Disclaimer: Los personajes de Naruto no son míos, son propiedad de Kishimoto. La historia tampoco me pertenece, es de Catriana.

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Estaba bastante seguro de que había perdido la maldita cordura.

Por el momento, realmente no podía molestarse en preocuparse por ello.

Se sentía tan bien como imaginó; ella tenía labios suaves y todas esas curvas. Esto era algo que solo había vivido en sus sueños y que, en su momento, había apodado como "las pesadillas". Cuando sus labios se deslizaron sobre los de ella y sus brazos la rodearon en un fuerte abrazo, inclinó la cabeza en un mejor ángulo, convenciéndola de que separara los labios para él.

Justo cuando ella lo hizo, sintió unas cálidas manos deslizarse por su pecho y no hubo forma de evitar el gemido que se le escapó, porque se sentía demasiado bien. Desafortunadamente, tenía que agradecer a Orochimaru el saber medianamente sobre intimidad. Se había negado a tener relaciones sexuales con cualquiera que se le hubiera presentado, pero en otras cosas había participado, ya que el sannin le había dado un entrenamiento más avanzado.

Hinata sabía a algo dulce que no podía precisar, pero en realidad eso no le importaba. Una de sus manos se deslizó por los sedosos y oscuros mechones, y se apretó más contra ella, deteniéndose solo cuando su espalda estuvo contra la pared. Claramente, ella no tenía experiencia, así que él la guio, un suspiro escapó de ambos cuando sus brazos se envolvieron alrededor de su cuello.

Debería haber notado que ella en realidad le estaba devolviendo el beso, pero no fue así. Para nada.

Se separaron, sin aliento, pero él no le dio un respiro antes de que su lengua profundizara en la dulce caverna de su boca una vez más. Se le escapó otro gemido cuando su agarre en ella se apretó, las lenguas danzaron y ella rápidamente aprendió el ritmo. La mano que había estado en la cabellera femenina se movió para pasar sus dedos suavemente por la mejilla y mandíbula de la chica. La mano de Hinata se movió por el espeso cabello del Uchiha, masajeando el cuero cabelludo. Sasuke se estremeció.

La deseaba tanto que no era ni remotamente divertido. Él la deseaba, tenía que tenerla, ella era suya y estaba cansado de luchar. Aun manteniéndola presionada contra la pared, sus manos comenzaron a moverse por su costado, por debajo de la chamarra. Llevaba puesta una camiseta de malla, por lo que él no podía sentir su piel, pero podía sentir su cuerpo. Había tenido razón, ella no era tan delgada como Sakura o Ino, pero eso estaba bien; ella tenía la figura de una mujer.

Tenía que tenerla ahora; ni siquiera era una opción. Esta vez, cuando se separaron, susurró su nombre, con los ojos oscuros entrecerrados mientras recorría los carnosos labios con la lengua. Ella jadeó, vacilante. Él comenzó a darle pequeños y lascivos besos, con su mano moviéndose hacia el largo cabello. No tenía idea de cuánto tiempo estuvieron así, pero cuando ella empujó hacia adelante para profundizar el beso, sintió que su ingle se crispaba y resistió el impulso de mecer las caderas contra ella.

En cambio, comenzó a moverse hacia atrás, sin soltarla. Cuando llegó a su lugar habitual en el suelo, una mano voló hacia su cintura, mientras que con la otra le desabrochaba lentamente la chamarra. Su respiración era irregular y puso sus labios sobre los de ella, rozándolos suavemente cuando finalmente movió su mano sobre uno de los senos de Hinata. Ambos gimieron suavemente cuando él apretó suavemente. Era perfecto. Todo en ella era perfecto. Su cuerpo encajaba con el suyo como si ella hubiera sido hecha para él y Sasuke estaba absolutamente enamorado de eso.

