Wola, vengo a ustedes con este fic, porque adoro al fantasma de la opera y esta idea se me vino a la cabeza, espero que les guste.
Cáp. 8 El Cementerio.
Elizabeth estaba en su casa mirando hacía el teatro por la ventana y luego hacía la maleta lista para salir, no estaba segura de que querer hacer, pero fuera lo que fuera que tenía que hacer, debía de ser rápido.
Raoul le platico lo que Madame Giry le contó, aunque no le sorprendió, pues Erik le había ya contado su vida antes del teatro, por otro lado estaba preocupada de que Raoul quisiera hacer algo estúpido por querer alejar a Christine de Erik.
Hace ya un día desde lo del baile y seguía sintiéndose mal por no haber podido disfrutar de la fiesta, pero que se iba a hacer.
Pero también, en otra parte, osea las catacumbas del teatro se encontraba Erik, planeando todo para que Christine volviera a él, estuvo todo lo que quedo de noche en vela pensando en eso, pero más que nada pensó en lo que provoco que le molestara el haber visto al vizconde con Elizabeth.
- Ella es mi amiga, de hecho mi única amiga, tal vez por eso me molestó – fue todo lo que pudo deducir.
Pero sabía muy, MUY dentro de él que eso no era cierto, pero eso era algo que no quería descubrir, mucho menos admitir, "no debo pensar en nadie que no fuera Christine" fue lo que pensó tratando de alejar a Elizabeth por unos momentos de su cabeza, pero adivinen que, no pudo.
"¿Qué habré hecho esta vez para molestar otra vez a Elizabeth, se que hice algo por que sino no se hubiera ido de mi lado ni me habría visto con su mirada de ¡ALEJATE DE MÍ, pero la cosa es ¿qué hice, recapitulemos llegue la tome de la cintura, lo cual ni se porque lo hice, un impulso quizá, en fin, luego hable con el vizconde como si nada, luego me quede con Elizabeth a solas, le dije que estaba hermosa y le bese en l mano, pero parecía que estaba molesta, pero me distraje mirando a Christine bailar y al voltear se fue, fui tras ella y al preguntarle que le pasaba me dijo Y TODABÍA LO PREGUNTAS, tal vez ella me había dicho algo pero por mirar a Christine ni le puse atención, ¿habrá pasado eso?"
"Luego llegaron Christine y el vizconde y él se llevó a Elizabeth a bailar, trate de hablar con Christine pero ella no y al ver a Elizabeth, recuerdo que me enoje al verla con ese vizconde de segunda bailando, me enoje, debo aceptarlo pero ¿por qué? Cuando creo que todo lo tengo (claro en mi cabeza), algo pasa y me confundo más de lo que estaba" pensaba Erik.
Mientras tanto, en el teatro Christine se encontraba durmiendo o aparentaba dormir, mientras que su novio Raoul estaba fuera de la habitación donde ella estaba durmiendo.
Christine se levanto de su cama y salió cuidando de no despertar a Raoul, se vistió y fue a fuera para poder ir al cementerio y dejarle unas cuantas flores a su padre, pero ella no se dio cuenta de que Erik la veía y de que ocupo el lugar del cochero para ir con ella.
Raoul se despertó y al darse cuenta de la ausencia de Christine fue corriendo a buscarla y al ver que se fue, montó sobre uno de los caballos y fue a seguirla.
Una vez que Christine estaba ya en el cementerio, estuvo recordando a su padre y canto "Quisiera ser tu sombra otra vez".
Tú eras guarda y compañero, mi más tierna imagen.
Tú eras buen amigo y padre, y mi bien más grande.
Quiero ser tu sombra otra vez, verte ahora sonreír.
Soñando sin trabas, que al fin puedo tu amor sentir.
Quiero oír tus cantos otra vez con entrega y devoción.
Se mal logró quien tanto soñó... y hoy siento decepción.
Blancas cruces, caras de ángel; todo es frío y muerte.
No comparten, no acompañan... ¿Qué van a ofrecerte?
Tanto soñar, tanto llorar... ¡ayúdame a olvidar!
Lejos de las sombras otra vez nos debemos separar.
Hay que vivir, ¡debo seguir si puedes perdonar!
No hay un ser capaz de sobrevivir y decirte adiós, no me voy a hundir...
Dame ya tu paz... Dame ya tu paz...
Después de eso, se encontraba frente a la tumba de su padre y Erik la observaba, estaba punto de cantar para incitarla a volver con él, cuando de improvisto se escuchó la voz de Christine decir:
- ¿Qué hice para merecer que un asqueroso cadáver me amara, es cierto me ayudo con mi voz y se lo agradezco, pero al verlo me da tanto asco, como quisiera que en su tonta cabeza entrara que NO LO AMO, que AMO A RAOUL y eso no va a cambiar por tanto drama que haga, pues… -
¿Que es lo que
Voy a hacer,
Con el miedo que
Me haces poseer?
A tu oscuridad
Me hacer entrar
Y yo solo pue-
do temblar.
Quieres que te
De mi amor
Pero solo te pue-
do dar mi temor.
Tú hiciste a mí
Canto elevar
Y se que nunca te
Lo podré pagar.
Pero eso no
Quiere decir
Que me vaya
A unir a ti.
Pues mi corazón
Ya fue entregado
Al vizconde que
Lo va portando.
Christine cantó esto y al terminar dijo.
