— NOTAS DE LA TRADUCTORA —
La historia pertenece a: PimpedOutGreenEars.
Phineas y Ferb pertenecen a: Dan Povenmire y Jeff Swampy Marsh.
Apartamento vacío
Capítulo 20. Sonrisa de comercial
…
Cuando sonó la campana del octavo período, Ferb aun no había regresado a la clase de matemáticas. Phineas mentiría si dijera que no le molestaba. Quería que el chico británico volviera a la habitación en el momento en que se marchó.
Phineas se puso de pie para recoger sus cosas y se subió la chaqueta hasta el cuello. La camisa que usó ese día era blanca y le preocupaba que la sangre del hombro la empapara. Ante eso, levantó la mano para rascarse el hombro, pero evitó detenerse un segundo antes de hacerlo. Tuvo que forzar su mano antes de hacerlo.
—¿Vienés? —pregunta Baljeet.
El pelirrojo asintió mientras se movía para caminar a lado de su amigo.
—Si, lo siento —sonríe.
Una vez que salieron del aula, solo caminaron algunos pasos antes de que Baljeet se detuviera. Phineas se detuvo de igual forma, extrañado. Sintió pánico de que el moreno hubiera notado la sangre bajo sus uñas.
—Tienes el próximo periodo con Ferb, ¿No es así? — mientras esperaba miraba alrededor de los pasillos.
—Si —respondió tratando de no parecer nervioso. Estar cerca de Ferb era la mejor relajación que había experimentado. Que le preguntarán de él, le produciría ansiedad.
—No quiero hablar mal de él, pero ¿Acaso suele meterse en problemas seguidos?
Debió sentirse aliviado de que el moreno hizo esa pregunta, pero no fue así. Todavía sentía que se transportaba de él, como si le preguntara porque se había acostado con Ferb. Cada vez que alguien hablaba del peliverde, esa sensación no se desvanecía.
—No, está bastante callado — respondió.
Tenía la sensación de que Ferb hablaba más en la clase de arte que cualquiera de las otras clases que compartían, pero no quería mencionar ese detalle.
—Oh, solo me preguntaba, ¿crees que tal vez se porta mal porque le aburre estar aquí? Sé que disfruto la escuela incluso cuando es fácil, pero a él no parece gustar…
—Baljeet, los dos vamos a llegar tarde. Podemos hablarlo después, ¿de acuerdo? —interrumpió Phineas con una sonrisa forzada en el rostro.
—¡Oh, tienes razón! Hablaremos más tarde. ¡Adiós Phineas! —dijo antes de girarse para acercarse a su clase.
Phineas dejó escapar un suspiro de alivio mientras se dirigía al baño. Una vez ahí, entro y miro a su alrededor. Solo había un tipo adentro usando el urinario. No lo conocía, pero le molestaba que alguien más estuviera allí.
Camino hacia los lavabos y se mojó las manos. La sangre en sus uñas casi le daba una sensación de vértigo. No era aprensivo, solo le mareaba pensar que esa sangre le pertenecía.
Dios, se había hecho sangrar, de nuevo.
Respiro hondo, se puso jabón en las palmas de las manos y frotó la sangre con fuerza.
Estaba bien, todo estará bien. Respiraba con normalidad, no se iba a desmayar, sus vías respiratorias aún estaban abiertas.
Mientras repetía esa frase como un mantra en su cabeza y se enjuagaba las manos, poco a poco comenzó a tranquilizarse y finalmente todos los rastros de sangre desaparecieron. Agarro un par de toallas de papel y se secó las manos antes de acercarse a la clase de arte justo cuando el otro chico se acercaba al lavabo.
Esperaba que Ferb estuviera en el aula. Lo necesitaba ahí. Phineas lo estaba haciendo de nuevo. Necesitaba calmarse. Necesitaba parar antes de que las cosas empeoraran de nuevo. Aún podría estabilizarse sereno. Aun todo podría estar bien.
