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Capítulo 2
El hijo de las tormentas
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Una cosa que Naruto había aprendido con el tiempo es que simplemente vivir para pelear y entrenar podía ser aburrido, había un punto en la vida que tal vez simplemente ya se tornaba demasiado repetitivo el ganar poder para pelear y pelear.
5.6 billones de años por ejemplo, era demasiado tiempo para cualquier ser vivo simplemente convertirse en un loco hambriento de las batallas, y desde esa perspectiva, la tierra se miraba tan pequeña a sus pies.
Y ahora tenía un pequeño problema.
—¿Ahora donde carajos voy?— cuestionó al aire mientras se encontraba literalmente acostado sobre una nube, mirando al cielo con una expresión contrariada—. No quiero volver a Konoha y no creo que ser un buen shinobi— murmuro para si mismo.
La cabeza le daba vueltas.
Tanto tiempo fuera del mundo y ahora que había vuelto no sabía que hacer.
Estaba acostumbrado a cosas de nivel colosal, había ido por niveles que ni siquiera podría empezar a pensar que demonios iba a hacer ahora en un lugar tan… ¿Cómo decirlo? Pequeño.
No creía que la vida en una aldea Shinobi fuera para él, no iba a obedecer a nadie que no respetará, por lo que también estaba el hecho de que ni mucho menos planeaba liderar una aldea o nación, si era algo eso era no un líder. Principalmente porque no quería tener que lidiar con las cosas de cuidar un lugar en particular junto a sus personas, más allá de eso, ¿Qué podía decir? También le parecería aburrido.
Podría ir por su familia que según lo que Jashin le había dicho años antes, pero cualquier atisbo de rencor que hubiera tenido con ellos se había apagado después de 500 años, la ira había seguido allí por otros 70 y luego paso a indiferencia en unos 20.
No los conocía, su vida ya no tenía que tirar en torno a ellos y ahora en verdad que no sabía que hacer al respecto ya que no tenía nada interesante que hacer—Hmmm— el pelirrojo se "paro" en la nube en la que estaba mientras se quedaba pensando largamente—. Supongo que podría ir causando problemas por doquier, resolver los problemas que aparecen siempre es una manera de encontrar a los pendejos que los hacen problemas en primer lugar.
Luego se encogió de hombros.
La nube bajo sus pies se arremolino como si avecinaba un tornado, al mismo tiempo que el Ojiazul se movía un poco y generaba que una buena parte de los cielos se moviera con él.
Y por consecuencia, hizo que la nube se moviera a una velocidad que ni siquiera pareció dejar una estela en lo más mínimo antes de aparecer al otro extremo del continente en un abrir y cerrar de ojos.
Había estado al otro lado de los desiertos del País del viento, cerca de otra extensión de tierra llamada el Reino del Desierto, y ahora estaba en medio del Océano del Fuego, más en concreto sobre una pequeña isla llamada Yānwú, una isla conocida por tener los dos mejores puertos de las naciones elementales, Kõkai y Kaiyõ, si había un lugar donde Naruto podía aprender más sobre como eran las cosas en la actualidad sería en el lugar donde una buena cantidad de partes marítimas se encontraban.
Y el lugar estaba… completamente desolado.
Literalmente, el pelirrojo inclino la cabeza a un lado al ver como lo que quedaba del lugar era simplemente una quemada y destrozada pieza de tierra con edificios en escombros, la nube en la que viajaba se detuvo y desapareció mientras tocaba el suelo después de varios minutos bajando en el cielo.
Cuando tocó el suelo, de haber sido humano habría sentido el calor sulfurante y la sensación casi podrida en el aire, pero el pelirrojo simplemente miro alrededor antes de poner su mano en el suelo y cerrar los ojos.
Usando su Claritangencia empezó a analizar de manera detalla lo que había pasado en el lugar en el pasado.
Una bomba. Algo que liberaba una cantidad enorme de calor y radiación, experimental, pequeña, envenenando el aire.
Muchas personas vivas.
Muchas personas muertas.
Todo en un abrir y cerrar de ojos.
El Ojiazul se quedo callado mientras abría los ojos y veía como estaban las cosas a su alrededor, seguidamente empezó a caminar por el lugar antes de que una imagen mental apareciera en su cara.
