Wola, vengo a ustedes con este fic, porque adoro al fantasma de la opera y esta idea se me vino a la cabeza, espero que les guste.

Cáp. 12 ¡Yo te amo!

- Que, que ¿Qué paso? – ¡Elizabeth ha despertado!

En ese momento una enfermera entro y al verla despierta fue a buscar al doctor, y una vez que este llego:

- Vaya, que sorpresa que ya haya despertado, ha estas alturas pensamos que ya no despertaría -

Elizabeth no entendía nada de lo que le estaban diciendo, lo último que recordaba era llegar a Erik, proteger a Raoul del disparo, recibir el disparo, darle a Erik el collar y de ahí… ya no se acordaba de nada.

- ¿Qué me paso? -

- Recibió un disparo y estuvo en coma por ocho meses -

- OCHO MESES, guau, si que dormí -

El doctor le hizo varias preguntas de cómo se sentía y le hizo hacer varios ejercicios para que los músculos pudieran acostumbrarse al movimiento nuevamente (digo estar ocho meses sin moverse, ha de ser algo agobiante) dos horas después de haber despertado, Elizabeth estaba nuevamente sola en su habitación, tenía la mente muy confundida, "muchas cosas han de haber pasado en ocho meses" pensó "¿y si Erik se caso con Christine, no lo podría aguantar, me dolería hasta el alma, espero que eso no haya ocurrido y enterarme de lo que paso, lo malo es que no se cuando voy a poder salir de aquí".

Mientras en la residencia de los Chagny sonaba el teléfono…

- Residencia Chagny, ah si, un momento por favor – quien contesto era una de las sirvientas quien le iba a avisar a su amo que le llamaban.

- Raoul por favor, ya olvídalo, paso hace ocho meses, YA déjame tener esa vida que siempre soñamos juntos -

- Y como quieres que lo haga, sintiéndome tan miserable, no puedo Christine entiende –

- Entonces quieres decir ¿Qué tu querida primita es más importante que yo? – (N/A: si, y por mucho)

Raoul estaba totalmente cansado de que Christine le siguiera diciendo que ya era momento de que se casaran, que no importaba Elizabeth, que nunca iba a despertar y eso era algo que Raoul no iba a aceptar.

- Lo siento, pero sin Elizabeth yo no me puedo casar –

- Ah, entonces tengo que esperar a que se despierte esa, Raoul entiende NO VA A DESPERTAR –

- SI LO VA A HACER Y VAMOS A ESPERAR QUIERAS O NO – Christine estaba furiosa de que Raoul le hiciera esperar algo que supuestamente no iba a pasar (N/A: si te molesta tanto, entonces lárgate)

Toc… toc…

- Seños, lamento molestarle, pero le llaman del hospital –

- ¿Acaso Elizabeth empeoro? –

- No lo se señor, el doctor no me dijo nada – Raoul fue a tomar la llamada y unos minutos después en toda la residencia se escucho un gran gritó de alegría.

Christine fue a ver que sucedía y solo vio a su prometido ponerse su chaqueta lo más rápido y torpemente posible.

- ¿Qué te sucede Raoul? –

- Elizabeth, despertó ir a verla, tengo –

Raoul estaba tan apurado que hasta hablaba mal, pero no le importaba, ir al hospital, era lo único que importaba.

Una vez en el hospital, y en la habitación de Elizabeth:

- ELIZABETH –

- ¿Raoul, que bueno es verte, ¿estas bien? –

- Si, ¿por qué? –

- Por el disparo, dime ¿qué paso después? –

- Veras… después de que ese maldito te disparo te traje inmediatamente acá, junto con Christine, si te debo ser sincero, tenía miedo, mucho miedo, el doctor nos dijo que tal ve ni sobrevivirías esa noche afortunadamente si lo hiciste, y estuviste en coma por ocho meses, la verdad creíamos que ya ni despertarías pero tú eres demasiado fuerte como para que eso te detenga ¿no? Jeje, bueno eso paso y ahora gracias a Dios estas despierta, sana y salva pues ese loco de Erik se fue -

"¿Se fue? ¿Cómo que se fue? No, esto no puede ser, Erik no me pudo haber dejado así como así ¿verdad?"

- ¿Se fue? -

- Si, bueno no se ha visto en meses y creemos que se habrá ido, como el cobarde que es – (N/A: cuidadito con tus palabras)

"No, no, no, no es cierto, Raoul miente, pero, ¿y si es cierto, y si me dejo? Ahí Dios mío, que Raoul este mintiendo"

En ese momento se oían a varias personas acercarse a la habitación y al voltear ambos se fijaron que eran, tanto la familia de Elizabeth como Christine y Meg.

