Disclaimer: Los personajes de Naruto no son míos, son propiedad de Kishimoto. La historia tampoco me pertenece, es de Catriana y fue beteada por geekgir7.
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Durante el siguiente mes, Sasuke y Hinata entraron en una rutina. A pesar de que todavía hacía frío, parecía que dejaría de nevar por el resto de la temporada, lo que Sasuke agradecía mucho cuando entrenaba con Lee por las mañanas. Hinata limpiaba y preparaba comida casera, lo enviaba a ducharse y le servía el almuerzo. Luego se sentaba en su habitación y meditaba o leía hasta que sentía los olores de la cena. A veces, cuando salía antes de sus aposentos, Hinata todavía estaba cocinando y otras veces ella ya se había ido. Independientemente, la presencia de la Hyūga pareció adherirse hasta que "su" casa se sintió más como la de ella.
Hinata también entrenaba, excepto que ella lo hacía de noche. Él no lo notó al principio porque en realidad no le había importado, pensaba que simplemente se iba a la cama después de la cena. No fue hasta que varias veces fue despertado por el sonido de puertas corredizas entre las diez y la medianoche, que se dio cuenta de que ella en realidad estaba haciendo algo.
Sasuke solo confirmó brevemente sus sospechas al escabullirse y espiarla. A veces llegaba pasada una hora, a veces de tres a cuatro horas. De cualquier forma, estaba un poco sorprendido de cómo ella aún podía levantarse tan temprano para prepararle el desayuno antes de escabullirse silenciosamente para dejarlo en paz. Ni siquiera tenía ojeras.
A veces a Sasuke le gustaba el silencio. Otras, cuando se sentía demasiado encerrado en un espacio tan pequeño, deseaba, en realidad deseaba, que ella le hablara. No importaba de qué, simplemente odiaba sentarse solo y aunque la lectura ayudaba, no parecía suficiente. Desafortunadamente, desde esa noche en que él le hizo esa pregunta sobre Naruto, ella había evitado volver a hablarle. Tampoco es que él hubiera intentado iniciar una conversación, incluso después de haber superado su disgusto inicial.
A pesar de todo, obviamente ella estaba allí, en pequeñas formas, lo ayudaba con sus ataques de claustrofobia. A veces, el aroma de las flores que claramente provenían de su habitación, flotaba por la casa. En ocasiones, simplemente se acostaba en su futón para lidiar con su "encierro"; cerraba los ojos y los olores familiares comenzaban a recordarle a su hogar de infancia. A su madre. A su familia.
Entonces recordaba dónde estaba y por qué su familia ya no estaba allí y se enojaba. Rompía la rutina y entrenaba más para dejar salir su frustración reprimida, lo necesitaba, o de lo contrario alguien saldría lastimado. Incluso leer en momentos como ese no ayudaba y lo último que quería hacer era lastimar a su "cuidadora" y así destruir todos sus planes de huida.
Solo le tomó un par de veces de comer sus comidas favoritas durante esos días en que se dio cuenta de que ella estaba tratando de consolarlo a su manera. Una parte de él pensó que ella era repugnantemente amable e indulgente. Otra parte de él, la que se estaba volviendo cada vez más claustrofóbica por no salir de la casa, anhelaba la pequeña cantidad de atención que ella le estaba dando.
Tenía momentos en los que quería levantarse y obligarla a sentarse y tener una conversación o simplemente hacerle compañía. En el momento en que lo pensaba, se golpeaba a sí mismo, recordándose una y otra vez que ella era el enemigo y que él estaba aquí en contra de su voluntad. Que era un prisionero. Ella vendría a él o no vendría en absoluto.
«—Ella es tu carcelera… —se repetía a sí mismo.»
Él nunca fue con ella. Si se encontraban, se daban un vistazo y se ocuparían de sus asuntos. Hinata le daba una sonrisa tímida, a veces él gruñía un "Hyūga" a cambio o simplemente no decía nada. A ella no parecía importarle.
