Hola de nuevo y gracias de nuevo por esos jugosos reviews. Con ellos alimento el fic y se pone muy contento, pero quiere más; espero que igual que vosotros a leer esta historia. Aclaración: "Texto en cursiva" es un Flash Back; si el texto sólo es cursiva es el pensamiento del personaje.

Los personajes no me pertecen sino a CLAMP... Si no ahora mismo estaría dando la vuelta al mundo con mucho, mucho y mucho dinero. Cuando terminéis de leer, un review nunca hace daño, así que dales al GO, GO, GO! Ahora os dejo con la lectura.


Capítulo I: "Reacciones"

-¿Qué?-gritaron a la vez Sakura tanto Touya, sorprendidos y alterados.-¿Hong Kong?

-Si...-afirmó Fujitaka, frunciendo su frente, pero sin quitar su sonrisa.-Efectivamente, por eso preparad vuestras maletas porque mañana partimos hacia allí.

-Pero, pero...papá.-objetó Sakura, intentando detener a su padre de tan alocada aventura.-¿Cómo que mañana¿Y el instituto¿Cómo me amoldaré a una nueva clase¿Y mis compañeros¿Qué pasará con Tomoyo, mis amigos?

-Hija, supongo que mi idea no te agrada del todo. Pero no, me tendrás que acompañar en ese viaje y no hay peros que valgan,-le reprochó dulcemente al ver que iba a comentar algo.-lo siento Sakura. Mi idea tampoco es cambiar de vida, sino darle un nuevo rumbo.-comentó Fujitaka comprensivo. Miró a sus dos hijos, sobre todo a Touya, le preocupaba ya que no decía, comentaba nada sobre aquella noticia.-¿Algo que deteminar, Touya?

-Me imagino que ya tendrás planeado nuestro modo de vida allí o¿me equivoco?-interrogó Touya con malicia pero como siempre, manteniendo la compostura y el respeto hacia su padre.

-Touya, siempre igual.-murmuró Fujitaka, puso una mano en su frente, para menear la cabeza lentamente; pensando en que su hijo nunca cambiaría. Siempre directo al grano. Tomó un poco de té, y continuó.-Mi querida amiga Sonomi, me ha ayudado en todo. Cuando lleguemos hacia nuestro destino, nos alejaremos en un hotel hasta que encontremos una casa y vosotros dos, ya estáis matriculados en un buen centro de estudios y se lo debéis a ella.

Luego una breve pausa seguida de un incómodo silencio, en los que ninguno se dignaba en romperlo. El señor Kinomoto se cruzó de brazos esperando una contestación de parte de ambos; Touya cerró los ojos pensando y Sakura...ella miraba su mano temblorosa, estaba a punto de llorar, no podría contenerlas por un segundo más.

-¿Y bien?

-No hay problema papá. Llamaré a los del trabajo.-comunicó su hijo, levantándose para realizar una llamada telefónica.

-Yo...yo...-susurró Sakura, bajando la mirada hasta el dobladillo de su falda , con nerviosismo. Levantó su mirada, fingiendo una enorme felicidad.-¡Vamos a Hong Kong!

-Gracias por comprenderlo hija, veo que maduras sabiamente.-dijo Fujitaka, contemplándola tiernamente. Ella ya entendería porque la llevaría hacia Hong Kong, ahí comprendería su destino. Él sólo le daba un pequeño empujoncito.-Sin más dilación, me dispongo a preparar la cena.

-Hai.-murmuró ella desanimada. Limpiándose las lágrimas de sus ojos.

-Sakura...-murmuró su hermano desde la puerta, observando el rostro de su hermana, ligeramente ensombrecido. Caminó hacia a ella, le dio dos fuertes palmadas en la espalda y para finalizar añadió.-¿Cómo entrarán los monstruos a los aeropuertos?

-Touya.-dijo sonriendo, sin olvidarse de darle un cariñoso codazo.-Gracias.


-Gracias.

La sala lucía un espectacular rojo pálido, que contrastaba con el rojo vino de las cortinas. La sala estaba cuidadosamente amueblada al gusto clásico, en el cual destacaba un maravilloso piano, en medio de tantos caros y lujosos muebles, libros antiguos y alfombras, finas al tacto. En conclusión una delicia de habitación, envidiable por cualquiera, menos para ella. Si, Tomoyo pensaba que todos éstos lujos eran innecesarios para cualquier joven de su edad, pero al ser de clase alta se tenía que privar de la diversión y acatar las normas.

-Tomoyo, parece que ésta noticia no te grata demasiado. ¿No?-preguntó serena, tomando una taza de té. La mujer no superaba los treinta, y lucía un aspecto saludable y juvenil, envidiable por cualquiera. Su rostro estaba inexpresivo, pero una pequeña sonrisa se delineaba en sus finos labios.

