Disclaimer: Los personajes de Naruto no son míos, son propiedad de Kishimoto. La historia tampoco me pertenece, es de Catriana y fue beteada por geekgir7.
xxx
Cuando Sasuke finalmente abrió los ojos, se encontró una vez más mirando el familiar techo blanco. Sentía la cabeza como si alguien le hubiera sacado el cerebro y lo hubiera aporreado con un garrote. Tenía un pequeño dolor punzante en el antebrazo derecho, pero comparado con el de su cabeza, el de su extremidad era como un cosquilleo.
—Estás despierto —dijo una voz que él conocía y que había despreciado desde que se despertó en este lugar. Girando su cabeza hacia un lado, efectivamente, vio a Tsunade sentada en una de las sillas. Su expresión se veía severa, no burlona ni llena de odio como antes—. Le avisaré a Hinata, pero antes quería hablarte sobre el atentado contra tu vida.
—¿Quieres decir que no fuiste tú quien envió al asesino? —quería sonar sarcástico y burlón, pero las palabras salieron más serias de lo que había querido.
La ex Hokage le dio una leve sonrisa.
—Si fuera a matarte, lo haría yo misma, no contrataría a nadie —la sonrisa desapareció—. La persona que te atacó anoche no fue capturada, así que todavía está ahí afuera y ANBU lo está buscando, pero no tenemos pistas.
—¿Por qué tienes ANBU si ni siquiera pueden localizar a un patético asesino?
—Porque no pudieron localizarlo —continuó Tsunade como si no hubiera dicho nada—. Sospechamos que es porque este asesino podría ser un criminal de clase S, tal vez incluso un ninja renegado. No había absolutamente nada; eso solo lo hace un individuo extraordinariamente hábil. Estamos casi seguros de que esa persona fue contratada para matarte, lo que ayuda un poco a nuestros prospectos. Dado que fue contratado y es tan hábil, eso nos permite saber que la mente maestra es alguien con una riqueza considerable. Ya comenzamos a investigar posibles sospechosos.
El Uchiha dejó que todo se asentara lentamente.
—¿Por qué me dices esto? Después de todo, soy un prisionero.
—El hecho de que tu estado sea como es no significa que la gente pueda salirse con la suya. El Hokage te quiere vivo y saludable, lo que significa que debes entender la situación y con qué estás lidiando. Si encontramos más información, te la daremos —con eso, se puso de pie—. Puedes irte hoy, ya te di de alta.
Rígidamente, Tsunade se dirigió a la puerta. Justo antes de abrirla, volvió ligeramente la cabeza hacia él.
—Gracias por salvar a uno de mis ninjas. Podrías haber dejado que ella recibiera el golpe por ti y terminar sin un rasguño. Es bueno ver que no eres un completo bastardo.
Sasuke levantó su brazo vendado mientras Tsunade cerraba la puerta detrás de ella. Su expresión estaba en blanco.
«—¿Por qué hice eso?»
No habría perjudicado sus esfuerzos si no la hubiera salvado porque no hubiese sido su culpa. Ella ni siquiera le agradaba, sus creencias eran lo opuesto a las de él y eso le irritaba. No solo eso, había activado el Sharingan a pesar de que sabía lo que pasaría. Eso era ir más allá de lo que sentía que era un esfuerzo necesario.
Todo lo que podía recordar era la sensación de que ella iba a morir si él no hacía algo y su cuerpo simplemente reaccionó. Ningún pensamiento real había estado involucrado. Trató de pensar en las razones por las que habría querido salvarla y se quedó completamente en blanco. El cuerpo de uno no se mueve sin razón; algo tuvo que haber pensado como para activarlo.
No tuvo mucho tiempo para pensar en ello cuando la puerta se abrió de nuevo y Hinata entró con una flor blanca. Se sentó, no le gustaba estar acostado alrededor de los demás. Ella tenía notorias bolsas debajo de sus ojos y estos estaban ligeramente rojos, lo que significaba que no había dormido anoche. Sus ojos no estaban hinchados, así que no estaba seguro de si ella realmente había llorado o no.
—Um —su suave voz cortó el silencio—. S-solo el personal esencial puede entrar, así que... Ino-san quería que te diera esto.
«—¿Por qué salvé la vida de esta chica?»
—Hn —respondió; con la mirada sobre ella. Los ojos de Hinata estaban bajos, pero estaba seguro de que podía sentirlo.
