Disclaimer: Los personajes de Naruto no son míos, son propiedad de Kishimoto. La historia tampoco me pertenece, es de Catriana y fue beteada por geekgir7.
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Ya la extrañaba.
Bueno, en realidad no la extrañaba a ella, más bien echaba de menos su comida, porque era excepcional, asombrosa y fuera de este mundo. Su cocina solo se podría describirse "Como la de mamá"; Hyūga Hinata tenía un talento increíble que nadie más había podido duplicar. Después de los primeros días, ni siquiera había tenido la oportunidad para criticarla por cada pequeña cosa que hiciera y lo había intentado. Bueno, pero era muy difícil criticar a alguien que realmente no hacía nada para enojarte.
Como sospechaba, la Hyūga prácticamente se había apartado de su camino a menos que necesitara limpiar o cocinar para él. Estaba seguro de que ella lo había vigilado con su Byakugan, pero rara vez la veía. Había terminado en una rutina en la que entrenaba hasta quedar exhausto, se bañaba, comía, dormía y al día siguiente volvía a entrenar.
Ella no comía con él y no le pedía que lo acompañara, algo que lamentaba ahora, ya que se suponía que debía abrirse lentamente a los demás y ella hubiera sido un buen comienzo. Además, esa actitud sombría y molesta que había tenido en el hospital desapareció. Cada vez que se veían, ella siempre le regalaba una pequeña sonrisa a modo de saludo antes de atender sus deberes, la mayor parte del tiempo se la pasaba en la cocina. No le había dicho nada ni la había saludado a cambio, pero después de que ella se iba, se daba cuenta de lo mimado que era.
Los siguientes meses los paso con varias personas, principalmente miembros de la casa principal Hyūga. Lo trataban como un miembro de la rama "secundaria" de su hogar, haciendo nada más que cuidarlo. No le cocinaban, no limpiaban, simplemente lo observaban. Todos ellos habían limitado su rutina de entrenamiento, lo que realmente lo había cabreado. Las que cocinaban para él eran las mujeres y lo hacían horrible, horrible en comparación con su heredera; obviamente no estaban acostumbradas a cocinar, pero querían impresionar al "lindo chico malo."
Había estado tan disgustado con la horrible comida y el obvio fanatismo, que ni siquiera había intentado acercarse a ellas como había planeado inicialmente. Algunas de sus cuidadoras eran de su edad, otras eran más jóvenes o tenían veintitantos. Los varones se habían mantenido estoicos y distantes, mientras que las mujeres habían estado demasiado ansiosas por hablar con él. En el pasado, ya había sido bastante malo tener que lidiar con la charla incesante y sin sentido de Karin, además ella también había sido una cocinera horrible.
Ino no era mejor; ella era una cocinera terrible y era de esas personas que hablaban simplemente para llenar el silencio. Lo había seguido a todas partes, se aseguraba de verlo entrenar, lo que a él le parecía un poco perturbador y hasta actuaba como... Una esposa.
Aparentemente, ahora que Sakura había decidido estar con Naruto, tenía el camino completamente libre. También parecía pensar que nadie podía vencerla cuando se trataba de atractivo sexual y sensualidad, creía que solo era cuestión de tiempo el "obtener un Uchiha". Era frustrante para él, a pesar de que sabía que debería usar esto como una ventaja, pero se encontró cada vez más distante de Ino, más molesto.
Llegó al punto en que él simplemente la ignoraba y le dejó muy claro que no tenía ningún deseo de intentar siquiera algo parecido a una conversación normal pero como a Naruto, eso no la detuvo. Por otra parte, los años no la habían disuadido, dudaba que su frialdad y su indiferencia hicieran una mejora, ya que estaba acostumbrada a eso. Fue solo después de que ella se fuera que él se regañó a sí mismo por no esforzarse más y decidió que lo haría la próxima vez.
Naruto lo visitaba como prometió. El Hokage intentaba mantener su "amistad" con él, le ofrecía entrenar, algo que Sasuke quería hacer, pero se negaba porque eso haría feliz a Naruto, o simplemente charlaba ociosamente sobre los viejos tiempos. Cualquier intento de Sasuke de ser sarcástico, grosero o actuar como un bastardo era prácticamente ignorado. Naruto nunca se quedaba mucho tiempo y siempre se iba con la promesa de que todos pasarían un rato juntos algún día, como en los viejos tiempos. Ninguno de los dos hombres era estúpido, sabían que eso sería imposible.