Esto fue premeditado…
La imagen de un hombre pequeño… patético en traje, con barba y lentes, y manteniendo una sonrisa perpetua en su cara se grabó en la mente de Naruto—Estoy seguro que las cosas aquí no son el final de lo que alguien así haría, no es como que sea demasiado destacable un simple mafioso más— murmuro mientras extendía su brazo derecho y dejaba que su Youki empezará a salir de su cuerpo, negro y rojo juntándose en su palma—. Sin embargo… el nivel de rencor en este lugar es considerable, seria desconsiderado de mi parte no aprovechar eso… คl¢ēຖŞē.
De la nada, miasma empezó a salir del suelo.
Esa era la mejor definición a lo que paso antes de que se vieran como figuras negras se encontraban alzándose del suelo como si fueran fantasmas, soltando gritos agónicos mientras se formaban en todos lados alrededor del pelirrojo.
Los ojos del pelirrojo brillaron en un tono más oscuro que sus ojos mientras veía hacia el mar, más en contraste, en una dirección muy cercana al país del fuego. Una de las cosas que podía hacer el Youki era juntar las emociones negativas, el alma, el rencor, y usarlo para traer a la vida oscuras manifestaciones de espíritus con un gran odio antes de morir.
Una media sonrisa le surco la cara a Naruto. Esas almas estaban sufriendo todavía porque querían venganza por lo que les había pasado, contra quie n les había hecho eso.
Los ojos del pelirrojo fueron de un tono suave de rojo a unos ojos amarillos con pupila rasgada.
¿Qµïéñ §ð¥ ¥ð þårå jµzgår?
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Privado de vida es como la mayoría de personas llamaría al País de las Olas en la actualidad, un país que había sido atacado por años y años por las acciones no sólo de uno de los más grandes mafiosos con el nombre de Gatō, sino otras naciones incluido a eso, siendo una aldea fácil de aprovechar sus recursos navieros por sus contratos navieros y lo pequeños que eran en comparación con el resto del mundo hacían que fueran fáciles presas para el bajo mundo.
Naruto se encontraba vistiendo unos pantalones negros, una armadura metálica negra alrededor de brazos y torso y una prenda de color verde sobre eso, junto a eso llevaba algo de pintura negra en la cara para cubrir las marcas en sus mejillas mientras caminaba sobre los bosques entre el país del fuego, y el país de las olas.
Sus movimientos eran silenciosos, no pudiendo oírse absolutamente, al punto de no ser porque se podía ver su silueta pasando por los árboles no se escucharía nada en lo absoluto, podría llamarlo una mala costumbre, pero los viajes y misiones que Izanagi le había hecho hacer terminaron inculcando el hecho de que a veces era mejor actuar en pequeño en vez de explotar todo a su alcance aunque tuviera la opción.
Corrección, podía hacer eso. Pero pelear contra alguien en esos momentos no era lo que estaba buscando en lo más mínimo, o eso era lo que habría pensado en un principio antes de llegar a un camino en particular.
Dos tipos con una bandana que podía reconocer como la de Kiri estaban atados sobre un árbol, mientras alzaba la mirada un poco para verlos también podía escuchar el sonido a la distancia en dos direcciones, el primero de ellos siendo el sonido de ninjas de Konoha acercándose en su dirección, el segundo de ellos siendo más sobre como a la distancia podía sentir la presencia de varios Chakras peleando.
Cerrando los ojos un poco, el pelirrojo se quedo pensando al respecto.
El recuerdo más lejano en su niñez era haber nacido en la aldea como la absoluta molestia de todo mundo, simplemente era una paria, y no por particularmente ningún buen motivo por el que pudiera pensar en particular.
No tenía en particular ningún odio contra la aldea.
Que no se malentendiera, no le agrada en lo más mínimo el lugar, pero podría comprender hasta cierto punto porque tanto odio y resentimiento hacia alguien como él, a alguien hecho para ese rol en particular.
Comprender era diferente de perdonar.