Reclamando sus labios de nuevo, tiró de ella mientras se sentaba en el suelo, posicionándola a horcajadas sobre él. Suavemente, le deslizó la chamarra por los hombros, sus manos le acariciaron suavemente la espalda y bajaron hasta las caderas femeninas. La acercó más, queriendo sentirla contra él. Se estremeció cuando sintió el calor contra la tensa tienda de campaña en sus pantalones. Se sentía tan bien... Sus manos tiraron nuevamente de las caderas y la empujó hacia arriba, necesitando la fricción y deseando sentirla.

Rompió el beso cuando su cabeza se movió hacia atrás; su agarre sobre ella se convirtió casi doloroso cuando arqueó la espalda.

—Oh, dioses... Hinata... —soltó un fuerte gemido, porque esta mierda se sentía tan bien, tan caliente, necesitaba más. El Uchiha nunca había tenido una reacción tan fuerte con nadie, ni siquiera cuando comenzó a tener pensamientos sexuales.

Cerró los ojos brevemente mientras se frotaba contra ella unas cuantas veces más; ni siquiera se sorprendería si terminaba ahora mismo. Su mano la agarró por detrás de la cabeza y tiró de ella hacia abajo, besándola con abandono, tragándose los jadeos de ella. Su otra mano estaba presionada en su espalda baja mientras continuaba empujando sus caderas hacia arriba, deseando poder enterrarse en ella.

Si el sexo era parecido a lo que estaba experimentando ahora, no estaba seguro de si sobreviviría. Escuchó un leve ruido de agradecimiento cuando comenzó a mover las manos por sus senos, aunque esta vez ella se sentía bastante agitada. Cuando Hinata comenzó a mover sus caderas en respuesta, el agarre que tenía en los largos cabellos de la Hyūga se apretó y él empujó con más fuerza, amando la sensación.

¿Por qué había luchado contra esto? Ahora que estaba en sus brazos, no podía entender por qué esto no había sucedido antes. Se sentía increíble, ella era increíble; ¿Por qué había sido tan inflexible al negarlo? Ahora que finalmente la tenía, no podía contenerse.

En su neblina de lujuria, no se había dado cuenta de que ella se estaba volviendo menos receptiva y que sus caricias se habían vuelto fugaces. No fue hasta que ella se apartó que él notó lo rojo que estaba su rostro y su agitada respiración.

Hinata se veía tan hermosa; besó los labios hinchados y ligeramente separados, los ojos perlados se oscurecieron por la excitación. Su pecho subía y bajaba de forma errática. Ella se balanceó en sus brazos.

—¿Hinata?

—Yo... Yo... —se le escapó un grito ahogado cuando esos ojos rodaron hacia la parte posterior de su cabeza y ella quedó inerte entre sus brazos.

—¡Hinata! —sus brazos se apretaron alrededor de ella mientras se acercaba para verla bien. Allí se dio cuenta de lo que acababa de suceder; ni siquiera podía creerlo.

Ella se había desmayado.

OoOoOoOoOoOoOoOoOoO

Estaba completamente oscuro cuando Hinata finalmente abrió los ojos y se encontró en una habitación vacía. Su habitación. Aun un poco mareada, se sentó lentamente, frunciendo el ceño mientras su mente trataba de ponerse al día con su cuerpo.

Cuando los recuerdos la golpearon con asombrosa claridad, su rostro se calentó y casi se desmayó de nuevo.

¿Eso realmente había sucedido? Realmente... ¿Se besaron? Estaba demasiado aturdida para procesar cualquier tipo de pensamiento racional, porque eso debería haber sido imposible.

Las manos de Sasuke se habían sentido cálidas, callosas y fuertes mientras se movían sobre su cuerpo y un pequeño escalofrío recorrió a la heredera al recordarlo. Sus besos habían sido... Bueno, ella prácticamente se había derretido en sus brazos después del primer beso y su cerebro se había tomado unas vacaciones.

¿Qué pasa conmigo?

Las palabras de Sasuke rebotaron en su cabeza, sus manos volaron sobre su boca ante los recuerdos.

¿Por qué eres la única chica que no me mira?

Ella se había sentido atónita ante la admisión y realmente se había quedado sin palabras cuando finalmente había estallado. Ahora se sentía en conflicto e insegura. Hinata estaba convencida de que su interés por ella era algo que él aborrecía porque estaba confundido y estresado por el encierro.

