De Fiesta

En el momento en que la buscadora de las Arpias de Holyhead atrapó la snitch, Lily que solo iba unos milímetros atrás, volteó su escoba y se dirigió a los vestidores. No sabía el resultado del equipo, si necesitaban de esas 150 puntas para ganar o no, ella tenía que llegar a una boda en 1 hora.

Aprovechó el tiempo en el que estuvo sola para ir a las regaderas y vestirse con el bonito vestido rosa que había comprado para la ocasión. El resto del equipo llegó cuando ella se lanzaba hechizos a su cabello mojado para arreglarlo.

—Perdimos—la puso al día Sophie, cazadora del equipo.

—Lo lamento—respondió sin voltear a verla.

—Todo bien, no podemos ganar siempre.

La chica rubia siguió su camino mientras Lily amarraba su cabello con la liga.

—¿De verdad no quieres que vaya contigo?—dijo una voz masculina detrás.

La pelirroja frunció el ceño y miró a su compañero extrañada.

—Siempre vamos juntos a eventos de Quidditch—aclaró Philip ante el gesto recibido.

—Solo tengo un boleto—se justificó

—No creo que te negaran uno adicional—insistió.

—Son mis mejores amigos, Philip. Quiero estar solo con ellos—explicó intentando no ser grosera—además tengo que atender a los invitados y ver que todo lo que planeamos se ejecute.

El guardián del equipo no parecía muy conforme con la respuesta de su amiga, pero no insistió más.

—Te ves muy bonita.

Finalmente, Lily sonrió y se giró para verlo, agradeció el cumplido, se despidió de él con un beso y corrió a las afueras del estadio para poderse aparecer.

No podía creer que 6 meses hubieran pasado tan rápido, ni que Scorpius fuera tan comprensivo con ella cada que le avisaba que no asistiría a una reunión con proveedores a causa de un entrenamiento o una misión. En el quidditich se acercaba la final del torneo por lo que todos los puntos eran importantes. En el cuartel, después de la pelea con su padre, la habían nombrado Jefa del Departamento de Lugares Encantados, es decir, seguía haciendo lo mismo pero con más nivel y varios aprendices. Por eso prometió que llegaría temprano a la fiesta y sería la última en irse para que sus amigos no tuvieran que preocuparse por nada y para que Scorpius pudiera disfrutar de la fiesta con su acompañante.

Como lo planeó, llegó primero que todos. Revisó todos los detalles en el jardín que Scorpius había puesto en una lista y verificó que los nombres de todos los invitados estuvieran en las mesas indicadas. Resopló al leer nuevamente quienes estarían en la fiesta, también había discutido con su padre por eso cuando él le recordó que la mayoría de ellos eran descendientes de mortifagos, como si no hubiera estado desde los once años involucrada con esas familias.

Terminó de sus actividades 5 minutos antes de que el jardín comenzara a llenarse, aprovechó para retocarse el maquillaje y tomar agua, el recibimiento sería muy largo considerando la cantidad de personas que sus amigos habían invitado. A las diecinueve horas su amigo atravesó el bosque para quedar frente al altar, lucia más guapo que de costumbre con su smoking. Ni hablar de Helena que apareció 30 minutos después del brazo su padre, su piel morena y ojos claros resaltaban con su largo vestido blanco. Solo ella podía lucir algo tan bonito de esa forma.

Quiso llorar al contemplar la escena de Helena caminando por el pasillo, pero se detuvo cuando una mano se posó sobre la suya. La reconocería siempre, pero en ese momento no pelearía con Scorpius, disfrutaría de uno de los días más importantes de sus amigos con inmensa paz.

—Creí que vendrías con el chico de cabello cobrizos con que sales en fotos— dijo Scorpius cuando caminaron a su mesa

—¿Con Philip?

—No sé cómo se llame, pero siempre que hay un evento de quidditch a ustedes les toman fotos junto

—Quería venir sola—confesó—¿y tu?

El rubio se encogió de hombros.

—Mis padres vinieron—los señaló con la barbilla al hombre rubio y a la mujer de cabello negro—si invitaba a una amiga, mamá comenzaría a hacer preguntas.

—Podrías haber invitado a Rose—sugirió Lily—a ella ya la conocen.