Lo que Naruto quería era que Sasuke intentara forjar una nueva vida con ellos; incluso él entendía que las cosas no podrían volver a ser como eran. Al principio, Sasuke le dijo cosas groseras al Hokage pero después de unos meses, permitió que Naruto lo viera meditar en silencio después de que dijera las palabras. Estaba implementando su plan en pequeñas dosis, reduciendo los insultos o forzándose a parecer pensativo, casi melancólico, mientras Naruto hablaba sobre los "buenos viejos tiempos". Aunque era molesto, Sasuke estaba satisfecho con la forma en que Naruto compró su actuación, volviéndose como un cachorro, cada vez más emocionado con cada hueso que lanzaba el Uchiha.
Sakura, por otro lado, nunca apareció. Cuando le preguntó a Naruto al respecto, terminó descubriendo que Sakura se había retirado de la misión de lidiar con Sasuke. Originalmente había sido una misión voluntaria para aquellos que pudieran aprender el sello y ella había sido la primera en la lista. Tras investigar más, se enteró de que Sakura había declinado oficialmente bajo la excusa de que sus sentimientos podían "comprometer la misión". En realidad, en lo que respecta a Naruto, ella estaba huyendo.
Después de su "charla" inicial, Sakura se había deprimido un poco y estaba en un pequeño estado de shock. Naruto creía que era por del hecho de que Sakura realmente amaba a Naruto y había estado indecisa al respecto durante algún tiempo, además de la conmoción de darse cuenta de cuáles habían sido las verdaderas intenciones de Naruto y el hecho de que ella no había actuado de la forma en que él esperaba que lo hiciera. No podía culpar a Naruto por pensar que ella habría curado a Sasuke primero, incluso si el hecho hería sus sentimientos. Ella amaba a Naruto y eso hacía que la culpa sobre pensar mal de ella fuera más pesada.
Al menos, eso es lo que pensaba Naruto. Era una suposición justa y Sasuke se dio cuenta de que el idiota ya no era tan tonto. Sin embargo, le aseguró a Sasuke que su relación estaba bien, afirmando que después de la discusión inicial, a la que Naruto le lanzó una mirada furiosa y Sasuke deliberadamente lo ignoró, habían hablado un poco y habían resuelto el problema. Naruto le dijo que Sakura solo necesitaría tiempo para aclarar sus sentimientos.
"Es difícil dejar a alguien que amaste toda tu vida, ¿sabes?" había dicho, la respuesta de Sasuke fue un encogimiento de hombros. No lo sabía. Nunca se había enamorado y no quería estarlo. Si el amor convertía a uno en alguien como Naruto o Sakura, no quería tener nada que ver con eso. Le daba arcadas la idea de estar suspirando por alguien que obviamente no te quería, era repugnante.
En otros seis meses, se evaluarían los informes que le hicieran y se determinaría si era necesaria o no la vigilancia constante. No le habían dicho lo que pasaría después del año, probablemente ni siquiera ellos mismos lo supieran. No podía decir que disfrutaba con este arreglo; era casi tan malo como estar en el hospital. Lo único que le impedía morir de aburrimiento era entrenar, pero incluso así los pensamientos más oscuros sobre su situación se arrastraban y lo golpeaban con fuerza.
En realidad, no tenía un objetivo o un propósito real. Durante las horas más oscuras, se daba cuenta de lo infructuoso que sería tratar de escapar, dejándolo con la pregunta de "¿Qué hago ahora?" y no tenía ninguna respuesta. Simplemente existía, yendo día a día en una rutina interminable, perdido en sus pensamientos. Tenía que esforzarse por salir de esos sentimientos, sabiendo que ceder eventualmente lo llevaría a la locura. Escapar tenía que ser su objetivo; tenía que avanzar de alguna manera, aunque fuera inútil. La alternativa de quedarse y tratar de forjar un futuro aquí, era inaceptable. «Un paso a la vez» se decía una y otra vez.
Para cuando la heredera Hyūga regresó, el invierno ya estaba sobre ellos; de hecho, se acercaba el año nuevo. El exterior de su "casa" había sido decorado con todo tipo de luces y vegetación festiva. Las muchachas más jóvenes se habían unido y le habían conseguido una especie de árbol que ahora descansaba en la esquina trasera de su sala de estar, estaba decorado con un shuriken en la parte superior. Nunca había sido una persona muy de fiestas y deliberadamente ignoró todo. Había nevado hace unos días, dejando el área con su suave y pálido resplandor. Para consternación de su cuidador anterior, Sasuke todavía entrenaba. Cuando llegó la Hyūga, acababa de vestirse y secarse el cabello y estaba charlando con la otra mujer Hyūga en la sala de estar.
Esta vez Hinata estaba usando una chaqueta y pantalones, tenía una suave sonrisa en su rostro mientras escuchaba a la otra mujer quejarse.
