeré algo para que te calmes- le susurro, ella no quiso que se fuera, pero lo dejo ir finalmente ... debía hacer lo que le pidió.
Desde el punto de vista de Darius aún si Lux recordaba algo anormal era más probable que se tratara de Sona siendo una víctima al azar, tal vez entraba en las preferencias de algún mal de la cabeza que habría de despertar por completo esa tarde, dado el tiempo con el que se resolvían ese tipo de casos tenía que estar preparado para lo peor pero no la dejaría a ella pensar en ello, no aún.
Por el lado de Lux no que ella no hubiese tratado antes de pensar en situaciones particulares, por eso se sentía una pésima amiga, desde que empezó de nuevo a buscar a Darius Lux solía hablar únicamente de si misma con Sona, lamentaba tanto no estar al tanto de los asuntos de Sona, ella quien consideraba ser más valiosa para Sona que el mismo Draven, palidecía al darse cuenta que probablemente Draven tenía más registro de los últimos comportamientos y paradas de su mejor amiga.
Incluso una vez egoístamente había sentido celos de Draven, aunque fue un atisbo fugaz que desapareció luego de un rato sin algún tipo de remordimiento, ahora le carcomía la conciencia.
Flashback
"Entonces ese chico alto y largo antes de irnos de allí quizo tomar mi mano y besarla, fue tan vergonzoso" Sona le contaba a Lux sobre Pentakill, cuando Lux se enteró de todo aquello no podía creer el poco sentido común que tenía Draven como para llevarla con una panda completa de gente claramente grosera y sin paciencia, sorprendentemente para ella, Sona logró forjar amistad con todos ellos y aunque últimamente era el único tema propio de conversación de la virtuosa, Lux no aprendió ni un solo nombre, pero le hizo gracia que de golpe Sona ahora tuviera a cinco extraños como amigos tan importantes.
Hasta el momento Lux conocía a todos con los que Sona se rodeaba, al menos no se sintió amenazada... de alguna forma le pareció bien y se sintió adulta por ello.
"Pero eso no es todo, de echo hoy quería hablarte de él" Lux se sorprendió ¿Draven? No que hablaran mucho de él pero tampoco le parecía que Sona se refiriera a su novio, cuando hablaba de él lo hacía cautelosamente (con ella) y tenía brillos en sus ojos, ahora Sona parecía emocionada.
-¿Él? ¿Otro amigo de Draven?- la artista negó.
"Un amigo mío, lo conocí mientras escribía la canción" la ceja de Lux se arqueo para Sona, no le estaba entendiendo correctamente, Sona siempre fue increíblemente tímida, sobre todo para hablar con hombres, que estar con Draven le hubiese cambiado tan fácilmente, le hubiese regalado la confianza que ella trato de inculcarle por años la hizo sentir celosa, aunque debía estar agradecida.
Sona malinterpretado sus pensamientos se apresuró a responder "descuida, lo conocí aquí en Demacia, es un grado menor, Se llama Kayn" la rubia se esforzó por encontrar en sus archivos mentales alguien con tal nombre y cuando dio con él su boca se volvió una O.
-él es atractivo- canturreo de inmediato -tiene un cabello y cuerpo bonito- Sona negó dándole unos manotazos avergonzada como si hubiese malinterpretado sus intenciones.
"Él es brusco pero muy gracioso, tenía ramas por todo el cabello, sin embargo parece que al final me noto porque le recuerdo a alguien"
-¿alguien?-
"Si... a alguien" las respuestas ambiguas no eran propias de Sona pero no insistió volvieron a hablar de lo mismo pero antes de terminar su conversación Sona dijo algo fuera del tema, que luego entendió se refería a Kayn quizás si hubiese insistido con él la primera vez que saco el tema de Kayn su amiga habría contado aquello con más detalle.
"Él no quería que me encontrara con otra persona"
-¿que dices? ¿Darius? ¿Que tiene que ver con la pesada de Queen?
Sona negó
"Solo tengo curiosidad de porque Kayn no quería que me encontrara con él"
Luego de aquello Lux le insistió que le diera detalles pero Sona le explico que la mayoría de sus pensamientos eran especulaciones y no quería resultar ser una chismosa si estaba exagerando las cosas, solo quería comentarle a alguien como se había sentido, a Luxanna no le basto pero viendo que la conversación volvía a tomar su ritmo normal alrededor de temas que si le parecían más interesantes lo dejo pasar.