Se acercó y colocó la flor en un pequeño jarrón junto a su cama. Sasuke continuó mirándola, sus ojos finalmente se dirigieron a su rostro.
—¿Por qué te ves como si realmente hubiera muerto? —la pregunta salió dura y contundente. Hinata permaneció de pie donde estaba, mirando la flor que acababa de colocar. Cuando ella no respondió, volvió a hablar—. Déjame adivinar, de alguna forma te sientes responsable de que yo esté aquí.
Y dio en el clavo. Todo su cuerpo se tensó y se veía… Bueno, no estaba exactamente seguro de poder explicar adecuadamente la expresión de ella.
El incómodo silencio continuó hasta que la paciencia de Sasuke se agotó.
—Si lo que esa vieja bruja me dijo antes es cierto, nunca hubieras podido detener ese kunai con tu nivel actual. El hecho de que lo hubieras sentido es asombroso.
—Yo… —sus manos comenzaron a hacer movimientos inquietos—. Se supone que debo protegerte y tú terminaste cuidándome. Yo... Yo no logré cumplir la tarea que me asignaron. Al final terminé siendo una carga.
Sasuke supuso que él también debería ver su presencia como una carga, especialmente considerando toda la mierda por la que pasó para protegerla, pero no la veía así. Ella había visto venir el ataque, incluso él tuvo que activar su línea sucesoria para reaccionar lo suficientemente rápido.
—Como sea. Ya sucedió, pero esa persona volverá. Si estás tan preocupada, intenta entrenar más duro para que la próxima vez estés mejor preparada. Probablemente pasará un tiempo antes de que ataque de nuevo, así que deja de lucir tan patética.
Su mirada se volvió abruptamente hacia él, con sorpresa. Hinata abrió la boca como para decir algo y luego cambió de opinión, volviendo su mirada hacia la flor. Ella sonrió con tristeza.
—Tienes razón. Yo sólo... Tengo que entrenar más duro para no fallar la próxima vez.
El Uchiha apartó la mirada de ella. Cuanto más la veía, más extraño comenzaba a sentirse. Era incómodo y algo que definitivamente no podía nombrar.
«—Algo está mal conmigo.»
—Me dijeron que podía irme en cualquier momento. Me gustaría salir de aquí ahora. Odio los hospitales —murmuró en voz baja.
—Oh... Um, ¿estás seguro de que te sientes bien? El sello maldito...
—Me sentiré mucho mejor cuando me largue de aquí —señaló, deslizando las mantas de su cuerpo. Satisfecho de estar todavía con su ropa, se levantó de la cama, estiró un poco las extremidades y comenzó a caminar hacia la puerta—. Vamos Hyūga.
OoOoOoOoOoOoOoOoOoO
No se volvió a hablar del incidente y con el paso de un mes no tuvo más noticias. El asesino se había ido y ANBU no tenía pistas. Típico.
Sasuke comenzó a evitar a Hinata, todavía estaba desconcertado por su extraña reacción hacia ella durante el festival. Su sola presencia lo ponía en desacuerdo consigo mismo, porque tenía muy pocas cosas positivas que decir sobre ella, pero seguía haciendo y sintiendo cosas extrañas. Cuando ella estaba cerca, él sentía que quería hacer o decir algo para obtener una reacción negativa de ella, como… ¿En serio no te enojas? O quería criticarla por cualquier razón. Al mismo tiempo, había algo más; como una sensación indescriptible que estaba desencadenando su hostilidad. Tratar de averiguarlo lo llevó a la frustración y por eso había dejado de intentarlo.
Durante el resto de la primavera, esa extraña sensación siguió creciendo. También lo puso más nervioso, hasta el punto de que ni siquiera entrenar con Lee ayudaba. Entendía que eso era contraproducente. La Hyūga era hasta ahora la única persona que había pasado tanto tiempo con él, su informe general sobre él era importante.
Si terminaba siendo negativo, su plan sería más difícil de ejecutar. Sasuke sabía eso, pero no parecía poder controlar las palabras que salían de su boca o sus acciones cuando trataba de interactuar con ella. Este escenario era algo con lo que no sabía cómo lidiar y saber que no estaba haciendo algo tan simple como ser amable con su "cuidadora", realmente lo estaba cabreando.
