Harry Potter y Los Herederos

Capítulo 21

El llamado de los Dioses

By SerenitaKou

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"Llegado un momento deberás decidir si ocultarte para siempre, o demostrar la verdad por mucho que te cueste; aunque tu vida peligre, o quizás, la confianza que debes ganar… no llegue a ti como la pediste…"

--SerenitaKou--

N/A: Al comienzo estoy alternando los lugares, intento probar estilos distintos así que puede que sea algo raro en mi tipo de narración… cuando encuentre uno que me agrade, avisaré, no se preocupen…

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En el Capítulo Anterior en: 'Colapso Mágico…'

- me vale, no sé si los 'protectores' se dejarán ver tan fácilmente, no es sencillo encontrarles, también está el asunto de la piedra de Duchesne, es desagradable tener tantas responsabilidades encima… lo olvidaba, que pasa con los Guerreros Dorados! – otro suspiro – con las explicaciones… el cambio repentino… no creo soportarlo…

- tú tranquilo. Por cierto…cuando entramos a Hogwarts?

- Por allí por el primero de Octubre…

- Vamos a descansar, chicos, tenemos que estar listos para nuestra última semana y planear todo detalladamente.

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A la Semana Siguiente, un día antes de la partida…

- Sígueme, Harry – llamó Merlín entrando en la habitación del muchacho ojiverde el cual estaba recostado en su cama, dormitando.

- Voy- dijo bostezando el joven con su voz aún adormilada.

Caminaron hasta llegar a una sala circular de techo alto, los grandes ventanales cubiertos por cortinajes de seda rojos, las paredes eran de mármol blanco, hermosas, con tallados de diferentes poses de animales mágicos, en el centro, sobre una fina alfombra roja, había una mesa redonda de roble antiguo, con tres sillas doradas alrededor, sobre ésta había un pequeño juego de té y un pequeño florero vacío.

- Tus cetros, sácalos y agrándalos para unirlos… - pidió el mago.

- Unirlos? A qué te refieres? – tenía curiosidad, lo admitía.

Con un suspiro, el mago explicó: - Vamos a formar un cetro de unión, juntarás a la luz y la oscuridad en uno solo y así quedará más poderoso que cualquier otro.

- Qué debo hacer?

- Elévalos al aire y centra tu aura en ambos, luego júntala y la fusión se hará por si sola. Si sientes que llegas a tus reservas, dímelo para poder ayudarte con energía…

- Está bien… - suspiró con cansancio e hizo lo que le indicó el mago.

Ambos cetros se elevaron cuarenta centímetros del suelo, entre ellos había una distancia de unos 2 a 3 metros, un aura blanca y negra les rodeó a cada uno, comenzaron a acercarse para hacer la fusión; cuando ambos llegaron al mismo nivel, del suelo emergió una cuerda de fuego que les envolvió para dejar un cetro predominado por el blanco con líneas negras, en la punta tenía una esfera roja con azul y ribetes plateados y dorados en el centro.

- Debo decir que es impresionante, nunca había visto uno tan hermoso, maravilloso e imponente como éste…

- Yo mucho menos, realmente me gusta… - ambos hombres sonaban extasiados, verdaderamente era una belleza.

- Bien, creo que es hora de informar el final, no lo crees?

- Supongo… pero antes, me permites dormir más? – Suplicó – Anoche no dormí mucho, ándale, di que sí… - puso la mejor carita de borreguito que tenía para luego sonreír maliciosamente al ver el asentimiento – Gracias, Ancianito!

- Ancianito! – Exclamó el viejo, digo, el mago, indignado.

Muy Tarde. El joven ya había abandonado la estancia.

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- Prepárate, Eönwë, Muy pronto, pequeño, muy pronto te tendré en mis manos y nada ni nadie te podrá quitar de mi camino… - la risa malvada de aquel demonio se escuchó por todo el infierno, provocando escalofríos por todos los habitantes de éste.

- Puedo preguntar, Gaap¿De qué te ríes? – la voz de aquel ser sonaba fría pero algo curiosa y hastiada.

- Oh, mi pequeño Behemoth, nada, nada, solo, planeo algunas cosas maravillosas – volvió a reír más fuerte cuando recordó que, aquél demonio, le ayudaría sin saber a obtener a Eönwë muy pronto.

- No se porqué, pero no me fío de tu respuesta tan... espontánea…

- Pero que desconfiado, me lastimas, Behemoth – tuvo la 'grandiosa' idea de sonar triste, mientras su interior se regocijaba por su actuación.

- Sigo sin creerte, pero que puedo hacer yo? – Preguntó – nada, así que, mientras no se trate de MI protegido, no hay ningún problema.

- No te conocía esa faceta tan sobre protectora, Híbrido – Masculló para sí, tan bajo que ni siquiera el demonio pudo escucharle – Desde cuando tan… protector, Behemoth? Acaso, tu protegido te ha dado muy fuerte? – Habló burlón

- Vete a la mierda, Gaap, me largo al Plano Astral por una hora. Volveré con Harry en unos dos a tres días aquí.

