La información golpeó a Naruto como si fuera una avalancha poco después de lo que había sucedido, por decirlo de manera sencilla, no había mucho en lo que trabajar respecto a lo que había pasado. Había dejado un clon especializado para que lidiara con la situación si le sucedía algo mientras estaba lejos de la aldea, pero había sucedido algo prácticamente cuando ya se había calmado, en vez de cuando estaba ocupado, lo cual era… extraño.

No había pasado nada de nada en ese tiempo, el entrenamiento había avanzado, los exámenes Chūnin estaban a la vuelta de la esquina, el pelirrojo estaba confiado en la fuerza que cada uno de los que entrenaban bajo su tutela tenían. Sin embargo, justo antes de haber regresado el clon había sentido interferencia de algún tipo justo en una de las áreas más importantes para el cuerpo principal, la tumba de Hiruzen Sarutobi.

Las memorias del pelirrojo todavía estaban frescas respecto a viajar a ese lugar bastante a menudo para hablar a dicha tumba, justo debajo de la piedra conmemorativa, Danzó podría ser todo lo que Naruto podría odiar, pero jamás demacraría la memoria de su mejor amigo.

La roca había sido destrozada y la tumba ultrajada.

No había sido hasta horas después que alguien había descubierto algo.

La expresión de Naruto mientras usaba Kuninokotachi en el área para arreglar la roca no le había ayudado a aprender quien lo había hecho.

Kusho, aquella criatura sin cabeza que se había robado la cabeza de Minato Namikaze, no había sido quién había atacado la tumba de su abuelo. Pero dejando de lado eso, había atacado a la familia Uzumaki, lo cual era suficiente como para molestar a Naruto, su relación con la familia Uzumaki seguía siendo complicada, pero Naruto no iba a permitir que nadie lastimara a nadie que le importaba.

Dejando eso de lado, no le tomo mucho tiempo a Danzo queriendo explicaciones.

Comprensiblemente, lo ignoro.

Naruto suspiro mientras caminaba por las calles de la aldea, las expresiones de repelus de los habitantes de la aldea no le estaban dejando de mejor humor.

Ese tipo no se equivocaba, en verdad que es mi pasado viniendo para morderme el culo. Pensó el pelirrojo mientras iba a una tienda de comida, sacaba lo que había venido a comprar, y se iba dejando el dinero en el mostrador antes de que el duelo siquiera se diera cuenta que había estado allí.

Ya tenía suficientes problemas dándole dolores de cabeza como para que las cosas que había vivido antes de regresar a las naciones elementales volvieran para atormentarle.

Tenía un nudo en el estómago del tamaño de sus intestinos, casi literalmente. Planeaba simplemente ir a su casa, cocinar algo para las chicas que vivían con él, e irse a dormir por un día o dos, no tenía energías para hacer nada en lo más mínimo, su hermano lo sabía así que se puso a investigar acerca de lo que había pasado, si bien Naruto había querido ir también, Issei le había dicho que era mejor descansar.

No físicamente, pero si mentalmente. El Okami no había podido decirle a su hermano de manera genuina que se encontraba bien, pero por otro lado, su hermano había estado bastante callado cuando hablo acerca de entrenar la energía del caos, así que ese tema fue dejado de lado.

Justo cuando iba a entrar vio a alguien que no se esperaba en la entrada de su casa.

—¿Sasuke?— pregunto alzando una ceja al ver al Uchiha varón de la aldea allí. El pelinegro simplemente alzó una mano a modo de saludo.

—Yo— saludo mostrando una expresión ligeramente incómoda—. Me enteré que les atacaron.

—Bueno, si. Hace varias horas, les sane y les dije que si se seguían sintiendo mal me avisarán.

—Eso supuse, Kaa-san estaba con el corazón en la boca apenas vio la explosión en el compuesto Uzumaki, y aunque no lo creas Satsuki estaba apunto de llorar.

Naruto controlo algo parecido a una mueca divertida—No es correcto estar soltando las preocupaciones de otras personas así— comento el pelirrojo mientras hacía un clon para que fuera a dejar las cosas—. ¿Pasa algo para que hayas venido aquí?

—Bueno, siendo honesto, casi me da un infarto a mi también— comento el Uchiha con ironía, rascándose el pelo—. No tengo nada de buena experiencia con los ataques a los lugares dónde viven las personas que me importan.

—…Ja, supongo que tenemos unas cuantas cosas en común— respondió el Ojiazul antes de rascarse el mentón—. Todavía no respondes a lo otro.

—Tienes esa mirada en los ojos— fue lo que dijo Sasuke haciendo que Naruto hiciera la cabeza hacia atrás por la ligera sorpresa.

El Uchiha conocía esa mirada, una enorme cantidad de veces la había visto en su mismo, en su madre, en la madre de Menma.

Una expresión que parecía estar cansada de estar vivo.

El pelirrojo se quedó callado ante eso por momentos antes de abrir y cerrar la boca, no sabiendo que responder a eso antes de inhalar y exhalar con fuerzas, para luego simplemente caminar lejos de su casa nuevamente—¿Quieres venir a comer algo?

—…Claro.

Naruto suponía que la situación con Sasuke era diferente a la suya al igual que bastante similar, si bien, el pelirrojo no había sido un Jinchūriki, y el odio que sufrió a la aldea fue antes por prejuicios y estigmas sociales más que cualquier otra cosa, recordaba que la policía Uchiha había sido relativamente neutral respecto a su situación, no le llevaban a comer ni nada, pero si alguien se ponía agresivo con el niño que parecía un zorro, al menos si había alguien de la policía Uchiha normalmente controlaban la situación para no atraer problemas.

Por ello, no diría que tenía cariño hacia los Uchiha, pero no los odiaba, considerando lo que habían tenido que pasar ellos mismos con la aldea.

Así mismo, Naruto había tenido a muy pocas personas que realmente había amado, y las había perdido casi a todas. Suponía que eso era similar a con Sasuke.

Quién sabía, en otra vida, el transmigrante de Ashura habría sido él y no Menma, la situación entre ellos dos sería más complicada—Solía haber una tienda de Ramen a unas cuadras de aquí— comento el pelirrojo de repente—. Ichiraku Ramen.

—Lo conozco— comento el pelinegro—. Solo fui una vez cuando era pequeño, pero mi Kaa-san me contó de ese lugar, como la madre de Menma la arrastraba allí después de una misión, el lugar era realmente e viejo y tenía muchas memorias para ella… nunca la vi tan triste como cuando miraba ese lugar vacío.

Naruto se quedó callado unos momentos ante eso—Supongo que puedo decir que eso es mi culpa— comento el pelirrojo, haciendo que Sasuke girara la cabeza hacia él al oír eso—. Su única culpa fue ayudar a un niño hambriento bajo la lluvia, terminaron pagando el precio por eso por gente que era unos hijos de puta absolutos— declaró el Ojiazul girando a ver a Sasuke—. Todos están muertos, si eso te hace sentir mejor.

—…¿Te hace sentir mejor a ti?— pregunto el pelinegro taciturnamente.

El pelirrojo movió el mentón de lado al lado ante eso—A veces— dijo el Okami—. Te daré un consejo que va sin tanta mierda moral, la venganza es mala solamente cuando involucras a aquellos que no tienen nada que ver con tu situación, pero los bastardos merecen sufrir.

—Hablas por la experiencia— no fue una pregunta, si bien podrían haber ido brincando en los techos, Naruto había decidido caminar con Sasuke hasta el piso más alto en una torre de color gris—. Creí que íbamos a comer.

Sasuke abrió los ojos cuando vio a Naruto lanzarle una copa de Ramen de la nada y verlo sentarse en el suelo, en dónde había aparecido una tetera y un calentador de la nada igualmente. El pelinegro parpadeó levemente, antes de alzar ambas cejas con absoluta sorpresa—¿De dónde…?

—Hace unos meses viste a un dios descender desde el cielo y dije que era familia mía, ¿Y esto te sorprende?

—¿Espera? ¿¡Eso realmente paso!? Estaba bastante convencido de que había sido solo un sueldo lucido que tuve.

—Así que por eso no actúan diferente— mencionó el pelirrojo—. En fin, esto es un Jutsu de Espacio-Tiempo, Kuninokotachi, una de sus muchas habilidades es almacenar cosas en su interior que salen por mi cuerpo— explico el Okami simplemente mientras se cruzaba de brazos.

—Yo… voy a dejar de preguntar al respecto de tus habilidades— mencionó el pelinegro con un suspiró.

—Dime, Sasuke, ¿Qué piensas tú acerca de los Yokais?— pregunto de repente el pelirrojo, haciendo que el pelinegro parpadeara en respuesta a eso.

Se rasco la nuca, confuso—Pues negar lo espiritual cuando nuestro Chakra está hecho de la energía del espíritu sería algo increíblemente tonto— comento el Uchiha—. Pero no sé que quieres que diga respecto a ellos, se que no son rumores pero no es como que tenga experiencia profunda.

—Bien, mejor otra pregunta— dijo el Okami—. ¿Cuál crees que es la emoción que crea más Yokais?

—¿Emoción?

—Sip, los Yokais son seres más espirituales que físicos, nacidos de la acumulación emocional de las personas, los espíritus son seres similares pero considerablemente diferentes— el pelirrojo vio como vapor empezaba a salir de la tetera—. Con eso dicho, ¿Cuál emoción crees que genera más Yokais?— el Ojiazul de repente apunto a sus ojos—. Te daré una pista, tiene que ver con esos ojos tuyos.

