Capítulo 35

Eran las cinco de la tarde, había dormitado recostada a la pared mientras sentía que su captor estaba lejos, apenas escuchaba pasos se erguía como un resorte, a veces para desplomar sus hombros en el momento en que se fijaba que no le estaba prestando atención.

Fue hasta las seis de la tarde, tal vez por los indiscretos sonidos de su propio estómago demandando alimento, su captor tiro un pan de hojaldre al piso que rodo gasta su vestido, Sona tan solo lo observó de reojo sin dejar su postura, al ver que Jhin la observaba atentamente se apresuró a inclinar con mucho esfuerzo todo su cuerpo para tomarlo con su boca, uno de los ganchos que sostenía las ligas que el hombre había hecho en su flequillo se soltó en su movimiento brusco, se quedó estática cuando sintió que su captor se tensaba.

-tsk esto va a llevar mucho tiempo- dijo el pianista con tono exasperado, aparentemente dejó de ver a Edith. Y su miedo calo fuerte, el pan cayó de su boca y con el estómago rugiendo en agonía de nuevo las lágrimas amenazaron con salir, su humillación no era la razón, ni siquiera el dolor, era la incertidumbre de no saber cuando acabaría, a que hora Jhin haría algo distinto, en que momento decidiría por hacerle daño, eran como una ruleta rusa y ella estaba atada.

Antes de que las lágrimas desbordaran el teléfono inalámbrico empezó a sonar, Jhin se masajeo el seño, no usaba teléfonos portátiles y la única persona que podía tener el número de la casa fue quien lo trajo allí.

-esa zorra- esculpió sin piedad para caminar al otro extremo de la sala -nos vimos más temprano sin embargo...- internamente el pianista sabía que ya no podía hacerse el tonto con ella, salir del conservatorio también le hizo aprender sobre el mundo, antes sabía que Nami era rica, ahora entendía que también era poderosa, y no solo monetariamente, se había enredado con una persona que no podía ignorar fácilmente, básicamente tuvo suerte cuando ella era una adolescente pero ahora podía sentirlo, como la mujer sabía que tenía el control, eso le molestaba demasiado, si respirar el mismo aire que ella le asfixiaba entonces escuchar su voz le provocaba incomodidad, y no podía hacer nada para alejarla cuando era la única persona a la cual recurrir cuando la situación fue difícil.

Jhin respondió y se puso el teléfono en el oído pero sonó el altavoz desde la caja del aparato.

-oh may, pensé que me ignorarías- Sona escucho mientras Jhin intentaba presionar teclas pero fue en vano, la tecnología y él iban claramente en sentido contrario.

-Nami, ¿escuchas?...

-fuerte y claro- la voz juguetona de la mujer era inconfundible.

-¿que es?- pidió exasperado.

La mujer parecía querer decir algo importante, Sona la escucho gesticular varias veces pero su voz no salía.

-umm uh a

-que es Nami, no estoy de humor para juegos ¿es por tu cena? Acordamos hacerlo la próxima semana-

-si e.eso E... - de nuevo balbuceo algo incoherente y luego no dijo nada.

-Ya basta, podías hacer llamadas de broma a cualquier otra persona- Jhin respiro hondo quitándole finalmente peso a la situación, ahora solo debía hacer que esa llamada acabará.

-¿cierto que si? Ni siquiera sé porque llame cuando... cuando, si eso- Jhin suspiro contrariado Nami solía ser caótica, no absurdamente ambigua, pero ahora mismo no tenía ganas de descifrar su accionar, mientras se mantuviera lejos estaba bien.

-¿es todo?- presiono el hombre.

-si.

La llamada se colgó y en ese justo momento volvió a timbrar nuevamente sin embargo Jhin desconecto el aparato, no quería repetir esa extraña conversación. Cuando todo estuvo en completo silencio Jhin respiro hondo por segunda vez pero no pudo soportarlo.

