Advertencia: Esta parte contiene lenguaje explícito y situaciones de dominación sexual, si no te gustan estos temas puedes omitir este capítulo sin riesgo de perder el hilo principal de la historia.
N/ Ruego con mi alma que lo disfruten.
Capítulo 39
Se sentó sobre él, cruzo las piernas sobre su torso, el pantalón de tela ligera que se relajaba en las piernas de la pianista no dejaba nada la imaginación sobre lo blando de la carne que ahora se aplastaba tentadoramente sobre su propio pantalón, estaba petrificado, ella beso su cuello, buscando su calor, él le correspondió abrazándole.
- ¿Qué haces linda? - le murmuro acariciando sus cabellos, pero eso la enojo, la enojo tanto ¿Qué debía hacer para romper su lívido? La última vez Draven lo acepto todo fácilmente, pero parece que los acontecimientos recientes lo habían vuelto más precavido con ella, Sona no reparo en lo que estaba haciendo, entraron a su habitación y lo primero que pensó es que debía hacer algo, que la vergüenza se la comería viva si seguía pensando en vez de actuar.
se separó de él y levanto su blusa con los brazos cruzados antes de quitarla por completo frente a él, llevaba un sostén de encaje azul oscuro, de ellos sobresalían los generosos y llenos montes casi apretujados por la prenda, respiraba furiosamente, su pecho subía y bajaba tentadoramente, él no podía quitar la vista de sus enormes y deliciosos pechos ni de su piel blanca y cremosa, y a Sona aquel poder le abrumaba demasiado, no es lo que quería, ese poder, esta vez quería entregárselo a él.
Alzo ambos brazos sobre su cabeza y los entrelazo en una pose de sumisión.
"anda, sigue" le pidió con un gesto de su cabeza, Draven dudo, pero sonrió de forma zurrona alborotando sus propios cabellos, quizás, liberando su frustración y tal vez ocultando los nervios y las ansias que tenía por devorar ese postre completamente predispuesto frente a él, su pequeña e inocente niña quería jugar al lobo con él y no estaba en sus planes dejarla insatisfecha.
-Ou...- murmuro el muchacho con el autocontrol por el suelo y agarrando la bonita pañoleta azul cielo que la virtuosa había tenido en el cabello amarro ambas manos sobre su cabeza en un nudo que no aflojaría fácilmente - ¿entonces esto es lo que te gusta? No me extraña entonces que me hayas escogido a mí para hacer esto - Sona suspiro ruborizada, no, nada era al azar, Draven era fuerte, primitivo, vigoroso, salvaje y el agarre de sus manos contra sus caderas era tan territorial que la emocionaba irremediablemente, lo quería a él, y no precisamente para que le tratara como una princesa, porque tanto en los sueños como en una cama real, ella de vez en cuando quería ser tragada por una bestia feroz.
Draven agarro su barbilla con una mano y la beso, pero el beso no era violento e invasivo como ella espero tras esa declaración, tras marcar su boca la lengua recorrió sus labios y sus pómulos hasta llegar al lóbulo de su oreja se separó y luego beso su coronilla –cuando necesites que pare...- ella no lo dejo terminar, negó con su cabeza, no quería que él se detuviera, de ninguna forma.
Y dios que él no pararía, dudaba mucho que su cuerpo se detuviera en algún momento una vez iniciara, pero necesitaba esa tranquilidad, más para sí mismo que para ella. –solo prométeme que intentaras hacérmelo saber- dijo totalmente serio, y la mirada alba de la artista lo busco, ruborizada, pero imitando su misma seriedad.
"no lo necesitare" quiso decir, pero asintió con ternura, calmándole, inmediatamente Draven dejo atrás ese momento como si hubiese sido un sueño, él era hábil, rápido como un depredador, ella lo sabía, en un segundo besaba su cuello, chupaba con vehemencia la carne con la intención de dejar marcas, luego mordisqueaba levemente la piel, sus manos ásperas y masculinas acariciaban su espalda, sentía electricidad cada vez que él bajaba sus dedos lo suficiente como para rosar el inicio de sus glúteos pero se detenían para volver a subir, su sostén fue desabrochado, y sus senos salieron disparados de su prisión junto con un jadeo y dos nuevas capas de rubor.
Los ojos de Draven se llenaron con la imagen de dos perfectos y enormes montes rosados, estaban completamente erectos, por la exposición y la excitación, las hermosas areolas dos tonos más oscuras que su piel se arrugaban erectas ante la exposición hasta parecer dos regordetas vallas, Draven no pudo soportar mucho el impulso, su cara se hundió en ellas aspirando su aroma, sus manos no perdieron tiempo para agarrarlas y apretarlas y antes de que ella pudiera protestar un nuevo jadeo fue arrancado de sus labios cuando la boca de él se apodero de uno de ellos.