Había pasado demasiado tiempo como para que siguiera teniendo rencor por eso, pero para todo lo que le importaba, la aldea y sus habitantes se podían ir al cuerno, el único en que pensaba en particular de actuar personalmente era al que había orquestado todo eso—Supongo que eso significa que debería enviar un mensaje en particular— declaró el Okami mientras sus ojos brillaban en carmesí cuando una armadura de relámpagos rojos le cubrió.
Seguidamente, desapareció donde estaba como una estela de color carmesí.
A una enorme distancia…
El cuello le ardía.
Eso era algo que Kurenai Yuhi podía pensar, en lo único que podía pensar mientras se sostenía el cuello para evitar que la pérdida de sangre se volviera mayor mientras parecía esforzarse para respirar, al mismo tiempo que podía ver a sus alumnos peleando y perdiendo contra quien le había dejado así.
Zabuza Momochi, uno de los espadachines de la neblina, usuario de la Kubikiribōchō.
Un usuario muy capaz de Taijutsu que con su Jutsu de Ocultación Neblina era capaz de escudarse de cualquier tipo de Genjutsu que ella pudiera hacer, por lo que sin lugar a dudas, era el peor tipo de combinación para su primera misión como una Jounin Sensei.
Su cliente estaba muerto, la cabeza la tenía rodando a unos metros de él, por lo que ella sabía que si no salían de allí, iba a morir y habría fallado por completo, si es que no lo había hecho ya.
No, lo había hecho ya, simplemente cerró los ojos y espero el momento de su muerte, principalmente porque con la pérdida de sangre ya no podía mantener los ojos abiertos.
Luego de repente, justo mientras lidiaba con los Gennin que le molestaban, se encontraba simplemente teniendo diversión con los niños que le rodeaban, y cuando dejo de ser así se demostró al enviar volando a Kiba y Hinata, Shino siendo clavado contra el suelo con la espada clavada sobre su hombro.
—¡Parece ser que los de Konoha se han ablandado demasiado!
—Parece ser que llego en un mal momento— comentó con cierta nota curiosa una voz apareciendo de la nada donde estaban.
Se pudo escuchar el sonido de como dos pies aterrizaban en el agua, enviando ondas por toda su superficie mientras sentían como la presión del aire aumentaba drásticamente.
Incluso Kurenai que estaba a las puertas de la muerte abrió los ojos de repente ante la sensación de una presencia estremecedora, ni siquiera era una sensor como para sentir que era lo que había pasado.
Sea lo que fuera que acababa de aparecer… no era humano.
El agua se enfrió con sus manos mientras se acercaba para ver la situación, cabello carmesí como la sangre y ojos azules como zafiros, acuclillándose cerca de la sensei desangrándose en el suelo.
Todo se había detenido sólo por su presencia entrando de golpe en el lugar, como si se pudiera sentir el peligro que aquel pelirrojo representaba—Se ve como una herida bastante profunda, corto la yugular y carótida, unos centímetros más y le habría arrancado la espina— murmuro para si mismo el pelirrojo antes de empezar a mover su boca un poco.
Soltó un escupitajo sobre la herida de ella, uno que se veía de color rojo como la sangre y que cubrió el corte sobre la garganta, tan fino como el de un hilo, y empezó a brillar.
La Yuhi inhalo con fuerzas cuando su herida fue sanada y empezó a toser con fuerza por casi estar apunto de ahogarse con su sangre –No tengo muchas intenciones de ayudar a los de la hoja, pero quiero ver como es el nivel actual de alguien competente por aquí— declaró Naruto crujiendo de un lado a otro su cuello—. Supongo que me tendré que limitar para no matarte de un golpe.
Normalmente, Zabuza se habría burlado del niño de una apariencia de 16 que estaba enfrente suyo por subestimarlo.
No lo hizo.
Se puso de guardia rápido, sentía que si se atrevía a tomar a la ligera a… lo que sea que estaba enfrente suyo, seria su último error.
Tres katanas, una por cada espacio entre sus dedos, fueron formadas y al mismo instante en su otra mano aparecieron otras tres, el pelirrojo empezó a caminar con absoluta calma hacia Zabuza.
Y con gentileza, usando fracciones de la fuerza genuina que tenía, empujó sus armas contra la espada legendaria, buscando comparar las fuerzas cuando el pelinegro lanzó un tajo al verlo acercarse.