Una parte de él eventualmente comenzaba a comprender cuál era el sentimiento, pero era demasiado confuso y sin sentido. Realmente quería atribuirlo a su locura, todavía se sentía como si estuviera enloqueciendo, pero cuanto más se acercaba al final de la primavera, más se daba cuenta de que no podría culpar a eso para siempre.
El terror se apoderaba de él, un miedo serio. Se dio cuenta de que no quería que Hinata se fuera. Ella se había convertido en la única cosa constante en su vida y perder eso, perderla, era algo absolutamente aterrador. ¿Qué haría él? ¿Qué podía hacer? Estaba sellado, bajo arresto domiciliario y a quien enviaran a ocupar su lugar no podría llenar el vacío como ella.
La casa dejaría de oler a flores y su comida. Todo lo que ella hacia le recordaba los buenos momentos que había compartido con su familia y enfrentar la realidad de su partida había hecho que la pérdida fuera devastadora. Los incómodos silencios se habrían ido, lo más probable es que su régimen de entrenamiento seria restringido. Todo lo que tendría serían los libros y estaba empezando a quedarse sin nuevo material de lectura. Si Tsunade se salía con la suya, él nunca dejaría este lugar y ¿quién querría molestarse en acompañarlo? Naruto no podía hacer mucho y las visitas del rubio eran cada vez menores. Incluso si enviaban a Ino, no sería lo mismo. No, tenía que ser ella, tenía que ser Hinata.
Sasuke comenzaba a inquietarse. Dormía menos y sabía que poco a poco estaba empezando a ponerse histérico y fuera de control ante la situación que se avecinaba. A menudo se paseaba por su habitación como un animal enjaulado; sus pensamientos eran caóticos, aleatorios y carentes de sentido. La depresión lo golpeaba con fuerza y sabía que solo sería cuestión de tiempo para quebrarse.
Los pensamientos sobre su "plan" de escape volaron por la ventana debido al miedo irracional de perder la constante en su vida; todo lo que le importaba era que ella no se fuera. Finalmente, tuvo que admitir para sí mismo que si ella se iba; eventualmente se volvería loco. Nadie más lo había hecho sentir lo suficientemente cómodo como para quererlo cerca; nadie se había convertido en su ancla como Hinata. Estaba a salvo, con los pies en la tierra, siempre ahí. Necesitaba su presencia. Nada ni nadie importaba. No podía perderla.
«—Estoy... ¿Estoy enamorado de ella?»
No, eso era absurdo. No se trataba de romance, aunque su deseo de mantenerla cerca era emocional y no se basaba en la lógica. Se sentía así porque estaba desesperado y porque ella era la única que le traía algo parecido a la paz. Ni siquiera sabía qué era el amor, nunca antes había estado enamorado de una chica.
Ella estaba allí, simplemente su presencia lo calmaba; eso era todo. Él la necesitaba, la necesitaba porque todo en ella gritaba que pertenecía aquí con él y por eso no podía irse, tenía que quedarse. Nadie más lo haría; no Ino, no Sakura, no Lee, ninguno de ellos. La necesitaba, la necesitaba...
No fue hasta que estuvo de espaldas, con los ojos muy abiertos por la confusión, que se dio cuenta de que estaba gritando. Algo lo había dejado inmóvil y su chakra estalló enloquecido. En el aire había un leve olor a yeso y a lavanda. Sintió que su mente se separaba de su cuerpo. Por dentro, podía ver lo que estaba haciendo y sabía que debía detenerse, pero no podía. Parecía que el control estaba a su alcance, sin embargo, cuando lo intentaba obtener, nada pasaba. Cuando la neblina oscura comenzó a desvanecerse, se dio cuenta de que el olor a yeso provenía de los numerosos agujeros que ahora había en sus paredes.
«—Estoy teniendo un ataque de pánico.»
Ese fue su primer pensamiento racional, pero aun así su cuerpo seguía moviéndose, todavía se sentía fuera de control. Cuando trató de concentrarse en sí mismo, se sintió alarmado y adormecido al mismo tiempo. Ya no estaba de espaldas, en cambio, estaba inmovilizando a alguien en el suelo, un gruñido bajo emergió de su garganta. Vagamente, se dio cuenta de que era Hinata, quería hacer algo, pero no podía. Sus ojos blancos estaban muy abiertos con preocupación y un poco de miedo. Solo podía imaginar cómo debía verse.