- Por supuesto, querido.

Mirada fulminante por parte del híbrido; Gaap se río de aquello aún mas fuerte que antes, de forma mucho más diabólica, incluso.

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En cuanto se había retirado, sus pies caminaron inconscientemente a la cascada que quedaba cerca de la mansión, salió con sus ojos cerrados, estaba totalmente relajado; bostezó cuando abrió nuevamente sus esmeraldas, el sol le golpeó directamente en el rostro, mientras algunas gotitas pequeñas de agua saltaban hacia su cuerpo provenientes de la cascada.

La suave brisa de la mañana le refrescó bastante, más no lo suficiente como para impedir que se recostara con sus brazos detrás de su cabeza y terminase en un profundo sueño que tanta falta le hacía...

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- Es hora, Potter, los Dioses piden tu presencia, deberás presentarte lo antes posible, te buscaré hoy en la noche antes de que partan a Inglaterra, apareceré con mi forma de ángel así que estate atento.

- Estaré preparado, Az, pero como deberé llamarte esta vez?

- Mi nombre varía un poco, en vez de Azrubel, es Astaroth (1), en realidad se considera un duque de las regiones infernales, pero bueno, no me negarán la entrada al paraíso una vez más, he dicho algunas cosas para engatusar a ambos bandos. – El híbrido se encogió de hombros antes de despedirse y desaparecer.

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Despertó por el insistente canto de Falcore, su fénix, habían pasado un par de horas y en su sueño, Azrubel, Behemoth o Astaroth o como demonios se llamara le había informado que pronto debía marcharse con los dioses y luego al infierno…

- Falcore, Si yo no estoy, Obedece solo a aquellos que inspiren confianza y que me sean leales, por favor… - le habló suavemente y en voz baja.

El Fénix cantó demostrando que lo aprobaba, pues era algo que él no controlaba, hablar con su fénix, se le daba horrible, solo le salía el pársel… lo cual le frustraba muchísimo, pero bueno, en algo tenía que fallar no?

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En cuanto Anocheció, los tres jóvenes esperaban a sus maestros para despedirse y marchar a Inglaterra, una sombra de tristeza se veía en sus ojos pero en especial en los del ojiverde en el que también la culpabilidad estaba presente.

Si alguien se extrañó de que Falcore y Saith no estuvieran con ellos no lo mencionaron, solo estaba Wiskers acurrucado en los pies del moreno dormitando.

- Saith, Falcore, es hora, me marcharé en unos minutos – murmuró de forma tan suave que solo aquellos animales mágicos escondidos con su capa a su lado pudieron captarlo junto a la pantera que se despertó con un sobresalto.

- Creo que llegó la hora de despedirnos – fue el saludo de los magos mayores al aparecer y comenzar con sus 'últimas palabras de despedida'.

- Sí, realmente disfrutamos entrenarles y compartir todo esto con ustedes, esperamos que tengan suerte en su misión como mortales, hemos preparado una pequeña cena de despedida y luego marcharán a través de los portales creados para ustedes…

Bajaron sus miradas, asintiendo, no podían articular palabra alguna o seguramente solo lágrimas caerían.

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Luego de una amena cena que comenzó con mucha tensión en el ambiente, todos salieron a la intemperie a despedirse, Todos partirían al mismo tiempo, pero ninguno quería hacerlo, pues los magos marcharían a su plano real y los jóvenes a Inglaterra…

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Sus ojos se oscurecieron por momentos y volvieron a la normalidad, totalmente inexpresivos igual que su rostro, su sonrisa antes tranquila y amable pasó a ser fría y cruel. Su pose despreocupada volvió a ser arrogante lo cual no pasó desapercibido por nadie, su vestimenta normal era negra, pero esta vez en vez de una camisa negra estaba con una verde esmeralda como sus ojos, el resto era negro por supuesto, incluso sus botas, muñequeras y abrigo, todo ello le daba un porte más misterioso y malvado.

Un poderoso estallido de luz blanca se dejó ver, iluminándoles por completo, el lugar se llenó de esa cálida luz que precisaba a una esencia inmortal. Cuando se disipó, vieron a un hermoso ángel de cabellos negros con rojo y plateado, ojos hematites y piel blanquecina, con un traje similar al de demonio pero sin cicatrices de cruces invertidas ni cadenas.

- Astaroth – susurró el moreno con su voz tranquila de siempre abandonando la máscara – un placer verte… - agregó con alegría.

- Lo mismo, Potter, no esperaba que trajeras algo tan acorde al paraíso – le sonrió con sarcasmo, como era su costumbre, más el otro no se dio por aludido y con un movimiento de muñeca se cambió el atuendo por uno blanco al completo, igual al anterior.

- No te queda – Agregó - te prefiero con negro y verde esmeralda -

- Como sea! Mientras pueda servirme… - una vez más con un elegante movimiento volvió al negro. – Ahora sí? – Recibió un asentimiento – ¿No crees que hablas demasiado y la hora de irse comienza a transcurrir, 'Astaroth'?

