La paz había vuelto a Gensokyo una vez más y de tal modo Seth podía descansar nuevamente, en ese momento se encontraba jugando en una de sus consolas cuando finalmente tuvo el tiempo de hacerlo.
"¿No es grandioso esto? Arreglaste tu primer incidente y ganaste un lugar en Gensokyo, nada mal para un forastero"
- Es cierto, pero ya sabes que no soy cualquiera, por lo menos debo atesorar esta calma lo mejor que sea posible. – En ese momento tocaron a su puerta, tuvo que pausar el juego para ir a ver de quien se trataba, abriéndola. - ¿Sí?
Lo que encontró justo al frente era una bola oscura que estaba flotando justo frente a él, esta no dijo nada, el pelinegro solo pudo enarcar una ceja.
- ¿Quién eres?
- ¿Quién soy? Si soy Rumia, ya sabes, me prometiste arreglar mi problema con el sol.
- … Oh. – Recordó en ese momento lo recordó. – Se me había olvidado.
- ¡Que no se te olvide la próxima vez humano! – gritó dentro de esa esfera oscura. – Mejor entro, será mejor que dejes todo en oscuridad.
- Ok, dame tiempo. – Hizo las preparaciones para dejar todo a oscuras, cerrando ventanas y apagando las luces, solo contando con la lampara propia de su teléfono como iluminación, una vez lo hizo, Rumia hizo desaparecer la esfera.
- Mucho mejor… entonces humano, dijiste que me ayudarías con este problema, espero tengas tu solución ahora. – Exclamó la rubia, ahí este se rascó la nuca.
- A decir verdad… no tengo una respuesta aún.
- Pues piénsalo, si no lo haces te voy a devorar. – Exclamó con molestia.
- Claro, solo dame algo de tiempo. – En ese momento se sentó en el sofá para pensar, como podría ayudar a una youkai que debe vivir en la oscuridad y le lastima la luz… ahí recordó como es que Remilia salía al sol y era portando una sombrilla. – Podría ser un inicio, dame lo busco y lo tomas.
- ¿Sí? – preguntó ella con confusión. Seth fue en busca de una sombrilla que tenía, en ese momento regresó para dársela. - ¿Una sombrilla?
- Quizás tu problema es no exponerte al sol, quizás si te cubres en la sombra puedas ir en paz.
- Bueno… no lo he pensado antes.
- Pruébalo, si sufres daños, regresa rápidamente.
- Claro. – Abrió la puerta, en ese momento extendió la sombrilla para salir, tenía algo de miedo pero confiaba en el pelinegro, así entonces salió con esta arriba. – Si me toca un rayo acabaré lastimada…
- Avanza lento y procura que cubra tu cuerpo. – le avisó Seth, la rubia asintió. Así empezó a moverse, veía todo tan brillante… tanto que le lastimaba la vista.
- No puedo ver bien… - En ese momento y en un descuido desvió la sombrilla y el sol tocó una parte de su mano. - ¡Aaaaah me duele!
- Entra. – La youkai volvió a entrar a la casa la cual cerró la puerta. – Parece que no funcionó.
- Eso dio miedo, no funcionó. – Expresó ella. – Mi vista no está muy adecuada a la luz del sol, sin embargo, aquí en la oscuridad veo perfectamente.
- Así que no necesitas ver los rayos directamente… entonces tengo otra solución. – De nuevo fue a buscar entre sus cosas hasta encontrar lo que buscaba y se lo dio a la rubia.
- ¿Qué es esto ahora?
- Lentes de sol, si te los pones, bloquean los rayos y verás un poco más oscuro, perfecto para ti.
- ¿En serio? Eso me serviría. – Esta sonrió. – si con esto puedo ver sin que me lastime la luz, es perfecto. – En ese momento se los puso. - ¿Cómo me veo?
- Bastante bien.
- Jeje… - Sonrió de forma confiada. – Se ve más oscuro que antes, me gusta.
- ¿Probamos de nuevo?
- Ahora sí, estoy lista para lo que venga. – Nuevamente hicieron la prueba, ahora con los lentes de sol, extendió la sombrilla y fue al exterior una vez más, ahora portando los lentes de sol no le molestaba bastante y funcionaba de cierta forma, eso le gustaba. – Este aire fresco, ver todo oscuro, ciertamente es lo mejor. – En ese momento el viento sopló, desviando la sombrilla un poco y entonces nuevamente le dio el sol, empezando a arder de nuevo, corrió una vez más de regreso a la seguridad de la casa. - ¡No funcionó!
- Parece que el viento puede ser un problema… en ese caso toma esto. – Fue a buscar algo más y regresó con ello. – Una gabardina, póntela encima, así tus brazos estarán protegidos.
- Tu eres quien me está ayudando, yo solo debo de probarlo. – Se puso la gabardina y con todo preparado, una vez más salió al exterior, esta vez llevando más encima, se encontraba mejor que de costumbre, la sombrilla, los lentes de sol y la gabardina, le daba una sensación mejor y no sentía nada del sol, aunque la sombrilla se desviaba, su cuerpo estaba protegido. – Humano, esto está mucho mejor que antes, siento que puedo viajar tranquilamente de día ahora.