-¡Que mierda!- grito simplemente frente a ella causándole a Sona apretar los ojos de la impresión, Jhin quería tirar el aparato y darle cuatro veces contra el piso pero en la noche volvería a conectarlo, no podía ignorarla, debía calmarse, debía calmarse se repitió como un mantra mientras se pasaba una mano por la los lisos y delgados cabellos.

Si Edith, Edith estaba con él, la miro con el pan intacto a su lado, tan solo con marcas de un mordisco en el.

Se agachó a su lado y recogió el gancho de cabello poniéndolo en su lugar, sintió a Sona temblar cuando su mano tocó su cabello para arreglarlo, tras acabar subió su rostro y acaricio su barbilla y pómulos con sus manos, ella se estremecía y él trataba de comprenderla pero aunque era pronto deseaba que fuera imperturbable "pero la perfección lleva tiempo así que está bien".

-Edith, cuando estoy contigo, finalmente puedo respirar de esta mierda de mundo, constantemente siento que me falta el aire, que todo esta sucio y es imperfecto- Jhin se recostó en el pecho de ella siendo atrapado por los brazos débiles y vendados, pese a saber que era un reflejo de la mujer se sintió satisfecho y murumuro -Sostenme Edith querida, en este mundo, tu eres todo lo que necesito- tras unos interminables minutos para Sona el hombre se acomodo entre los muslos de la virtuosa y cerró los ojos.

Sona sabía que no estaba dormido, no podía en esa posición, la pianista sintió como el tiempo pasaba lento y tortuoso.

Tenia tanta sed, por perdida vez pensó que necesitaba ir al baño, cuando se recostó sin cuidado sobre su abdomen la sensación empeoró, aquel pequeño mordisco a ese pan no hizo más que abrir aun más su apetito, el estomago le vibraba como las vías de un tren y en lo único que podia era pedir al cielo que ese hombre no decidiera violarla para descargar su ansiedad, porque podía sentirlo, ya lo sabía de antes, no estaba bien de la cabeza, su bipolaridad le helaba los huesos.

"No te quejes no te quejes no te quejes" se repitió una y otra vez mientras sentía que estaba a punto de orinarse encima.

Él lo repitió varias veces:

"Edith no se queja incluso cuando está siendo golpeada" y aunque al inicio sintió pena por la que debió ser Edith honestamente seguro ella habría podido ir al baño y no estar encadenada.

Al cabo de lo que pareció media hora más larga de su vida, con los muslos y piernas adormecidas llorando de dolor, su vejiga a punto de reventar y todo tipo de dolor aun vivo en su cuerpo Sona escucho claramente como el seguro de la puerta fue retirado.

Dejo de respirar no se movió, sea quien sea, si planeaba ayudarla o le daba una oportunidad para salir de allí, lo tomaría, trato de no alertar al hombre con los ojos cerrados pero fue inútil cuando la puerta se abrio de golpe.

Y en ese momento Sona no sabía si debía estar aliviada o aterrada por lo que veía.


Draven llegó a la comisaría justo a tiempo, no había comido nada pero se sentía capaz de matar a golpes a aquel sucio bastardo, se baño, lavo su boca y escogió la primera ropa sin mal olor que hallo, sin preguntas de parte de nadie se subió a la patrulla donde estaba Darius, atrás los seguía otra unidad, se preguntó porque no añadieron una ambulancia, pero entendió rápidamente que llamarían la atención de los medios y en su situación, donde podrían o no estar salpicada gente peligrosa, lo mejor era hacerlo todo lo más discretamente posible, desecho su queja, no era el momento, por lo menos le habían dejado ir, había visto a Kayn hacer todo un escándalo porque Darius le ordeno que se quedara.

Pasaron aproximadamente 20 minutos, Draven no podía creer que estaban entrando a terreno sin pavimentar, aquello le atemorizaba mas, había visto y demasiadas series, tenía las manos frías y tras cada tramo sentía una terrible sensación de nauseas, no entendía porque, tal vez estaba teniendo lo mismo que tuvo el día anterior en la comisaria, cuando Sona llevaba sus primeras horas desaparecida.

