Dark: Solo les pido disculpas si me llego a tardar... y bienvenidos al capitulo cuatro!

Nico: Bueno comencemos de una vez ...Dark Janubis no es dueña de Yugioh! Ni de ninguno de sus personajes...

Dark: Gracias, bueno, comencemos con el fic!

Me agrada esto

Luego de un rato, Yami tomo a Yugi en sus brazos y asegurándose de que su pequeño amigo estuviera abrigado en su camisa, el faraón salió de la tienda rumbo al centro comercial. Yami debía admitir que la sensación de tener al pequeño Yugi descansando su pequeña cabecita contra su pecho y sujetando su camisa en su diminuta mano era muy agradable. El faraón se sentía extrañamente feliz de que Yugi lo necesitara tanto.

Pronto llegó hasta el gran centro comercial. Ahora bien, el faraón había estado ahí antes con los chicos, pero no estaba muy seguro de donde quedaba qué. Por ello al ingresar se dirigió hacia primera persona que vio, que para su suerte era un policía.

-Disculpe Señor… mm…. Por casualidad sabrá donde puedo conseguir cosas de bebés?

El policía lo miro y luego al pequeño niño que se había quedado medio dormido en sus brazos. Sonriendo enternecido, el hombre le respondió.

-Será un placer Señor-con eso se dirigió hacia un gran mapa del centro-déjeme ver… tienda para bebés…tienda para bebés… aha, aquí esta…mundo del bebé… suba la escalera de enfrente, camina todo el pasillo y doble a la derecha, ahí estará la gran tienda con un bebé en frente.

-Muchas gracias-dijo caminando.

-De nada amigo, que le vaya bien a usted y su hijo!-dijo moviendo la mano en despedida.

Al oír eso, Yami se detuvo, volteó para corregir al hombre, pero el policía ya había vuelto a su puesto.

-Oh, bueno…. Si quiere creer que soy tu padre…entonces no creo que eso nos haga daño-pensó para sí mientras caminaba.

Luego de equivocarse unas cuantas veces en el camino, el faraón logró dar con la tienda.

-Cómo rayos no vi el letrero gigante?-se preguntó al notar que ya había pasado por ese camino.

Entrando con cierta cautela, el faraón se llevó una sorpresa. Dentro de la tienda había muchas, muchas mujeres. En realidad, el parecía ser el único hombre. Eso hizo que Yami se sintiera un tanto nervioso.

-Buenos días en qué podría ayudarlo?-dijo una alegre y sonriente trabajadora.

Yami se llevó una sorpresa con la repentina voz de la joven y retrocedió con fuerza. El movimiento y las voces despertaron a Yugi quien tiernamente dio un adorable bostezo.

-Ah! Pero que hermosura de niño!-chilló la mujer, causando que otras se acercaran.

-Es cierto!, pero que lindura

-Es igualito a su papá!

-Mira que ternura!-decían las mujeres haciendo caras al bebé.

Yami se estaba poniendo algo incómodo con la situación, por eso decidió tratar de terminarla.

-Disculpe, necesito comprar unas cosas... no sé sí sería posible que me permitieran realizar mis compras?-dijo educadamente.

-Claro... su esposa estaba trabajando- preguntó la chica del principió mientras les pedía a las demás mujeres que volvieran a sus labores o a lo que estaban haciendo.

-Yo...no tengo esposa-dijo algo confundido.

-¡AH?-la mujer volteó a verlo sorprendida y luego una amable sonrisa apareció en su rostro-Un padre soltero! Vaya, no sé ve muy seguido, normalmente veo madres solteras pero...

-padre?-Yami ya estaba pensando seriamente "Es que acaso aparentamos tanto ser padre e hijo?"se preguntó en incredulidad.

-Bueno, le permitiré realizar sus compras, pero en caso de que necesite alguna ayuda no dude en preguntar. Cualquier padre que cuide a su hijo merece cuanta ayuda se pueda!

Yami se alejó de la mujer con una extraña sensación de simpatía, esto de hacerse pasar por el papá de Yugi no se veía tan mal, es decir, Yugi era su mejor amigo, no le haría daño ser su padre por un tiempo... pero Yugi tenía un padre, tal vez uno malo, pero tenía un padre, por eso Yami no se sentía completamente tranquilo con dejar pasar la idea.

Con la pequeña lista que la señora le había dado en la tienda, el faraón se dedicó a buscar todo lo que pedía en ella. Buscó las cosas mirando las etiquetas de los precios para leer sus nombres ya que en general desconocía la mayoría de las cosas en la lista.