- Como quisiera que Erik escuchara esto, a ver si con esto me deja en paz de una vez por todas -
Pero sin que lo supiera Erik la escuchó, sabía que Christine no lo amaba, pero jamás imagino ella lo diría así, sentía que su corazón se rompía en mis pedazos y quería gritar cuando vio que Raoul llegó montando al corcel y al desmontar hablo con Christine, diciendo que fue peligroso lo que hizo, una rabia inmensa se apoderó de Erik y sin importar nada, saltó desde el techo de la tumba desenvainando su sable y se puso a pelear contra Raoul, quien lo había visto y se preparó a contraatacar.
Estuvieron peleando unos minutos, hasta que Raoul ya tenía acorralado a Erik contra el suelo y estaba a punto de matarlo cuando se escucho un:
- NO RAOUL -
Ambos hombres voltearon, creyendo que quien había gritado era Christine, pero NO, quien grito fue Elizabeth, quien al ver que Christine salía del teatro la siguió en otro caballo y al ver esa escena gritó desesperadamente.
- Por favor, no lo hagas – Raoul miro a su prima y después a Erik, guardo su sable y montó en su caballo llevándose consigo a Christine.
Elizabeth se quedó ahí parada mirando como Erik se ponía de pie.
- ¿Sabes lo estúpido que fue lo que acabas de hacer? – Erik la miro – desde anoche Raoul le empezó a avisar a la policía que mantuvieran vigilado el teatro para llevarte preso, si te hubieran visto te hubieran llevado
- No importa, Christine vale la pena el sacrificio -
Elizabeth sintió recibir un puñal en el pecho al escucharlo, pero intento tranquilizarse, nada ganaba alterándose.
- Como digas – dijo desviando la mirada.
- ¿Por qué lo dudas? –
- ¿Perdón? –
- Por tu contestación y tu cara se perfectamente que dudas en que Christine lo valga, ella vale todo –
Ahora si, ella ya no aguantó más.
- ¿Cómo puedes ser tan idiota? Ella no te ama ¿Por qué la sigues como si te fuera a dar una oportunidad? -
- Ya te lo dije, ella lo vale –
- ¿Vale el que arriesgues tu vida, por verla y luego que te rechace, para luego que corra tu vida a manos de Raoul, entiéndelo ella ama a Raoul –
- ¿Qué tiene ese vizconde de pacotilla que yo no? –
- No es lo que tenga o lo que no, es lo que le hace sentir, con su presencia se siente segura, amada –
- Y conmigo no solo lo sentiría, lo estaría, ella aprenderá a amarme –
- Erik, el amor no se aprende, se siente y lamento decirte que Christine lo único que siente contigo es asco y terror –
- CÁLLATE, NO SABES LO QUE DICES –
- No si, si lo se, lo se tan bien como cualquiera que llegara a conocer tu historia, no te ama, ¡entiéndelo de una maldita vez! –
- ¿Y qué si no me ama, ella estará conmigo de todas maneras y ni tú ni ese vizconde lo impedirán -
- ¿Pero que tonterías dices, la estarías condenando a una vida miserable y no solo a ella, a ti también, no serían felices y cuando menos te des cuenta ella de algún modo escaparía de ti –
- Eso nunca pasara, yo la amo y cuando ella lo entienda querrá estar conmigo siempre –
- Aishhhhhh, sabes que, ya me tienes harta, mejor me voy –
- No se porque te enojas, si el que me quede con Christine te beneficia –
- ¿Perdón? – si algo sabía Elizabeth era que de ningún modo le beneficiaba que Christine quedara con Erik.
- Claro, si ella se va conmigo tú te quedas con el vizconde ese, es obvio que te encanta –
Elizabeth no sabía si reír, o gritar.
- ¿Cómo puedes decir eso? -
- Por favor Elizabeth, ¿crees que soy estúpido, lo del baile, sus conversaciones, tu defensa a él, es obvio que te enamoraste de él –
- Claro que no Erik, él es mi… -
- Claro que lo AMAS, es obvio –
Para ambos fue bastante extraño el que Erik hiciera notar mas la palabra "AMAS" peor no dijeron nada y siguieron discutiendo.
- Por Dios Erik, déjame explicarte -
- ¿El qué? ¿Qué no lo amas, no te creería
- Erik ¿qué te sucede, además ¿Por qué te alteras, tú amas a Christine ¿o no, ¿Qué mas te da el que yo ame a otro? –
- Entonces lo admites –
- No lo admito, es cierto le tengo a Raoul un gran cariño pero no de la clase de… -
- Lo vez, le tienes "cariño" –
- No sabes nada, es cierto yo amo a alguien, pero ese alguien no es Raoul – dijo Elizabeth mientras se acercaba a Erik.
- ¿Entonces? –
- A ti – y sin saber de donde saco el valor tomo su cara entre sus manos y le beso, a pesar de que Erik estaba petrificado, pero reacciono, pero en vez de separarla como era su plan, le correspondió al beso y sin duda lo disfruto, pero después de unos segundos la separo de él y dijo:
- ¿Qué? –
- Lo que escuchaste, yo te amo y me duele ver que te engañes con una falsa esperanza hacía Christine Daaé –
- No, no me amas –
- Claro que si, querías saber a quien amo y ahora lo sabes –
Erik quería decirle algo, pero no sabía que y solo puso hacer una cosa, huir, dejando a Elizabeth sola, triste, pero más que nada rechazada.