Las espadas finas y delgadas se encajaron en el metal, partiendo en dos como si se tratara de mero papel, dejando tres muescas en la forma del arma, para que seguidamente Naruto usará su otra mano apuntando al pecho de Zabuza.
Tres cortes superficiales sobre el pecho del espadachín se formaron aún cuando este brinco para separarse por varios metros, y el pelirrojo desapareció.
Los instintos de lucha de Zabuza le obligaron a brincar hacia adelante antes de que otros tres cortes pasarán sobre su espalda, haciendo que la sangre empezará a salir de las heridas, para seguidamente volver a desaparecer.
Izquierda, derecha, arriba, abajo.
Brazos, manos, dedos, piernas, pies, estómago, pecho, cara.
El pelinegro se encontraba alarmado mientras trataba de adivinar donde saldría Naruto de nuevo, era una velocidad que casi parecía irreal, al mismo tiempo que sentía como si todo su cuerpo fuera a ser atacado luego.
Eran apenas cortes superficiales pero la sangre que perdía no lo ayudaba en lo más mínimo, y lo peor de todo… sentía que el pelirrojo se estaba conteniendo.
Esos ojos azules cuando aparecían no se veían como los que buscaban un enemigo de algún tipo, los ojos determinados de un ninja que buscaba la victoria, el sadismo de alguien que buscaba una presa.
No había nada en esos ojos más que simple curiosidad que tendría al ver un objeto desconocido, como un animal simplemente viendo una piedra o un árbol que no conocía.
El pelirrojo apareció delante de Zabuza mientras las katanas en sus manos desaparecían en partículas azules y movía un poco las manos—Parece ser que puedo causar una muy mala impresión la primera vez que estoy aquí, tanto como para asustar a un legendario espadachín— murmuro Naruto algo decepcionado al ver como había causado tantas heridas en Zabuza aún cuando no lo intentaba en lo más mínimo—. ¿Qué te parece esto? No tengo modo de usar algo menos letal contigo, casi literalmente.
Naruto se puso en guardia, con una mano detrás de la espalda y extendiendo la otra como una hoja, la palma recta cual espada.
El sangrante espadachín sentía que recordaba los días de academia cubierto de sangre, solo que en esta ocasión, no era de sus compañeros, sino de él.
Ni siquiera escucho las palabras del Ojiazul antes de alzar su arma y bajarla de golpe con toda la fuerza que tenía en el cuerpo.
Un segundo después, la Kubikiribōchō se partió en dos ante un movimiento de manos del Ojiazul.
Incluso el propio Naruto parpadeo un poco al ver como la espada no sólo era cortada a la mitad cuando hizo ese movimiento.
Zabuza se quedo congelado antes de ver a su lado, donde el movimiento del pelirrojo había sucedido.
Una muesca enorme en el agua del lago, que partía la tierra, los árboles y las nubes en el cielo, extendiéndose hasta donde alcanzará la vista, era tal como para que pareciera algo sucedido por la geografía natural del mundo—Parece ser que he estado en lugares demasiado difíciles como para medir mi fuerza.
Naruto no sonaba arrogante ni orgulloso al decir eso, simplemente… sonaba interesado viendo su mano.
No demeritaba la fuerza del espadachín, pero se había enfrentado a tantas cosas peores en su entrenamiento que eso casi parecía… demasiado exagerado que lo enfrentará cuando no tenía ni una absoluta forma de ganar en lo más mínimo—Bueno, supongo que haré esto lo más rápido e indoloro posible— comentó el pelirrojo subiendo nuevamente su mano.
El pelinegro levantó la mirada.
Enfrente suyo no estaba un niño de cabello rojo, inexperto y arrogante.
Enfrente suyo estaba una criatura tiránica, más grande que el mundo mismo, alzando su mano como una forma de juicio final, y bajándola en un parpadeo hacia él.
Y luego… algo golpeó la mejilla de Naruto.
Había sido rápido, demasiado rápido como para que el propio Naruto no moviera sus ojos para ver quien le golpeó.
Fue en cámara lenta en particular para él, y para todos, de un momento a otro una explosión de agua sucedió, una rodilla le había impactado al Ojiazul de manera que le lanzará contra los árboles en el bosque donde estaban.
