RESPONDAMOS REVIEWS

Para Nathaniel II

Todos queremos una de esas bro, aunque con lo de reacción/leyendo el fic, jamás he hecho uno de esos fics, y no sé cómo empezar xD

Para Yahiko 8D

Deja de estar de quejoso v:

Para Angel Arcano92

Si Okami se le sale lo Variant, esto se volvería un fic porno por más de diez capítulos xd

Para alkirius

La idea no me suena mal ahora mismo de hecho xd

Reviews contestados, vamos a la..

ACCIÓN


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Capitulo 25

El Carmesí Primordial

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Ese día, Ikumi se despertó con una sensación extrañamente… placentera en todo su cuerpo, no sabría cómo describirlo, como si estuviera totalmente revitalizada, se estiro levemente, levantándose de la cama en la que estaba.

No estaba usando su ropa de dormir, estaba dormida.

Eso fue lo segundo que notó.

Lo primero fue que a su lado estaban abrazadas su media hermana, Naruko y su nueva amiga Chun-Li, las dos tan desnudas como ella.

Luego los recuerdos de la noche anterior le golpearon como un tren del país de la primavera, recordando la gran cantidad de músculo, color rojo y azul y moreno que estuvo sobre ella ayer… y a sus lados… y debajo de ella… y detrás suyo… y en frente.

Giró la mirada al reloj de la habitación, y parpadeó ante lo que vio.

¿Eran las seis de la mañana? No sé sentía con nada de sueño, lo cual era sorprendente después de haberse agotado completamente como había pasado ayer, pero no estaba segura si fue porque así de intensa fue su noche, pero parecía que habían sido horas y horas las que Naruto estuvo haciéndola suya.

Tan sólo el recuerdo de eso la hizo sonrojarse y volver a sentarse en la cama.

No estaba en ningún lado, eso era bueno, al menos así tendría tiempo para pensar en lo que había pasado anoche.

Una gran, sino es que todas, las mujeres en Kumo eran bisexuales, principalmente era relativamente simple para ellas hacer misiones de seducción para cualquier de los dos géneros, así que no había en particular algún sesgo de ese tipo a relaciones con gente del mismo género. Pero Ikumi jamás había estado con nadie, tal vez su hermana había estado divirtiéndose con algunas amigas, pero ella tampoco había estado jamás con un hombre.

Eso era porque su hermana quería a un hombre que fuera más fuerte que ella, y la mayoría de los que eran así, eran parte de su familia. Y bueno, se les enseñaba a traer "sangre de afuera" era mejor que tener relaciones entre familiares.

Por su parte, Ikumi solo quería… un chico bueno, alguien que apreciará su comida y sus esfuerzos por mejorar la aldea, el que no fuera un patán era un añadido a eso.

Y Okami parecía ser eso y más, incluso ella lanzándosele encima varias veces no habían hecho más que avergonzarlo, pero jamás había hecho algún avance indebido con ella, fue cosa de su media hermana y su… la novia de Okami, para que el cediera a eso.

Y luego suspiro.

Había tenido sexo con el chico del que estaba enloquecida desde hace casi un mes.

Sin embargo, una sensación de descontento empezó a surgir en ella.

¿Siquiera podía llamar a eso sexo?

Ella apenas y fue capaz de ser recíproca, Naruto era bastante dominante, y bastante hábil aparentemente, la rubia tenía la cabeza dándole vueltas solo de recordar eso.

Pero comparado con eso, las veces que Naruto se había… bueno… corrido…

No puedo recordar ninguna. Pensó ella entre la bruma tan fuerte de recuerdos de lo que había pasado anoche, haciendo que se quedará viendo las sábanas… las cuales habían sido cambiadas, aparentemente el Ojiazul no las quería durmiendo en unas sábanas que olían a sudor y… otras cosas.

Sonrió levemente por eso, aún con el pensamiento de antes en la cabeza.

En verdad que era bastante lindo con ellas, le sorprendía las cosas que era capaz de hacer por simplemente ser generoso.

Luego parpadeó cuando un delicioso olor empezó a hacer temblar sus sentidos, escuchando como la cocina estaba encendida en un cuarto adyacente, el sonido de una llave timbrando hizo que sus otras dos compañeras empezarán a abrir los ojos.

El Okami apareció por el marco de la puerta en dirección a la cocina, con un delantal negro alrededor de su ropa mientras les veía con sus brillantes ojos azules— La comida está lista, espero que no les moleste que las despierte— comentó el Okami mientras la campana simplemente desaparecía de sus dedos—. Lave y repare sus ropas, deberían estar secas ya, vístanse y vengan a comer— pidió suavemente, mostrando tres mudas de ropa dobladas en una de sus manos, dejándolas en una silla antes de darse la vuelta.

Ninguna le estaba viendo directamente a la cara aparentemente.

El pelirrojo suspiro mientras se sentaba al borde del lavabo, y miraba a la nada por largos segundos, sólo su padre sabría que cosas podrían estar pasando por las mentes de ellas.

—Oh dioses, me… me desmaye en medio de todo eso, yo… yo… uggghhh— soltó Naruko tapándose la cara completamente avergonzada, brillando en rojo—. Ya ni siquiera podía ver, simplemente parecía que las estaba apunto de partir en dos y me empecé a asustar de que me hiciera algo así y… ayyy, enserio que quisiera que me tragara la tierra ahora mismo— pidió la rubia de coletas queriendo llorar.

—Ya… ya tranquila, no es tan malo, yo en verdad sentía que Na…Okami-kun iba a partirme en dos, al menos tú vas a poder… ¿Uh?— soltó Chun-Li palmeando la espalda de la rubia, antes de notar como podía mover sus pies.

Se paró de repente y meneo suavemente sus caderas.

Las sacudidas que Naruto le había dejado a su cérvix habrían sido capaces de dejar a una chica civil parapléjica, y aún que ella fuera fuerte, no debería haber sido capaz de poder moverse después de todo eso, al menos no tan fácil.

Luego se giró para ver a Ikumi, quien la estaba viendo fijamente—¿Chun-san…estás más alta?— pregunto de repente la rubia notando como la castaña le había sobrepasado por un par de centímetros cuando antes eran casi del mismo tamaño.

—Bueno, parece ser que no soy la única que tiene algo diferente en ella— comento la castaña.

La rubia alzo una ceja antes de verse a si misma… ¿Sus pechos se veían más grandes que de costumbre? Y se sentían un tanto más firmes, incluso su trasero también parecía haber crecido unos centímetros.

Para cualquiera eso sería todo, pero para Ikumi… ella podía notar cosas más pequeñas, como el hecho de que su piel se sentía más tersa, o que cualquier marca que tuviera en el cuerpo o dolor de algún tipo había desaparecido.

—¿Así que coger con Ka-kun ahora es mágico? Muy graciosas, sigan comiendo pan enfrente de la muerta de hambre— renegó la rubia… antes de que su estómago empezará a gruñir suavemente.

—…Deberíamos ir a comer primero— comento Chun-Li, sentía apetito llegando, y esos cambios sutiles tal vez serían explicados por su novio.

Un rato después, el pelirrojo las vio llegar con sus ropas ya totalmente arregladas, se quedó callado viendo como se sentaron alrededor de la mesa cuyos platillos estaban cubiertos.

Naruko estaba apunto de extender su mano para destapar uno ante de que el Okami alzará una mano, diciéndoles que esperarán… dándole con el cucharón en la mano—Antes que nada, quería hablar de lo que pasó ayer con… nosotros— noto al instante como Ikumi y Chun-Li bajaban la mirada, sus caras poniéndose levemente rojas ante eso, y como Naruko se cruzaba de brazos mirando a otro lado molesta—…Yo me quiero disculpar.

—¿Eh?— soltaron las tres para ver cómo el pelirrojo inclinaba su cabeza hacia abajo a modo de reverencia.

—Fui algo rudo anoche, literalmente rompimos la cama con sólo una vez— comento el Okami rascándose la mejilla con algo de pena—. Yo me disculpó, no estoy acostumbrado a hacerlo de manera más… suave así que fui algo brusco… lo lamento, su primera vez debería haber sido mejor que esto— comentó el pelirrojo avergonzado.

—E-Ejeje, no te preocupes por eso, se sintió mejor que cualquier cosa en mi vi… espera, ¿No estás acostumbrado? ¿Cuántas veces lo habías hecho antes? ¿Con cuántas?— Ikumi pasa de avergonzada a inquisitiva al procesar las palabras del Okami.

—Uhhh, si, un montón de veces de hecho— el pelirrojo se llevó los dedos al mentón y se puso a recordar—. Bueno, si tuviera que enumerar todas con las que he tenido algo, serían alrededor de 1582.

