Harry Potter y Los Herederos.

Capítulo 22

Plano Astral y Recuerdos de un Híbrido I.

(Abreviado: Plano Astral I)

By SerenitaKou

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"Las Memorias perdidas, las ya olvidadas, las que más quisiste olvidar pueden ser la llave para desatar el poder y regresar para ayudar a quienes lo necesitan. Tu Poder a veces son los sentimientos ligados a los recuerdos"

--SerenitaKou--

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En el Capítulo Anterior…

"...Pronto, Muy Pronto llegarán… el Portador, elegido y Protector llegará… el mayor también lo hará, nuestra ultima decisión será tomada en su llegada. Veremos que tan bien entrenados están ambos… les daremos un ataque sorpresa antes de saber si poseerá el regalo que podríamos concederle o no…"

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(Cambio de Escena)

Llevaba recorrido un largo trecho, su vestimenta delgada y ceñida no le ayudaba con el clima que había en aquellas montañas, sus pies estaban congelados y sentía como sus párpados se caían solos por el sueño que sentía en su cuerpo. A su lado iba su única compañía en aquella misión.

Ambos iban cabizbajos y abrazándose a sí mismos, ninguno venía preparado para ello, es cierto que no deberían pasar aquél frío pues poseían el don de la magia, pero bueno, si usaban sus poderes les descubrirían.

Finalmente llegaron a un sendero cubierto de nieve que les llevaría a una pequeña aldea en la cumbre de la montaña.

Los ojos de ambos, unos verdes rojizos y otros celestes grisáceos se cruzaron un momento, decidiendo que hacer, en un acuerdo silencioso se permitieron descansar un poco; Podrían volar pero el clima sería un impedimento.

Llegaron a la cima unas tres horas más tarde, los guardias se inclinaron con respecto cuando vieron sus rostros y se apresuraron a traerles abrigo y un poco de comida mientras les guiaban a la cabaña del 'jefe de la aldea'.

- Khayn – Saludaron ambos jóvenes mientras se inclinaban con respeto.

El Hombre debía medir 1.95 más o menos, unos 40 a 50 años, con cabellos castaños y matices blanquecinos, ojos violáceos y tez blanca, era bastante fornido, tenía su estética, debía admitirlo.

- Bienvenidos, Sé de vosotros, pero decidme, cuáles son vuestros nombres? – Preguntó mientras se levantaba y devolvía la inclinación.

- Sólo podemos decirle nuestros 'apodos'… - Respondió la joven tranquilamente – Pero si aquello le sirve, Me llaman Azazel, ángel caído, uno de los más maléficos y crueles, él es Badariel, mi compañero, ángel caído también, uno de los mejores y más poderosos.

- Sois ángeles? – Preguntó evidentemente sobresaltado.

- Mestizos. Pero no podemos reveladle nada más… - Volvieron a ser fríos pero corteses, demostrando su imponente figura, olvidando la pose tranquila y congelada con la que llegaron.

- A qué venís, seres mestizos, aquí, a mis dominios? – preguntó cada vez más confundido sin preocuparse en ocultar su curiosidad.

- Venimos a pedir un pequeñísimo favor, necesitamos la espada de los cielos que resguardan aquí, necesitamos hacer que una demonio responda a nuestras… - Badariel fue interrumpido por la voz de Azazel quien sonaba demasiado tensa y molesta

- Nos la entregará sí o no, no pienso decir que necesitamos hacer, al menos no revelaré más de lo que mi compañero ya ha dicho.

- No puedo cederle una espada tan importante a unos completos desconocidos.

- Pues entonces quizás si lo hagas a unos ángeles, no es así?

Quizás. – Respondió con algo de renuencia.

Ambos se transformaron, la joven, Azazel, vestía una falda ceñida a las caderas de color blanca con una especie de 'blusa' corta con un escote en 'V' y el cuello hacia arriba sin mangas, dos largas y apretadas botas de cuero y variados collares y cadenitas, su cabello suelto le quedaba mucho más largo y su pálida piel resaltaba el color de sus ojos celestes grisáceos con dorado los cuales ahora también poseían tonos azulinos y rojizos, además claro de sus alas, aunque poseía 8 en vez de 2.