No hubo tiempo de réplica, la conversación se vio pausada por la entrada de los novios tomados de la mano. Los aplausos resonaron por todo el jardín. Lily se pudo percatar que a Pansy Parkinson, mamá de su mejor amiga, se le resbaló una lagrima por la mejilla. Por lo que sabía de ella era una mujer muy fría que no reflejaba sus sentimientos, pero no pudo reprimirlos cuando su hija la abrazó.

Los meseros se hicieron presentes con un espectáculo de copas que formaron una fuente, bajo el chorro de agua de colores los novios presentaron un baile y se besaron casi toda la canción. Una vez que terminaron, las copas volaron a las manos de cada uno de los invitados y se llenaron de vino. Helena le lanzó una mirada a Scorpius y alzó su dedo pulgar, había hecho un gran trabajo de planificación.

—Helena, cuando jugábamos de niños nunca creí que este día ocurriera—habló Aleix en medio de la pista— Nuestras madres bromeaban que algún día nos enamoraríamos, pero entramos a Hogwarts y tú no dejabas de hablar de James Potter—la gente comenzó a murmurar—fue eso lo que te acercó a Lily y por ende, de nuevo a mí—le hizo un gesto a su amiga—ya no puedo imaginar mi vida sin ti, no solo eres ya mi esposa, también has sido mi amiga, mi confidente y mi mayor soporte. Te amo.

Helena trató de contener las lágrimas pues era su turno de hablar, pero sujete fuertemente la mano de su esposo para poder hacerlo.

—Aleix, no puedo decir el momento exacto en el que me enamoré de ti, fue algo tan natural que se sintió bien, se sintió sano. Han sido 10 años de aventuras que no me las imagino viviéndolas con nadie más. Hoy iniciamos con otra y estoy segura de que será la mejor—respondió—Y gracias, Lily, por no tener amigos y obligarnos a Aleix y a mí a juntarnos contigo.

La pelirroja rodó los ojos y soltó una risita cuando alzó su copa. Una vez que las palabras finalizaron, todos brindaron por los recién casados y la fiesta comenzó. La comida y la bebida eran infinitas, a Lily se le vio varias veces hablando con los meseros para que las actividades cumplieran sus tiempos. Incluso Scorpius le sugirió relajarse.

—La gente se está divirtiendo—observó—tú también hazlo.

Lily se mordió el labio, pero aceptó, tomó su segunda copa de la noche y después no pudo parar.

No supo en qué momento perdió la cuenta de sus bebidas, pero ya se sentía sumamente relajada.

—Te felicitó Scorpius—balbuceó—no sabía que eras tan bueno organizando bodas.

—Cuando quieras—guiñó el ojo.

EL rubio también llevaba varias horas ingiriendo alcohol. Se había quitado su saco y había desabrochado los primeros botones de su camisa.

—Cualquier cosa que haga en mi boda ya la habrán hecho antes mis primas, como todo en esta vida—resopló Lily.

—No digas eso.

—¡Es la verdad!—protestó—si quiero un vestido bonito, Victorie ya tuvo uno parecido. Quiero ir a un país, Roxanne lo conoció primero. Me gusta un chico, ya fue novio de Rose.

Scorpius se quedó frio ante la ultima oración, sabía a lo que se refería y sin duda, Lily ya estaba borracha, esa frase no la diría sobria nunca, jamás en su vida, pero aprovecharía ese momento para sacar el tema.

—Nunca me has dado la oportunidad de hablar de eso—se adelantó a decir.

—Shh, no digas nada—le coloco dos dedos en los labios—estoy acostumbrada y está bien. Mira, ahí está Helena.

Corrió al lado de su amiga, esta y Aleix la recibieron con un abrazo y la integraron al centro de la pista para dar brincos al ritmo de la música. El baile no era la cosa favorita de Lily, pero estaba tan contenta de estar con sus amigos que no le importó hacer el ridículo hasta que tuvo que correr al baño a vomitar.

Su cabeza dio vueltas mientras se sujetaba al excusado. Agradecía que sus amigos decidieran no hacer público su evento. No se sentiría cómoda de aparecer en los periódicos como una jugadora de Quidditch se quería morir en el baño a causa del alcohol. No se consideraba una persona borracha, pero admitía que en la fiesta no decía que no a las bebidas y menos si era barra libre y sus amigos habían pagado mucho por ello.