Ahora entendía que no debió hacerlo en absoluto, debió insistir aunque fuera poca cosa esa sería la diferencia entre tener verdaderas sospechas como para buscar a ese tal Kayn a estar allí planteándose no estar en realidad siendo paranoica de una persona que Sona mencionó como alguien que le agradaba demasiado, quizás en ese momento su criterio estaba ensombrecido por sus celos, tal vez Kayn solo quería jugar con ella prohibiéndole acercarse a alguien...
¿Quien es ese alguien?
Tal vez solo tal vez podría hablar ahora.
Darius apareció abriendo con destreza la puerta mientras sujetaba con otra mano un pocillo grande y humeante de lo que hasta donde le olía era café con leche.
Ahora que parecía poder enfocarse más le regalo una sonrisa como agradecimiento por tolerarla y él devolvió el gesto antes de extender la bebida...
Le debía mucho a Sona, necesitaba retribuir incluso si era tan solo una mínima corazonada.
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Cada segundo que pasaba era más pesado que el anterior cuando se dio cuenta era muy duro levantarse, aunque se separo de Lestara finalmente confiando en que ese profesor desconocido la acompañaría, hasta que llegara Julieth la trabajadora de su casa, pensó que era una tarea imposible seguir adelante, por muy cobarde que sonará.
Esa tarde antes de cruzar el umbral de la puerta de su diminuto y sucio apartamento había decidido muchas cosas, entre ellas ir directo a la casa de Swain, Cada segundo contaba y eso hacía que sus pasos fueran cada vez más pesados, aunque durante la tarde toda su confianza flaqueo una y otra vez.
Respiro sintiéndose pesado, y de la nada ligero, aquello le provoco desaliento como si su presión hubiese bajado de golpe, pero no acepto su condición hasta que tuvo que apoyarse en la pared, nunca fue tan débil, era la impotencia lo que lo carcomía, la ligereza que adquirió su cuerpo lo mareo como si el suelo se balanceara, y trato de respirar profundo, nunca había sentido tal desanimo, tal era la desesperación de perdería a ella, tal era el estrés que estaba experimentando por perder a alguien más que se congelaba cuando necesitaba ser fuerte, maldijo todo dentro suyo y de nuevo respiro profundamente, no dejo que nadie notará la revolución que era por dentro, salió de allí con la mirada en alto y el semblante duro, se trago las nauseas como pudo y la conjuro a ella.
Podía ser un veneno letal pensar que ahora estaba en peligro, pero evocarla era la única manera que se le venía a la mente para mantenerse cuerdo, para recobrar su compostura.
Los tímidos momentos en los que sus dedos se rozaban, ella era adorable, su mujer se avergonzaba por sus toques ásperos, se avergonzaba cuando la observaba por mucho tiempo, cuando le acariciaba el cabello, se volvía aún más tímida si era posible cuando él liberaba sobre ella todo el afecto que necesitaba depositar para tranquilizar su corazón, un beso, un par de halagos, pequeños e insignificantes detalles como flores que arranco en la mañana, y sus solas reacciones eran pago suficiente para sus esfuerzos, una mujer bella y finamente forjada con un carácter sencillo pero firme, a su lado él solo era un animal, un perro que podría vivir feliz tan solo de su interés, podría pasar encima de todos y de todo, pero no sobre ella y sus deseos, aquello no le pareció sorprendente ni extraño, era una verdad que acepto una vez la tuvo en su pecho... incrustaba sus recuerdos entre suaves pinceladas en su alma, porque nunca había amado tanto y tan amablemente, el torbellino de emociones que siempre solía ser Draven, ahora temblaba como hojas al viento que Sona provocaba, no obstante se volvían frágiles, secas y caían porque ella no estaba donde él la podía encontrar...
Y no se atrevía a pensar que pasara otra cosa más allá de no estar cerca de él, porque pensar en otras variantes, por más realista que fueren, le destrozarían el alma como cuchillos afilados desgarrando la carne de su cuerpo, el estrés que estaba experimentando no era nada en comparación... sabía que este estaba más relacionado con sus traumas debido a las perdidas previas... por lo tanto si la perdía a ella esta vez estaría listo para perderse a si mismo...