Fue mandado a volar, aun cuando era pesado, necesitaba mantenerse sujeto al suelo, y aun cuando no le había dolido en lo absoluto, lo había movido.
Eso era algo que podía admitir no cualquiera podía hacer.
Se paro entonces, estaba sentado sobre los restos de árboles destrozados y rocas fracturadas, limpiándose algo del polvo y tierra que le habían caído encima y adentro de la ropa, empezó a caminar hacia la dirección de donde había sido lanzado.
Un hombre de cabello castaño y piel morena había aparecido donde estaban, con una camisa anaranjada y unos pantalones de color azul oscuro, llevaba una banda de Kumo atada a la cintura, y estaba rodeado por un aura eléctrica—Supongo que vienes con el espadachín, ¿no?— pregunto al aire el pelirrojo, con tranquilidad mientras el recién llegado simplemente se ponía en una pose de combate—. Pareces más fuerte que él, espero no te moleste que quiera divertirme un poco, hace un tiempo que no tengo una buena pelea— declaró con una sonrisa mientras ponía las manos delante de su cara y separaba los pies.
Por el color de cabello y por lo que suponía era la legendaria Armadura del Elemento Rayo, Naruto estaba seguro de que ese alguien era del Clan Yuri, un clan de Kumo del que provenía el Raikage.
Para aliarse con Kirigakure, debía de haber algo importante al respecto, Kumo no tenía las mejores relaciones con otras aldeas, pero fue otra cosa la que atrajo la atención del pelirrojo.
Los ojos de ese Yuri era de color blanco con tres tomoes en ellos, el legendario Sharingan… o los de Kumo habían capturado a gente del Clan Uchiha mientras no había estado o algo más había pasado como para ver esos ojos de nuevo.
Nuevamente fue él quien hizo el primero movimiento, impulsándose hacia adelante con los pies, y el Yuri no tardó en imitarlo.
Lanzó un puñetazo hacia adelante.
El sonido de algo macizo se escuchó fracturándose cuando costillas etéreas de color blanco rodeaban al ninja de Kumo, sus ojos abiertos por la sorpresa al ver como el puño del pelirrojo había atravesado su armadura, a centímetros de su cara.
Naruto no perdió detalle de como los ojos del Yuri habían cambiado a un diseño que desconocía.
Tampoco perdió detalle de como se había formado un brazo esquelético con una cuchilla en él, y que se alzaba sobre él.
Se volvió a escuchar el sonido de algo fracturándose cuando la cuchilla impacto contra el otro brazo alzado del Ojiazul.
Esta incompleto, pero el número de personas que puede simplemente destrozar mi Susano'o así de fácil no es bueno para mi. Pensó Kiyoshi Yuri mientras veía al Ojiazul respirar tranquilamente mientras separaba un poco las manos.
—Hwechook de Tercera Estancia.
Incluso con su Mangekyo Sharingan activado, fue como ver a Naruto en tres lugares al mismo tiempo mientras lanzaba una patada triple a los lados de su armadura y la parte trasera, fracturando toda la infraestructura como si se tratara de vidrio.
El brazo que sostenía la cuchilla había sido separado del resto del cuerpo, mientras Kiyoshi se separaba rápidamente con la armadura del elemento rayo cubriéndolo y empezar a hacer crecer su Susano'o— Oigan, ustedes los de Konoha— comentó Naruto mientras veía como la carne y piel empezaban a formar parte del ser etéreo—. A unos cuantos kilómetros de aquí, este tipo atacó a sus compañeros de la aldea, será mejor que corran y vayan a ayudarlos, aquí no sirven de nada en lo absoluto.
El pelirrojo ni siquiera había volteado a ver para saber que no dudaron un segundo en tomar a su sensei, y empezar a correr de allí sin mirar atrás, lo mas rápido que pudieran, incluso Zabuza había seguido su ejemplo y quien parecía un ANBU de Kirigakure apareció en un espejo de hielo para ayudarlo.
La entidad creada por el Yuri había aumentado de tamaño, tan solo la presión de su Chakra eta tal como para quitarles el aire, y saber que debían seguir todos los instintos que dijeran que debían correr.