El Uchiha se quedó pensando en eso detenidamente—…¿Odio? ¿Miedo?

Naruto chasqueo los dedos—Cerca de hecho… ¿De dónde nacen el odio y el miedo en primer lugar?— pregunto el pelirrojo haciendo que Sasuke frunciera el ceño—. Tal vez con miedos más concentrados como el miedo a la oscuridad o el miedo que uno siente por instinto de supervivencia, las emociones más fuertes son las que tienen significado… ¿Alguna vez te haz enamorado por ejemplo?

—….— Sasuke de repente dio dos pasos hacia atrás—. Está conversación se está poniendo extraña.

El pelirrojo sintió un tic en la ceja—… A lo que quiero llegar es que irónicamente, el amor es una emoción que causa el nacimiento de criaturas como los Yokais, incluso más que el odio o el miedo. De manera irónica, el amor da más dolor, más duradero, más emociones negativas salen de allí que solo odio y miedo— mencionó Naruto—. Por ejemplo, alguien a quien amas no puede estar contigo por algo fuera de tu control, o se separa de ti sin que puedas alguna vez volverla a ver. El dolor de eso sería completamente inaguantable.

Cayó el silencio.

Ambos se quedaron callados mientras Naruto quitaba la tetera y volvía a meter el calentador en su bolsillo de Kuninokotachi, poniendo los tazones de Ramen para luego poner el agua en ellos, nuevamente, se mantuvieron en silencio—Siento que de nuevo hablas de tus experiencias.

El pelirrojo bajo la mirada a sus manos por unos momentos mientras se sentaba a unos cuantos metros, esperando a que el Ramen llegara—No puedo decir que no— murmuró el Ojiazul antes de cerrar sus puños—. Pero…— la cabeza de Sasuke automáticamente se giró para verlo cuando iba a continuar hablando—. Aún así aprendí muchas cosas desde que les conocí a todos ustedes, supongo que es mi propia manera de verlo pero… supongo que todavía hay cosas que valen la pena, incluso entre el sufrimiento, el dolor y la soledad. Por eso… supongo que acepte hablar contigo porque quería hablarlo con sinceridad.

El Uchiha se quedó callado mientras procesaba las palabras de Naruto, con una mueca en la cara—¿Quieres hablar de que exactamente? ¿Qué existe la posibilidad de que busque más poder eliminando el poco amor que queda y cambiándolo por odio? Tu mismo dijiste que es la emoción que más maldita está.

—…Voy a matar a la persona que más he amado en mi vida— le dijo el pelirrojo de repente—. Quiero que no sean como yo, quiero que tengan la fuerza para proteger lo que amas, así de simple— comento el pelirrojo con una leve sonrisa mientras el Ramen finalmente estaba.

Había un ligero sentimiento de melancolía de parte de Sasuke mientras lo miraba abrir su copa de Ramen.

El pelirrojo simplemente saco dos pares de palillos y le dio uno a Sasuke, antes de llevarse los fideos a la boca.

Naruto se detuvo de golpe apenas los fideos tocaron su boca.

El pelirrojo se quedó completamente quieto mientras miraba hacia abajo al Ramen que estaba comiendo, un instante antes de seguir probándolo, porque podía hacerlo, podía sentir el sabor de ello.

Los ojos de Naruto se abrieron con sorpresa mientras sentía el sabor del ramen golpear en contra de su boca, haciendo que el pelirrojo viera con sorpresa el tazón.

Había sentido eso.

Estaba acostumbrado a sentir como el sabor de cualquier cosa en su garganta sabía terriblemente mal, o no tenía sabor en lo más mínimo. Al menos, no sin que fuera hecho con ese… Algo que le daba un sabor único para él.

Naruto se quedó viendo eso, con una expresión confusa en su cara, mientras movía el ramen en su boca ligeramente, era simple, no tenía nada de especial, los Narutomakis sabían bastante simples y el picante que tenía encima era bastante calmado.

Era casi mundano.

Y sin embargo, el pelirrojo encontró que esa era la primer comida a la que le sentía el sabor.

Una ligera sonrisa se formó en su cara mientras cerraba los ojos.

—Je— sonrió sintiendo como su corazón se relajaba—. Aunque supongo que conocer a personas como ustedes hace mejores algunas cosas.

Sasuke se quedó callado, viendo la expresión en el rostro de Naruto, antes de mirar el razón en sus manos y empezar a comer, con la luz del atardecer iluminándoles.

Suponía que podía entenderlo.


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Al noreste de Konoha, en la provincia de Rekka en los bordes del país del fuego, existía un enorme y frondoso bosque, debido a que estaba considerablemente cerca del Valle del fin, se creía que había sido creado por Hashirama Senju en respeto por su antiguo camarada caído, Madara.

En esos bosques, una silueta caminaba.

Específicamente, una silueta meramente negra que parecía regenerarse desde trozos de fuego etéreo negro, mientras la carne y la ropa se formaban de nuevo, el rostro de Minato Namikaze se formó en el cuerpo de Kusho Kukyona, quien simplemente movió la cabeza de lado a lado.

—Naruto Okami, ¿Eh? Las leyendas de la fuerza del Tenrinjōō no hacen justicia— mascullo el rubio mientras estiraba la espalda ligeramente. Siguió caminando por el bosque, esperando encontrar a quien buscaba.

Había alguien en una enorme capa de pelaje negro, con un casco de metal antiguo que le cubría completamente la cara, sentada enfrente de un fuego de fogata mientras movía las brasas.

Kusho sonrió levemente al verle—Bueno, bueno, sabía que reformarme en el lugar más cercano a una energía tan intensa como la tuya sería una buena decisión.

La persona allí alzó la cabeza y la movió a un lado—¿Te conozco?

—De cierta forma— el rubio simplemente sonrió de medio lado—. No esperaba encontrarte aquí aún siglos después, si que te ves de la mierda. En fin, vine porque tengo una proposición para ti.

—¿Eeeeh? ¿Enserio? Bueno, que halagador que hayas venido a buscarme desde donde quiera que hayas venido— la voz sonaba de alguien joven y energética, mientras movía la cabeza de lado a lado, como pensando en que responder—. Pero ah…. No me interesa mucho.

—Deberías oír lo que tiene que decir— una voz detrás suyo hizo a la persona encapuchada girarse levemente, viendo a una castaña con un traje de estilo samurai azul recargada contra las ramas de un árbol—. Se me ocurre que puede ser, y puede que te interese.

El rubio alzó una ceja al ver eso mientras se rascaba la nuca—¿Te conozco?

Los ojos de la castaña eran morados en esos momentos, analizando a detalle a las dos personas presentes y entrecerrando los ojos al ver a un rostro muy similar al hombre que amaba en el cuerpo de un ser que no parecía estar allí en primer lugar—Creí que ese sería el caso, este cuerpo por alguna razón tiene instintos propios, me dijo venir aquí aún cuando jamás me ha pedido ir a ningún lado, supongo que para saber menos— fue lo que dijo ella mientras se llevaba una mano al pecho.

—Bueno, par de tortolitos, puedo decir que ustedes dos son tipos muy divertidos pero no soy de…

—Los Gensho no Akuma (Demonios Primordiales) Rojo y Negro han regresado a este mundo— le dijo de repente Kusho con una expresión calmada, escuchando y disfrutando el silencio que vino después de que esas palabras golpearan fuertemente a la persona enfrente suyo, el metal del casco moviéndose para verle fijamente—. Aunque estoy seguro que a ustedes dos les interesa más el Rojo más que nada.

—Esa cosa está viva— se giró a ver a la persona cubierta completamente—. Debería ser imposible.

—Los seres espirituales y demoniacos tienen problemas en morir, más cuando se trata de los Primordiales, sobretodo por como funcionaba el alma de esa entidad— explico el Kukyona sencillamente mientras sentía la mirada de la castaña encima suyo—. Hace miles de años fue el Rey de los Yokais, superando incluso a las tres calamidades, Ryomen Sukuna, hace menos tiempo fue el demonio primordial rojo, quien sabe que tantas vidas haya acumulado para ser lo que es hoy en día, aunque bueno, nuestra amiga aquí parece conocerle.

—Si— Aika hablo sin inmutarse cuando la atención fue cambiada hacia ella—. Él es mío. No me importa si este cuerpo no aguanta estar cerca de él, se quién es. A diferencia de mucha de la gente que le rodea, no soy lo suficientemente estúpida como para juzgarlo por algo que está fuera de su control

La persona encapuchada se paró de repente mientras escuchaba y procesaba esas palabras—¿Dónde está ahora mismo?

—¿Por el momento? En la aldea de la hoja, los exámenes Chūnin son en unas cuantas semanas, si bien no participará no se irá para ver cómo algunas otras personas allí si lo hacen. Sería un buen momento para atacar, rodeado de gente que le importa para ser usadas como escudos humanos y evitar que ataque con todo sería una buena forma de limitarlo.

Los ojos de la Korimachi cambiaron de morado a directamente rojo con esas palabras—¿Acaso eres imbécil maldito trozo de mierda?— el rubio fue tomado con la guardia baja por el súbito cambio en la actitud, lenguaje corporal y tono de voz de la castaña—. No es como que valga una mierda si atacas cerca de gente que le importe o no, ahora mismo está al completo de su fuerza. Revivir a unos cuantos eran puterias sencillas para el sabio de los seis caminos, ¿Cómo crees que sería para alguien jodidamente por encima? Del mismo modo, no podrías hacer ni mierda tu tampoco porque si reduces a rehenes tienes al cabrón más enojado que antes, sin mencionar que–

—¡Bien, bien, ya entendí! Cristo Japonés mujer, ¿Qué demonios te pasa?— pregunto el rubio pareciendo genuinamente anonadado.