El joven, Badariel, en cambio, tenía unos vaqueros ceñidos blancos con algunos cortes, una camisa sin mangas, cuello volteado hacia arriba y medio abierta, con algunos broches sin abrochar, (suena divertido), también tenía botas largas y blancas, solo que más largas y sueltas que las de Azazel, él también poseía mayor cantidad de alas, 4 en total, de cabellos castaño claro y ojos verdes rojizos ahora con tonos azulinos, alto y bastante blanco pero no tanto como su compañera…

Los hombres que estaban en aquella cabaña retrocedieron, incluso el 'jefe', las imponentes y bellas criaturas que se presentaban frente a ellos les provocaban respeto y admiración, pero temor también…

Esos ojos les miraban con firmeza y frialdad, ni un solo ápice de misericordia ni nada parecido, solo vacío.

- Les entregaré la espada a cambio de un favor… - declaró el jefe finalmente al salir de su estupor.

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(Cambio de Escena)

Correr. Saltar. Esquivar.

Solo aquello pasaba por sus mentes, mientras avanzaba junto al híbrido por el cielo, todos los arqueros les atacaban sin piedad, destruyendo todo a su paso, miles de cortes se apreciaban ya en sus cuerpos, ningún escudo repelía aquellas flechas sagradas.

Finalmente, divisaron una gran puerta de oro, tallada con su mano divina, destilando calidez por todas partes, a medida que se acercaban, la puerta se alzaba cada vez más imponente ante sus ojos.

El Salón de los Dioses.

El Salón sagrado, el más importante de todo el cielo, donde cada ángel era juzgado, cada alma era purificada, cada palabra era sellada bajo un conjuro de confidencialidad.

Sus esmeraldas observaron con estupor como la puerta se abría de un solo golpe y las flechas se detenían, ambos fueron lanzados adentro de la gran y hermosa sala; cayeron estrepitosamente en el frío suelo de mármol, golpeándose por todas partes.

Se giró y vio cómo los ángeles arqueros se arrodillaban frente a la sala.

- Veo que han llegado al final – declaró una nueva figura, una preciosa mujer de largos cabellos plateados, ojos violetas y piel pálida, alta y esbelta, con una expresión tranquila y firme. – Mis queridos Arqueros celestiales – se giró mientras hablaba hacia los ángeles – Mis felicitaciones, habéis hecho un gran trabajo, os felicito.

Todos, sin excepción, hicieron una reverencia antes de marcharse.

- Vienen a ver a Arak y a Leith, no es así?

Asintieron ambos, bastante sorprendidos aún.

- Quién dice que les dejaré pasar fácilmente? – preguntó.

Ambos se miraron aún más sorprendidos, finalmente callaron sin más, sin responder a la pregunta de la Diosa.

- Soy Nilha, Diosa protectora de las puertas de oro, y encargada de dejar entrar o no a los 'visitantes' – informó luego de unos minutos de tenso silencio.

- Nos dejarás pasar? O deberemos pasar sobre ti? – preguntó Astaroth luego de un tiempo en silencio, esta vez no tan tenso como el anterior.

- No puedo hacerlo, además, Gilraen Faelivrin no me lo permitiría.

- Gilraen Qué? – preguntó Harry curioso.

- Gilraen Faelivrin o Estrella Nocturna, es una diosa que rige mi poderío, si ella no aprueba algo que yo sí, no se permite mi decisión.

- Mm.….

- Sin embargo, haré una excepción, les dejaré pasar si antes pasan mi prueba. – Afirmó luego de unos segundos.

- Puedo saber cuál sería la prueba? – habló Astaroth de forma molesta y descortés.

- Claro, Claro. – Aceptó, luego habló con voz misteriosa y firme – Siempre se han concedido los permisos para ver recuerdos olvidados, siempre los del protegido. Nunca se ha dado el caso de que el protector lo haga, aún así, las reglas serán transgredidas esta vez, serás tú, Behemoth Azrubel Astaroth, quien podrá decidir si avanzarán o serán expulsados…

Tomo aire y prosiguió - … Si ambos están en las compuertas del cielo, no es por ti, Eönwë desde que consiguió su nombre élfico posee el pase aquí, tu no, lo perdiste cuando te marchaste al purgatorio, más aún, serás tú quien deba decidir. Tú dirás el final de esto.