- Hija -

- Despertaste – dijeron los padres de Elizabeth

- Ahí hermana, como siempre dando problemas -

- No empieces Carlos -

- Es la verdad madre -

Durante toda la tarde estuvieron platicando de lo preocupados que estaban por Elizabeth y de que por ella se estaba atrasando la boda de Christine con Raoul.

- Lamento el arruinarte la boda Christine – dijo Elizabeth sinceramente, aunque en parte lo decía con burla

- No tienes que disculparte – dijo Christine, quien hizo una sonrisa falsa, pues fue la única en notar la burla en el comentario de Elizabeth

- Bueno nos vamos, tenemos que dejarte descansar – dijo la madre de Elizabeth para después dejarla sola y pensó en voz alta.

- Lastima que no me pude enterar si le ha pasado algo a Erik, pues, aún las palabras de Raoul me inquietan, si Erik en realidad se fue, no sabría que hacer, porque por una parte lo entiendo, es perseguido y tiene que protegerse, pero, ¿y si se fue solo porque ya se dio cuenta de que Christine no lo ama, y si me abandono a mi suerte, eso si que me dolería más de lo que dolió el disparo, pero nadie me puede decir nada -

- Yo si puedo – dijo Meg quien había vuelto – y el no te abandono, de hecho te viene a visitar cada noche, y aún se siente culpable de lo que te paso.

- Pero, Raoul me dijo, que tenían a toda la policía vigilando y merodeando para que lo atraparan -

- Si, pero el es más listo -

Elizabeth estuvo hablando por mucho rato con Meg, ella le contó como vio a Erik en su habitación y más aún cuando le dijo que la amaba, Elizabeth quedó en shock, al oír eso, jamás se espero escuchar eso una vez que despertara. Y ahora estaba sola y en silencio en su habitación, pensando en todo lo que debió de haber pasado en esos días en que estuvo en coma y además estaba esperando a que llegara Erik y sorprenderlo, pero decidió que…

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Ya era muy tarde, y Erik estaba saliendo del teatro para ir al hospital a ver de nuevo a Elizabeth como cada noche, esperando a que tal vez, solo tal vez la vería despierta, pero, su inseguridad era más grande y estaba seguro de que la encontraría como siempre, dormida, sin saber que él velaba por ella estando totalmente arrepentido de haber sido tan idiota, por no haberse dado cuenta de que ella siempre estaba con él, que ella solo quería su felicidad a costa de la suya, que se iba a sacrificar por él, que le quería advertir que lo que hacía era una locura y que Christine nunca lo iba a querer, pero él fue tan necio, tan terco, hasta el punto de lastimar física y emocionalmente a Elizabeth, eso si NUNCA se lo perdonaría. Ella solo quería advertirle, decirle cuales iban a ser las consecuencias de sus actos y Erik le pago muy mal, no solo la desprecio y le grito, sino que le disparo dejándola dormida por ocho meses. Ocho meses que él ha pagado caro, pues demasiado tarde se dio cuenta de que la amaba,

- Soy un maldito – dijo Erik en un susurro antes de llegar a la habitación de Elizabeth

Y como siempre, le encontró dormida.

- Hola Elizabeth, ya llegue – Erik tenía la idea de que si no estaba despierta, al menos si lo escuchaba, así que siempre que la veía le hablaba de cualquier cosa, con la esperanza de que le llegara a contestar, se sentó en la silla junto a la cama y dijo – Sabes, hoy compuse un canción para ti, pensando en todo lo que sufrí cuando Christine se fue, cuando te conocí, cuando te hiciste mi amiga, cuando te me declaraste y yo cobardemente te deje, cuando te interpusiste en el disparo que era para el vizconde y cuando te vi por primera vez en esta cama, estando en coma, y todo por mi culpa – en eso sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas – sabes, esa misma noche escuche al medico decir que posiblemente esa era tu última noche con vida y yo… me sentí… tan mal, tan miserable y estuve aquí contigo, sabes… – en eso aprisiona su mano izquierda entre las suyas – si tú hubieras muerto esa noche, yo me habría suicidado, porque dudo mucho poder sobrevivir sabiendo que me amabas y no te pude decir que yo también te amo y que por mi culpa habrías muerto sin saber lo que siento – y en eso Erik comenzó a llorar ocultando su rostro en el colchón.