Naruto en particular veía al ahora semi-formado Susano'o mientras armas de relámpagos se formaban en sus manos, haciendo sonreír al pelirrojo—Nada mal, seria aburrido que este mundo no tuviera desafíos— comentó mientras un aura carmesí le empezaba a rodear.
Bajo circunstancias normales, usar su energía cósmica o su Shinshinshū habría sido demasiado, así que aplicó por lo más cercano que tenía al Chakra.
La energía demoníaca surco todo su cuerpo, una energía tan nociva y que destrozaría a un humano normal, fluía con normalidad en el cuerpo de Naruto, con una experiencia imperecedera, cuernos negros se formaron en su cabeza, la esclerótica en sus ojos se oscureció, sus uñas y dientes se afilaron aún más y las marcas en sus mejillas se volvieron más salvajes—Oni no Kamijutsu (Artes Divinas Oni)
Miles de brazos hechos de energía carmesí aparecieron de repente alrededor de Naruto, hasta donde alcanzaban la vista.
—¡Tentai no Yamanami Zenmets! (¡Cuerpo Celestial que Aniquila las Cordilleras!)
Fue como ver el apocalipsis de frente.
Esa, sería la definición que Kiyoshi habría dado si le hubieran preguntado..
Los ojos de Kiyoshi se abrieron mientras su Susano'o aumentaba aún más de tamaño, hasta formar un ser encapuchado con un rombo en la frente.
Seguido de eso, los puños llegaron.
El suelo se sacudió ante las ondas de choque que generaban terremotos por si solos, el impacto era tanto que su Chakra al instante era succionado para regenerar las fracturas internas y externas del cuerpo.
Había sido lanzado al aire por los impactos de los golpes, y aún así, estos no se habían detenido una vez que le impactaron.
Cuando se detuvo, bajo los brazos que había puesto para protegerse de los impactos que habían sido capaces de atravesar su defensa y vio...
¿Arena?
—¿Qué demo...?
Y el ataque fue reanudado.
Kiyoshi pudo verlo entonces, esta vez no atreviéndose a cerrar los ojos en lo más mínimo, ni por el más mínimo segundo.
Las montañas, mares, bosques y extensiones de terreno de cientos de miles de kilómetros eran surcada en segundos.
Desde la más lejana tierra árida que rodeaba al océano Usagi.
Hasta las fronteras heladas del País del Norte.
A las rocosas montañas del País de los Shamanes.
Y llegando hasta el océano Ryū.
Su Susano'o se había completado y estabilizado, y aún así era destrozado como cristal mientras era enviado por alrededor de todos los continentes en las naciones elementales—Na-Ru-To Okami Original…
Luego, Kiyoshi vio como el aire a su alrededor era succionado como si se tratara de un tornado, las nubes siendo succionadas por el movimiento de piernas de Naruto.
Y casi podría jurar ver a un dragón detrás de él, uno de color azul con ojos carmesí y que de repente aumento su numero y tamaño incontables veces—Danza de los Mil Dragones Azure.
Fue lanzado de regreso a donde había comenzado su movimiento, esta vez girando en un remolino tormentoso de aire presurizado.
El Susano'o Perfecto no era para nada algo pequeño, empequeñecía los bosques cercanos y competía con incluso las más grandes bestias, pero allí se encontraba, destrozando los árboles y lagos con su tamaño al ser lanzado como si se tratara de papel.
Naruto aterrizó sobre el rombo en la cabeza del ser de Chakra con una sonrisa plasmada en su cara, había dejado de utilizar Youki por lo que su apariencia había vuelto a ser como antes—Tienes mis respetos, aun cuando no puse toda mi fuerza la mayoría de seres vivos serían asesinados por ese ataque, tu defensa es increíble— comentó mientras ponía un pie sobre la estructura de Chakra y esta se empezaba a fracturar—. Vine de muy lejos y de hace mucho tiempo y en verdad estoy feliz de ver que hay gente muy fuerte en este mundo.
Kiyoshi se mantuvo en silencio mientras las nubes a su alrededor empezaban a moverse.
Naruto no perdió detalle de como el castaño se encontraba concentrando su Chakra en la energía natural que había en los alrededores, haciendo que sonriera cuando la lluvia empezó a caer—¡Tenchōgyoku! (¡Joyas de la Marea Celestial!)