Flashback
Sujetaba la pequeña pelota, sin hacer ruido, sin pretender hacerlo mejor dicho, escucho algo atípico dentro de la habitación, su padre era severo con ellos, todo el tiempo, podía pasar horas sermoneándoles hasta que por su propia cuenta decidían hacer las cosas antes que enfrentarse a su inminente furia, nunca había demasiado cariño o felicidad en su rostro para ellos, pero lo amaban, ninguno de los dos hermanos lo sabía lo suficiente, que lo amaban, que gracias a él eran buenos y destacaban... por eso aquello se le hizo extraño.
Su padre estaba gritando, estaba enfadado con la única persona con la que nunca tenía el ceño fruncido.
A menudo se escondían detrás de ella para evitar sus castigos y ella, siendo su opuesto los arropaba con sus mantas y fingía esconderlos del tipo malo, Darius ya no lo hacía, era grande para eso, pero él sí, no creía posible un mundo sin las sábanas azul real favoritas de su madre envolviéndolo, protegiéndolo.
Ella siempre había estado allí desde que tenía memoria, en la recamara ancha, en la cama enorme y cómoda entre los almohadones acolchados, a veces tenía algo conectado a su brazo, decía que podía alimentarse así, otras veces comía un poco de lo que ellos le daban, también habían más pequeños tubos por debajo de su falda, sabía que no todas las madres eran así, que la suya tenía un problema, pero para su cabeza no era algo tan grave, ella no parecía adolorida cuando estaban cerca, recibía sus abrazos, sus besos y dormía con su padre.
¿Entonces porque? ¿Porque discutían? ¿Iba su padre también a castigar a su madre? Aunque igual ella no salía de casa ¿como la iba a castigar entonces? ¿La estaba regañando por algo que hizo mal?
-tienes que hacerlo no puedes plantearte rendirte
-tu no eres quien esta de esta manera, apenas si sigo consciente.
-¿y ellos?
-ellos están bien los has criado maravillosamente, no podría pedir mejores niños
-eso no tiene nada que ver tu... tu ¿sabes lo que dices?
Se acercó un poco más tratando de entender algo de lo que hablaban, pero pronto fue visible en la puerta Y la mirada grisácea de su madre lo encontró sonriendo al instante, con una sonrisa que no correspondía a su ojos afligidos, su padre inmediatamente le bloqueo la vista, mirándolo con la severidad de siempre.
-es de mala educación escuchar a escondidas Draven-
-s.si...-
-¿que escuchaste?
-yo, yo no lo sé
su padre maldijo en silencio
Draven esperaba el regaño, alguno extenso de su repertorio sobre el respeto y seguir órdenes, eran los que más escuchaban, eran los que menos cumplían.
Pero el hombre pasó de largo, no entendía porque, no podía ver su rostro afectado, supuso como siempre que su madre era la jefa, incluso la suya.
Camino hasta la cama, ella se veía bonita sonriéndole su cabello castaño oscuro como el suyo le recordaba a que padre quería más.
-ven aquí- índico ella y él se subió entre las sábanas, sus brazos no lo rodearon, pero a él le gustaba aún así, las sábanas de su madre eran suaves y siempre olían bien.
-¿paso algo?
-no pasa nada- dijo ella con simpleza.
-¿estas bien?
-estoy bien... todo esta bien.
Recostó su rostro buscando un costado de su madre, ella olía a rosas, a las cremas corporales que le untaba su padre.
Draven escucho la tos miro, a su madre pero la tos no cesó se volvió intensa, y como si nunca se hubiese ido su padre volvió al instante, como un rayo lo saco de la cama y lo puso detrás suyo, no se inmutó ante sus quejas, lo arrastro delante de él sin dejarlo mirar, apenas por el rabillo del ojo diviso sangre en la comisura de los labios femeninos. De nuevo lo empujó con fuerza hacia afuera y cerró la puerta tras él.
Se quedo frente a la puerta, no podía tocar, no tenía ganas de que le regañaran, pero la ansiedad lo tocó, las ganas de saber, Darius tampoco le diría nada, nunca le dice nada sobre nada, su relación era bastante fría, para Darius, Draven solo era un hermano menor molesto.