- Por supuesto, querido príncipe, pero creí que era lo más… apropiado, de todas formas, ahora te vez genial, venga, acompáñame.

Sintiéndose ignorados, los demás acompañantes del joven durante su entrenamiento miraron como ambos se acercaban para que el ángel explayara sus alas y se elevaran, Merlín y Godric recibieron un chispazo y reconocieron al ángel como la otra transformación del demonio que salió del ritual oscuro…

- Behemoth – susurraron.

Susurro que fue escuchado por el híbrido al igual que su protegido pues bajaron de inmediato para saber que pasaba con él y como se habían dado cuenta de su verdadera identidad.

- ¿Qué desean de mí? - Preguntó transformándose en demonio nuevamente, apresando hacia sí al moreno quien sonrió divertido en su mente.

- ¿Qué deseas tú, de Harry? – inquirieron de forma astuta.

- Protegerlo, quizás, pero no puedo revelar nada de esto, no es su problema, muertos, pero, puedo decirles qué, quieran o no, Harry Potter, se va conmigo porque así lo desea y no obligado, no estoy diciendo que no me aprovecharé pero… - antes de poder continuar, recibió un fuerte latigazo de fuego en su brazo izquierdo hecho por el joven que mantenía apresado, le miró de mala manera pero advirtió que su compañero tenía intenciones de matarlo por revelar demasiado. – Nos retiramos…

- Detente! – Gritó la joven de cabellos azabaches, Sofía – No te atrevas a llevarte a Harry! Él no te ha hecho nada!

- Mocosa insolente, no te atrevas a levantarme la voz – el híbrido estaba frente a la muchacha, a escasos palmos de distancia, con una mirada fría y sádica – Yo hago lo que quiero y el joven aquí presente, también… - agregó con una voz más de ultratumba que nada.

- Behemoth, es suficiente, elévate y vayámonos rápido - sonaba tan frío como un glaciar, igual que su mirada su voz no delataba emociones, apresó a Behemoth contra sí pues le había soltado y creó sus propias alas oscuras para elevarse – "Saith, Falcore…" – llamó mentalmente – "es hora"

Una llamarada de fuego hizo que todos, menos el híbrido y el llamado 'Eönwë', voltearan a ver para fijarse en Saith y Falcore quienes habían aparecido de la nada.

Ambos, desaparecieron en un haz de luz oscura y blanca.

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(Disculpando los nombres inventados, paso a la historia: )

- Bienvenidos… Este es el 'paraíso' celestial, espero que encuentren lo que deseen, Señor Astaroth… - saludó el primer guardia al verles entrar aún abrazados; al darse cuenta del 'pequeño' detalle se soltaron de inmediato.

- Buenas Tardes, Atufiel (2)… - saludó con una inclinación sin dejar de sonar frío, descortés y cortante.

Un poco más alejados, el híbrido le susurró al moreno: "el es uno de los guardias de la primera puerta, el más fácil de burlar..."

Un simple 'mm..' fue su respuesta…

Llegaron a la segunda puerta, Bachiel era el guardián de esta puerta…

- No puedo dejarles pasar – fue la fría y molesta respuesta.

- Voy con Arak (3) y Leith (4), los Dioses regentes de las esferas de poder y medición de energía.

- Quiénes sois?

- Astaroth, híbrido regente del purgatorio y petrificado en la guerra de los cielos y Eönwë, mago elegido por dioses y con poderes de Shinan (5) y Leiath (6). 3 profecías en su nombre. Heredero de la piedra de poder sagrado y de la piedra de poder oscuro. – informó con algo de renuencia…

- No puedo dejarles entrar, deberán tomar otro camino, no retrocederé ante ustedes…

- No uses palabras en vano, Bachiel, si deseas contradecir a uno de los grandes híbridos, pues hazlo y atente a las consecuencias y si no, déjanos pasar por tu puerta…

- Cómo o porqué temerles? Sé que no son demonios, simplemente son visitantes, quizás tú seas un ángel, pero un mortal no entrará al paraíso de los dioses…

- Pues atente a las consecuencias tal y como te lo advertí… - amenazó.

A ambos les envolvieron columnas de luz, a 'Astaroth' una negra por completo, y a Harry o Eönwë, una plateada. Cuando desaparecieron, Behemoth y el lado oscuro de Eönwë aparecieron, Ambos vestían igual, solo que el ojiverde no tenía las cicatrices y sus 'zapatos-botas' eran más largos que los del híbrido.

- Déjanos Pasar, Bachiel (7), seré un mortal, pero tengo el poder de un ángel y un demonio, abre tus puertas para nosotros. Ahora. – susurró con frialdad, ésta era tal, que el ángel se estremeció y les dejó el paso.

- Suficiente, vuelve a ser tú mismo, lo hiciste muy bien. – Felicitó el híbrido quien volvía a ser Astaroth nuevamente.