-mías. - lo escucho decir mientras jugaba con ambas parecía un pequeño niño mientras ella estaba a punto de ceder y recostarse en la cama, pero justo antes de dejarse caer él la sujeto. –¿te di permiso? – dijo demandante sin dejar de amasar ambas gemelas. Sona entreabrió la boca para negar. –buena chica- sonrió complacido para separarse y quitar el sweater negro con kanjis rojos, Sona habría gemido ante la visión, era justo como lo había imaginado tras el partido de baloncesto, ancho, bien trabajado y fibroso, la masculinidad en persona, su intimidad cosquilleo cuando sus ojos bajaron un poco más hasta la pantaloneta, un pequeño camino de bello le indicaba la línea a seguir y la leve erección solo hizo que ese cosquilleo se transformara en necesidad.
- ¿te gusta lo que ves? - asintió avergonzada, pero muy segura de que debía responder cualquier cosa que él le preguntara –no seas impaciente gatita- ronroneo y la atención volvió a sus labios y esta vez el beso fue invasivo y exigente, no la dejaba participar, marcaba el ritmo mientras su lengua se paseaba por toda su boca la cual solo se hacía agua ante el contacto de sus senos contra el duro pecho desnudo de él, deseaba tocarlo, deseaba besarlo, pero aquellas limitaciones la excitaban, le excitaba que Draven tuviera el control.
Su respiración agitada y su corazón martillándole hasta los oídos no le dejo advertir la mano traviesa que empezaba a deshacer el nudo que sostenía su pantalón alto de tela, lo bajo tan solo un poco y aun besándola su dedo índice empezó a hacer círculos en su ahora expuesto vientre, rodeando su ombligo y bajando de forma tortuosa, fue sorprendida y casi cae de espaldas cuando la fuerte mano de él toco y apretó la piel de su cadera y moviendo sus labios a su cuello susurro de nuevo.
-mía-
Se estremeció y se dejó ir, casi creyó que se vendría solo por su voz, lo que no pudo evitar fue lo mojada que estaba empezando a ponerse, esta vez él la dejo recostarse en la cama, pero a cambio sus manos empezaron el trabajo de quitar por completo el estorboso pedazo de tela y ahora, unas bonitas bragas negras eran lo único que lo separaban del paraíso.
Sona imagino todas las cosas rudas que él le haría, y eso la hacía emocionarse, pero cuando abrió los ojos, y lo vio allí, tan solo contemplándola, supo que esa noche, su primera noche y la primera vez para ella, Draven sería un chico tranquilo y aquello la hizo sonreír, más la ternura le duro poco.
Las manos de él recorrieron sus muslos, sin mucha presión, pero con afán, separaba poco a poco sus piernas, se inclinó hacia ella y empezó a besar su abdomen dejo una estela de electrizantes besos hasta llegar justo al borde de sus pantis, de donde apenas sobresalían revueltos oscuros y recortados risos, Draven aspiro con hambre, y sus manos no se detenían en su tarea de poco a poco abrirla más y más para él.
Bajo hasta tener la cabeza completamente metida entre sus muslos y beso el izquierdo para hacer un chupón que dejaría marca, mordisqueo el otro y ella se sacudió en la cama
-quieta- dijo él, lamiendo la zona.
"Draven"
Con sus manos atadas y los ojos bien abiertos conjuro su nombre, una y otra vez mientras el calor de su respiración traspasaba la tela, lo quería, lo quería, lo deseaba tanto, estaba siendo torturada y la necesidad de ser tocada hasta lo más profundo se intensificaba.
Draven se alejó de ella, y ante su mirada de reproche y dolor agarro una sábana y con cuidado vendo los ojos de ella, Sona se removió, intentando decir o hacer algo, pero sus manos atadas le impedían tener un mínimo de comunicación, cuando sus ojos estuvieron ciegos, él la beso –por hoy no necesitaremos una mordaza- murmuro en sus labios, para de nuevo besarla, salvajemente, dejando que los lascivos sonidos se filtraran ante los choques de su lengua, se separó en un hilo de saliva apenas visible para él y empezó a desatar sus manos.
Sona sintió por un momento que volvía a respirar adecuadamente cuando él hizo esto, pero contrario a lo que pensó, su cuerpo fue cargado hasta más arriba de la cama, y el ex ejecutor de Noxus acomodo ambos brazos a los barrotes de la cabecera, luego volvió a amarrar sus manos.
Estaba total y absolutamente inmovilizada, a la merced de su hambre y sus deseos.
Dominada.
Sus hábiles manos descendieron por todo su cuerpo hasta toparse con la última prenda, termino de separar por completo las piernas y Sona tembló ante su deseado invasor, él sonrió llenándose de orgullo ante los pómulos rosados que podía ver desde donde estaba, la vio morderse el labio inferior y una nueva honda de placer lo sacudió como un látigo, Sona era deliciosa, adictiva, el solo verla lo descontrolaba, y hoy por fin saciaría su necesidad más primitiva.