Naruko había ido a agarrar un vaso de agua y casi se ahogó al escuchar esas palabras, soltando una risa mientras se pasaba la mano por la nariz—Ja, ja, que gracioso Ka-kun, ¿Qué? ¿Te cogiste a toda una nación?

—Ehh, no, de hecho diría que era más como una ciudad bastante grande más que una nación por si sola— declaró el Okami recordando el lugar donde vivía con su tío Yamata.

—Espera, ¿Estás hablando enserio?— pregunto Naruko viendo al sereno Ojiazul.

El Okami asintió levemente—¿Cómo es que siquiera tuviste a tantas chicas una tras otra? Lo juro, te miras inocente pero eres todo un mujeriego— comento la rubia mirando a otro lado, haciendo que Naruto parpadeara.

—De hecho, eran todas ellas juntas— le informó el pelirrojo crispando a las tres presentes—. Y bueno, ellas no solo eran las mujeres con las que me acostaba, eran todas guerreras bastante poderosas cada una, también tenían una resistencia física que les hacía poder durar más, la mayoría eran más como las generales de dónde vivía de joven.

—¿Tu… lo dices enserio? ¿Cómo es que… estabas con tantas al mismo tiempo?— pregunto Ikumi incrédula de lo que escuchaba.

Naruto se rascó la nuca por eso, incómodo por el tema—El lugar dónde vivía de pequeño era uno donde hice bastantes cosas y tenía una importancia considerable, la mayoría de los que vivían allí tendían a rendirme tributo bastante— declaró el pelirrojo recordando sus días de infancia en el mundo demoniaco—. Además, no soy un degenerado, no estaba haciendo algo como lo de anoche todos los días por veinticuatro horas, solía estar peleando más que nada.

El pelirrojo se guardo algunos detalles para si mismo, cosas que no quería que nadie supiera.

Como el detalle en que había aprendido esencialmente todas las técnicas que tenían las súcubos en el caso de complacer a su pareja, o el hecho de que su estamina era demasiado como para que siquiera quedará satisfecho con una noche, o el hecho de que la mayoría con las que lo hacían matarían a un humano normal por la intensidad del sexo.

Naruto frunció el celo mentalmente al recordar esas cosas.

No eran del todo agradable para él rememorar todo ello. Sentía más vergüenza que satisfacción por esos recuerdos.

Recordaba ver a una oni aplastar un rábano hasta que quedará molido con la presión de su coño una vez. O el hecho de que no solo eran las demonios femeninas las que buscaban servirle en cuerpo y alma, sino también los hombres, los muy grandes, muy arreadores hombres demonios.

Ese tipo de recuerdos le daban ñañaras.

—No es algo de lo que particularmente me gusta presumir, y no es como que vaya a ser de mucha importancia— declaró el pelirrojo mientras llevaba sus manos a los platos tapados herméticamente—. Por el momento, mejor disfruten de su comida.

La tapa fue sacada.

Los ojos y boca de Ikumi se abrieron al ver como cada una tenía platos de diferentes comidas, sus ojos se abrieron mientras veía el Omurrice que Naruto le había preparado, a un lado teniendo vegetales hervidos cubiertos con mantequilla, lo que parecían camarones y algo de pescado, y jugo de naranja para complementar todo.

El olor fue lo suficiente como para que la saliva le empezará a desbordar en la boca.

—No teníamos muchos ingredientes a la mano, así que tuve que ir por algunos algo alejados, lo cual me recuerda, tendremos que ver acerca de los alimentos marítimos— le dijo apuntándole a la rubia, quien era la única que no estaba comiendo en esos momentos.

—H-Hai— soltó Ikumi sentándose para ir comer, viendo como el Okami salía de la habitación—. ¿Hum, puedo saber a dónde vas?

—Iré a visitar a alguien que considero mi hermano, me gustaría presentárselos a todos, así que iré y volveré pronto— declaró con una pequeña sonrisa mientras la Ojiverde le sonreía.

—¿Okami-kun?

—¿Si?

—…Todavía llevas el delantal— le informo ella, haciendo que el pelirrojo viera hacia abajo y notará que se le había olvidado quitarse eso, haciendo que viera a otro lugar avergonzado para luego ir a dejarlo donde estaba e irse corriendo rápidamente.

Había usado su control del tiempo para hacer que transcurriera más rápido adentro de la habitación, también se había asegurado de sanarles a Chun-Li y Ikumi cualquier cosa que tuvieran después de la noche que tuvieron. Haciendo que tuvieran suficiente tiempo para descansar y aún fuera temprano.

El pelirrojo miro las calles vacías de Kumogakure apenas salió, las montañas estaban ligeramente sobre las nubes, y nadie era tan demente como para saltar por ellas por simplemente querer ir abajo rápido.

Así que cuando Naruto brinco desde una de las montañas hacia abajo, nadie estaba para contemplar eso.

También cabía añadir, el Okami usaba Elemento Radiación, un Kekkei Tota de Fuego, Rayo y Agua, para manipular las distintas formas de radiación a su alrededor, eso incluía los gravitones a su alrededor, generando como resultado que apenas pasará por las nubes empezará a moverse en el aire a una velocidad como para dejar un rastro detrás suyo.

No estaba yendo demasiado lejos de todas maneras.

Mokozu era una isla pequeña, una apenas tres veces más grande que Konoha en su totalidad, estaba al sureste del país del rayo. Era bastante pequeña como para ser usada para cualquier cosa, y encima de ello, estaba demasiado alejada de otras como para incluso ser usada para el comercio entre terrenos del país del rayo.

Naruto aterrizó en el pasto verde de la isla, una gran planicie que no mostraba nada de interés, a excepción de algo en una pequeña extensión de tierra. Bueno, mejor dicho, alguien.

Una sonrisa se formó de medio lado de parte del pelirrojo mientras veía la espalda ancha de un pelinegro que comía un enorme trozo de carne rostizada, y a su lado estaba un montón de huesos, se comió la carne alrededor del hueso en un segundo, más grande que todo su torso, y luego tiro los restos a su lado, pareció juntar sus manos, agradeciendo por la comida, antes de soltar un eructo sonoro.

—Viejoooo, no comía así de bien desde que íbamos a cazar en los campos de Kalhama juntos, ¿Te acuerdas el tipo de cosas que solían haber allí?— pregunto con voz animada el pelinegro, dándose la vuelta, y el Okami miro los ojos carmesí de su hermano al tiempo que mantenía su sonrisa caminando todavía.

—Extraño un poco a los perros infernales— murmuró en voz baja, y aún así el Meryo enfrente suyo se crispo apenas dijo eso.

—Vaya, no sé que haz estado comiendo desde entonces, pero debe de ser bastante malo como para que extrañes a esas cosas— comento el pelinegro con algo de sorpresa.

Naruto trato de no reírse por eso.

Eso había sido lo que había comido por una buena cantidad de tiempo en el infierno con su tío, cosas que sabían increíblemente mal, eran feroces y tenían una cantidad de nutrición que era en parte la razón por la que su cuerpo entero fuera ahora mucho más capaz físicamente que cualquier de su edad pensaría posible.

Suspiro levemente—…Te extrañe, hermano— declaró con una leve sonrisa sincera el pelirrojo—. Diría que han pasado un montón de cosas desde la última vez que nos vimos.

—Y que lo digas, estuve hace poco en este mundo de un chico que se parece mucho a ti con el cabello rubio, y cicatrices, las cicatrices te hacen ver intimidante. Deberías dejarte tener algunas— aconsejo el pelinegro.

El Ojiazul alzo las manos ante eso—Tu dime cómo logro eso, la regeneración impide que cualquier cosa que me logré dañar no se queda así por más de unos segundos, y no es como que haya muchas para empezar— comento con cierta gracia.

—Excusas, excusas— respondió maduramente el pelinegro.

Una leve risa se le salió al Okami por ello, mientras estiraba la espalda un poco, y veía como el pelinegro se paraba y estiraba los brazos—¿Cuándo fue la última vez que peleamos?

—Hace menos de unos cuantos días, estábamos peleando en ese Daemonio del tamaño de una luna— declaró el pelinegro alzando una ceja.

—No, me refiero a pelear de verdad, no una "Matar a millones de criaturas del averno por tener una discusión" pelea— indico el pelirrojo haciendo que el pelinegro se llevará una mano al mentón.

—Supongo que fue antes de separarnos, me gustaría que nos contaros las cosas que nos han pasado el uno al otro, hay dos chicas en particular de las que tengo que hablarte— declaró el pelinegro sonriendo contento… demasiado contento.

—…Un segundo… ya decía yo que era raro que no notará de inmediato el control de fronteras de esa mujer, sólo redirigió todo eso de ti, ¡Estabas pensando en ese tipo de cosas de nuevo!— acuso el pelirrojo apuntando a su hermano como un niño que decía cuál era el culpable.

—Apenas y cogerías de no ser por eso, ¡No te quejes!