La rabia comenzó a disminuir al verla, pero no se sintió más tranquilo; en todo caso, su presencia seguía agitándolo porque ella se iría. No tenía nada; sin vida, sin familia, sin hogar, sin amigos, sin camaradas... Nada. Fue entonces cuando se dio cuenta de la verdad, ella se había convertido en algo para él y estaba aterrorizado de perder eso.
No tenía "nada".
Tenía a Hinata.
—No me dejes.
Su respiración era irregular y su corazón se sentía desbocado. Sasuke se sintió mareado y todavía no estaba completamente en control de sus sentimientos y emociones. La confusión lo llenaba; ¿qué estaba pasando? ¿Por qué estaba esta chica en el suelo? ¿Quién era él? Espera… Él era Uchiha Sasuke, estaba en Konoha y estaba teniendo un ataque de pánico debido al encierro y solo los dioses sabían todas las otras razones. Siguió pensando eso, pero era como si hubiera dos mitades de él; una lógica y otra que estaba terriblemente confundida y desorientada.
Ella jadeó y una pequeña parte de él supo que había dicho esas palabras en voz alta. Había estado pensando en ello, ¿no? No lo sabía, se sentía tan confuso y sofocado. Le dolía el pecho, no podía respirar, se sentía como si todo se estuviera cerrando sobre él. ¡ella no podía irse! Estaba tan cansado de estar solo, de que la gente lo dejara. Su madre, su padre, Itachi, su clan. Estaba tan solo, tan cansado, tan solitario...
El aroma de las flores llenó sus sentidos y comprendió que ya no estaba sentado, sino que yacía encima de ella, con el rostro enterrado en el cuello femenino. Pensar le era imposible, así que se conformó con solo intentar respirar, no analizar en cómo una densa oscuridad lo consumía todo.
La perspectiva de que ella se fuera era aparentemente su punto de ruptura, se estaba rompiendo. Durante un buen rato no pasó nada, los dos permanecieron así en el suelo y aunque no se sentía mejor, su respiración y latidos se fueron calmando. Finalmente tenía algo después de meses de nada, necesitaba ese algo. El necesitaba…
Un psiquiatra. Su mente lógica, que estaba muy, muy lentamente comenzando a abrirse camino entre la niebla, emergió. Era cierto, necesitaba hacer algo porque sabía que la única razón por la que se aferraba a ella con tanta fuerza era que Hinata era lo único con lo que se había conectado remotamente y eso era todo. No eran sentimientos de amor o adoración, podría haber sido cualquiera; ella solo era la persona que había elegido su subconsciente.
Eso no impidió que su boca dijera cosas locas, ni detuviera sus acciones, sobre las que honestamente no tenía ningún control real.
Cuando unos brazos se movieron a su alrededor, él levantó la cabeza, observando su apariencia. Él la miró fijamente durante mucho tiempo, observando su rostro enrojecido, los ojos rojos y las mejillas llenas de lágrimas. Ella no parecía herida...
—¿Por qué estás llorando? —hizo la pregunta con suavidad, inclinando la cabeza en evidente confusión. Con una mano empezó a enjugarle las lágrimas—. No llores, Hinata —luego frunció el ceño porque de repente no supo quién era esta chica y por qué estaba aquí. Espera, ¿dónde estaba? No se sentía bien.
Luego se puso de pie y se tambaleó hacia atrás, su equilibrio estaba fuera de control y hubiera caído si Hinata no lo hubiera agarrado del brazo y tirado tan fuerte como pudo; manteniéndolo estable. Cuando ella comenzó a guiarlo suavemente a la cama para que se sentara, él fue obedientemente, todavía demasiado fuera de si como para funcionar normalmente.
Su sonrisa era temblorosa y obviamente estaba muy nerviosa. Apresuradamente, se secó las lágrimas y se obligó a mirarlo a los ojos.
—Sasuke-san... ¿Estás bien ahora? ¿Cómo te sientes?
La respuesta del Uchiha fue mirarla sin comprender, incapaz de responder. Su mente estaba felizmente silenciosa por primera vez en años. Sin pensamientos caóticos, sin imágenes de su familia muerta, sin pensamientos sobre escapar de Konoha, ni nada. No se sentía como si apenas tuviera su cordura, no sentía nada.
Los ojos negros se posaron en su regazo donde Hinata sostenía su mano entre las de ella, con expresión suplicante. Ella parecía estar buscando algo, cosa que él no tenía ni idea, así que inclinó la cabeza, esperando.