¿Por qué estaba haciendo esto? Cuando se conocieron, ella le había dicho, sin dudarlo, que lo mataría si volvía a perseguir a Naruto. La chica estaba enamorada de ese idiota, aunque obviamente los sentimientos no eran mutuos. No se suponía que esto fuera una "aventura feliz y divertida" para ella, así que ¿por qué demonios siempre estaba sonriendo? ¿Por qué lo trataba como a un igual en lugar de estar enojada y despreciarlo como la mayoría de la gente? No era amable con ella, no le decía tonterías coloridas como Lee. Ella no se reía ni parecía relajada a su alrededor como con los demás. ¿Por qué seguía ella aquí?
«—Parecías... Quererme aquí...»
Fue una declaración risible. Sasuke ya no sabía lo que quería. No se iba a quebrar después de siete meses de confinamiento, pero estaba seguro de que estaba empezando a... Cambiar. Él dependía cada vez más de la presencia de la Hyūga porque ella era la única allí, era algo real y tangible, no una vida o personalidad falsa de un libro.
Lee solo se quedaba mientras estuvieran entrenamiento, por lo que no era una constante, no era algo a lo que aferrarse. Sus recuerdos comenzaban a desviarse hacia conversaciones que habían tenido en el pasado, con la esperanza de que eso aliviara su agitada mente. Pero no funciono. Básicamente, ansiaba interacción, cualquier tipo interacción, positiva o negativa.
Lo cual, por supuesto, lo puso de mal humor. No le gustaba actuar de esta manera y sabía que en el fondo estaba cambiando mentalmente, porque realmente no tenía control sobre lo que debería hacer con su vida. ¿Escapar y luego? ¿Qué le quedaba? Realmente no había nada y la Hyūga, presencia que él podía tolerar, ayudaba a calmar ese dolor, aunque solo fuera un poco.
Ya ni siquiera pensaba en sus excompañeros. No le importaban, porque estaba atrapado aquí, atrapado en un lugar que odiaba, así que ¿a quién le importaba lo que estaban haciendo ellos?
Las "visitas" de Naruto empeoraban las cosas. Odiaba, en realidad odiaba al rubio idiota y cada vez que venía a visitarlo, Sasuke necesitaba de todo su autocontrol para no arremeter contra su excompañero, para no gritarle y desgarrarlo y matarlo...
El sonido de una puerta corrediza y suaves pies sobre el tatami lo sacaron de uno de sus muchos ataques psicóticos. Oyó un ruido metálico en la cocina y supo que ella estaba preparando el almuerzo. En lugar de sentarse en silencio como siempre hacía, se levantó y se dirigió a la cocina, sorprendiendo a Hinata.
—Quiero onigiri —Dioses, sonaba como un niño.
Un rubor cruzó las mejillas de Hinata y le dio una temblorosa, pero sincera sonrisa.
—E-está bien.
En lugar de irse como Hinata pensó que haría, Sasuke se quedó. Se apoyó en la entrada de la cocina, mirándola. Solo podía ver su espalda y sus brazos mientras los movía para hacer su almuerzo, pero algo se sentía diferente. No estaba en su habitación, la cual estaba empezando a odiar, no había soledad.
El silencio había sido incómodo hasta que Hinata se relajó, sus hombros se aflojaron. Después de un rato, ella rompió el silencio con una pequeña melodía que comenzó a tararear. Sonaba… Maravilloso. Era sonido, era algo. Cuando ella comenzó a reír, nada a su alrededor, él aprovechó esa oportunidad para hablar.
—¿Que es tan gracioso? —afortunadamente, no sonó irritado.
Hinata lo miró por encima del hombro y luego se volvió.
—Um, nada —cuando ella rio de nuevo, Sasuke se encontró dando un paso más cerca.
—No suena como "nada".
—No puedo —ella se rio de nuevo y negó con la cabeza, principalmente para sí misma. Ahora Sasuke tenía curiosidad. Su mente estaba ocupada con algo además que sus pensamientos de mal humor, así que dio unos pasos más hacia adelante.
—¿No puedes qué?