- Es bueno saber eso. – El pelinegro asintió, parece que su plan improvisado había tenido el éxito que buscaba. – Supongo que sería todo.
- Exacto, gracias humano, sabía que podía contar contigo. – Sonrió esta. – Me agradas, puede que solo por eso no te devore.
- Me alegra saberlo… entonces, si no tienes nada más qué hacer, puedes irte.
- Claro, gracias por todo humano.
- Seth, ese es mi nombre.
- … Claro, Seth, lo recordaré si es que puedo. – Así entonces la rubia se fue cargando todo encima y Seth pudo abrir ventanas y que regrese la luz.
- Al menos terminó… espero que con eso se encuentre feliz.
"Has hecho buenas acciones por los habitantes de este mundo Seth, de una forma u otra se te terminará devolviendo el favor"
- Realmente no deseo nada a cambio, mi vida actual es más que suficiente para mí. – Sin decir nada más, regresó a su juego, al menos había resuelto el problema de Rumia y fue más que suficiente.
Pasó un rato, ya era hora del almuerzo así que fue a preparar para comer, o al menos ese era el plan cuando fue que tocaron su puerta de nuevo, fue a ver quién era.
- Ey humano, esto, Seth. – Rumia estaba ahí otra vez.
- ¿Qué pasa ahora?
- No es nada, solo vine a agradecerte por darme la oportunidad de recorrer Gensokyo en libertad, y por eso te traje esto. – En ese momento le dejó lo que era un adorno para el cabello. – Es uno de los que tanto llevo y pensé en dártelo.
- Bueno… aprecio la intención pero no me pongo adornos en el cabello.
- ¿Eh? Pero si no se me ocurrió una mejor forma de agradecerte… a menos que prefieras algo más.
- No lo necesito, esto me nació meramente desde el fondo, puedes tenerlo de vuelta.
- Bueno… pero necesito darte algo, no puedo estar en deuda por siempre, aunque sea podría hacer algo por ti, trabajo o lo que sea.
- Bueno… realmente no estaba por hacer nada, iba a cocinar para mi almuerzo y…
- ¡Eso! – Expresó ella con una sonrisa. – Puedo cocinar para ti.
- ¿Sabes hacerlo? – preguntó este.
- Nunca lo he hecho pero no debe ser tan complicado, solo déjamelo a mí. – Lo llevó a la sala y que ella se encargara, eso no traía para nada un buen presentimiento a Seth. Así Rumia se quedó en la cocina para empezar a preparar el almuerzo. – Entonces… supongo que debo encender esta cosa y luego poner la carne encima… parece que cocinar es más fácil de lo pensado.
Mientras tanto el pelinegro estaba en el sofá, claro que estaba algo nervioso de lo que la rubia pudiera hacer, aunque sea con buena intención, dejar a un novato en la cocina es peligroso.
"¿Estás seguro de esto? Ella podría quemar tu cocina"
- Lo sé, pero no es que pueda negarme, supongo que no se detendrá hasta pagarme la deuda. – En ese momento escucharon un ruido fuerte proveniente de la cocina. – Espero que no sea lo que tengo pensado…
Fue hasta esta y entonces ahí vio a Rumia, esta estaba sorprendida y es que una gran bola de fuego se alzó y quemó el techo, la sartén estaba totalmente negra y llena de cenizas.
- Seth… parece que se me pasó un poco de caliente…
- … Déjamelo a mí, tu ve a la mesa. – La rubia se fue a la otra habitación con un aura de depresión, en ese momento Seth imaginó el techo y los utensilios reparados. – No sé qué hacer con ella…
"Solo necesitas encontrar algo que la deje satisfecha, no se irá hasta que te pague de alguna forma"
- Es cierto… creo que tengo una idea.
Pasó el rato, Seth terminó de cocinar y vio a Rumia sentada ahí, esta estaba apoyada contra la mesa.
- ¿Ya terminaste? Lamento haber destruido tu cocina…
- No importa, a decir verdad estuve pensado en una forma en la cual pudieras pagarme y solo hay que deseo.
- ¿En serio? Puedes decírmelo ahora mismo, puedo hacer cualquier cosa.
- … dame tu mano. – Eso confundió un poco a la rubia, aunque no era para quien cuestionar al pelinegro, así le dio la mano y este la agarró, era un apretón. – Gracias. – Y entonces la soltó.
- … ¿Es todo? Ni siquiera nada más. – Exclamó esta.
- Es todo, es una forma común de agradecimiento de donde vengo, un simple apretón de manos para cerrar nuestro trato.
- … Ok, aunque lo sentí algo vacío ¿no quieres nada más?
- Nada, a menos que esperaras algo más ¿Cómo un beso? – En ese momento la rubia se sonrojó. – Solo estaba bromeando.
- N-No digas esas cosas… además sigues siendo humano, si llego a probar tu carne, querré devorarte.