—... ¡Y ni siquiera se abrigará! Por favor, Hinata-sama, no lo dejes ir por otra semana más entrenando allí en el frío.
Cruzando los brazos, se apoyó contra la pared del pasillo, mirando la charla. Los brazos de Hinata se levantaron en una especie de gesto pacificador y se rio nerviosamente. La mirada oscura de Sasuke se fue a las bolsas que estaban a cada lado de ella, aparentemente eran comestibles. Dios la bendiga, traía alimentos de verdad. Nunca había llegado a apreciar la comida real hasta ahora, estaba en el punto en que las cosas simples de la vida comenzaban a significar cada vez más.
—Harumi-san —comenzó— haré lo mejor que pueda, pero Uchiha-san es...
La mujer mayor tomó las manos de Hinata, sorprendiéndola. El rostro de Harumi tenía un fuerte rubor en su piel pálida, «¿eran todos Hyūga así de pálidos?» y se mordió el labio inferior.
—Por favor, Hinata-sama. Sasuke-kun es mi…
Eso fue suficiente. Dio un paso adelante, con los brazos aún cruzados sobre el pecho y los ojos entrecerrados.
—Eres tú otra vez —le comentó a su nueva niñera y sin decir nada más se inclinó y agarró una de las bolsas marrones llenas de comestibles. Ella protestó ligeramente e incluso se acercó a él antes de retirar su mano como si estuviera aturdida por su propio atrevimiento. También le hubiera quitado la otra bolsa, pero eso habría requerido que se moviera o que rodeara a Hinata y no quería hacer eso con la otra mujer alrededor.
—Ah, um, Uchiha-san —escuchó a la heredera Hyūga—. Podría haber hecho eso...
—Onigiri —la interrumpió, caminando hacia la cocina con su carga—. Y quiero camarones. Preferiblemente estilo tempura.
Harumi y Hinata hablaron en voz baja durante unos segundos más antes de que la Hyūga mayor hiciera una reverencia y se fuera, diciendo "¡No lo olvides!" y susurró algo más que no entendió antes de que se apresurara a salir. Estaba guardando los comestibles cuando escuchó los suaves pasos de Hinata cerca de él. La otra bolsa se asentó cuando la dejó sobre el mostrador.
—Uchiha-san…
—Sasuke —le dijo. Ya había comenzado su lenta manipulación con Naruto. Esta chica, que estaba enamorada del Hokage, tenía una obvia compasión y bondad, lo que ayudaría aún más a su caso si jugaba bien. Ayudaba que él realmente pudiera tolerar su presencia y ella no fuera una carga o una molestia.
—S-Sasuke-san —se corrigió a sí misma. De pie, miró a la pequeña mujer y enarcó una ceja. Observó cómo su rostro se arrugaba con ligero disgusto—. ¿De verdad quieres camarones? —ella sonaba un poco horrorizada ante la idea.
Sasuke se quedó sin palabras al principio. Su tono había sido tan severo que por un momento había pensado que iba a decir algo trascendental, solo para darse cuenta de que parecía simplemente tener una aversión por los camarones. Casi se rio.
—Sí —forzó su voz y su rostro a permanecer neutral—. ¿Pasa algo con los camarones?
—Nada, supongo —agachó la cabeza, continuando llenando la cocina con los alimentos apropiados. Dio un paso atrás y se apartó, contento por ahora. Hizo un buen trabajo al ignorar el ligero rubor en sus mejillas ante el escrutinio. Había una suave gracia en sus movimientos que no recordaba del pasado; ahora era segura y firme, no torpe y vacilante.
Dejarse crecer el cabello había sido bueno para ella, el estilo corto la había hecho lucir poco femenina, este estilo la hacía verse innegablemente como una chica. No había crecido mucho, él era varios centímetros más alto que ella, pero su cuerpo parecía mucho más de mujer, incluso si su rostro todavía tenía esa leve redondez infantil. Se preguntó brevemente qué tan engañoso era realmente ese delicado cuerpo.
El breve pensamiento se volvió más fuerte mientras consideraba las perspectivas. No sería capaz de entrenar con Neji, quien ahora era un jōnin, pero Hinata sería un buen rival. Por supuesto, estaría en desventaja sin el Sharingan, pero estaba bastante seguro de que podría manejar a esta pequeña niña. Seguramente no podría haber mejorado lo suficiente como para ser un verdadero desafío para él.