-Exacto.

-Últimamente te has vuelto un poco huraña conmigo, además de monosilábica. ¿No es cierto?-interrogó divertida Sonomi, mostrando una amplia sonrisa, mostrando su perfecta y blanca dentadura.

-Afirmativo.

-Pareces un soldado.-comentó su madre, riendo bajito. Tomoyo frunció el seño, pensando que resultaba lo divertido de esa palabra. Su madre rió más fuerte a la extrañeza de su hija.-De verdad, Tomoyo, necesito que me apoyes.

-¿En qué? En tú loca idea de mandar a Sakurita a Hong Kong. ¡Sola!-opinó Tomoyo en un inaudible murmullo, con tono preciso y arisco; pero eso sí, sin faltarle el respeto a su madre.-Estoy desacuerdo contigo.

-Yo creí que lo entenderías...-comentó Sonomi, un tanto misteriosa.-Además¿quién te ha dicho que va a estar sola?

-Aparte de su familia, la pobre irá como alma en pena. Sin amigos, sin compañeros, sin mí.-añadió con suma preocupación, y con un tono de tristeza.-Creo que ya tuvo suficiente con el joven Lee¿no?

-Tomoyo, pero así lo rige el destino. Sakura tiene que ir allí...porque...

-¿El destino¿Desde cuando...?-interrogó un poco alterada, dando vueltas por la sala un tanto incómoda.-Dime¿quién?

Sonomi solo pronunció dos claras y precisas palabras, Eriol Hiraguizawa.


-Lee, espera.

-Que no sea el club de fans, no a las chicas del club de fans.-susurró Shaoran, cerrando forzadamente los ojos. Ya sentía el aliento de una chica para más tarde unos labios se posaban en su mejilla izquierda. Abrió los dos ojos, esperando una visión diferente y lo era, lo principal de todo es que no eran las pesadas de su club de fans.-Hola Marga.

-Hola Lee.-saludó amigablemente la morena. Caminando a su lado, nerviosa y contenta.-¿Qué tal te ha ido las clases?...¿Duras, blandas, como siempre?

-Sin mucho que hacer.-respondió tajante, sin darle mucha importancia al asunto. Esa chica le ponía nervioso, tenía la extraña sensación de que conspiraba contra él; que le pasaría algo para nada gratificante si estaba mucho tiempo con ella. En estos casos no contaba con la inoportuna de Meiling, pero ¿dónde se había metido ésta chica cuando uno lo necesitaba?-Y ¿a ti?

-Si bien...Lee...por que...-sus mejillas se sonrojaron al instante y empezó a jugar con la goma de la carpeta. Cerró los ojos y le espetó.-¿Quieres ir al cine conmigo?

-¿Ehn?-bufó Shaoran, muy sonrosado. No esperaba la pregunta de la chica tan repentinamente y sobre todo en medio de una multitud de gente. Nervioso, se encaminó más rápido con esa rubia siguiéndole.-Lo siento, pero, pero...

-Por favor Lee.-suplicó la chica, bañando sus ojos en lágrimas.-Solo una vez.

-Marga, no sé. Creo que esto no es lo correcto.-se disculpó Shaoran, intentando salir de ese pequeño problema. La chica se plantó delante de él, mirándole cabizbaja.-Sólo una vez, por favor.

-Está bien.-aceptó Shaoran, suspirando pesadamente. Él no podía ver una chica llorando, sobre todo cuando era su culpa.-Mañana sábado; te recogo sobre las once.

-No te arrepentirás.

-Más vale que sea así-susurró él, caminando al lado de Marga. Marga era guapa sí, eso no lo podía duda, pero no era su tipo ninguna lo era sólo ella, su Sakura. Marga, una chica que había conocido por casualidad.

"-Malditos planos del instituto.-murmuró un chico de cabellos alborotado. Miró las diferentes aulas, todas le parecían iguales: tamaño, forma, color. Era un laberinto sin salida, uniforme, complejo.-¡Me he perdido!

-¿Nuevo?

-¿Quién lo pregunta?-interrogó Shaoran, observando a la chica de enfrente. Era una chica bajita, de cabello corto y rubio; sus ojos eran marrones cubiertos por unas gafas. Llevaba el uniforme arrugado y algo sucio, pero parecía que a ella no le importaba.

-Yo, mi nombre es Marga Chang. ¿Y el tuyo?

-Eso no tiene importancia.-comentó arisco, pasando por delante de ella sin hacerle el mínimo caso. Pero ella le siguió comentándole la falta de respeto que cometía al no escucharla, Shaoran se quedó quieto pensando.-¡Cállate! Me desesperas.