-Leche en polvo?...la leche no era líquida?-preguntó confundido mientras tomaba la lata que contenía la leche para bebés.

Cuando hubo comprado alguno objetos, decidió que Yugi necesitaba urgentemente algo que pudiera cubrir bien su cuerpecito y que no lo enterrara vivo como lo hacía su camisa. Pero como el faraón no era nada conocedor de estas cosas llamó a la señorita.

-En qué puedo ayudarle?-preguntó alegre.

-Sé que esto puede sonar tonto... pero no soy bueno para encontrarle ropa... es decir puedo comprarme ropa... pero entre estas cosas... yo...pues...

-No se preocupe, entiendo-dijo con amabilidad-Qué le parece si me da al pequeño, le pruebo algunos conjuntos y usted decide?-mencionó extendiendo sus brazos.

Yami miró las manos de la mujer y su sincero rostro, pero por alguna razón le costó un increíble trabajo poder soltar a Yugi, era casi doloroso separarse del pequeño. Y unos segundos después de estar en los brazos de la mujer, pareció que Yugi pensaba la mismo, porque empezó a llorar.

-Oh... shh... pobrecito, parece que no te gusta estar lejos de tu papá... no... no llores...-entonces Yami vio a la mujer sacar algo de su bolsillo, y luego se lo colocó en la boca al bebé y Yugi empezó a chuparlo y se tranquilizó- eso es, un chupón siempre sirve!

-Qué es eso?-preguntó Yami sorprendido.

-Es un chupete o chupón... es como la parte de arriba de un biberón, hace que los pequeñitos se sientan más tranquilos y se distraigan con algo. Ahora, si me permite, iré a darle un cambio!

Durante un buen rato, Yami se sintió como juez de un concurso ridículo de moda. La mujer se había emocionado y le había probado varios diseños al pequeño. Pero ninguno parecía gustarle al faraón, y sinceramente no se le podía culpar.

El conjunto de marinerito (con todo y gorra)

No

El trajecito escocés (con faldita)

No

La ropa con el logotipo de Barnie (y un alegre eslogan)

DEFINITIVAMENTE NO!

-Disculpe...-dijo yami algo cansado después de haber tenido que ver al pobre Yugi probarse casi diez modelos-no tendrá algo más... no sé...-el faraón lo pensó un poco y luego dijo-como yo?-dijo mientras hacía mención de su ropa.

-Como usted?...mm... creo que sí...-dijo la muchacha mientras se llevaba al pequeño niño.

Minutos después...

-Qué tal este?

-PERFECTO!-fue su única palabra.

Yugi venía vestidito con un polito de mangas corta de color negro. Además tenía un overall muy tierno de color azul jean con un mago oscuro bordado al frente. Y traía media blanquitas y un par de zapatos negritos que tenían la palabra "Duelo" escrita con ese plástico que le ponen a las zapatillas de color azul. Ante los ojos de Yami, ese era el estilo de su aibou, casi como se solía vestir normalmente. Muy contento al respecto, Yami compró otro polo para precaución.

-Me da gusto que le agrade-dijo la joven- ahora, le gustaría verle una sillita?

-Silla?-el faraón preguntó demandando una respuesta.

-Sí, son sillas pequeñas donde los bebés que como su pequeño no pueden sentarse, además es una forma de asegurarse de que no se vayan a lugares peligrosos o se caigan al suelo.

La explicación le bastó a Yami para comprar una. Lamentablemente, Yugi era un bebé más pequeño del tamaño normal, por lo cual la silla era grande para él, pero la señorita dijo que no había problema, dijo que podía ajustarse la correa y Yugi quedaría cómodo, además dijo que si Yugi seguía siendo pequeño, la silla le podría durar hasta su segundo año.

El regreso a casa fue un tanto difícil ya que el pobre faraón tenía que cargar sus cosas de vuelta y no tenía carro, por suerte la señorita le regalo un arnés para poder colocar a Yugi y poder cargarlo sin necesidad de usar sus manos.

No hace falta decir que cuando yami llegó a casa, se sintió llenó de alegría. Colocó todo en su lugar y llevó cargando a Yugi hasta la sala. Entonces se dejo caer en el sofá. Al recostarse, pudo sentir el peso y la calidez del cuerpo de su pequeño aibou en su pecho. Yugi estaba intrigado por la cara de fatiga de Yami y casi como para animarle empezó a hacer tiernos sonidos de bebé.

-Bua..a.aa...u...o..u...