Asi pasaron los días y poco a poco empezó a pensar en ello como algo ilusorio, un sueño, un malentendido, su mente le trataba de vender la idea de que aquello solo era una imagen alterada... fue tiempo después que pasó algo extraño de nuevo.
Cuando llegó a casa Darius estaba en el patio frontal, esperándolo con la pelota de básquet
Corrió hacia él, emocionado, iban a jugar, no jugaban mucho juntos, Darius solo jugaba con su equipo, solía apartarlo por su falta de habilidad.
No se le paso por la cabeza entrar a casa agarro la pelota en un hábil movimiento de su palma lanzándola hacia arriba y salió disparado como una bala al parque de las canchas, quería demostrar que ya podía jugar con él.
Draven nunca noto el semblante oscuro de su hermano, para él aún era difícil discernir entre el monótono rostro de su hermano y sus gestos taciturno algún tipo de emoción.
Cuando llegaron, Darius cumplió su trato, básicamente barrio el piso con él, no le dejo ganar, ninguna oportunidad, no le dejo tocar el balón, corría detrás de él tratando de quitarle la pelota, pero no lo logro, así eran ellos, no entendían eso de la compasión, de dar ilusiones, ese tipo de juegos eran vergonzosos, habían sido criados de esa forma y no esperaban ganar, solo lo intentaban con sus fuerzas, los hombres Cyrus eran fuertes, Darius aún lo veía en su revoltoso hermano, la chispa, las ganas de seguir intentando hasta convertirse en el mejor, sabía que podría manejar lo que sea, como él mismo y su padre, pero la edad de su hermano aún le parecía un poco corta... para afrontarlo todo. Para también vivir con incertidumbre sobre los días que quedaban.
Cuando Darius se decidió darle un descansó, él también estaba sudando. Se sentaron en las gradas apartados de los distintos grupos uno que otro compañero saludaba al mayor con la mirada, el pelinegro correspondía pero no permitía acercamientos Draven le sostuvo la mirada cuando entendió que necesitaban hablar, su hermano siempre distante parecía especialmente cercano y tolerante.
-¿eres un hombre verdad? Uno enserió...
-¿que dices?
-sabes que nuestra mamá no es como el resto.
Ya habían tenido esa charla, no todas las personas son iguales, algunas viven normalmente otras son enfermas o les faltan partes de su cuerpo, su madre específicamente estaba enferma y por ello no podía salir de cama, Draven había aceptado esa realidad, no con rabia como lo había echo en su momento Darius, ya su padre les había dicho, no era opcional, a veces cuando las personas tenían diferencias no era algo que querían, pero vivían así y eran personas como ellos.
Draven solo necesitaba entender eso, Darius habría sido más exigente con aquel discurso, porque después de todo el habría conocido a la madre activa y cariñosa que solía ser, todo su mundo empezó a caer años después del nacimiento de Draven.
Él si entendía su enfermedad, las implicaciones y entendía las discusiones, los murmullos... entendía que ella estaba planteando irse y dejarlos aunque nadie le dijera nada directamente, ya no pudo enojarse, después de darse cuenta decidió hacer algo por ayudar, ayudar a hacer las cosas fáciles para ella y para su padre odiaba en extremo la situación como cualquiera pero el no ganaría nada más que traerle dolor a ella si se interponía en sus deseos.
-Pronto padre empezará a actuar extraño.
-¿como?
Fin del capítulo 30: tu recuerdo
Notas
El segmento de Draven pequeño estuvo en mi mente desde hace mucho tiempo, estoy feliz de haber podido ponerlo en algún lado, Hace tiempo sufrí de un ataque de estrés aunque en este caso fue más leve para que nuestro protagonista no tuviera que inmovilizarse me alegra que haya servido de algo esta vez aunque quizás hay muchos errores en la ortografía creo que la parte de Draven antes del Flashback ue mi favorita de escribir.
Estoy agradecida con quienes siguen leyendo este fanfic, con cada capítulo me pongo un poco más intensa porque siento que pronto tendré que despedirlo, hasta entonces espero disfruten cada capítulo.
Muchas gracias a Krystal Rice no dudes que fue tu hermoso comentario el que logro que me pusiera las pilas a escribir esto rápido!!!