-es una reserva forestal convertida en parque de retiro para gente rica- le explico Darius tratando de que nos e notara lo mucho que le afectaba ver el rostro de su hermano menor blanco como una sábana imaginando cualquier cosa. – puede que no lo parezca pero hay personas alrededor, si es listo no haría nada imprudente- le calmo, cada segundo que pasaba su corazón latía más rápido en impaciencia, sus manos frías le pedían calma, pero su corazón que nunca estuvo separado de su mente no rechazaba la adrenalina que llegara para golpear y matar al bastardo que la tenía...

Espero sea el correcto.

Cuando finalmente se acercaron al lote marcado, vieron la cabaña de madera de un solo piso de aquel campo, Draven supo que nada de lo que el hubiese echo habría servido, el lugar estaba dentro de una reserva turística orientada a la preservación animal, no habían vecinos cerca, tan solo como Darius indico transeúntes casuales, las casas estaban repartidas por todo el extenso terreo y eran ocasionalmente alquiladas por familias extranjeras por poco más de meses, era imposible haber podido rastrear eso, supo que por más le fastidiara el Kent amigo de su novia debía darle las gracias.

Darius bajo primero pidiéndole que se quedara y con sus compañeros corroboraron con el guardabosques previamente citado que un taxi había entrado ayer a la tarde y habían venido a recogerlo en la noche, luego en la mañana y hasta hace poco un auto de alta gama entró y salió varias veces.

-¿él habría podido irse con ella?- Draven se desesperaba por cada maldito segundo que perdían y cuando finalmente tras los tres llamados por el megáfono, con un Draven que se le salía el corazón por la boca ante la expectativa la puerta fue echada abajo y lo único que sintió fue el alivio y la sensación de que algo no era correcto. Como todo el resto que observaba en silencio la escena.


Minutos atrás

Las pesadas botas de cuero golpeaban estruendosamente el piso de la entrada hasta la sala, una alta mujer con un rizado y muy rubio cabello suelto caminaba con soltura hasta donde ambos, víctima y secuestrador se encontraban, la imponente mujer sujetaba una barra de metal con ambas manos y llevaba una máscara blanca teatral, aunque cualquiera de los dos podría imaginar quien era ella.

Colgando de su hombro un arma enorme parecida a la que Jhin le había mostrado más temprano, sin embargo no era un revolver, Sona pensó que era más parecido a una escopeta y contaba con más detalles la punta de está extendiéndose como si fuera filosa y un pequeño llavero purpura decorándole, venia como si estuviera a punto de asistir a una fiesta de disfraces y aquello le dijo a Sona que su sanidad mental estaba al nivel que la de su captor

-Nami, Nami - Jhin la reconoció de inmediato, su largo y alborotado cabello rubio danzaba rebelde con sus pasos, aquella máscara fue su primer intento profesional en las artes plásticas, el pianista recordaba perfectamente haberla dibujado al lado de una rosa durante su tiempo de descanso, por supuesto, para Nami, el rostro de Jhin fue su musa, pensó en dárselo pero sabía que Jhin lo tiraría, ella lo guardo, y esa arma... fue también sacada directamente de los bocetos del pianista pero el virtuoso no sabía si estaba completamente echa artesanalmente o realmente funcionaba, por lo que el temor se apodero lentamente de él.

No sabía que estaba pasando

¿Ella vino a matar a Edith?

¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!

Jhin se puso de pie como un resorte, en un movimiento contradictorio Nami se quitó y tiro al suelo la escopeta, que se deslizo hasta sus pies, hizo un fuerte sonido que espanto a Sona, fue inevitable la virtuosa se orino en ese momento aterrorizada por completo.

-las malditas armas y el teatro nunca fueron lo mío- dijo finalmente la rubia quitándose la máscara- pero me gustan las buenas entradas.

