Wola, vengo a ustedes con este fic, porque adoro al fantasma de la opera y esta idea se me vino a la cabeza, espero que les guste.
Cáp. 13 La fuga.
- Pues veras, paso hace mucho, antes de que mis padres se conocieran, veras… -
Flash Back: (A partir de ahora todo será narrado por Elizabeth)
Cuando mi madre era niña ella era de una prestigiosa familia, una de las familias más ricas, ella junto con mi tía Eleonor la madre de Raoul fueron educadas con refinamiento y lo importante era el buscar un esposo adinerado y conservar el buen nombre de la familia.
Desde muy jóvenes, tanto mi tía como mi mamá eran visitadas por jóvenes ricos y apuestos, muchos de ellos trajeron la atención de mi tía, pero nunca la de mi mamá, porque ella creía que todos ellos eran muy vanidosos, presumidos y chicos malcriados que creen que están sobre cualquiera y que consiguen todo con su dinero. Y más aún porque no quería estar en un matrimonio sin amor, así que decía que si se iba a casar, primero se debía de enamorar,
Mi tía que era mayor que mi mamá se caso con mi tío el Conde DeChagny y gracias a Dios ellos se amaban y dieron a luz de mi primo Felipe, mis primas y a Raoul, mis abuelos estaban orgullosos de mi tía y quería que mi madre también siguiera su ejemplo, pero...
- Yo no quiero casarme con un rico, pues no me he enamorado de ninguno -
- Leticia no seas ridícula, tú eres de buena familia y deberás casarte con alguien de nuestra semejanza -
- Pero padre… -
- Pero nada -
Pasaron algunos meses y mi madre seguía con su ideal de enamorarse, y todos los días siempre iban chicos a querer conquistarla, pero ninguno salía ni con un punto a su favor, y mi mamá tenía miedo porque sabía que si no se casaba ella por su voluntad, sus padres la casar'ian por la fuerza.
Ella siempre miraba por la ventana, mirando celosamente a las chicas normales que pasaban, las envidiaba, porque ellas podían valerse por ellas mismas y no tenían que casarse por la fuerza y mucho menos con quienes no quisieran.
- No es justo – decía.
Una de las cosas que no le gustaban a mi madre, era que no podía salir de la mansión y las pocas veces que lo hacía, era acompañada por alguno de los tantos sirvientes que tenía a su disposición, peor eso no le gustaba, no le gustaba depender de nadie. Hasta incluso sin que nadie supiera, ella se alimentaba sola y hasta se confeccionaba vestidos, y decía que los había comprado y como siempre les salían muy bonitos, le creían.
Uno de los tantos días en que no podía salir de la mansión y miraba por su balcón, vio que más adelante construían una nueva mansión y de lejos pudo ver por primera vez a mi padre, que era el arquitecto encargado de ese proyecto, y como dicen fue amor a primera vista, porque ella lo vio y quedo fascinada, encantada y muy emocionada. Nunca había sentido algo parecido por nadie, y entonces se imagino que se podía haberse enamorado, aún cuando solo lo había visto haces escasos minutos.
Pero por primera vez se sentía, tan bien, tan libre, tan realizada que no importaba si lo conociera o no, solo importaba el hecho de que ella lo había visto y que ya nada volvería a ser lo mismo para ella.
"Pero que tonta soy" pensaba "aún cuando me haya enamorado de él, no podría estar con él, por mis padres, a mi no me importaría, pero creo que a mi familia no le gustaría, además el de seguro ya ha de estar casado o cuando menos ya debe tener pareja, es muy guapo y no sería nada raro que alguien ya se haya fijado en él"
Pero para suerte o para desgracia, mi padre se presento en la mansión de mi madre, para hablar con quien era mi abuelo, ya que mi abuelo tenía pensado construir otra mansión para su familia y le dijeron que mi padre era uno de los mejores arquitectos. En ese momento fue cuando bajo mi madre con intención de ir a la cocina, pues era de su aperitivo diario, y al ir a la sala de espera lo vio, y creyó estar soñando, pues él estaba en SU casa, en SU sala, sentado en SU sillón y más aún SOLO.
- Buenas tardes – dijo ella en plan de chica educada.