La idea de tener a alguien con quien entrenar era tentadora, especialmente contra un Hyūga. Estaban los otros, obviamente, pero tenía la impresión de que Neji o Hinata serían un mejor desafío. Además de eso, los otros Hyūga realmente no quería que él entrenara, por lo que lograr que pelearan con él sería difícil. Se negaba a entrenar con Naruto. Quería guardar ese momento como un punto de inflexión, esperando que Naruto lo viera como sí finalmente estuviera abriéndose. No podía estropearlo haciéndolo demasiado pronto, otros sospecharían y eso influiría en Naruto. No había nada de malo en pelear contra los Hyūga, ¿verdad?
—Cena conmigo esta noche —ofreció, incapaz de evitar el pequeño tic en las comisuras de su boca cuando ella se giró para mirarlo. Esos ojos como perlas se agrandaron, su pálido rostro enrojeció y su boca cayó ligeramente por la sorpresa. A veces sus acciones eran tan divertidas; era tan fácil obtener una reacción de ella, aun con las cosas más simples.
—Te prometo que no intentaré matarte —dijo con un toque de diversión en su voz—. Me estoy aburriendo de comer solo. Seis meses de hacer mis cosas en soledad pueden llevar a cualquiera a querer algo de compañía. También eres la única mujer que no intentará convencerme de que debería ser su postre.
Para su leve molestia, descubrió que le gustaba el sonido de su risa. No era estridente ni fingida; era suave y gentil, como el resto de ella. Hizo a un lado la molestia, eso no le ayudaría a conseguir lo que quería.
Incluso sus ojos se calentaron cuando se rio y luego le dio una sonrisa.
—Está bien, pero solo si prometes no entrenar en el frío como lo has hecho —llegó—. Harumi-san está preocupada por tu salud.
Como si le importara un comino Harumi. Resistiendo la tentación de poner los ojos en blanco, decidió hacer las cosas interesantes.
—No quiero dejar de entrenar, ¿qué tal si lo hacemos un trato? —cuando ella parpadeó con curiosidad, él continuó—. Entrenaremos mañana por la mañana. Si gano, me dejas continuar con mi rutina y no le dirás a nadie. Si ganas, dejaré de entrenar por el resto del invierno, pero tienes que quedarte hasta la primavera y mantenerme entretenido. Si no puedo entrenar, tengo que hacer alguna otra cosa o me volveré loco solo sentado aquí.
Eso provocó una reacción interesante en ella. La Hyūga no farfulló ni entró en pánico, pero se veía un poco asustada y cautelosa.
—Hasta… ¿La primavera? —repitió.
—Así que puedes simplemente ignorarme y dejarme entrenar y terminar la semana o…
—Está bien —interrumpió ella—. Estoy de acuerdo.
Oh, esto era perfecto. No solo podría poner a prueba las habilidades de los Hyūga, sino que ahora también tendría al mejor cuidador hasta la primavera. No más hombres molestos cortando su tiempo de entrenamiento; no más comida horrible de la brigada fangirl. Su estado de ánimo fue considerablemente mejor después de eso y se retiró a su habitación para permitirle cocinar en privado.
La mañana fue afuera. La nieve estaba comenzando a derretirse, aunque todavía estaba fría, lo cual estaba bien para él. No le importaba pelear en la nieve, pero era duro para sus ojos el sol y el reflejo de este en el piso. Era un efecto secundario por el uso excesivo del Sharingan, pero tolerable en su mayor parte.
Sorprendentemente solo había esperado un total de cinco minutos, ya que no habían fijado una hora real. Sasuke solo podía asumir que ella había usado el Byakugan para ver cuándo se había despertado y se había preparado. Su rostro estaba en blanco cuando cerró la puerta del patio trasero, la cual utilizaba como área de entrenamiento. Una vez más, llevaba una chaqueta y pantalones oscuros. Su mirada casi blanca se posó rápidamente en él, mientras se ponía los zapatos y se unía a él. Sasuke estableció las reglas.
—Utilizare solo Taijutsu, pelearemos lo más que podamos —comenzó. Su Sharingan estaba sellado, pero no su chakra, si usaba ninjutsu la aplastaría. Taijutsu, aunque ya no era una especialidad suya, todavía era algo en lo que era bastante bueno. Más que suficiente para tratar con ella de todos modos—. Puedes usar el Byakugan conmigo y atacar con todo lo que tengas. Yo insisto.
—Um, pero si solo vas a usar taijutsu...
Sasuke resopló.
—No te preocupes, es justo. Realmente no creo que tengas oportunidad. Taijutsu estará bien contra ti; es solo por diversión de todos modos.
Ni siquiera parecía ofendida, solo pensativa.
