Dejar ir
Si de algo Lily podía sentirse orgullosa era que cumplía todos sus objetivos y perseguía cualquier pensamiento que le pasara por su mente por insignificante que este fuera. Por eso, en el momento que decidió que era tiempo de independizarse no descansó hasta tener todas sus cosas en orden para llevarlo a cabo.
Un miércoles a medio día, después del entrenamiento, Lily espero a que el resto de sus compañeras saliera de los vestidores para ir a buscar a Philip. Se sentó en el espacio que tenía su nombre y después de varios minutos, este apareció con solo una toalla envolviéndolo de su cintura para abajo. Esta imagen no pasó desapercibida para la chica, incluso pasó la lengua por sus labios al ver el torso desnudo y definido de su compañero. Lo que le había dicho a su madre era cierto, Philip le gustaba.
—Podrías tenerlo si quisieras—habló él y Lily sacudió su cabeza.
La discreción no era su fuerte.
—¿Tienes algo que hacer? —preguntó Lily ignorando su comentario.
Su compañero soltó una risa coqueta.
—Ah, quieres hacerlo de una vez.
Entendiendo la intención de esa frase, Lily dudó si era buena idea pedirle que la acompañara, pero él siempre bromeaba con eso. Así que decidió seguir con su plan y le lanzó una playera.
—Necesito ir a King's road, ¿podrías acompañarme?
—¿King's road? —repitió Philip mientras se colocaba su prenda—Pensé que tus amigos seguían de Luna de Miel.
—Sí, pero tengo que revisar la inversión que tengo con ellos.
—De acuerdo, me termino de vestir y vamos.
—Gracias—sonrió Lily.
Comenzó a quitarse la toalla sin importarle la presencia de su amiga, pero esta salió corriendo del vestidor sonriendo de haber conseguido un acompañante. Cinco minutos después, Philip se mostró completamente vestido con el cabello despeinado. Decidieron aparecerse en un callejón aledaño a la avenida principal, ya que en esta había muchos transeúntes muggles.
—¿Para qué necesitas revisar tus inversiones? —preguntó Philip mientras caminaban.
—Me voy de casa de mis padres—suspiró Lily.
Philip detuvo al escuchar eso.
—¡No puedo creerlo! —expresó—¿Qué dijo Ginevra de eso?
En el mundo del quidditch, Ginny Weasley era un icono nacional y el amor platónico de muchos que crecieron viéndola jugar. Al igual que con los aurores, se creía que Lily había llegado a donde estaba por su madre, sin embargo en este ámbito ella ya había ganado que la reconocieran por si misma.
—Pues, creo que lo esperaban—respondió.
A la noche siguiente de la fiesta, una vez que sus papás estaban en casa pidió hablar con ellos. Ya no estaba molesta por los regaños del día anterior, después de pensar las cosas se dio cuenta que parte tenían razón, los entendía mas no los apoyaba. Fue entonces que con voz sumamente calmada les dejó saber sus intenciones de tener su propio hogar.
—Si es por lo de las misiones…—comenzó a decir Harry.
—No es por eso, llevo mas tiempo aquí que lo que estuvieron mis hermanos, necesito crecer—aclaró Lily.
Su padre se quitó los lentes y se talló los ojos, disimulando así sus lágrimas. Ginny tomó la mano de su hija y besó su sien.
—Sabes que cuentas con nosotros para lo que necesites.
Lily asintió y tragó saliva. A pesar de que era lo que deseaba, una parte de ella se sentía triste de dejar el lugar donde había nacido.
—Te ira muy bien Lily—la abrazó Philip cuando acabó de contar su historia—eres la chica más valiente que conozco.
La mencionada sonrió y respondió el abrazo. Con ella rodeándole su cintura caminaron hacia las oficinas mágicas que se escondían detrás de un banco muggle.
Desde la ventana de su oficina Scorpius Malfoy contemplaba la escena con pesar.
…
Después de su desayuno con Rose, Scorpius se quedó dudando si debería seguir buscando a Lily. Planificar la boda de sus mejores amigos era la oportunidad perfecta de lograrlo, pero falló. Si bien el día que se vieron en Hogsmada ella se mostró muy abierta con sus sentimientos, a la semana siguiente comenzó a cancelarlo diariamente. La conocía y sabía que no cambiaría de opinión para acceder a verlo, así como no lo hizo en la boda a pesar de que también había sujetado su mano en la ceremonia. Intentaba entender las razones de Lily, sin embargo, si algo le había dolido era que aplicara la Legeremancia con él desconfiando de lo que pasó la noche anterior. Cómo si el pudiera hacerle daño.
Estaba decidido a rendirse cuando la lechuza de Lily se posó sobre su ventana. Se sorprendió mucho que ella le escribiera, pero al leer la nota, tan fría y seca, supo que era inútil mantener una ilusión.
Sé que estas al frente de las empresas de Aleix y Helena. Necesito ver mis inversiones, confírmame si puedo pasar el miércoles a medio día.
Con un simple monosílabo respondió la nota. No se molestó en preguntarle para qué, aunque podía intuirlo. No era coincidencia que mandaran a Rose a buscarla y una semana después quisiera saber cuanto dinero tenía. Cuando la hora acordada apareció en su reloj, se asomó a la ventana para ver si había rastro de la muchacha y al verla sonriendo y abrazando a su compañero de cabello cobrizo sintió un golpe en el pecho. Cerró la ventana inmediatamente y se sirvió un trago de Whiskey, no quería que lo viera molesto. Lily era muy clara con sus señales como para preguntarle por qué llegaba con el tal Philip.