—Te lo mostraré. Yo, um... Es una tontería.
—Quiero ver.
Sasuke ignoró sus balbuceos y protestas y cerró la distancia entre ellos. De hecho, podía sentir la tela de su chaqueta, estaban tan cerca. El Uchiha miró por encima del hombro a pesar de que ella dio una suave protesta y trató de apartarlo.
Silencio.
—¿Qué diablos es eso? —retrocedió, frunciendo el ceño.
Era horriblemente deforme… Algo de arroz… Con ojitos pequeños como perlas, cabello de algas y un peinado similar al suyo y había una línea enojada donde se suponía que debía estar la boca.
Hinata se sonrojó horriblemente, luciendo avergonzada.
—Yo… Te dije que era una tontería… Este no salió tan bien así que solo estaba jugando y… Esto.
—¿"Esto" es una horrible bola de arroz que se parece a mí?
Hinata agachó la cabeza y le dio una mirada de disculpa.
—Lo siento... Solo estaba... Fue solo por diversión...
Sasuke admitiría más tarde que lo que hizo a continuación fue solo porque se había estado sintiendo mal. Que era por la claustrofobia. Que se estaba volviendo un poco loco. Se acercó, esta vez rozando la espalda de Hinata, lo que le valió un suave jadeo y un fuerte rubor y agarró la deforme bola de arroz.
—Sólo termina de hacer el almuerzo —murmuró y se alejó, comiendo lo... Que ella acababa de hacer. Al menos sabía mejor de lo que parecía.
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Las cosas mejoraron un poco después de eso. Sasuke no lo hacía a menudo, pero la acompañaba mientras cocinaba o limpiaba y simplemente la miraba. A veces lo hacía solo porque le gustaba verla retorcerse, o entablaba una conversación ligera con ella. Después de unos días, ella también comenzó hablarle cuando él no estaba de humor para comenzar las charlas.
No es como si fueran amigos; la mayoría de las cosas de las que hablaban eran impersonales y aburridas. Normalmente habría encontrado aburridas las conversaciones, pero ahora estaba atrapado en una "caja" y no había mucho que hacer en la casa. Eso derribó uno de los muchos muros entre ellos. Sasuke descubrió que estaba de mejor estado de ánimo ahora que no estaba tan inactivo.
Un día alguien vino a darle un paquete a Hinata. Solo notó que era otro Hyūga antes de que Hinata cerrara la puerta y comenzara a caminar hacia su habitación.
—¿Qué es eso?
Le costó mucho no sonreír cuando ella casi saltó fuera de su piel por la sorpresa. Dándose la vuelta, le dio una sonrisa nerviosa.
—Um, e-es mi kimono... Para el festival de mañana.
Él le dio una mirada que claramente mostraba que no sabía de qué estaba hablando hasta que recordó cuando el mes pasado Ino le preguntó si quería acompañarla. Lo había olvidado por completo.
—¿Cuándo nos vamos a ir?
—Um, por la tarde. Le prometí a Ino que les haría algo para que pudieran comer juntos.
El Uchiha puso los ojos en blanco.
—¿Por qué no puede hacerlo ella? ¿Qué eres, su sirvienta personal?
Los pálidos ojos se agrandaron y Sasuke inmediatamente se arrepintió de sus palabras. Maldita sea, realmente su capacidad de relacionarse con otras personas estaba fallando y eso no sería bueno para mantener su "plan".
—N-no, no es así… —la voz de Hinata era suave.
Sasuke se pasó una mano por el cabello.
—Lo sé —hizo una pausa—. Perdón.
Por un momento, Hinata no dijo nada, simplemente lo miró fijamente. Luego sonrió mientras negaba con la cabeza.
—Está bien. Estas confinado en este lugar y no puedes interactuar mucho con la gente. Yo... Yo también estaría un poco malhumorado si estuviera en tu situación.
—Obviamente no. Estás aquí conmigo y pareces estar bien.