Y la lluvia se detuvo.
El pelirrojo desvío su atención de Kiyoshi unos cuantos segundos antes de ver como las gotas de lluvia se habían detenido y habían aumentado su tamaño hasta volverse esferas de agua del tamaño de pelotas de baseball, haciendo que girará la cabeza curioso ante eso.
Seguidamente brinco cuando esas esferas empezaron a ir tras él.
Decenas, cientos, miles de proyectiles se encontraban en todas direcciones, atacando sin buscar ni una sola forma de que evadiera, y aún así, solo bastaba que se moviera apenas centímetros para evadirlas, viéndose como si dejará múltiples imagines residuales, pero lo que atrajo la atención de Naruto fue otra cosa.
El ente de Chakra se reformó y los rayos tronaron con una fuerza enorme mientras la energía natural formaba aún más la construcción de energía, relámpagos saliendo de esos relámpagos formaba un arco y flecha.
El proceso entero tomó no más de unos cuantos segundos, y Naruto no perdió detalle de eso cuando las esferas se detuvieron, y esta vez no dejándolo lugar para escapar—¡Suiton: Kyokiri Shikama! (¡Elemento Agua: Gran Guadaña de la Niebla Mortal!)
Los ojos del pelirrojo se quedaron fijos en como las esferas de agua supercondensada empezaban a brillar y se calentaron de golpe.
Seguidamente, una explosión de proporciones colosales se vio en todas las naciones circundantes.
Fue como si un volcán hubiera estallado de repente, mientras el vapor y el calor se alzaban por cientos de metros en el aire y una enorme onda expansiva se formaba.
Una explosión freática.
Una explosión que se generaba cuando el agua se calentaba a una velocidad casi instantánea enormemente, como lanzar un basó con agua sobre una cacerola que estuvo calentándose por horas.
El calor y la fuerza detrás de dicha explosión era lo
suficientemente grande como para aniquilar las áreas circundantes de varios kilómetros de ancho y la nube formada por el vapor se podía ver a países enteros de la lejanía.
Naruto se encontraba volando en lo alto de las nubes, con apenas un rasguño más allá de estar cubierto de ceniza y vapor, habiendo recibido la potencia del ataque a quemarropa.
Es simple pero efectivo, este sujeto es interesante, me recuerda bastante a esos tipos blancos con cuernos y ojos raros. Fue su pensamiento mientras veía como de un aleteo, tenía a un ser de color platinado oscuro, gigante y cubierto en rayos enfrente suyo.
Su arco y flecha eran tan enormes como montañas enteras, su sola flecha parecía estar formada por una incontable cantidad de relámpagos, podía sentir el aire siendo calcinado cerca mientras soltaba su ataque.
—¡FURIA DEL CIELO!
Una flecha que como su nombre decía usaba toda la cólera del Cielo fue lanzada contra Naruto, quien empequeñecido ante tremendo ataque… sonrió aún más.
Era lo más que había sonreído en miles y miles de años.
No era para nada una sonrisa maliciosa o arrogante, sin embargo, mostraba todos los dientes en una sonrisa afilada y con los ojos abiertos de par en par, si alguien lo viera en esa forma, pensaría que estaría loco.
Pero lo que Naruto sentía era un tamborileo en su corazón tan intenso que apenas podía manejarlo, como un niño pequeño que finalmente era capaz de divertirse después de mucho tiempo esforzándose para ser libre.
—¡Raijingūjō! (¡Palacio del Dios del Rayo!)
Una esfera translúcida rodeo a Naruto y se expandió de golpe, expandiéndose cientos de metros, cubriendo incluso al enorme ser de Chakra puro y energía natural, y aun así no deteniendo en lo más mínimo la cólera de los cielos.
Ni un segundo más tarde, relámpagos negros empezaron a cubrir toda la barrera.
Todo lo que estaba allí fue desmenuzado.
No había mejor manera de ponerlo.
Rugido tras rugido de relámpagos se escucharon mientras la esfera soltaba negros y dorados ataques de electricidad tan potentes como para despedazar la lanza blanca de relámpagos, afectando incluso al mismo Susano'o, haciendo que incluso con la defensa de este se empezará a deshacer, incapaz de proteger a su usuario que también estaba siendo atacado por los rayos.