Aun temblando, Hinata se arrodilló frente a él, mordiéndose el labio mientras él continuaba mirándola sin comprender.
—¿Q-quieres que me quede... Sasuke-san?
Las cejas oscuras se fruncieron levemente.
—Sí —cerró los ojos porque su cabeza se sentía extremadamente ligera y se estaba mareando. Todavía no estaba fuera de peligro—. Odio todo en este jodido pueblo —dijo con frialdad y se sintió irracionalmente enojado—. Odio estar aquí, odio tener que vivir encerrado, odio esta puta habitación, odio el hecho de saber que me estoy volviendo loco y no puedo hacer nada al respecto —se pasó una mano por el cabello y trató de controlar su respiración—. Estoy perdiendo el control... —estaba hablando más para sí mismo ahora—. En serio me estoy volviendo loco.
Sonaba un poco asustado porque lo estaba. Estaba sentado, viéndose a sí mismo perder por completo la cordura y no tenía forma de detenerlo o controlarlo. Sus acciones y palabras venían de su sentir; no había absolutamente ningún pensamiento racional.
Era como si estuviera borracho y sintiera la necesidad de revelar todos sus secretos. Bajó la cabeza, enredó las manos en su cabello y se quedó quieto.
—No puedes irte, Hinata, eres lo único que no me cabrea por completo. Ninguno de los bastardos que puedan traer en tu lugar hará nada por mí, no lo entenderán. Cuando te hayas ido… No puedo volver a hacerlo —él rio oscuramente—. Quiero salir de aquí, pero ¿a quién engaño? ¿A dónde iría? ¿Qué haría? ¿A quién recurriría? ¿Los demás? Ni siquiera sé si están vivos. No es que importe, porque no puedo irme, no con el sello, Hyūga, ANBU y quién sabe qué más. ¿Por qué me salvó? ¿Pensó que se convertirían en mis razones para continuar? Ni siquiera me conocen, ¿qué les hizo pensar que mágicamente me conectaría con ellos? No tengo nada que me retenga aquí; nada —algo cálido agarró sus manos y él parpadeó, mirándola mientras ella se mantenía firme. Estaba temblando. La miró aturdido como si la viera por primera vez.
«—No me dejes. Estoy cansado de estar solo.»
Con su rostro todavía desprovisto de emoción, deslizó una mano para tocarle la mejilla. Parecía un poco sorprendida, pero sobre todo sus ojos estaban llenos de tristeza y seguía llorando.
—Tu presencia... Es todo lo que tengo —inclinó la cabeza y finalmente hizo lo que había deseado en secreto durante meses, pero lo había estado negando. Honestamente, no recordaría lo que sucedería después de que sus labios se deslizaron sobre los de ella en un beso lleno de dolor y tristeza.
OoOoOoOoOoOoOoOoOoO
—La quiero fuera de la misión de inmediato —Tsunade arrojaba sobre el escritorio del Hokage la carpeta que contenía el informe más reciente de Hinata sobre el Uchiha—. Naruto, ¿entiendes lo que está pasando? Hinata bien podría estar en peligro y ahora está pidiendo otra maldita extensión. Me niego a respaldarla esta vez.
La frustración se apoderó del rubio cuando acercó la carpeta y la abrió, repasando las palabras que ya había leído una y otra vez hasta que creyó que los ojos le sangrarían. Naruto sintió que su irritación aumentaba porque mucho de esto podría haberse evitado, sin embargo, al mismo tiempo, sus manos estaban atadas.
El encierro de Sasuke era grave; estaba prácticamente en aislamiento. Había salido dos veces en un período de casi diez meses y debido a que alguien había intentado matarlo, el Consejo había querido mantener al Uchiha bajo llave hasta que encontraran a la persona o al que lo había contratado. Naruto, en ese momento, había estado de acuerdo.
Ahora estaba empezando a pensar que esa había sido una idea terrible. Creía que las sesiones de entrenamiento con Lee iban a ayudar, pero aparentemente, el efecto positivo no fue suficientemente poderoso. Con Hinata, había esperado que tal vez Sasuke se abriera, ya que parecía no importarle que ella estuviera cerca. En la mente de Naruto, si Sasuke tuviera a una persona en Konoha a la que pudiera llamar amigo, entonces eso aumentaría las posibilidades… Pero le había salido el tiro por la culata.