El silencio llenó la habitación y la mirada de Hinata se desvió hacia el suelo. Se quedó allí, sintiéndose como un idiota, preguntándose cómo demonios seguía diciendo y haciendo todo mal. Siempre que Sasuke se proponía algo, se destacaba en ello. El hecho de que ni siquiera pudiera fingir ser amable, lo irritaba. No le gustaba cómo no estaba actuando según el plan, cómo la estaba cagando. "Uchiha" y "fracaso" no pertenecían a la misma oración.
—¿Sasuke-san? —cuando su mirada se posó en ella, Hinata miró hacia otro lado y hacia abajo, agarrando con más fuerza su paquete—. He... He tenido la intención de decirte algo —él no respondió, así que ella continuó—. Ese... Día. El primer día en el hospital. Lo he repasado en mi cabeza muchas veces y me di cuenta de que lo que dije e hice... Estuvo mal de mi parte. Para ser honesta, si hubiera sido yo, no sé lo que hubiera hecho. No puedo... Ni siquiera puedo comprender por lo que has pasado, el dolor que sentiste y sientes ahora. L-lo que dije sobre Itachi-san también estuvo mal. A-aunque todavía no creo en eso de herir inocentes. Pero yo... No estaba allí. No fui yo... Así que no tenía derecho a decir esas cosas. A pesar de que estaba... Estaba enojada... No estuvo bien. Lo siento mucho.
Cuando ella hizo una profunda reverencia, él simplemente continuó mirándola. Su rostro estaba en blanco, su mente corría a toda velocidad. Oh, sí, recordaba ese día, pero no esperaba esto. Que ella regresara y se disculpara, lo hizo sentir un poco bien. Una pequeña y mezquina parte de él quería burlarse de ella e ignorar sus esfuerzos.
—Eso… No te preocupes por eso —se escuchó decir—. Está hecho. Ya no estoy enojado —las palabras salieron entrecortadas, sobre todo porque rápidamente se sintió irritado por el hecho de que había dicho la verdad—. Ve a probarte tu kimono.
—Correcto —dándose la vuelta, le lanzó una mirada cautelosa por encima del hombro. Luego se volteó y volvió a inclinarse—. Yo... Realmente lo siento.
Sasuke luchó contra el impulso de suspirar en voz alta.
—Solo ve.
Más tarde ese día, Sasuke recibió un paquete, cortesía del Hokage. Cuando Hinata le trajo la caja, él le hizo un gesto para que se quedara un poco, sobre todo porque quería pasarle la basura cuando terminara. Y abrió la caja. Levantó el abrigo naranja, ridículamente llamativo, con llamas blancas y todo el conjunto que lo acompañaba. Sus ojos se entrecerraron hacia Hinata cuando ella jadeó y se tapó la boca con las manos.
—No es gracioso. Lo voy a matar. Lentamente—él tampoco estaba bromeando. ¿Qué demonios había estado pensando Naruto cuando le envió esta… Esta cosa? ¿Fue una especie de broma? No, Naruto tenía un gusto horrible para la moda, por lo que probablemente pensó que esto "se vería genial" en él.
Él la miró con el ceño fruncido cuando sus hombros comenzaron a temblar. Aún tenía las manos sobre la boca y estaba tratando de ocultar su sonrojado rostro.
—No voy a usar esto. Antes preferiría morir.
Negando con la cabeza, Hinata se acercó a su armario y abrió la puerta. No tenía mucha ropa, pero allí había un sencillo kimono azul oscuro y un happi marrón oscuro. Incluso había zapatos.
—E-ellos pusieron esto aquí antes de que vinieras. Um, por si acaso —explicó—. Así que no tienes que ponerte... Eso si no quieres.
«—Y querías salir con ese perdedor.»
—Bien. Quemaré esto. Luego le enviaré las cenizas —a pesar de su tono tranquilo, y si ignorabas la mirada de muerte que le envió a Hinata, estaba muy enojado. Con solo ver ese kimono, le dolían los ojos y la necesidad de romper algo o de lastimar a alguien aumentaban.
Ella estalló en un ataque de risa ante su declaración, lo que le valió otra mirada asesina.