El pelirrojo suspiro y se pasó una mano por la cara.

Nadie debía saber de lo que pasó aún, mucho menos su hermano, no lo dejaría vivir… tranquilo.

—Tendrá qué esperar una rato el hablar de lo que nos ha pasado supongo— declaró el Okami inclinando la cabeza a un lado—. Encontré a una chica pelinegra bastante interesante, pero quiero por qué tipo de chicas te dejaron a ti actuando como bobo de telenovela— dijo con una sonrisa.

—Puedo decir lo mismo— declaró el pelinegro mientras sonreía de igual manera.

Naruto sonrió al tiempo que hacía un sello de mano con los dos dedos.

El Okami hizo el sello de la confrontación, una de las pocas cosas que sabía de los Shinobis a ando era niño, era el hecho de que antes de iniciar un duelo con alguien que consideraban un igual, alguien que respetaban en nivel de fuerza, hacían dicho sello.

Naruto sólo lo había usado contra su hermano menor.

El pelinegro sonrió antes de imitarle con el brazo contrario.

Ambos desaparecieron en un segundo y al siguiente estaban uno enfrente del otro, Naruto vio una escopeta de doble barril enfrente de su cara, al tiempo que Meryo sentía una pistola justo debajo de su mandíbula.

Sus manos estaban retraídas hacia atrás, en dónde dos espadas enormes de un metal negro se formaron, más grandes que sus propios cuerpos, y ambas espadas chocaron entre si de una manera estruendosa.

Los pies enterrados en la tierra les hizo a ambos dejar marcas apenas la fuerza del otro los empujó hacia atrás, el pelinegro fue el primero en apuntar con su arma al Okami, este puso la Sed Insaciable entre ellos dos como un escudo en dónde la sonora explosión del disparo fue detenido por el metal negro de la espada, empezando a disparar en respuesta, el pelirrojo vio como el pelinegro se movía a alta velocidad esquivando sus disparos y cambiando la posición en dónde debía escudarse.

Toyokumono.

Venas rojas de energía se formaron a los pies del pelirrojo ante de que lo que sólo se podría describir como tentáculos de roca se formaban del suelo y empezaban a perseguir a Meryo, quien dejó de disparar y empezó a moverse más rápido antes de que las venas rojas que conectaban la tierra empezarán a brillar en un rojo más fuerte y relámpagos carmesí empezarán a salir de ellos.

El pelinegro sonrió de medio lado antes de hacer la mano hacia adelante con el dedo índice doblando el dedo medio.

Soltándolo como un resorte, una descarga eléctrica fue lanzada con tal fuerza que deshizo todos los relámpagos de Ōikazuchi, pero no lo suficiente como para que las estacas de roca se detuvieran.

El pelinegro sonrió antes de que un fuego negro se formará alrededor suyo, las estacas de roca se rompieron como vidrio apenas tocaron la piel del pelinegro, quien se mantuvo flotando en el aire.

Lanzó la gigantesca espada negra que tenía en la mano al suelo, y la escopeta que tenía se deshizo en flamas rojas.

—Parece ser que no soy el único con trucos nuevos— comento el Okami con una sonrisa mientras su propia arma era introducida a un portal negro y su Sed Insaciable era lanzada justo al lado de la Matadragones.

—¿Quieres terminar con el calentamiento y saludo para que empecemos con la verdadera acción?— pregunto el Ojirrojo mientras descendía al suelo. El Okami bufo levemente antes de que ambos se hicieran para atrás en la misma posición.

Sin retroceso— dijo el pelirrojo.

Renawal Taekwondo— continuo el pelinegro.

Hwechook de tres estancias.

Los dos hermanos atacaron con la misma patada triple, al mismo tiempo, con la misma fuerza.

Sus piernas chocarán entre si con cada impacto, generando que el espacio alrededor de ellos pareciera crujir con cada impacto, mandando ondas de aire con cada impacto, antes de que el Okami viera como su hermano tenía lo que parecía un báculo de color gris en sus manos.

Crece, Yeoui.

El pelirrojo sonrió al tiempo que ponía su mano hacia adelante, deteniendo el gigante trozo de roca negro de aumentar de tamaño con una mano al tiempo que hundía sus pies en el suelo con fuerza—Aumentaste tu fuerza y velocidad bastante desde la última vez que nos vimos hermanito— comento con una sonrisa el Okami—. Pero cuando se trata de habilidades físicas, el más fuerte de los dos… soy yo.

Naruto, ya grande de por sí, aumento su tamaño y musculatura de golpe, los cuernos negros sobresaliendo de su cabeza y su cuerpo entero, el pelinegro sonrió de medio lado por ello antes de ser empujado hacia atrás—Kami no Onijutsu: Kuma-Doji.

La garra del pelirrojo del lado derecho se volvió gigantesca, y el pelinegro se separó en un instante apenas vio como la gigantesca extremidad le pasaba por encima, antes de ver cómo un gigante ser de color rojo se formaba enfrente suyo.

En menos de un instante, su tamaño había crecido hasta ser capaz de tapar el sol debajo suyo, los kilómetros y kilómetros de planicie no sirvieron para tapar a la enorme bestia demoniaca que se estaba formando enfrente suyo.

El Oni hizo la cabeza hacia atrás, antes de que el pelinegro viera como de sus fauces salía un maremoto de fuego en su contra.

Extiéndete, Yeoui.

El báculo se hizo más largo y más grueso ante su comando, volviéndose un escudo para las flamas que estaban carbonizando el suelo debajo de ellos. Antes de que un gigantesco puñetazo cayera sobre él, y le hundiera en el suelo.

—Tu mejor que nadie… debería saber que hacerte más grande no va a ayudar…— declaró el pelinegro antes de que sus ojos empezarán a brillar y las nubes alrededor de la isla se arremolinaran alrededor del Okami—. Cae sin fin, Kinto-Un.

Relámpagos cayeron como si fueran gotas de agua sobre la figura del gigante demonio, haciendo que este viera prácticamente en cámara lenta como estos empezaban a caer en su contra.

Madō na Ryū: Seinaru Gusoku Haraguroi no Shin'en (Senda del Camino del Mal: Armadura Flagela del Caído)

Una armadura negra con venas de energía de color roja se formo alrededor del demonio antes de que los relámpagos tuvieran oportunidad de tocarle, haciendo que hiciera el puño hacia atrás nuevamente, con espinas gigantescas formándose en sus nudillos, en medio de la lluvia de relámpagos.

Su puño cayó con una fuerza tan grande como fracturar la isla completa de un solo puñetazo, la gigantesca mole oscura se quedó viendo donde estaba su puño unos segundos.

Antes de que un báculo expandido saliera de su codo, haciendo que se quedará viendo eso, un instante después el Yeoui se expandió de manera tal como para destrozarle el brazo. Vio como el pelirrojo aparecía encima de su cabeza con un guantelete de color rojo en su mano y la pierna extendida hacia arriba.

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—Patada del Dragón Azure.

Un gigantesco dragón de color celeste y ojos rojos se formó apenas el pelirrojo soltó la patada, una onda de aire presurizada salió con una fuerza tan grande como para que el demonio literalmente perdiera la cabeza y todo debajo del dragón fuera consumido en un agujero por la presión.

Un brillo después, el Okami había vuelto a su tamaño natural, sin un brazo y literalmente sin cabeza.

Ni siquiera un segundo después, los trozos de hueso y carne se empezaron a reformar, huesos, carne y piel formándose juntos antes de volver a estar como antes en menos de un instante.

El Okami estiró el cuello de lado a lado, disfrutando nuevamente de tener un cerebro y cabeza, revisando si la masa cerebral se hubiera reformado de manera correcta, viendo al pelinegro aterrizar justo enfrente suyo—Muy bien, ¿Qué tal eso para un calentamiento?

—Nada mal— respondió el pelirrojo agitando el cuello un poco—. Aunque habría sido más rápido si simplemente hubieras usado Jeahbonchimg, pero supongo que el retroceso no vale la pena en medio de una pelea con alguien que se aprovecharía de eso— declaró antes de chasquear los dedos. El mundo a su alrededor pareció cambiar, pasando de un cielo azul y una planicie destrozada, a un montón de roca anaranjada en un cielo rojo, en la lejanía se podía ver un satélite natural partido en dos—. Aquí debería bastar para poder pelear con libertad, no quiero que terminemos cambiando la geografía del mundo por un juego— comento el pelirrojo con cierta gracia.

—Vamos, no seas un aburrido— declaró el pelinegro estirándose un poco, antes de que viera serenamente a su hermano—. ¿Recuerdas las leyendas acerca de lo que nos pasaría a nosotros dos?

—Decían algo acerca de que el Chakravartin, y el Heredero del Caos, deberían de matarse entre ellos por el destino de la creación del Rey Escarlata— comento el pelirrojo encogiéndose de hombros—. Pero las leyendas son solo eso, leyendas, la única manera de comprobar que tan ciertas son, es hacerlas realidad por ti mismo.