Se lavó la cara y se ganó varias miradas de otras mujeres a lado de ella. Salió del baño sintiéndose muy cansada, había resentido el juego de la mañana y la fiesta de la noche. Se quitó los zapatos para caminar, pero decidió acostarse en el pasto unos momentos a contemplar el cielo. Su visión fue interrumpida cuando un rubio de ojos grises apareció.

—Ay, ¿Qué haces aquí? —se quejó Lily.

—Helena me mandó a buscarte—se sentó a su lado y le extendió un vaso con agua mineral—¿estas bien?

La pelirroja miró el vaso desconfiada.

—Es solo agua—aclaró Scorpius—de haber sabido que te pondrías así, hubiera traídos mi poción de reserva para evitar las resacas.

—Ah sí, Albus siempre me regala un poco—agregó después de tomar agua.

Miró su reloj, pasaban las 4 de la mañana y sus ojos comenzaron a cerrarse.

—Tengo que irme—avisó.

—No estoy seguro de que haya red flu por aquí.

—Me voy a aparecer—respondió como si fuera obvio.

—¿Estás loca? —la reprendió—no estas en condiciones para aparecerte, sufrirás despartición.

Lily valoró las palabras de su compañero y comenzó a tentar el piso.

—¿Dónde está mi varita?—preguntó alarmada.

—En tu bolsa, ¿para qué la quieres?

—Para mandarle un patronus a Albus y venga por mí.

—Albus está en Rumania.

—Bueno, a James.

Scorpius la miró incrédulo.

—¿Qué?

—Estas en una fiesta con descendientes de magos tenebrosos, ¿no crees que el patronus los alarme y vengan aquí con todo el ejército de aurores?

Con un quejido, Lily echó su cabeza para atrás.

—¿Qué hago entonces?

—Tengo un traslador programado a mi departamento, ven conmigo y de ahí te llevo por red flu.

Se reprimió así misma por no haber pensado en eso para ella, no pensaba que acabaría en esa situación. Pero ahora no tenía muchas mas opciones. Estaba segura de que Aleix y Helena le ofrecerían su nueva casa para que se quedara ahí, pero no quería ser un estorbo en su noche de bodas. Así que tomó la mano que Scorpius le ofreció y caminaron hacia la mesa para recoger sus cosas.

Scorpius se despidió de todos sus conocidos, seguido por Lily, afortunadamente sus padres se habían ido hacia mucho tiempo. Aleix lo amenazó si no dejaba a Lily a salvo en su casa y a esta le pidió que le escribiera si necesitaba algo más. Siguieron caminando hasta las afueras del jardín donde se encontraron con varios utensilios, el traslador de Scorpius era una rueda de bicicleta y al tocarla, inmediatamente, comenzaron a girar hasta que aterrizaron en el callejón trasero del departamento de Scorpius. Una vez en tierra firme, Lily se acercó a un bote de basura a vomitar.

—¿Qué clase de bruja eres?—se burló el rubio.

—Una muy borracha.

Caminaron hasta el interior del edificio y una vez dentro de su departamento, Lily se dejó caer en el sofá mientras Scorpius buscaba los ingredientes para prepararle a la pelirroja una poción antes de llevarla a Grimmauld Place. Sin embargo, al regresar con ella se la encontró profundamente dormida. Dudó unos minutos, tenía que llevarla a casa, pero no se atrevía a despertarla.

Dejó el vaso en la mesita de centro y la tomó entre brazos, si se despertaba irían a Grimmauld Place, si no la dejaría dormida en alguna de sus habitaciones y por la mañana podría marcharse. A pesar de haber hecho un poco de ruido, ocurrió lo segundo.

A la mañana siguiente Lily se despertó al escuchar una voz de mujer. Miró a su alrededor para identificar donde estaba y puso más atención en la conversación que se llevaba a pocos metros de ella. Casi le dio un infarto cuando se dio cuenta de ambas cosas.

¿Qué diablos hacía Rose en la casa de Scorpius?

¿Qué diablos hacia ella misma en la casa de Scorpius?


¿Review?

~Luriana~