Yami miró al pequeño niño-Jajaja me encantaría saber que significa aibou...

-oooii uu

-Estoy algo cansado por cargar esas cosas, pero estoy bien, nada que preocuparse-dijo cómicamente.

Yugi rió al oír la voz de Yami.

Luego de un rato más, Yami se puso de pie y sacó a Yugi del arnés.

-Bueno, Ya tenemos todo... déjame ver...-sacó la lista y empezó a leer- biberón, leche en polvo, chupón, frazada, ropa, silla, paña...

De pronto Yami se quedó congelado.

-Pa...pa...pañales... olvidé lo pañales!-dijo en enojo-rayos, y esa señora me dijo que eran muy importantes!-mientras que Yami hablaba consigo mismo no se dio cuenta que inconscientemente estaba meciendo a Yugi.

-Bueno Yami, no te alteres, esa señora dijo que podías conseguirlos en una farmacia... y hay una a dos cuadras... no es tan malo!-dijo animándose-ahora, sí tan solo supiera que hacer con aibou, quizá...-con eso bajó la vista y se sorprendió al ver a Yugi durmiendo apaciblemente contra su pecho. Yami sonrió ante la imagen-parece que no soy el único agotado...

Dirigiéndose hacia sus compras, Yami sacó la silla alconchonada (son esas como las que van en los carros) y delicadamente colocó a Yugi en ella. "esa joven tenía razón, aibou es ciertamente mucho más pequeño que la silla" Luego colocó la silla en el sofá y cubrió con la mantita a Yugi (no su cabeza).

-Sé un buen niño... quédate dormido unos minutos, solo iré a comprar cerca, no te preocupes aibou, sí algo anda mal, yo lo sabré- entonces Yami hizo algo que ni el mismo entendió. Se acercó a Yugi y le dio un suave beso en su frente. Algo confundido por la sensación de hacer eso, el faraón salió a prisa para regresar rápido. (imprudente dejar a un niño solo no? Pero hay que entender que Yami nunca cuidó niños)

Ooo

Había terminado el último día de clases del semestre. Y el par estaba en camino a reunirse con sus amigos en la arcada. Pero por todo el camino extrañaban la presencia de el pequeño duelista...

-Tristan, por qué crees que Yugi no apareció el día de hoy?

-No lo sé Joey, ayer se veía mal, debe seguir enfermo.

-Tal vez deberíamos decirles a los chicos que vayamos a darle una visita.

-Sí, tal...

-Tal?

-Mira-dijo señalando a una farmacia de donde Yami parecía entrar muy apurado.

-Es el faraón-dijo Joey.

-Vaya, tu crees Sherlock?

-Tristan no molestes ahora!

Ambos muchachos esperaron un poco, pero cuando su amigo salió de la tienda, quedaron algo sorprendidos a la vez de confundidos.

-PAÑALES?-se dijeron el uno al otro.

-Para qué quiere el faraón pañales?-preguntó Joey.

-No le sé... pero debemos averiguarlo!

-Debemos?

-Cómo amigos tenemos que conocer lo que pasa con nuestros amigos, así que vamos-ambos siguieron al faraón silenciosamente hast a la tienda de juegos.

-Yami entró-dijo Tristan.

-Espera, hay una ventana en el área de la sala de Yugi!

-Buena idea Joey.

Ambos se escabulleron y cruzaron los arbustos para acercarse y observar. Lo que observarían los dejaría desconcertados.

El faraón había ingresado a la habitación y se había dirigido al sofá (los de afuera no podían ver bien el sofá porque estaba volteado), luego levantó al pequeño Yugi que parecía haberse despertado y parecía estar triste de no ver a Yami. Y en sus brazos Yami lo abrazó y lo meció con gran cuidado y delicadeza.

Fuera de la ventana, dos muchachos tenían la boca tan abierta que casi se les caía hasta el suelo.

-Joey... vez lo que yo veo?

-Sí te refieres al faraón haciendo lo que creo que hace, sí...

Ambos muchachos se miraron y se dijeron el uno al otro.

-EL FARAÓN TIENE UN BEBÉ?

Ambos quedaron en silencio unos segundos después. Hasta que Joey habló.

-Esto es increíble... por eso, necesitamos más testigos!

-Piensas lo mismo que yo?

-Sí

-DÍGAMOSLE A TODOS EN LA ARCADA!-y con eso el par de confundidos chicos salió corriendo.

Ooo

Dark: Bueno, eso fue todo, espero que lo hubieran disfrutado.

Nico: Sí, hasta pronto!

R&R