La castaña se miraba enojada unos segundos más antes de darse una bofetada en la mejilla de repente, agitando la cabeza de lado a lado mientras sentía un escalofrío en todo el cuerpo—Dímelo tu, mi cuerpo y alma están normales, pero es como si tuviera a más de una cosa debajo de mi piel— mascullo ella mientras la persona de casco y capucha se quedaba en silencio.

—¿Qué demonios es lo que quieren ustedes dos?— pregunto de repente en un tono más serio.

—Esa es una buena pregunta— indico Kusho tomándose el mentón—. Todo se ha movido a como él lo ha planeado, estoy seguro que también buscará de una u otra manera te habrías terminado enterando, simplemente que sucederán algunas cosas a futuro, si intervienes o no será cosa del azar y la oportunidad.

Los ojos de la castaña pasaron de color miel a un color rosáceo mientras parecía relajarse en la rama en dónde estaba—Por mi parte me gustaría poder usar este cuerpo para cosas que no hice tan a menudo cómo en mi anterior vida, pero no puedo ver al único que le interesa sin intentar atacarlo— Aika suspiro mientras sus ojos volvían a la normalidad y miraba hacia atrás, girando en el árbol mientras se encontraba parada de cabeza en el árbol—. No supongo que tengas algo para ayudarme con eso.

—…

—Sip, eso pensé— comento la castaña mientras se sentaba en la rama aún cuando estuviera invertida, pareciendo hacer un ligero puchero molesto—. Aagggh, estás cosas que fusionaron conmigo son molestas, amplifican todo lo que sienta, ughhh, ¡en verdad que ando celosa de esa Yokai aún cuando me caía bien!— Aika se llevó las manos al pelo y lo agitó completamente molesta.

Kusho alzó las cejas por eso no con mucho humor.

Luego miro como un brazo, rodeado en vendas rojizas que mostraba la musculatura considerable le hizo alzar las cejas ligeramente—A diferencia de la última vez que me encontré al Primordial Rouge, supongo que ahora soy más fuerte. Pero lo mismo se podría decir de esa cosa.

—Puedo dar fe de ello, aunque no use todo lo que tenía, si tuviera que suponer él y yo estamos casi iguales en términos de poder bruto, sin embargo…— los ojos del rubio subieron y bajaron por la persona en capucha—. Si tuviera que hacer un estimado probablemente seas de las pocas personas en este mundo que podrían ganar en términos de poder y habilidad. Aun así, hablamos de alguien que… bueno, tu mejor que nadie sabrías quien es él.

La persona detrás del casco se lo quito para mostrar un largo y andrajoso cabello negro, un rostro netamente femenino lleno de cicatrices con unas ojeras considerables debajo de los ojos, antes de sonreír de medio lado y pararse, la capucha moviéndose para mostrar su cuerpo.

Las cejas de Aika se alzaron ligeramente al ver el trasero y pechos bastante grandes de la pelinegra, pero más allá de eso, el cuerpo sumamente musculoso, tonificado y lleno de cicatrices que cargaba consigo misma.

—Enfrentar al Ankoku Kōtei (Señor de la Oscuridad) de nuevo, el Demonio Rouge. No estaría mal para mí.

Aika se le quedó viendo mientras ella chocaba los puños, mandando una fuerte onda de aire a su alrededor. Haciendo que entrecerrara los ojos por eso mientras la oscuridad de la noche les cubría a.

Sus ojos brillaron en morado mientras la analizaba.

Ella abrió los ojos ligeramente, aún cuando la pelinegra parecía sonreír, la esencia a su alrededor parecía negra como un abismo sin fondo, y maliciosa añadido a eso.


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Él sabía que era un sueño.

Un sueño sin cumplir.

No había ganas de un combate legendario, no había deseos de volverse más fuerte, no había ni siquiera deseos de conseguir algo adentro suyo. Simplemente quería paz, aburrida y tranquila paz, vivir con la gente que le rodeaba.

Naruto estaba en esos momentos sentado en una silla en el hospital general de Konoha, una expresión neutra en su cara sintiendo las miradas encima suyo mientras que se encontraba justamente al lado de una habitación con una expresión ilegible en su cara.

Descansar finalmente, vivir una vida tranquila parecía que el mundo mismo le quería arrancar de las manos, su pasado mismo parecía haber regresado para morderle aparentemente. Por lo que simplemente suspiro antes de levantarse justo en el momento en que el doctor había salido.

En el momento en el que vio al doctor que había estado analizando a la familia Uzumaki ya se encontraba parado enfrente suyo con una expresión sería en su cara.

El doctor se hizo hacia atrás apenas lo reconoció—Yo…

—¿Cómo se encuentran ellos?— la voz de Naruto le interrumpió, ni siquiera tenía la paciencia para esperar una respuesta, usando un Genjutsu directamente en su voz para ponerlo en trance para que respondiera, no le leyó la mente solamente por mantener un mínimo de decoro.

Los ojos del hombre se nublado mientras empezaba a hablar—Ellos están bien, perfectamente bien. No tienen efectos adversos que pudiéramos detectar.

El pelirrojo tomo una exhalación lenta y pesada, dejaba salir al hombre del Genjutsu mientras ponía una mano en su hombro y entraba en la habitación. Sus ojos brillaron en morado un segundo mientras usaba su Noryokugan para analizarlos a detalle antes de desactivarlo al no encontrar nada.

Pudo sentir como un peso se le salía de los hombros apenas los veía un instante antes de abrazar de golpe a quien estaba más cerca.

Naruko parpadeó por el gesto del pelirrojo antes de ponerse roja por eso–O…¿Okami-kun?

—Lo siento es solo que… haaa… se que yo mismo les sane pero no sabía si tendrían efectos adversos que no me fijé— murmuró mientras hundía ligeramente el cuello en el cabello de la rubia, haciendo que ella se sonrojara.

El pelirrojo suspiró mientras se separaba lentamente de ella—Natsumi está siendo cuidada por personas de confianza mía— le dijo haciendo que Kushina de repente suspira, ella obviamente no habría podido olvidar en lo más mínimo que su hija más pequeña estaba sola, pero el pelirrojo igualmente no podría haberla dejado sin protección—. Se que las cosas entre nosotros no han estado bastante bien en los últimos meses, han sucedido una enorme cantidad de cosas que sinceramente… haaa… ni siquiera se cómo describirlo. No quiero que ustedes piensen que los odio o algo en lo más mínimo…

—Naruto…— Kushina le llamo de esa forma, el pelirrojo se movió incómodo, no sé acostumbraba todavía a que ella y los demás supieran su verdadero nombre—… Yo…no hay palabras que puedan explicar lo que he sentido y cuánto he lamentado todo lo que ha pasado contigo, yo sé que no tengo el derecho de meterme tu vida, con todo lo que ha pasado, con todo lo que va a pasar, pero yo… he llegado a conocerte en estas semanas… todos lo hicimos…

El pelirrojo soltó un pequeño suspiro—… Supongo que es lo mismo conmigo, yo simplemente no quería saber nada de ustedes antes de esto, sin embargo las cosas han cambiado— empezó a hablar con tono más suave—. Por favor díganme todo lo que sucedió.

—Pues… nos gustaría decírtelo pero no sabemos mucho más que tú. Una cosa sin cabeza apareció de repente en nuestra casa, y no lo supimos hasta que explotó la tumba de papá— explico Menma mientras se rascaba la nuca, una expresión resignada en su cara al tiempo que el pelirrojo hacia una mueca.

Asintió levemente—…El hecho de que estén vivos es lo mejor— comento el pelirrojo mientras se sentaba en una silla cercana—. Las cosas que han pasado últimamente han hecho que las cosas estén demasiado tensas, yo… no puedo decir que los veo como una familia, no llevo tanto tiempo conociéndolos como para llamarles así, pero no les odio, a ninguno de ustedes, ni tampoco quiero que les pase nada malo— explico el Okami.

Internamente, estaba en un dilema.

Ellos obviamente no sabían nada del ser que les había atacado.

Eso era obvio, aparentemente, ni siquiera él mismo había tenido información de él en lo más mínimo. Pero, lo mismo no se podía decir a la inversa, sabía quién era, algo que nadie en ese mundo debería saber, más allá de eso, le molestaba imaginar la posibilidad de que había sido por él que les habían atacado.

Poner a las personas que le rodeaban en peligro era una de las debilidades que tenía.

Debilidad que le enfurecía si era atacada.

El pelirrojo suspiro mientras después de una larga charla con mis doctores de unas cuantas horas, ya estaban listos para irse. El Okami se encontraba perdido en sus pensamientos.

Pensó en sus subordinados demoniacos.

De nada servía ser el más fuerte de todos si las personas que te rodeaban no podían seguirte, específicamente.

De nada servía la fuerza que no podía proteger a nada.

El pelirrojo hizo una mueca mientras el rostro de Aika aparecía en su mente por una larga cantidad de tiempos mientras veía desde atrás a la familia Uzumaki.

Las palabras no eran suficientes para describir como se sentía con ellos.

Por una gran cantidad de su vida había vivido con un rencor tan grande hacia todo, y después de haber terminado su entrenamiento, ese rencor se había transformado en apatía, conociendo a la familia Uzumaki en persona, esa apatía se había convertido en un deje de cariño que no podría negar.