—Debería haberlo visitado más —murmuró, llenándose de culpa. Si se hubiera esforzado un poco más, tal vez llevar a Sasuke al exterior, las cosas hubieran sido diferentes. El solo hecho de mantener al chico encerrado, con la esperanza de que mejorara o eventualmente aceptara las cosas, con esa decisión lo había condenado a la locura.
Según el informe, mostraba signos de claustrofobia, había tenido un grave ataque de pánico, había experimentado un ataque de delirio y confusión; sin saber quién era ni dónde estaba. Kakashi le había advertido que eso sucedería, que alguien como Sasuke necesitaba estar activo y hacer cosas, pero ¿qué elección tuvo? Después de todo lo que pasó para traer a su amigo de vuelta, no estaba dispuesto a perderlo por un asesino... Pero...
—¡Ese no es el punto! —la mano de Tsunade golpeando la mesa lo sacó bruscamente de su ensueño—. Ha desarrollado una seria dependencia emocional hacia Hinata y con su violento arrebato, no la quiero cerca de él. No tenemos idea de si es una amenaza o no —se puso de pie y se cruzó de brazos—. Necesita ir a la sala de psiquiatría. Podrán ocuparse de él, tienen medicamentos y...
—¡No está loco, abuela! —exclamó el Hokage, frunciendo el ceño—. Quiero decir, todos los informes mostraban que se estaba sintiendo cada vez más incómodo en esa casa; tanto Ino como Kakashi dijeron que necesitaba que le permitieran salir más, incluso si era solo para caminar por los terrenos de los Hyūga. Pero esos bastardos se negaron, diciendo que ya era suficiente con que permitieran que Sasuke viviera allí. Él solo... Necesita un descanso. Necesita poder salir y hacer cosas... —negó con la cabeza—. Creo que deberíamos devolverle algunas de sus habilidades, abuela. Sabe que está atascado y eso es probablemente lo que empeora las cosas. Encerrarlo en la sala de psiquiatría y drogarlo no es muy diferente de lo que le estamos haciendo ahora —. Soltó un gruñido de frustración y bruscamente se pasó las manos por el cabello—. ¡Maldita sea! —esta reunión estaba a punto de tornarse violenta. Con determinación miró a Tsunade—. Voy a concederle a Hinata su petición.
Para su crédito, ella no se salió del control. Sus ojos marrones se abrieron con total incredulidad y durante un largo minuto, no dijo ninguna palabra. Luego frunció el ceño; su expresión endureció.
—Sé que realmente quieres que el Uchiha acepte una vida aquí, chico, pero él no está enamorado de Hinata. Está confundido y cada vez más perturbado; ella ha sido la única cosa constantemente a su alrededor y él se aferró a eso. Es solo eso, Naruto —su tono era severo—. Eso no es amor, es dependencia y no es saludable. Deben separarse, especialmente si Hinata se confunde y piensa que el Uchiha habla en serio. Si eso sucede y comienza a desarrollar un vínculo romántico, todo se volverá un desastre. Él podría usarla para escapar. O ¿te olvidaste de que es la heredera del clan Hyūga y parte de la rama principal? Si alguien pudiera ayudarlo a escapar, sería ella.
«—Mierda.»
La parte desafortunada era que ella tenía razón. A pesar de que Naruto tenía la sensación de que Sasuke honestamente no intentaría irse, la amenaza era suficiente, Tsunade podría pasar por encima de él y tenía la sensación de que ella lo haría.
«—Pero si la convencían...»
Hinata había dicho que Sasuke afirmaba que no podría manejar su ausencia y Naruto le creía. Tsunade podía decir lo que quisiera, no conocía a Sasuke. Era tan obvio para él lo que estaba sucediendo y sabía que si Sakura estuviera aquí ella se sentiría de la misma forma y él se acercaría a ellos después de esto. Quizás incluso Kakashi; entendía a Sasuke mejor que ellos en ciertos aspectos, ya que solían ser tan parecidos.
Si Hinata hubiera sido la única mujer con quien Sasuke hubiera interactuado, Naruto seria más cauteloso y probablemente estaría de acuerdo con Tsunade, pero no era así. Un buen número de mujeres que lo habían cuidado durante un tiempo, incluso Ino, pero fue con Hinata con quien quería quedarse. El resto del viejo equipo siete entendía el significado de aquello.