- Mi prueba es fácil para cualquiera, menos para ti, tú, que desde pequeño, a tus 320 años dejaste de mostrar tu vida pues te tenían lástima o pena, te transformaste en un ser frío y déspota, dejaste de ser el ángel regente en el cielo más poderoso y caíste a la laguna del infierno, finalmente, te convertiste en híbrido, se te reconoce por tres nombres diferentes, más nunca has dicho el real, de hecho, nadie lo conoce a parte de ti, actualmente, eres el híbrido más poderoso que cualquiera, uno de los mejores en poderes, el peor en carácter, siempre retraído y arrogante, ganaste miles de enemigos desde tu paso por el cielo, el infierno, el purgatorio y tu breve paso por la tierra.

- Nunca más confiaste en nadie y eso te convirtió en lo que hoy eres, te jactas de invencible y tus propios recuerdos son tu destrucción, a pesar de no admitirlo, nunca dices que sientes, pero hoy eso cambiará si tú lo decides… Tu prueba será mostrarle tus recuerdos a tu protegido, demostrar tu vida a través del ritual 'Cambio de Memorias'. Serás tú, híbrido protector, quien decidirá ahora, el destino final del mundo.

- No! – gritó Astaroth luego de procesar las palabras de la diosa. – No le mostraré a nadie mis recuerdos. No te imaginas por lo que pasé en mi vida. No sabes lo que sufrí! – Se desesperó – No le permitiré a un mortal ni a nadie que descubra mi vida. Prefiero morir de la forma más cruel antes de hacerlo.

Astaroth no notó la mirada dolida que Harry había adoptado en sus ojos esmeralda, ni mucho menos la furia y el sentimiento de traición que se habían apoderado de ellos. La diosa, en cambio, sí lo había hecho y no dudó en actuar…

- Estás siendo injusto, dejarás que todos mueran sólo por tu egoísmo? Por tu temor! – preguntó con frialdad la diosa, quien se había apoyado contra la pared de mármol de forma despreocupada.

- No me interesa el mundo! – habló luego – no permitiré que alguien que no tiene noción de mis problemas y mis sentimientos, que alguien que no ha sufrido lo que yo, vea mis recuerdos, él no ha sufrido! No tiene derecho a saber lo que es el dolor porque no lo ha experimentado, es un miserable en lo que aquello respecta, prefiero que todos se pudran pero no mostraré algo que he guardado al mundo! Él no tiene el poder para venir y mirar algo mío, propio, privado, secreto! – Una y otra vez repitió lo mismo hasta que dijo lo peor que se le podría haber ocurrido jamás a nadie – Creo que él nunca nos mostró la verdad, que no sufrió aquello que dice! Él no sabe como viví yo, no puede saber lo que es vivir sin padres, que todos te miren como una pieza, que te usen de objeto, no, él solo lo dice para obtener el poder necesario! No sabe, jamás sabrá que…

Las estúpidas y tontas a morir palabras del híbrido jamás abandonaron sus labios, las palabras que pugnaron salir por su garganta fueron taponadas por el aullido de dolor que salió de ellos, Eönwë, cansado de tantas imbecilidades había enterrado su espada negra en el pecho del ser inmortal y había acertado a unos centímetros del corazón de éste.

La sangre había caído de forma alarmante y había empapado la espada, la que saltó, ensució los trajes oscuros del moreno, sin embargo éste siguió incrustando su espada y girándola de forma brusca, inyectándole magia, mientras uno de sus puños cerrados imprimía con fuerza el abdomen al haber acertado un potente golpe.

Mantenía la cabeza gacha, Astaroth incluso pensó que se estaba arrepintiendo, pero cuando vio sus ojos aclaró que no era así.

Levantó su vista lentamente, de forma elegante y amenazante, cuando posó sus ojos sobre los del híbrido, observó como a éste le recorría un escalofrío por la espina dorsal.