—Y si estás imaginándome usando esta atrocidad, me aseguraré de que te arrepientas —ella continuó riendo y él lo ignoró, o más bien, secretamente solo quería escucharla.
Desde que ella se había reído y sonreído frente a Lee, él se había encontrado deseando egoístamente que hiciera eso a su alrededor. Era un deseo infantil, o tal vez una posible señal de su creciente locura, pero esto era algo que negaría incluso bajo pena de muerte. De hecho, lo estaba negando ahora mismo, porque tratar de pensar demasiado en por qué quería algo tan ridículo, no era saludable.
—Sasuke-san, ¿te… Te importaría si tomo eso?
Contempló brevemente arrojárselo, pero rápidamente se dio cuenta de que sería una mala idea. En cambio, cerró la caja que contenía el ofensivo atuendo y se la dio.
—Sácalo de mi vista —exigió y ella rápidamente tomó la caja y salió de la habitación, tratando de reprimir sus risitas.
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Debido a que este era el primero de muchos festivales del año, tuvo una de las mayores participaciones. Eso molestaba mucho a Sasuke, a quien no le gustaban las multitudes, pero también parecía hacer que Hinata estuviera más cautelosa. Tenía sentido; ella era una persona muy solitaria, siempre tratando de mantener una respetuosa distancia con todos. Ella no lo abrazaba, ni trataba de tocarlo. Estar en una multitud donde no podía evitar el contacto cercano era probablemente lo que la tenía nerviosa.
Lo único que Sasuke notó cuando llegaron al lugar de reunión que Ino había establecido fue que lo estaban observando. No era el mismo tipo de miradas de le daban los ANBU mientras merodeaban por su casa y lo vigilaban. No era como la de los otros shinobi de Konoha o incluso la de los civiles cautelosos. Esta mirada tenía intención asesina y recordaba haberla sentido antes, cuando Hinata lo había arrastrado para ver a Ino hace más de un mes.
No le dijo a Hinata, no quería llamar la atención, además no quería que supieran que él sabía sobre eso y también porque Hinata también podía saberlo. No creía que ella fuera tan hábil, pero la había subestimado antes y sabía lo buena que era en usando esa línea sucesoria que tenía.
Los tambores sonaban de fondo junto al suave chirrido de los instrumentos de viento. Los dos caminaron uno al lado del otro y Sasuke la miró brevemente. Su kimono era de un azul claro y tenía un diseño floral, su obi era de color amarillo pálido.
Su oscuro y largo cabello estaba recogido a un lado, sujeto con una horquilla. Hinata no llevaba maquillaje, pero no lo necesitaba. Con su piel pálida y su rubor natural, estaba bien. Incluso se permitió admitir que la encontraba bonita. La idea era desconcertante, pero no se sentía tan mal como pensaba.
«—Debería molestarme. Debería molestarme mucho.»
De hecho, estaban esperando a que apareciera Ino, apartados de la multitud. Todavía era de día y Sasuke solo podía asumir que Ino había querido que Hinata trajera un almuerzo para que todos pudieran "sentarse y compartir". Mientras sus ojos escudriñaban a la multitud, tratando de encontrar la fuente de esa mirada asesina, sus manos se deslizaron debajo de sus mangas para asegurarse de que los dos kunai que le había robado a Hinata estuvieran allí. Si ella había notado que faltaban, todavía no había dicho nada y él no se lo iba a decir tampoco. Estaban allí para su tranquilidad; salir sin ningún tipo de arma era algo que simplemente no podía hacer.
Hinata también estaba armada; pudo notarlo cuando la miro de cerca. Probablemente solo llevaba unos pocos kunai, pero estaba impresionado de que ella realmente pensara en eso. Si hubiera sido una de sus tontas fanáticas, habrían estado tan atrapadas en su "cita" con él, que hubieran olvidado por completo de los conceptos básicos del entrenamiento ninja y habrían dejado sus armas atrás.
—¡Hinata-chan! ¡Sasuke-kun!