Habían dos tipos de personas en su pasado, las que había conocido lo suficiente como para sentir un apego hacia ellas, lo cual era en lo que ellos se habían convertido, para bien o para mal, Naruto para empezar no había tenido un plan de venganza o algo similar, había querido vivir su vida tranquilamente, nada más.

—Jijiji. Enserio que muchas mujeres hermosas han estado apareciendo desde que me ido, ¡Esto servirá demasiado bien!

La cara de Naruto se congelo de repente.

La familia Uzumaki, que no estaba más allá de unos cuantos pasos alejados de él, habían reconocido una voz y se habían girado lentamente en la dirección que vieron, un sauna probablemente.

Allí estaba el segundo tipo de personas en el pasado de Naruto.

Tenía un largo cabello blanco bastante erizado que hacía difícil ver su figura, algo ancha, con ropas rojas y verdes bastante holgadas cubriéndolo, mientras que se movía a escondidas del gerente al área de mujeres en aquel sauna.

—Hey, ¿no es ese…?— pregunto Menma apenas reconoció al hombre, pero por otra parte, Naruto puso una expresión neutra al reconocer algo, y camino hacia ellos, empujándolos de repente unos cuantos metros.

El pelirrojo le había dado el día de descanso a algunos de sus subordinados, había dejado a Kumara cuidando a Natsumi, la única razón por la que no había dejado a Testarrosa y las demás es porque después de que habían ayudado en Kumo, se habría sentido mal de aprovecharse de su fidelidad y de que no se cansaban.

Cómo tal, parecía que las estrellas se habían alineado para ese momento.

Justo detrás de Naruto, no unos segundos después de que hubiera empujado ligeramente a los tres Uzumakis, algo fue lanzado como una bala de cañón detrás de ellos, al punto de que varias ventanas fueron rotas en las casas alrededor por varias decenas de metros cuando ese algo choco en contra de una pared, la había atravesado, y había golpeado contra otras cuatro antes de detenerse.

El pelirrojo giro la mirada para ver hacia el sauna, notando la figura de Ultima cubierta de agua asomándose por el agujero.

Luego giro en la dirección de lo lanzado.

El Okami estaba seguro que si hubiera sido una persona normal, ni siquiera habría pasado del primer muro, no, dejando eso de lado, un shinobi normal estaría igualmente bastante herido después de una patada de una Primordial, controlándose o no, Ultima era la que mayor habilidad tenía en combate, ella sabría justo la cantidad necesaria para matar.

Pero eh… había sido demasiado cerca está vez, por lo débil que se sentía el Chakra del tipo lanzado desde allí—Estaba espiando— se excuso ella, Naruto alzó una ceja, ¿Esa sería su excusa para ello? No era como que ninguna de las tres tuviera problemas en ser vistas desnudas por como la pequeña pelimorada salía cubierta en agua y vapor—. Y dijo que no tenía interés en las que no tuvieran tetas mientras escribía en ese libro.

Ah, eso tenía más sentido.

También explicaba las risas de Carrera que oía desde atrás, mientras la primordial violeta salía completamente desnuda—Entiendo, entiendo. Ponte algo de ropa primero— le pidió a ella, haciendo que la más pequeña de las Primordiales soltará un bufido antes de que su ropa normal apareciera en un instante a su alrededor y se cruzara de brazos, el pelirrojo bajo los brazos y le acaricio la cabeza mientras pasaba en dirección hacia los muros caídos.

—Con su permiso… disculpen… diablos que mal lugar para poner un escudado— comento pasando por las casas y muros destruidos después del impacto.

Pasando entre la porcelana rota y el agua de drenaje que salía de uno de los inodoros rotos, llegó finalmente a dónde estaba el tipo que había sido lanzado a volar por Ultima, la familia Uzumaki igualmente le había seguido.

Los ojos de ellos no eran muy diferentes de los demás presentes, pues lo único para explicar que había pasado había sido la marca ensangrentada de un puño pequeño en medio de la mejilla casi atravesada del hombre.

Estaba en un estado lamentable, casi entumido de cuerpo completo, con la tapadera del inodoro alrededor del cuello, y considerable cantidad de heridas en el cuerpo, si Naruto se hubiera tomado el tiempo para verlo, probablemente habría notado el daño interno o como tenía algunas cervicales ligeramente movidas de lugar.

Naruto por su parte…

—Hmmm…

Ultima alzo la mirada por estar al lado de su amo, cuando esté se rasco la parte baja de la mejilla cómo quien tenía comezón por la barba.

Llamar a la expresión que tenía en esos momentos como desprecio o ira sería bastante equivocado pero…

Realmente su expresión era más como si estuviera viendo a una hoja de papel arrugada más que algo importante.


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—Maldita sea Ero-sennin, vuelves después de quién sabe que tantos años y lo primero que haces es estar de pervertido, tienes suerte de que Okami-kun sea tan bueno sanando o no la habrías librado— comento Naruko después de que hubieran regresado al complejo de clanes, con un collarín alrededor del cuello y vendas cubriendo su mejilla estaba el legendario sabio sapo, Jiraiya.

Quien…

Todavía intentaba entender que había pasado.

Había visto a tres mujeres caminando por distintos lados de la aldea, dos de ellas eran algo jóvenes para su gusto, la pelimorada más que nada, aún cuando no se veía como una infante y tenía un aspecto decentemente femenino, Jiraiya de los Sannin no era un pedófilo.

Las otras dos por su parte, habían sido una rubia de ojos azules con un encanto salvaje, unos pechos de buen tamaño y unos muslos que se miraban bastante bien desde cualquier distancia. La última había hecho que escribiera de manera desenfrenada apenas la había visto, una mujer madura de ojos rojos y cabello blanco, tenía ese encanto de "fem fatale " que hacía que un hombre se sintiera intimidado, su curvilíneo y enormemente sensual cuerpo más desarrollado de las tres solamente hacía que encantará más.

En verdad, las tres se miraban bastante jóvenes, solamente que había una considerable diferencia en sus rasgos físicos.

Por otra parte.

El pelirrojo de marcas en las mejillas se encontraba viéndolo… o no viéndolo con ningún tipo de interés en la cara—No es nada…

Su aparecía le había desconcertado, pelirrojo pero no del mismo tono que Kushina o de los otros Uzumakis que había conocido, su piel era más bronceada que la de la gente de Konoha, apenas unos tonos alejado de alguien que normalmente verías en territorios cómo Kumo, igualmente sus ojos azules hasta eran más oscuros que los de Menma y Naruko, incluso su cara difería de estos.

Pero le intrigaba que tenía las mismas marcas en las mejillas que los hijos de Minato y Kushina, aunque le sorprendió de ver a una hermosa castaña con unos gigantescos pechos y marcas iguales jugando con Natsumi.

En el momento en que había empezado a sonreír bobamente al ver a una mujer así había sentido algo golpeándole en la espalda y le había mandado de cara al interior de la casa.

Ahora tenía una venda alrededor de la espalda y un moretón en forma de bota en la espalda por eso mientras el pelirrojo miraba a otro lado.

Siendo absolutamente sincero consigo mismo, Naruto no odiaba al hombre enfrente suyo, pero su respeto por el hombre era inexistente.

Jiraiya de los Sannin, uno de los alumnos de su abuelo adoptivo, Hiruzen Sarutobi, había sido alguien que había dejado atrás la aldea hace mucho tiempo, con la excusa de que no podría volverse Hokage sin dejar su red de espionaje, había mucho más que contar del hombre pero para Naruto eso no era importante.

Literalmente de no ser porque había oído que Naruko y Menma eran cercanos al hombre le habría dejado morir allí con el cuello pendiendo de un hilo apunto de quebrarse.

Así de poco le importaba.

Si le había pateado había sido porque había visto lujuriosamente a Kumara, la Kitsune castaña que en esos momentos ocultaba sus orejas y colas, a quien Naruto consideraba como una hija.

Kumara bien podría tener cientos de años de edad y ser mayor que Jiraiya, o que cualquiera en la aldea para lo que importaba.

No significaba que iba a dejar a un viejo verde verla de manera desvergonzada—Supongo que han encontrado a unas amigas curiosas— comento sobándose el cuello viendo a las tres Primordiales sentadas a un lado de la familia Uzumaki, más cerca de Naruto.

Testarrosa había sentido la necesidad de rectificar eso—No solamente somos amigas, somos las sirvientas mas leales en cuerpo y alma a Rouge-sama. Es irrespetuoso decirlo de cualquier otro modo.

—No, tiene algo de razón, las conozco a ustedes lo suficiente como para considerarlas familia— comento el pelirrojo—. También, dejen el Rouge. Ya ha sido suficiente de ocultar quien soy así que vamos a la normalidad.

Las tres Primordiales parecían haber sido golpeadas por sus palabras.

El pelirrojo simplemente parpadeó mientras sentía la mirada del peliblanco encima suyo—Supongo que no nos han presentado, aunque bueno, he oído mucho de ti, Jiraiya.

No particularmente buenas cosas, la falta de respeto que Jiraiya noto al hablarle daba fe de ello, dejando de lado todo, para todo el asco que le daría el admitirlo tenía más en común con Orochimaru que con Jiraiya, o probablemente era que sentía más animosidad hacia Jiraiya que a la serpiente que había experimentado con él por varias semanas cuando recién había llegado a la aldea.

Probablemente porque lo primero que había hecho apenas había tenido la oportunidad fue desquitarse con ganas, y desde entonces Orochimaru le había evitado cómo la plaga.