Y justo cuando Kiyoshi creyó que el ataque iba a terminar matándolo, se detuvo.
Empezó a caer desde el cielo con los restos de su ser etéreo mientras los relámpagos cubrían su cuerpo, haciendo que el apenas pudiera mantenerse consiente.
Lo siguiente que vio fue el cabello rojo de Naruto mientras esté le sujetaba de la mano y de repente su caída era alentada enormemente, haciendo que para cuando tocará el suelo, el pelirrojo lo dejara allí sobre el suelo, sin poder moverse pero sin seguir atacándolo—…¿Por qué… no sólo acabas conmigo de una vez?...No planeo decirte nada— hablo con debilidad el castaño mientras los relámpagos lo seguían sacudiendo.
Naruto se llevó una mano detrás de la cabeza y se rasco el pelo, confundido—…Ammm… ¿Okey? Para empezar, no planeo matarte, solo vine aquí porque quería probar a ver que tan fuerte eran la gente de las naciones elementales, y vaya que me diste una sorpresa enorme— declaró el Ojiazul con una sonrisa enorme en su cara.
Kiyoshi le vio con un ojo cerrado, confundido—¿De que… estas hablando?
—Si te quisiera muerto te habría matado en el primer segundo que apareciste— hablo esta vez más sereno el pelirrojo, con sus ojos azules viendo fijamente los ojos del Yuri—. Eres bastante fuerte en comparación con un buen número de los seres que me he enfrentado, limite mi fuerza a un nivel similar al tuyo, así que no perdiste simplemente por ser más débil. Me he enfrentado a millones como tu tantas veces que no existe un numero en lenguaje humano para medirlo. Sin embargo, eres por mucho el más joven de todos ellos, lo que significa que debe haber gente allá afuera más fuerte que tu— declaró antes de acuclillarse para ver al ninja de Kumo—. También significa que te puedes volver más fuerte antes de morir por vejez, simplemente sería un desperdicio matarte.
El castaño se burló—Hmph, ¿Crees que soy sólo un maldito entretenimiento tuyo?
—Eres un guerrero poderoso que se puede volver más fuerte y darme una pelea emocionante— dijo el Ojiazul con una frialdad que casi parecía mecánica—. No hay nada más allá de eso, no te mataré a menos que tenga o quiera hacerlo, simplemente quiero divertirme peleando.
Kiyoshi se quedo viendo a Naruto.
No sentía nada de él.
No podía ver malas o buenas intenciones, era como ver a los ojos de un muerto, o los de alguien que simplemente veía el aire enfrente suyo, no había nada allí, y sabía que no estaba mintiendo porque no le interesaría mentir—¿Quién eres de todas formas? De todos los que igualan o superan a mi madre en fuerza el nunca me contó de alguien como tú.
Esta vez la emoción y la sonrisa volvió a la cara del pelirrojo mientras se levantaba—Créeme cuando te digo, no hay otro como yo, en todo caso, cuando vuelvas con tu contratista dile que iré por su cabeza después— declaró el pelirrojo levantando su mano mientras se daba la vuelta.
El Yuri suspiro al ver como se alejaba, le tomaría varios minutos regenerarse y poder usar su Chakra de nuevo, pero por lo menos habría podido sobrevivir—Ahhh, se me olvidaba, Jōdokyō: Seion Chisui (Enseñanzas de la Tierra Pura: Aguas Serenas Purificadoras)
De repente, volvió a llover, pero esta vez fue diferente.
El agua era de color cerúleo, y lo que tocaba al instante llenaba de vida, los árboles y las rocas volvían a como estaban antes, llenas de vida.
Y cuando le empezó a caer encima, el castaño abrió los ojos al sentir como todas sus heridas, el cansancio y demás se tornaban en nada, había recuperado sus fuerzas de golpe—¿Qué de…?
—Sería descortés de mi parte simplemente dejarte herido allí— declaró el pelirrojo rascándose la nuca antes de sonreírle—. Y mi viejo me creo demasiado bien para eso.
Y lo siguiente que Kiyoshi vio fue como una estela carmesí se iba a volando en una dirección en particular.
Hacía el País de las Olas.