Ahora sabía que no era así. Incluso él no se había dado cuenta, pero sus sentimientos no eran malos, solo los había estado negado. Quería estar con ella y, a pesar de todas sus afirmaciones negativas, él quería que ella se quedara.

¿Cómo se suponía que debía sentiría al respecto? Hacía mucho tiempo, había estado perdida con respecto a Sasuke, lo entendía, pero no sabía nada de él. Ya había pasado un año desde su llegada y hasta ahora había pasado la mitad de ese tiempo con él en esta casa. A pesar de todo lo que había ocurrido, había una sensación de comodidad entre ellos. Nada abrumador, solo que nunca se habían sentido tensos o incómodos en la casa.

¿Por qué no me amas?

Ella sabía que él no estaba siendo engreído, por lo que en ese momento no habría pensado mucho en esas palabras. Él había sonado tan confundido y herido; dos emociones que nunca hubiera asociado a Sasuke. Quería que ella lo amara, lo que no tenía sentido porque él ni siquiera estaba enamorado de ella y lo sabía.

Eres la primera chica que me ha gustado, la primera chica con la que realmente quiero estar.

Con el rostro calentándose aún más, se puso las manos en las mejillas y miró hacia abajo con timidez. Esa no era la primera vez que le decía algo así. Había ocurrido durante el "incidente" unas semanas antes, cuando él le había dicho que había escuchado su conversación con Sakura. Sus acciones también la habían dejado confundida.

Con un suspiro, logró ponerse de pie y notó que él había tenido la decencia de volver a ponerle la chamarra. Con eso vino el recuerdo de cómo se la había quitado en primer lugar y trató de controlar su respiración.

Su comportamiento había sido... Impropio para alguien de su posición y si los demás se enteraban, probablemente obligarían a Naruto a sacarla de la misión. Ella había actuado de forma libidinosa, sus palabras y todo lo que sucedió entre ellos les había empañado el buen juicio y sentido común.

¿Cómo se sentía ella sobre esto? ¿Sobre él?

«—No puedo esconderme aquí para siempre.»

Ella tomó otro respiro para calmarse, sabiendo que necesitaba obtener respuestas, pero no deseaba otra confrontación. Armándose de valor, salió de su habitación.

Afuera la luna estaba lo suficientemente brillante como para que ella pudiera ver inmediatamente la silueta en la parte trasera de la casa. Mordiéndose el labio, se acercó lentamente, internamente se decía palabras de aliento. Su mano vaciló en la puerta antes de que finalmente la abriera.

Estaba de pie en la terraza, con la mirada fija en el cielo. El Uchiha no reconoció su presencia, lo que la puso muy nerviosa. Aunque ella podía leer a la gente, no había nada en su expresión que mostrara emoción.

Si ella tuviera que adivinar, probablemente, estaría arrepentido de lo que pasó y cuando finalmente le hablara, fingiría que eso nunca sucedió. Conteniendo un suspiro, se paró a su lado, a una distancia respetable, juntó las manos frente a ella y miró hacia el cielo nocturno. La luna estaba llena y era realmente hermosa.

«—Puedo hacer esto.»

—S... Sasuke-san... —comenzó, pero él la interrumpió.

—Me gustas.

Él no la miró cuando ella lo vio con sorpresa. Sasuke lucía completamente relajado, aunque ella estaba segura de que debía estar sintiendo todo lo contrario.

—Podría haber estado negándolo —continuó—, pero no soy estúpido. Después de que te desmayaste y me calmé, comencé a pensar en muchas cosas.

—O-oh... —su mirada se apartó de él y se sintió tímida. Luchó contra el deseo de poner las manos sobre su corazón, sabiendo que eso le revelaría demasiado. Esto siempre había estado flotando sobre ellos, los verdaderos sentimientos de Sasuke, pero había sido obvio que él no quería lidiar con ello.