- Buenas tardes, señorita – respondió levantándose rápidamente y mirándola fijamente.
- ¿Quién ese usted? -
- Mi nombre es Alberto, y vengo para hablar con su padre ya que quiere que trabaje para él -
- Ahhhh ¿y que hace usted? -
- Soy arquitecto señorita -
- Que bien, bueno usted ya se presentó, me toca a mí, mi nombre es Leticia – dijo mi madre extendiendo su mano y mi padre se la estrecho algo embobado al ver lo hermosa que era mi madre.
Durante todo el tiempo que mi padre trabajo para mi abuelo siempre iba la mansión con la excusa de que tenía cosas que negociar y arreglar con mi abuelo, pero solo iba para ver a mi madre, y ella feliz de la vida no se negaba a que él fuera, de hecho varias veces le llevaba alguna bebida como excusa para poder hablar con él, sin darse cuenta se enamoraron y eso fue bastante hermoso para ambos, pero a al vez horrible, porque ella era una joven rica con clase y acostumbrada a tener todo y él era un joven arquitecto pobre que no le podría ofrecer nada. Y sabían que su relación no sería permitida, ni por mi abuelo ni por la sociedad. Obviamente a mi madre no le importaba, pues como te dije, a ella no le gustaba su estilo de vida, por ella hubiera sido mejor una joven pobre que trabaje como costurera sin ningún tipo de vida social a ser una joven rica que vaya a fiestas y banquetes cada semana.
- Pero Leticia, es una locura, no podemos estar juntos -
- Alberto no me importa lo que digas, yo quiero estar contigo -
- Si lo dices ahora, pero después te arrepentirás y desearas nunca haberme conocido -
- ¿Cómo puedes decir eso, acaso no te demuestro de manera obvia mis sentimientos hacía ti? -
- Claro que si, yo se que me amas como yo a ti, pero piensa en tu vida, tú tienes un futuro prometedor si te casas con algún joven rico, en cambio ¿qué futuro tendrías a lado de un arquitecto pobre? -
- El futuro que siempre he querido, un futuro junto al hombre que ame, un futuro donde pueda formar una familia y que mis hijos no vivan a la sombra del dinero y las fiestas, si alguna vez tengo una hija evitar que ella tenga la misma vida que yo, el mismo dolor, la misma angustia de no poder estar con quien amo solo porque "la gente lo vería mal" por favor, por favor, déjame demostrarte que puedo hacerte feliz y ser feliz yo contigo -
Mi padre obviamente no pudo contenerse y beso a mi mamá y aunque él tenía miedo de lo que pudiera pasar, decidió que sería bueno intentar una vida con a mi madre, pero como dije, tenía miedo, miedo de que las familias de amos del dieran la espalda, miedo de que ella luego se arrepienta y lo deje, miedo de despertar y ver que todo era un sueño, pero no, era real y a pesar de todos los miedos y de las consecuencias que habría, decidió estar al lado de mi madre.
Pues es obvio que en cuanto mi abuelo se entero le puso a mi madre un ultimátum, era o tener su vida de lujos y comodidad o irse con mi padre pero nunca volver a saber nada de su familia, y es obvio que a mi madre no le tomo ni dos segundo es tomar su decisión y se fue ese mismo día de la mansión, peor mi abuelo no lo iba a permitir y le cerro las puertas y ventanas, no había modo de que mi madre saliera de la casa y se fuera a la plaza donde quedo de verse con mi padre.
Afortunadamente mi padre le hablo tiempo atrás a mi madre de una puerta que esta oculta entre los matorrales del jardín, y sabía de esta puerta porque cuando él trabajo en la construcción de la casa de junto, la vio al tener que medir lo alto de la cerca, y una vez que nadie la veía bajo con ayuda de sus sabanas por su bacón hacía el jardín, encontró la puerta y se fugo y mis abuelos no supieron más de ella, más que mi tía quien nos dejo jugar siempre a Raoul y a mí.