Los ojos antes esmeraldas ahora eran plateados con líneas negras, escarlatas, doradas, amarillas y anaranjadas. Fríos como un témpano, brillando con el dolor y el odio, la venganza y la crueldad, los escalofríos de miedo no dejaron de acosar su cuerpo, pero aún no terminaba, cuando el joven habló, nuevamente se retorció en miedo.

- Creo que no tienes el derecho de decirlo, híbrido media sangre – habló, tomó un respiro y continuó – De todas las personas en las que YO confié, de todos a los que les entregué parte de mi corazón, fuiste tú por el único por el que lloré sin la necesidad de antes de verlo morir, Eres al único al que le abrí mi alma, la única persona a la que le confirmé mis temores, le pregunté mis dudas… Y, sin embargo, la única que me ha traicionado de esa forma, la única que me dio la desilusión tan grande que has provocado… - la espada se hundió una vez más en su cuerpo, comenzando a atravesar la carne hasta el otro lado – Tú no sabes lo que yo viví… dices saberlo, dices haberlo vivido. Pero quién me asegura que fue así?

Ambos se miraron de forma fría y molesta, más aún, el híbrido no habló.

- Quizás el cariño que recibiste no fuese real, pero al menos lo creíste mientras lo necesitabas, tuviste a tu familia los primeros años de tu vida patética e inmortal, yo no. Yo ni siquiera les recuerdo, sólo sé de ellos por fotografías y por relatos. Más tú los exprimiste todo y cuanto pudiste, quizás te traicionaron luego, pero estuvieron ahí mientras los necesitabas, te dieron un hogar y no una casa, un simple techo sin cariño, ni siquiera fingido. Te educaron, te cuidaron, no te maltrataron, no te golpearon, no intentaron propasarse contigo, no intentaron mancillar tu cuerpo. Destruir tu mente… a mí me lo hicieron.

- Tú no perdiste a los únicos que no te veían como un trofeo, como un objeto, no, claro que no, a mi sí, a mí me ocurrió… de forma lenta y dolorosa perdí a aquellos que estuvieron a mi lado. Siempre me he culpado de ello y siempre lo haré. Murieron por salvarme o por estar en el momento equivocado y en el lugar erróneo…

Comenzó a enfadarse, de forma imperceptible para cualquiera, pero lo hizo.

- Quién te crees para hablar de dolor! Tienes dieciséis años! Yo tengo más de nueve milenios! – gritó ya fuera de sí. Ese mocoso no sabía lo que decía.

- No lo eres! – El moreno se estaba desesperando, y eso no era bueno, nada bueno – TU ERES EL QUE NO PUEDE HABLAR DE DOLOR! – le gritó colérico. Mientras enterraba aún más la espada y le aplicaba magia negra y blanca al mismo tiempo provocando descargas eléctricas por la mezcla tan explosiva, con esto, logró atravesar al fin el cuerpo de su protector, haciendo que la sangre escurriera con más fuerza que antes de su cuerpo.

La diosa, quién, había estado apoyada todo el tiempo contra la pared, recargándose de forma cómoda, se levantó ante el ataque repentino de furia de ambos y habló con voz suave y pausada junto a una divertida y sádica sonrisa:

Creo, joven Eönwë, que fue suficiente, Astaroth perderá su inmortalidad y morirá si eres tú quien lo ataca…

El moreno, quien se había levantado y había retirado su espada, la cual se terminó limpiando rápidamente con un hechizo, volvió a agacharse a la altura del híbrido y le curó de forma brusca y tosca.

Luego se levantó y dio media vuelta para apoyarse en una de las paredes de mármol.

- Decide ya, Astaroth, el tiempo se acaba…

- Creo yo, Nilha, que estás actuando de forma incorrecta, que todo esto es mentira, que no eres una diosa, que eres una enviada por los dioses para crearnos esta prueba. Cuando yo estaba aquí, en el cielo, ningún dios custodiaba la puerta de oro, sólo lo hacían dos ángeles. Y esas leyes no terminarán nunca. Impostora – soltó luego de unos momentos de forma cortante y algo pausadamente por el suave adormecimiento que tenía su cuerpo luego de la pérdida casi total de sangre.