Sabía desde el día en que la besó por primera vez, que él sentía algo por ella, le gustara o no. Hinata también había creído inicialmente que más un tipo de dependencia emocional. Sin embargo, después de hablar con Naruto, cuando le dio su informe, la idea había sido descartada. Él le había explicado que de todas las mujeres que había conocido, mujeres que lo deseaban, ella había sido con la que más había reaccionado y cuando finalmente había salido del confinamiento, esto había continuado.

Hinata nunca se había sentido tan aterrorizada en su vida como cuando entró en la habitación de Sasuke y lo vio destruyendo todo, con los ojos oscuros desenfocados y gritando. Después de eso, ella casi había exigido que se le permitiera salir y hacer cosas, los que intentaban asesinarlo ya habían sido condenados.

No me dejes.

Esas palabras fueron las que la hicieron pedir la extensión. Inicialmente, no tenía que ver con sus sentimientos por él, que sí existían y con los todavía estaban en conflicto. Todo lo que Sasuke tuvo que hacer fue preguntar. Él había querido que ella se quedara, así que se quedó.

Cuando se dio cuenta, él ya la estaba mirando sin emociones. Apenas pudo evitar saltar ante el escrutinio. Tal como estaba, su oscura mirada le recordaba a lo que sucedió antes y estaba segura de que ahora estaba tan roja como un tomate.

—Le mentiste a Sakura —su expresión era dura e inflexible; estaba buscando algo.

—Yo... —mordiéndose el labio, negó con la cabeza—. No mentí... Aunque debo admitir que no le dije todo. El por qué estoy aquí... Eso era cierto. Me necesitas aquí, así que me quedé. Pero… —su mano descansaba junto con su corazón—. Hu-hubo otras razones. Por un tiempo, después de la apuesta, creo que fue allí cuando comenzó.

Verlo así había sido devastador. Su primo había pasado tantas veces por la misma tortura y nunca fue algo fácil de ver. Neji nunca lo sabría, pero en las ocasiones en que lo castigaban, ella era la que lo cuidaba para que recuperara la salud. Ella pondría la cabeza del genio Hyūga en su regazo y haría las técnicas que los miembros de la rama secundaria le habían enseñado para ayudar con los dolores de cabeza. Si él hubiera estado consciente en ese momento, la habría rechazado, pero ella odiaba sentarse allí y no hacer nada.

Hinata no sabía por qué ese día había solicitado una extensión, solo sintió el impulso e hizo lo que su instinto le había estado diciendo. La noche en que se derrumbó, fue cuando finalmente se dio cuenta de cuáles eran sus sentimientos; pero eso hizo que todo fuera complicado y confuso, así que intentó ignorarlo. Él lo había estado haciendo, entonces, ¿por qué no hacerlo también?

—¿Qué empezó? —todavía la estaba mirando.

—Empezaste... A gustarme.

Él se tensó y abrió los ojos ligeramente. Separó los labios brevemente antes de volver la mirada hacia el cielo. Parecía estar asimilando sus palabras y después de un momento frunció el ceño.

—No actúas conmigo como lo hacías con Naruto cuando él te gustaba —sonaba más como una acusación que como una observación y recordó su anterior ataque de celos. Parecía un niño descontento, por lo que ella tuvo que darse la vuelta o él vería la pequeña sonrisa que emergió en sus labios.

—Um, eso es porque no eres Naruto-kun —su tono había sido ligero, pero aparentemente, de alguna manera lo había ofendido porque parecía enojado en lugar de pensativo.

—Sí —su voz era dura y plana—. Lo siento, nunca he sido exactamente una gran bola de luz —cuando ella realmente comenzó a reír, él la miró—. ¿Qué diablos fue tan divertido? —definitivamente sonaba irritado, aunque su rostro estaba un poco rojo por la vergüenza.

Llevándose una mano a la boca, lo miró sin dejar de reír.

—Estás celoso.

Una mirada de sorpresa adornó los rasgos del Uchiha y volvió la cabeza. Se cruzó de brazos.

No estoy celoso —él insistió y le lanzó una mirada de soslayo cuando ella continuó riendo.