Fin Flash Back
- GUAU que historia Elizabeth -
- Así es Meg, como ves hay cosas más importantes que el dinero y el lujo y mi madre lo aprendió, después de eso, ella trabajo como maestra y también tocando el órgano, y ahora yo vivo lo mismo, amo a alguien quien mi familia no aceptaría pero lo dejaría todo por él -
- Que suerte que tú tengas a Erik para amarlo y que él te ame a ti -
- Si, a pesar de todo lo vivido, agradezco tener a Erik a mi lado -
Lo que las chicas no sabía, era que su plática era escuchada por alguien más, y ese alguien más era Christine (N/A: esa arrastrada entrometida, chismosa) quien al saber que todavía Erik seguía en Paris no dudo un dolo segundo en irse del hospital para irle a avisar a su prometido Raoul, porque ella creía que era peligroso el que Erik siguiera vivo y más aún que fuera a visitar a Elizabeth.
Esa misma noche, Erik estaba listo para ir al hospital, pero nunca se espero que en la calle lo estuvieran esperando como dos docenas de policías junto con Raoul.
- Lo más sensato era que te hubieras largado para siempre, peor veo que decidiste seguir molestando a mi prima ¿qué no te basto el haberla dejado en coma por ocho meses? -
Erik estaba inmóvil, ahora si no sabía que hacer, estaba prácticamente acorralado, lo más sensato hubiera sido escapar, peor no, empezó a correr a todo lo que su cuerpo lo dejaba hacía el hospital, teniendo a todos los policías detrás de si al igual que a Raoul, logro meterse por la ventana de Elizabeth y al entrar la encontró despierta esperándolo.
- Erik, ¿qué sucede? -
- Elizabeth, ya saben que estoy aquí, vinieron por mí -
- ¿QUÉ? PERO COMO -
- No lo se, pero me tengo que ir o me atraparan -
- Pero Erik, ¿piensas dejarme? -
- Es lo mejor, no te puedo llevar – se acerco a Elizabeth hasta poder acariciarle su cabello mientras esta lloraba – solo vine a despedirme -
- No Erik NO, no me dejes, me voy contigo -
- Pero Elizabeth… -
- Nada de pero, me voy contigo aunque no quieras, te amo ¿lo entiendes? Y no pienso dejarte ni ahora ni nunca -
Erik no sabía que decirle, pero mientras él estaba así de confundido, en la entrada del hospital, todos los policías, Raoul y Christine entraban en camino a la habitación de Elizabeth, peor al derribar la puerta, vieron que no había nadie y que la cortina de la ventana se movía al compás del viento y viendo como la lluvia empezaba a caer.
- Maldita sea, se fueron – dijo Raoul
Y mientras todos empezaron a buscar por las calles y los restos del teatro, en la casa de Elizabeth su madre abrió la puerta encontrando a su hija y a un extraño, empapados por la lluvia.
- ¿Hija? ¿Qué haces aquí? Deberías extra en el hospital -
- Mamá no hay tiempo, nos vienes persiguiendo -
- ¿Qué, quiénes y quién es él? -
- Es Erik -
- ¿EL QUE TE QUISO MATAR? -
- Mamá no me quiso matar y baja la voz, él no me quería hacer daño y se que hizo cosas malas, pero tenía razones, por favor ayúdame a que nos vayamos y que no nos encuentren -
- Estas loca niña, no voy por tu padre -
- Mamá – la retiene del brazo – por favor, ayúdame a fugarme con el hombre que amo, así como tú lo hiciste con el tuyo - ahí Leticia miro a su hija sorprendida.
Después todos los policías entraron a la casa de los papas de Elizabeth, pero tampoco nada. Mientras tanto Leticia llevaba a su hija y a Erik hacia un camino secreto que los llevaría a las afueras de la ciudad sin ser vistos, mientras que Erik llevaba a un par de caballo que logro encontrar entre los viejos establos del teatro.
- Si se van por aquí nadie los encontrara-
- Muchas gracias mamá -
- Cuídate hija, y por favor regresa pronto -
- Lo haré -
Eso fue lo último que dijo Elizabeth, antes de abrazar a su madre, subirse a su caballo e irse junto con Erik, bajo la lluvia, lejos de Paris y de todos sus conocidos, no sabía cuando volvería pero algo si sabía, que pase lo que pase, siempre estaría con Erik.
Notas de la Autora: esta un poco raro este cap. Pero fue un gran esfuerzo, y recuerden es PENÚLTIMO CAPITULO esperen el último con epílogo, gracias cuídense bye.