- Astaroth… porqué haces esto? Por qué peleas?

- Por mí. Por mi venganza. Por mi honor y mi orgullo.

- Entonces, porqué debo pelear yo?... no puedo hacerlo con la carga pues eso me enfurece, que razón debe ser la mía?

- Tu honor. Tu Orgullo. Tu Venganza. Tu Odio. Tu Dolor. Tu Rencor. El sufrimiento de personas que no lo merecían y hacerles pagar a los hombres oscuros con su sangre aquello. Matarles a sangre fría pero haciéndoles sentir el dolor de sus propios actos. Si eso no te parece suficiente, pelea por y para ti, no para el resto. – Respondió con cariño, de forma suave pero dándole énfasis a su voz, en cada sílaba, en cada palabra, en cada frase.

- Gracias – fue toda la respuesta que se le otorgó mientras observaba como su protegido corría hacia la tercera puerta con su rostro en alto y su máscara de hielo nuevamente.

- No lo entiendo – suspiró – Pero bueno, será mejor que me apresure, Azriel estaría gustoso de matarlo si lo ve tan… tan 'Harry'…

- Astaroth! Apúrate! El guardián nos espera! Vamos! Corre quieres? – apresuró el joven.

- Te saco más de 9 milenios! Ten más respeto! – le gritó enfadado, nadie le daba órdenes, aunque se podía apreciar diversión en sus ojos, la ocultó rápidamente pues comenzó a correr hacia su protegido.

- Quiénes sois ustedes? Seres Que pretenden con profanar el paraíso… - preguntó con frialdad el tercer guardián, Azriel.

- Mucho tiempo dejamos de vernos, Azriel, y mira como me tratas, y te hacías llamar mi mejor amigo… - respondió el híbrido.

- no sé quien eres, y no sé de qué me hablas…

- Astaroth… que ocurre? – preguntó el moreno al ver que la máscara fría del híbrido se restauraba más amenazadora que nunca.

- Astaroth? – preguntó confuso, el ángel.

- Así me llamo, Azriel (8), al menos en esta forma, déjanos pasar… - amenazó

- Eres tú… creí que habías muerto…

- Já! Creíste que había muerto? Perdóname, querido 'amigo', pero te recuerdo que yo no puedo morir petrificado, solo puedo morir por la sangre de un demonio mezclada a la mía, junto a la flecha de los ángeles, y la espada del infierno… por nada más. - recordó

- Váyanse de mis terrenos -

Harry miró sorprendido el cambio de actitud del guardián, hace unos momentos se mostraba agradable incluso, y ahora, era un completo témpano…

- Escucha, no pienso irme ahora, dejé a muchas personas en la Tierra para venir aquí como para que seas tú, un mísero guardián, enviarme de regreso, no pienso hacerlo, si debo pasar a la fuerza, que así sea – habló el moreno por primera vez, sonaba bastante molesto, llevaban mucho tiempo perdido en esa puerta, la última y más complicada.

- Es suficiente, Azriel, déjanos pasar, no nos marcharemos, ni Eönwë ni yo.

Por respuesta, un hechizo llegó de lleno en el pecho de ambos, quienes no lo esperaban en absoluto, ambos respondieron al ataque con cadenas de fuego negro para detenerle, cosa que consiguieron con algo de dificultad.

- Apúrate, Astaroth, debemos traspasar la puerta ahora que está encadenado! – gritó el ojiverde quien se encontraba del otro lado.

- Nos veremos, Azriel – se despidió con arrogancia – espero que estés cómodo.

Recibió una serie de gruñidos en respuesta mientras avanzaba junto al moreno a la sala de los dioses.

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- Desapareció, se esfumó sin poder detenerle, fue muy extraño, nadie sabe cómo o porqué ocurrió… la teníamos enfrente, pero salió un extraño grupo y se la llevó… nadie entiende quienes eran. Los comandaba una mujer de cabellos rubios con matices castaños, no le vimos nada más, la capa la cubría, era muy poderosa, con un simple movimiento de muñeca aturdió a casi todos nosotros, solo dejó dos en pie…

- Es extraño, no dijo nada?

- sí, que tuvieran cuidado con ellos…

- Ellos?... Relátame que ocurrió…

- Verá…

-- Flash Back --

Llegaron todos juntos, 200 personas altamente calificadas para obtener una de las piedras, la piedra oscura, Driedna, mientras avanzaban, un pequeño grupo de 6 personas habían aparecido en la mitad de su camino, vestían capas negras con capucha, la líder, pues era una mujer, dejaba a la vista solo un pequeño mechón de cabello rubio con matices castaños, era alta y esbelta, por lo que se veía, los demás, eran dos mujeres y tres hombres, todos altos y de buena condición física.