Esperó varios minutos. Para llegar a su oficina necesitaban entrar a un banco muggle, hablar con la bruja que se encargaba de mantener el camuflaje y de dar acceso a la red flu. Una vez ahí, la asistente de Scorpius les daría acceso. Así fue como Lily atravesó la puerta.
—Hola—saludó la pelirroja.
—¿Vienes sola? —no pudo contenerse.
Como era de esperarse, Lily frunció el ceño y expresó descontento en su rostro.
—Quiero decir, vi que venías con tu amigo—confesó—para que pase también.
—Se quedó platicando con tu asistente—aclaró.
Lily aceptó tomar asiento y una taza de té después de dejar su bolsa en el perchero y mirar a detalle el lugar, nunca había estado ahí y se sorprendió de que fuera tan sobrio, él siempre había sido un poco extravagante.
Scorpius sacó un pergamino y lo tendió frente a Lily.
—¿Alguna idea de cuánto dinero tienes?—preguntó el rubio
Negó con la cabeza.
—Ustedes son los de los números, les he dado tres cuartas partes de mis ingresos de quidditch desde hace 3 años.
—A mí no me diste nada, llevas años sin hablarme—aclaró Scorpius.
La perlirroja rodó los ojos.
—A ustedes, familias ricas.
—Nombre completo—pidió.
—¿Es en serio? —se quejó Lily, pero Scorpius no respondió—Lilian Luna Potter.
La tinta con la que comenzó a escribir desaparecía al concluir la palabra.
—Fecha de nacimiento.
—7 de septiembre de 2008.
—Ahora un poco de tu sangre…
No tuvo tiempo de replicar cuando Scorpius movió su varia en dirección al pulgar de Lily y de este brotó una gota de sangre.
—¡Auch! —se quejó.
—Colócalo aquí—señaló el pergamino en blanco—y listo.
Un montón de manchas empezaron a aparecer en el pergamino para posteriormente convertirse en números pequeños que se acomodaban en filas y columnas con números negativos y positivos, numerados por fechas.
Lily miraba sorprendida -y sin entender muy bien- mientras se chupaba el dedo. Scorpius daba saltitos emocionados de todo lo que veía.
—¿Qué significa? —quiso saber la pelirroja.
Pero la hoja seguía haciendo movimientos y Scorpius sonreía cada vez más.
—¡Dime! —exigió Lily.
—Que Aleix y Helena saben muy bien cómo hacer crecer el dinero—los ojos marrones de Lily se abrieron muy grandes—hace dos años decidieron volver a invertir el dinero que ya tenías ganado. Mi querida Potter, si a los 30 quieres retirarte de la vida laboral deja tu dinero aquí y podrás tener un patrimonio similar al de los Malfoy.
—¿De verdad? —preguntó sorprendida intentando comprender los números—Necesito retirarlo.
La mandíbula afilada de Scorpius se dejó caer y la miró como si se hubiera vuelto loca.
—¿No escuchaste que puedes ser millonaria?
—Sí, pero necesito el dinero hoy, no en 10 años.
—¿Por qué? —preguntó incrédulo—¿Quieres una boda como la de Helena? Creo que les costó un poco más que esto, claro que Blaise pagó la mayoría y mi tía Daphne….
—Scorpius, cállate—exigió Lily y suspiró antes de agregar: —me voy de Grimmauld Place.
Los ojos grises del rubio miraron fijamente a Lily. Era justamente lo que imaginaba, pero escucharlo directamente de ella le sorprendía, ya que cuando estaban en Hogwarts la pequeña de los Potter insistía que ella se iría de su casa hasta el día que se casara y eso no estaba pasando, a menos que…
—¿Vivirás sola? —cambió la pregunta formulada en su mente.
—Sí obvio—respondió sin darle importancia—pensaba rentar un piso, pero si mi dinero es tan bueno como dices creo que puedo comprar algo más grande y céntrico.
Le llenaba de orgullo verla creer, en los 10 años que llevaban juntos Lily lo sorprendida con los giros inesperados que le daba a su vida. Era totalmente lo opuesto a él que desde niño ya sabía a lo que se dedicaría y cuándo se iría de casa de los Malfoy, pues su padre se lo planteó a muy temprana edad.
—Puedo hacerte un resumen y te lo mando—se ofreció al rubio al ver a Lily contemplando el pergamino—y si quieres te ayudo a buscar un lugar, tengo amigos en eso.
Lily dejó de ver la mesa para ver a su compañero y, aunque la oferta era tentadora, prefería volver a marcar su distancia con Scorpius.
—Con el resumen es suficiente, gracias.
—De acuerdo—se encogió de hombros—¿Quieres ir a almorzar? Tengo 1 hora libre.
La peliroja negó con su cabeza y tomó su bolsa para dirigirse a la puerta.
—Tengo que llegar temprano al cuartel, muchas gracias por todo.
Se acercó a Scorpius para darle un beso en la mejilla, este aprovechó para tomar su mano y quedarse unos segundos con la cara de Lily junto a la suya. Su rostro era tan suave y olía tan bien que el simple contacto lo estremeció. Quiso llevar su mano a la cintura de su compañera, pero esta se soltó inmediatamente.
—Adios, Scorpius.
Con un suspiro la dejó ir y la vio cruzar el pasillo donde se encontró con el chico de quidditch.
—¿Quieres celebrar? —preguntó él, después de que esta le diera un resumen muy corto de lo que acababa de pasar.
—Claro, hoy ni siquiera tengo alguna misión que reportar—sonrió ella.
Tragó saliva y regresó a su silla. Se pasó las manos por el cabello y miró fijamente el pergamino que tenía el nombre de Lily como cabeza de documento.
Tenía que comenzar a dejarla ir otra vez.
¿Review?