—Caos contra Cosmos— comentó el pelinegro con una sonrisa—. ¿Cómo en los viejos tiempos, no?

—Como en los viejos tiempos— declaró el pelirrojo antes de que una ola de energía morada saliera de su cuerpo, al mismo tiempo que un maremoto de energía amarilla saliera del pelinegro.

La silueta de un ser con una armadura negra y varias lanzas se formó detrás de Meryo, al tiempo que una estrella carmesí se formaba detrás del pelirrojo.


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En las afueras en dónde Naruto se había enfrentado a los ninjas de Kumo, sólo había una gran plasta de sangre por doquier, había pasado el suficiente tiempo como para que pasará de roja a negra, y no quedaban ni siquiera los trozos de cadáveres allí, al menos ya no, después de la exposición al Chakra Oscuro de Naruto, no había absolutamente nada vivo allí.

Pero que no hubiera algo vivo allí no significaba que no estuviera pasando algo.

De manera lenta y gradual, la sangre que cubría todo empezó a girar alrededor del mismo eje, formando un círculo en el suelo con símbolos y runas demoníacas en su superficie.

Luego, con un brillo carmesí, algo empezó a formarse de aquel círculo. Dos figuras estaban saliendo de allí para tomar una forma física, una forma… femenina, dos de ellas para ser precisos.

Las plumas de color negro salieron volando por doquier mientras una de las figuras extendía lo que parecían ser unas alas de cuervo a los lados de ella, mientras que la otra extendía unas alas de murciélago, un par de ojos amarillos miraron alrededor en dónde estaban—Parece que este es el lugar— indico una de ellas inhalando profundamente—. Todavía puedo sentir su esencia por todo el lugar, una gran irá le causó a Rouge actuar como lo hizo.

Una peliverde de ojos esmeralda sonrió al tiempo que inhalaba levemente el aroma que tenía el lugar—Deberíamos empezar a aprovechar esta situación entonces, no debe de estar lejos si algo le generó hacer algo como esto en un lugar tan habitado de humanos.

—Todavía no me hace feliz, nuestro señor se mancho las manos con la sangre de estás inmundas criaturas, no puedo perdonar a los causantes— declaró la Ojiamarilla mientras su compañera reía.

—Entonces será mejor que actuemos rápido, debe de habernos extrañado bastante— declaró ella relamiendo sus labios por los recuerdos que estaba teniendo de su situación actual.

Del otro lado de la aldea escondida entre las nubes, una sonrojada Ikumi estaba viendo fijamente su bebida, sentada afuera de uno de sus restaurantes favoritos, parecía inmiscuido en sus pensamientos.

Cruzó las piernas ante el recuerdo de la polla del pelirrojo empujándose adentro suyo, no tenía nada de dolor en las partes que habían tenido que aguantar las horas y horas de acción, pero sentía un… hormigueo, como si ya se sintieran vacíos.

El Okami apenas se había ido por un par de horas y ella ya estaba pensando de regreso en él.

La rubia no podía evitar exasperarse por ello, ella jamás había sido una mujer que se pusiera a pensar en hombres a menudo, ni tampoco que estuviera pensando todo el tiempo en querer coger con ellos.

Ese pelirrojo debía de haber salido del infierno para embrujarla tan bien, porque ahora no podía sacárselo de la cabeza.

—Pareces distraída— una voz detrás suyo le hizo crisparse antes de sentir un par de manos en sus hombros y sentir que alguien le daba un beso en la cabeza—. Y nerviosa, nunca te asustas cuando te sorprendo.

Su hermana, Hallibel, la conocía bastante bien, y por eso era la que menos quería ver ahora mismo—¿Cómo van las cosas con el resto de la aldea?— pregunto queriendo evitar el tema.

—Mama se está encargando de eso por ahora— declaró simplemente la rubia mayor sentándose enfrente de su hermana, analizándola de pies a cabeza—. ¿Y bien? ¿Cómo fue?

La Ojiverde casi se atraganta con su bebida apenas escucho eso, saliéndole por la nariz—¿¡A qué demonios viene esa pregunta!?

—Tu y Okami cogieron anoche.

—¡N-No tienes pruebas de algo así!

—No estaba preguntando, se te nota un poco, te tiemblan las piernas y estás más roja que de costumbre— declaró simplemente Hallibel viendo a Ikumi taparse la cara con las manos mientras ella veía el menú—. Quería preguntar para saber si no fue rudo o un idiota contigo, lo terminaría golpeando si te hiciera daño.

La vergüenza de la rubia paso a leve sorpresa y alzo la vista para ver a su media hermana pidiendo algo para ella—…No, de hecho, fue lo mejor que he sentido en–

Ni siquiera pudo terminar cuando su hermana añadió—También está que no aceptaría que mi hermana tenga alguien que fuera malo en la cama, quien sabe cómo iría de mal su relación, así que le tendría que enseñar yo misma lo que debe de hacer. Soy la hermana mayor después de todo.

Una vena se le formó a la menor de las hermanas mientras veía a Hallibel sonreírle con cierta gracia—Por tres minutos— mascullo ella.

—Detalles, detalles— declaró Hallibel escuchando a su hermana menor bufar—. Ya enserio, tendría que darle algún tipo de recompensa después de salvarte— declaró la rubia—. Tengo un par de amigas que le darían un buen rato, te puedes unir si quieres.

—Voy a golpearte— declaró Ikumi—. Además, tu misma lo conoces, hasta ahora no ha cedido con ninguna, si lo hizo con nosotras fue porque la situación era especial.

La rubia mayor sonrió cuando su helado—¿"nosotras", eh?— pregunto la rubia dándole a su hermana una mirada curiosa.

Ikumi se quedó en silencio mientras se encogía sobre su asiento—No debería haber dicho eso.

Para sorpresa de la menor de las dos, su hermana no aprovecho al respecto para sacarle más información, sino que comió tranquilamente sin decir nada, y apenas terminaron de pagar, ambas se estaban yendo de regreso a casa—Tendrás que ir acompañada por un tiempo hasta que se arreglen las cosas, quien sabe si te intenten atacar de nuevo— declaró seriamente Hallibel.

—Vamos, estás siendo exagerada, no creo que nadie intenté atacarme después de lo que pasó con Okami-kun— declaró Ikumi.

Luego miraron como estaba dos figuras enfrente de ellas apenas dieron la vuelta en una esquina, una de ellas viéndose genuinamente molesta—Creo que encontramos nuestro objetivo, es de ella donde siento la esencia de Rouge-sama— declaró una peliverde que se encontraba recostada sobre un barandal.

—Okey, me trago mis palabras— indico la Rubia mwbor poniéndose en guardia al ver como la otra parecía estar apunto de arrancarles las gargantas a las dos.

Sin embargo, su hermana extendió un brazo enfrente suyo, deteniéndole de hacer cualquier cosa—…Ustedes dos no parecen ser parte de Kumo, así que no creo que sean del Clan Yotsuki… ¿Qué es lo que quieren aquí?

Ikumi tuvo tiempo de verlas ahora que su hermana intentaba el método diplomático.

La rubia bajo un poco los brazos al ver que eran dos mujeres… dos mujeres sumamente hermosas, al punto de hacer que sintiera una sensación de que no estaba viendo algo enteramente humano.

La que se veía más agresiva era una mujer de cabello negro azabache como las plumas de un cuervo, era largo, lacio y brillante, dos cuernos blancos como el mármol estaban a los lados de su cabeza, sus ojos eran amarillos con la pupila rasgada como un reptil, y su piel lechosa hacia juego con su vestido de color blanco. Tenía brazos los hombros desnudos, mostrando unos brazos finos y delgados, con guantes cubriendo desde la punta de sus dedos hasta el codo. Tenía una telaraña de oro en el pecho, llegando hasta sus hombros, parecían ser lo único que mantenía su copa H firme en su lugar, tenía una cintura breve, con un abdomen plano y tonificado, su vestido cubría completamente su cuerpo de la cintura para abajo a excepción de una apertura a cada lado de sus piernas, mostrando sus carnosos y grandes muslos, justo por su cintura se miraban dos alas de cuervo, negras como la noche y de gran tamaño.

Si Ikumi tuviera que darle una definición, más que una guerrera, la mujer que se miraba furiosa con ella se veía como una noble, una recatada noble que parecía tener una belleza divina.

La otra tenía una apariencia menos sutil, pero no se miraba para nada menos hermosa.