Lo estaba, pero ella no iba a insistir.

—Lo que quiero decir es que no me pueden gustar ustedes dos de la misma forma, porque son personas diferentes con distintas personalidades. Yo... Creo que no quieres que sienta por ti lo que sentí por Naruto-kun.

—Lo que sea —soltó, esa solía ser su respuesta cuando no sabía que más decir o cuando no quería admitir que alguien tenía razón. Pero también significaba que había entendido y aceptado su explicación, lo cual era bueno, ¿verdad?

«—Oh... Espera, ¿en qué estoy pensando?»

—Hinata —su voz la sacó de sus pensamientos y ella captó su expresión. Era una mezcla de emociones que le decían que él no estaba seguro de... Probablemente, no estaba seguro de nada—. Todavía no entiendo nada de esto —frunció el ceño—. Estoy cansado de pelear.

Ella entendió el mensaje subyacente y asintió. Dejó muchas preguntas en el aire y las respuestas solo traerían un centenar más de dudas.

—Sasuke-san, ¿qué quieres? —porque eso era lo que realmente importaba.

—A ti —lo dijo sin vacilar, su mirada era intensa—. Eso es todo. Lo he repasado un millón de veces en mi cabeza y cada conclusión se remonta a lo que... A lo que te dije antes —se puso tenso, luciendo muy incómodo—. Tú perteneces aquí, a mi lado.

Le había costado mucho admitir eso, ella lo sabía. El silencio se prolongó mientras trataba de luchar con sus pensamientos y sentimientos. Era mucho para asimilar de una vez y todo lo que sabía era que él le gustaba, pero había estado tratando de no pensar en ello.

—Pero no es tan simple —la voz de Sasuke hizo eco de sus pensamientos—. Incluso si tú... Inclusive si nosotros... Tch. —sonaba frustrado—. Tu clan, Tsunade —dijo el nombre como si fuera algo vil— y todo el pueblo que estaría en contra.

La mención de su clan la hizo fruncir el ceño mientras recordaba sus reacciones al enterarse de la extensión de tiempo que pidió con el Uchiha.

—El clan... Algunos de los ancianos en realidad... Querían que, hiciera um... —comenzó a juntar los dedos— seducirte.

Sasuke la miró con sorpresa, apenas disimulada antes de fruncir el ceño.

—Debería haberlo sabido. Nuestros clanes estaban en la cima y eran hostiles entre sí. Tienes una hermana, así que sacrifican a la hija mayor para tener la oportunidad de finalmente tener a los Uchiha bajo su control.

—Sí —quedó horrorizada cuando se lo dijeron y, sorprendentemente, fue su padre quien se negó. Sus razones aún no estaban claras, pero ni alentó ni desanimó sus deseos de extender su tiempo con Sasuke—. Lo siento.

—¿Por qué? —le salió lacónicamente, pero sabía que no estaba dirigido a ella—. Si a tu clan no le importa y al Hokage no le importa... —se detuvo y ambos se movieron incómodos, evitando las miradas.

Si no les importaba, podrían estar juntos... Excepto que ninguno de los dos sabía si eso era lo que el otro quería y si lo era, ¿entonces qué? Seguía siendo un prisionero a menos que decidiera convertirse en un shinobi de Konoha y lo más probable es que no quisieran darle misiones. Tsunade estaba fuertemente en contra y el consejo de la aldea la respaldaba.

Tenía razón en que toda la aldea también estaba en contra. Ni siquiera quería contar la cantidad de personas que se le habían acercado para apelar sobre la decisión de Hinata, especialmente sus compañeros de equipo. Hinata había terminado diciendo innumerables veces que su decisión no había sido porque tuviera algún tipo de enamoramiento por el Uchiha... Lo cual era cierto... Al menos en ese momento lo fue.

Ahora eso no era del todo cierto.