—Oh, está bien —fue su simple respuesta—. Si insistes…
Sonriendo, Sasuke simplemente se puso a la defensiva como respuesta. Seguro, la chica probablemente había mejorado a lo largo de los años, pero no había forma de que ella fuera capaz de pelear a su nivel y él tendría unos meses de paz y pequeños mimos. Además de eso, usaría esto a su favor, dejaría que la chica Hyūga pensara que estaba llegando a algún lado con él, se lo informaría a Naruto, quien lo tomaría como una buena señal de mejora. Todo era parte del plan.
Como nunca antes había visto al Byakugan, observó con interés cómo ella adoptaba una postura extraña. Él asumió que era la postura de Jūken, mientras ella extendía las palmas de las manos de una manera extraña, sus ojos se abrieron un poco cuando las venas emergieron rápidamente en sus sienes. Estaban llenas chakra, supuso, las venas se extendían desde su sien para rodear sus ojos que se volvieron aún más pálidos. «Entonces ese era el Byakugan, ¿eh?» Había visto a otro shinobi con esa habilidad en una reunión de Kage, pero en realidad no le había prestado mucha atención.
Sasuke había estado bastante seguro de que podría ganar fácilmente, pero no estaba preparado para la velocidad con la que ella se había lanzado. Por supuesto, él era mucho más rápido y ni siquiera necesitaba que el Sharingan siguiera sus movimientos; se había quedado un poco desconcertado. Lo esquivó fácilmente, pero pagó por su segundo de vacilación cuando unos dedos rozaron ligeramente su antebrazo. La sensación fue similar a ser apuñalado con una aguja muy fina y larga. Él saltó hacia atrás, su otra mano se movió para frotar donde ella lo había rozado. Su antebrazo se sentía entumecido y realmente no podía sentir mucho el frío ahora.
Se recuperó de su sorpresa inicial rápidamente, moviéndose cuando Hinata cargó contra él nuevamente. Esquivar sus golpes era difícil y engañoso, él era más rápido, pero ella no tenía que tocarlo para que su chakra tuviera un efecto en el suyo. Ella podía proyectarlo y mientras sus dedos o palma estuvieran lo suficientemente cerca como para casi rozarlo, podría empujar su chakra hacia sus puntos, cortando efectivamente el flujo de chakra de una extremidad. También aprendió rápidamente que obviamente no se había entrenado lo suficiente en taijutsu a lo largo de los años, porque estaban casi a la par. Con él sin poder usar ninjutsu y ella usando todas sus habilidades contra él, estaba pasando por una situación más difícil de lo esperado.
Su inteligencia también era algo de lo cual cuidarse. Cuando se dio cuenta de que no era tan rápida como él, lo compensó haciendo una finta y hacía que él tomara la delantera antes de golpear. Eso dejó de funcionar y cambió de táctica, volviéndose más agresiva e impredecible con sus movimientos. Sus golpes eran siempre precisos y hacia pequeños movimientos, acercándose a él con casi toda su fuerza en un intento de terminar el "entrenamiento". Lo más probable es que no fuera buena con las batallas prolongadas o que se lo estuviera tomando lo suficientemente en serio como para comprender que si él se ponía serio, ella sería horriblemente superada.
Toda la situación lo tenía muy intrigado. Había visto a Sakura pelear y las dos mujeres eran completamente diferentes cuando se trataba de taijutsu. Ambas tenían un excelente control de chakra, simplemente lo usaban de manera diferente. Hinata era un poco más lenta que Sakura y definitivamente no tenía su fuerza física, pero no la necesitaba, ya que solo necesitaba acercarse lo suficiente para incapacitar a su oponente. Estaba seguro de que Sakura era la mejor luchadora, pero el taijutsu de Hinata era más sólido en forma y fluidez. Con su brazo izquierdo ahora completamente fuera de servicio y su respiración entrecortada; su respeto por los Hyūga creció un poco. La curiosidad ganó y decidió que quería ver cuánto de este estilo podía incorporar al suyo, a pesar de tener una línea sucesoria diferente...
Y fue recompensado con un dolor intenso y agonizante. Usar el Sharingan era una segunda naturaleza para él cuando luchaba contra un oponente, había aprendido mucho al observar a las personas de esta manera, había podido mejorar sus propias habilidades. Como había pasado los últimos seis meses entrenando solo, realmente no había pensado en usar el Sharingan y casi se había olvidado del maldito sello en su frente. Gritó de dolor, sus manos se hundieron en su cabello, tirando dolorosamente. El mundo exterior se convirtió en un borrón por la sensación de miles de agujas ardientes pinchando cada parte de su cerebro, un dolor punzante, abrasador e insoportable.
—…¡Suke-san!