-¿Nami que carajos haces?-

-¿no te gusta? La hice para ti, según tus especificaciones.-Jhin le sostuvo la mirada sin moverse estando justo al frente de Sona, Nami intento verla y resoplo al ver a la peor versión que imagino, esperaba verla golpeada por lo menos, muerta preferiblemente, pero era ese maldito apego emocional por un fantasma del pasado el cual hacia imperfecto a (su hombre)

-¿querías pensar como me sentiría cuando me enterara que tenías a una niña secuestrada?- hizo un puchero poco creíble mientras le miraba con sus enormes ojos ambarinos.

Jhin se encontraba perplejo, Nami rio como si fuera lo más gracioso que había visto. -¿Cariño creíste que no lo sabría? Nunca entendiste que soy tu dueña, eso fue un grave error- Jhin en ese momento pensó que ya no le importaba, sus palabras pasaron de ser cripticas a herir su orgullo, camino hasta el mesón sujetando su arma cargada y ante la mirada risueña de Nami dio un tiro al piso que saco disparado el primer balín, debía llegar a la maldita cuarta bala antes de que Nami hiciera algo.

La mujer por su parte sonreía como un gato -me gusta eso de ti, te encanta morder la mano de tu dueño a pesar de ser un simple perro- el segundo balín salió disparado y así el tercero, Sona escuchaba aterrada y temblaban cuando los balines salían disparados al piso y saltaban con presión amenazando rebotar contra ella

Nami agarro con fuerza su barra de metal y la extendió un poco más hasta llegar a la longitud de un bate de béisbol.

Jhin le apuntaba finalmente, la mujer cada vez más cerca agarraba la barra brillante de metal con una desenvoltura que Sona no podía explicar, por un segundo pensó en Katarina usando nunchakus.

Entonces la bala real salió disparada antes de que Nami llegara él, pero fue más certera la barra que golpeo sin piedad la cabeza de Jhin, el cuello del secuestrador casi da una vuelta completa y aterrada Sona pensó que nunca había visto a nadie con tan poca sangre en vivo y en directo, Jhin cayó de inmediato y la bala que había salido del arma había apenas rozado a la mujer encontrando su destino en una pared.

-tu puntería es hermosa amor mío, pero yo tengo más entrenamiento- murmuro dulcemente la mujer acariciando el cabello negro que se empapada de sangre con una expresión casi embelesada, no entendía cómo podía tener una expresión tan dulce en esa situación, pero Sona sabía que no podía contar con él sentido común frente a ese par.

¿Él... él seguía vivo acaso?

La mujer volteo a ella, la miro como si recién hubiese recordado su presencia, la pianista habría deseado que no lo hiciera, pero ahora tenía frente a ella una loca mucho más dispuesta a matar que el primero.

-¿lo hicieron?- la mujer la miró directamente acercándose luego de dejar a su compañero suavemente sobre el piso empezando a mancharlo de sangre, Nami se agacho a su altura sin dejar que su trasero en sus Jeans ajustados tocarán el suelo –responde, te queda poco tiempo Edith ¿Tuvieron relaciones sexuales?-

Sona negó de inmediato varias veces, intuyendo que esta pregunta podría salvar su vida, si pudiera hablar le rogaría, y le pediría por su libertad a cambio de su silencio, pero solo podía negar frenéticamente casi al punto del mareo.

Nami arrugó la nariz, estaba oliendo su orina, Sona no hallo tiempo para avergonzarse.

-oh bien ya que eres la razón por la que volvió a Valoran supongo que podemos dejar esto en un Girls suport Girls, sororidad llámalo como quieras- murmuró la mujer como si no le hubiese mirado con intensiones asesinas hace un instante aunque en su mente había algo más, dos bandos poderosos de Valorant estaban ahora mismo moviendo hilos para hallar viva a esa chica, le convenía no meterse con ellos y no hacer las cosas complicadas para su familia, por más que detestara la idea de la obsesión andante de Jhin viva por ahí.

-es mi pertenencia y aun así actúa como su propio dueño, fue tan bueno y doloroso- la mujer suspiro -nunca le había interesado nada más que el arte, tu existencia me molesta- Sona se sintió amenazada pero se mantuvo firme, lo más que estar empapada y sintiendo todo tipo de dolor le dejara, mordía sus labios para que las lágrimas no salieran de sus ojos.