Las dos más ruidosas habían sido Ino y Sakura, pero eso no había sido sorprendente, ya que ambas lo habían amado durante mucho tiempo. Sakura estaba algo amargada, o al menos eso era lo que Hinata estaba captando, e Ino la veía como una amenaza por la atención de Sasuke. Lo más extraño de todo era que la Hyūga estaba casi segura de que el afecto de Ino no era genuino. Había algo en la forma en que Ino actuaba y reaccionaba que la hacía sentir como si Ino solo estuviera tratando de aferrarse a algo. A qué cosa, no tenía idea, pero no estaba enamorada de Sasuke, en lo más mínimo.

¿Por qué no me amas?

El pensamiento la hizo fruncir el ceño porque honestamente no estaba segura de sí lo amaba o no. Solamente habían pasado seis meses juntos y aunque se sentían cómodos y ella no era infeliz aquí. Sabía un poco sobre él, pero en realidad no lo conocía.

—Sasuke-san —cuando se volvió para mirarla, ella se armó de valor una vez más—. Yo... No sé si te amo —su reacción fue únicamente parpadear, así que ella continuó—, pero yo... Me gustas. Es que... No te conozco.

Él se reclinó un poco ante la declaración, luciendo pensativo. Cuando él no dijo nada, ella decidió seguir adelante, a pesar de que realmente no sabía lo que estaba haciendo.

—Nada más he visto fragmentos de ti en estos últimos meses y todo lo demás, es lo que la gente me ha dicho sobre ti. Yo no... No quiero observar desde lejos —no más. Ella había hecho eso con Naruto y no quería volver a ser así. Aunque ya no le dolía, sabía que, si hubiera sido más asertiva o se hubiera esforzado más por salir de su caparazón, podría haber tenido una oportunidad con Naruto. Quizás.

—No hay mucho que contar —su voz sonaba cautelosa y ella negó con la cabeza.

—N-no sobre tu pasado... Quiero decir... —ella realmente deseaba ser mejor con las palabras—. ¿Qué te gusta? ¿Qué no te gusta? Um, ¿cuáles son tus pasatiempos…? Cosas sobre ti como persona, no de tu pasado. No... Eso no es algo sobre lo que te preguntaré.

Sasuke continuó mirándola por un momento antes de hablar.

—Me gustan los onigiri y los tomates. Detesto muchas cosas, especialmente los dulces. Mis pasatiempos son lo que hago todos los días; entrenar y caminar —él miró hacia otro lado—. Todo lo demás es cuestionable. Lo único que he podido determinar sobre lo que quiero hacer con mi vida es... —se interrumpió, pero ella lo entendió. Quería que ella fuera parte de su vida, pero, ¿era eso posible?

—Me sacarán de la misión si creen que la estoy comprometiendo —no era algo que tuviera que decir, ya que ambos lo sabían, pero decirlo en voz alta lo hacía real—. Pensarán que intentarás usarme para escapar.

Hubo una pausa.

—¿Piensas que te estoy utilizando?

—No —ella se aseguró de mirarlo a los ojos cuando lo dijo, sabiendo que él se sentía inseguro cuando se trataba de ella y sus sentimientos por él—. Nunca lo he considerado.

Su postura pareció relajarse un poco ante eso.

—Quería escapar —admitió—, todavía lo quiero —ella permaneció en silencio, ya que su tono implicaba que no había terminado—. Pero no puedo y no soy tan tonto como para intentarlo. Incluso si lo hiciera, ¿qué haría? ¿A dónde iría? Se acabó, todo, no me queda nada. Mi vida no tiene sentido.

—Sasuke...

—Todo vuelve a ti —él la interrumpió y ella hizo una mueca, mirando hacia otro lado ante la dureza de su tono—. Mi vida... Te has convertido en mi vida. Nada más tiene sentido y no sé si estar enojado o...

—L-lo siento —su pecho se sintió apretado y parpadeó para contener las lágrimas. Entonces era lo que ella había imaginado, le gustaba, pero no quería que ella le gustara. Había sido una tonta por pensar de manera diferente. Hinata no creyó las palabras de Sakura de que Sasuke no podía amar, eso era extremo e imposible. Las emociones no eran algo de lo que uno pudiera escapar, ni siquiera Sai podía.