Jiraiya estaba pensando otra cosa.

Él parece salido de una especie de netorare.

Alto, más o menos la misma altura que Jiraiya.

Bastante musculoso, la ropa de Jiraiya podía engañar que tan musculoso era él realmente, pero incluso entonces, la ropa del pelirrojo no era ajustada tampoco, y aun en la posición en la que estaba, no era difícil de notar lo extremadamente tonificado que estaba.

Eso junto con el hecho de su rostro de chico guapo, similar o mayor al de Minato, piel ligeramente bronceada, y tenía a mujeres hermosas rodeándole.

Ero-sennin está pensando algo peligroso. Pensó Menma mientras el peliblanco miraba intensamente al Okami, el rubio, su hermana y su madre no le habían podido decir todavía quien era él realmente.

Pero no parecía que se iban a llevar bien en general.

Naruto alzó el puño de repente queriendo golpear a Jiraiya en la nariz para que dejara de verle así.

—¡Espera, espera, cálmate!— el Sannin se alarmó, la más pequeña de las tres mujeres en aquel sauna le había golpeado con una fuerza y brutalidad que le recordaba a Tsunade. Y la patada que le había tomado por sorpresa en velocidad y fuerza seguía fresca en su mente—. Es solo que… Bueno, créelo o no, he ayudado a encontrar a la gente de este clan— comento con un deje de arrogancia el peliblanco.

Naruto giro la cabeza.

Tayuya y Karin, las otras dos Uzumakis que había encontrado, Tayuya tenía ascendencia lejana aparentemente con Mito Uzumaki misma, mientras que Karin era una pariente medianamente cerca a la familia presente.

Había más, aparentemente, pero el clan había sido cientos de miles en su apogeo, una de las razones por la que había tomado tanto hacer caer a Uzugakure había sido el hecho de que tenía cantidad y calidad, pero ni siquiera los sellos más poderosos de la antigüedad te hacían invencible.

Si Naruto fuera a contar a sus propias fuerzas en cuestión de poder comparadas al antiguo país del remolino, Carrera por si sola no habría dejado nada de la isla, o del océano circundante para todo lo que importaba, así que aunque técnicamente hablando, era más fuertes que en su apogeo.

Si se le excluía, se veía realmente el estado en el que estaba su clan.

El pelirrojo suspiro—No es que no aprecie tu trabajo, Karin y Tayuya son apreciadas en gran medida— comento Naruto mientras se tapaba la cara con la mano—. Pero puedo encontrar a supervivientes o descendientes del clan Uchiha lejos de la aldea, y estamos hablando de los Uchihas que no eran particularmente sociables, ¿De entre todas las personas en este país solamente haz encontrado a un par?

—Hmph, exactamente porque el clan Uzumaki lleva más tiempo en números rojos que ha Sido difícil encontrar a otros.

—Han sido menos de cuarenta años desde la caída del remolino pero… como sea, probablemente es más el mal humor hablando— dijo el pelirrojo llevándose las manos al puente de la nariz.

—¿Y quién se supone que eres tú "Rouge Okami" o algo?

—Jiraiya-sama— Kushina podría no agradarle la perversión del hombre, pero había sido el maestro de Minato, y le tenía el debido respeto por ser la razón de como nombró a sus hijos—. De eso es de lo que quería hablarle, este es…Naruto-kun.

El casi mecánico movimiento de la cabeza del mencionado fue justo antes de que ella dijera eso, para ver cómo el peliblanco giraba el cuello tan rápido que parecía que se habría tronado la nuca.

CRACK.

Oh, bueno, el golpe de Ultima seguía algo fresco en sus tendones y ligamentos, así que no solamente parecía.

—Ah, es molesto— murmuró para cuando ya estaba detrás del hombre que se había quedado congelado por el dolor en su cuello, su mano se hundió en el cuello de él sin dañar la carne al tiempo que alineaba las vértebras unos pequeñísimos centímetros y le pasaba Chakra Yang.

Chakra Yin para convertir su cuerpo en una forma espiritual en dónde podía seguir ejerciendo sus Jutsus.

La verdad era que no necesitaba hacer todo eso, tenía mil y una más técnicas de sanación más rápidas, efectivas y beneficiosas.

Simplemente que no quería usarlas en Jiraiya.

No le importaba el hombre en verdad, era la misma razón por la que alguien, normalmente, no le entregaría una comida cinco estrellas al vagabundo de la esquina, dejando de lado que su hermano lo había hecho, era más sobre usar algo demasiado importante en alguien que no lo valía.

Ese era el problema de Jiraiya.

Existían las personas de las que Naruto se preocupa, y existían las personas que odiaba, los niveles de cada una dependían enteramente de ellos, desde simplemente desprecio contra Danzo a odio a los Jashinitas, yendo por amistad con gente de Konoha, a directamente amor para personas como Aika.

El Sannin de los sapos existía en el intrínseco entre los dos.

Realmente el hombre no le podría importar menos, la única razón para dejarlo entrar al complejo Uzumaki era porque ya conocía a la familia Uzumaki.

—Di eso de nuevo— después de haber acomodado correctamente el cuello del Sannin, este hablo nuevamente—. ¿Quién eres tú?

—Soy el nuevo líder del clan Uzumaki, Naruto Okami— dijo con una expresión y tono absolutamente neutro.

—¿Na-Naruto?

—Ya lo he dicho, si. Todavía no me acostumbro a oírlo tan comúnmente— comento el pelirrojo rascándose la oreja—. En todo caso, se a donde va esta conversación— comento el Ojiazul mientras alzaba un dedo—. Si, soy quien tú crees que soy, pero hay una buena razón por la que me apellido Okami, no Uzumaki— indicó antes de rascarse la nuca—. Agh, aunque esto de ser un líder de clan es más problemático que ayuda para mí.

—No, no, espera un momento, ¿Qué estás diciendo? ¿Líder? ¿Okami? Para empezar, si tú realmente eres el Naruto que hemos estado buscando durante todos estos años, ¿Por qué te ves tan… diferente?

La respuesta que tuvo vino con una ceja alzada—Las experiencias cambian a la gente, no soy algún personaje de anime que no cambia de apariencia por más de la mitad de la serie— comento, intentando aligerar el ambiente y escuchando un ligero tosido de parte de Menma, haciéndole sonreír de medio lado.

—¡Esto es serio, mocoso!— dijo de manera severa el peliblanco, cambiando el ambiente—. No sé quién eres, ni de dónde saliste, pero no está fuera de lugar que estés intenta do aprovecharte de esto sabiendo la historia que tiene está familia con quién tiene ese nombre.

Naruto se quedó callado unos momentos viendo al hombre que se había parado enfrente suyo.

Cómo sabiendo lo que venía, una barrera ligeramente translúcida se formó enfrente de los Uzumaki, producto de Testarrosa un instante antes de que el pelirrojo se parará, el suelo sonó ligeramente ante sus pisadas cuando miro cara a cara al hombre.

—Dejare de lado pasar que estés irrespetando al líder del clan Uzumaki porque francamente, me importa una mierda las formalidades, y se que Kushina y los demás te aprecian por haber sido el maestro de Minato, pero vamos a ser claros, Jiraiya— los ojos de Naruto no cambiaban de color o forma mientras veía a la cara a Jiraiya, pero se habían vuelto mucho más helados que de costumbre—. Tu, Orochimaru, esa jodida borracha de Tsunade, ustedes tres fueron fracaso tras fracaso que no hizo nada pero abandonar a mi abuelo, tu sensei. La única razón por la que no volé esta aldea cuando pude fue por su memoria, nada más— comento mientras intentaba calmar su ceño fruncido, estaba intentando controlar sus emociones, si le agarraba el cuello a Jiraiya, incluso con la fuerza del hombre, no dudaba que le podría arrancar la garganta por descuido—. Y estoy feliz de no haberlo hecho, genuinamente me importan ellos, pero quiero ser absolutamente claro que no he ganado nada más que problemas al aceptar esto.

—¿Esperas que me trague eso? No, dejando eso de lado, ¿Cómo demonios está que eres el jefe del clan? Sigues siendo menor de edad.

—La mayoría de la gente en la aldea no lo sabe— indico Kushina, Naruto no era de ponerse violento, pero era obvio que no estaba de buen humor—. Y bueno, Oka…Naruto-kun es el más fuerte e inteligente en el clan actualmente.

—…— Jiraiya se giró a ver a Naruko y Menma, quienes estaban viendo hacia el trío de primordiales confundidos por la barrera que estaban seguros que habían visto.

—¿Qué estás viendo Ero-sennin? No puedo ser Hokage si soy líder del clan, además mamá pido serlo porque las reglas arcaicas del clan Uzumaki se fueron a la mierda junto con la isla.

—¡Naruko!

—¡Pero es verdad! Literalmente eran un montón de viejos cara dura que no habrían aceptado a una mujer como líder ni aún en la situación en la que estamos— comento Naruko cruzándose de brazos, ella sabía algo de historia de clanes antiguos, el clan Uzumaki tenía buena gente, en su mayoría, no los hacia santos en la tierra.

—Bueno, siendo honesto no me interesa realmente— dijo Menma encogiéndose de hombros—. Naruto-nii es el más fuerte de nosotros por bastante, él también es bastante conocedor, pudo rellenar la biblioteca de Jutsus del sótano en unas cuantas hora, además, con todas las chicas que le siguen, no dudo que podría repoblar el clan Uzumaki él solo.