-hagamos esto, tú te quedas aún más callada sobre Jhin, sobre mí, sobre lo que pasó aquí y yo me olvidaré de tu existencia- Sona no sopeso sus palabras, asintió de inmediato sin mediar absolutamente nada, si esto la sacaba con viva de esa maldita casa entonces seria capaz de lamer sus zapatos.

-¡eres inteligente!- celebró la mujer de nuevo con esa expresión dulce e inocente que no correspondía a sus acciones. Camino hasta el hombre y empezó a ponerlo sobre su hombro, Sona vio sus músculos tensarse, la mujer era fuerte... muy fuerte, y probablemente se le daba muy bien eso de dejar huesos rotos, entendía por su corta conversación que de echo Jhin seguía vivo, por lo que también tenía control sobre lo que hacía.

-cuando salgas de aquí sabrás quien soy, probablemente, y sabrás porque es mejor quedarte callada sobre esto, a menos que quieras ver el cuerpo de todos tus allegados nadando en trocitos en alguna parte del mar de aguas turbias- se sujetó con facilidad a Jhin en su hombro, como un costal, le dedico una última mirada y se marchó, lo último que Sona escucho fue su juguetona voz femenina canturreando -oh eso sería tan sencillo- siguió llevando a cuestas sin aparente dificultad el cuerpo adulto, la puerta fue cerrada, no por ella y en completo silencio pudo captar a un tercero quien dijo algo inentendible para sus oídos.

-¡Gracias guardabosques!- logro distinguir la Voz de Nami nuevamente, podía escuchar lo que pasaba en la puerta como esa mañana.

-¿necesitara otra cosa?-

-lo mejor es que no toques nada señor, la policía, ya sabes-

-es así- como si fuera algo natural el hombre lo había aceptado todo, aquello revolvió de impotencia el estómago de la pianista que aun podía escucharlos.

-todo irá bien, descuide- las tiernas palabras de Nami no parecían ser pronunciadas por alguien que acababa de golpear a un hombre hasta el inconsciente y dejado a una mujer encadenada en una casa -diga que un auto de gama alta vino por aquí varias veces, mi camión es muy vistoso, mejor evitar que papi me regañe- mujer Sona no podía ver pero había escuchado ese motor en la mañana, el que no hubiese escuchado ahora tendría que ver con el guardabosques que probablemente lo trajo hasta ahora.

En ese momento cuando escucho finalmente el motor rugir y todo quedarse en completo silencio finalmente incapaz de contenerse echo a llorar, lloro como nunca había hecho en su vida, termino de vergonzosamente vaciar el contenido de su vejiga e inexplicablemente vomito espuma, probablemente toda la saliva que constantemente había tragado desde ayer, finalmente escucho las sirenas y las bocinas anunciando que tenían a alguien rodeado, fueron unos minutos largos sorbiendo los mocos que se escurrían y picaban el arco de sus labios, incapaz de mover sus manos dolorosamente enrolladas en telas, cuando la puerta se abrió de nuevo y los pasos agitados entraron, Sona sabiendo que probablemente él estaría allí lo busco, con los ojos y cuando lo encontró rompió a llorar nuevamente de su boca no salía ningún sonido aun así la abría queriendo gritar mientras las lágrimas salían a chorros de sus ojos.

Le dolía todo le dolía ahora sus piernas y entrepierna picaba, su garganta escocia y estaba sobre sus fluidos.

Sin importarle absolutamente nada Draven corrió a ella a desatarla arrodillándose a un costado de ella para que recostara su espalda contra él, varios hombres la rodearon con la intención de abrir las bisagras de las cadenas en sus piernas, Sona se ocultaba en el pecho de Draven sollozando incapaz de abrazarlo. Darius se concentraba en las manchas de sangre tratando de adivinar la extraña situación sin embargo cuando alguien estuvo a punto de tomar fotos uno de los hombres que habían venido con ellos lo impidió. Desde ese momento todos intuían que aquello estaba en una jurisdicción superior, Draven podría haberse quejado y armar un escándalo pero solo podía concentrarse en besar y abrazar a la mujer que ocultaba su rostro en su pecho.