Cuando notó su expresión, fue como si fuera a avanzar, vaciló y se volvió para entrar.

—Vamos, los árboles tienen ojos.

Confundida, lo siguió. No fue hasta que estuvieron en la sala de estar y lejos de cualquier puerta o ventana que él se movió, inmovilizándola contra la pared. Sus ojos se agrandaron cuando él presionó su cuerpo contra ella como lo había hecho antes, con los dedos le levantó la barbilla para que se miraran. Incluso en la oscuridad, sus ojos eran brillantes e intensos.

—Te lo dije, no quiero pelear más —su voz era baja como si temiera que alguien estuviera escuchando—. Te quiero —los labios rozaron los de ella ligeramente y con su mano ahuecó su mejilla—. Me perteneces; no podría soportarlo si te vas con otra persona.

—Ha-hablando de eso... —resistió el impulso de lamer sus labios cuando él estuvo a centímetros de los de ella—. No... No hay nadie…

Él resopló, inclinándose hacia atrás con alivio y decepción.

—Lo sé. Me di cuenta después de que me calmé —Sasuke frunció el ceño—. Tendré que hacer un trato con Naruto si voy a tenerte —ante su expresión de asombro, sus ojos se entrecerraron—. No voy a convertirme en un shinobi de esta aldea... Pero... No me voy a ir. No puedo —dijo esa última parte tan baja que ella casi no lo entendió, pero hizo que su corazón se acelerara.

Inclinándose hacia adelante, presionó sus frentes juntas, una sonrisa irónica jugando en sus labios.

—¿Me quieres, Hinata?

Le preguntó una vez más en voz baja y Hinata tuvo que esforzarse para escucharlo. Cuando comprendió lo que él dijo, su rostro se calentó, porque realmente entendió lo que él quería saber.

—Yo no... —su respiración era temblorosa—. P-por favor no... No hagas esto sino... Me refiero a…

—No lo entiendes, ¿verdad? —Sasuke se apartó para mirarla y su expresión era tan... Abierta. Casi parecía como si le suplicara que entendiera lo que no podía decir. Era la primera vez que hacía esto sin estar enojado o estresado.

¿No entiendes lo que significas para mí?

Era lo que él había querido preguntar y Hinata se encontró incapaz de mirarlo. Aunque de forma accidental, Sasuke había dejado en claro que ella era extremadamente importante para él. Era fácil olvidar que él tenía una dependencia emocional debido a su actitud.

Hinata estaba convencida de que Sakura estaba equivocada. Sasuke podía amar y sentir otras emociones, simplemente no las demostraba. Quizás ni siquiera sabía cómo hacerlo. Dijo que estaba cansado de luchar contra sus sentimientos y Sasuke parecía hacer las cosas de modo extremo. Lo daba todo, independientemente de la persona, y esa era probablemente la razón por la que iba a llegar tan lejos con esto.

Aun así, se sentía en conflicto. A ella le gustaba Sasuke, pero no estaba segura de sí, sus sentimientos eran tan intensos como los de él. Los sentimientos del Uchiha estaban impulsados principalmente por el hecho de que ella era la única constante en su vida, por lo que había un poco de obsesión allí. ¿Y si las cosas no terminaban bien? Eran completamente diferentes, ¿qué pasaría si realmente llegaran a conocerse solo para descubrir que no podían soportarse el uno al otro?

Aparentemente, tomó su silencio como un rechazo, ya que se apartó de ella, su postura y expresión se tornaron cautelosas. Por un momento, la confusión y la frustración fueron obvias, pero luego negó con la cabeza y le dio la espalda.

—Está bien —sus manos se cerraron en puños, se negó a mirarla—. No voy a presionarte —él comenzó a alejarse y ella entró en pánico, extendiendo la mano para agarrarlo de la manga.