La mujer se giró hacia ellos y levantó su mano diciendo en un susurro: Tengan cuidado con nosotros, la Orden Oscura volverá a Alzarse en medio de la guerra, destruirá sus impedimentos y cogerá sus pertenencias, nuestro 'aliado' más poderoso volverá a nosotros muy pronto, teman de nosotros y de los Guerreros Dorados, ambos poseemos los poderes más grandes que existen. Nuestro otro líder se alzará imponente junto a mí, mortales.

- Quién eres? – gritó uno de ellos

- No te diré mi nombre, no te interesa, aún. Pero si te diré que profanan las pertenencias de un hombre que las merece, aléjense de este lugar y busquen de nuevo la piedra, si salen vivos o no, será su problema – dicho esto, hizo desaparecer la mansión en la que se protegía a la piedra Driedna y a aturdir a 198 de ellos con un simple movimiento de muñeca.

Finalmente solo nosotros dos observamos como se giraban y desaparecían elevándose al aire.

-- Fin Flash Back --

- Eso ocurrió, luego volvimos aquí, para informarte…

- Remus, no podemos asegurarnos de nada aún, investiga sobre la Orden Oscura y los Guerreros Dorados. Averigüen que o quiénes son o fueron… - pidió

- Muy bien, Albus. Pediré ayuda. Con permiso.

- Y… Remus – llamó el anciano.

- Dime?

- Vigila a los Slytherins.

- De acuerdo… - aceptó con renuencia.

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- Está acercándose a la verdad, muy pronto sabrá todo, debemos ocultarlo, Azazel (9), debemos intentar ocultar la información – habló un hombre joven de cabellos dorados.

- Ya lo sé, Badariel (10), pero no hay nada que podamos hacer aún, el elegido no ha regresado y el híbrido elegido no ha regresado junto a él… deberemos alejarles la información de a poco, incluso podríamos cambiarla, modificarla, pero no eliminarla…

- Me parece buena idea, Azazel, pero lamento informarte que deberemos cambiar algunas cosas, Beleth (11), has visto alguna predicción?

- Sí – afirmó la joven de cabello castaño – El híbrido caerá, pero volverá más adelante, el elegido sufrirá una traición de las más importantes antes de poder encontrar al culpable éste mismo se revelará…

- Gracias, Beleth... Nilaiath (12), acompaña a Neoth (13) y a Suthery (14) a las compuertas del plano astral, busquen a los implicados para la parte B del plan C. Beleth, vigila las compuertas del purgatorio, Badariel, ve al infierno a por Lilith y llévala a la mansión como sea, pero amordazada. Yo iré a la intersección de las compuertas del paraíso con el trono de los dioses. – ordenó con voz autoritaria la líder.

- A la Orden – respondieron mientras desaparecían con una graciosa pose de respeto que sabían, y era fingida.

La joven al quedarse sola suspiró y se marchó a las compuertas para ver que ocurría.

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Unión de escenas: Astaroth y Harry / Azazel.

- Buenas Tardes, bienvenidos a la intersección de las puertas del paraíso y el trono de los dioses – saludó con ironía la joven quien acababa de aparecerse.

Ambos frenaron abruptamente mientras la miraban bastante confundidos – Quién eres? – preguntaron

- No se preocupen, no les impediré el paso, soy su aliada – aclaró – Ambos, Astaroth, Azrubel o Behemoth, híbrido con un exceso de poder, Inmortal, petrificado en la guerra de los cielos por parecer una amenaza, Elegido como uno de los guardianes supremos, y, por supuesto, con un genio de los infiernos… - bromeó – Eönwë o Harry Potter, mortal, mago con grandes poderes, creador de alas, portador, elegido, precedido de tres profecías, líder de…

- Espera!

Hizo un gesto de hastío pero preguntó: Qué?

- Cómo sabes todo eso? Quién eres?

- Bueno, sé todo eso porqué, simplemente, lo sé. Quién soy?... mmm… pregunta difícil, pero mi apodo es Azazel, no soy un ángel ni un demonio, pero poseo sus poderes con grandeza. También soy la líder de la orden oscura.

- Mortífaga? – preguntó con renuencia el ojiverde

- No. Nunca podría lamerle las botas de Voldemort ni a nadie más, es nuestro nombres porqué nos gusta vagar durante la noche, pero no puedo decirles mucho… solo venía a advertir algo… Cuidado… alguien les traicionará, alguien morirá por protección y renacerá… ocurrirá pronto… intenten no confiar en nadie y en todos a la vez.

- Qué quieres decir con eso? – preguntó con curiosidad el híbrido.

La joven negó con la cabeza, con el movimiento lograron apreciar unos hermosos ojos celestes grisáceos con destellos dorados y escarlatas.

- Permiso – susurró antes de desaparecer por completo ante el movimiento de su capa, dejándoles algo atontados.

- Quién era ella, Astaroth? – preguntó Harry como si el hombre pudiese responder a sus preguntas.

- Te sonará raro, pero no lo sé….

- Quién te entiende! – gritó en broma mientras sacudía su cabeza y algunos rebeldes mechones le caían sobre los ojos.