Tenía el cabello de color verde, un leve tono turquesa en sus ojos, llevando guantes rosados conectados al dedo medio de cada mano, plumas blancas pasaban por entre sus brazos y sobre su pecho en una forma de V, dando a la vista sus tetas copa F, no eran tan grandes como los de su compañera y aún así eran enormes, vestía un leotardo negro, con medias de color morado y estampados de murciélago, con botas de un morado más oscura le llegaban debajo de las rodillas, tenía unas piernas bastante definidas, unos muslos casi tan grandes como los de Chun-Li y con un trasero que sólo era resaltado por sus anchas caderas, así como su compañero, parecía tener unas alas de murciélago en su cabeza y cintura.

La rubia trago levemente.

No sentía nada de Chakra de parte de ninguna de ellas. Pero eso no significaba que no sentía la presión de su fuerza directamente, no necesitaba ser una sensor para ello.

—No sabemos que es este lugar, ni tampoco este clan Yotsuki del que hablas— declaró la peliverde serenamente, antes de flotar desde donde estaba para pararse a un lado de su compañera, haciendo una leve inclinación a modo de saludo—. Supongo que las presentaciones son necesarias, mi nombre es Morrigan Aensland, nuestra querida y enojada compañera aquí es Albedo Smaragdina. Hemos viajado por muy lejos en búsqueda de alguien que tenemos por seguro se han encontrado, posee el título de Rouge, el Primordial Carmesí.

—…Jamás he escuchado de un nombre así— declaró Hallibel viendo fijamente a la peliverde.

Está se quedó callada unos momentos antes de tomarse el mentón con dos dedos—Siendo un tanto irrespetuosa, puede responder al nombre de… Naruto Okami.

Las dos hermanas se vieron entre si ante eso—¿El nombre de Okami-kun es Naruto?

—Suena a brocheta de pescado— murmuró la rubia mayor.

El suelo debajo de la mujer llamada Albedo empezó a fracturarse al escuchar esas palabras, al tiempo que un aura morada oscura empezaba a cubrirla—Ustedes… alimañas no saben de quién hablan— mascullo la pelinegra con un tono que siseaba veneno en cada letra.

—Lo siento amiga, pero no te conocemos en lo más mínimo— declaró Ikumi antes de ver cómo la Ojiamarilla le veía con una cantidad enorme de desprecio, devolviéndole la mirada sin siquiera pestañear.

—Así que, en este nido de insectos no sólo obligaron a Okami-sama a manchar sus manos con su inmunda sangre, pero una de sus putas se ha restregado en él lo suficiente como para tener impregnado su olor, de no ser por eso, te estaría arrancando la cabeza ahora mismo— declaró la mujer llamada Albedo caminando hasta ponerse frente a frente de Ikumi.

Hallibel no quería mencionar el hecho de que con cada paso dejaba cráteres en la roca—No se cual sea tu relación con Okami-kun, pero si se que él no debería ser compañero de una loca que se pone así cuando conoce a otras chicas— declaró la rubia menor con sorna.

—…fu…fufufufu… en verdad eres graciosa, primate. ¿Crees que Okami-sama y yo tenemos alguna especie de mismo nivel en lo más mínimo? No sé lo que le hayas hecho para engatusarlo, ya que no hay forma de que nuestro señor se quede satisfecho con tan poco— declaró mirando cara a cara a la Ojiverde.

—¿Nuestro… señor?— pregunto Hallibel, por la forma en la que estaban hablando, hablaban de Naruto con bastante respeto.

—Antes de que la situación escale a más, será mejor que nos expliquemos y porque estamos aquí— declaró la mujer llamada Morrigan poniendo una mano sobre el hombro de su amiga, haciendo que está diera un par de pasos hacia adelante y juntara sus manos—. Somos lo que ustedes pueden llamar demonios, somos súcubos del Makai, uno de los muchos infiernos en la Baja Oscuridad.

—…¿Eh?— soltaron las dos hermanas después de lo que escucharon, apenas siendo capaces de entender la mitad de lo que dijeron—. Demonios… súcubos… Makai… ¿Baja Oscuridad? ¿¡Qué carajos tiene eso que ver con Okami-kun!?— pregunto molesta Ikumi, viendo como Albedo se tensaba y parecía querer atacarle, pero la mano de Morrigan en su hombro le detuvo.

—…Empezando a responder tus dudas, la "Baja Oscuridad" es como se le denomina a una región de dimensiones cuya corriente de energías negativas es mucho mayor a la que el resto, la mayoría de estos son considerados lugares infernales, en dónde nosotros, criaturas nacidas de esas energías negativas, nacemos. También existen otros lugares como el Naraka, el Yomi y conectado de cierta forma a esta dimensión, el Mundo Impuro— explico Morrigan, ignorando totalmente la expresión de ambas hermanas de "No entender nada"—. Y lo que tiene que ver Rouge…Okami-sama… es que es alguien muy importante para nosotras, el nombre que tenemos para él es por ello.

—¿Rouge?— pregunto Hallibel alzando una ceja ante ese nombre.

—Significa "Rojo", es la definición que se le da a algunos de los de mayor alto en nuestro mundo, él es descendiente directo del Creador. Por lo tanto, su título como uno de los primordiales, el Demonio Carmesí, único entre los nuestros— explico está vez Albedo, al comienzo de mala gana, y luego sonando enamorada y con añoranza—. Bueno, varios demonios se ganan sus nombres por títulos de sus acciones… el nombre demoniaco completo de Okami-sama nos tomaría 39 minutos de decir completo.

no entendí casi nada de eso, más que Okami tiene algo que ver con los demonios.

—¿Qué fue lo que hizo para que lo respeten a tal nivel?— pregunto Ikumi inquisitivamente.

Albedo pareció fruncir el ceño bastante—Humana, ya me estás empezando a colmar la paciencia, referirse de manera tan irrespetuosa a él es como si quisieras ser atacada en primer lugar— declaró fríamente la pelinegra.

—Tranquila, tranquila, ellas simplemente hicieron una pregunta válida— dijo Morrigan suavemente—. Y bueno, el asunto con la "Baja Oscuridad", es que esa región de dimensiones está demasiado conectada a la Disformidad, así que somos prontos a ataques de Daemonios.

—…¿Daemonios? ¿No son lo mismo que ustedes?— pregunto Ikumi.

—La vida en este planeta todavía existe, así que puedo decir, con absoluta seguridad, que no somos la misma cosa— declaró Morrigan serenamente—. Son criaturas formadas por la energía del caos, mezcladas por las emociones e impulsos primordiales. Ira, Lujuria, Pereza y Engaño, son criaturas más brutales de las que varios demonios del Makai son capaces— explico girándose a ver a Albedo—. Tu lo conociste la primera vez que peleó para salvar uno de los muchos mundos demoníacos invadidos por las fuerzas de Khorne, ¿No es así?

Ambas hermanas se giraron para ver a la pelinegra, quien hincho el pecho de golpe—En ese entonces, solo era una demonio menor, una niña huérfana en uno de los muchos infiernos, sin nada ni nadie, y luego nuestro hogar fue atacado por las fuerzas del caos que son asociadas con la ira, los daemonios de Khorne estaban haciendo una masacre con nuestra gente y no iban a dejar a nadie vivo— explico la pelinegra con tono serio, antes de poner una expresión de añoranza—. Y luego apareció él.

Las dos hermanas no entendían mucho de lo que estaban hablando, pero por todo lo que habían oído, pensaron en que el pelirrojo había sido una especie de salvador heroico para ellas, peleando contra seres que sonaban sumamente horribles.

—Le arranco la cabeza de una mordida a un campeón de Khorne, y cuando esté se regeneró incluso se puso a usar a los propios soldados del caos como armas para golpearlo, ambos se arrancaban trozos de carne y extremidades cada vez que se golpeaban. Okami-sama termino matándolo después de destruirse brazos y piernas al punto que su regeneración ya no aguantaba, y le empezó a dar cabezazos al campeón de Khorne mientras esté le sacaba los intestinos intentando que se detuviera.

Ambas hermanas se pusieron blancas por la imagen que les estaban detallando Albedo, con lujo de detalles.

—No todos los seres vivos pueden decir que superaron en violencia a un avatar del dios de la violencia— declaró Albedo orgullosa—. Después de eso, se quedó a ayudar a levantar de regreso nuestro hogar destruido, y no dude en querer volverme su sirvienta por el resto de mi vida.

—Etto… ¿Qué edad tenía Okami-kun cuando hizo eso?— pregunto Ikumi, por lo que entendía el pelirrojo había peleado contra alguien bastante poderoso, y de una manera brutal, pero ella no había visto una sola herida en todo su cuerpo… nunca. Ni siquiera lo había visto herido alguna vez.

—13 años— declaró Albedo como si nada—. No creo que lo sepas, pero nuestro señor fue entrenado por el Creador en persona, sin mencionar su talento y poder son inigualables por nadie en todas las dimensiones… bueno, a excepción de alguien.

¿¡Un niño de trece años hizo algo así!?