- Claro, eso lo sé. – El pelinegro se cruzó de brazos. – Ahora ya no hay nada que me debas y ahora puedes ir por cuenta propia y sin preocupaciones.
- Claro, siempre quise hacer esto y ahora tengo la oportunidad… ahora… jeje… puedo ir a devorar humanos en pleno día…
- Todo menos eso. – En ese momento le dio un karatazo en la cabeza.
- ¡Oye, eso dolió! ¿Por qué?
- Si te di la oportunidad de andar bajo el sol es para que disfrutes del mundo que se te ha privado, aunque sea intenta controlar tus impulsos de youkai o sino ahí estaré para detenerte, o en su defecto será Reimu y no querrás encontrarte con nosotros.
- Ugh. – En ese momento puso una expresión de preocupación. – Claro… supongo que es mejor aguantarlo.
- Bien. – Asintió el pelinegro. – Ahora, si tienes hambre, vamos a comer. – Así ambos empezaron a probar de la comida.
- Es delicioso. – Exclamó la rubia con una sonrisa. – Este tipo de cocina nunca antes lo había probado.
- Puedes tener más. – La rubia asintió y siguieron comiendo un poco más hasta que estuvo satisfecha.
- Gracias por todo, aunque prefiero la carne humana, tener comida normal no está nada mal y lo haces bastante bien para ser un humano.
- Traje lo de mi mundo hasta aquí y por eso es distinto de lo que alguna vez han probado.
- Me gustaría comer más, así que vendría seguido, si es que me lo permites.
- Claro, considero que comer con otros es más animado. – La rubia sonrió en ese momento.
- Gracias.
Ya una vez se fue, el pelinegro pudo descansar una vez más, quizás tener a más gente para invitar a comer con él era lo mejor, no todos los días podía estar comiendo solo, a final de cuentas los seres humanos necesitan de compañía y tener más gente en la mesa le pondría feliz de cierto modo.
- … Eso haré. – En ese momento decidió salir e ir a un lugar en específico. Mientras tanto, en el templo Hakurei, Reimu había terminado de barrer las hojas del frente una vez más y así fue a descansar a su kotatsu.
- Menos mal… supongo que hoy será té y bocadillos de nuevo. – Así en ese momento escuchó a alguien aterrizar y vio en la entrada. – Seth ¿Qué te trae aquí?
- Solo quería preguntarte algo… ¿ya has cenado?
- ¿Cenado? Bueno, eso estaba por hacer ¿por qué preguntas?
- Esperaba a ver si podría invitarte a cenar a mi casa, invitaré a más gente para ello. – En ese momento la castaña se sorprendió.
- ¿En serio? Eso me ayudaría, las donaciones siguen siendo pocas y la comida se me estaba agotando, me salvaste. – Expresó con una sonrisa.
- Claro, nos reuniremos en mi casa, iré a avisar a otros.
- Claro, nos veremos ahí. – Seth volvió a subirse a su nube voladora para ir a otros lados, eso le estaba naciendo totalmente de adentro pero realmente quería hacerlo, llegar a comer con otros en un ambiente cálido. Ya pasado el tiempo, este fue a preparar bastante comida.
"Es bueno que hagas esto Seth, supongo que extrañabas algo así"
- Ciertamente… - Sonrió por debajo, recordando esos momentos cuando comía en la mesa con su familia. – Puede que ya no esté con ellos, pero sigo añorando algunas cosas de mi viejo mundo, y no solo traer los objetos hará que emule la sensación.
"Quizás necesites formar una familia, sé que dijiste que no te interesa tener pareja, pero ese sería el método más rápido, confiesa tus sentimientos a una de estas hermosas señoritas que conoces"
- Por ahora no, ya lo dije, pero como tal, comer con amigos también es suficiente para mí. – El timbre sonó y fue a abrir la puerta en ese momento.
- Ey Seth-san, ya llegamos-ze. – Reimu, Marisa y Alice estaban ahí. – Venimos por tu invitación-ze.
- Gracias por invitarme Seth. – Sonrió Alice, Shangai bailaba alegremente a su alrededor.
- ¿Ya vamos a comer? Hice un gran hueco para la comida. – Comentó la sacerdotisa. Seth sonrió.
- Claro, entren, ya prepararé todo. – Una gran cena en compañía de sus amigos, Seth no solo se había hecho un lugar en Gensokyo, sino que igual ganó amistades, los días del pelinegro podían ser mejores y estaban por llegar más cosas nuevas para él.
El Redentor 777: Bueno, ya habrá otras más que estarán en el rango de interés de Seth, y eso se verá más adelante.
Jackson G-MAN Dragneel: Ya tengo planes al respecto y es que si llamará la atención de otros grupos, claro que para eso será en el futuro, respecto a incidentes nuevos, eso lo estaré pensando pero puede ser una realidad.
Ya entonces aquí otro cap, ayudando a Rumia con su problema pero igual Seth ya designó el comer con compañía, para el siguiente cap vendrá otra chica más a la cual ayudar con su problema, ya verán lo que tengo planeado para eso, hasta el próximo cap. Saludos.