- Avanza ya, Potter.

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Cambio de Escena: Nilaiath, Suthery y Neoth en las compuertas del plano astral.

- Llegamos – habló un joven de cabellos castaño oscuro casi negros, Neoth.

- Ya lo sé, Nilaiath, que debemos hacer? – preguntó el otro muchacho de cabellos negros, Suthery.

- Esperar – fue la respuesta de la chica de cabello azabache.

A Ninguno se le podía vislumbrar algo que no fuesen sus rebeldes cabellos que se arrancaban de su control gracias a las capas.

- Esperar qué? – se desesperó Suthery luego de una hora esperando como imbéciles parados en los portales.

- Cállate y espera, Suthery, sin desesperarse, haz igual que Neoth… verdad Neoth? – preguntó la chica mirándole para luego enfurecerse al ver que estaba sentado en el suelo durmiendo con pose recta.

- NEOTH! – gritó – Despierta! Holgazán! Azazel va a matarte!

- Qué? Cómo? Dónde es la batalla? Soy inocente! – gritó despertándose al escuchar el grito.

Ambos, la chica y el joven de cabello azabache comenzaron a reírse al ver la cara de espanto que había quedado tatuada en el rostro de su compañero.

- Vamos, debemos apresurarnos, tenemos que entrar, me llegó una comunicación mental. Nos esperan del otro lado – habló la muchacha mientras atravesaba el portal de puertas de metal, pintadas negras por completo con algunos detalles blancos en la 'pared'.

Entraron los tres juntos, ordenados en su posición de formación normal, seria y fría, imperturbable, firme y erguida, incluso arrogante.

Del otro lado estaban los campos elíseos, lugar donde descansaban las almas que merecían el paraíso.

Era un gran y hermoso prado, en su centro había un lago, 'el lago del olvido', ningún ser 'vivo' podía ingresar a este lugar, excepto ellos, la Orden Oscura podía entrar gracias a la diversidad de sus poderes y criaturas que habitaban sus cuerpos. Su naturaleza era diferente a la del resto.

Prisínea (15) era y es, la diosa que pasea siempre por los campos, con sus pies desnudos tocando el suave y verde césped, su mirada violeta y sus cabellos dorados, alta y esbelta, una belleza, descendiente de veelas, siempre vigilaba que todo estuviese bien, era a ella a quien iban a buscar, para pedir un permiso.

- Mi Señora – saludaron inclinándose con respeto, la diosa, vestida con un traje lila les saludó con un gesto de cabeza suave y grácil.

- Qué desean, mis niños? Acaso Azazel necesita otro favor?

- Así es, mi señora, pero no para ella… necesitamos qué… - comenzó a susurrarle al oído pues nadie podía enterarse.

La diosa se mostró confundida al principio, sorprendida después, y luego sonrió sincera y dulcemente. Finalmente pasó a un gesto pensativo y asintió.

Nilaiath se mostró tremendamente sorprendida, pero asintió de vuelta y sonrió con alegría sincera, olvidando la postura de los Guerreros de la Noche, pertenecientes a la Orden Oscura.

Susurró un 'muchas gracias, nadie podrá pagárselo nunca' y se retiró tal y como había entrado junto a Suthery y Neoth quienes por dentro morían de curiosidad.

Al llegar fuera de los terrenos anti-apariciones, se marcharon inmediatamente.

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Cambio de Escena: Beleth. Puertas del purgatorio.

Una sombra se movía ágilmente oculta por las sombras, avanzaba con maestría sin hacer ruido, su mirada impenetrable, buscaba por todas partes las puertas del purgatorio, finalmente, divisó unas rejas de acero con un ángel y un demonio en el centro frente a frente y el símbolo de la paz sobre sus cabezas.

- Azazel… - susurró con su voz suave, llamando a su líder, compañera y amiga. – Azazel – repitió con más énfasis -

Una voz susurrante desde las profundidades que otorgaba la oscuridad habló: Qué ocurre, Beleth?

Con su voz un poco quebrada ante el tono desprovisto de emoción de su amiga respondió: Ne- Necesito saber… qué hacer… no me lo dijiste…

Con un suspiro parecido a un 'porqué a mí?' se acercó sigilosa y silenciosamente – Nada. Te dije: V-i-g-i-l-a. Nada más. Eso es lo que tienes que hacer, amiga, nada más que eso.

- M-Muy Bien… - respondió nuevamente.

En una llamarada de fuego, la chica de los cabellos rubios desapareció sin mediar otra palabra.

"…qué te ocurrió amiga… que ocurrió con MI amiga?... dónde está esa niña tan tierna y agradable en la que confíe con mi alma? Dónde está? Dónde quedó tu fuerza? … Que te hicieron cuando desapareciste un mes de nuestro entrenamiento?... quién fue el responsable? Quién? … Yo sé que Badariel te extraña, él aún te ama, pero necesita saber que aún existes dentro de tu cuerpo… saber que tu alma sigue existiendo y aún no se rinde… quizás cuando esta guerra termine… vuelvas a ser la de antes…" – pensaba la joven con tristeza al ver como su compañera partía con su común mirada fría y déspota. Desprovista de sentimientos. Vacía.