—Supongo que cuando lo pones así es sorprenden… ¿Qué fue lo último que dijiste?— el cerebro de Jiraiya se había tardado un momento en procesar correctamente lo que había escuchado.

El rubio se tomó el mentón mientras empezaba a contar con los dedos—Bueno, no soy una mujer pero según se muchas le consideran guapo, aún cuando tiene de novia a esa mujer adulta del país del hierro— comento distraídamente, mientras el pelirrojo alzaba las cejas por el hecho de que seguía contando con los dedos—. Están Naruko, mama, Satsuki, la mamá de Sasuke, Ino a dicho que le considera caliente y Sakura comento algunas cosas pero las últimas semanas le tienen más miedo que nada por entrenamiento, algunas chicas de Kumo, esa chica Amaru te veía bastante sonrojada cuando te ibas, las que viven en tu casa, Sumeragi-san…

—Oi, como que ya es suficiente, además, más de la mitad de esas solamente soy amigo, ¿Y porque añades a…Sumeragi a esto? Ella es solo una amiga.

Menma le miro fijamente—…Bueno, eh, ella dijo algo que fue era la razón por la que volviste a la aldea, algo acerca de que le sigue molestando que le terminaste rompiendo una de sus camisas favoritas y su madre tuvo que venir también para lidiar contigo.

La expresión del pelirrojo se quedó quieta al oír eso mientras su mente rebobinaba hacia atrás en la primera pelea que había tenido con Mikane.

Su primera pelea había dejado al pelirrojo casi desnudo, solo había tenido unos jirones de su pantalón cubriéndole, y lo máximo que Mikane había tenido había sido que la parte superior de su camisa se había roto, mostrando su pecho que la pelinegra obviamente había cubierto—…Eso está sacado terriblemente de contexto.

Para empezar no era un pervertido o degenerado social, ver un par de tetas no le iba a distraer de la pelinegra que había estado peleando desde los bordes del país del rayo hasta los países al continente norte. Incluso pensando en ello en esos momentos, el pelirrojo lo habría llamado algo estratégicamente malo cubrirse pero recordó que Mikane había llamado a su madre poco antes, así que no supuso que ella había tenido la confianza en números.

Además, no es como que hubiera visto mucho, si nada él había estado más desnudo por bastante y eso no la había detenido a ella.

Aún así el pelirrojo se volvió a sentar cuando Jiraiya igualmente se sentó.

Bueno, caer de culo hacia atrás era más preciso.

—…Eso es… wow… es…, ¿Kushina y Naruko también?— dejando que su admiración se hundiera, la incredulidad y el ligero morbo fueron notables para los demonios presentes haciendo que Carrera le pusiera una mano en el hombro a Ultima para que no lo volviera a patear.

El pelirrojo se tomó la frente mientras había esperado que cualquier cosa que el Sannin dijera, no fuera eso—Empezando por partes— se aclaró la garganta mientras hacía un clon que al instante fue a por el pergamino de la línea familiar del clan—. No me crie con ellas, no las considero mi familia, menos de sangre porque debido a cosas que sucedieron mientras estaba lejos de la aldea, la conexión sanguínea que tenemos es solo de ser parte del clan Uzumaki— desenrollando el pergamino enfrente suyo.

Su entrenamiento había tenido una cantidad incontable de enseñanzas y cosas que habían cambiado su cuerpo.

En particular entre ellas purgar todas las impurezas de su cuerpo había hecho su ADN tan puro y tan optimizado cómo fuera posible.

Probablemente era un Uzumaki más puro que incluso los ancestros que se habían descendido del linaje del sabio de los seis caminos.

La única razón por la que no tenía un Rinnegan o cuernos en la cabeza como base era probablemente porque era puro en el sentido humano, lo cual Naruto agradecía, había estudiado civilizaciones antiguas, y los mantos blancos que usaban en la antigüedad el clan de Hagoromo no le gustaban en lo más mínimo.

Sin embargo, el pergamino no podía mostrar eso así que solamente lo mostraba como en lo más alto del libro, al lado de nombres tan antiguos que la letra activamente se había perdido y quedado como lenguaje muerto.

Naruto noto algo curioso mientras leía dichas lenguas y descifraba los nombres.

Mito Uzumaki es más vieja de lo que creí. Pensó con algo de curiosidad, la menopausia no llegaba tan temprano para las mujeres Uzumaki considerando que con la vitalidad que tenían, vivir 200 o 400 años no era inusual, los más destacables viviendo hasta 500 años aunque no en particular bien estado.

Calculo un poco viendo las generaciones pero ella ya era una mujer casi del doble de la edad de Hashirama cuando se casó con él y tuvo hijos, y esos hijos tuvieron a Tsunade Senju y a su hermano pequeño.

Aunque bueno, realmente lo hacía para calcular cuándo era que las generaciones se dividieron, ya que no mostraba la edad o época. El pergamino como tal había tenido que ser cambiado incontable cantidad de veces considerando que mostraba cosas realmente antiguas.

Oh bueno. Pensó mientras Jiraiya seguía viendo y volviendo a ver el pergamino. No es como que eso me vaya afectar a futuro.

El Sannin estaba atónito.

El pergamino aunque había sido cambiado una enorme cantidad de veces, los sellos de transferencia habían hecho que el contenido fuera igual, y la cantidad de microscópicos sellos eran antiguos pero no tanto como para ser falsificados. Le habría tomado un año por si solo copiarlos, no se diga de encontrar una falla en la seguridad, mucho menos un muchacho de la edad de Naruko y Menma, aunque no lo pareciera.

Probablemente me tomaría quince segundos si no tengo el pincel listo. Pensó Naruto adivinando lo que pensaba el peliblanco—Entonces… si eres un Uzumaki… tu eres… Naruto…¿Qué te paso para que sucediera… esto?

Se encogió de hombros como respuesta—La vida cambia a las personas, supongo— quería alejarse del hecho de que Kushina y Naruko se sentían atraídas por él, no tenía ganas de tomar el tema.

—Hay muchas cosas que te tengo que preguntar— y muchas cosas que él no quería responder—. Pero la primera de ellas es… ¿¡Cómo conseguiste que esas bellezas te siguieran!?

Suponía que la vida no cambiaba a todas las personas.

—Que molesto… para empezar, seamos claros, solo porque un montón de mujeres me consideran atractivo, no significa que tenga mujeres lanzándose sobre mi— dijo queriendo ponerle la bota en la cara a Jiraiya para que dejara de inhalar y exhalar tan fuerte enfrente suyo, queriendo información de lectura.

—¡Naruto-saaaamaaaaa~~~~~!

El universo estaba en su contra sin embargo.

Un borrón de rojo, azul y rosado choco contra Naruto a una velocidad tan grande que le voló los cabellos a Jiraiya hacia atrás, un pilar de madera del complejo fue atravesado, junto con los primeros dos muros de piedra alrededor de la casa.

—Esa… si no se quién sea— comento Menma quien ni podía haber visto a quien choco contra Naruto—. ¿Ero-sennin, estás allí?

—Fue un poco por debajo de la velocidad del sonido así que está ligeramente sordo— le explicó Testarossa mientras se arreglaba el pelo ligeramente—. Y bueno, creo que no deberíamos haber bajado la guardia tanto, si ella está aquí significa que vienen más en camino.

—¿M-Más?— soltó Naruko anonadada.

—Ah… bueno, si le sirve de consuelo, una buena cantidad ya tienen pareja y/o son hombres— explico Testarossa que ahora mismo estaba arreglando los tímpanos del Sannin.


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Si bien Naruto no sentía libido, o al menos no en el sentido de que pensaba con su segunda cabeza, era más que capaz de entender que habían algunas cosas impropias de vez en cuando.

Esa, era una de esas veces.

Tenía el culo, de moderadamente buen tamaño cabía añadir, de una chica sobre su cara.

Fue impactado cómo una bala de cañón y lo primero que había sentido habían sido unas piernas alrededor del cuello, pero ahora la situación era diferente y prácticamente estaba sentada sobre su cara.

Sin embargo.

No iba a decir que reconociera ese culo en dónde fuera…. Bueno, jugaba una parte siendo honesto, pero la otra era que las medias de un color azulado y el leotardo de un color rojizo eran iguales a los de Morrigan aunque con ligeras diferencias.

Debido a que apenas le había golpeado había roto la barrera del sonido, le había tomado un momento a este llegar mientras sentía unas pequeñas manos acariciarle el estómago y cuando la sintió acariciarle la entrepierna al instante la levanto.

—¡Oi, Lilith! ¿Qué crees que estás tocando?— le pregunto cuando la había tomado de la cintura y la había levantado.

—Mou, no es justo, ¿Por qué mi hermana si puede y yo no?— pregunto la mencionada Lilith.

Parecía una versión más joven de Morrigan, como de unos 13 a 14 años, menos desarrollada en el área del pecho en verdad, aunque con piernas y trasero que no tenían mucho que envidiarle, además de las distintivas alas de demonio en cabeza y espalda, con cabello de un color rosaceo-lila en vez del verde de su "hermana"

—Ni siquiera me había tomado el tiempo para fijarme en quienes habían aceptado la invocación la última vez— murmuró el pelirrojo mientras seguía teniendo levantada a la pequeña súcubo por las caderas.

—¿Oh? Ya entendí , ¿Acaso quiere tomar el control y sujetarme mientras me–?

—No voy a follarte.

—¡Oh vamos!— se quejo ella cruzándose de brazos y haciendo un puchero.