El Uchiha reconoció la voz de la chica, pero solo débilmente. Cuando volvió a gritar su nombre, fue un poco más fuerte y se dio cuenta rápidamente de las cosas a su alrededor. Podía sentir el frío, podía sentir una suave presión cerca de sus sienes, sintió una fría humedad en sus rodillas. La visión volvió a él, su mirada oscura se movió hacia su derecha. Hinata estaba arrodillada a su lado, sus manos descansaban ligeramente en sus sienes y un suave brillo verde las envolvía. Podía sentir las ondas curativas de su chakra moviéndose a través de su mente, calmando el ardiente dolor. Sus manos cayeron a sus costados sin vida y se encontró temblando ligeramente. Respirando entrecortado, su mirada se encontró con la de ella. Allí no había nada más que preocupación y comprensión.
—Neji-niisan… —comenzó como una forma de explicar—. Eh, a veces los miembros de la familia… —sus ojos se entrecerraron cuando ella bajó la mirada, la culpa y el dolor destellaron en esos ojos.
Ella no tuvo que dar explicaciones. Conocía la historia de los Hyūga, sabía que la gente tendía a abusar de sus poderes. Obviamente, estaba acostumbrada a ayudar a su primo de los maltratos de los miembros rebeldes de la casa principal y ahora estaba usando esas habilidades con él.
En lugar de sentirse agradecido, la impotencia, la frustración y la ira lo consumieron. Se había vuelto complaciente, casi se permitió olvidar que era un prisionero aquí. El deseo de formar lazos se disolvió con la frustración por su situación y le apartó las manos, gruñendo un "¡No me toques!". Se puso de pie demasiado rápido y se tambaleó. Cuando trató de ayudarlo, él la apartó nuevamente. Ni siquiera estaba enojado con ella. Sí, era bueno tener planes, era genial tener una meta, pero ese sello maldito era un horrible recordatorio de su situación y de la inutilidad de sus esfuerzos. El odio por las personas que le habían hecho esto ardía en su pecho con cada doloroso latido de su cabeza. Si la Hyūga lo siguió, no lo sabía, no se molestó en mirar.
—Olvida la maldita apuesta —dijo finalmente mientras abría la puerta de la casa—. Ganaste, no volveré a entrenar hasta la primavera —usando las paredes como apoyo, lo que lo enojó aún más, tropezó en su camino hacia su habitación y cerró la puerta con fuerza detrás de él.
Algún tiempo después de que Sasuke entrara a su habitación, se dio cuenta de que debía haberse quedado dormido, porque abrió los ojos y se encontró acostado en su futón. Había un olor en el aire con el que no estaba familiarizado, pero se sentía reconfortante. Algo a base de hierbas. Su cabeza todavía latía dolorosamente, pero no era tan devastador como antes, sentía como si incluso moverse le hiciera explotar el cerebro. Se sentó, giró la cabeza y encontró la fuente del extraño olor en una pequeña tetera en una bandeja que estaba colocada en el suelo a su alcance, la pequeña tetera de hierro fundido seguía echando vapor, lo que indicaba que todavía estaba caliente. Allí solo descansaba una taza, junto con un pequeño trozo de papel que tomó y leyó.
Sasuke-san
Este es un té que suelo hacer para Neji-niisan y otros para estas situaciones. Ayudará, así que bébalo. Es un poco amargo, lo siento.
La nota terminaba con su nombre escrito con letra clara. Su mente estuvo felizmente en blanco por un momento mientras miraba la tetera y la taza. Honestamente, no quería pensar en la bondad de Hinata y en su naturaleza de aceptación a la situación. Cualquier otro hubiera pensado que había intentado hacer algo furtivo; pero ella había considerado la situación como un accidente, lo cual era verdad. Se había equivocado y había usado el Sharingan y eso solo debería haber levantado las alarmas, sin embargo, aquí estaba, mirando una taza de té que iba a aliviar su maldito dolor de cabeza. Incluso se había disculpado porque el té era amargo.
No entendía a esta chica en absoluto. Ella no parecía estúpida o ingenua, pero tenía una extraña bondad hacia él a pesar de que casi había matado a la persona que amaba. ¿No tenía un hueso de odio en su cuerpo? Realmente debería resentirlo y odiarlo, pero lo estaba ayudando...
Descartando el pensamiento antes de enojarse una vez más, se sirvió una taza y se la bebió. A diferencia de la mayoría de la gente, a Sasuke no le importaban las cosas de sabor amargo y se alegraba de que no hubiera tratado de endulzar el brebaje; siempre había sentido aversión por los dulces o cualquier cosa de ese estilo. Solo había té suficiente para dos tazas y media, que ingirió con facilidad y su dolor de cabeza disminuyó gradualmente hasta convertirse en un latido sordo que finalmente pudo tolerar.