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Cambio de Escena: Badariel, Infierno.

Las crepitantes llamas del infierno resonaban por la habitación más oscura del castillo regente del lugar. Desprovisto de vida y armonía, la sala de los infiernos era la más vacía y escabrosa de todos los lugares a los que había entrado.

Los pasillos del gran castillo eran fríos y tenebrosos, a pesar de las llamas que le rodeaban, no había nada interesante que le pusiera calidez necesaria al lugar, las ventanas era gigantescas, pero nunca veías más que la negrura y las llamas que acrecentaban la sensación de claustrofobia.

Las habitaciones que conocía eran todas vacías de calidez, desprovistas de colores brillantes, sin objetos que portaran un sentimiento de comodidad. A pesar de sus lujos, que eran muchísimos. Todo hecho en oro, mármol, plata, cobre, uranio, titanio, etc., todos los elementos más grandes y costosos, los más importantes y llamativos.

Avanzó con su acostumbrado paso veloz y seguro, el mismo que cualquier Guerrero de la Noche debía poseer, silencioso, sigiloso, pacífico y arrogante. Siempre con la frente en alto, demostrando su poderío.

Llegó frente a las puertas más grandes del infierno luego de la gran sala del comienzo. Las salas de entrenamientos, llevaban a una gran caldera de demonios que entrenaban con odio y furia para sobrepasar a sus maestros, caminaban con sus pies desnudos sobre las cenizas que quedaban del fuego y por sobre éste también, por supuesto.

- Lilith – gritó en cuanto cruzó la puerta, en el mismo instante, los 'guardias' fueron a por ella, sin preguntar, sin mirarle siquiera, no que se observase otra cosa que no fueran sus cabellos rebeldes, pero aún así.

- Qué quieres y quién eres tú? – preguntó una voz desde la otra punta de la sala, sonaba fría y cruel, sádica y arrogante.

- No es algo que pueda publicar, si me siguieras, me aliviarías mi trabajo, Gracias, no me gusta aplicar mi fuerza por sobre otros seres inferiores… - sabía que aquello la enfurecería, pero necesitaba atraerla.

- Quién te crees para decir que eres más poderoso?

- Me apodan Badariel, soy un Guerrero de la Noche, vago por las sombras cumpliendo mi condena, busco sólo a aquellos que lo merecen, mi misión fue bajar al infierno a por ti.

- Con que Badariel, no es así? – preguntó ya más cerca… - pues no te pareces al Badariel que yo conocía…

- Pues no cree que es porque no lo soy? Ese es mi apodo… no mi nombre… - sonrió con burla ante la mueca de asco que apareció en el rostro de la mujer.

- Qué quieres?... puedes decírmelo aquí y ahora…

- Qué vengas conmigo – soltó de una – si no lo haces, lo harás a la fuerza.

Rió con sorna la mujer, le miró como evaluándole antes de soltar otra carcajada más fría que antes. Finalmente atacó, como buena demonio no se quedaría quieta de buenas a primeras.

Sin embargo, el ataque nunca llegó, una ráfaga de viento la estrelló contra la pared de fuego que se elevó con los poderes de una nueva sombra, ésta estaba inclinada cerca de ellos, su capa cayó un poco revelando un par de ojos celestes grisáceos con destellos escarlatas y dorados.

- Azazel – susurró el joven sorprendido, se suponía que ella no llegaría al infierno tan pronto.

- Te demorabas demasiado y no quiero que te vayas a lastimar ahora, te necesito para después – respondió simplemente con sorna arrancándole una sonrisa sincera al muchacho pues sabía que eso significaba un 'me importaba mucho que te ocurriera algo y no lo perdonaría'… Quizás aún habían esperanzas.

- Nos vamos de aquí, Lilith – habló nuevamente, envió unas cuerdas negras que la envolvieron y, guiñando un ojo, los tres desaparecieron junto a los gritos coléricos de la demonio que llevaban atada y con varias quemaduras.

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Aparecieron de golpe frente a la gran mansión en la que habían estado en sus 'vacaciones', iban cabizbajos mientras repasaban lo que había ocurrido y lo que decía la carta que les habían dejado…

-- Flash Back --

Luego de que desviaran su mirada hacia Falcore y Saith, observaron que tanto su amigo como el 'híbrido' habían desaparecido. Luego posaron su vista sobre la carta que Saith llevaba enroscada.

La abrieron rápidamente y comenzaron a leerla…

Queridos Sofía y Bryan…

Sé que querrán matarme luego de esto, pero era necesario, en serio, debo marchar a los puertos y portales, no puedo decirles donde, pero mi entrenamiento no ha terminado, intentaré volver lo antes posible, por ahora trabajen junto a los guardias entrenándoles y creando estrategias, se que lo harán muy bien. Confiad en vosotros y en mí.