La idea de un niño pelirrojo rompiéndole la cabeza a alguien mientras le metían una mano en el estómago y le sacaban las entrañas era una que le estaba dando náuseas a Ikumi.

—Suficiente de charlas del pasado— declaró Morrigan rápidamente—. Ya que él mismo te ha marcado como su compañera, estamos evitando las acciones violentas, pero no nos repetiremos de nuevo para saber dónde está— dijo fríamente la peliverde, su actitud pasando de la amigable de antes a una neutra totalmente.

—No lo sé, está mañana se fue y no me dijo a dónde, podría estar en cualquier lado— declaró Ikumi.

—O atrás de nosotras— declaró Hallibel mirando hacia atrás.

Las otras tres mujeres presentes miraron hacia donde decía la rubia mayor, notando como Naruto aparecía hablando con un pelinegro de ojos rojos, hablando con una sonrisa divertida al tiempo que le escuchaba—Sabes, por el montón de veces que te ha pasado eso de "una chica se lanza directamente a ti queriendo tener tus bebés", es sorprendente que la única vez dónde te niegas termine siendo la que te ponga la correa alrededor del cuello— declaró con cierta sorna el pelirrojo.

—Cállate, tan solo… me sorprendió, era muy bonita y sus ojos eran raros pero se veían lindos. ¡Eso es todo!— renegó el Ojirrojo.

Una risa fue lo que recibió de parte de su hermano mayor mientras seguía caminando.

Su risa se detuvo apenas vio enfrente suyo.

Metafóricamente, Naruto escucho el sonido de un vidrio rompiéndose en su cabeza, al tiempo que su expresión se congelaba en lo que veía.

Ikumi y Hallibel, sus dos "medio hermanas"

Y las otras dos con ellas.

Naruto las reconoció al instante por lo que hizo que su sonrisa pasará a una mueca mientras cerraba los ojos levemente, sintiéndose de 10 años de nuevo.

Izanagi le estaba jodiendo la vida, de nuevo… por millonésima vez.

A ese punto ni siquiera estaba enojado, demasiado.

—O…O…O…Oka…okakaka…Okami-sama— murmuró en un hilo de voz Albedo apenas le vió.

El pelirrojo se pasó una mano por la cara, considerando si debería considerar arrancarla para que no le reconocieran, pero esa era una mala idea, le reconocerían aún sin ojos.

—¡Okami-sama!

El pelirrojo miro como la pelinegra extendía sus alas a los lados y se lanzaba de un solo aleteo en contra suyo, a una velocidad que bien podría ser un avión de combate en miniatura.

En menos de lo que podían ver, el Okami le golpeó con el borde de la mano en la cabeza apenas ella se acercó lo suficiente, y quedó estampada en el suelo con fuerzas.

No pareció afectarle mucho, empezando a gritar con la roca tapando su voz "¡Okami-sama, Okami-sama, Okami-sama!" Meneando sus caderas cada vez al tiempo que el ahoge en su cabello se agitaba y hacia un corazón.

El Okami luego se le quedó viendo fijamente a una Morrigan que le estaba viendo con una mano en la nariz, y que estaba roja, pero que espabilo apenas noto su mirada.

—…Oesom iksadak duk, ¿Qié coroiu craam pia aksám roceamdu opií?— pregunto el pelirrojo en un lenguaje que las dos hermanas no entendían en lo más mínimo, pero por su tono, no sonaba feliz.

Morrigan hizo una leve reverencia después de escucharle decir eso, y luego se arrodilló enfrente de Naruto—Me okodu kañur, mukusrok dasacsokuk ro vrakamceo da ki amarsío dakumíoco a emcriku ar kriiu da orkok da rasraku or Norodo, cuku kik kák kearak akcroqok kerqeamsok, ak miaksru dabar okasirormuk da pia aksa kosekkacru, aeo kao cum miaksro kiarzo u cum miaksruk ciarvuk.

Naruto se llevó una mano a la cara.

Meryo se miraba divertido.

Las hermanas confundidas.

Y Albedo seguía diciendo el apellido de este en una ovación que sonaba más como gemidos orgásmicos, haciendo que el pelirrojo se le girara a ver—Eku mu kesmekeco qamer opií voro akvazor o ruksesor o ro samsa, aksák duk kum ekvursomsak voro kí, ¿Un rak recearum modo? Un, urqídoru, ¿Arbadu rak rezu orsu?

De repente la peliverde negó ante eso—Un, arro ka cukvursó da koroqerro vur akso rikomo sameamdu ki akamceo, korcomduro cuku imo da kik rakbrok.

El Ojiazul bajo los brazos al escuchar eso, y Morrigan se mantuvo mirando al suelo con una expresión tranquila.

Luego se le acercó a la peliverde y le dio un piquete en la nariz.

Por la fuerza del Okami, la mando al suelo de espaldas por esa acción, mientras le veía con una mirada neutra—Ustedes dos tienen demasiada suerte cuando se trata de hacerme perder la paciencia. A la próxima, intenten buscar por mi en vez de estar buscando en un lugar rodeado de tanta gente.

—…Entendido— declaró la peliverde suavemente—. Saludos, Noir-sama.

—Morrigan— devolvió el saludo el Ojirrojo—. Albedo, ¿Cómo está Eliza?

—Extrañándole profundamente, Meryo-sama— saludo la pelinegra cuando finalmente saco la roca de la tierra.

—…Lilith está bien y también le extraña bastante, Okami-sama~— dijo cantarinamente la sucubo peliverde

—Ese no es… ugggh… me ALEGRO de que este bien, pero con todo lo que acaba de pasar por ustedes dos, no es el momento para hablar de…

—Ummm… ¿Naruto?

Escuchar ese nombre de parte de Ikumi hizo que el pelirrojo se quedará congelado donde estaba, girándose para verla fijamente—…

—¿Así que… tu nombre es… Naruto Okami?— pregunto Ikumi antes de dar una leve sonrisa—. Suena a un nombre muy lindo, brocheta de pescado.

El Okami se le quedó viendo por ello, y seguidamente se apoyo con la pared más cercana y bajo la mirada—…Una parte de mi está preocupada por qué ahora saben eso… pero la otra está teniendo muy malos recuerdos.

—…Disculpen a este dramático, está teniendo recuerdos muy malos de cuando nadie le tomaba enserio porque su nombre era Naruto, que se puede traducir como "Tormenta", pero la mayoría de la gente pensaba en el alimento.

—Silencio Takoyaki— murmuró él Okami deprimido.

—Lord Brocheta de Pescado ha hablado.

—¿Qué carajos hice para merecer este tipo de cosas en mi vida?— pregunto el pelirrojo al aire, luego se quedó pensando por unos segundos antes de suspirar—. Olvídalo, ya me hice una idea que cosas— comento frotándose el puente de la nariz antes de ver a las dos hermanas rubias que seguían sin entender mucho de lo que estaba pasando—. Voy a tener que pedirles que mientras estén los de Konoha alrededor, no digan mi nombre.

—¿Hmm? ¿Por qué?— cuestionó Hallibel notando como se ponía incómodo tratando de explicar.

—Buenoooo… supongo que mi nombre original sería Uzumaki Naruto, hijo de Kushina Uzumaki y… Minato Namikaze— comentó esperando las reacciones de ambas.

Ikumi parpadeo repetidamente y luego alzo una ceja inclinando la cabeza a un lado—¿Así que… eres mi medio hermano?— pregunto curiosa, no parecía asqueada o sorprendida.

—…Técnicamente… no. Hasta ahora no nos conocemos, y el entrenamiento por el que pase me hizo perder todos los genes que no fueran Uzumaki, literalmente no soy ni siquiera pariente de Kushina a este punto.

—Pero… ¿Naciste por ella y por medio de nuestro padre, no?— cuestionó Hallibel.

—…Si, técnicamente si… se lo están tomando mejor de lo que creí— comento, se había esperado que si se enterarán se asquearan de lo que habían pensado de él, sobretodo Ikumi con la que anoche había cumplido lo que ella quería.

—Yo te quiero a ti, no me importa mucho eso de dónde vengas— comento sin darle demasiada importancia la rubia menor.

—No me importaría que fueras mi hermano, eres el hombre en el que me fijé— declaró Hallibel igualmente sin interés.

El pelirrojo se atragantó con su saliva ante las respuestas de ellas dos antes de escuchar la voz de su hermano desde atrás—¡Sweet Home Alabamaaaa!

—…No sé lo que sea Alabama, ¡Pero aún así me dan ganas de golpearte!— declaró molesto el pelirrojo dándose la vuelta con una vena resaltándole en el cuello.

—Seguro, cuando quieras, si me necesitas estaré en tu lugar de origen; El norte— declaró dando media vuelta y soltando una risa sonora por ello.