Phineas quiso caer de rodillas y agradecer al cielo cuando vio una mata de cabello verde, justamente sentado en el asiento frente al suyo.
Se acerco a la mesa y tomo asiento.
—Hola Phineas —saludo con alegría Adyson. Había estado contenta desde la audición que las The Fireside Girls hicieron el día lunes para una fiesta de cumpleaños. Estarán tocando en la fiesta el próximo mes y todas las chicas estaban emocionadas, incluida su novia.
—Hola Adyson —mantuvo la voz firme, pero le resultó difícil hacerlo. Era difícil no pensar en todas las formas en que estaba defraudando a su novia perfecta cuando su mejor amiga estaba sentada a su lado.
Phineas fijó su mirada en Ferb.
El adolescente más alto se había quitado la chaqueta y solo vestía su camiseta verde. Que se quitara aquella prenda era un indicio de que había estado fumando. También había un ligero olor a humo emanando de él. Estaba seguro de que nadie podría notarlo.
Phineas quería rogarle a Ferb que viniera después de la escuela. No quería estar solo; tampoco quería estar con nadie además de Ferb. Pero sabía muy bien que así no funcionaban las cosas. Él no era su amigo, lo sabía sin lugar a dudas. El británico no era el tipo de persona que te seguiría la corriente. No quería estar cerca de él y era bastante obvio que Ferb no fingiría querer lo contrario.
Las cosas habían sido diferentes desde que Ferb había venido a su casa, pero no eran amigos. No, Ferb acaba de prestar más atención. Phineas no creía que nadie más se hubiera dado cuenta, pero él sí. El otro quería algo. No era amistad, no era sexo, pero fuera lo que fuera Phineas estaba seguro que quería algo de el.
Eso significaba que Phineas tiene que descubrir que quería Ferb y usar a su favor para que el peliverde lo quisiera.
La paciencia es poder.
Pero para ser sincero, no tenía tiempo para eso. Ansiaba obtener lo que le hacia falta y ya no quería seguir averiguando como hacer que Ferb se lo cumpliera.
Trató de despejar su mente cuanto el chico en cuestión lo miró con una ceja levantada. Puede que ya no tuviera tiempo para averiguarlo, pero tenía unos cuarenta y cinco minutos de clase de Arte para que el adolescente británico lo acompañara a casa y pudieran descubrirlo juntos.
—Hiciste una gran escena en la clase de matemáticas —mencionó Phineas con una sonrisa—. ¿En cuantos problemas te metiste? —pregunto.
—Detención —respondió sin hacer ningún tipo de movimiento.
Como quisiera imitar su lenguaje corporal.
—¿Qué hiciste ahora? Todos aun siguen hablando sobre lo que paso con la Sra. Clearwater —dijo Adyson uniéndose a la conversación.
—Cause una distracción —mencionó sin más información.
—Bueno, eso es muy informativo. Gracias, Ferb —dice la castaña en un tono sarcástico antes de acercarse a Phineas—. ¿Qué sucedió? —exigió.
—El Sr. Richardson se enojó porque estaba leyendo mientras repasábamos nuestras pruebas. No estaban de acuerdo sobre si leer era una distracción y enviar a Ferb a la oficina —explicó el pelirrojo, omitiendo la parte sobre que Ferb le había faltado respeto al profesor.
—¡Espera! ¿El Sr. Richardson te envió a la oficina? — preguntó Adyson mientras se dirigía al peliverde—. Es el profesor más relajado de la escuela, ¿Cómo lograste enfadarlo?
—No fue tan difícil como todos parecen pensar —mencionó Ferb mientras descansaba su cabeza en su mano extendida.
El más alto estaba aburrido y Phineas necesitaba que se interesara.
Por supuesto, Phineas no tuvo la oportunidad de decir algo porque la señorita Mulberry había aplaudido desde su escritorio, indicando que quería la atención de todos.