No mucho antes, Kumara había sido la primera en llegar para ver la conmoción, reconociendo a la pequeña súcubo enfurruñada y alzando las cejas—¿Lilith-chan?— pregunto la castaña mientras caminaba hacia ellos y le sacaba de los brazos a la pequeña pelirrosada—. ¿Cuándo es que llegaste aquí? ¿Y porque hay tantos agujeros con la forma de ustedes dos?— pregunto mirando hacia atrás, el pelirrojo hizo una mueca, los muros igualmente habían sido hechos tan macizos que no se romperían aún si algo hiciera un agujero sobre ellos.

Eso le había jugado en contra ese día.

—Bueno, Naruto-sama nos invoco a muchos de nosotros hace unos días, pero acabo de llegar por ser la más rápida, creíamos que la barrera aquí sería algo que nulificaría algunos efectos demoniacos pero solo es una barrera común de detección.

—Y ese será otro problema para Danzo— comento el pelirrojo sacándose un trozo del muro de granito macizo del oído—…Espera, ¿"creíamos"?

—Yaja, somos bastantes que estábamos libres o que no podíamos ayudar en los trabajos de reconstrucción debido a que esa Yokai de cabello negro y Noir-sama ya tenían suficiente mano de obra con los que había, así que decidimos venir aquí y volver está aldea en el castillo que puede llegar a ser— le dijo ella animadamente.

Tanto Kumara cómo Naruto se crisparon al oír eso.

—…¿Por qué me ven así?

Debido a que Naruto les había podido explicar de manera sencilla a quienes le acompañaban, eran capaces de controlarse.

Pero una estampida de demonios literales iba en contra de la aldea, sin saber absolutamente nada de lo que pasaba.

Naruto no estaba preocupado de que la aldea les viera a la distancia y los atacará, de hecho, probablemente, si le daba miedo.

No por ellos, sino contra la aldea misma.

Si fueran demonios de bajo rango que apenas podrían soltar ataques del nivel de un Jutsu de bola de fuego normal y luego mirarte un rato enojados, allí acabaría la cosa.

Naruto no conocía a ningún demonio que tuviera conexiones con él que fuera así.

—mierda, mierda, mierda, mierdamierdamierdamierdamierda— soltó el pelirrojo justo en el momento que usaba Movimiento Cuántico para desaparecer de allí, dejando a la Kitsune y a la súcubos solas.

—Solo dice eso cuando algo malo pasa.

—Bueno, está evitando que los que vienen de visita destruyan la aldea por accidente.

El pelirrojo se había tele transportado directamente a las puertas de la aldea, queriendo ser visto por los que estaban allí—Hey, ¿No es ese…?— y al siguiente instante que Izumo dijo eso el pelirrojo había desaparecido dejando una estela de polvo.

Naruto se quedó alarmado completamente, Konoha estaba rodeado de frondosos bosques de gran tamaño, era, a poca definición, un camino recto por varios kilómetros en dónde te tendrías que cuidar si querías ir por los árboles, pues el gran número de estos hacia que el movimiento fuera difícil.

Eso no importaba cuando podías literalmente irte de estampida contra todo.

Pero estaba el detalle de que venían desde Suna hasta el país del fuego, por lo que apenas salió de la aldea, el pelirrojo había dado media vuelta en la dirección contraria y usando su control de la gravedad, se movía tan rápido que el espacio a su alrededor se estaba doblando.

Estaban ocultando su Youki, en definitiva, no había podido sentir a Lilith aún cuando está se había estampado literalmente de culo contra su cara.

Considerando todo, Naruto no dudaba que si liberaban todo su Qi demoníaco, los más poderosos que tenía a su mando podrían resquebrajar un continente.

Así que eso significaba que podrían ser sentidos a una enorme distancia… Y que probablemente matarían a varias cosas cercanas si no se contenían.

Cómo tal, los ojos del pelirrojo estaban de color morado, usando la visión telescópica de su Noryokugan para ver a varios kilómetros de distancia hasta que noto la enorme estampida viniendo desde la provincia de Natsu, la más cercana a la provincia que controlaba el Hokage, y el pelirrojo hizo una mueca cuando miraba como había una enorme cantidad de ciudades entre Konoha y los bordes del país del fuego.

Naruto no creía que sus subordinados estamparian contra ciudades enteras de gente inocente que no tenía nada que ver.

Pero considerando que aunque ocultaran su presencia demoniaca podrían sentirlos a varios kilómetros de distancia solamente por el temblor en el suelo, que les atacarán no estaba fuera de lugar, tampoco había probabilidad de que un montón de aldeas y ciudades civiles hirieran a uno solo de los que venían contra ellos, pero eso solamente escalaría en intensidad.

Considerando a la velocidad a la que iban, y a la velocidad a la que Naruto iba hacia ellos, más temprano que tarde ya estaba en el rango de visión de lo que venía en su dirección, una gigantesca nube de polvo dejada por una buena cantidad de seres que provenían del Makai mismo.

Sin embargo.

Parpadeó repetidamente cuando uno de ellos se aceleró de golpe.

Naruto detuvo su vuelo un instante antes de que una figura amarilla le impactará contra el suelo, seguido de que a la distancia, en la nube de polvo, un objeto oscuro y negro brinco y le estampó seguidamente, bajando hacia el suelo con una velocidad tan grande como para que el aire ardiera como un meteorito.

Con un fuerte sonido que se escuchó a ciudades lejanas, y con el suelo debajo suyo resquebrajándose cuál papel un agujero se formó en dónde había caído.

Había dos figuras humanoides encima suyo.

Humanoides cómo en, dos manos y dos piernas, una cabeza, porque las diferencias eran más que claras. Una era una mujer sumamente sensual y curvilínea con la mayor parte de su cuerpo cubierto por una queratina de color amarillo y blanco, con alas de insecto formándose en su espalda, un rostro de hermosas facciones alrededor de lo que parecía un casco con temática de insecto.

El otro podría llamarse un hombre, aunque se veía incluso menos como un humano.

Un exoesqueleto negro como el alquitrán alrededor de poderosas y gruesas fibras musculosas que le daba un aspecto hasta más musculoso que el propio Naruto, con unos ojos rojos y su cara siendo completamente compuesta de nada más que la queratina negra, sin boca, oídos ni nariz, solo los ojos carmesís sin nada más de color, siendo igualmente tan alto que Naruto mismo probablemente era menos de la mitad de su altura.

Ambos seres le estaban abrazando como un niño que abrazaba a su padre después de no haberlo visto por mucho tiempo.

—Diablos, realmente debí haber estado realmente distraído para no notarlos a ustedes dos— comento el pelirrojo mientras se sentaba en dónde estaba.

—¡Naruto-sama, ha sido tanto tiempo desde que le veo! Ah, perdone mi imprudencia, pero este fue un plan de Meryo-sama para que viniera.

—¡Te hemos extrañado tanto que aceptamos de una para darte una sorpresa!— fue lo que dijo animadamente la mujer de rasgos de abeja.

Naruto les miro fijamente.

El Makai, dónde había estado entrenando una enorme cantidad de tiempo, había sido un lugar desolado, un paisaje que tenía el nombre de infierno o tierra de los muertos por una buena razón, pero seguía siendo el infierno, así que quienes eran sus subordinados no solo estaban conformados de daemonios.

Entre ellos estaban los Insectares, seres semi espirituales hechos para el combate, con exoesqueletos casi irrompibles, resistentes a la magia usada por demonios, y la habilidad de usar habilidades espirituales, eran casi literalmente los enemigos naturales de los Daemonios cómo Naruto y las demás que le acompañaban.

Además de los Insectares, que habían venido de una dimensión semi-material que existía encima del mundo espiritual para superponer el mundo espiritual y el mundo de los demonios, también hubo fuerzas que vinieron de otras dimensiones, pero todas fueron destruidas por una de tres fuerzas en ese tipo de dimensiones. En esa medida, esas tres fuerzas se jactaban de una destreza militar sin precedentes.

Estaban los Cryptidos, de los que, por ejemplo, Kumara y Dimetrescu formaban parte.

Estaban los Insectares de los que por ejemplo, tenía dos encima, muy importantes.

Los criptidos, seres que podrían ser descritos ligeramente más como Yokais o monstruos de distintos tipos, que vivían en una sociedad increíblemente, Kumara era parte de ellos así como varios de sus soldados. Eran seres que podían nacer tanto de dividirse de sus padres como por energía natural conglomerándose.

La tercera raza era llamada Fantasmas, pero Naruto no tenía a ninguno bajo su mando. Así que su información respecto a ellos era escasa, por lo que no les importaba tanto.

El pelirrojo suspiro justo en el instante que una silueta aparecía justo al lado del agujero que había hecho por su colisión—¿Planeabas que esto sucediera, no?

—Hasta que Lilith te pusiera el culo en la cara, si— comento su hermano mientras brincaba al agujero y se arrastraba levemente hasta donde estaba—. Han sucedido algunas cosas en los últimos días que te han mantenido distraído, sería raro que no lo hicieran, así que se me ocurrió darte una sorpresa.

—…Tengo que mandar un clon de regreso para por lo menos intentar avisarles que me fui— comento el pelirrojo mientras no se movía de dónde estaba, más que para extender sus brazos un poco, devolviendo el abrazo.

El pelinegro se rió levemente mientras había llegado a estar parado enfrente suyo—Con lo sucedido con Aika, es un hecho de estarías demasiado ocupado como para siquiera notar a quienes invocaste— dijo Issei mientras se movía levemente antes de dejarse caer encima de un espacio disponible encima del pelirrojo—. Háganme espacio que así lo mantenemos en el suelo.