—…Siento que él menos que nadie tiene derecho a burlarse de mí por eso— murmuró él pelirrojo antes de suspirar, notando las miradas de las cuatro mujeres presentes sobre él—… Bueno… supongo que deberíamos de ir a decirles a la Raikage acerca de ustedes dos aquí.

Empezó a caminar, y al instante fue seguido por Ikumi, caminando a su lado y viéndole curiosa—Así que… ¿Cuándo planeabas decirme que éramos familia con beneficios?— bromeó ella levemente.

Naruto se crispo por eso antes de aclararse la garganta—Para empezar, nunca, deje todo lo que Uzumaki Naruto era hace mucho tiempo, lo que menos quiero ahora es revivir eso.

Al mismo tiempo, Hallibel le flanqueo del otro lado, ella mirando al frente serenamente—Eso significa que Kushina Uzumaki no sabe que quiere algo con su propio hijo.

—Yo no soy… aggghh… no, no lo sabe, y aunque no lo sea, no creo que mi relación con ella sea del tipo que vaya a terminar con… eso— declaró en un murmullo de voz tenue.

Parecía no confiar en sus propias palabras—Vamos, si ya te cogiste a una de las hermanas, el resto del árbol genealógico no debe de ser tan difícil, Ikumi tiene una hermana que no es del lado de nuestro padre por si quieres añadir algo de sangre nueva— comento Hallibel con una leve sonrisa que no se le notaba desde donde estaba.

—Voy a vomitar— murmuró él pelirrojo frotándose la frente—. Juro que si alguien más dice un chiste incestuoso voy a terminar cometiendo un crimen de odio.

Ninguna de las dos hermanas dijo algo en lo más mínimo. Haciendo que el Okami suspirara y se relajara, luego sintió que algo se sacudía en su bolsillo.

Naruto miro el intercomunicador que le había dado Cosmos, que servía tanto para mensajes de texto cómo en llamadas.

Era un mensaje de parte de Cosmos.

Un Haiku.

"Conocí pelirrojo por la mañana, se cogía a su hermana.

Dijo que no era suficiente.

Y se fue a por su buena mamá"

Un Haiku acerca del incesto.

El metal y plástico se rompió entre los dedos del pelirrojo mientras sentía que el dolor de cabeza estaba acrecentándose más y más en su frente, estaba a tres segundos de que se le salieran los cuernos, literalmente.


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Mikane se estiro levemente al tiempo que escuchaba como sus huesos se estiraban y crujían, podía sentir el precio de estar sentada detrás de un escritorio por varias horas. Habían pasado un par de horas desde que había ido a viajar al país del rayo para hacer el trabajo dado por el pelirrojo de antes.

Había pagado completa ente lo que dijo, más un poco más por las molestias que no se había tenido que dar, así que no tenía que tomar en lo más mínimo nuevas misiones por un tiempo, se podía incluso tomar el tiempo para algunas nuevas reformaciones.

Lo cual era bueno y todo pero ella estaba aburrida.

Quería hacer algo para entretenerse, hacer trabajo de escritorio era mucho más aburrido de lo que creyó que sería…lo cual era curioso, ella ya de por sí creía que era aburrido.

Bueno, tampoco es como que activamente buscará problemas, pero algo de acción le vendría bien.

La cantidad de dinero que el Okami le había dado había sido suficiente como para arreglar el pequeño problema que tenían respecto a recursos, después de encargarse de un combate contra las fuerzas de Iwagakure, tenían que reponer los daños y recursos usados. Así que, después de haber terminado, tenía que ir a revisar el embargo de suministros.

Le crujió la espalda mientras se levantaba de su silla y caminaba hacia afuera de Alicorn, tenía que ir a supervisar que todo fuera de buena manera.

Era más una formalidad que nada, en parte, estaban embarcadas, era de los pocos momentos en los que la "Fortaleza Submarina Alicorn", estaba vulnerable a ser atacada.

Mikane se tapo levemente la cara cuando el sol le dio en los ojos, y los froto levemente al tiempo que no podía evitar frotarse la frente.

Se sentía mejor que cuando recién se había enfrentado al Vetusto, pero según el Okami, "La energía disforme puede causar horribles mutaciones estando cerca de ellas, los humanos son extra sensibles a ello, pero debido a que eres una Yokai solo deberías sentir un tanto de molestias unas semanas"

Se sentía por varios días salida de una resaca sobrenatural. Necesitaba distraer su mente de ello.

Municiones de uranio empobrecido para las CIWS. Misiles, un montón de misiles. El repuesto de municiones y mantenimiento de Falcon y las demás. Más misiles.

—Esa loca de dientes afilados en verdad que es algo aprovechada por ser la única proveedora— murmuró Mikane con las cejas algo fruncidas recordando a la dueña de una empresa de armas, la única en todas las naciones elementales que de hecho era capaz de abastecer a Alicorn con los recursos que necesitaba.

Era una perra.

Una perra que sabía cobrar bastante.

Uggh, siento como que me hubieran disparado en la cabeza. Pensó frotándose la frente por unos momentos.

Antes de que eso pasará.

El cuello y cabeza de Mikane se movieron hacia la izquierda cuando una estela de color carmesí le golpeó a un lado del cráneo.

Los Kappas que estaban allí, ayudándole a cargar suministros, perdieron el aliento al ver el disparo de energía golpear a la pelinegra.

Y está… no teniendo un rasguño en lo más mínimo.

Se giró a ver en la dirección en dónde vino el disparo al tiempo que tiró en una brecha la libreta dónde marcaba la lista de sus embargos, hubo unos segundos de silencio antes de que otro disparo fuera soltado en su dirección.

Una brecha se abrió enfrente de la cara de Mikane, devorando el disparo rojo antes de que otra apareciera a una mayor distancia de dónde estaban actualmente.

Noto como algo parecía girar en dónde estaba, algo grande y que se movía bastante rápido, entrecerrando los ojos apenas noto como un titán de más de dos metros de tamaño, con una armadura de color anaranjado, amarillo y rojo estaba enfrente de donde Alicorn se encontraba cargando suministros.

Los CIWS le estaban apuntando al instante que la localizaron, y al instante que empezaron a disparar, vio como la armadura titánica empezaba a moverse, cada vez más rápido, hasta que se volvió una estela de color azul a la que incluso las ametralladoras no podían seguir.

Mikane se puso en guardia apenas noto como pasaba de moverse para esquivar las balas a empezar a dirigirse directamente a dónde el submarino se encontraba, directamente a ella. Miro una especie de esfera de energía verde formándose en el brazo izquierdo, un cañón, al tiempo que en la otra mano una electricidad azul se conglomeraba.

A la velocidad a la que va detenerla de un golpe podría darnos el retroceso a las dos, así que…

Su Contender salió, viendo como era recubierta de electricidad cada vez más fuerte.

Estaban en medio de un bosque, justo en la costa del país de la primavera, en medio de un puente donde los embargos se daban.

Vio a la armadura saltar varios metros y aprovechando su velocidad para ir directo contra Mikane.

Apunto directamente al estómago y disparo.

Vio como la armadura era impulsada hacia atrás por el disparo en cámara lenta, antes de que moviera uno de sus brazos, y la electricidad que tenía en su mano derecha se volviera un látigo lanzado hacia la pelinegra, jalándola con una fuerza inhumana antes de ver cómo le apuntaba directo a la cara con su cañón.

La pelinegra sonrió de medio lado mientras el cañón de energía estaba a centímetros de su cara.

Esto va a ser divertido.


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Esto va a ser divertido, ¿No lo crees?

Las hojas blancas de los árboles a su alrededor cayendo de las ramas oscuras daban un aspecto casi angelical al lugar donde estaban, el hombre a su lado le daba una leve sonrisa tranquila mientras le veía, esperando su respuesta.

Nuestro planeta ya es bastante grande— respondió con tranquilidad—. Y además, bastante feroz incluso para los de nuestro clan, pueden que existan criaturas entre las estrellas que terminen causando más daños a nuestra gente si seguimos al pie de la letra las leyes del rey.

Sin embargo, nuestro planeta no es eterno, las semillas del Dios árbol están empezando a crecer más y más, sus raíces se entierran más en nuestro mundo— declaró su compañero, mientras le extendía un pequeño objeto de madera, una flauta—. Podrías decir que es nuestro destino, creados directamente por la mano de los dioses, fuimos hechos para ser superiores a todas las especies del universo. ¿No es nuestro derecho, el fuerte sobrepasa al débil?

Kisshoten solía decir que el fuerte protege a los débiles— murmuró en respuesta a eso.

Ella también ha dejado este mundo sin un solo rastro de querer volver— declaró mientras sus ojos amarillos brillaban.

Miro la flauta en su mano—Oye… Yui… ¿Qué habrías hecho si no hubieras nacido con la fuerza que tienes?

Habría matado a más para conseguirla— declaró sin dudar dos veces.