- Creo que estás excediéndote, Azrubel, soy una diosa, pero en lo que sí tienes razón, es que esas leyes están vigentes, pero estoy aquí para su prueba. Los dos ángeles están ahora cuidando la puerta de entrada.

Harry simplemente estaba callado observando con frialdad, a pesar de que su interior saltaba curioso. Astaroth, en cambio, no presentaba cambio alguno en su semblante pálido, firme, serio y recto.

- Decide ya, mestizo – reiteró la mujer luego de muchos minutos de tenso silencio.

- Lo haré… Mostraré mis recuerdos – aclaró – pero nunca te dejaré verlos, solo Harry podrá ver algunos de ellos – agregó amenazante – y si lo haces, te mataré. Poseo el poder para hacerlo…

Sonaba tan serio y convincente que ambos, Harry y Nilha, la diosa, le creyeron.

- Que comience el ritual del intercambio entonces…

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(Cambio de Escena)

- No puedo creer que haya aceptado hacer esto… - se desesperaba la joven mientras avanzaba junto a su compañero con la espada de los cielos en su cintura guardada en una funda de color verde jade.

- No te quejes, Azazel, de todas formas aún no entiendo la petición tan… absurda… - respondió su compañero en un murmullo.

Ambos bajaban por la empinada montaña para poder marcharse. Los dos iban con capas gruesas y cómodas.

- Azazel… - llamó el joven – Azazel… - repitió al no recibir respuesta.

Un gemido de dolor llegó a sus oídos, se volteó rápidamente para ver a su compañera en el suelo, arrodillada, sujetándose el talón con fuerza, haciendo presión, y dos largas y afiladas flechas de fuego en el suelo a pocos metros más allá manchadas en sangre.

- Azazel! – gritó corriendo en su ayuda…

- Desgraciados, se aprovecharon de que nos habían lastimado en el trayecto mientras cumplíamos la orden de Khayn… - murmuró con furia mientras una pequeña aura se formaba alrededor de su mano derecha y curaba lentamente su herida sin tocar el hueso que se había quebrado.

- Porqué no curas el hueso?

- Por que mis niveles de magia bajaron alarmantemente y estoy llegando a las reservas, recuerda que uní uno de los núcleos mágicos contrarios a mí en mi interior… - recordó en un suave susurro.

- Yo te cargaré – le dijo mientras la levantaba con delicadeza del suelo y hacía que apoyase su cabeza contra su pecho, sin oponer resistencia alguna.

- Ten cuidado, Badariel, no quiero que te lastimen a ti también, sería nefasto, y no quiero llamar a Nilaiath para que nos ayude…

- No las entiendo… ambas son amigas pero mantienen una relación de odio… no, realmente no las comprendo – la cristalina risa de su amiga le sorprendió, pues hacía mucho que no la escuchaba reírse con tal soltura.

- Es difícil de explicar, pero bueno, creo que no deberíamos tratar este tema ahora, debemos irnos, si quieres puedes ayudarme en vez de cargarme – a pesar de decirlo, no hizo movimiento alguno, se sentía tan cómoda allí, tan protegida, como hacía mucho no se sentía.

- 'Azy' – llamó Badariel al ver cómo ésta cerraba sus ojos de forma lenta y cansada.

- Dime 'Bad' – respondió adormilada sin dejar su tono frío de siempre a pesar de las circunstancias.

- Prefieres aparecerte? Puedo llevarte conmigo – se apresuró a agregar.

- Está bien… - Con un suave y perezoso movimiento de muñeca creó un escudo de fuego cayendo en un peligroso estado de 'coma' al llegar a sus reservas de magia mínimas. Se podría decir que usó las reservas de las reservas de magia.

- Azazel! – gritó asustado. Al no recibir respuesta se volteó y miró que aquél escudo les protegía de nuevas flechas disparadas a ellos.

Sin esperar más, desapareció sin dejar rastro con la mujer aún en brazos, atrayéndola más hacia sí.

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- Neoth! – gritó en cuanto entró por la puerta principal de la gran mansión con Azazel en brazos.