- Erik, ya no llores, solo me harás llorar a mi también – dijo Elizabeth quien escucho todo y se hacía la dormida.

Erik levanto la cabeza sin dar crédito a lo que sus oídos escucharon, vio hacía la cama y con asombro, alegría e ilusión vio como Elizabeth lo miraba, al mismo tiempo que le sonreía con mucha dulzura.

- Elizabeth, ¡Elizabeth, estas despierta! -

- Así es – dijo ella mientras se sentaba en la cama para mirar mejor a su visitante.

- Pero… ¿Cómo, cuando, a que hora? -

- Pues desperté hoy, en la mañana, estaba muy confundida cuando desperté -

Erik no sabía que hacer, tantas veces soñó con que ella despertara y ahora todo lo que le planeaba decirle en el momento en que la vería nuevamente a los ojos se esfumo, se borro de su memoria, estaba petrificado, se sentía como un tonto al no decirle nada.

- No es necesario que me digas algo – y él la miro – ya que me lo acabas de decir, lamento el haberte hecho creer que aún no despertaba, pero quería saber cual era la razón de tus visitas nocturnas, y ahora que lo se, te lo puedo decir con más tranquilidad, te amo, te amo Erik y no me arrepiento, ya que te amare hasta que me muera -

En ese momento, Erik se dio cuenta de que ya no era necesario todo un discurso para ella, ya que ahora ella sabías cuales eran sus sentimientos y eso era lo que importaba.

- Yo… también te amo, Elizabeth -

Y acto seguido, Erik se atrevió a acercarse tranquilamente a Elizabeth y la beso, Elizabeth estaba tan impresionada que al principio no le correspondió, pero pasando algunos segundos, ambos estaban envueltos en un exquisito y húmedo beso apasionado hasta que tuvieron que separarse por falta de aire.

- Ahí Erik, no sabes la alegría que me da el ser correspondida -

- Y tú no sabes lo que me alegra y alivia que me correspondas, después de todo lo sucedido -

- OH vamos Erik, eso ya es agua pasada y a mí no me importa el pasado, me importa el futuro y ese futuro, eres tú -

Pasaron las siguientes horas platicando y besando, más la última pero bueno, Elizabeth se arrimo para que Erik se acostara con ella, pero la cama era algo pequeña y Elizabeth estaba prácticamente acostada sobre Erik, cosa que a ambos no les importo. Hasta que el sol se asomo y sabían que Erik se tendría que ir o sino lo descubrirían.

- Nos veremos esta noche – le aseguro Erik

- Aquí te espero – lo besó por última vez y Erik se fue.

Toda la mañana Elizabeth se la pasó escuchando los sermones del doctor de cómo cuidarse y todo lo demás que ya hasta estaba mareada, pero ni modos, en eso llegan Christine y Meg a visitarla, bueno Meg si la visitaba, Christine iba por que Meg la obligo a acompañarla.

- Hola Elizabeth -

- Hola Meg – dijo con alegría- Hola Christine – esto no lo dijo con mucha alegría, pero tenía que ser cortes.

- Veníamos a dejarte estas flores – dijo Meg dándole un ramo de margaritas.

- Gracias que linda -

- Bueno ya la viste, le diste el ramo, ahora vámonos – dijo Christine.

- No seas grosera Christine -

- No te preocupes Meg, estoy acostumbrada a la indiscutible amabilidad de Christine Daaé -

Y como en los últimos ocho meses, Christine hizo berrinche y se fue.

- Ahí Dios mío, que le haré a esta mujer – decía Meg – Oye Elizabeth, ¿te puedo preguntar algo? -

- Claro -

- Cuando fue el accidente me entere de que Raoul es tu primero, pero algo me tienen inquieta, si es tu primo ¿por qué él es rico y tú no? -

- A veras, es una larga historia -

- Anda, cuéntame -

- Pues veras… -

Notas de la Autora: Se que no es mucho y que me tarde los siglos en actualizar, pero en serio que no fue mi intención, es que ahora tengo varias cosas que resolver y sería peor si no actualiza ahora que hacerlo hasta que resuelva todos mis problemas, en serio lo lamento, no quería hacerles esto.

lexell-cassini.- perdóname por no haberte respondido con anterioridad, y si, soy la misma MarisolBlack del club de PHANS México y ojalá nos pongamos en contacto, cuídate bye.