Una sonrisa se formó en su cara ante esa respuesta—Supongo que eso suena a como eres tú— declaró mientras sus ojos miraban hacia arriba. El cielo era siempre nublado en su mundo, y helado, sus pieles parecían haberse convertido en un reflejo de eso, pálidas como el mármol—. A veces me habría gustado haber sido yo el que comenzará todo… tal vez así entendería mejor las cosas, pero… ja, no creo poder entenderles a ustedes en lo más mínimo.

Hay ciclos en los que en verdad desearía poder mostrarte como era Atoreon en su apogeo, no era nada como está bola de hielo y oscuridad— declaró su compañero al tiempo que se quedaban en silencio.

—…Probablemente mataremos a muchos seres que lograron sobrevivir, en esta o en otras dimensiones— soltó al aire.

¿Y eso te molesta?

No mucho, si muero, ellos eran más fuertes, si mueren, yo era más fuerte, así es como son las cosas— declaró al tiempo que se paraba—. De cualquier modo estaremos bien, después de todo.

Los ojos amarillos de su mejor amigo brillaron más que de costumbre mientras una sonrisa se formaba en su cara—Nosotros dos somos los más fuertes, ¿No es así, ██?

Dos ojos morados se abrieron en la oscuridad de la noche antes de volver a azul, mirando al techo fijamente. El pelirrojo se quedó con una mano sobre la frente, al tiempo que su cerebro se ajustaba a estar totalmente activado de nuevo.

Creí que había olvidado la mayoría de esas cosas para ahora. Pensó mientras cerraba los ojos levemente, y suspiraba largamente.

Una vena se le empezó a formar en el cuello mientras soltaba un gruñido, agarrando una revista en la mesa de noche donde dormía, enrollándola levemente por unos momentos antes de reforzar la superficie con Chakra, lo suficiente como para que fuera como una varilla de metal.

Luego bajo la mirada a los dos bultos que estaban debajo de sus sábanas.

Con una mano quitó la manta de golpe, y lo siguiente que dichos bultos sabían eran que les había dado a cada una un golpe en la cabeza.

Naruto se ordenó los pantalones mientras veía con el ceño fruncido su verga semi-dura… con una enorme cantidad de marcas de lápiz labial rosado y negro hasta en el estómago, viendo como Morrigan y Albedo se estaban frotando las cabezas después del golpe.

Ambas podrían partir metal con los dedos, en el caso de Albedo le había tocado darle con la fuerza suficiente para doblar la revista el que le liberará—¿Qué creen que están haciendo ustedes dos?— pregunto el pelirrojo con una mano sosteniendo sus pantalones y con la otra sosteniendo el doblado trozo de papel reforzado.

—Vamekuk o dorra miaksruk cuñuk ae ciruk ae ciorpiear usru urekeceu or pia piearo vorser cum ki amurka vurro.

Ante las palabras de Albedo, el pelirrojo se crispo y se llevó la mano con la revista a la cara—Habla el lenguaje normal de este mundo, y no quiero escuchar eso como justificación de nuevo.

—Okami-sama, ¿Acaso sabe que tanto tiempo hemos estado sin usted?— pregunto Morrigan sentada sobre la cama, poniéndose de cuatro patas y viendo al pelirrojo mansamente—. Una súcubo también tiene sus necesidades, como su amo y señor dándoles su alimento.

El Ojiazul se le quedó viendo—Morrigan, tu te puedes alimentar de la lujuria de las personas aún sin tener que hacer nada con ellos, y Albedo es una sub-especie de súcubo que no necesita alimentarse de eso— le recordó el Okami con obviedad.

La peliverde puso sus puños sobre sus caderas—Bueno, tampoco es como si tuviera muchas opciones, señor. No te metes a la vida de una mujer, le das la mejor cogida de su existencia por la mayor parte de su vida, y luego actúas como si nada de eso paso— declaró la peliverde mirándolo con reproché.

Naruto se llevó una mano a la cara ante esas palabras—Primero que nada, ustedes no son algún par de concubinas que mantengo a mi lado para coger, son dos de las más poderosas generales demoníacas en el Makai.

—Con todo el respeto dado, Okami-sama, usted ha estado con nosotras por la mayoría de nuestras vidas. Y ha ayudado a toda la raza demoniaca de maneras que la mayoría no podría enlistar completamente, el Creador sabe que le adoramos y sólo deseamos servirle en cuerpo y alma, ya sea en combate, o como sus… compañeras en la cama.

La última parte la dijo con un temblor de caderas bastante notable.

El pelirrojo se crispo.

Albedo era una de las súcubos más poderosas físicamente que había en el Makai, también siendo increíblemente capaz en la magia y entrenada personalmente por él.

También está loca.

Loca y loca por él, dos cosas que no se mezclaban bastante bien considerando que uno de sus mejores atributos era su mente racional, que se evaporaba completamente con él

Y Morrigan que era parte de la nobleza demoniaca, y una de las que de hecho era capaz de hablar de manera como si le hablara a una persona humana. Naruto podía decir con absoluta confianza que eran confiables en cuestión de poder y lidiar con problemas.

No eran confiables en nada más.

—Además, Okami-sama. Para las dos es demasiado fácil notar que tuvo un encuentro físico con humanas en este mundo, y que ellas han sido demostradas insuficientes para usted— declaró Albedo con tono molesto.

—…¿Dis…culpa?— pregunto el Ojiazul.

—La humana de cabello rubio más pequeña de las dos, tenía una concentración de lujuria casi tan grande como nosotras hacia usted, lo cual es algo que solo pasaría si ella ya ha tenido una probada de usted— declaró Morrigan con una leve sonrisa—. Pero está el detalle de que usted prácticamente no tiene nada, lo cual no es raro normalmente, pero después de una noche como la que tiene con nosotras, tienden a haber residuos— declaró la peliverde relamiendo sus labios—. Lo que significa que no fueron capaces de hacer que usted acabará ni una sola vez, más para nosotras, las que no son suficientes para complacerlo no merecen algo tan magnífico como su semilla.

—…ug…uggggggghhhhh— el pelirrojo se llevó las manos a la cara y gruño ante esas palabras.

Naruto jamás fue alguien de gustarle la ovación sin dudas, ser adorado como una especie de divinidad o ser demasiado importante, hacia que las personas a su alrededor se pusieran como inferiores a él.

Ese tipo de conductas jamás le gustaron.

Se había criado con dos de ellas por muchos años por el entrenamiento de su tío Yamata, y bueno, con muchas otras más, pensaba en ellas como sus amigas, sus compañeras, sus soldados, no sus esclavas, sus sirvientas o algún tipo de objetos que tenía para su placer.

Así que, el hecho de que se denigraran en cuerpo y alma a él sólo lo daba un mayor dolor de cabeza.

—Primero que nada, no se trata de que yo quedé satisfecho o nada en lo más mínimo, si lo hice con Ikumi fue porque quería hacerla sentir mejor a ella después de lo que le pasó, no fue para tenerla como una especie de sirvienta entre las piernas— declaró frotándose la frente con una mano para aminorar la migraña—. Segundo, hablando de ello, tampoco las quiero a ustedes dos creyendo menos de una… compañera mía— no quería decir "amante" o "novias" en esos momentos—… Solamente porque en su primera vez con alguien con estamina casi infinita no logro manejarle por no ser de una especie hecha para ello.

Gruño de nuevo por eso, al tiempo que Morrigan y Albedo soltaban una pequeña risa y un gemido suave.

El hecho de que pudieran absorber la energía, vitalidad y resistencia de una persona tocándoles decía mucho de que se necesitará un ejército para lidiar con los "calentones" de Naruto.

— Y ya que estoy en eso, ya párenle— declaró bajando la mirada para verlas.

Las dos estaban acariciando sus abdominales con sus dedos largos y suaves, le habían bajado los pantalones, pasando sus lenguas largas y puntiagudas por sus bolas y su vara de carne de maneras que harían a un hombre normal sacudirse por el placer de las áreas más sensibles siendo acariciadas.

Cabía aclarar que ellas dos tenían lenguas que fácilmente podían girar alrededor de las más de catorce pulgadas de carne e incluso pasarse por sus bolas, además de que su saliva secretaban un afrodisíaco natural varias veces más potente que uno hecho por humanos.

El Okami simplemente se les quedó viendo mientras continuaban antes de alzar la revista de nuevo.

Ellas alzaron sus ojos, mirándole con añoranza y cariño, mientras seguían moviendo sus lenguas alrededor de la polla del pelirrojo.

La mirada de este se suavizó levemente mientras las veía.

Lo siguiente que sus compañeros de hotel verían al despertar, era a dos mujeres sumamente hermosas afuera del cuarto de Naruto, con la puerta pareciendo arañada por gatos, y las dos mujeres gimoteando con chichones en la cabeza.