Estaba duro, caliente, y listo para ella, como una maldita roca, era casi doloroso, lo soportaba apenas cuerdo, porque también deseaba hacerla sentir la mujer perfecta que era, puso un dedo sobre la cálida tela negra, de nuevo; ella se estremeció, pero le impidió cerrar las piernas, empezó a frotar suavemente su dedo por encima de la molesta tela que se humedecía cada que la obligaba a hundirse más y más en la deliciosa raya donde pronto el encajaría perfectamente, estaba tan empapada que Draven podía asegurar que si hundiera un poco más los dedos se mojarían por completo, se relamió los labios, pero no, su tortura seria lenta, y deliciosa.
Toco su propio miembro sobre su pantaloneta y la bajo, los oídos de Sona podían escuchar e inferir lo que pasaba, y ese solo simple hecho hizo que se contrajeran involuntariamente las paredes de su vagina en un nuevo espasmo, retorciendo levemente su espalda, algo que no paso por alto su pareja ¿estaría desnuda? ¿completamente desnudo frente a ella?
Los dedos de él no se detuvieron y cuando se cansó finalmente de su juego quito la molesta y empapada prenda, y se llenó la vista con el maravilloso panorama, hinchada rosada y empapada, su boca se hizo agua y mientras Sona apretaba las manos esperando el doloroso choque, Draven tenía otros planes.
Sus dedos siguieron restregándose contra ella, pero se sorprendió cuando sus manos sujetaron ambos muslos alzándolos y lo que estaba intentando invadir dentro de ella no era ningún vigoroso y delicioso falo, si no, el rostro de Draven.
Sona empezó a jadear complacida con toda la cabeza de Draven metida entre sus muslos, el castaño lamia y chupaba con fervor, dejando rastros de saliva y mojándola aún más, los jadeos de la virtuosa lo animaban, la imagen de Sona rogando arrodillada en la posición de un perro pidiendo por medio de jadeos a su amo lo excito aún más, y su lengua busco más arriba de su caliente y húmeda raja el pequeño botón de placer, para darle una recompensa.
Una de las manos dejo de sujetar su pierna y empezó a entrar y salir de su centro mientras sus labios y lengua trabajaban en su zona más erógena, todo lo que salía de la boca y los dedos de Draven eran sonidos lascivos provocados por sus propios fluidos mientras la virtuosa se contorsionaba a punto de tocar el cielo.
-llega para tu amo- murmuro en su vagina aumentando la intensidad de sus estocadas y lengua, la virtuosa no lo pudo soportar más, exploto violentamente arqueando con fuerza su espalda, cada uno de sus vellos se erizo y su interior se contrajo humedeciéndola aún más, no era su primer orgasmo, pero definitivamente si fue el mas intenso.
Draven aparto sus labios complacido, ella seguía ultrasensible pero completa y totalmente empapada, su verga dura goteando y adolorida le rogaba por su turno, la agarro con una mano y empezó a rozar su miembro con la entrada empapada, si Sona hubiese podido hablar, le habría intentado rogar por piedad, pero tampoco podría hacerlo porque en ese caso él la habría amordazado.
Era cierto, estaba complacido con que Sona fuese una sumisa en la cama, la idea de ser adorado y que su pene fuera deseado lo encendían lo suficiente como para solo tener deseos posesivos sobre el cuerpo femenino durante todo su encuentro, Sona era adictiva y estaba descubriendo que había hallado a una perfecta y escultural diosa sexual, sus caderas eran anchas y su cintura apretada, poseía los senos más llenos que había podido contemplar, le llamaban a él y a su virilidad, pensar en sus nalgas desnudas redondas y rosadas, realmente solo tenía ganas de morderlas y dejar marcas en tosa esa piel inmaculada, se le hacía agua la boca con la idea de voltearla y tomarla por detrás, y estaba esa parte, su parte favorita, ese par de perfectos y llenos muslos que se abrían ante él dándole la bienvenida, se llenó de su imagen expuesta una vez más, estaba a punto de comerse a una diosa.
-esto dolerá menos de esta forma- sugirió el cuándo ella empezó a revolverse en la cama como forma de queja ante la sensibilidad que sentía cada que su verga rozaba levente con el clítoris, después de todo acababa de tener una extensa corrida, todos sus músculos estaban relajados y su vagina estaba completamente empapada e hinchada.
Draven se subió a arcadas encima de ella, terminando su cometido de empapar su verga entre sus fluidos, Sona pudo comprobarlo tan solo con ese contacto, lo vio antes pero ahora podía corroborar que era grande, enorme y palpitaba deseoso en su entrada.