—Esto es molesto— se quejo el pelirrojo viendo al aire, aunque su cara estaba intentando controlar una mueca.

—Y aún así no te estás moviendo— le respondió el pelirrojo mientras escuchaba el sonido algo avergonzado de uno de sus dos compañeros en abrazar al pelirrojo.

Los Insectares encima suyo, Zegion y Apito, eran especiales para Naruto, en más de un sentido. Su miel favorita venía de la segunda, para empezar, pero más allá de eso, los había encontrado vagando por el Makai después de haber salido en una fractura dimensional de su mundo de origen.

Cómo tal, Naruto les había ayudado, dándoles literalmente su carne y añadiendo otras cosas considerando que les faltaba la mitad del cuerpo, eso junto a otras cosas habían hecho que Naruto prácticamente les considerará sus hijos, como con Kumara.

Técnicamente hablando la mezcla de especies en sus genes le hacían estéril, aunque podría cambiar eso suprimiendo un lado y otro, estaba el detalle de que consideraba a sus subordinados lo más cercano que alguna vez había tenido a una familia –dejando de lado la familia literal del lado de su padre– cabía el detalle de que tenía que ver también algo referente a alguien en específico quien conoció hace mucho.

El pelirrojo suspiro—…¿Tan transparente soy?

—Soy tu hermano, es mi trabajo leerte— dijo Issei con una sonrisa arrogante antes de mirar hacia arriba unos momentos.

—…Je…. Les extrañe a todos realmente… supongo que no es del todo malo que mi pasado regre– ¿Eh?— soltó justo en el momento en que se habían separado de él.

—¡GAKIIIIII!— Naruto escucho el grito exactamente tres micras de segundo DESPUÉS de que algo le hubiera impactado de nuevo.

Era un gigante, literalmente midiendo más de tres metros, igual o más grande que el propio Zegion, llevando solamente botas, pieles y cinturones de cuero y acero alrededor de la cintura, cubriéndole bien pero dejando su torso al aire, y era lo suficientemente musculoso como para que pareciera una montaña de músculos.

Naruto había suavizado su cuerpo porque sino, Apito y los demás se habrían lastimado si lo hubiera lastimado con solo tocarlo.

Cómo tal, el gigante le saco el aire de golpe por el impacto con la guardia baja.

Con un rostro severo, la mitad de dicho rostro siendo solo un cráneo cubierto en flamas y la otra mitad mostrando una barba frondosa y sin cabello en la cabeza, parecía más un maestro anciano que había descendido como un meteorito sobre el pelirrojo.

—¡Jajajaja, es bueno ver qué el mocoso que alguna vez conocí ahora es menos pequeño que antes!— dijo levantando al pelirrojo con ambos brazos como si nada.

—Borkus-san, creo que le aplastaste los órganos internos para hablar— comento Apito ligeramente preocupada mientras el pelirrojo miraba con intensidad al gigante esperando que sus órganos internos se regeneraran lo suficiente para poder hablar.

—Tienes… suerte que te… necesito para el futuro— mascullo el pelirrojo al Daidarabocchi, un gigante Yokai la cual el pelirrojo había conocido en sus primeros años en el Makai y que nunca había actuado con la misma cantidad de respeto que los otros.

Lo cual Naruto agradecía, pero el gigante tenía suerte de que le había enseñado mucho del uso de espadas al pelirrojo, porque sino lo habría golpeado hasta mandarle la calavera a otro país—...Traidores— le mascullo a los tres que se habían apartado varios metros mientras el agujero se había hecho más grande.

—Y aquí viene el remate— comento el pelinegro justo cuando miro arriba y la luz del sol fue eclipsada por la enorme cantidad de seres de todo tipo cayendo hacia donde estaba el pelirrojo.

Naruto soltó un grito mientras el pelinegro se ría y desaparecía justo como había aparecido, viendo ahora desde arriba el agujero con una sonrisa antes de que su expresión se volviera más seria.

Dejando de lado lo que sucedió con Aika. Distraer a su hermano de eso había sido algo mejor por mientras el pelinegro pensaba en cosas que lo pondrían en más alerta, pero que no podía confirmar de la manera correcta.

Normalmente no es posible para seres espirituales habitar mundos físicos sin cuerpos adecuados para ellos, para eso es todo lo que Naruto ha hecho, y para eso es la invocación, pero ¿Qué tal si ese era el punto?

Una vez una grieta en el Espacio-Tiempo era creada, funcionaba como una puerta para seres de otros mundos, en el sentido de que a menos que usarán algo para controlarla, se quedaría allí permanentemente.

Jutsus o habilidades para viajar por el Espacio-Tiempo eran diferentes.

Sin embargo este mundo es bastante cerrado en ese tipo de cosas… podría ser que… ¿Alguien esté planeando hacer que más rupturas sucedan?

Dejo de pensar en eso en el momento en que sintió como le agarraban la pierna y veía a su hermano siendo arrastrado por una enorme cantidad de seres, entre ellos algunos que parecían sacados de pesadillas, pero que realmente estaban agarrando al pelirrojo cómo niños que habían extrañado a su padre, y el pelirrojo le había jalado hacia ello.

Bueno, no tiene mucho pensar en ello supongo.

Unos días después, en las lejanías de las naciones elementales, en el Océano de Wani, el espacio mismo crujió.

Era como cristal siendo quebrado, una luz tenue saliendo de las fracturas un instante antes de que algo se formará en el espacio circundante.

Una nave.

Una nave negra y gigante en medio del agua, que había aparecido como si siempre hubiera estado allí.

—¿Hmmm?— en los interiores de dicha nave, un par de ojos de color morado miraron a sus alrededores de manera confundida.

—¿Nee, lo sentiste también?— una voz ligeramente aguda pregunto mientras el sonido de teclas siendo presionadas rápidamente resonaba.

—Algo acaba de pasar, se sintió como una brecha siendo abierta pero a la fuerza.

—Bueeeno, no todos tenemos las habilidades que tú tienes pero estoy al instante analizando todo.

—¡Podrías haberme preguntado, no había necesidad de hackearme!— una tercera voz dijo eso sonando molesta.

—¿No podrías llevarnos de regreso a dónde estábamos?— pregunto la voz aguda sonando ahora más sería.

—Si, tengo las coordenadas listas por si algo pasa, pero no lo sé, algo nos debió de haber traído aquí, o alguien, nada nos dice que no podría hacer lo mismo de nuevo.

—…hablando de ello— perdiendo todo rastro de la aguda voz de antes, ahora sonaba completamente sería mientras los interiores se iluminaban en rojo—. Algo… se está acercando, sus niveles de energía están por las nubes… de varias energías y…

—¿Y…?

—Y esta esa energía entre ellas.

—….Iré a prepararme, si esa cosa nos trajo aquí, mataré dos pájaros de un tiro— la primera voz sonó con un deje de ira en su voz al mismo tiempo que se daba la vuelta y salía de la habitación.

Se preparó con todo lo que tenía a la mano.

Al mismo tiempo que escuchaba sonidos de alarma por toda la nave, justo cuando ella había salido al pasillo hacia donde la cosa vendría a entrar a la nave.

Trago ligeramente, agitando el leve sentimiento de incomodidad y miedo que sentía, y agitando cada sentido para desear acabar lo más rápido posible con lo que venía hacia donde ella estaba.

Se había esperado un impacto.

Se había esperado tener que reparar la nave en el peor de los casos si tenía una abertura gigante.

Barrera tras barrera habían sido puestas, a su máximo posible, en búsqueda de reducir cualquier clase de daño, y se habían preparado para arreglar cualquier cosa lo más rápido que pudieran en la situación.

Nada de eso paso.

Como un fantasma, la cosa atravesó las barreras y metros de metal macizo, ignorando todas las defensas, como si no le importará el esfuerzo que habían puesto en la defensa, como si el lugar no fuera más difícil de entrar que una simple casa.

Controló su ligero temblor mientras llevaba sus manos a su cintura y sacaba una espada.

Estaba a lo lejos, en el pasillo en dirección de dónde la cosa se encontraba.

Las luces rojas titilaban de vez en cuando, volviendo todo una penumbra en dónde solo dos ojos morados se veían en medio del rojo, unos instantes antes de que ella pudiera ver su silueta a lo lejos y la atención de esa cosa se centrará en ella.

Sentía náuseas.

La atención de esa cosa estaba centrada completamente en ella, dos ojos azules brillando en la oscuridad de manera inhumana, el resto de esa cosa se miraba tan humano que le daba escalofríos.

Era difícil de describir, había pensado en todo tipo de monstruosidades o criaturas que rompían la cordura de una persona con solo verles, pero jamás habría pensado que se mirarían como una persona, lo cual solamente hacía más escalofriante cada gesto.

La cosa estaba parada enfrente suyo, relajada, mirando a los alrededores, con… ¿curiosidad y confusión? No, debería estar buscando algo o analizando a los alrededores, pero su leve miedo hacia él fue cambiado por enojo cuando la miraba, con su katana desenfunda y caminando hacia él, y solamente le veía sin entender.

Esa maldita cosa, ese mero cúmulo de energía pensante le estaba subestimando, como si no le tuviera miedo en lo más mínimo o como si estuviera completamente confiado al punto de no levantar la guardia en lo más mínimo.

Y justo en el momento en que hablo, fue cuando ella reventó.

—¿Mikane?— pregunto el Okami al verla.

Un instante antes de que una katana se balanceara contra su cuello.