- Badariel? – Preguntó un joven de cabellos negros – Qué ocurre? Neoth no está…

- Azazel! Llegó a las reservas mínimas! Le dije que no usara aún el núcleo! – gritó una vez más, cada vez más desesperado al ver que no podía hacer nada.

- Vamos, llamaré a Beleth, sabes que le gusta la parte de sanadora…

- Suthery, dime dónde está! Yo la buscaré! Tú busca a Nilaiath y a Neoth! – le pidió con desesperación.

- Está bien, ahora está en el laboratorio central en la cuarta planta a la derecha, el C. Creo que estaba dando clases – agregó luego de unos segundos para salir corriendo en busca de los demás.

- Maldición – masculló en voz baja mientras subía a la cuarta planta con la joven aún apretada contra su pecho.

- Beleth! – gritó ya por tercera vez, al entrar sin siquiera pedir permiso al laboratorio – Beleth! – llamó nuevamente al ver que le ignoraba y seguía dando clases. Era la Política – Es una Emergencia! De las grandes! Por favor! Trae a los tres mejores de tu clase! Los necesitaremos! – Parecía tan decaído, lo contrario a su carácter, que todos voltearon a verlo y se sorprendieron a ver a su 'líder' prácticamente como muerta, pálida y relajada al estar en la inconciencia.

- Azazel! – gritó al girarse de forma brusca, de inmediato, como buena profesional, llamó a los mejores de aquella clase – Tathar, Carolyne, Sussan! Sígannos! – gritó con voz autoritaria.

Los cinco jóvenes que corrían a ritmo desenfrenado eran la atracción, en especial porque iban con la que 'comandaba' la mansión.

Luego de correr de forma rápida, a todo lo que daban sus pies, llegaron a una gran habitación, con techo alto y una gran y hermosa cama revestida en blanco, junto a muchas otras, el centro de operaciones y planificaciones de transplante o curación especial.

Beleth se posicionó rápidamente frente a la camilla más cercana a los implementos, Azazel fue colocada sobre la 'camilla' de inmediato por Badariel, pero de forma totalmente cuidadosa y delicada, sorprendiendo a los tres jóvenes aprendices, quiénes ahora se movían con frenesí buscando los implementos necesarios.

- Muy bien, Tathar, pasa energía a través de tu núcleo… - antes de que continuara sus órdenes. La voz de Badariel interrumpió de golpe.

- No! Azazel ya tiene un núcleo demasiado poderoso el cual no se adapta aún al suyo, son casi incompatibles, necesita energía mágica, no que provenga del núcleo central. Sólo la que puedas tomar con tus manos. Yo lo haré, ustedes concéntrense en lo demás.

- Muy bien, entonces, Tathar, trae las pociones especiales de la sección C y aplícalas de manera lenta vía intravenosa, Sussan, tu me ayudarás a investigar el núcleo mágico de Azazel, mientras, yo veré el nuevo incorporado, Carolyne, Tú, por ahora, tendrás que reparar el hueso que está fracturado, el derecho, está en horribles condiciones. Qué la atacó allí? – preguntó luego mirando a Badariel.

- Dos flechas de fuego negro. – respondió con firmeza.

- Dos flechas de fuego negro, muy bien… espera!. Fuego negro! - al comienzo, habló de forma pausada y segura, sonrío feliz, pero cuando lo procesó, cayó en la cuenta de la palabra 'Negro'.

'El Fuego Negro' es conocido como el único fuego capaz de traspasar un hueso, y no quemarlo, pues se dedica a atacarlo de forma mortal, mientras sube por el mismo y comienza a expandirse, si se tardan más de 1 hora en atender, el fuego habrá destruido todos los huesos, provocando tal dolor que puede producir la muerte en el mejor de los casos, o la locura total en el peor.

- Carolyne, investigarás tú el nuevo núcleo, yo trabajaré rápidamente con sus huesos, joder, deberías habérmelo dicho antes, Badariel! – estaba desesperándose, aquello además de ser malo, era algo complicado en ella.