—Él no la va a lastimar —Naruto estaba convencido de eso. Suspiró—. Lo siento, abuela, pero tampoco voy a ceder en esto. Hasta que el Consejo diga lo contrario, concedo la solicitud de Hinata y también le permitiré que Sasuke vaya a áreas seleccionadas en la aldea cuando quiera. Kakashi, Ino y Hinata piensan que todo lo que necesita es libertad para moverse y estoy de acuerdo con ellos —cerró el archivo.
—¡Naruto, esto no es un juego! —ahora estaba perdiendo los estribos—. ¡No puedes seguir permitiendo que tus sentimientos por el Uchiha empañen tu buen juicio y sentido común! Solo porque tienes toda esta fe en él…
—Abuela —se puso de pie, con su rostro inusualmente severo y serio—. No pasé años tratando de encontrar y traer a Sasuke de regreso solo para encerrarlo en una sala de psiquiatría y convertirlo en un vegetal. Puedes pelear conmigo si quieres, pero hasta que el propio Consejo me diga que no, yo le voy a dar a Sasuke la oportunidad que todos han querido darle sobre salir. Si no funciona… Si realmente se está volviendo loco y no hay forma de recuperarlo… Si eso no funciona, entonces puedes hacer lo que quieras, no te detendré, pero lo que ha estado sucediendo no está bien. Encerrarlo sin siquiera intentarlo está mal. Esto es mi culpa... No quiero que él sufra por mi error.
Las manos de Tsunade se cerraron en puños y él podía ver que le estaba costando no arremeter contra él.
—Naruto —dejó escapar un suspiro—. Si Hinata se lastima o incluso muere por esto…
—Renunciaré como Hokage —dijo el rubio con absoluta convicción—. Si Sasuke la lastima de alguna manera, me retiraré… Pero creo en lo que los demás están diciendo, confío en ellos, abuela —su expresión se llenó de dolor—. Nosotros... Se lo debemos —no quería pelear contra Tsunade, sería mucho más fácil si ella aceptara darle al menos una oportunidad—. Por favor, abuela... Solo una oportunidad. Sé que piensas que estoy cegado por mis sentimientos... —suspiró—. Pero tal vez tú también lo estas.
Abrió la boca para protestar, pero se arrepintió y una pequeña sonrisa irónica emergió. Ella se había mostrado reacia a cederle su puesto de Hokage a Naruto tan pronto, pero mirándolo ahora, estaba contenta de haberlo hecho. Tsunade odiaba admitirlo, pero si podía usar el argumento de que sus sentimientos por Sasuke estaban estropeando su juicio, él podría argumentar que su odio por el Uchiha estaba haciendo lo mismo. Entonces tendrían un compromiso. Eso fue muy diplomático de su parte y definitivamente no era algo que ella hubiera sido capaz de imaginar que él hiciera.
—Muy bien Uzumaki, jugaremos a tu manera —ella levantó dos dedos—. Pero quiero que la investigación sobre ese asesino sea una prioridad. Si es un hábil shinobi, Hinata no podrá proteger al Uchiha. Dos, quiero que la vigilancia a su alrededor aumente, especialmente cuando salga y solo como guinda del pastel, también quiero que tu personalmente registres cada salida que realice.
No pudo evitar suspirar, una enorme y cursi sonrisa apareció en el rostro del joven.
—¡Lo hare, abuela! Verás, todo va a salir bien, puedo sentirlo.
«—Espero que tengas razón, Naruto… De verdad.»
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Fin Capítulo Siete
Notas: ¡Hola! ¿cómo han estado? se supone que esto debería de haberlo subido hace unos días atrás, pero esta semana fue taaaan loca. Me sucedieron tantas tonterías que al final del día, estaba tan cansada que no tenía energía para dedicarle a los fics. A ratos siento que necesito unas pequeñas vacaciones de la escritura, pero luego me entran las ganas de avanzar con mis capítulos pendientes, creo que lo que me ha motivado para trabajar tan arduamente en mis fics es que este año por fin voy a ir terminando algunas historias. Pero… A la vez me da algo de miedo terminar las historias, ya que me pongo a pensar de si ya va siendo hora de retirarme.
Bueno, después de mi momento de divagación, me despido. Espero les guste el capítulo, estuvo bien intenso.
Naoko Ichigo
