Los últimos días de mi vida.

Capítulo dos -Nuevos horizontes.

Lune, quien en el capítulo anterior recibiera una terrible noticia y una patada, se dirigió al santuario y comenzó a preguntar por Milo...

-¡LARGO! -gritó Mu atacando al casi ex espectro de Hades con su revolución de polvo estelar (¿se llama así?) -ya bastante tenemos con Seiya viviendo aquí ¬¬

Y eso le dio una idea al espectro.

-¿Problemas? Yo puedo solucionarlo.

-¿De verdad? -preguntó interesado el caballero de Aries- ¿cómo sé que no me están tomando el pelo?

-Sencillo -le da una soga con un moñito- solo dígale que es un regalo de amistad, una corbata, y cuando la calce, jala la soga y tendrá un hermoso colgante que podrá servirle de trofeo o piñata al menos hasta que empiece a apestar.

-Oh, nunca se me hubiera ocurrido -agarra la soga- ¿cuanto le debo?

-Mmmm, hagamos un trato, lléveme con Milo, y si la soga no funciona, la próxima estrategia de exterminio es totalmente gratis.

Completamente ilusionado con la idea, Mu guió a Lune hasta la casa de escorpión, donde Milo de nueva cuenta hiciera de las suyas...

-Vamos Camus, mira, si no funciona, bailaré la macarena en calzoncillos y lo publicaré en internet.

-No seas estúpido, Milo. YA hay un video tuyo bailando la macarena, y bien acompañado ¬¬

-Ahrrr¿no me digas que estás celoso de mi encanto y atractivo para los demás?

Para toda respuesta, Camus estampó a Milo en uno de los pilares.

-Imbécil.

Ocultos tras la entrada, ambos caballeros esperaron a que no hubiera moros en la costa.

-Listo, ahi tienes a Milo, todo tuyo -corre hasta la salida- ¡Y pobre de ti si no funciona, por que volveré para mandarte al infierno!

Pocos instantes después, Milo recobró la conciencia.

-Rayos, creo que aún no me despierto. Tengo frente a mi a ese afrentoso de Lune de Balrog, ese estúpido espectro de Hades con el que todos nos divertimos escondiéndole el casco...

-Para tu información, cerebro de sorgo, estoy frente a tí¡Y no soy un espectro estúpido!

-Lo dije al revés.

-¡No me interesa tu dicción o dislexia! Necesito tu ayuda urgentemente.

Milo observó el gesto desesperado de Lune y decidió no prestarle atención sino ir a la casa de Capricornio a pedirle una pomada y o dinero a Shura, pero sintió como el casi ex-espectro lo tacleaba, noqueandolo contra un pilar.

-Rayos, ahora necesito una cubeta con agua.

Y se dirigió hacia donde había salido Camus...

Continuará (en serio)