—Muy bien, ¡espero que todos hayan venido con nuevas ideas! Voy a pasar los carteles en donde harán su proyecto. que ya tenga sus suministros pueden comenzar a pegar, los que no, pueden seguir leyendo periódicos y revistas o marquen en donde quieren que vayan los recortes —la mujer siguió divagando.
Phineas odiaba este proyecto. Poner su alma en papel no era algo que pudiera hacer. Porque cuando se encontró de eso, Phineas Flynn sabía que era una persona horrible. Causó problemas a las personas que amaba, las últimas e hizo cosas que harían que la gente se le revolviera el estómago.
Este proyecto era la prueba de que era un mentiroso. Odiaba mentir. Caía en su punto más bajo cada vez que lo hacía.
Lo hacía todo el tiempo.
Mentir era la única forma en que podía lastimar a las personas que le importaban. Nunca podría salir y decirles a todos quién era realmente. Nunca pude confesar lo que realmente quería o como se sintió. Solo tenía que seguir fingiendo.
Por siempre.
Cuando recibió su cartel blanco se encontró un poco, había estado tan metido en su cabeza que ni siquiera se había dado cuenta.
Se miró la mano izquierda. Tenía un poco de sangre debajo de las uñas, ni siquiera se había dado cuenta de que se hacía daño. Lo cual no era algo anormal.
Se frotó las uñas contra los jeans con la esperanza de quitarse la sangre. Tuvo suerte de que asi fuera.
—Entonces, ¿ya saben lo que van a hacer? —pregunto a Adyson. Llevaba una bolsa Ziploc llena de imágenes que había cortado sobre la mesa.
—Solo voy a mirar revistas hoy —habló Phineas manteniendo una sonrisa impecable.
—Bueno, supongo que eso es más productivo que los últimos dos días —dijo la castaña con desdén—. ¿Qué hay de ti? ¿Todavía te importa un carajo esta cosa? —pregunto mirando a Ferb.
Ferb se encogió de hombros.
—Siempre puedes hacer el tuyo sobre como aterrorizas a las personas de mediana edad —trato de burlarse.
—Lo pondré en la esquina superior izquierda —respondió sarcásticamente.
Phineas río levemente. Le gustó lo ingenioso que era Ferb. Conocía gente así solo en la televisión y en las películas, pero en la vida real siempre parecían distantes.
Ferb lo miró vagamente y él le sonrió de vuelta. No captó la atención del peliverde por mucho tiempo, el adolescente más alto pronto volvió a mirar a su poster.
Phineas estaba frustrado cuando se levantó para buscar revistas, la señorita Mulberry había traído docenas para que los estudiantes las revisaran. Quería llamar la atención del peliverde, pero no estaba seguro de como hacerlo. Para llamar su atención necesita saber algo sobre él. Todo lo que sabía era que le gustaba la música, el fútbol y que era muy inteligente. insuficiente, eso no le dio mucho con que trabajar.
Cogió una pila de revistas del montón y las llevó de vuelta a su mesa. Las colocó en el medio para que, si Adyson o Ferb quisieran, pudieran mirar a través de ellos.
Esperaba que Ferb no volviera a meterse en problemas. No quería estar lejos de él otra vez.
Phineas trató de esforzarse mientras abría una revista y comenzaba a hojearla. Ni siquiera sabía de qué tipo había agarrado. Solo esperaba encontrar algo que funcionara. Necesitaba encontrar suficientes imágenes para colocar en el cartel y que luciera como si realmente lo describiera.
Escuchó un sonido de rasgadura y se dio cuenta de que Ferb estaba arrancando una página de una revista. Era una revista de una pila que al parecer podría haber traído de casa. Había tres en total y la que estaba revisando el peliverde era de música.
A Phineas le gustó la música. Le gustó demasiado. Una oleada de alegría atravesó todo su cuerpo cuando descubrió que Ferb podía tocar la guitarra, y el hecho de que había dicho que podía tocar más instrumentos, solo se sumaba a la sensación.