Ino se agarró a su brazo y tuvo que resistir el impulso de apartarla de forma violenta. Hinata dio un paso adelante, tenía los almuerzos en sus manos.
—Ino-san, es bueno verte —saludó la Hyūga antes de darle a Ino una sonrisa—. Um, nunca dijiste a qué lugar iríamos para comer...
—No te preocupes, por aquí esta perfecto —Ino lo miró—. Estoy muy contenta de que hayas venido, Sasuke-kun. Una parte de mí pensaba que cambiarías de opinión.
Sasuke miró a Ino, observando su rostro maquillado, su cabello rubio recogido en un estilo similar al de Hinata, y el kimono verde claro que usaba. Si era honesto consigo mismo, Ino en realidad no se veía mal, pero ella no parecía tener la gracia, sutilidad y fluidez que poseía Hinata. La diferencia era que Ino lucía como si solo estuviera vistiendo un kimono, en cambio, Hinata lucía como si estuviera hecha para usar kimonos.
—Dije que venía, así que aquí estoy —Sasuke dijo finalmente. Ino se acurrucó más cerca de él y comenzó a liderar el camino, que en realidad no estaba demasiado lejos. El área estaba a las afueras del festival, un claro con algunos árboles cerca y un lago.
Hinata puso una manta en el piso para que todos se sentaran y comenzó a desenvolver los almuerzos. Ino estaba tratando de fusionarse con él, estaba demasiado cerca. Nunca le había gustado que las chicas se aferraran a él y los años no habían cambiado eso. A Sasuke le estaba costando mucho no decir nada ni apartar a la rubia; necesitaba tolerar su presencia y ser un "buen chico" esta noche, eso aumentaría enormemente la estima de ambas mujeres por él.
La sensación de ser observado no era tan intensa al aire libre, por lo que Sasuke creía que quienquiera que fuera, quería atacarlo entre la multitud. Era más fácil huir de esa manera. El festival sería el lugar perfecto para intentar matarlo desde la distancia y Sasuke no tenía ninguna duda de que esa era la intención de esa persona. ¿Sería un asesino? ¿Algún individuo descontento en busca de venganza? Independientemente de quien fuese, él estaba listo.
Cómo se las arregló Ino para comer y aún mantenerse bien agarrada a él, fue algo que no entendió del todo. La Yamanaka era la que hablaba todo el tiempo, mientras que Hinata intervenía de vez en cuando. Sasuke dijo muy poco y realmente ni siquiera estaba prestando mucha atención a la conversación.
A ninguna de las mujeres pareció importarle su silencio y el almuerzo pasó sin incidentes. Ino dejó que Hinata limpiara, pero luego insistió en que le diera la manta y los bentos para poder guardarlos en su tienda. Hinata protesto levemente, pero fue ignorada por Ino y luego el Uchiha se encontró caminando con las dos mujeres por las decoradas calles de Konoha.
Interiormente, odiaba esto. Odiaba a esta gente, odiaba la aldea. Ino continuaba parloteando y a veces, lo arrastraba a los puestos para comer un bocadillo o jugar un juego. Ino había logrado arrastrar a Hinata uno o dos juegos y no gano ninguno.
—Maldita sea, de todos modos, estos tipos hacen trampa. Y qué pasa con la regla de que no puedes usar tus habilidades ninja, ¿eh? —Ino protestó cuando Hinata, que había estado jugando a adquirir un pez, había perdido sus cinco intentos.
La Hyūga le dio a Ino una pequeña sonrisa nerviosa.
—Está bien Ino-san, el dinero les ayuda, esa es una de las cosas buenas del festival.
Ino no se disuadiría tan fácilmente.
—Sí, pero eso no significa que deban aprovecharse de nosotras, unas pobres chicas indefensas.