Mordió su labio apretó sus manos, aun más fuerte si era posible mientras los barrotes empezaban a marcar la piel de sus brazos.
Draven intento poner la punta en la entrada, pero antes de quedar frente a frente a su virtuosa desarmo el nudo y dejo que ella se recostara cómodamente a la cama, luego quito la sabana, los ojos lagrimosos complementaban su rostro acalorado y los labios entreabiertos en una imagen que Draven describió como lo más erótico que vio nunca.
-esto puede llegar a doler- le explico, a lo que por primera vez desde que empezaron Sona junto sus manos frente a él, dispuesta a darle una respuesta.
"¿Sabes lo que son los consoladores?"
Y antes de que Sona pudiera reírse de su travesura, Draven la embistió abruptamente, sentía que si no lo hacía explotaría justo en su entrada.
-ahora te voy a enseñar que se siente tener uno de verdad- beso su cuello mientras entraba y salía sin mucho cuidado –te voy a coger tan bien que cuando salgamos de aquí vas a extrañar MI verga entre tus piernas y ningún plástico va a poder satisfacerte- dijo prácticamente poseído mientras sus caderas no dejaban de golpear dentro de ella sin absolutamente nada de delicadeza.
Las lágrimas casi saltan de sus ojos ante la vista maravillosa, agradecía a dios por no ser una chica del todo buena, jadeo de placer conjurando el nombre de Draven gesticulándolo con sus labios una y otra vez, mientras sus propias caderas buscaban unirse a la danza más antigua del mundo.
La vagina de Sona apretaba tan bien que era difícil creer que había estado usando consoladores con anterioridad, pero era una maldita bendición el no tener que verla llorar por el dolor, su primera vez seria suya y mientras ella arañaba su espalda con fuerza muerta de placer, él se derretía dentro de ella entre sus exquisitos pliegues, explorando hondamente, golpeando una y otra y otra vez, con más vehemencia cada que ella contraía su vagina para él.
Si era posible, Sona pensaba que aquella monstruosidad seguía hinchándose dentro de ella, como acto de reflejo ante la deliciosa sensación de ser invadida se arqueo más abriendo la boca jadeando sin control.
"rápido, mas rápido" rogaba mentalmente entregándose por completo a la locura del hedonismo en lo que sería su segundo orgasmo, se contrajo violentamente, y esta vez Draven lo sintió completamente entre su verga, casi se riega dentro de ella.
-dilo, dilo a quien quieres- exigió él dejando se moverse, ella loca de placer boqueo un par de veces, desesperada, antes de gesticular claramente con sus labios "Draven"... -¿alguien más? Negó con su cabeza rápidamente "Draven, Draven" "solo quiero que Draven me folle" empujaba frenéticamente sus caderas contra su verga, hasta que finalmente él se vino estruendoso y ella justo detrás de él, completamente muerta de placer por sentir el caliente liquido bombearla sin piedad.
-Oh dios- bramo Draven agarrando las caderas de ella y apretándola con fuerza, moviéndose una vez más dentro de ella, la virtuosa identifico aquel como el delicioso sonido de su unión, los pezones de Sona se endurecieron aún más si era posible, y aun con su polla completamente enterrada y dura dentro de ella cayo encima suyo y abrazándola cerro los ojos.
-te amo muñeca. Susurro jadeante arropándola con su propio cuerpo –y nunca dejare que vuelvas a dudar sobre ello.
Asintió adolorida y excitada, pero, exhausta. Y cerro los ojos acariciando sus castaños cabellos.
Cuando despertó, lo hizo porque él estaba dentro de ella empalándola por la espalda, se sentía aun mojada y apetecible, entendió que no pararía por hoy, pero también supo que tuvo la delicadeza de pararse e ir por la pastilla que ella misma había traído y un vaso de agua que dejo en el nochero.
"ummm si, follame porfavor" dijo mentalmente moviendo sus caderas para él, a lo que Draven la volteo completamente boca abajo.
-eso es mi pequeña y adorable cachorrita- Sona se estremeció ante el mote y alzo el trasero para el en un gesto que ella identifico algo que haría su pequeña y adorable cachorrita.
Ese día seria largo...
Fin del capítulo 39: Dominada.
Notas: gracias por leer este capítulo, seré sincera, hace años no escribía nada sexual (y creo que es mi primer Lemon Heterosexual convencional) por lo menos nada que llegara hasta el final, así que agradezco de corazón a los que leyeron el capítulo aun si pudieron haberlo omitido sin perderse nada del hilo de la historia, si tienen sugerencias u opiniones estaré muy muy atenta tengo muchos borradores eróticos Yuri empolvados.
Me he divertido mucho, sobre todo porque es una temática que me gusta, trate de pensar en situaciones que me agrada leer, algo familiar con lo que me sintiera cómoda para escribirlo bien.
¡me emociona que son una parejita! Una autentica parejita.