Draven vio los moretones sobresalir de las vendas en sus brazos y manos, se lamentó sintiendo su dolor como propio.

-hueles horrible- dijo él con la voz afectada a punto de llorar, ella asintió incapaz de mover sus manos -aun así yo olía mil veces peor esta mañana- Sona levanto su rostro para verlo y sonreírle débilmente, sus mejillas rosadas, sus ojos ya hinchados, aun así le parecía la criatura más hermosa, el acaricio el contorno de su rostro con paciencia y finalmente cuando estuvo libre la cargo, el vestido blanco goteando y ensuciándole en el proceso pero no importaba mucho.

-ya estás conmigo- Sona asintió y cerró los ojos, sabía que al hacerlo podría imaginar cosas feas pensó que no podría dormir pero mientras lo abrazaba como podía y recibía su calor sintió todo alejarse de ella, un paso, dos... y la nada.

Fin del capítulo 35: Tsunami amarillo.


Notas (advertencia de notas extensas ;-;)

Hay muchas cosas que quiero decir respecto a estos tres capítulos.

No resulto absolutamente nada como lo planee, en mi cabeza esto iba a terminar muy mal, quien terminaría lesionado y un poco más bestialmente sería Draven, Sona solo tendría un pequeño daño emocional normal tras un secuestro, en mis primeras ideas para esto mi mente de Fangirl me exigía que Jhin y Draven se enfrentarán balas vs hachas (en este caso navajas) volando y de alguna manera rebotando pero todo dio un vuelco tras introducir a Nami, era un personaje que necesitaba para que esto tuviera algo de sentido, es decir, no sé de qué otra forma habrían hallado a Sona sin Nami, y teniéndola dentro empecé a jugar con ella, al principio solo iba a estar obsesionada y enamorada siendo linda y todo eso, pero... ya saben el resto.

¿Piensan que lo de Sona fue exagerado? He visto muchas series y pelis de secuestro, siempre parece que los secuestrados se mantienen bien a menos que lleven meses en esas condiciones, basado en mi experiencia yo no me baño un día y huelo a perro de la calle, no como una comida y me estoy desmayado ¿soy muy débil? Oh bueno de todas formas espero que hayan disfrutado esto, aún quedan unos cuantos capítulos por delante.

¡¡Un pequeño aviso antes de despedirme!!

Estaré participando en el Mermay (te dan una palabra por cada día y la idea es publicar a diario en lo que corre el mes en este caso con temática de sirena) lo pongo aquí porque usaré una shipp de League of Legend, (SonaxLee) nunca había hecho nada sobre ellos y me ha empezado a gustar lo que estoy preparando.

Debido a esto tal vez el siguiente mes no publique nada más de ningún fanfic así que también me disculpo, pero si quieren ir a echar un vistazo se los agradecería de corazón, tengo la sensación de que no tendré vistas jojojo, subiré aquí en Fanfiction y en Ao3.

PD : estaré subiendo algunos capítulos revisados en estos días (revisados por mí, 7n7 ojalá tuviera Beta Reader ¿alguien, alguien?)

Han llegado hasta aquí así que pidan lo que quieran para estos últimos capítulos de Señas, ya sea que antes de que acabe quieran ver a un personaje que les gustó mucho, o alguna situación que les hizo falta, solo siguen cosas buenas, gracias a ustedes estoy a punto de acabar un fanfic, tal vez seguiré dejando notas finales extensas a partir de ahora, pero descuiden cuando termine de hacer revisión iré borrando las notas.

Gracias a todos, Krystal Rice, estoy muy nerviosa por saber si este desenlace te gustoy Jungla manco, extrañe tus comentarios, espero te pongas al día pronto! volveré a responder comentarios como es debido en el siguiente capítulo, no quiero extender más las notas.