La música era una de las únicas cosas en las que Phineas podía ser honesto, aunque a veces sentía que la gente encontraba su fascinación algo extraña. Podía pasar horas tocando, pero nadie de su círculo cercano parecía tener la misma capacidad de atención. Por supuesto, Ferb era el caso contrario. Tocó con él por horas sin cansancio alguno.
Paso una página y vio la foto de un auto.
A Ferb le gustaron los autos, ¿No? Nunca lo había mencionado, pero ciertos detalles lo hicieron a esa conclusión. Llevaba un soplete en el bolsillo y, por supuesto, cambió con facilidad el aceite del auto de su padre. Además de que pudo distinguir a pesar de la oscuridad que tenía un coche impresionante. Así que había una gran probabilidad de que le gustaran.
Phineas estaba dispuesto a correr el riesgo.
—¿Qué tipos de autos te gustan? —pregunto. Trato de sonar como si realmente supiera que a Ferb le gustaban los autos.
Ferb encogió los hombros. Una vaga respuesta que podría indicar que le gustaban varios.
Phineas levantó la revista para que el peliverde pudiera ver el auto.
—No es nada especial —menciono mientras miraba el coche—. Pero lo tomaría solo por esto —el pelirrojo arrancó la página y se la entregó.
—¿Qué hace especial un auto? — preguntó el pelirrojo.
—Es como preguntar que hace que Batman sea mejor que Aquaman —dijo antes de comenzar a recortar la imagen del auto.
Phineas se tomó un segundo para pensar—. Difícil de explicar a menos que sepas algo sobre ellos, pero es… ¿super obvio si lo sabes?
—Y siempre existe una idiota que no está de acuerdo —concordó Ferb.
—Y las personas hablan como si estuvieran informadas, pero en realidad no lo están —añadió el pelirrojo.
—Ahora lo entiendes —le respondió.
—Uh, muchachos —ambos escucharon a Adyson murmurar por lo bajo.
Phineas le sonrió, pero por lo demás no dijo nada. A Phineas ahora le gustaba aún más sabiendo que le gustaban los superhéroes. Es como si cada cosa nueva que descubre del peliverde, su gusto aumentaba.
Unos segundos después, Ferb le hizo señas de pasarle una foto. Era una guitarra roja marca Epiphone. Aquel gesto hizo sonreír a Phineas, aceptando así la foto.
El resto del período transcurrió así.
Mientras Adyson trabajaba en silencio, los dos muchachos continuaron pasándose fotos de un lado a otro. El estrés que había en los hombros de Phineas, desapareció con el paso del tiempo. No sentí estrés al dejar que Ferb le diera cosas diferentes. En su mayoría estaban relacionados con la música y el fútbol, pero era más que suficiente para hacerlo feliz.
También sentí que estaba aprendiendo mucho más sobre Ferb gracias al proyecto. Era como un juego de adivinanzas, en el que descubre lo que sí y lo que no le gustó al peliverde.
Para cuando sonó el timbre, gran parte del estrés con el que entró a la clase, se desvaneció. Todavía sentí que en el segundo en que regresara a su casa vacía, la ansiedad volvería con fuerza, pero por el momento se sintió más tranquilo. Esperaba haber dicho o hecho algo que hizo que Ferb decidiera que quería pasar tiempo con él.
Se levantó de su asiento y comenzó a guardar las revistas. La señorita Mulberry levantó la voz para anunciar que seguirán trabajando al día siguiente. Una vez que las guardó, se apresuró a ir a su casillero con la esperanza de alcanzar a Ferb.
—NOTAS DE LA TRADUCTORA—
Hola, con gusto de saludarles, les traigo una nueva actualización y en verdad espero poder traer pronto el siguiente.
Bueno, hablando sobre el capítulo de hoy, cada vez se pone más interesante. Me duele el alma como Phineas lucha contra su ansiedad y también pena el como tiene que depender de Ferb para poder calmarla. Si que será una montaña rusa de emociones, ¿eh?
En fin, nos leemos pronto ❤
Historia Original:
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¡LolitaMick14 fuera, paz!