Cuídense mucho. Suerte

Harry.

-- Fin Flash Back --

Ahora, ambos miraban la mansión metidos en sus pensamientos, de tal forma que no notaron a las personas que les rodeaban amenazantes, iban cubiertos por capas así que no les veían, pero ellos sí sabían quiénes eran, los guardias de la mansión…

- No nos recuerdan? – preguntó Sofía con una fingida voz alegre y vivaz.

- Sofía Armstrong? – se atrevió a preguntar Sky. El jefe de los guardias – Bryan Masters?

- Los mismos en carne y hueso…

- Pasad… no se queden allí, por favor… y el Joven Potter?

- Volverá más adelante… - susurraron ambos al unísono.

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"...Pronto, Muy Pronto llegarán… el Portador, elegido y Protector llegará… el mayor también lo hará, nuestra ultima decisión será tomada en su llegada. Veremos que tan bien entrenados están ambos… les daremos un ataque sorpresa antes de saber si poseerá el regalo que podríamos concederle o no…"

TBC...


Notas de la Autora: LO SIENTO! sí? Miren, yo dije que subiría el capítulo solo si me llegaban 7 rr en esa semana y logré ver el séptimo la semana en la que volví de mis vacaciones, me quedé trancada en la segunda línea por una semana y no podía seguir, los últimos días he escrito todo, realmente no sé como decir que aprecio muchísimo su compañía y el seguir leyendo a pesar de mis esporádicas actualizaciones, además publicaré otro fanfics y eso no es algo tan sencillo, de hecho creo que ni siquiera lo revisé para cumplir con las fechas de ambos, además está el colegio, la segunda semana y casi no estoy en la página por tareas, exámenes, pasar en limpio, descansar, etc., peor aún, me resfrié fuertísimo, no he tenido fiebre, bueno sí, he tenido pero ha sido muy extraña, como de treinta minutos MUY ALTA y me baja súper bruscamente y me dan escalofríos... es horrible, bueno, tengo que colocar también las personalidades de mis personajes nuevos y todo eso, son 100 inventados, excepto uno que otro que lo tomé de un libro de ángeles, pero no se dejen llevar. Muchas gracias por sus rr y apoyo, a quienes no me dejan comentarios, muchas gracias también, no soy muy asidua a expresarme, por eso el fics tiene cambios bruscos, jejej, y por eso también no agradezco a menudo por akí... bueno, vamos a lo que nos ataña...


Astaroth (1): Un gran duque en las regiones infernales fué en un iempo miembro del coro de los Serfines, aunque algunas autoridades alegan que perteneció al coro de los Tronos. AStaroth se manifiesta durande invocaciones como un ángel muy bello montado en un dragón con una serpiente en la mano (tachen eso). De acuerdo al Grimonium Verum, Astaroth reside ahora en América (tachen también eso). Otro de sus nombres (el cual no se usará para no crear más confusión) es Diabolus.

Atufiel (2): Uno de los ángeles guardianes del vestíbulo del Sexto cielo.

Arak (3) y Leith (4): Nombres totalmente inventados, Arak y Leith verifican las energías y demases, en este caso, serán los encargados de la evaluación de poderes mentales, elementales y sagrados en magia. Medirán energía y otros.

Shinan (5) y Leiath (6): Inventados también. Ambos son como 'Oscuridad y Luz' 'Poder y Destrucción'.

Bachiel (7): Uno de los ángeles residentes del cuarto cielo y también uno de los regentes de la esfera de Saturno.

Azriel (8): Según la Cábala, uno de los Príncipes Angelicales, está a cargo de recibir las oraciones de los fieles a la vez que dirige sesenta millares de ánfeles protectores del Norte del Cielo.

Azazel (9): Uno de los jefes de los doscientos ángeles caídos, según el primer libro de Enoch. En el libro, el apocalipsis de Abraham, se describe a Azazek como un demonio terrible con siete cabezas de serpiente, catorce caras y doce alas. Antes de su caída , se dice que Azazel perteneció al coro de los Ángeles.

Badariel (10): Uno de los Ángeles Caídos.

Beleth (11): Un Ángel caído, que tiene a su mando85 legiones infernales. Se dice que perteneció en un tiempo al Coro de los Poderes o Potencias.

Nilaiath (12): Es inventada,digamos que pertenece a la "Orden Oscura" y es el apodo de un 'ángel caído' .

Neoth (13): Inventado. igual que Nilaiath pertenece a la orden oscura u apodo de ángel caído.

Suthery (14): igualmente que Neoth.

Prisínea (15): Diosa que vigila los Campos Elíseos. Mitad Veela. Inventada.


1. La Orden Oscura y los Guerreros Dorados aparecerán un poco antes de lo previsto.

2. El siguiente capítulo se llamará: Plano Astral.


Nota Final: Nos vemos en el siguiente capítulo, cuídense mucho!

SerenitaKou

o

Eámanë Ciryatan.