Ahora que estaba más tranquilo y pensaba de manera más racional, se dio cuenta de que tendría que ir a disculparse. En su ira y frustración, la había atacado y olvido su plan. Tenía que recordarse a sí mismo por qué estaba haciendo esto, por qué era importante y por qué, sin importar qué, eventualmente tenía que alejarse de este lugar. En todo caso, los eventos de hoy deberían haberlo dejado más claro. Recogiendo la bandeja, repasó las cosas que podía decir o hacer para compensar su violencia y estuvo a punto de exponerse a los observadores invisibles. Solo podía culpar a los eventos anteriores que lo hicieron olvidar y volverse inconsciente de que él y Hinata no estaban solos.
Una vez más se encontró en el pasillo, agradecido de poder ver hacia afuera, pero que ellos no podían verlo desde su ángulo. Hinata estaba parada en la puerta con tres pequeñas cajas de colores en sus brazos y con una cálida sonrisa en su rostro mientras miraba a un hombre alto de cabello castaño. Espera, conocía ese rostro, era ese Inuzuka. Estaba vestido con una chaqueta de cuero y pantalones oscuros, tenía las manos metidas en los bolsillos y miraban a la frágil Hyūga con afecto. Él le dedicó una sonrisa a Hinata y ella rio, llevándose una mano a la boca, adoptando ese femenino comportamiento.
—Sí, así que Shino se adelantó a la reunión —continuó el chico perro—. Pero queríamos asegurarnos de que recibieras tus regalos antes de salir. Él me informará lo que hablaron antes de que salgamos.
Había algo en el comportamiento de Hinata que a Sasuke le pareció como una extraña especie de revelación. La había tomado como una persona tímida. Mirándola ahora con Kiba, se dio cuenta de que Hinata era mucho más cautelosa de lo que había creído originalmente. Todo en Hinata gritaba "relajada y contenta" alrededor de este hombre, desde su risa y mirada alegre hasta su postura.
Incluso alrededor de Naruto, bueno, especialmente alrededor de Naruto, no había esa sensación de comodidad. Ahora que lo pensaba, había una distancia cortés, pero obvia entre ella y los demás. Esto simplemente no existía cuando estaba cerca de Kiba y solo podía asumir que eso se aplicaba también a su otro compañero de equipo. Encontró eso bastante misterioso e intrigante.
Su intriga por ella parecía estar aumentando a un ritmo alarmante. Aparentemente, estar encerrado durante seis meses lo había aburrido mucho. La vida de la Hyūga realmente no debería ser tan interesante para él.
—Está bien, lo entiendo —Sasuke observó mientras apretaba los regalos contra su pecho como si fueran las cosas más preciosas del mundo para ella. Probablemente lo eran—. Por favor, dile a Shino-kun y a Kurenai-sensei que dije gracias.
Kiba se rio de ella y levantó una mano para despeinar cariñosamente su cabello.
—Por supuesto. Kurenai dice que vayas a visitarla cuando termine tu semana. La niña ya tiene su mente toda ocupada. Así que, feliz cumpleaños Hinata.
La sorpresa y el arrepentimiento llenaron sus pálidos rasgos.
—¿De verdad? Desearía poder verla, estoy segura de que Asuma-sensei… —ambos se tensaron ante el nombre que Sasuke encontró vagamente familiar, mirándose el uno al otro con una expresión que él no entendí completamente. Entonces Kiba hizo esa cosa parecida a Naruto de rascarse la cabeza con nerviosismo.
—Sí. Bueno, sé que no es un gran cumpleaños, pero trata de disfrutar lo que tienes, ¿de acuerdo? —el chico perro volvió a alborotar el cabello de Hinata y le dio otra sonrisa—. Ah, y ¿Uchiha? Puedes salir ahora. Puedo olerte desde aquí.
Sasuke se sintió bastante estúpido al salir con la bandeja en sus manos, estuvo un poco agradecido cuando Hinata jadeó y cerró la distancia entre ellos, agarrando la bandeja con una mano y sosteniendo sus regalos con la otra. Kiba frunció el ceño ante esto y Sasuke lo ignoró.
—Deberían haberte dejado morir —le espetó Kiba a Sasuke, esa sonrisa que le había mostrado a Hinata fue reemplazada por un evidente desdén mientras lo miraba.
—¡Kiba-kun! —Hinata sonaba horrorizada.
Kiba la ignoró.
—Mantenerte aquí no es más que un dolor en el trasero para todos los involucrados —fingió sacarse algo de la oreja con el dedo meñique—. Naruto es un idiota por traerte de vuelta.