-Eso te pasa por no oírme desde un primer momento.-comentó sarcástica Marga, mirándole a los ojos. Sonrió con dulzura.-Creo que vas a la clase A. Ven conmigo, te acompaño.

Shaoran levantó una ceja extrañado, pero ¿cómo sabía ella que iba a esa clase? Pero aún así la siguió silencioso.

-Aquí es.-le señaló la chica, sin quitar esa felicidad que le embargaba en ese momento.-Mi clase es la de al lado, por alguna duda o por una ruta turística...¡búscame!

-Espera.-la detuvo Shaoran, parándola en su trayectoria y totalmente desconfiado le preguntó.-¿Cómo sabías que iba a ir a esta clase?

-Llevaba un buen rato observándote..."

Esa frase le rondaba mucho por la cabeza. La pronunció de un modo tan enigmático, tan misterioso, tan casual, tan inexpresivo...¿Incomplejo no? Algo contradictorio¿no? Difícil. Ahora no debería seguir calentándose la cabeza con frasecitas del estilo Eriol, sino pensando en su próxima cita...y su último suspiro por Sakura. ¿Qué estaría haciendo ella ahora?


-Kero.

-¿Qué te pasa Sakura?-le preguntó su guardían preocupado, dejando aparte sus ansiados videojuegos que muchas noches no le habían dejado dormir.

-Haz las maletas, nos vamos.

-¿Qué?-gritó Kero, muy sorprendido.-¿Cómo es eso que nos vamos? Sakura, escúchame¡Sakura!

-Kero, no hagas tanto ruido.-comentó Sakura, sacando de la repisa de su armario una maleta de viaje.-Mi padre ha conseguido un nuevo empleo y tenemos que viajar hasta allí.

-¿Hasta dónde?-preguntó Kero, volando por toda la habitación. Muy interesado en ese asunto.-¿Hacia dónde partimos?

-Hong Kong.

-¿Hong Kong? Eso está muy lejos, seguro que tu padre te ha dicho que es allí.-comentó Kero, poniendo una pata en su barbilla pensativo. Dándole vueltas al asunto; todo eso era muy extraño y por que justo allí, donde vive el Mocoso. Un momento, Sakura no se ha dado cuenta de que el mocoso también va también allí. O es muy buena fingiendo, aunque lo dudo.

-Si...Venga Kero, que hay muchas cosas que hacer.-le reclamó Sakura, asustando al pequeño muñeco.-Ayúdame a empaquetar toda mi ropa.

-Sakurita...esto...-comentó Kero, al abrir el armario de su ama. Observó el desorden en el cual contenía; algunas camisas sin planchar, pantalones y vestidos mal colocados y todo esto y más los conjuntos de ropa que había hecho Tomoyo precisamente para ella. Lo dejó desconcertado abriendo desmesuradamente sus ojos, muy asustado, al ver que un motón de ropa se le venía encima, aplastándole.-Socorro.

Sakura fue corriendo a ayudarle, divertida ante la situación de su pequeño guardián que yacía un tanto inconsciente por el peso que se le vino de ropa encima. Al sacarle, le hizo cosquillas en la panzita y mimos.

-Respóndeme Kero, venga.-murmuraba Sakura en su pequeño oído, de mientras que con las yemas de los dedos le acariciaba la pancita.-Me asustas. ¡Kero si no me respondes ya, hoy no te recompenso con una tarta de chocolate!

-¿Chocolate¿Tarta de chocolate?-chilló Kero, haciendo morros y meneando la cola, como un perrito cuando le acaricias detrás de la orejita.-¿Dónde?

Nunca le dejaría de sorprenderla.

-¡Kero!-bufó Sakura, seria y con mirada divertida.-Nunca cambiarás.

-Soy único, el gran y poderoso Keroberos.-gritó con voz grave. Haciendo contentar a su ama y de paso, proclamar el ego de su persona.

-Kero, venga, ayúdame a colocar éste desastre.-dijo Sakura entre risas, cogiendo un par de camisas y doblándolas cuidadosamente para guardarlas en la maleta de viaje.-Dame ese pantalón, poderoso Keroberos.

-Vale poderosa cazadoras de cartas.-siguió comentando Kero, creyendo que le provocaría unas cuantas risas a su querida ama pero fue al contrario.

La sala quedo completamente silenciosa y afuera empezó a llover. Todo parecía planeado por el destino para que en ese instante Sakura le recordara. Porque el destino a veces es muy cruel, y nunca olvida.

-Shaoran.-murmuró ella. Consciente de que le podría volver a ver.


-Señorita¿desea algo más?

-No gracias, con ésto estoy bien servida.-dijo Nakuru, mirando los manjares que pronto degustaría. Helado, ensalada, pescado, tarta, arroz, y demás.-Delicioso.