Se pusieron manos a la obra, concentrados y dando lo mejor de sí mismos. Mientras los tortuosos segundos pasaban, cada vez la desesperación caía en ellos, las flechas negras de aquél fuego habían calado hondo en su cuerpo.

No había movimiento, y si seguían así, muy pronto tampoco quedaría respiración…

Hacía unos momentos habían entrado Neoth, Nilaiath y Suthery, pálidos habían observado la escena, un Badariel derrumbado en el suelo sin fuerzas y con suaves y pequeñas lágrimas reprimidas que pugnaban por salir junto a un grito de desesperación, la siempre tranquila, Beleth, quien trabajaba con ahínco, dedicación y concentración a pesar de mostrarse tremendamente deprimida.

Los jóvenes estudiantes de Beleth, Tathar, Carolyne y Sussan, moviéndose cómo profesionales, actuando y administrando en los minutos específicos.

Quien más les espantó, fue Azazel, la herida, tirada en la camilla, con su piel más pálida de lo normal, un rictus de dolor marcado a más no poder, sus párpados caídos, labios pálidos y resecos entre abiertos, las venas sobresaliendo por gran parte de su cuerpo, dejando largas pero delgadas líneas moradas.

Neoth parecía un zombi, parado en medio de la sala, con la vista abierta a más no poder, Nilaiath con ojos desorbitados, y Suthery con la vista fija en un punto inexistente.

Sin embargo, el estupor no duró mucho, pues tanto Neoth cómo Nilaiath se prepararon para pasar energía, estaban al tanto del nuevo núcleo de su compañera. Y Suthery, levantó a Badariel y le administró una poción 'revitalizante', luego, fue hacia la computadora donde Carolyne miraba con total recelo los resultados.

- Qué Ocurre? – preguntó con bastante curiosidad al acercarse.

- Un Elfo Oscuro… - fue lo único que pronunció una y otra vez, con pequeños escalofríos en su espina dorsal…

- Qué quieres decir con eso? – preguntó nuevamente; curioso.

- El núcleo… Elfo Oscuro… Mestiza… Vampiros… Elfos blancos… Ángeles… Demonios… Trasgos… Licántropos… no… no puede… estaría muerta… - murmuró nuevamente para sí, cada vez más nerviosa…

Todos se giraron al escuchar su monólogo, bastante curioso, sin embargo, Badariel, quien no estaba para bromas, ni para idiotas, la levantó de forma brusca y la impactó contra la pared con su mano rodeando su cuello, imprimiendo fuerza.

- Qué? Qué quieres decirnos? Vampiros, Elfos: Oscuros y Puros, Ángeles, Demonios, Trasgos, Licántropos, que quiere decir eso? Habla. – exigió con furia.

La joven pareció asustada, ya que la mirada del joven era todo menos la amistosa que todos le conocían, fría y furiosa, poderosa y mortal.

- Su… su núcleo… está compuesto por ello… - tartamudeó – El núcleo de Elfo Oscuro fue la nueva incorporación a su cuerpo… - agregó al ver que no suavizaba ni un ápice su expresión.

El agarre en su cuello comenzó a disminuir hasta ser inexistente, Un elfo oscuro… la raza más mortífera de los inmortales, tan sanguinarios como los vampiros, los demonios y los licántropos… Tan contrario a los Ángeles y a los elfos puros… a los trasgos que tenían un núcleo oscuro pero de poder, no requerían de sangre…

Todos y cada uno cayeron en la cuenta, luego de mucho tiempo, que la joven tendida al borde de perder su inmortalidad, a pesar de su fuerza, tenía que usar más energía y magia que ellos, debía controlarse siempre para no auto-dañarse gracias a la sangre de licántropo y vampiro, ángel y demonio…

Si ya tanto había pasado, quería decir qué, su núcleo era más grande de lo que un computador mágico podía expresar.

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Sentía su cuerpo pesado, le dolían todos los músculos, creía que poco a poco se partiría en pedacitos, le ardían los ojos y, no podía moverse, el punzante dolor que tenían sus huesos y todo el cuerpo en sí, no se lo permitía.