Sasuke estuvo de acuerdo con esa evaluación, pero no iba a dejar que Kiba lo supiera. Levantando un brazo se apoyó contra la pared y sonrió al Inuzuka.
—Bueno, si te hace sentir mejor, no quiero estar aquí. Suelta los sellos y me pondré en marcha.
La respuesta de Kiba fue burlarse de él y terminar la conversación. Se volvió para irse, pero miró a Hinata por última vez.
—Solo… Ten cuidado —su mirada volvió a Sasuke, entrecerrando los ojos. El Uchiha respondió sonriendo un poco más—. No dejes que este bastardo se acerque demasiado a ti. Probablemente te apuñalará en el momento en que le des la espalda.
La irritación brilló en los ojos de Sasuke y miró abiertamente al chico perro cuando se fue, una vez más deseando tener el Amaterasu a su disposición. Solo podía esperar que Kiba fuera una de las personas que se interpusiera en su camino cuando finalmente escapara de este agujero.
El movimiento hizo que volviera su mirada hacia Hinata. Todavía sostenía los regalos en sus brazos, su mirada cambiaba entre él y el suelo. Podía sentir esa distancia cortés de ella de nuevo, que era tan obvia ahora que había visto ese intercambio entre ella y el idiota amante de los perros.
—Sasuke-san, sobre Kiba-kun...
—No me dijiste que era tu cumpleaños —la interrumpió, sin querer hablar de eso.
La confusión cruzó su rostro y sus ojos se posaron en su rostro, las delicadas cejas se fruncieron.
—Um, perdóneme por ser tan atrevida, pero... ¿Hubiera importado?
No, tal vez. No debería.
—¿Cuantos años tienes?
—Diecisiete.
—Hn.
Los envolvió un silencio incómodo. Se quedaron allí, Hinata mirándose los pies y agarrando los regalos como si fueran una especie de escudo. No podía culparla, la había atacado antes, el pequeño progreso que había hecho con ella probablemente había sido destruido. Darse cuenta de que él tenía la culpa fue un poco frustrante. Por otro lado, el hecho de que ella le hubiera preparado el té e incluso hubiera intentado disculparse por el comportamiento de su compañero de equipo mostró que era solo un pequeño revés. Él podría arreglar esto.
—De todos modos, no te preocupes por la cena. La prepararé yo mismo —le hizo un gesto con la mano—. Ve a disfrutar de tus regalos —ignoró su expresión de sorpresa mientras caminaba hacia la cocina. Le arqueó una ceja—. Puedo cocinar —una pequeña pausa—. ¿Quieres... Algo?
—Um —su mirada se desvió de él a sus regalos y de nuevo a él—. No quiero molestar...
Tenía que estar bromeando.
—Mira, voy cocinando. Haré cosas buenas. Si lo quieres, estará aquí para ti. Si no, lo comeré para el almuerzo de mañana —eso era lo más amable que iba a obtener de él.
La comprensión parpadeó en esas pálidas profundidades suyas y le sonrió suavemente.
—Está bien —dijo y sin otra palabra se volvió para irse a su habitación. En el momento en que escuchó que la puerta se abría y luego se cerraba, dejó escapar un suave suspiro y frustrado se pasó una mano por el cabello.
Necesitaba dominar sus emociones un poco mejor, de lo contrario este plan fracasaría por completo.
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Fin capítulo tres
Notas: ¡Hola! ¿Cómo han estado? El tiempo se me paso volando, todavía no me creo que ya sea junio. Les cuento que aún estoy con un poco del boqueo, de a poco se me ha ido pasado, aunque todavía está aquí. Aun así, logre tener capítulos para ustedes, puede que no sean tan lindamente fluidos como los anteriores, pero créanme que hice todo lo posible para que la calidad no decayera.
Ahora les voy a decir algo que probablemente no les va a gustar, la cosa es que me voy a tomar vacaciones durante el mes de julio, por lo que el próximo mes NO habrá capítulos. Perdón por esto, pero la verdad es que necesito un poco de descanso. Entre las clases de mi sobrino, mis clases y mi trabajo… La verdad es que estoy colapsando XD
Nos leemos nuevamente en agosto. Los quiero a todos y por favor cuídense mucho.
Guest Marys: Así es, la idea es prácticamente la misma, Sasuke siendo llevado a la aldea y siendo sellado, pero las cosas van a trascurrir de forma diferente. Sabes, yo tampoco he podido leer libros durante la cuarentena, me compre varios, pero… No siento ánimos de leerlos, pensé que solo a mi me estaba sucediendo XD
Naoko Ichigo