-Nakuru.-bufó resignado Eriol, mirando anonadado como ella comía tanta alimentos sin apenas respirar.-Ten cuidado y no te atragantes...ni caso.

-Está muy rico.-opinó Nakuru, masticando un trozo de pastel.-¿Quieres Eriol?-dijo ofreciéndole un trozo de la tarta de chocolate.

-No gracias.-dijo Eriol, rechazando la invitación de Nakuru. Arrugó la nariz y se subió las gafas.-A veces no la entiendo, no tiene una personalidad bien definida.

-Déjala, total. Hierba mala nunca muere.-susurró un pequeño peluche que estaba reposado en el bolso de mano de su señor.- La pequeña Ruby Moon a pesar de su edad, todavía es una niña.-añadió Spinel, con compresión.

-Si todavía una pequeña chiquilla...-comentó con dulzura. Mirando como comía como niña pequeña los platos y ponía una cara de felicidad por cada bocado. A veces, tenía que apreciar más los pequeños detalles de la vida.-...Queda poco para llegar...-añadió al escuchar el altavoz del avión, diciéndoles a los pasajeros que dentro de poco se encontrarían en Hong Kong.

-Muy poco...-murmuró Nakuru, muy seria y enigmática.


-Buenas noches...-saludó Lee muy serio, desde la puerta a su madre. Él estaba muy triste, naturalmente, varias veces se había planteado dejar el Clan Lee y volver corriendo a Japón con su pequeña Sakura¡ser feliz! Pero siempre estaba los "contra", y si los dejaba, estaba renunciando al poder y al respeto, y sometería a su Clan a constante burlas. Debería seguir el ejemplo de su padre...sacrificar su felicidad por las de los demás.

-Shaoran...es tarde.-dijo su madre preocupada, pero sin dar evidencia de ello. Ella era por ahora la que cargaba con todo el peso del Clan, y le resultaba agobiante. Su hijo era el futuro jefe, tenía poco a poco que realizar de sus agotadoras tareas...según decía el consejo de sabios. Pero ella opinaba todo lo contrario.

-Lo siento madre, pero me surgieron unos percances y tuve que solucionarlo.-mintió Shaoran, intentando sonar los más real posible. Su madre fingió creerle.-¿Algo nuevo, madre?

-Si, Shaoran. Y es muy importante, ven acompáñame a mi despacho...-le comentó su madre, caminando hasta tal sala y colocándose en el sillón. Se sentó elegantemente, cruzando las dos piernas y apoyando los codos en el escritorio, de fino nogal.-Concretamente, pronto llegará a nuestra casa un invitado muy especial.

-¿Un invitado por éstas fechas?-preguntó confuso Shaoran. Se encontraba de pie en frente de su madre, muy recto y manteniendo la respiración.-Se podría saber quien es.

-Eriol Hiraguizawa.

-¿Hiraguizawa?-interrogó Lee muy sorprendido. Luego se moderó, tosió un par de veces y dejó continuar a su madre.

-Si, como te iba diciendo. Nuestro invitado, vendrá a realizar una visita de tiempo indefinido.-explicó Yelan, entrelazando sus manos y poniendo su cabeza entre ellas.

-Madre, sabes el por que de esa inesperada visita.

-Sinceramente, no lo sé. Todo es tan extraño¿no?-su hijo afirmó con la cabeza, y Yelan continuó explicando.-Llegará a primera hora de la mañana; lo tengo todo controlado. Ya te puedes ir, necesitarás descansar. Haré que te lleven la cena a tu habitación.

-Buenas noches madre.-se despidió él, haciendo una breve reverencia en señal de respeto.

-Ya has llegado Shaoran...-le saludó su hermana, desde su habitación.

-Estaré en mi habitación...-le cortó él, entrando en su recámara y cerrando la puerta para no escucharla ni un segundo más.-¡Qué pesada!...y ahora Hiraguizawa...¿que vendrá hacer aquí?-cerró los ojos y suspiró pesadamente.

Los volvió abrir, lo primero que vislumbró fue un pequeño sobre. Lo cogió admirando su excelente caligrafía; lo abrió cuidadosamente, sacando del interior una fina hoja perfumada. Un agradable olor a magnolia inundaba sus sentidos haciéndole sentir mucho mejor. Porque ella sabía como estimularle.


Calentito, hirviendo...¡como he dejado éste capítulo! Sólo me falta uno de los personajes principales, Yukito con Yue...¿qué pasará con éste personaje? Descubrirlo en el próximo capítulo. Ahora deleitarme con los reviews...Y gracias a todos los reviews anónimos como miembros registrados. B.E.S.O.S.

Para más información, en mi profile, gracias.