Sasuke trató de no burlarse de ella por el comentario. Hinata solo sonrió y continuó siguiendo a Ino mientras ella arrastraba a su "cita". En momentos como este, su personalidad pasiva tendía a irritarlo. Parecía como si permitiera que la gente se saliera con la suya sin siquiera intentar luchar. Un buen ejemplo de eso fue el almuerzo, algo que Ino podría haber hecho ella misma, pero, básicamente, hizo que lo preparara la chaperona de la cita. Hinata no solo cocino, sino que lo hizo con una sonrisa en el rostro.
Sabía lo que realmente le molestaba de ella, era el hecho de que parecía tener una personalidad casi perfecta. En lo que respecta a la envidia, la ira, los celos, el egoísmo, el odio; era como si ella fuese incapaz de tener esos sentimientos. La gente como ella no existía, o más bien no debería existir y le cabreaba que nada negativo tuviera un efecto real en ella.
—Oh wow, mira eso —la voz sin aliento de Ino interrumpió sus pensamientos—. Es tan hermoso.
Las dos chicas estaban frente a un puesto que tenía figurillas de cristal y joyas. El artículo "hermoso" del que Ino estaba hablando era una rosa de cristal con detalles llamativos. La rosa en sí misma era de color rojo intenso y las hojas eran verdes, pero el tallo estaba sin pintar.
—Ah, veo que le has dado un vistazo a nuestro mejor artículo —le dijo el vendedor, un anciano—. Es único en su clase; no lo encontrarás en otros lugares, ya que fue hecho a mano. Si juegas al juego de la botella en el stand adyacente y ganas, puede obtener un cupón que hará que su costo sea considerablemente más bajo.
¿Los dos puestos estaban unidos? Por supuesto. Ambas mujeres parecían cautivadas por la majestuosa rosa y Sasuke estaba tratando de no poner los ojos en blanco. En ciertas cosas, todas las mujeres eran irremediablemente predecibles.
Ino comenzó a tratar de negociar con el vendedor, pero Hinata dio un paso atrás y se movió hacia el otro extremo para mirar los otros artículos.
Entonces lo sintió. En el momento en que la atención de Hinata pareció estar en otra parte, la mirada asesina se hizo más fuerte, más cercana. Sasuke comenzó a escudriñar la multitud y los edificios, no podía ver nada fuera de lugar. Metió las manos en las mangas y agarró un kunai, pero no los reveló. ¿Dónde se escondería ese bastardo?
De repente, Hinata apareció justo frente a él, con su Byakugan activado y un kunai listo para protegerlo. También en ese momento supo que el asesino estaba atacando.
«—Si no haces algo, ella morirá.»
Lo que terminó haciendo desafió toda lógica en su mente. Agarró a Hinata y tiró de ella directamente contra de su cuerpo, con su otro brazo bloqueo el kunai que había sido disparado con asombrosa precisión hacia su corazón. Estallaron gritos de sobresalto y los civiles comenzaron a dispersarse.
Sasuke ignoró todo eso y con Hinata todavía contra él, sacó el kunai de su antebrazo. La Hyūga se giró para mirarlo y jadeó cuando se dio cuenta de que sus ojos negros en realidad estaban rojos.
Sintió un dolor insoportable al activar el Sharingan y milagrosamente pudo resistirlo por un buen tiempo.
—Idiota —él murmuró justo cuando sintió que su visión se volvía borrosa y la oscuridad lo reclamaba.
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Fin capítulo seis
Notas: ¡Ya estoy de vuelta! Ahora pasando el hype… ¡Hola! ¿Cómo han estado? Por mi parte, estoy bien descansada, porque aja, me hacia falta un descanso de los fics. Pero ahora ya estoy totalmente recargada de energía y ganas de continuar con mis publicaciones. Espero que este capitulo de regreso sea del agrado de todos.
También quería recomendarles una pagina de Facebook que se llama "SasuHina Nos Plagio", es una pagina SasuHina en la cual abunda el humor, sus memes son arte puro y siempre que necesito que me suban el ánimo, la visito para su dosis de carcajadas. Además, comparten fanarts que están bellísimos, gracias a la pagina he descubierto a un montón de artistas. Así que, visítenla.
Cuídense mucho, mil besos y nos estamos leyendo.
Naoko Ichigo