—Sasuke, yo... —la estaba mirando de nuevo, pero ahora le ocultaba sus sentimientos—. Yo solo... Q-qué pasa si me conoces y decides que... ¿Me odias? ¿O qué no era lo que pensabas? Ha-hacer algo tan grande como esto…

—Ya intenté odiarte —la interrumpió—. No funcionó, así que dudo que alguna vez lo haga —sonrió—. Y estoy bastante seguro de que no hay mucho más que pueda aprender sobre ti, que me haría verte de manera diferente. No eres realmente una persona difícil de entender.

¿Se supone que debería sentirse ofendida por eso?

—B-bueno...

Suspirando, se volvió para mirarla completamente, luciendo exasperado.

—Mira, hagamos esto más simple, ¿quieres estar conmigo o no? Sé lo que quiero y ya lo dije, he reflexionado mucho esto. No tengo nada más que tiempo y no tengo una vida propia; de hecho, me estoy haciendo un favor al darte tiempo.

Se miraron y Hinata reflexionó sobre sus palabras. Él tenía buenos argumentos y ella sabía que él realmente odiaba vivir en esta casa. También podrían ser libres de ver a otras personas si quisieran.

—Solo hay una cosa —su mirada era severa—. Nadie más necesita saberlo. Si lo descubren, que así sea, pero cuanta más gente sepa, más supondrán que solamente estoy tratando de usarte o manipularte. Será una batalla constante y molesta y realmente quiero que me dejen en paz.

Eso no fue decepcionante, porque ella realmente no quería ir a chismorrear sobre su relación... Espera, ¿ella dijo...?

«—De verdad voy a... ¿Estar con él?»

Fue entonces cuando la realidad la golpeó. Esta no era una persona común y corriente, era Uchiha Sasuke. Ella realmente se había enamorado de él y él quería estar con ella. Esta persona que había hecho tanto y herido a tanta gente; ¿Estaba considerando seriamente estar con él?

El Uchiha se movió incómodo y cuando volvió a hablar se dio cuenta de que había revelado sus pensamientos.

—No... Tengo nada que ofrecerte —miró hacia la pared del fondo—. No soy muy querido y estar conmigo te complicaría la vida —su ceño se relajó en resignación—. Di que no si eso es lo que quieres, porque no puedo hacerte ninguna promesa. Todo lo que tengo son estos sentimientos con los que estoy cansado de luchar.

«—Eso es todo lo que puedo darte.»

—¿Eso es todo? —ella miró hacia abajo—. ¿Estás haciendo esto porque estás cansado de pelear?

—¿Debería haber otra razón? —él frunció el ceño confundido—. No cambia el hecho de que tengo estos sentimientos, solo que ya no los estoy negando. Si quieres algo profundo y sincero, lo siento, pero no soy así.

A pesar de su tono brusco, se encontró sonriendo.

—Yo, um, pensé que eras muy profundo y sincero.

Él parpadeó sorprendido y luego apartó la mirada, avergonzado.

—Responde la maldita pregunta, Hyūga.

Luchando contra el impulso de reír, porque estaba segura de que él no lo apreciaría en absoluto, Hinata respiró profundamente. El pasado de Sasuke era un misterio y no era exactamente una buena persona. Odiaba la aldea, pero estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para estar con ella. Por Hinata, estaba dispuesto a cambiar. Hinata podía comprender plenamente el deseo de cambiarse a sí mismo.

Así que ella lo miró y esperó a que él la mirara a los ojos antes de responderle.

—Está bien. Sí, quiero estar contigo.

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Notas: ¡Hola! ¿cómo han estado? Por mi parte he estado bien, esto de tomarme las cosas con calma me ha funcionado mucho. Aparte de eso, me disculpo por no haber subido nada el mes pasado, pero me pasaron un montón de cosas que me mantuvieron alejada de mi pc. Aunque, aquí seguimos, retomando los fics. También quería decirles que se vienen cositas, porque no se si ustedes lo sabían, pero este mes se celebra el SasuHina month. Por lo que estoy pensando en hacer alguno que otro aporte. Así que mis estimadisisisimos lectores, celebremos juntos durante agosto a nuestra amada ship y si es posible, pongamos nuestro granito de arena para engrandecer aún más al poderosísimo SasuHina.

Fin del comunicado.

Naoko Ichigo