Tenía la mente abrumada, mientras sentía que suaves lágrimas intentaban aparecer sin conseguirlo, hacía mucho que aquello ya no podía llevarlo a cabo.

Escuchaba voces lejanas, conocidas, más sin embargo, cada vez más inexistentes, un golpe, un cuerpo, palabras, dolor, movimiento, gritos de confusión, frases distorsionadas, y luego, nada.

Su cuerpo dejó de responderle aunque fuera un mínimo, su respiración se detuvo de forma brusca, sus miembros quedaron rígidos, su cabeza se ladeó mostrando una cruz roja invertida junto a una estrella de ocho puntas y una llama azul al centro.

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El ruido que provocaban las alertas de paros, les advirtió que algo malo, muy malo, ocurría. Azazel dejó de respirar de un minuto a otro, su cuerpo quedó rígido, y su cabeza se ladeó dejando mirar una marca que nunca jamás, habían visto.

"…Cuando crees que es demasiado tarde, el cariño y la energía pueden recuperar a aquello que han perdido, sin perder la calma, podrían lograrlo… si es demasiado tarde, queden con su recuerdo por siempre, sin olvidarle, sin mancillar su memoria, guardando un gran espacio de esa persona en su corazón, que obtenga su pequeño rincón, que de vez en cuando, le lloren, le hablen, pero no pierdan sus esperanzas hasta el final…"

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N/A: hola, ven, me tardé mucho menos! síííí! a poco y no es emocionante? - Sere simplemente mira a todos lados y dice 'sí, lo siento, vane está un poco loca' - Hey, cómo que loca! - sí, lo loca - ¬¬ - €¬¬ - jejeje, lo siento U, bueno, verán, el capítulo fue cortísimo, porqué? bueno... dejé las dos partes que aparecían en 'suspenso', se imaginan que ocurrirá? si es así, díganme, que sería agradable tener su opinión conmigo...

Me disculpo por no responder a sus reviews, de verdad pero las dudas las responderé de forma general aquí, abajo. Si tienen alguna duda, o sí quieren ver alguna interrogante que simplemente no saben como plantear, lean esto no, jejeje :P

A Alteia: Tú duda fué, si no mal recuerdo, de que ciudad era no? Pues bien, Santiago, RM, jejeje, bien, cualquier duda, me dices... (digo, dicen).

Algunos me han dicho que desean ver una verdadera batalla, no es así? Pues bien, la primera parte en la que se enfrentan los herederos y los mortífagos, ocurrirá cuando Harry aparezca con los demás, no puedo decir en que capítulo, pero será muy pronto, más o menos unos tres, pues los siguientes ya están planeados.

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Les sorprende que use mucho a Neoth, Badariel, Nilaiath, Beleth, Suthery y Azazel? En especial a Badariel y Azazel? o no? jajajaja, lo siento, pero hacía mucho tiempo quería usar esta clase de personajes, más adelante se irándescubriendo más cosas sobre ellos, si les sorprende luego, leer qué, en el capítulo 'Al Borde de la Muerte' (si no mal recuerdo) a Harry le habló una voz, quien era? Una de estas hermosas y locas jóvenes. Los chicos, son algo así como sus respectivas parejas, yo insisto en que no habrá romance, porque de seguro no les interesaría leer un romance que no sea de Harry, pero bueno, uno que otro lío amoroso, puede que haya. No mucho más que eso... -.-

Qué más? ... ... ... ... . ... mmm... estoy segura de que olvido algo... bueno, si lo recuerdo más adelante, lo anotaré y lo pondré en el siguiente capítulo, que intentaré publicar pronto, luego de El Príncipe de las Sombras, (jejej, publicidad, lo siento) Si les gusta el Slash, apreciaría que lo leyeran, me reservo el derecho de autor, vale? el Link está en mi Profile. Bye!

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1. El siguiente capítulo, como supongo y deducieron, Se llamará: Plano Astral y Recuerdos de un Híbrido II.

ahora sí, bye bye... Dejen Reviews Please!con un 'Bien' me conformo:P

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Nota Final: Nos vemos en el siguiente capítulo, cuídense mucho!

SerenitaKou

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Eámanë Ciryatan.